Logo Studenta

ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO (272)

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Canal
biliar
Canalículo biliar
Vena
porta
Arteria
hepática
Sinusoide
hepático
Vena
centrolobulillar
Figura 10-20. Estructura microscópica de los sinusoides hepáticos. Por un extremo los hepatocitos están orientados hacia los sinusoides
para la captación de oxígeno y de sustancias nutritivas, y por el otro hacia los canalículos biliares, en los cuales secretan la bilis. Las
células de Kupffer, que se pueden observar en la pared de los capilares, constituyen un mecanismo de defensa adicional.
la acción de las enzimas lipolíticas. Igualmente, las sales
biliares son imprescindibles para la absorción de las grasas
y sus fragmentos, a través de la mucosa intestinal. Además,
las sales biliares facilitan la absorción de las vitaminas
liposolubles A, D, E y K, que siguen el mismo camino que
las grasas.
La bilirrubina es un producto de excreción del organismo
que se expulsa por la bilis, y se forma por la degradación de
la hemoglobina plasmática procedente de los hematíes des-
truidos. La bilirrubina aislada es insoluble, por lo que se
debe unir en el hígado al ácido glucurónico (se conoce
entonces como bilirrubina conjugada). La forma conjugada
es excretada por la bilis al intestino, donde por la acción de
las bacterias intestinales se convierte en urobilinógeno. El
urobilinógeno en parte se reabsorbe por la pared intestinal y
se elimina por el riñón en forma de urobilina (responsable
del color oscuro de la orina), y en parte se elimina por las
heces donde se conoce como estercobilina (responsable
también del color de éstas).
10.6.6. Secreción biliar: control y circulación
enterohepática
La bilis es elaborada de forma continua por las células
hepáticas, pero se almacena en la vesícula biliar hasta el
momento en que se vierte al tubo digestivo. Para que esto
ocurra, son necesarios dos requisitos: por un lado, la relaja-
ción del esfínter de Oddi, que cierra la ampolla de Vater, y
por otro, la contracción de la vesícula biliar para que se
vacíe en el colédoco y la bilis se vierta al duodeno.
Esta doble acción está controlada por la pancreozinina
(también llamada colecistocinina) secretada por las células
de la pared duodenal ante la presencia de grasas.
Además, hay sustancias cuya presencia en el intestino
produce un aumento de la secreción de bilis por parte del
hepatocito (acción colerética), o bien la contracción y vacia-
miento de la vesícula biliar (acción colagoga). Las principa-
les sustancias coleréticas y colagogas son las grasas, los
huevos y los derivados lácteos. Esto explica que las perso-
nas con padecimientos de las vías biliares toleren tan mal
estos alimentos.
Las sales biliares secretadas al intestino para emulsionar
las grasas las acompañan durante los procesos de absorción,
pero una vez que los lípidos han pasado la barrera epitelial
es habitual que el complejo grasa + sal biliar se rompa y las
grasas pasen a los linfáticos intestinales. En cambio, las
sales biliares pasan a la sangre de donde son recuperadas
por el hígado para volver a ser excretadas por la bilis, con lo
cual se repite el proceso de emulsión y absorción lipídica.
Este proceso de secreción-recuperación se denomina circu-
lación enterohepática (Fig. 10-22).
10.7. EL INTESTINO DELGADO
10.7.1. Anatomía general del intestino delgado
El intestino delgado es un tubo de unos 6 m de longitud y
de diámetro progresivamente decreciente, que va desde el
píloro hasta la válvula ileocecal, la cual lo separa del intesti-
no grueso. Está dividido en tres porciones: la primera (ya
explicada) es el duodeno y tiene unos 25 cm de longitud, la
segunda se denomina yeyuno y mide entre 2 y 2.5 m, y la
tercera es el íleon, que mide entre 3 y 3.5 m. La frontera
entre el duodeno y el yeyuno es el ángulo de Treitz, pero no
existe una división clara entre íleon y yeyuno. Éstos se
Parte III. Alimentación y excreción 253

Continuar navegando