Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
la agricultura y la ganadería, habiendo aumentado de forma extraordinaria sus posibilidades. En lo que respecta al ser humano, nos está permitiendo conocer y controlar mejor algunas enfermedades hereditarias, y nos ofrece la posibili- dad de obtener una gran cantidad de productos de uso terapéutico (hormonas, inmunorreguladores, vacunas, etc.) con características idénticas a las que produce el organismo, o conocer la constitución genética de bacterias y virus, proporcionándonos técnicas de diagnóstico rápidas y muy fiables. Estas manipulaciones en el genoma humano (con- junto de todos los genes que constituyen una célula) supo- nen una serie de decisiones y posteriores modificaciones que pueden entrar en el terreno de la bioética y que en ningún momento se deben olvidar. En este capítulo, nos ceñiremos a los conceptos y conoci- mientos actuales sobre genética humana, y nos interesare- mos especialmente por aquellas alteraciones que son res- ponsables de algún error congénito en el metabolismo o que pueden acabar produciendo una enfermedad hereditaria. 4.2. GENÉTICA MOLECULAR La genética molecular estudia las bases físicas en las que se sustenta la información genética y el proceso de transmi- sión de dicha información. Su verdadero desarrollo coinci- dió con la observación del interior del núcleo con el micros- copio electrónico. Así se pudo comprobar la existencia de una sustancia, el ácido nucleico, compuesta de largas cade- nas de nucleótidos. Cada nucleótido se compone de una base nitrogenada, una molécula de azúcar y una molécula de fosfato (véanse los Capítulos 2 y 3). Existen dos tipos diferentes de ácido nucleico, según el azúcar de su molécu- la: el ADN y el ARN. El primero se encuentra predominan- temente en los cromosomas y el segundo se localiza en los nucléolos y en el citoplasma, aunque hay una pequeña can- tidad en los cromosomas. La molécula de ADN está forma- da por dos cadenas de nucleótidos colocadas en doble hélice (véase la Fig. 2-33). 4.2.1. Disposición del ADN El ADN no se encuentra libre en el núcleo, sino que está unido a una serie de proteínas. Observado con el microsco- pio, aparece muy compacto, ya que está muy enrollado sobre sí mismo. El conjunto así formado se denomina cro- matina (si se desplegara en su totalidad mediría varios metros). Las proteínas que sirven de soporte al ADN se conocen con el nombre de histonas y son de cinco clases (H1, H2A, H2B, H3 y H4). Al preparar la cromatina para visualizarla con el microscopio electrónico aparece como un collar de cuentas (Fig. 4-1A); los elementos que se repiten en la estructura reciben el nombre de nucleosomas (Figu- ra 4-1B), tienen un diámetro de 10 nm y poseen 8 histonas asociadas de dos en dos, que forman un octámero que está rodeado por dos vueltas de ADN (con 167 pares de nucleó- tidos). A su vez, estos nucleosomas se enrollan sobre sí mismos para formar la fibra de cromatina siguiendo el «modelo del solenoide». Según este modelo la fibra de 10 nm se dispondría helicoidalmente, a modo de muelle, alcanzaría un diámetro de 30 nm y contendría en cada vuelta de 6 a 7 nucleosomas (Fig. 4-1C). Con posterioridad esta cromatina aún se tiene que condensar 100 veces más para formar los bucles o lazadas (Fig. 4-1D). Finalmente, durante la mitosis de la célula es cuando mejor se observa la forma de un cromosoma (en el momento de la metafase) (Fig. 4-1E). 4.2.2. Replicación del ADN Es el proceso por el cual el ADN se copia a sí mismo. Cuando se conoció la base física que constituye el ADN, los genetistas se pusieron a investigar cómo se transmite la información genética de una célula madre a otra y de una generación a la siguiente. Así se estableció que, durante la división del núcleo en la mitosis, las dos cadenas que for- man la molécula de ADN se separan y cada cadena constru- ye su complementaria mediante el apareamiento específico de las bases que se corresponden. De esta manera, se preser- varía la información genética durante la división y se trans- mitiría sin cambios a cada célula hija. Este proceso, denomi- nado replicación del ADN, es un proceso semiconservativo, ya que sólo una de las nuevas bandas formadas en las células hijas es de nueva síntesis (la otra proviene de la célula madre). Experimentalmente se ha podido demostrar que la replicación del ADN no comienza en un único punto para seguir de forma lineal, sino que puede comenzar en varios puntos de la molécula a la vez. Estos puntos se denominan horquillas de replicación (en los cromosomas humanos se han observado hasta 100 horquillas) y se acti- van casi al mismo tiempo (Fig. 4-2). Se trata de zonas del ADN ricas en A y T. Éstas se mueven en ambas direcciones hasta que una horquilla se encuentra con la adyacente, que se mueve en dirección opuesta. Cuando se han unido todas, se originan dos moléculas hijas de ADN completas. El proceso de replicación comprende tres fases: inicio, elonga- ción y terminación. a) El inicio requiere la intervención de unas fuerzas capaces de abrir la cadena de ADN. Para ello disponemos de dos proteínas (enzimas) (Fig. 4-3), que son las ADN helicasas y las proteínas desestabilizadoras de la hélice o SSB (single strand ADN-binding proteins). Las ADN heli- casas abren la cadena y la SSB colabora con las anteriores, estabilizando la conformación desenrollada de las cadenas. Al conjunto de proteínas presentes en una fuerza de replica- ción se le denomina replisoma y está compuesto por: dos moléculas de ADN polimerasa III (una situada en la cadena conductora y otra en la cadena retardada), una primasa (es una ADN polimerasa) que se coloca como cebador, varias moléculas de helicasas (que abren el ADN) y una SSB. La replicación se inicia por el primosoma (constituido por una helicasa y una primasa) (Fig. 4-3), que tiene actividad de polimerasa y es capaz de colocar un cebador (que inicia el proceso) formado por 8 ó 12 nucléotidos de ARN en la cadena retardada. b) En la elongación intervienen las ADN polimerasas III (enzimas con capacidad de sintetizar ADN) que van añadiendo nucleótidos en el extremo 3ñ de las cadenas nue- vas. La cadena de replicación siempre crece en sentido 5ñ n 3ñ y la enzima va colocando nucleótidos hasta conseguir la complementariedad con la cadena madre. En caso de que aparezcan errores, las ADN polimerasas tienen actividad correctora, por ello estas enzimas tienen dos centros activos. Una vez abierta la cadena, los nucleótidos se encuentran en sentido opuesto y la síntesis se hace de dos formas diferen- tes, una cadena es la conductora y sintetiza nucleótidos de 50 Estructura y función del cuerpo humano
Compartir