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CONCEPTO Constituye un grupo heterogéneo de enfermedades caracterizadas por el depósito extracelular de material proteico autólogo, fibrilar, y con estructura molecular terciaria en disposición β-plegada. Esta estructura molecular característica y propia de la sustancia amiloide es la res- ponsable de la insolubilidad de los depósitos amiloides y de su resis- tencia a la digestión proteolítica. Como consecuencia de la estabilidad molecular de la proteína fibrilar amiloide, el depósito amiloide provoca de forma progresiva la sustitución y destrucción del parénquima en los órganos afectados, lo que condiciona alteraciones funcionales diversas según la localización e intensidad del depósito. El término amiloide (similar a la celulosa o almidón) fue intro- ducido por Virchow en 1853 al observar que los depósitos amiloides tenían un aspecto similar a la celulosa en la tinción con yodo y ácido sulfúrico. Posteriormente, la sustancia amiloide se ha identificado por sus características tintoriales específicas, como son la «metacromasia» con cristal violeta, el aspecto violáceo con el ácido peryódico de Schiff y la congofilia o positividad para el rojo Congo, criterio utilizado ac- tualmente en el diagnóstico de la enfermedad. La sustancia amiloide está formada básicamente por la proteína fibri- lar amiloide, que definirá cada variedad de amiloidosis, el componente P del amiloide, común a todas las variedades, y la presencia en mínimas cantidades de glucosaminoglucanos (sulfato de heparina), proteoglucanos y calcio. Hasta la actualidad se han descrito más de 50 proteínas fibrilares distintas con capacidad para desarrollar depósitos amiloides. Clasificación La amiloidosis se puede clasificar en función de dos criterios: 1) por la distribución de los depósitos amiloides, en formas localizadas y sistémicas, y 2) por la proteína fibrilar constituyente, específica de cada variedad. La terminología utilizada en la clasificación de la enfermedad amiloide incluye dos letras, la primera es la A de amiloide, y la segunda letra se refiere a la proteína fibrilar específica o a criterios clínicos destacados (tabla 141-1). FORMAS SISTÉMICAS Amiloidosis AL Este tipo de amiloidosis se describe en el capítulo 212, Gammapatías monoclonales. Amiloidosis AA Corresponde a las formas de amiloidosis secundaria, relacionada con procesos inflamatorios crónicos de origen infeccioso, inmunológico o neoplásico, incluyendo en este grupo la amiloidosis asociada a las Amiloidosis TABLA 141-1 Denominación Síndrome clínico Proteína amiloide Formas sistémicas AL Primaria-mieloma múltiple Ig/cadenas ligeras AA Secundaria (reactiva) Proteína AA Fiebre mediterránea familiar TRAPS-CAPS AF Polineuropatía familiar Transtiretina Miocardiopatía familiar (tipo danés) Apo-A1 Amiloidosis familiar tipo finlandés Gelsolina AH Amiloidosis asociada a diálisis β2-microglobulina ALECT2 Amiloidosis ALECT2 Leukocyte cell-derived chemotaxin 2 Formas localizadas AS Amiloidosis senil Transtiretina AE Amiloidosis endocrina Amilina Calcitonina AD Amiloidosis cutánea Queratina AB Enfermedad de Alzheimer/síndrome de Down β-proteína Enfermedad de Parkinson α-sinucleína Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V II 1085 CAPÍTULO 141 Amiloidosis © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. enfermedades autoinflamatorias (fiebre mediterránea familiar, TRAPS, CAPS, HIDS, PAPA). La amiloidosis AA está formada por la proteína fibrilar AA (proteína amiloide A), con una estructura no inmunoglobulínica, constituida por 76 aminoácidos y con un peso molecular de 8.500 dalton. La proteína AA deriva de una apolipoproteína de síntesis hepática denominada precursor sérico de la proteína amiloide A (SAA), que circula en plasma unido a la lipoproteína HDL3. El SAA es un reactante de fase aguda, con incrementos marcados en caso de estímulos inflamatorios o necro- sis tisular, mediada a través de diversas citocinas como interleucina 1, interleucina 6 y TNF-β. Se ha demostrado, tanto in vitro como in vivo, la transformación del SAA en proteína amiloide AA por proteólisis enzimática, fenómeno que tiene lugar en el macrófago. La diversidad genotípica en la síntesis hepática de SAA favorecería el desarrollo de la amiloidosis AA en el contexto de procesos inflamatorios crónicos. Amiloidosis AF Se incluyen bajo esta denominación diversas formas de amiloidosis hereditarias (autosómicas dominantes), principalmente la polineuropa- tía amiloidea familiar y la variedad miocardiopática (tipo danés). Este tipo de amiloidosis representa la forma más frecuente de amiloidosis familiar, constituida por el depósito de la proteína fibrilar transtiretina o prealbúmina; se han identificado más de 100 variedades bioquímicas distintas secundarias a mutaciones puntuales. Otras proteínas amiloi- dogénicas responsables del desarrollo de amiloidosis familiar son las apolipoproteínas A1 y A2 con afección predominantemente hepática, el fibrinógeno con afección renal, la gelsolina con un cuadro clínico similar al de la polineuropatía amiloidea familiar con predominio de afección de los pares craneales y ocular, y la lisozima con afección visceral. Amiloidosis AH La amiloidosis asociada a la hemodiálisis (AH) constituye una variedad de amiloidosis sistémica descrita en pacientes afectos de insuficiencia renal crónica terminal y sometidos durante períodos prolongados (más de 5 años) a tratamiento sustitutivo con diálisis, especialmente hemodiálisis. En 1985 se identificó la β2-microglobulina como la proteína fibrilar constitu- yente y responsable de esta variedad de amiloidosis. La proteína plasmática β2-microglobulina por su metabolismo exclusivamente renal se acumula de manera progresiva al déficit de función renal. La clínica es esencialmente osteoarticular, con depósitos viscerales escasos y poca traducción clínica. Amiloidosis ALECT2 Corresponde a una nueva variedad de amiloidosis sistémica descrita en población hispana, con afectación renal y hepática. La proteína fibrilar amiloide es la LECT2 (leukocyte cell-derived chemotaxin 2). La etiología es desconocida, con sospecha de componente genético, por el predominio racial y la agregación en determinados polimorfismos. Clínicamente cursa en forma de insuficiencia renal crónica terminal de evolución lenta con afección en población de edad avanzada. El depósito amiloide a nivel renal es esencialmente en córtex, con infiltración glomerular y vascular. FORMAS LOCALIZADAS Se incluyen en este grupo las variedades de amiloidosis con depósi- tos localizados o selectivos en determinados tejidos u órganos, con carácter local. Amiloidosis endocrina Son formas localizadas de amiloidosis en relación con tumores endocri- nos, especialmente del sistema APUD. Existe una íntima relación entre la proteína fibrilar amiloide característica de cada variedad y la hormona sintetizada y segregada por el tumor. La variedad más frecuente es la asociada al carcinoma medular de tiroides secretor de calcitonina. En los pacientes afectados por diabetes mellitus tipo II se detectan depósitos amiloides en los islotes de Langerhans en más del 90% de casos; la proteína fibrilar depositada es el polipéptido amiloide de los islotes (PPAI), también denominado amilina, segregado conjuntamente con la insulina. Se desconoce el papel patogénico de los depósitos de amilina, pero probablemente participan de manera activa en el desarrollo de la diabetes tipo II. Otras formas de amiloidosis endocrina son el prolactinoma hipofisario (prolactina) o la amiloidosis atrial (factor natriurético atrial). Amiloidosis senil La amiloidosis senil se puede englobar dentro delcontexto general de degeneración senil o envejecimiento tisular; es el resultado de la des- naturalización de las proteínas celulares. Corresponde a una variedad de amiloidosis localizada, que se caracteriza por pequeños depósitos de sustancia amiloide en corazón, válvulas cardíacas, cerebro, páncreas y también bazo. En general, la amiloidosis senil cursa de forma leve, aunque en el corazón puede condicionar alteraciones de conducción, con arritmias de diversa intensidad e insuficiencia cardíaca congestiva. La proteína fibrilar amiloide responsable es la transtiretina. Amiloidosis cerebral El depósito de sustancia amiloide a nivel cerebral está implicado en el desarrollo de diversas enfermedades neurodegenerativas. En este grupo se incluyen las formas de amiloidosis asociada a la demencia senil/presenil de Alzheimer y al síndrome de Down; la proteína fibrilar es la β-proteína o proteína A4. También en la enfermedad de Parkinson se han detectados depósitos amiloides de la proteína α-sinucleína con un papel central en su patogenia, en la enfermedad de Huntington (huntingtina) y en diversas formas de ataxia (ataxina) (v. sección XII, Neurología). La amiloidosis cerebral hemorrágica de tipo islandés, de carácter here- ditario, afecta exclusivamente a los vasos de la leptomeninge en el nivel cerebral. Las manifestaciones clínicas consisten en hemorragias cerebrales recidivantes en individuos jóvenes. La proteína fibrilar es la cistatina C (inhibidor de la cisteín-proteasa) mutada. Otra variedad similar es la amiloidosis cerebral hemorrágica de tipo holandés con un cuadro clínico superponible al tipo islandés; la proteína fibrilar es la β-proteína. Esta afección podría corresponder a formas precoces de enfermedad de Alzhei- mer hereditaria con depósitos amiloides predominantemente vasculares. También se han identificado depósitos amiloides en diversas enfer- medades neurodegenerativas transmisibles o encefalopatías espongifor- mes, como scrapie, kuru, enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, síndrome de Gerstmann-Straussler-Schinker y encefalopatía espongiforme bovi- na. La proteína fibrilar originaria del depósito amiloide es la proteína priónica (PrP) modificada, que constituye un agente infeccioso dis- tinto de los virus y viriones, con un mecanismo de replicación poco conocido. La proteína priónica modificada derivaría de la proteína priónica celular normal, por la existencia de una mutación puntual en el gen codificador (formas hereditarias de enfermedad de Creutzfeldt- Jakob) o por el carácter infeccioso de la proteína priónica modificada que se uniría a la proteína priónica celular para alterar su estructura de α-helicoidal a β-plegada. Las lesiones anatomopatológicas de la encefalopatía espongiforme son depósitos amiloides en forma de pla- cas, degeneración neuronal, vacuolización y proliferación astroglial, alteraciones todas ellas sugestivas de un origen infeccioso y/o genético. Amiloidosis cutánea Se ha observado la transformación de los tonofilamentos de queratina en sustancia amiloide. La propia queratina, un derivado de la misma o la gelactina-7 constituyen el componente fibrilar de la amiloidosis cutánea. Corresponde a una variedad de amiloidosis localizada exclusivamente en la piel, con un significado patogénico similar a la amiloidosis senil. PATOGENIA En general, se acepta que todas las variedades de sustancia amiloide (proteína fibrilar amiloide) derivan de un precursor proteico específico con alta tendencia a la polimerización y degradado posteriormente a proteína fibrilar. El esquema más aceptado de la amiloidogénesis se basa en dos factores: 1) concentraciones elevadas y/o alteraciones en la estructura primaria del precursor proteico de las fibrillas amiloides, y 2) alteraciones en la degradación y/o metabolismo del precursor en proteína fibrilar amiloide. El componente P del amiloide (común a Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1086 SECCIÓN VII Reumatología y enfermedades sistémicas todas variedades) probablemente participa de manera directa en la polimerización de las fibrillas amiloides, y sobre todo en la estabilidad e insolubilidad de los depósitos amiloides. También lo hacen los proteo- glucanos y glucosaminoglucanos, presentes en mínimas cantidades en el depósito de amiloide. Con respecto a la amiloidosis AA, existe una síntesis aumentada del precursor plasmático, con incremento en los valores circulantes, y un segundo proceso de proteólisis del precursor plasmático a proteína fibrilar amiloide. En la amiloidosis AF y AH, la generación de fibrillas amiloides es distinta, ya que las proteínas fibrilares, β2-microglobulina y transtiretina, tienen la misma estructura molecular que sus precur- sores, sin precisar un proceso previo de proteólisis o degradación. Probablemente, determinadas secuencias de aminoácidos específicas o modificaciones postraslacionales (mutaciones puntuales) confieren una elevada capacidad amiloidogénica y de polimerización y son resistentes a la proteólisis enzimática. Existen otros dos factores, poco conocidos, relacionados con la patogenia de la amiloidosis: el factor favorecedor de la amiloidosis (FVA) y el factor degradante del amiloide (FDA). El FVA representa una sustancia, probablemente de naturaleza glucoproteica, capaz de inducir amiloidosis experimental de forma acelerada. El FDA cons- tituye un factor con capacidad para disolver la proteína fibrilar AA suspendida en agar, cuya probable traducción fisiológica es la elastasa leucocitaria, sintetizada por los neutrófilos, en un intento de eliminar los depósitos de proteína amiloide. CUADRO CLÍNICO El cuadro clínico de la amiloidosis sistémica es diverso y variado, y dependerá de la distribución e intensidad de los depósitos amiloides para producir alteraciones funcionales diversas (tabla 141-2). La dis- tribución de los depósitos en la amiloidosis AA es más limitada que en la amiloidosis AL, y afecta principalmente al riñón, las suprarrenales, el hígado y el bazo. La afección renal cursa en forma de proteinuria, con el posterior desarrollo de síndrome nefrótico e insuficiencia renal. El cuadro clínico de la amiloidosis AF cambia en función de cada variedad de proteína fibrilar amiloide. La variedad más frecuente es una polineuropatía mixta de predominio sensitivo, con afección cardíaca en forma de trastornos de conducción y/o insuficiencia cardíaca conges- tiva. El cuadro clínico de la amiloidosis β2-M consiste en la presencia de síndrome del túnel carpiano, artropatía amiloide, fracturas patológicas y/o roturas tendinosas espontáneas. La clínica de las distintas formas de amiloidosis localizadas es más limitada y está relacionada con la localización de los depósitos amiloides. DIAGNÓSTICO Para el diagnóstico de amiloidosis se requiere un elevado índice de sospecha, sobre la base de los datos clínicos, analíticos y epide- miológicos de cada paciente, que pueden ser sugestivos de una determinada variedad específica de amiloidosis (tabla 141-3). El TABLA 141-2 Localización amiloide Manifestaciones clínicas Variedad de amiloidosis Riñón Proteinuria, síndrome nefrótico, insuficiencia renal crónica AA, AL, AF (TTR, Apo-A1, fibrinógeno), ALECT2 Corazón Insuficiencia cardíaca congestiva, cardiomegalia, arritmias AL, AA, AF (TTR) Tubo digestivo Macroglosia, malabsorción, diarreas AA, AL Hígado Hepatomegalia, colestasis anictérica AA, AL, ALECT2 Sistema nervioso Polineuropatía mixta (afectación autonómica) AF (TTR, gelsolina) Síndrome del túnel carpiano AL, AH Piel Lesiones papulosas, equimosis AL Sistema endocrino Hipotiroidismo, insuficiencia suprarrenal AL, AA Aparato locomotor Artralgias, artritis (afección sinovial)AL, AH Aparato respiratorio Tos, alteraciones respiratorias AL AA: amiloidosis secundaria; AF: amiloidosis familiar; AH: amiloidosis asociada a la hemodiálisis; AL: amiloidosis primaria; ALECT2: leukocyte cell-derived chemotaxin 2; Apo-A1: apolipoproteína A1; TTR: transtiretina. TABLA 141-3 Amiloidosis primaria (AL) Amiloidosis secundaria (AA) Amiloidosis familiar (AF) Amiloidosis por hemodiálisis (AH) Anamnesis Exploración física Miocardiopatía Síndrome nefrótico Hepatoesplenomegalia Neuropatía periférica Macroglosia Enfermedad inflamatoria crónica Síndrome nefrótico Hepatosplenomegalia Historia familiar Neuropatía periférica Síndrome del túnel carpiano Opacidades vítreas Hemodiálisis Síndrome del túnel carpiano Artropatía Laboratorio Aumento de células plasmáticas en médula ósea Banda M (sangre/orina) Aumento SAA Aumento PCR Disminución de TTR Mutación TTR Aumento β2-M Diagnóstico Biopsia tejido Biopsia tejido Biopsia tejido Biopsia tejido Permanganato potásico Resistente Sensible Sensible Sensible Inmunohistoquímica Anti-K/anti-L Anti-AA Anti-TTR Anti-Apo A1 Anti-β2-microglobulina Composición de depósitos Ig Cadenas ligeras Ig Proteína AA TTR Apolipoproteína A1 β2-microglobulina Tratamiento Citostáticos Colquicina Antibióticos/citostáticos Trasplante hepático Trasplante renal SAA: precursor sérico de la proteína amiloide A; TTR: transtiretina. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V II 1087 CAPÍTULO 141 Amiloidosis © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. diagnóstico definitivo se basa en la demostración anatomopato- lógica de los depósitos de sustancia amiloide que se identifican por sus características tintoriales específicas, afinidad por el rojo Congo o congofilia y birrefringencia verde manzana en el examen con luz polarizada (fig. 141-1). La técnica de la decoloración con permanganato potásico ha sido prácticamente abandonada por su poca especificidad, para ser sustituida por los estudios inmunohis- toquímicos con anticuerpos monoclonales específicos, que nos permitirán determinar la variedad concreta de amiloidosis. Los análisis proteómicos de los depósitos amiloides permitirán definir la variedad específica de amiloidosis, además de conocer la secuencia de la proteína amiloide depositada. El estudio con microscopia electrónica demuestra la estructura fibrilar característica de la sustancia amiloide, fibrillas rígidas, no ramificadas, con una longitud variable y un diámetro de 7,5-10 nm; cada fibrilla contiene dos o más subunidades filamentosas (2,5-3,5 nm de diámetro). Técnicas de biología molecular con la secuenciación del DNA permiten conocer la variedad específica y la mutación puntual en los casos de amiloidosis hereditaria. La demostración anatomopatológica de los depósitos amiloides se realiza en los órganos con sospecha clínica y/o analítica de infil- tración (riñón, hígado, corazón, piel), o mediante la realización de biopsias con alto rendimiento diagnóstico. Actualmente, la punción aspirativa de grasa abdominal subcutánea es la técnica de elección en el diagnóstico de la amiloidosis sistémica, por ser una técnica sencilla, poco agresiva, exenta de riesgos y con un alto rendimiento diagnóstico. En el diagnóstico de la amiloidosis cardíaca son de utilidad el ECG, la gammagrafía con 99mTc y el ecocardiograma. En el ECG se observa típicamente un bajo voltaje del complejo QRS, con alteraciones en la conducción auriculoventricular e intraventricular y presencia de arritmias. La gammagrafía con 99Tc muestra una captación patológica en caso de afección cardíaca, especialmente en la amiloidosis por TTR. El ecocardiograma bidimensional cons- tituye la exploración de elección en el diagnóstico de la amiloidosis cardíaca, ya que permite observar un engrosamiento simétrico de las paredes del ventrículo izquierdo y del tabique interventricular e hipoquinesia y disminución de las cavidades izquierdas. La infil- tración miocárdica por amiloide se traduce en una imagen ecocar- diográfica patognomónica constituida por un granulado brillante (granular sparkling) en la pared del ventrículo izquierdo y el septum interventricular. La RM resulta también útil en la identificación de la infiltración miocárdica por amiloide. En los últimos años se han introducido técnicas isotópicas (PET) en el diagnóstico de la amiloidosis sistémica, especialmente el marcaje del componente P del amiloide con 123I, que ha demostrado una gran sensibilidad y especificidad, no solamente en el diagnóstico sino tam- bién en el seguimiento de los depósitos amiloides. TRATAMIENTO El enfoque terapéutico se basa en tres objetivos: a) reducir la produc- ción-síntesis de la proteína precursora de las fibrillas amiloides; b) evitar el depósito-polimerización de la proteína precursora en fibrillas amiloides, y c) aplicar tratamiento específico sintomático de los órganos afectados. Para el tratamiento de la amiloidosis AL, véase el capítulo 212, Gammapatías monoclonales. El tratamiento de la amiloidosis secundaria AA consiste en con- trolar los procesos inflamatorios crónicos que mantienen elevada la síntesis de hepática de SAA, mediante la utilización de agentes citostáticos y/o el bloqueo del TNF-α o IL-1 en las enfermedades reumáticas crónicas (artritis reumatoide o enfermedad de Still) y con la administración de antibióticos específicos en las enfermedades infecciosas de curso crónico. En la fiebre mediterránea familiar, la utilización de colquicina evita los episodios inflamatorios agudos y recidivantes y el desarrollo de amiloidosis AA, al disminuir la síntesis hepática de SAA y la polimerización del SAA en la proteína fibrilar AA. En las formas graves de enfermedades autoinflamatorias heredi- tarias (FMF, TRAPS, CAPS, HIDS), el bloqueo de la inflamación mediante fármacos anti-TNF-α o anti-IL-1 (anakinra o canakinumab) resulta esencial para prevenir el desarrollo de amiloidosis secundaria. El bloqueo del TNF-α mediante terapias biológicas (infliximab o etanercept) podría constituir una alternativa terapéutica útil en casos de amiloidosis AA con afección orgánica grave, que no respondieran al tratamiento convencional. En la amiloidosis asociada a la diálisis, el trasplante renal representa el tratamiento de elección, aunque no hay evidencias de la desaparición de los depósitos amiloides. El tratamiento de la amiloidosis AF por TTR ha cambiado radicalmente en los últimos años. El trasplante hepático ha sido prácticamente abandonado a favor de tratamientos más efectivos y menos agresivos. El tafamidis, estabilizador del tetrámero de la TTR, ha sido recientemente aprobado para el tratamiento de pacientes con AF sintomáticos (estadio I), al enlentecer la progresión de la amiloidosis, especialmente la polineuropatía sensitiva. También el diflunisal, estabilizador de la TTR, ha demostrado resultados esperanzadores en la amiloidosis por TTR. Tratamientos biológi- cos mediante silenciadores del mRNA (inotersén y patisirán) que bloquean la síntesis hepática de TTR han demostrado eficacia en frenar la progresión de la amiloidosis, mejorando en algunos casos el cuadro clínico con reversibilidad de la polineuropatía amiloidea. En los próximos años se deberán definir los algoritmos terapéuticos idóneos para cada variedad de amiloidosis familiar y para cada estadio de enfermedad amiloidea. Aún en fase de ensayos clínicos, los inhibidores competitivos del componente P del amiloide podrían ser útiles en todas las variedades de amiloidosis. Se trata de moléculas de pequeño tamaño que desplazan al componente P, con lo que evitan la polimerización de las fibrillas amiloides y provocan una deplecióndel componente P. El tratamiento sintomático de las diversas variedades de amiloidosis dependerá de la distribución y gravedad de los depósitos amiloides en órganos y tejidos y de las manifestaciones clínicas secundarias a la infiltración por sustancia amiloide. La afección renal en el curso de la amiloidosis sistémica puede progresar a insuficiencia renal crónica terminal, con lo que requiere tratamiento sustitutivo con diálisis y/o trasplante renal. El bloqueo de la angiotensina II con IECA o ARA-II se ha mostrado eficaz en el control de la proteinuria en las fases iniciales de la amiloidosis renal, aunque su utilización está limitada por la tendencia a la hipotensión de los pacientes con amiloidosis sistémica. El tratamiento sustitutivo renal podrá realizarse indistintamente con hemodiálisis o diálisis peritoneal, sin que existan diferencias marcadas con respecto a la tolerancia clínica y/o supervivencia del paciente. La experiencia con trasplante renal en la amiloidosis sistémica es limitada y casi exclusiva de la amiloidosis AA, con unos resultados aceptables de supervivencia del paciente e injerto. En casos de afección cardíaca grave se puede considerar el trasplante cardíaco como única alternativa terapéutica. Amiloidosis renal (examen con luz polarizada). Aspecto birrefringente de la sustancia amiloide. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1088 SECCIÓN VII Reumatología y enfermedades sistémicas BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Khalighi MA, Dean Wallace W, Palma-Diaz MF. Amyloid nephropathy. Clin Kidney J 2014;7:97-106. Larsen CP, Kossmann RJ, Beggs ML, Solomon A, Walker PD. Clinical, morphologic, and genetic features of renal leukocyte chemotactic factor 2 amyloidosis. Kidney Int 2014;86:378-82. Pelletier-Galarneau M, Abikhzer G, Giraldeau G, Harel F. Molecular Imaging of Cardiac Amyloidosis. Curr Cardiol Rep 2019;21(3):12-9. Real de Asúa D, Costa R, Galván JM, Filigheddu MT, Trujillo D, Cadiñanos J, Systemic AA. amyloidosis: epidemiology, diagnosis, and management. Clin Epidemiol 2014;6:369-77. Richards DB, Cookson LM, Berges AC, Barton SV, Lane T, Ritter JM, et al. Therapeutic Clearance of Amyloid by Antibodies to Serum Amyloid P Component. N Engl J Med 2015;373:1106-14. BIBLIOGRAFÍA GENERAL Denton CP, Khanna D. Systemic sclerosis. Lancet 2017;390:1685-99. 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