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H H H H OO δ− δ+ δ+ 2 δ+ δ−2 ENLACE O PUENTE DE HIDRÓGENO δ+ Figura 2-3. Enlace o puente de hidrógeno entre dos moléculas de agua. El átomo de oxígeno tiene carga negativa parcial (2d−) y los átomos de hidrógeno carga positiva parcial (d+). cas, así como el transporte de nutrientes. El agua tiene unas determinadas propiedades físicas que explican su papel pri- mordial en la vida: El agua es una molécula polar. La forma espacial de la molécula de agua es tetraédrica y existe una distribución asimétrica de las cargas eléctricas. El átomo de oxígeno (electronegativo) atrae con fuerza los electrones de los dos átomos de hidrógeno (éstos se quedan con una carga positi- va neta) (Fig. 2-3). La polaridad del agua explica que sus moléculas posean entre sí afinidad o cohesión; cada molé- cula de agua se mantiene unida a unas tres o cuatro molécu- las vecinas (cuatro en el hielo) mediante puentes de hidró- geno. Estos enlaces se forman y se deshacen con gran rapidez, proporcionando al agua las fuerzas de cohesión que hacen que sea líquida a temperatura ambiente. El agua es una molécula muy reactiva. Gracias a su polaridad y a su elevada constante dieléctrica (tendencia a oponerse a la atracción electrostática que se establece entre los iones negativos y positivos), el agua debilita las fuerzas electrostáticas y los puentes de hidrógeno establecidos entre los iones y entre las moléculas polares, con lo que se esta- blecen nuevos enlaces entre el agua y estas moléculas hidro- solubles (Fig. 2-4 a, b). Cuando se disuelven en el agua las moléculas anfipáticas (contienen regiones apolares o hidró- fobas y regiones polares o hidrófilas), éstas forman unas estructuras esféricas denominadas micelas, en las cuales las partes hidrófobas se agrupan en el interior y las partes hidrófilas en el exterior y en contacto con las moléculas de agua (Fig. 2-4 c). Las moléculas apolares tienden a agruparse dentro del medio acuoso, debido a la compresión que ejercen las mo- léculas de agua sobre ellas (Fig. 2-4 d). Por su parte, los gases (O2, CO2 y N2), con excepción del CO2, que se trans- forma en ácido carbónico en un medio acuoso, se disuelven mal en el agua; de ahí que los organismos vivos hayan desarrollado sistemas para su transporte. El agua participa directamente en determinadas reaccio- nes bioquímicas (hidrólisis, condensación), en las que se produce la adición o eliminación de moléculas de agua, respectivamente. El agua tiene un elevado calor específico (número de calorías necesario para aumentar un grado la temperatura de 1 gramo de agua) y una elevada conductividad térmica, propiedades que la convierten en un elemento básico para la termorregulación. 2.4. HIDRATOS DE CARBONO Los hidratos de carbono, también denominados glúcidos o carbohidratos, son polialcoholes (cadenas de átomos de carbono con varios grupos hidroxilo) con un grupo aldehído (aldosas) o con un grupo cetona (cetosas), que constituyen la mayor parte de la materia orgánica de la Tierra (Fig. 2-5). Las principales funciones de los glúcidos son las siguientes: 1. Actúan como fuente y reserva de energía: almidón (vegetales), glucógeno (animales). 2. Son componentes estructurales de las moléculas de la herencia, los ácidos nucleicos [ácido ribonucleico (ARN) y ácido desoxirribonucleico (ADN)]: ribosa y desoxirribosa. 3. Intervienen en el reconocimiento entre moléculas y entre células: glúcidos que se unen a proteínas (glu- coproteínas) y a lípidos (glucolípidos). 4. Son elementos estructurales y de protección (tejido conjuntivo, lubricantes de articulaciones óseas, cu- biertas de insectos, paredes celulares de vegetales y hongos, etc.): celulosa, quitina, glucosaminogluca- nos, etc. Los hidratos de carbono se clasifican, según el número de unidades que los componen, en monosacáridos o azúcares simples (1 unidad), disacáridos (2 unidades), oligosacári- dos (3-12 unidades) y polisacáridos (más de 12 unidades) (Cuadro 2-1). 2.4.1. Monosacáridos Los monosacáridos se clasifican, según el número de áto- mos de carbono que contienen, en triosas (3C), tetrosas (4C), pentosas (5C), hexosas (6C), heptosas (7C), etc. Como mono- sacáridos importantes desde el punto de vista biológico se pueden destacar: el gliceraldehído (triosa), la ribosa y desoxi- rribosa (pentosas), y la glucosa, galactosa y manosa (hexosas). Los monosacáridos suelen tener uno o más átomos de carbono asimétricos, siendo las formas D (configuración dere- cha del C asimétrico) las predominantes en la materia viva. Los monosacáridos de cinco o más átomos de carbono suelen adoptar en solución acuosa una forma cíclica o de anillo (en forma de silla o de bote), al reaccionar el grupo aldehído o cetona con un grupo hidroxilo de otro extremo de la molécu- la. Si el anillo resultante está formado por cinco átomos de C y uno de O se denomina piranosa, y si está formado por 4 C y 1 O se denomina furanosa (Fig. 2-6). Estas formas cíclicas conducen a la formación de otro carbono asimétrico (carbo- no anomérico) y a las correspondientes formas anoméricas alfa (a) y beta (b). Es muy frecuente que los monosacáridos unan uno o más grupos fosfato (PO−4) por enlaces éster. Los monosacáridos fosforilados participan en reacciones de transferencia de energía y también en reacciones de biosíntesis. En otras moléculas derivadas de glúcidos y que forman parte de 8 Estructura y función del cuerpo humano
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