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ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO (103)

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Epidermis
Dermis
Tejido
subcutáneo
Glándula
sudorípara
Folículo
piloso
Glándula
sebácea
Capa basal
Capa córnea
Corpúsculo
nervioso
Figura 5-4. Estructura histológica de la piel.
El tejido nervioso y las estructuras del mismo se explican
en el Capítulo 7.
5.6. LA PIEL
5.6.1. Estructura histológica de la piel
La piel está formada por dos capas de tejido bien diferen-
ciado, unidas en toda su extensión, que recubren todo el
cuerpo humano. La capa externa está formada por tejido
epitelial procedente del ectodermo, del tipo del epitelio
plano estratificado y queratinizado, y recibe el nombre de
epidermis. La epidermis no está vascularizada y se nutre a
partir de los vasos sanguíneos de la capa subyacente. Esta
segunda capa está formada por tejido conjuntivo proceden-
te del mesodermo y se denomina dermis. En ocasiones
puede existir una confusión terminológica, ya que se aplica
el término de dermis o de epidermis a toda la piel, pero cada
nombre corresponde a una de las capas tisulares, que son
diferentes histológicamente.
El grosor de la epidermis varía dependiendo de la locali-
zación. Es especialmente gruesa en las palmas de las manos
y las plantas de los pies, donde la capa de queratina es muy
abundante. La dermis también tiene un grosor variable, y
por debajo de estas dos capas se puede identificar una
estructura, que en ocasiones no se diferencia mucho de la
dermis, y que se denomina hipodermis o tejido subcutáneo.
Éste puede ser muy rico en tejido conjuntivo laxo o en
tejido graso, lo que explica la movilidad de la piel con el
desplazamiento tangencial (Fig. 5-4).
En la piel existen estructuras anatómicas especiales deri-
vadas de la capa epitelial, pero que pueden residir también
en la dermis, como las glándulas sudoríparas, las glándu-
las sebáceas, los pelos con los folículos pilosos correspon-
dientes, y las uñas. Estos elementos reciben el nombre
genérico de faneras cutáneas.
5.6.2. Funciones de la piel
La epidermis forma una barrera que aísla al individuo del
exterior. El principal componente de este aislamiento es la
capa de queratina que existe en la zona más externa. Dicho
aislamiento protege al cuerpo de gérmenes patógenos, que
cuando falta la epidermis (heridas, quemaduras) pueden in-
vadir el organismo. Esta fragilidad frente a las infecciones
se puede producir simplemente perdiendo la capa de quera-
tina, como ocurre con la piel que está siempre húmeda. La
queratina es casi impermeable y sirve para evitar que el
agua entre en el organismo a través de la piel, y al mismo
tiempo que se pierda excesiva cantidad de agua hacia el
exterior, lo que permite que el ser humano pueda vivir en
ambientes secos. La destrucción de grandes superficies cu-
táneas, como ocurre en las quemaduras graves, provoca,
además de infecciones, problemas de deshidratación por
pérdida excesiva de líquidos.
Otra función de la epidermis consiste en frenar las radia-
ciones ultravioleta que llegan desde la luz solar y que son
potencialmente cancerígenas. Para ello cuenta con unas cé-
lulas capaces de oscurecer la piel gracias a la existencia en
su interior de un pigmento denominado melanina, que es
capaz de acumularse en caso de exposición solar.
La piel tiene un importante papel en la regulación de la
temperatura corporal a través de los vasos sanguíneos que
discurren por la dermis. Cuando hay un exceso de calor en
el organismo, las arterias que riegan el tejido subcutáneo y
84 Estructura y función del cuerpo humano

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