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ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO (365)

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15.2.3. Vascularización e inervación
cardíaca
El corazón necesita grandes cantidades de oxígeno y de
energía para su nutrición, que le son aportadas por las
arterias coronarias. Éstas se originan en la aorta ascenden-
te y son dos: la coronaria izquierda, que vasculariza la
pared anterior y lateral del ventrículo izquierdo y la aurícula
izquierda, y la coronaria derecha, que vasculariza la aurí-
cula derecha, el ventrículo derecho y la pared inferior del
ventrículo izquierdo. Las coronarias discurren desde el epi-
cardio hasta la región endocárdica, y dado que el corazón
dificulta el paso de sangre al contraerse, nutren el corazón
básicamente durante la relajación cardíaca (diástole). Des-
pués de nutrir el miocardio, la sangre es recogida por venas
cardíacas que drenan en un gran colector venoso o seno
coronario que se vacía en la aurícula derecha.
Aunque la contracción cardíaca es automática y espontá-
nea, el corazón está controlado por el sistema neurovegetati-
vo, tanto por el sistema simpático como por el parasimpáti-
co. El control parasimpático es el más importante y se
ejerce a través del nervio vago. El control simpático se
ejerce principalmente en un nivel humoral por estimulación
de los receptores cardíacos de tipo beta. La estimulación del
nervio vago produce un descenso de la frecuencia cardíaca,
mientras que la estimulación simpática aumenta la frecuen-
cia cardíaca y la fuerza de contracción de las fibras miocár-
dicas.
15.3. CONTRACCIÓN CARDÍACA
La función de bomba del corazón se realiza gracias a la
expulsión de sangre por parte de los ventrículos hacia la
arteria correspondiente (pulmonar en el lado derecho y aorta
en el lado izquierdo). Este proceso, que se repite con cada
latido cardíaco, es la suma de una serie de fenómenos que
en su conjunto se denomina ciclo cardíaco. Antes de descri-
birlo hay que establecer dos premisas básicas en la mecáni-
ca circulatoria. En primer lugar, la sangre siempre fluye
desde el punto con mayor presión al punto con menor
presión; y en segundo lugar, el movimiento valvular tam-
bién está regulado por este juego de presiones entre las
diferentes cámaras. Así, la válvula auriculoventricular se
abre cuando la presión de la aurícula supera a la del ven-
trículo y se cierra en el momento en que la presión del
ventrículo supera a la de la aurícula. Del mismo modo, la
válvula ventriculoarterial se abre cuando la presión del ven-
trículo supera a la de la arteria, pero se cierra en cuanto la
presión de la arteria supera a la del ventrículo. A la fase de
contracción se la conoce también como sístole y a la de
relajación como diástole. Si no se indica lo contrario, la
sístole y la diástole se refieren al ventrículo.
15.3.1. El ciclo cardíaco
Para estudiar el ciclo cardíaco utilizaremos el esquema de
la Figura 15-4, refiriéndonos a las presiones que existen en
las diferentes cámaras del lado izquierdo del corazón: aurí-
cula izquierda, ventrículo izquierdo y aorta.
El ciclo cardíaco es un fenómeno continuo, pero para
explicarlo empezaremos por la diástole ventrícular, que es
el momento en que el ventrículo se llena de sangre proce-
dente de la aurícula. La válvula auriculoventricular (en este
caso la mitral) está abierta, ya que la presión auricular es
superior a la ventricular. El ventrículo se va llenando, con lo
que va aumentando su presión. Al final de la diástole se
produce la contracción auricular y aumenta la presión en
esta cámara, lo que permite un paso adicional de sangre
hacia el ventrículo. Posteriormente, el ventrículo empieza a
contraerse (sístole) para reducir su tamaño y expulsar la
sangre.
En cuanto empieza la sístole, la presión del ventrículo
supera a la de la aurícula y la válvula mitral se cierra
(CM), lo que impide el reflujo de sangre hacia la aurícula.
La sangre sale del ventrículo a través de la válvula aórtica y
entra en la circulación sistémica, pero la presión de la aorta
al inicio de la sístole es superior a la presión del ventrículo,
por lo que la válvula aórtica está cerrada. Con ambas valvas
(de entrada y salida) cerradas, el ventrículo izquierdo se va
contrayendo sin cambios de volumen (contracción isovolu-
métrica). La presión aumenta progresivamente hasta que
supera a la presión de la aorta, y la válvula aórtica se abre
(AA) y la sangre sale hacia la aorta (fase de eyección o
expulsión). Dado que la válvula mitral se mantiene cerrada,
al ventrículo izquierdo no le llega más sangre durante la
sístole. Una vez que ha expulsado parcialmente la sangre
que tenía, el ventrículo empieza a relajarse y a perder
presión, y se inicia la diástole.
Cuando comienza la diástole, la presión del ventrículo
disminuye con respecto a la de la aorta, y la válvula aórtica
se cierra (CA). En este momento, la válvula mitral aún no
se ha abierto (la presión del ventrículo supera a la de la
aurícula) y el ventrículo se relaja sin cambios de volumen
(relajación isovolumétrica). Cuando la presión del ven-
trículo disminuye con respecto a la de la aurícula, entonces
la válvula mitral se abre (AM) y la sangre entra en la
cavidad ventricular. En el llenado ventricular se pueden
distinguir tres fases: una primera de llenado rápido de un
ventrículo vacío tras la expulsión de sangre; una segunda de
llenado lento, en la que sólo pasa la sangre que está llegan-
do a la aurícula izquierda procedente de los pulmones; y
una tercera en la que tiene lugar la contracción auricular,
con lo que vuelve a empezar el ciclo cardíaco de contrac-
ción-relajación. La sucesión de fenómenos explicados es
exactamente igual en el lado derecho del corazón, con la
salvedad de que la magnitud de las presiones es mucho más
baja, dado que el ventrículo derecho tiene una pared muscu-
lar más delgada y la resistencia al flujo del territorio pulmo-
nar es menor.
15.3.2. Fases del ciclo cardíaco
Así pues, el ciclo cardíaco se puede dividir en dos
grandes fases, sístole y diástole, que se corresponden con la
contracción y la relajación, respectivamente, de los ven-
trículos. La sístole se subdivide en dos períodos, uno de
contracción isovolumétrica (entre el cierre de las válvulas
auriculoventriculares y la apertura de las ventriculoarteria-
les) y otro de eyección (entre la apertura y el cierre de las
válvulas ventriculoarteriales). En la diástole se distinguen
cuatro fases: una primera de relajación isovolumétrica (en-
tre el cierre de las válvulas ventriculoarteriales y la apertura
de las válvulas auriculoventriculares); una segunda de lle-
346 Estructura y función del cuerpo humano

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