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Fase final de la anafase Anillo contráctil en la telofase Separación Figura 3-22. Representación esquemática de los cambios en el citoplasma durante la citocinesis de la mitosis. dos con la posición ocupada por las células en el tejido. Un ejemplo de éstos es el proceso que experimentan las células del epitelio estratificado de la epidermis, bajo la acción del factor de crecimiento de la epidermis. En la piel, las células basales están en continua división, con objeto de renovar el epitelio y ocupar sus capas altas. Luego, una vez que alcanzan la capa superior, dejan de dividirse. Este tipo de control está muy extendido entre las células del organis- mo. Finalmente, existen otros tipos de mecanismos, que por desgracia aún no se comprenden desde el punto de vista molecular, que permiten el crecimiento incontrolado de al- gunos tipos de células, de modo que llegan a invadir otros tejidos. Esto es lo que ocurre con las células cancerosas. Por causas desconocidas, estas células requieren para vivir y reproducirse menos factores de crecimiento, y una vez ini- ciado su ciclo celular poseen un crecimiento indefinido (algunas pueden llegar a mantenerse en el laboratorio de forma indefinida, haciéndose «inmortales»), al contrario de las células normales, que después de un número determina- do de divisiones (conocido como el número de Hayflick) dejan de dividirse, envejecen y mueren. 3.7. MUERTE CELULAR En el organismo adulto, existe un equilibrio dinámico entre formación y destrucción celular. Este equilibrio supo- ne que un número de células debe desaparecer al generarse otras nuevas. En cada animal, las células tienen un número característico de divisiones, que se conoce como el número de Hayflick. Éste actúa como un reloj biológico, de modo que, superado este límite, la célula se suicida o muere. La muerte celular puede producirse de dos maneras: por necrosis o por apoptosis. La necrosis es un proceso accidental, originado por cau- sas externas a la célula (agresiones físicas o químicas) que desencadenan procesos inflamatorios en el lugar en que se produce (las células y los orgánulos se hinchan y dan salida a sus componentes celulares). La necrosis no parece cumplir ninguna función fisiológica. La apoptosis, o muerte celular programada, es un proce- so que está controlado y dirigido genéticamente (según ins- trucciones impresas en el genoma). En las células humanas existen genes, como el Bcl-2, que inhiben la apoptosis, mientras que otros, como el Bax, la promueven. Durante la apoptosis, las células se contraen y se condensan, aunque se producen pocos cambios en la membrana celular; posterior- mente, los orgánulos intracelulares son fagocitados por cé- lulas vecinas o por los macrófagos, sin que se produzcan procesos inflamatorios en el lugar donde ocurre. Hay dos tipos de apoptosis conocidos: a) cuando se supera el número o límite de Hayflick, y b) el llamado autosacrificio, que ocurre durante el desarrollo embrionario. En este último proceso, se desarrollan procesos biológicos que hacen desa- parecer las membranas interdigitales y consiguen la fusión palatina del embrión, así como el desarrollo del sistema nervioso o de la mucosa intestinal. En el adulto, la apoptosis contribuye a eliminar células defectuosas o con material genético alterado. Todas nuestras células están programadas para suicidarse cuando llega su hora o suena la alarma (mutaciones en el genoma o infecciones víricas). La disfun- ción de la apoptosis puede llevar a la aparición de malfor- maciones congénitas o enfermedades degenerativas, o cons- tituir la base molecular de algunos tipos de cáncer. 48 Estructura y función del cuerpo humano
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