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15.2.3. Vascularización e inervación cardíaca El corazón necesita grandes cantidades de oxígeno y de energía para su nutrición, que le son aportadas por las arterias coronarias. Éstas se originan en la aorta ascenden- te y son dos: la coronaria izquierda, que vasculariza la pared anterior y lateral del ventrículo izquierdo y la aurícula izquierda, y la coronaria derecha, que vasculariza la aurí- cula derecha, el ventrículo derecho y la pared inferior del ventrículo izquierdo. Las coronarias discurren desde el epi- cardio hasta la región endocárdica, y dado que el corazón dificulta el paso de sangre al contraerse, nutren el corazón básicamente durante la relajación cardíaca (diástole). Des- pués de nutrir el miocardio, la sangre es recogida por venas cardíacas que drenan en un gran colector venoso o seno coronario que se vacía en la aurícula derecha. Aunque la contracción cardíaca es automática y espontá- nea, el corazón está controlado por el sistema neurovegetati- vo, tanto por el sistema simpático como por el parasimpáti- co. El control parasimpático es el más importante y se ejerce a través del nervio vago. El control simpático se ejerce principalmente en un nivel humoral por estimulación de los receptores cardíacos de tipo beta. La estimulación del nervio vago produce un descenso de la frecuencia cardíaca, mientras que la estimulación simpática aumenta la frecuen- cia cardíaca y la fuerza de contracción de las fibras miocár- dicas. 15.3. CONTRACCIÓN CARDÍACA La función de bomba del corazón se realiza gracias a la expulsión de sangre por parte de los ventrículos hacia la arteria correspondiente (pulmonar en el lado derecho y aorta en el lado izquierdo). Este proceso, que se repite con cada latido cardíaco, es la suma de una serie de fenómenos que en su conjunto se denomina ciclo cardíaco. Antes de descri- birlo hay que establecer dos premisas básicas en la mecáni- ca circulatoria. En primer lugar, la sangre siempre fluye desde el punto con mayor presión al punto con menor presión; y en segundo lugar, el movimiento valvular tam- bién está regulado por este juego de presiones entre las diferentes cámaras. Así, la válvula auriculoventricular se abre cuando la presión de la aurícula supera a la del ven- trículo y se cierra en el momento en que la presión del ventrículo supera a la de la aurícula. Del mismo modo, la válvula ventriculoarterial se abre cuando la presión del ven- trículo supera a la de la arteria, pero se cierra en cuanto la presión de la arteria supera a la del ventrículo. A la fase de contracción se la conoce también como sístole y a la de relajación como diástole. Si no se indica lo contrario, la sístole y la diástole se refieren al ventrículo. 15.3.1. El ciclo cardíaco Para estudiar el ciclo cardíaco utilizaremos el esquema de la Figura 15-4, refiriéndonos a las presiones que existen en las diferentes cámaras del lado izquierdo del corazón: aurí- cula izquierda, ventrículo izquierdo y aorta. El ciclo cardíaco es un fenómeno continuo, pero para explicarlo empezaremos por la diástole ventrícular, que es el momento en que el ventrículo se llena de sangre proce- dente de la aurícula. La válvula auriculoventricular (en este caso la mitral) está abierta, ya que la presión auricular es superior a la ventricular. El ventrículo se va llenando, con lo que va aumentando su presión. Al final de la diástole se produce la contracción auricular y aumenta la presión en esta cámara, lo que permite un paso adicional de sangre hacia el ventrículo. Posteriormente, el ventrículo empieza a contraerse (sístole) para reducir su tamaño y expulsar la sangre. En cuanto empieza la sístole, la presión del ventrículo supera a la de la aurícula y la válvula mitral se cierra (CM), lo que impide el reflujo de sangre hacia la aurícula. La sangre sale del ventrículo a través de la válvula aórtica y entra en la circulación sistémica, pero la presión de la aorta al inicio de la sístole es superior a la presión del ventrículo, por lo que la válvula aórtica está cerrada. Con ambas valvas (de entrada y salida) cerradas, el ventrículo izquierdo se va contrayendo sin cambios de volumen (contracción isovolu- métrica). La presión aumenta progresivamente hasta que supera a la presión de la aorta, y la válvula aórtica se abre (AA) y la sangre sale hacia la aorta (fase de eyección o expulsión). Dado que la válvula mitral se mantiene cerrada, al ventrículo izquierdo no le llega más sangre durante la sístole. Una vez que ha expulsado parcialmente la sangre que tenía, el ventrículo empieza a relajarse y a perder presión, y se inicia la diástole. Cuando comienza la diástole, la presión del ventrículo disminuye con respecto a la de la aorta, y la válvula aórtica se cierra (CA). En este momento, la válvula mitral aún no se ha abierto (la presión del ventrículo supera a la de la aurícula) y el ventrículo se relaja sin cambios de volumen (relajación isovolumétrica). Cuando la presión del ven- trículo disminuye con respecto a la de la aurícula, entonces la válvula mitral se abre (AM) y la sangre entra en la cavidad ventricular. En el llenado ventricular se pueden distinguir tres fases: una primera de llenado rápido de un ventrículo vacío tras la expulsión de sangre; una segunda de llenado lento, en la que sólo pasa la sangre que está llegan- do a la aurícula izquierda procedente de los pulmones; y una tercera en la que tiene lugar la contracción auricular, con lo que vuelve a empezar el ciclo cardíaco de contrac- ción-relajación. La sucesión de fenómenos explicados es exactamente igual en el lado derecho del corazón, con la salvedad de que la magnitud de las presiones es mucho más baja, dado que el ventrículo derecho tiene una pared muscu- lar más delgada y la resistencia al flujo del territorio pulmo- nar es menor. 15.3.2. Fases del ciclo cardíaco Así pues, el ciclo cardíaco se puede dividir en dos grandes fases, sístole y diástole, que se corresponden con la contracción y la relajación, respectivamente, de los ven- trículos. La sístole se subdivide en dos períodos, uno de contracción isovolumétrica (entre el cierre de las válvulas auriculoventriculares y la apertura de las ventriculoarteria- les) y otro de eyección (entre la apertura y el cierre de las válvulas ventriculoarteriales). En la diástole se distinguen cuatro fases: una primera de relajación isovolumétrica (en- tre el cierre de las válvulas ventriculoarteriales y la apertura de las válvulas auriculoventriculares); una segunda de lle- 346 Estructura y función del cuerpo humano
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