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Corion frondoso Decidua basal Miometrio Zona de desprendimiento de la placenta en el parto Vellosidad en grapa Vellosidad libre Septo Vellosidades o cotiledones Figura 20-26. Sección esquemática de una placenta madura, donde se observa el tronco de una vellosidad terciaria que forma un cotiledón. hormonas) pueden atravesar libremente la membrana pla- centaria. La alimentación se lleva a cabo a través del endometrio durante las ocho primeras semanas, aunque a partir de la sexta ya interviene la placenta, que se convierte en la única fuente a partir de la duodécima semana. 20.6.1.1. Secreción de hormonas por la placenta La placenta se comporta como una glándula endocrina capaz de secretar, desde su formación, las siguientes hormo- nas: gonadotropina coriónica, estrógenos, progesterona, lac- tógeno y relaxina. Cada una de ellas participa en el mante- nimiento del parto, el desarrollo del embrión y el inicio de la lactancia. Todas son secretadas por las células trofoblásticas. La gonadotropina coriónica se detecta en sangre a las cuatro semanas desde la última ovulación (Fig. 20-30) y alcanza su valor máximo a las siete semanas. Luego se normaliza a partir de la decimosexta semana. El aumento de su excreción por la orina es lo que se utiliza en las pruebas para confirmar el embarazo (se hacen entre la segunda y la tercera semana desde la ausencia de la menstruación). Tiene como función evitar que se desprenda el cigoto una vez implantado en el endometrio. Actúa de forma similar a la LH: evita la involución del cuerpo amarillo y aumenta la secreción de progesterona y estrógenos, que a su vez hacen que el endometrio vaya creciendo y no se desprenda. Bajo su efecto el cuerpo lúteo llega a aumentar hasta dos veces de tamaño y mantiene su secreción hasta la duodécima semana, en la que la placenta ya inicia la secreción de progesterona y estrógenos placentarios. La supresión de esta hormona antes de la duodécima semana casi asegura el aborto. También actúa sobre los testículos fetales, estimu- lando las células intersticiales productoras de testosterona. Los estrógenos placentarios son secretados por las célu- las trofoblásticas y su producción es muy elevada al final del embarazo (se alcanzan niveles 300 veces superiores a los existentes durante un ciclo menstrual normal). A dife- rencia de los estrógenos ováricos, los placentarios son me- nos potentes y más abundantes. Su función es estimular el desarrollo del útero durante el embarazo, y del tejido glan- dular mamario con vistas a la lactancia. La progesterona se secreta por la placenta hasta diez veces más que por el cuerpo amarillo. La progesterona ovárica secretada por el cuerpo lúteo prepara el óvulo para la fecundación, facilita alimento a la mórula y al blastocisto, hace posible la aparición de las deciduas y disminuye las contracciones uterinas para evitar los abortos. La progeste- rona placentaria prepara las mamas para la lactancia. El lactógeno placentario se empieza a secretar a partir de la quinta semana del embarazo (Fig. 20.30) y su secre- Parte VI. Sistema de la reproducción 439
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