Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Enfermedades desmielinizantes del sistema nervioso central CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN Los axones en el SNC presentan una envoltura formada por la aposi- ción sucesiva de capas concéntricas de la membrana de los oligoden- drocitos. La estructura multilamelar de composición lipoproteica resultante (mielina) actúa como un aislante y se interrumpe de forma segmentaria en los nodos de Ranvier para permitir los intercambios iónicos en estos y hacer posible una conducción más rápida de los potenciales de acción (conducción saltatoria). Las enfermedades de la mielina se dividen clásicamente en desmielinizantes o mielino- clásticas, en las que la mielina normal es destruida, y enfermedades desmielinizantes o leucodistrofias, en las que una anomalía metabólica de origen genético determina la formación de mielina anormal o un fracaso completo de la mielinización. Las enfermedades desmielinizantes del SNC son procesos inflama- torios idiopáticos de curso crónico y a menudo recurrente (esclerosis múltiple [EM]) o agudo (encefalomielitis aguda diseminada). Existen otras enfermedades que afectan a la mielina, de origen infeccioso (leucoencefalopatía multifocal progresiva), tóxico-metabólicas (intoxi- cación por monóxido de carbono, déficit de vitamina B12, intoxicación por mercurio, ambliopía alcohol-tabaco, mielinólisis central pontina, síndrome de Marchiafava-Bignami, hipoxia, radiación) y vasculares (enfermedad de Binswanger). https://booksmedicos.org 1395 CAPÍTULO 176 Enfermedades desmielinizantes del sistema nervioso central © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X IIESCLEROSIS MÚLTIPLE Concepto Las primeras descripciones anatomopatológicas fueron realizadas por Cruveilhier (1835) y Carswell (1838), pero fue Charcot quien ofreció, en 1868, la primera correlación clínico-patológica de la enfermedad y quien acuñó el concepto de esclerosis en placas, que hace referencia a los hallazgos anatomopatológicos. Los autores anglosajones la denomi- nan esclerosis diseminada, aludiendo a la diseminación de las lesiones en el SNC. La denominación más empleada es la de esclerosis múltiple (EM), en referencia a las lesiones múltiples en el espacio y en el tiempo. Etiopatogenia Es una enfermedad de etiología desconocida, en la que probablemente un factor ambiental desconocido induce una respuesta inmunitaria anormal en personas genéticamente predispuestas. La consideración de los factores genéticos se basa en los siguientes hechos: 1) es entre 10 y 50 veces más frecuente en los parientes de afectados de la enfer- medad que en la población general; 2) la concordancia entre gemelos monocigóticos es del 31% frente al 5% en gemelos dicigóticos; 3) el riesgo no se ve incrementado en sujetos adoptados por familias con algún paciente de EM, y 4) existe resistencia en ciertos grupos étnicos o asociación positiva con el origen escandinavo. Los estudios indican que existe una susceptibilidad poligénica. de histocompatibilidad o human leukocyte antigen (HLA), habiéndose hallado, además, más de 200 polimorfismos de nucleótido único en los pacientes, comparados con los controles sanos. La supuesta influencia ambiental se basa en que: 1) la prevalencia de la EM varía con la latitud (mayor frecuencia entre 40° y 60° de latitud norte y sur); 2) existe un cambio en la tasa de prevalencia en los inmigrantes, que difiere de la de sus progenitores y se sitúa en la misma frecuencia que la de la población autóctona cuando emigran antes de los 15 años, y 3) se producen focos (excesos de frecuencia) y epidemias. La falta de radiación ultravioleta solar, el déficit de vitamina D, las infecciones por el virus de Eps- tein-Barr y el tabaco han sido implicados entre los factores causales o desencadenantes de la EM. También se ha relacionado esta enfermedad con los cambios asociados con el desarrollo, tales como el aumento de la higiene (exposición tardía a los agentes infecciosos y disminución de las parasitosis intestinales) y las variaciones en la dieta, que originan cambios en la microbiota intestinal. La obesidad infantil y el aumento de la ingesta de sal son otros factores implicados. La inmunopatogenia de la EM podría estar relacionada con una activación periférica de células T autorreactivas en personas genéti- camente susceptibles por la acción de un antígeno ambiental, proba- blemente un virus, que daría lugar a una reacción cruzada entre las proteínas de la mielina y la proteína exógena (vírica o bacteriana) a través de un proceso de mimetismo molecular. Otra posibilidad es que una lesión previa del SNC libere autoantígenos, que llegarían a la cadena linfática cervical, donde serían presentados a células T que se volverían autorreactivas. Una vez activadas en la periferia, las células autorreactivas (Th1 CD4+ y Th17) migrarían a través de la barrera hematoencefálica. Este proceso involucra a las moléculas de adhesión VLA-4 (very late antigen), presente en los linfocitos, y VCAM-1 (vas- cular cell adhesion molecule), presente en el endotelio. Tras entrar en el SNC, las células T son reactivadas por la presentación de péptidos autoantigénicos por células presentadoras de antígeno (células dendríti- cas, macrófagos, células B) en el contexto de moléculas HLA de clase II, dando lugar a una cascada inflamatoria, con liberación de citocinas y quimiocinas, proliferación clonal de células T y reclutamiento de otras células inflamatorias (monocitos y células B), y activación persistente de microglia y macrófagos, lo que provoca daño mielínico y axonal. Células Th2 CD4+ tratan de disminuir la acción de las células Th1 y Th17. La inflamación y desmielinización local expone nuevos antígenos de mielina, aportando nuevas dianas para las células T autorreactivas, fenómeno llamado diseminación epitópica. La activación posterior de células de la microglia da lugar a una inflamación persistente, aun en ausencia de nuevas oleadas de células infiltrativas desde la periferia. Células T CD8+ pueden producir lesiones directas a axones, neuronas y oligodendrocitos. Recientemente, se ha reconocido una participa- ción importante de las células B, posiblemente por la producción de autoanticuerpos, de citocinas y como presentadoras de antígenos a las células T, basándose en la heterogeneidad de las lesiones y la presencia de estructuras semejantes a folículos linfoides en la zona subpial y en el éxito terapéutico con inmunoterapias basadas en las células B. Aparte del importante papel de la desmielinización, también tiene lugar un proceso de lesión axonal temprano, que sería responsable de la discapacidad. Los mecanismos exactos no son bien conocidos, pero es probable que incluyan una lesión directa de la mielina y los oligoden- drocitos por los linfocitos T CD4+ y CD8+, la microglia/macrófagos activados y el complemento, así como por los efectos indirectos de las citocinas proinflamatorias, tales como la IL-1β, el factor de necrosis tumoral α (TNF-α), el óxido nítrico y las metaloproteasas de la matriz (MMP). En la fase crónica, hay infiltrados inflamatorios meníngeos que se asocian con lesiones subpiales y podrían contribuir a la inflamación cortical y a la discapacidad. Anatomía patológica La lesión característica es la placa o lesión focal de desmielinización perivenosa, con inflamación y pérdida axonal variables, que afecta pre- dominantemente a la sustancia blanca del cerebro, a la médula espinal y al nervio óptico, pero también a la corteza cerebral, incluida la zona subpial (fig. 176-1). Los infiltrados inflamatorios están constituidos por células T activadas (predominantemente CD8+ con presencia variable de CD4+), microglia/macrófagos, células plasmáticas y células B. Las placas de la EM se clasifican como activas, crónicas y remieli- nizadas. Las lesiones activas son comunes en la fase recurrente-remi- tente (EMRR) y se caracterizan por desmielinización con relativa preservación de losaxones, infiltrado macrofágico, astrocitos reactivos e inflamación perivascular y parenquimatosa. Las placas crónicas e inactivas son más frecuentes en los pacientes con formas progresivas y se asocian con desmielinización extensa, depleción axonal marcada, pérdida de oligodendrocitos y ausencia relativa de inflamación. Las pla- cas remielinizadas se ven dentro de las placas activas o en sus márgenes y contienen axones finamente mielinizados y a menudo precursores de oligodendrocitos. Las «lesiones sombreadas» son lesiones parcialmente remielinizadas y se pueden apreciar tanto en la fase recurrente como en la fase progresiva de la enfermedad. La desmielinización cortical y la pérdida axonal se han reconocido en los últimos años como procesos importantes. Las lesiones son heterogéneas y este hecho se relacio- na probablemente con el estadio de la enfermedad en un paciente determinado. La afectación cortical incluye desmielinización, pero también pérdida neuronal. Se han descrito lesiones subpiales e intra- y leucocorticales. Las lesiones corticales se correlacionan con el deterioro cognitivo. En las fases avanzadas, progresivas, de la enfermedad, existe una inflamación intersticial del parénquima cerebral, caracterizada esencialmente por pequeños nódulos de microglia activada que irían Figura - A. Placas de desmielinización en el cerebro, con dis- tribución periventricular (flechas). B. Infiltrado perivenoso de células inflamatorias en el centro de una placa de esclerosis múltiple. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1396 SECCIÓN XII Neurología lesionando todo el SNC de forma lentamente progresiva, contribuyen- do a producir la atrofia cerebral que caracteriza a la EM como proceso inflamatorio y también neurodegenerativo. Patogenia La desmielinización altera la conducción saltatoria de las vías mieliniza- das normales. La desmielinización parcial ocasiona un enlentecimiento en la conducción axonal, responsable del retraso e incluso el bloqueo en la conducción de los potenciales evocados, lo que da lugar, cuando la alteración ocurre en una vía elocuente, a la aparición de los síntomas de la enfermedad. La conducción nerviosa empeora con las elevaciones de temperatura (fenómeno de Uhthoff). Los axones desmielinizados pueden descargar espontáneamente para dar lugar a los fosfenos y son más sensibles a la presión mecáni- ca, para provocar la sensación eléctrica que desciende por la espalda o las extremidades al flexionar el cuello (síntoma y signo de Lhermitte). La transmisión efáptica entre axones desmielinizados contiguos es responsable de fenómenos paroxísticos como neuralgia del trigémino, ataxia y disartria, o postura tetánica de las extremidades, en respuesta a estímulos táctiles o al movimiento. Cuadro clínico La característica clínica más llamativa de la EM es su gran variabilidad, determinada por la localización de las lesiones, con predilección por ciertas partes del SNC: periventriculares, nervio y quiasma óptico, tronco cerebral, pedúnculos cerebelosos y médula. Ello da lugar a debilidad, alteración de la sensibilidad, alteración de la visión, diplopía, nistagmo, disartria, temblor intencional, ataxia, disfunción vesical, alteraciones del estado del ánimo y deterioro cognitivo. La presencia de síntomas y signos más o menos característicos y su diseminación en el espacio (más de una lesión en el neuroeje) y en el tiempo (más de un episodio de disfunción neurológica) permiten establecer el diagnóstico, si se descarta otra causa que pueda explicar mejor la sintomatología. La EM es rara antes de los 10 años (2%-5%) y después de los 60 años (10%). En el 70% de los casos, la presentación es entre los 20 y los 40 años y afecta con mayor frecuencia a las mujeres que a los varones (2-3:1). En edades tardías (> 45 años), la proporción se iguala. Síntomas y signos de comienzo El síntoma más frecuente es la alteración de la sensibilidad (45%), en forma de parestesias o acorchamiento de uno o más miembros o del tronco (alteración del haz espinotalámico) o sensación de banda constrictiva en el tronco o los miembros (alteración cordonal posterior) con diversas combinaciones de hipoestesia táctil, térmica y dolorosa y/o disminución de la sensibilidad profunda, posicional y vibratoria, y signo de Romberg. La alteración motora (40%) se caracteriza por paresia o torpeza de una mano y debilidad de la pierna ipsilateral. La debilidad se suele acompañar de aumento del tono muscular y de los reflejos osteoten- dinosos, presencia del signo de Babinski y, en ocasiones, ausencia de los reflejos cutáneos abdominales. Los síntomas de disfunción del tronco cerebral, tales como disartria, diplopía, disfagia o vértigo, son menos frecuentes (25%). En la explora- ción es típica la presencia de nistagmo, oftalmoplejía internuclear, que cuando ocurre en una persona joven y es bilateral es muy sugestiva de EM. La oscilopsia (sensación de oscilación del entorno secundaria al nistagmo) y la parálisis facial nuclear son menos frecuentes. La afección del nervio o quiasma óptico es característica, aunque menos frecuente como síntoma inicial (20%). La tríada habitual de la neuritis óptica es la pérdida de agudeza visual, el dolor ocular ipsilateral y la alteración de la visión de los colores. Se puede acompañar de cualquier tipo de alteración campimétrica, pero es más característico el escotoma central. Durante el episodio agudo, el fondo de ojo suele ser normal (neuritis retrobulbar) o existe un edema de papila (papilitis); se aprecia un defecto pupilar aferente relativo o pupila de Marcus-Gunn. Es frecuente que, al cabo de unas semanas, se aprecie una palidez de papila de predominio en la región temporal o difusa (atrofia óptica). El cerebelo está afectado inicialmente con menor frecuencia (10%-20%) y es causa de disartria con lenguaje escandido, incoordinación de los miembros o inestabilidad en la marcha. En la exploración se encuentra temblor intencional, dismetría, disdiadococinesia, ataxia de los miembros o del tronco y ampliación de la base de sustentación en la marcha. La afección de los esfínteres o la aparición de síntomas de deterioro cognitivo, como manifestaciones iniciales aisladas, son muy infrecuen- tes. En estos casos, el diagnóstico es más complejo y sólo será posible cuando se asocien otros síntomas. Síntomas y signos en el curso de la enfermedad En el curso de la enfermedad suelen estar afectados la mayoría de los sistemas funcionales neurológicos citados. Las alteraciones más frecuentes son las motoras (90%) y las sensitivas (77%), en ambos casos de predominio en los miembros inferiores, y las cerebelosas (75%), seguidas en orden decreciente por las alteraciones de tronco cerebral, esfínteres, visuales y mentales. Otras alteraciones clínicas que se presentan con cierta frecuencia en la EM son: Fatiga. Es un síntoma muy frecuente (80%-90%) y que puede ser muy invalidante. Se exacerba con el calor, lo que la diferencia de la fatiga en los sujetos sanos. Dolor. En muchos pacientes (45%-80%): neuralgia del trigémino, espasmos tónicos, disestesias punzantes o urentes paroxísticas en extremidades o en tronco, signo de Lhermitte doloroso y lumbalgia. Signo de Lhermitte. Presente en el 20%-40% de los pacientes. Su presencia aislada en una persona joven, sin antecedente traumático, debe hacer sospechar una EM. Deterioro cognitivo. Los trastornos neuropsicológicos están presentes en el 40%-70% de los pacientes. Las alteraciones más frecuentes son la disminución de la velocidad de procesamiento, la memoria verbal, visual y de trabajo, la atención y las funciones ejecutivas y, menos a menudo, las alteraciones del lenguaje y la memoria inmediata y remota.Las alteraciones parecen relacionarse con la duración y curso de la enfermedad, la carga lesional en T2 y las medidas de atrofia cerebral en la RM, en particular de la sustancia gris. Trastornos afectivos. El más frecuente es la depresión, que parece ser reactiva. La euforia es mucho más infrecuente. Epilepsia. La epilepsia es más frecuente (5%) que en la población general (0,5%); se pueden ver todo tipo de crisis, con excepción de las ausencias típicas. Cuadros seudotumorales. Muy ocasionalmente, la EM se puede presentar con un curso clínico y de neuroimagen que mimetiza un tumor cerebral. Síntomas paroxísticos. Son episodios breves, estereotipados y con frecuencia desencadenados por estímulos sensitivos o por el movi- miento. La neuralgia del trigémino es el más frecuente (6%). Narcolepsia. Parece existir una relación entre ambas condiciones (ambas asociadas a HLA DR2). Movimientos anormales. Aparte del temblor intencional cerebeloso, se pueden presentar de forma ocasional corea, atetosis, balismo, mioclonías y distonías focales. Alteraciones de los esfínteres. Son frecuentes (70%) en el curso de la EM. En orden decreciente de frecuencia son: urgencia, urgen- cia-incontinencia, frecuencia miccional y micción interrumpida. La alteración urodinámica más frecuente es la hiperreflexia del detrusor, seguida de la disinergia vesicoesfinteriana. En ambas se producen síntomas irritativos (urgencia, frecuencia e incontinen- cia). La vejiga arrefléxica es menos frecuente y se acompaña de síntomas obstructivos (vaciado incompleto, micción interrumpida y dificultad para iniciar la micción). El estreñimiento es relativamente frecuente, al contrario que la incontinencia fecal. Las alteraciones en la esfera sexual (50%-90%) son impotencia y dificultad en la eyaculación en varones, y anorgasmia y disminución de la lubrica- ción vaginal en mujeres. Historia natural y formas evolutivas El 80%-90% de los pacientes presentan un curso con brotes remitentes- recidivantes de disfunción neurológica, que a medida que se repiten en el tiempo van dejando secuelas funcionales (EMRR). Tras 15-25 años, Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1397 CAPÍTULO 176 Enfermedades desmielinizantes del sistema nervioso central © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X II el 50% de esos pacientes pasan a un curso progresivo no relacionado con los brotes (EM secundariamente progresiva [EMSP]). El 10%-15% presentan un curso progresivo desde el inicio (forma primariamente progresiva [EMPP]), aunque algunos pueden presentar exacerbaciones ocasionales tras un inicio progresivo. Recientemente, se ha aceptado una nueva clasificación fenotípica de la enfermedad (fig. 176-2). Se consideran signos de actividad la existencia de brotes o la actividad por RM (lesiones nuevas o aumentadas en T2 y lesiones que captan gadolinio en T1). La evaluación de la actividad debe hacerse al menos una vez al año. En la fase progresiva, además, se incluye la presencia/ ausencia de progresión medida con escalas clínicas. Se denomina síndrome radiológico aislado cuando se detectan en la RM de una persona lesiones sugestivas de EM sin que haya presentado manifestaciones neurológicas previas, y síndrome clínico aislado (SCA) en el caso de pacientes que presentan un primer episodio clínico infla- matorio de tipo desmielinizante, similar al de los brotes típicos que presentan los pacientes con EM. Si estos pacientes cumplen criterios de diseminación en espacio y tiempo, pasan a ser diagnosticados de EM, de acuerdo con los criterios diagnósticos de 2017. Sobre la base de la nueva clasificación fenotípica, la EMRR puede ser activa o inactiva (v. fig. 176-2), y las formas progresivas EMPP y EMSP se pueden subclasificar como activas y con progresión, activas sin progresión, no activas con progresión, y no activas y sin progresión (v. fig. 176-2). Factores asociados con el comienzo de la enfermedad o de los brotes De los potenciales factores desencadenantes del comienzo de la enfer- medad o de la recurrencia de los brotes (embarazo, punción lumbar, vacunaciones, contraceptivos orales, traumas, operaciones quirúrgicas, estrés emocional, cansancio, calor) sólo se ha podido establecer una relación causal con las infecciones: el 10% de las infecciones respira- torias del tracto superior y gastrointestinal se seguirán de un brote, y un 30% de los nuevos brotes están relacionados con una infección. Durante el embarazo hay una reducción en la tasa de brotes, pero el riesgo se incrementa en el puerperio. Se ha visto relación con las vacunaciones con virus inactivados, por lo cual están contraindicadas, salvo necesidad mayor. Las vacunaciones con virus muertos no están contraindicadas. Frecuencia de los brotes La recurrencia de los brotes es variable, pero en promedio se dan de 0,3 a 0,5/año en los pacientes con EMRR, y alrededor de 0,2 en las EMSP. Escalas de disfunción neurológica Kurtzke desarrolló una escala de disfunción neurológica (EDSS, Expan- ded Disability Status Scale), que puntúa el deterioro de 0 (normal) a 10 (fallecido), con intervalos de 0,5 puntos. La puntuación se obtiene de la valoración cuantitativa de las alteraciones en la función piramidal, cerebelosa, del tronco cerebral, sensitiva, intestino-vejiga, visual y mental. A partir de un EDSS de 4,0, el deterioro viene marcado por la capacidad de deambulación. La escala Multiple Sclerosis Functional Composite Scale (MSFC) se calcula sumando las puntuaciones en tres test estandarizados: 1) el T25W, o tiempo para caminar 25 pasos (7,5 m); 2) el Nine Hole Peg Test (9HPT), que mide el tiempo para meter y retirar nueve palitos de una caja con nueve agujeros, y 3) el Paced Auditory Serial Addition Test (PASAT-3), o test de 3 s de audición seriada en pasos. Exploraciones complementarias Análisis del LCR En el 65% de los casos la celularidad es normal (≤ 5/µL). Cifras superiores a 50/µL van en contra del diagnóstico. Los datos más característicos son: un índice de IgG elevado (> 0,7) y la presen- cia de bandas oligoclonales de IgG en más del 90% de los casos (fig. 176-3). Figura - Fenotipos de la esclerosis múltiple (EM), según la clasificación de 2014. Figura - Bandas oligoclonales positivas (BO +, señaladas con flechas) en el líquido cefalorraquídeo que no están presentes en el suero. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1398 SECCIÓN XII Neurología Las bandas no son específicas, debido a que pueden estar presentes en otras enfermedades como panencefalitis esclerosante subaguda, otras infecciones víricas, neurosífilis, sarcoidosis, Behçet y otras enfermeda- des neurológicas autoinmunes. Potenciales evocados Proporcionan una medida fiable de la desmielinización y permiten detectar lesiones no evidentes por la exploración. Además, pueden ayudar al diagnóstico, al poner de manifiesto la existencia de una segunda lesión. Sin embargo, sólo los potenciales evocados visuales han demostrado su utilidad para identificar a pacientes con riesgo de desarrollar una EM. Resonancia magnética La RM permite: a) detectar lesiones de características desmielinizantes en el 95% de las RM craneales y en el 75% de las RM cervicales en los pacientes con EM; b) establecer el criterio de diseminación espacial (más de una lesión anatómica) y el temporal (aparición de nuevas lesiones o coexistencia de lesiones antiguas y nuevas); c) descartar otras causas; d)monitorizar la actividad (las lesiones en la RM aparecen 15 veces más frecuentemente que nuevos brotes clínicos); e) determinar el volumen cerebral y calcular el grado de atrofia, y f ) avanzar en el conocimiento de los procesos patológicos: inflamación (captación de gadolinio en T1); desmielinización (proporción en la transferencia de magnetización); astrocitosis (lesiones en T2, refleja el incremento en el contenido de agua); daño axonal (N-acetil-aspartato mediante espectroscopia); atrofia cerebral, y agujeros negros en T1 (fig. 176-4). Diagnóstico El diagnóstico se basa en la integración de hallazgos clínicos, de imagen y laboratorio, manteniendo el concepto de concurrencia de disemina- ción en el espacio y en el tiempo, y el que no exista otro proceso que pueda explicar las manifestaciones del paciente. Desde 2001, se han utilizado los criterios de McDonald que se han ido redefiniendo a lo largo de los años para hacerlos más simples y accesibles, sin perder sensibilidad y especificidad. Estos criterios permiten evaluar la diseminación en el espacio y el tiempo a través de la RM (cuadro 176-1). La última revisión, criterios de McDonald 2017 (tabla 176-1 y cuadro 176-2), permite además que un paciente con un SCA típico que presente diseminación espacial por RM (v. cuadro 176-1) pueda ser diagnosticado de EM si se detectan bandas oligoclonales de IgG en el LCR. Lo realmente importante es que los criterios deben ser aplicados a pacientes que presenten síntomas típicos de EM y en los que se sospecha la enfermedad, y no para diferenciar la EM de otros procesos neurológicos. Diagnóstico diferencial Debe dudarse del diagnóstico: 1) si no existen alteraciones visuales ni oculomotoras; 2) cuando hay ausencia completa de alteraciones sensiti- vas y esfinterianas; 3) en caso de curso progresivo en pacientes jóvenes; 4) cuando todos los hallazgos clínicos pueden explicarse por una lesión única; 5) si el LCR presenta valores altos en el número de células (en particular, polimorfonucleares) o de las proteínas totales y ausencia de bandas oligoclonales; 6) en ausencia de lesiones en la RM de cráneo y médula, y 7) en caso de presentaciones que son más sugestivas de un diagnóstico alternativo, que incluyen: neuritis óptica bilateral, mielitis transversa completa, parálisis oculomotora completa, náuseas, vómitos e hipo incoercible, encefalopatía, cefalea o meningismo. En el diagnóstico diferencial de la EM se incluyen procesos infla- matorios como el espectro de neuromielitis óptica (NMO), lupus eritematoso sistémico, síndrome de Sjögren primario, poliarteritis nudosa, enfermedad de Behçet, angeítis granulomatosa, sarcoidosis, encefalomielitis aguda diseminada; enfermedades infecciosas como borreliosis, sida, paraparesia espástica tropical, leucoencefalopatía multifocal progresiva y neurosífilis; enfermedad cerebrovascular como CADASIL; heredoataxias; degeneración combinada subaguda; mal- formación de Arnold-Chiari, y leucodistrofias juveniles y del adulto (leucodistrofia metacromática y adrenomieloleucodistrofia). Las exploraciones complementarias aconsejadas son: análisis de sangre, hematológico y bioquímico, con VSG; anticuerpos anti-DNA, anti-ENA, anti-Ro, anti-La y antifosfolipídico; serología de lúes, Borre- lia, Brucella y HIV; enzima convertidora de la angiotensina; vitamina B12 y ácido fólico. Otras pruebas más específicas se realizarán en función anti-MOG, de DNA mitocondrial en linfocitos o muestra de biopsia; análisis de ácidos grasos de cadena larga; HLA; EMG, etc. Pronóstico La expectativa de vida es de unos 6-7 años menor que en la población general. Las causas de muerte más frecuentes son las infecciones y las enfermedades no relacionadas. Son factores pronósticos favorables: Figura - RM de cráneo. En la imagen potenciada en T2 (A) se aprecian múltiples lesio- nes periventriculares hiperintensas (flechas). En la imagen potenciada en T1 con gadolinio (B) se aprecian tres lesiones que captan el contraste (flechas). • CUADRO 176-1 Criterios de McDonald 2017 para demostrar diseminación en espacio y tiempo por RM en un paciente con un síndrome clínico aislado La diseminación en espacio puede ser demostrada por una o más lesiones hiperintensas en T2 que sean características de esclerosis múltiple en dos o más de las cuatro localizaciones siguientes: región cerebral periventricular*, cortical o yuxtacortical, infratentorial y médula espinal. La diseminación en el tiempo puede ser demostrada por la presencia simultánea de lesiones captantes y no captantes de gadolinio, en cualquier momento, o por una nueva lesión hipertensa en T2 o captante de gadolinio en una RM de seguimiento con respecto a la exploración basal e independiente del tiempo en que se realizó la RM basal. *Para algunos pacientes, por ejemplo, mayores de 50 años o con factores de riesgo vascular, podría ser prudente contabilizar un mayor número de lesiones periventriculares. Tomado de Thomson AJ, Banwell BK, Barkhofet F, et al. Diagnosis of multiple sclerosis: 2017 revisions of the McDonald criteria. Lancet Neurol 2018;17:162-73. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1399 CAPÍTULO 176 Enfermedades desmielinizantes del sistema nervioso central © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X II comienzo a edad temprana, sexo femenino, síntomas de inicio visual y sensitivo, curso en brotes. Son factores pronósticos desfavorables: comienzo por encima de los 40 años, sexo masculino, inicio con sín- tomas motores y cerebelosos, recurrencia precoz tras el primer brote y curso progresivo desde el inicio. Formas malignas y benignas Existen casos con evolución muy rápida; en particular, la forma aguda o enfermedad de Marburg se asocia a una lesión pseudotumoral úni- ca o multifocal con efecto masa, que puede ocasionar un síndrome de herniación cerebral y causar la muerte en días o semanas. Otras formas, sin ser agudas, son de evolución rápida y consideradas malignas por originar el fallecimiento del paciente tras unos 5 años de evolución. Se denominan formas benignas aquellas que tras 10-15 años de evolución permiten desarrollar una vida normal (EDSS ≤ 3,0); las presentan menos del 10% de los pacientes. Tratamiento No existen fármacos profilácticos, curativos o reparadores. Tratamiento del brote agudo Glucocorticoides La 6-metilprednisolona en dosis de 1 g/día i.v. durante 3-5 días ha mostrado acortar la duración de los brotes y acelerar la recuperación, pero no parece que aporte ningún beneficio funcional a largo plazo. Tampoco existen datos concluyentes que indiquen que el beneficio clínico dependa de la vía de administración, el tipo de glucocorticoide administrado o la dosis utilizada. Recambio plasmático Se ha demostrado útil (especialmente si se inicia precozmente) en pacientes con un episodio agudo grave de enfermedad desmielinizante inflamatoria del SNC que no hayan respondido al tratamiento con glucocorticoides. El principal factor asociado a buena respuesta es el inicio precoz del tratamiento. Tratamiento para modificar el curso de la enfermedad En la actualidad se considera que en la EM en las fases iniciales es más prominente la inflamación y, en fases avanzadas, la neurodegeneración. Los tratamientos de que se dispone en la actualidad modifican esen- cialmente la inflamación y, por ello, parecen ser más eficaces cuanto antes se utilicen en el curso de la enfermedad. Hay numerosos fármacos aprobados para el tratamiento de la EM (tabla 176-2): inmunomoduladores (interferón β [IFN-β], acetato de glatirámero, dimetilfumarato) e inmunodepresores (natalizumab, fin- golimod, siponimod, teriflunomida, alemtuzumab,ocrelizumab, cla- dribina, azatioprina y mitoxantrona). Interferón β Los interferones son proteínas endógenas que intervienen en la res- puesta inmunitaria y nos defienden de virus y bacterias. Son los pri- meros fármacos modificadores de la enfermedad aprobados en la EM. Los IFN-β funcionarían estabilizando la barrera hematoencefálica, limitando la entrada de células autoagresivas al SNC, además de dis- minuyendo la presentación antigénica y modulando la función de las células T y B. Hay varias preparaciones disponibles (v. cuadro 176-2). Los interferones IFN-β1a e IFN-β1b muestran una eficacia similar, aunque es posible que dosis mayores o más frecuentes sean algo más eficaces. En general, reducen la actividad medida como tasa anual de brotes en un 30%, algo más si se utilizan de forma muy temprana. • CUADRO 176-2 Criterios diagnósticos de McDonald 2017 para pacientes con un curso clínico caracterizado por progresión desde el inicio (esclerosis múltiple progresiva primaria) La esclerosis múltiple progresiva primaria se puede diagnosticar en pacientes con: Un año de progresión de la discapacidad (determinada retrospectiva o prospectivamente) independiente de un brote clínico Y dos de los tres siguientes criterios: Una o más lesiones hiperintensas en T2 que sean características de esclerosis múltiple en una o más de las siguientes localizaciones: periventricular, cortical o yuxtacortical, o infratentorial Dos o más lesiones hiperintensas en T2 en la médula espinal Presencia de bandas oligoclonales en el líquido cefalorraquídeo Tomado de Thomson AJ, Banwell BK, Barkhofet F, et al. Diagnosis of multiple sclerosis: 2017 revisions of the McDonald criteria. Lancet Neurol 2018;17:162-73. TABLA 176-1 Criterios de McDonald 2017 para el diagnóstico de esclerosis múltiple en pacientes con inicio en forma de brotes Número de lesiones con evidencia clínica objetiva Datos adicionales necesarios para el diagnóstico de EM ≥ 2 brotes ≥ 2 Ningunoa ≥ 2 brotes 1 (evidencia histórica razonable de un brote previo que implica una lesión en localización anatómica diferenteb) Ningunoa ≥2 brotes 1 Diseminación en espacio demostrado por otro brote que implica otra área o por RMc 1 brote ≥ 2 Diseminación en tiempo demostrado por otro brote o por RMc, o bien por presencia de bandas oligoclonales 1 brote 1 Diseminación en espacio demostrado por otro brote que implica otra área o por RMc y diseminación en tiempo demostrado por otro brote o por RMc, o bien por presencia de bandas oligoclonales Si se cumplen los criterios y no hay una mejor explicación para la clínica, el diagnóstico es de EM; si hay sospecha sobre la base de un síndrome clínico aislado, pero no se cumplen completamente los criterios, el diagnóstico es de posible EM; si aparece un diagnóstico alternativo durante la evaluación, el diagnóstico es de no EM. Un brote (recaída, ataque, exacerbación) se define según síntomas informados por el paciente y con hallazgos objetivos que reflejan un evento típico inflamatorio desmielinizante focal o multifocal del SNC, con duración de al menos 24 h, con o sin recuperación, y en ausencia de fiebre o infección. aNo se precisan más pruebas para demostrar diseminación en espacio y tiempo. Sin embargo, a menos que no sea posible, se debería realizar una resonancia magnética (RM) en todos los pacientes en los que se considere el diagnóstico. Una RM medular o análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) debería realizarse en pacientes con insuficiente evidencia clínica y de RM para apoyar el diagnóstico, o con presentación diferente a la de síndrome clínico aislado o presentación atípica. Si las pruebas de imagen u otras (p. ej., LCR) se realizan y son negativas, se debe ser extremadamente cauto antes de hacer un diagnóstico de EM, y deben considerarse diagnósticos alternativos. bEl diagnóstico clínico basado en hallazgos objetivos durante dos brotes es más seguro. La evidencia histórica razonable de un brote previo, en ausencia de hallazgos objetivos documentados, puede incluir eventos históricos con síntomas y evolución característicos de brote desmielinizante, pero al menos un brote debe estar apoyado por hallazgos objetivos. cLos criterios de diseminación en espacio y tiempo por RM se describen en el cuadro 176-1. Tomado de Thomson AJ, Banwell BK, Barkhofet F, et al. Diagnosis of multiple sclerosis: 2017 revisions of the McDonald criteria. Lancet Neurol 2018;17:162-73. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1400 SECCIÓN XII Neurología Muestran igualmente eficacia en la reducción del número de lesiones en RM. Están aprobados en el SCA, la EMRR y las EMSP con activi- dad. Las reacciones cutáneas (tras administración s.c.) y los síntomas seudogripales son los efectos adversos más frecuentes, seguidos de alteraciones leves en las enzimas hepáticas y linfopenia. El tratamiento puede inducir la producción de anticuerpos neutralizantes que se asocian a una reducción de la eficacia. Recientemente ha demostrado eficacia un interferón pegilado, que aumenta la duración de su efecto y que ha demostrado una eficacia similar o ligeramente superior a la de los mencionados previamente. Acetato de glatirámero El acetato de glatirámero es una mezcla de varios polipéptidos sintéti- cos, que contienen cuatro aminoácidos: ácido L-glutámico, L-alanina, L-tirosina y L-lisina. El mecanismo de acción que se postula es el de des- viar la respuesta inmunitaria Th1 hacia un patrón Th2. Así, la entrada de estas células Th2 específicas en el SNC determinaría la liberación de citocinas antiinflamatorias y estas alterarían la expansión de células T autorreactivas contra la mielina, un mecanismo de acción que se conoce con el nombre de supresión colateral (bystander suppression). Reduce de forma significativa la tasa de brotes (a un nivel similar al de los IFN), así como el número de lesiones captantes de gadolinio y la carga lesional en RM. A diferencia de los IFN, no induce síndrome seudogripal ni produce anticuerpos neutralizantes. Recientemente se ha aprobado una nueva formulación de 40 mg que se administran por vía s.c. 3 días por semana, con similar eficacia a la formulación previa y menores efectos adversos. Existe una forma genérica en el mercado con las mismas indicaciones. Dimetilfumarato El dimetilfumarato es un derivado del ácido fumárico, que regula a la baja el estrés oxidativo e inhibe las citocinas proinflamatorias. Reduce la tasa anualizada de brotes en torno al 50%, las lesiones captantes de gadolinio y la discapacidad. Se tolera bien en general, sus efectos adversos más frecuentes son enrojecimiento facial, molestias digestivas, elevación de transaminasas y linfopenia, que es preciso vigilar. Teriflunomida La teriflunomida tiene actividad antiinflamatoria, antiproliferativa e inmunosupresora. Inhibe la síntesis de la dihidroorotato deshidrogena- sa, enzima necesaria para la síntesis de pirimidinas, interfiriendo en el proceso de síntesis de DNA, necesario para la expansión clonal de los linfocitos autorreactivos. Reduce la tasa anual de brotes, la progresión de la discapacidad y el número de lesiones captantes de gadolinio. Su eficacia es similar a la de los interferones. Los efectos secundarios más frecuentes son náuseas, diarrea, adelgazamiento capilar y elevación de las transaminasas. Fingolimod El fingolimod es un agonista de alta afinidad por el receptor de S1P (esfingosina 1 fosfato) y actúa principalmente mediante el secuestro de los linfocitos en los órganos linfoides periféricos, imposibilitan- do que acudan a los lugares de inflamación. En las formas EMRR reduce la tasa de brotes más del 50% y el número de lesiones nuevas y acumuladas en RM, asícomo la progresión de la discapacidad. Los efectos adversos suelen ser reducidos, tales como bradicardia y bloqueo atrioventricular en el momento de la primera adminis- tración del tratamiento, edema macular excepcionalmente, elevación de enzimas hepáticas, hipertensión arterial moderada e infecciones. Debe utilizarse con cuidado si existen enfermedades concomitantes, tales como cardiopatías, diabetes mellitus, hepatopatías o antecedente de uveítis. Siponimod El siponimod es un modulador del receptor S1P de nueva generación indicado para el tratamiento del SCA y de las formas recidivantes de EM (EMRR y EMSP) con enfermedad activa en adultos. El siponimod se une selectivamente a los receptores S1P1 secuestrando a los linfocitos en los ganglios linfáticos, evitando que entren en el SNC. Penetra en el SNC, donde se une a receptores S1P5 de oligodendrocitos y astrocitos, y disminuye la inflamación y promueve la remielinización. Es el único fármaco aprobado en la EMSP activa, al haber demostrado reducir la tasa de brotes y la progresión de la discapacidad en ese grupo de pacientes. Se administra una dosis diaria de 2 mg por vía oral. Los efectos adversos más frecuentes son: bradicardia al inicio, cefalea, hipertensión, edema macular, linfopenia, aumento de transaminasas y reactivación del virus varicela-zóster. Natalizumab El natalizumab es un anticuerpo monoclonal recombinante humaniza- do que se une a la integrina α4 (VLA-4) de los linfocitos, para bloquear la unión de esta con su receptor (VCAM-1), presente en el endotelio. Reduce significativamente el número de lesiones nuevas captantes de gadolinio; aumenta la proporción de pacientes libres de brote; dis- minuye la tasa anual de brotes (68%), y reduce el riesgo de progresión sostenida de la discapacidad. El tratamiento es bien tolerado. Existen reacciones de hipersensibilidad y anafilácticas/anafilactoides en un número reducido de casos. El natalizumab ha demostrado muy buenos resultados, pero su uso se asocia con un número creciente de casos de leucoencefalopatía multifocal progresiva, por lo que se ha elaborado una técnica para la detección de los anticuerpos contra el virus JC (causante de dicha enfermedad) que permite estratificar el riesgo y conseguir una rela- ción beneficio/riesgo adecuada en cada paciente. Su utilización debe realizarse bajo unas medidas de seguridad altas, y sólo está indicado si fracasa la terapia con fármacos de primera línea y en casos agresivos de la enfermedad. Alemtuzumab El alemtuzumab es un anticuerpo monoclonal humanizado contra el antígeno CD52 de los linfocitos T y B responsables de la inflamación, que induce una rápida y prolongada depleción de estos. El efecto agudo antiinflamatorio se sigue de una repoblación diferente de estas células, rebalanceando el sistema inmune. El alemtuzumab se ha com- parado con el IFN-β1a s.c. habiendo demostrado superioridad en la TABLA 176-2 Fármacos aprobados para el tratamiento de la esclerosis múltiple Fármaco Dosis Vía Frecuencia Interferón β-1b 250 µg s.c. Días alternos Interferón β-1a 30 µg i.m. 1 vez/semana 22 µg 44 µg s.c. 3 días/semana Acetato de glatirámero 20 mg 40 mg s.c. Diario 3 días/semana Dimetilfumarato 240 mg p.o. Cada 12 h Teriflunomida 14 mg p.o. Diario Fingolimod 0,5 mg p.o. Diario Siponimod 2 mg/día p.o. Diario Natalizumab 300 mg i.v. Cada 4 semanas Alemtuzumab 12 mg/día (5 días el primer año; 3 días el segundo año) i.v. Diario, durante 5 días el primer año y durante 3 días el segundo año Ocrelizumab 600 mg i.v. Cada 6 meses Cladribina Dosis total de 3,5 mg/kg de peso corporal Comprimidos de 10 mg p.o. Un curso de tratamiento de 1,75 mg (durante 4-5 días 2 semanas) el primer y segundo año Mitoxantrona 12 mg/m2 i.v. Cada 3 meses; dosis límite de 140 mg/m2 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1401 CAPÍTULO 176 Enfermedades desmielinizantes del sistema nervioso central © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X II reducción de brotes y en el enlentecimiento/mejoría de la progresión de la discapacidad preexistente. Los efectos más comunes son reacciones infusionales, incluyendo rash, cefalea, fiebre, náuseas y escalofríos. Tam- bién fue más común con alemtuzumab la aparición de enfermedades autoinmunes, en particular tiroiditis (36%), púrpura trombocitopénica idiopática (1,4%) y glomerulonefritis (0,3%). Se ha propuesto un programa de seguimiento del riesgo para la detección y tratamiento precoz de estas complicaciones. Dado su perfil de beneficio/riesgo, su empleo estaría limitado, de acuerdo con la Agencia Europea de Medicamentos, a casos muy activos o en los que han fracasado al menos dos fármacos previamente. Ocrelizumab El ocrelizumab es un anticuerpo monoclonal recombinante huma- nizado anti-CD20. Actúa de forma selectiva contra linfocitos B que expresan CD20, antígeno de superficie celular que se encuentra en linfocitos pre-B, linfocitos B maduros y linfocitos B de memoria, pero que no se expresa en las células madre linfoides ni en las células plas- máticas. Está indicado para el tratamiento de pacientes adultos con formas recidivantes de EM y enfermedad activa definida por caracterís- ticas clínicas o de imagen. Es el único fármaco indicado en la forma progresiva primaria (EMPP) temprana, en referencia a la duración de la enfermedad y al nivel de discapacidad, y que presente actividad inflamatoria en las pruebas de imagen. Se administran en dosis únicas de 600 mg en perfusión intravenosa cada 6 meses. Se ha demostrado muy seguro hasta la actualidad. Cladribina La cladribina es un análogo al nucleósido de la desoxiadenosina. Una sustitución con cloro en el anillo purínico protege a la cladribina de la degradación por la adenosina desaminasa. En las células en proceso de división, interfiere en la síntesis de DNA. Está indicada para el trata- miento de pacientes adultos con EM recidivante muy activa definida mediante características clínicas o de imagen. La dosis acumulada recomendada es de 3,5 mg/kg de peso corporal, por vía oral, adminis- trada en 2 años (curso anual de 1,75 mg/kg). Cada curso consiste en 2 semanas de tratamiento, una al inicio del primer mes y otra al inicio del segundo mes, en cada uno de los 2 años de tratamiento. Tras la fina- lización de los dos cursos de tratamiento, no es necesario tratamiento ulterior con cladribina en los años 3 y 4. Son efectos adversos: herpes oral o cutáneo, linfopenia, neutropenia, erupción cutánea y alopecia. Mitoxantrona Es un derivado antracilínico con elevado efecto antitumoral. Está indicada en pacientes con EMRR y EMSP con brotes que presenten una elevada actividad clínica y por RM, y cuando haya fracasado el tratamiento inmunomodulador convencional. Su utilización ha decaído, pues se ha comunicado hasta un 2,8% de leucemia aguda tras su empleo. Otros tratamientos La azatioprina es un nucleósido análogo de la 6-mercaptopurina que altera la síntesis del DNA y el RNA. En España está indicada para la EMRR. No se utiliza en la práctica actualmente. La ciclofosfamida, el metotrexato y el rituximab sólo se utilizan de forma excepcional. Las inmunoglobulinas son motivo de controversia. Se considera «posible» el efecto sobre la reducción en la tasa de brotes en pacientes remi- tentes-recidivantes, mientras que no existe ningún beneficio sobre la progresión. Finalmente, el trasplante autólogo de progenitores hema- topoyéticos se considera una terapia excepcional, por los riesgos que conlleva y dadas las numerosas opciones terapéuticas disponibles. Se pueden conseguir largos períodos de estabilización de la enfermedad (supervivencia libre de progresiónmás allá de 5 años). El pronóstico es más favorable en pacientes con formas activas de EMRR, sujetos menores de 40 años y corta evolución de la enfermedad (primeros 5 años). La tasa de mortalidad relacionada con el procedimiento ha dis- minuido al 1% o menos, al mejorar la selección de los pacientes y el tipo de procedimiento utilizado. Tratamiento sintomático Son terapias dirigidas a aliviar los síntomas de la enfermedad que influyen de forma muy negativa en la calidad de vida de los pacientes. Estos síntomas son: alteraciones de la marcha, espasticidad, temblor, ataxia, fatiga, dolor, alteraciones urinarias y sexuales, alteraciones intes- tinales, neuralgia del trigémino y otras alteraciones paroxísticas, altera- ciones oculomotoras (diplopía, nistagmo, oscilopsia), vértigo, disfagia, disartria, alteraciones del sueño, depresión y alteraciones cognitivas. El porcentaje de personas con EM afectas a lo largo de la vida, las herramientas de evaluación (cuando las hubiera), la recomendación según las evidencias, los fármacos sin niveles altos de evidencia y las intervenciones no farmacológicas para cada uno de estos síntomas se resumen en la tabla 176-3. TABLA 176-3 Tratamiento sintomático en la esclerosis múltiple Síntoma % de pacientes afectados Instrumento de evaluación Recomendación de clase A Fármacos con evidencias limitadas de eficacia Intervenciones no farmacológicas Marcha 85 Tiempo para caminar 7,6 m Fampridina — Ejercicio y rehabilitación Espasticidad y espasmos dolorosos 90 Escala de Ashworth NRS Baclofeno Tizanidina Cannabinoides Dantroleno sódico, benzodiazepinas, gabapentina, toxina botulínica Fisioterapia, enfriamiento, hidroterapia Temblor y ataxia 75 EAV de 0 a 10 Ninguna Isoniazida, carbamazepina, topiramato Rehabilitación Enfriamiento Estimulación cerebral profunda, talamotomía Fatiga 80-90 FSMC Ninguna 4-aminopiridina IRSS Amantadina Modafinilo Fisioterapia, yoga, enfriamiento, conservación de la energía, terapias de afrontamiento (terapia ocupacional) Dolor 45-80 EAV Cannabinoides Mismo tratamiento que en dolores de otras causas Mismo tratamiento que en dolores por otras causas (Continúa) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1402 SECCIÓN XII Neurología TABLA 176-3 Tratamiento sintomático en la esclerosis múltiple (cont.) Síntoma % de pacientes afectados Instrumento de evaluación Recomendación de clase A Fármacos con evidencias limitadas de eficacia Intervenciones no farmacológicas Alteración en el almacenamiento de orina (hiperreflexia del detrusor) 60 Ultrasonidos y estudio hemodinámico Ninguna Antimuscarínicos Toxina botulínica Pañales CI PPNS Disfunción del vaciado de la orina (hiporreflexia del detrusor) 15 — Ninguna Antimuscarínicos α-bloqueantes Antiespásticos Pañales Vibrador CI Ejercicios pélvicos Ileovesicostomía Catéter permanente Disfunción combinada (disinergia del esfínter) 25 — Ninguna Toxina botulínica Cannabinoides Pañales PPNS Estimulación sacra Oxígeno hiperbárico Alteraciones sexuales en el hombre: disfunción eréctil, disfunción eyaculatoria u orgásmica, reducción de la libido 50-90 Test de tumescencia peneana Ninguna Inhibidores de la fosfodiesterasa (sildenafilo, vardenafilo, tadalafilo) Prótesis quirúrgicas Alteraciones sexuales en la mujer: anorgasmia, disminución de la lubricación, reducción de la libido 40-80 — — Lubricantes tópicos (para la sequedad vaginal) Andrógenos (para la reducción de la libido) Ninguna Disfunción intestinal 40-50 Ninguno Ninguna Laxantes Dieta rica en fibra Aumento de líquidos Enemas Neuralgia del trigémino 6 EAV Esteroides en dosis altas Carbamazepina Anticonvulsivantes Misoprostol Baclofeno Oxcarbazepina Termocoagulación Glicerol Gamma Knife® Descompresión microvascular Epilepsia 5 Ninguno Ninguna Terapias estándar Ninguna Síntomas oculomotores (diplopía, nistagmo, oscilopsia) 30 Ninguno Ninguna Memantina Gabapentina 3-4 diaminopiridina Ninguna Vértigo 20 Test vestibulares Ninguna Agentes bloqueantes vestibulares Fisioterapia Rehabilitación vestibular Maniobras de reposicionamiento Disfagia 25 Ninguno Ninguna Anticolinesterásicos Prevención Agentes espesantes Gastrostomía percutánea Disartria 5-25 Ninguno Ninguna Tratamiento para el temblor Terapia del lenguaje Programas asistidos de ordenador Alteraciones del sueño 30 Diario Ninguna Modafinilo para el exceso de sueño Agentes dopaminérgicos para el síndrome de piernas inquietas Ninguna Depresión 50 BDI Ninguna IRSS IRN Terapia cognitiva Alteraciones cognitivas 40-70 BRB Ninguna Donepecilo Rivastigmina Memantina Terapia cognitiva BDI: inventario de depresión de Beck; BRB: batería de Rao breve; CI: cateterismo intermitente; EAV: escala analógica visual; FSMC: Fatigue Scale for Motor and Cognitive Functions; IRN: inhibidores de la recaptación de la noradrenalina; IRSS: inhibidores de la captación de la serotonina; NRS: Numeric Rating Scale; PPNS: estimulación percutánea del nervio tibial posterior. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1403 CAPÍTULO 176 Enfermedades desmielinizantes del sistema nervioso central © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X IIENCEFALOMIELITIS AGUDA DISEMINADA Concepto La encefalomielitis aguda diseminada (ADEM, del inglés Acute Dis- seminated EncephaloMyelitis) es una enfermedad inflamatoria des- mielinizante del SNC, típicamente pero no siempre, monofásica tras vacunación (encefalomielitis posvacunal) o infección vírica sistémica (encefalomielitis postinfecciosa). Epidemiología y etiopatogenia Con mayor frecuencia afecta a niños y adultos jóvenes. Estudios pobla- cionales muestran una incidencia de 0,3-0,6 casos por 100.000 habi- tantes/año. Se cree que es consecuencia de una reacción inmunome- diada contra antígenos mielínicos por reacción cruzada. La frecuente ocurrencia de días a semanas después de presentar una enfermedad exantemática de la infancia o infecciones víricas inespecíficas (saram- pión, varicela, rubéola, paperas, mononucleosis infecciosa, influenza, infecciones del tracto respiratorio o gastrointestinales, así como Myco- plasma pneumoniae), o tras vacunaciones (tos ferina, difteria, rubéola y varicela), apoya la hipótesis inmunomediada por mimetismo molecular. En el 20%-30% de los casos no se encuentra el antecedente infeccioso. Anatomía patológica Se caracteriza por la presencia de numerosos focos de desmielinización perivenosa, con preservación axonal, astrocitosis reactiva e infiltrado linfocitario perivascular. Cuadro clínico El comienzo suele ser agudo y se caracteriza por una disfunción neuroló- gica que afecta a múltiples áreas (cerebro, tronco, médula, nervio óptico), junto con encefalopatía (alteración del nivel de consciencia que va desde estupor a coma, o cambio del carácter, con confusión e irritabilidad). Tam- bién puede haber signos meníngeos y acompañarse de crisis epilépticas. El LCR suele mostrar pleocitosis linfocitaria discreta y son muy infrecuentes las bandas oligoclonales. En la RM se observan múltiples lesiones de la sus- tancia blanca, difusas con márgenes mal delimitados, en general grandes (> 1-2 cm), y con frecuencia lesiones que afectan a la sustancia gris central (tálamos, ganglios de la base). Las lesiones hipointensas en T1 son muy raras. La captación de gadolinio de todas las lesiones, considerando que es un proceso monofásico, es muy infrecuente.Menos del 10% de los pacientes tendrán una recidiva al menos 3 meses después del primer evento, y cursa también con encefalopatía (ADEM multifásica). Hasta un 18% de los niños que presentan una ADEM presentarán un segundo evento sugestivo de EM. Para conside- rarlo así, el segundo episodio no debe asociar encefalopatía, deben haber pasado más de 3 meses y en la RM cerebral se deben detectar lesiones que cumplan los criterios de diseminación espacial (v. criterios diagnósticos de EM, en Diagnóstico). Hasta un 40% de los pacientes pediátricos con ADEM pueden presentar anticuerpos (IgG) contra la glucoproteína de la mielina del oligodendrocito (IgG-MOG), que suelen desaparecer con el tiempo. La persistencia, sin embargo, se asocia a riesgo de recurrencia no-esclerosis múltiple (p. ej., ADEM que se sigue de neuritis óptica). Tratamiento La mortalidad (10%-30%) probablemente ha disminuido con la intro- ducción de la terapia con glucocorticoides y el recambio plasmático. En estudios recientes se han recogido recuperaciones casi completas tanto en pacientes pediátricos como en adultos (≥ 89%). NEUROMIELITIS ÓPTICA Y ESPECTRO CLÍNICO RELACIONADO Concepto El espectro neuromielitis óptica (NMO) es una enfermedad infla- matoria desmielinizante del SNC que se caracteriza por la afectación predominante de los nervios ópticos y de la médula espinal. Epidemiología y etiopatogenia Es una enfermedad minoritaria (prevalencia estimada de 0,4-4 casos por cada 100.000 habitantes), con claro predominio femenino y una mediana de edad de presentación de alrededor de los 39 años, aunque también puede debutar en niños y ancianos. Más del 90% de los pacientes presentarán un curso en forma de brotes, frecuentemente con recuperación incompleta, acumulando una alta discapacidad en poco tiempo. Estudios de historia natural muestran que el 50% de los pacientes necesitarán de la ayuda de un apoyo para caminar o presentarán ceguera visual legal (agudeza visual < 1/10) en el plazo de 8,5-10 años después del debut. En el 10%, el curso es monofásico. Inicialmente se consideró una variante de la EM, pero la implicación de la inmunidad humoral en estudios patológicos con depósitos de complemento e inmunoglobulinas alrededor de los vasos, la extensa infiltración macrofágica asociada a neutrófilos y eosinófilos, y pos- teriormente la identificación de un anticuerpo que se unía a un canal - mente en los pies de los astrocitos, permitió diferenciar claramente ha sugerido tanto en estudios in vitro como en modelos animales. La del complemento y de células, e inflamación secundaria con infiltración de granulocitos y macrófagos, alteración de la barrera hematoencefálica y daño secundario del oligodendrocito. Cuadro clínico y diagnóstico expandir el espectro clínico a formas limitadas, como mielitis lon- gitudinalmente extensas recurrentes o neuritis ópticas recurrentes y, más recientemente, al síndrome emético y/o hipo incoercible por afectación del área postrema y, por otro, ampliar el nombre a espectro de NMO y establecer unos nuevos criterios diagnósticos en 2015. diagnóstico se puede establecer con un episodio clínico único (neuritis óptica o mielitis aguda, o bien síndrome de área postrema; si es de otra localización tipo síndrome de tronco, diencefálico o cerebral, precisa del cumplimiento de unos requerimientos de RM). En pacientes que espacial, y una de las dos manifestaciones clínicas debe ser neuritis óptica, mielitis extensa (≥ 3 cuerpos vertebrales) o síndrome de área postrema y, además, se deben cumplir unas características adicionales de RM. Tratamiento El tratamiento va encaminado a minimizar al máximo el daño asociado con el ataque agudo y mejorar la recuperación, así como prevenir la aparición de recurrencias. El que sea una enfermedad minoritaria ha limitado la existencia de estudios prospectivos y controlados. Por ello, la mayoría de las recomendaciones se basan en estudios retrospectivos y en casos aislados. Se sabe que las terapias inmunodepresoras son más efectivas que las inmunomoduladoras y algunas de las usadas en EM, como natalizumab, fingolimod, alemtuzumab e incluso los interferones, pueden exacerbar la enfermedad. Tratamiento del brote agudo Es similar al de los brotes de EM. Se utiliza la metilprednisolona i.v. (1 g/día durante 3-5 días) y, en caso de falta de respuesta adecuada, se realizan recambios plasmáticos (5-6 ciclos de recambio de 1,0-1,5 volúmenes de plasma circulante). Tratamiento preventivo Incluye fármacos que deplecionan las poblaciones linfocitarias, dis- minuyen los anticuerpos circulantes o interfieren en la proliferación o activación de células inmunes. Los fármacos más utilizados como terapia de primera línea son la azatioprina, el micofenolato mofetilo y el rituximab. Todos ellos han demostrado que reducen la tasa de brotes cuando se comparan con el período sin tratamiento, sin que influyan sobre el título de los anticuerpos. El rituximab (anticuerpo Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1404 SECCIÓN XII Neurología monoclonal quimérico anti-CD20) está considerado hoy en día el tratamiento más efectivo. Estudios observacionales sugieren que, ante un fallo de respuesta, puede ser efectivo el intercambio entre cada uno de los fármacos considerados de primera línea. Como segunda línea están el recambio plasmático, la ciclofosfamida, la mitoxantrona, el metotrexato y las inmunoglobulinas i.v. La duración del tratamiento no está establecida ni se dispone de ningún marcador útil de respues- ta terapéutica. La recomendación actual es instaurar el tratamiento inmunodepresor a largo plazo, desde el inicio de la enfermedad. Existen datos positivos de estudios no aleatorizados con terapias dirigidas contra el complemento tal como el eculizumab, un anticuerpo humanizado que inhibe la generación del factor C5a del complemento y la formación del complejo de ataque de membrana, y de terapias dirigidas con- tra receptores de interleucina tal como el tocilizumab, un anticuerpo monoclonal humanizado contra el receptor de la interleucina 6 (IL-6), y se está ensayando con otros anticuerpos antirreceptor de IL-6. Final- mente, cabe mencionar terapias anti-CD19 y bloqueantes de la unión IgG-NMO-AQP4. Neuromielitis óptica seronegativa y formas clínicas relacionadas Hasta un 25%-30% de los pacientes que cumplen criterios de espectro cuando se incluyen formas parcelares que nos hacen sospechar que pudieran estar relacionadas con la NMO, como son las mielitis longi- tudinalmente extensas (v. cap. 181, Enfermedades no degenerativas de la médula espinal) o las neuritis ópticas aisladas. Recientemente se han identificado anticuerpos IgG-MOG en el 15%-35% de los pacientes IgG-MOG suelen ser más jóvenes, no presentan un predominio de mujeres (50%), con mayor frecuencia el cuadro clínico es monofásico y, si bien al debut la enfermedad presenta la misma gravedad, los pacientes se recuperan mejor del episodio agudo y el pronóstico final es más favorable. Además, con mayor frecuencia los pacientes presentan brotes de neuritis óptica, uni- o bilateral, y un curso recurrente. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Lublin FD, Reingold SC, Cohen JA, Cutter GR, Sørensen PS, Thompson AJ, et al. Defining the clinical course of multiple sclerosis: The 2013 revisions. Neurology 2014;83:278-86. Thompson AJ, Banwell BL, Barkhof F, Carroll WM, Coetzee T, Comi G, et al. Diagnosis of multiple sclerosis: 2017 revisions of the McDonald criteria. Lancet Neurol 2018;17:162-73. Wingerchuck DM, Banwell B, Bennett J, Cabre F, Carroll W, Chitnis T, et al. International consensus diagnostic criteria for neuromyelitis optica spec- trum disorder. Neurology 2015;85:1-13. Descargado para AnonymousUser (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org Push Button0:
Compartir