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S E C C IÓ N X V II CAPÍTULO 257 Brucelosis © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 2137 ETIOLOGÍA En el género Brucella se reconoce actualmente sólo la especie de Bruce- lla melitensis. La diferenciación de los seis tipos (B. melitensis, B. abortus, B. suis, B. canis, B. ovis y B. neotomae) se mantiene por razones de interés epidemiológico. Son pequeños cocobacilos gramnegativos, aerobios, de crecimiento lento con ultraestructura similar a la de las enterobacterias. EPIDEMIOLOGÍA La brucelosis es una zoonosis cuyo reservorio principal son los animales domésticos: cabras, ovejas, vacas y cerdos. Cada tipo de Brucella mues- tra predilección por un hospedador determinado (B. melitensis, cabras y ovejas; B. abortus, vacas; B. suis, cerdos). El hombre adquiere la enfermedad accidentalmente como hospedador secundario, pero la extensión persona a persona es excepcional (vía sexual, placentaria o lactancia). La adquisición se produce por inoculación conjuntival, inhalación respiratoria, vía cutánea o digestiva. Las tres primeras requieren contacto con el ganado enfermo, y la vía digestiva, la inges- ta de productos lácteos no controlados. En los países con mejor nivel sanitario, la enfermedad es profesional, mientras que en los menos desarrollados afecta a la población general. Actualmente, se incluye en el grupo de infecciones relacionadas con el viajero. Puede afectar a cualquier grupo de población, pero predomina en los varones de 30-40 años. Brucella spp. se clasifica entre los microorganismos de la clase III, cuya manipulación en el laboratorio es de gran riesgo. La brucelosis tiene distribución mundial, pero algunos países euro- peos y EE. UU. han conseguido su erradicación. En el área medite- rránea, Oriente Próximo, península de Arabia, Asia central, India, Perú y México, la enfermedad por B. melitensis, que tiene la mayor contagiosidad y virulencia, es aún frecuente. En España, la incidencia anual ha descendido mucho, con una declaración aproximada de 50 casos por año, en los últimos años. PATOGENIA Brucella alcanza los ganglios regionales correspondientes y puede inva- dir el torrente sanguíneo y llegar al sistema mononuclear fagocítico de los diversos órganos. En su ubicación intracelular tiene capacidad para evadir la fusión fagolisosómica y sobrevivir y multiplicarse en el retículo endotelial de los fagocitos séricos y viscerales, donde queda protegida de la acción bactericida de los Ac y muchos antibióticos. Ello condiciona el curso ondulante de la enfermedad y su tendencia a presentar recaídas y evolucionar a la cronicidad. La respuesta tisular consiste en una infiltración de células mononucleares, con células epitelioides, células gigantes de tipo Langhans y formación de granulomas, en general no necrosantes. CUADRO CLÍNICO Se caracteriza por su extraordinario polimorfismo. Puede autolimi- tarse en unos meses tras varias ondas febriles, causar una localización o evolucionar a la recurrencia y la cronificación. A veces la infección es asintomática. El período de incubación suele oscilar entre 10 y 20 días. Su comienzo es muy variable (tabla 257-1), en general de forma aguda o subaguda, con fiebre elevada, escalofríos, sudación profusa de olor característico, cefalea, quebrantamiento general y artromialgias. El patrón clásico de fiebre ondulante se observa con menor frecuencia y la sepsis grave es rara. Las formas solapadas de evolución prolon- gada, cursan con febrícula, astenia y artralgias, y son más caracterís- ticas de las áreas con menor nivel sanitario. El 30% de los pacientes presentan tos seca o productiva; más del 20%, estreñimiento, y el 5%-10%, diarrea; se palpa hepatomegalia blanda en más del 50%, esplenomegalia en el 30% y adenopatías en el 15%. Algo más del 5% presentan una erupción papulonodular predominante en tronco y extremidades. El 5%-10% de los pacientes tienen anemia por bloqueo medular, y el 15%, leucopenia. Es frecuente la linfocitosis relativa (65%), a veces como un síndrome mononucleósico. Menos del 5% desa- rrollan pancitopenia, y puede demostrarse hemofagocitosis en la médula ósea. Las localizaciones específicas se observan en el 30% de los pacientes en relación con el tiempo de evolución de la infección. Pueden ir acompañadas de síntomas sistémicos, pero a veces son poco expresivos o inexistentes. A menudo se presentan varias localizaciones conjuntamente. Infección osteoarticular Es la más frecuente (30%-35%) y, entre ellas, la más prevalente es la sacroilitis (10%-15%) que predomina en la población joven de ambos sexos. A veces es poco llamativa y de evolución benigna, en ocasiones bilateral o asociada a una espondilitis lumbar. La espondilitis (5%-10% de los casos) afecta sobre todo a varones de edad avanzada. Suele acompañarse de fiebre, síntomas generales y hemocultivos positivos en una fase precoz de la enfermedad. Se localiza a menudo en el segmento lumbar. El dolor es muy intenso, con gran impotencia funcional. Su diagnóstico inicial puede ser difícil. Las alteraciones en la radiografía simple tardan varias semanas en aparecer. La RM permite un diagnós- tico precoz, ya que las anormalidades de señal del cuerpo vertebral y del Brucelosis TABLA 257-1 Síntomas y signos Pacientes (%) Fiebre (> 38 °C) 70-90 Febrícula 10-30 Apirexia durante toda la evolución < 1 Escalofríos 75-80 Sudoración 90-95 Artromialgias 65-70 Tos 30-35 Expectoración 10-15 Estreñimiento 20 Diarrea 5-10 Dolor abdominal 2 Temblor de extremidades superiores 2 Parestesias < 2 Edemas maleolares 2 Hepatomegalia 40-60 Esplenomegalia 30-45 Adenopatías 15-25 Lesiones cutáneas 5 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 2138 SECCIÓN XVII Enfermedades infecciosas disco intervertebral son visibles ya en los primeros días. Su sensibilidad es casi del 100%. En más del 70% se observa extensión a las partes blandas adyacentes, en el 15% de los casos con formación de grandes abscesos osifluentes en el área paraespinal o epidural, que determinan una evolución complicada. La incidencia de coxitis es baja (3%), pero a veces de evolución grave. Más del 65% de los pacientes refieren artralgias, pero sólo el 5% desarrolla artritis periférica de grandes o pequeñas articulaciones. En cierto número de casos puede aislarse el microorganismo en el líquido articular. Por el contrario, a menudo los pacientes desarrollan inflamación de las partes blandas periarticulares (tenosinovitis, bursitis), de curso errático. La osteomielitis no vertebral es anecdótica; predomina en la localización condrocostal o esterno- clavicular. Infección del SNC. Neurobrucelosis La afección del SNC es mucho menos frecuente (2%-10%). En su mayoría son meningoencefalitis de curso agudo o crónico. Puede observarse todo tipo de focalidad neurológica y a veces hidrocefalia. La afección vascular del SNC no es rara, y puede ocasionar accidentes isquémicos transitorios. Las meningopolirradiculitis y las mono- neuritis son poco frecuentes. A veces se produce una epiduritis o un absceso epidural secundario a espondilitis. El líquido cefalorraquídeo (LCR) suele ser claro, con predominio linfocítico, glucosa normal o baja y proteínas elevadas. La adenosina desaminasa puede estar aumentada como en la meningitis tuberculosa. El microorganismo se aísla del LCR en la mitad de los casos. Los títulos serológicos del LCR suelen ser bajos, pero de gran valor; el método ELISA es especialmente útil. Infección respiratoria Es rara (< 5%), pero puede ocurrir en cualquier localización. Los infiltrados pulmonares son las formas más habituales, y en ocasiones aparece derrame pleural. El aislamiento de Brucella en el esputo resulta muy difícil.Infección genitourinaria La orquiepididimitis es una manifestación característica que presenta más del 5% de los varones; la brucelosis debe considerarse en el diag- nóstico diferencial de un varón joven con orquitis. Suele ser unilateral y de evolución benigna; cuando es bilateral no suele asociarse a atrofia y esterilidad. La brucelosis en el embarazo comporta un mayor riesgo de aborto. Infección cardiovascular Destaca por su gravedad la endocarditis (< 2%), que puede afectar válvulas previamente sanas, con predominio de la válvula aórtica sobre la mitral (proporción 3-4:1). Su curso suele ser agudo, con sepsis grave, de difícil control por la antibioticoterapia, y frecuente inestabilidad hemodinámica. Se encuentran a menudo grandes vegetaciones, abs- cesos miocárdicos y destrucción valvular. En el 1% de los pacientes se puede presentar pericarditis. Infección hepática Puede observarse discreta citólisis (50%) y elevación de la fosfatasa alcalina (30%), en general de escasa importancia. Traduce una hepa- titis intersticial, a menudo granulomatosa. El absceso hepático se observa raramente como una reactivación de un episodio previo de la enfermedad. Infección crónica El término brucelosis crónica debería reservarse para los pacientes con una evolución superior a los 6 meses y no debería aplicarse a situaciones clínicas solapadas, formas localizadas o para referirse a pacientes que presentan síntomas inespecíficos mucho tiempo después de finalizado el tratamiento. DIAGNÓSTICO El diagnóstico definitivo requiere el aislamiento de Brucella, habitual- mente en los hemocultivos. Los sistemas automatizados de tipo Bacted 9200 son muy eficaces y suelen recuperar el microorganismo en la primera semana. En la infección por B. melitensis, los hemocultivos son positivos en más del 75% en la enfermedad inicial y en el 60% de recaídas. La detección por reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es un método útil para la identificación de Brucella y la diferenciación de sus diversas especies en el laboratorio. La experiencia clínica en brucelosis humana es limitada, pero ha mostrado alta sensibilidad y especificidad. La complejidad y falta de estandarización de la técnica no permiten por el momento una utilización sistemática. La persistencia de valores positivos en pacientes con una buena evolución clínica es de dudosa significación. Las pruebas serológicas tienen gran importancia diagnóstica. La mayoría de ellas detectan Ac frente al lipopolisacárido (LPS) de la membrana externa, pero no diferencian bien entre infección activa y curada, ya que los Ac persisten prolongadamente tras la recuperación clínica. Las principales pruebas son la seroaglutinación de Wright y el rosa de Bengala para la detección de Ac aglutinantes, y la prueba de Coombs para los no aglutinantes. La negatividad de estas tres pruebas hace muy improbable el diagnóstico. Un título de 1/80-1/160 de seroaglutinación es indicativo de enfermedad si se acompaña de un cuadro clínico sugestivo. No obstante, cualquier título positivo debe valorarse a la luz de los datos clínicos. El rosa de Bengala es una prueba de aglutinación rápida muy eficaz, que permite la práctica de diluciones y tiene una sensibilidad y especificidad muy elevadas. La prueba de Coombs en placa detecta IgG e IgA no aglutinantes, es muy fiable y aporta una información adicional de gran utilidad. Un título igual o superior a 1/160 suele ser significativo y en la mayo- ría de los casos sus títulos son superiores a los de la aglutinación. Brucellacapt®, prueba de inmunocaptura-aglutinación de reciente incorporación, detecta Ac totales con rapidez y simplicidad. Podría ser un marcador más específico de la actividad de la infección, ya que sus títulos descienden precozmente con el tratamiento, pero es menos sensible que la prueba de Coombs para la detección de recaídas o formas crónicas. Los títulos iguales o superiores a 1/320 se consideran significativos. El método ELISA es el más sensible y específico, pero los equipos comerciales no están bien estandarizados. Las IgM aparecen inicialmente en la primera semana, pero la presencia de IgG e IgA también es precoz. Las tres inmunoglobulinas muestran una alta correlación con la seroa- glutinación, especialmente las IgM en los primeros meses. Transcurridos estos, los títulos de IgM descienden, incluso en la enfermedad no tratada. Por el contrario, las IgG y las IgA persisten durante largo tiempo. En las recaídas se aprecia un incremento de IgG e IgA, pero no de IgM, detectado mediante ELISA-IgG, ELISA-IgA, Coombs y Brucellacapt®, y en el 25% de casos con la seroaglutinación. Un título serológico elevado persistente requiere una evaluación cuidadosa, según la situación clínica del paciente. La determinación de Ac frente a las proteínas citoplasmáticas de Brucella, mediante contrainmunoelec- troforesis o ELISA, de uso menos habitual, podría ser de utilidad en algunos casos. PRONÓSTICO Tras finalizar el tratamiento, unos pocos pacientes persisten con febrí- cula mínima; algunos desarrollan finalmente una clara recaída de la enfermedad, pero en otros la febrícula remite y la evolución posterior es buena. Las recaídas predominan en los primeros meses tras el trata- miento. Su diagnóstico puede ser difícil si el cuadro clínico es solapado. Se recomienda la práctica sistemática de hemocultivos ante el menor síntoma, ya que con frecuencia estos son positivos en pacientes con sintomatología escasa. La práctica seriada de serología es recomendable por su posible contribución al diagnóstico de recaída. La persistencia de un título serológico elevado en un paciente asintomático no jus- tifica per se una nueva tanda de tratamiento. La valoración del pacien- te con síntomas inespecíficos crónicos y hemocultivos repetidamente negativos es difícil; si existen títulos serológicos persistentes, puede Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V II © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 2139CAPÍTULO 258 Infecciones causadas por Legionella ser aconsejable un nuevo ciclo de tratamiento, aunque a menudo no se modifica la situación clínica. El pronóstico global de la enfermedad con el tratamiento adecuado es bueno, pero en un pequeño número de pacientes persisten síntomas inespecíficos de difícil explicación durante largo tiempo. Algunos casos de espondilitis, endocarditis y neurobrucelosis dejan secuelas importantes. La mortalidad actual es muy baja y se relaciona con la endocarditis. TRATAMIENTO La antibioticoterapia acorta el período de enfermedad y su éxito depen- de de la duración. Ningún antibiótico por sí solo logra una suficiente erradicación bacteriana y se recurre a asociaciones de antibióticos con efecto sinérgico o aditivo. El desarrollo de recaídas no depende de la presencia de resistencia los antibióticos, por lo que pueden tratarse con las mismas pautas de tratamiento (tabla 257-2). Las tetraciclinas son la base de cualquier combinación antibiótica; junto con un aminoglucósido consiguen un efecto sinérgico muy notable. Con la asociación de doxiciclina (100 mg/12 h p.o.) durante 45 días y estreptomicina (1 g/día i.m. [750 mg si el paciente tiene > 50 años]) o gentamicina (4 mg/kg de peso al día i.m. en monodosis) durante las primeras 2 semanas, considerado el tratamiento clásico de la enfermedad y el de primera elección, los fracasos terapéuticos y las recaídas no sobrepasan el 5%. La rifampicina en monoterapia no proporciona resultados satis- factorios. En combinación con doxiciclina en dosis de 600-900 mg/día (dosis matutina en ayunas), en pautas de 45 días tiene una eficacia simi- lar a la pauta clásica en las formasno complicadas de la enfermedad. Por su comodidad, esta asociación es actualmente la principal alternativa al tratamiento clásico. El empleo de cotrimoxazol o fluoroquinolonas no se recomienda, excepto en asociación con otros antibióticos como alternativa secundaria. En la embarazada una opción razonable es la rifampicina durante un mínimo de 2 meses o hasta el parto, según el momento de la ges- tación en el que tenga lugar la enfermedad. La brucelosis infantil suele tener una evolución más benigna que la del adulto. La rifampicina durante 4-6 semanas, con un aminoglucósido los primeros días, o la combinación oral de rifampicina y cotrimoxazol durante 6 semanas son buenas alternativas. El tratamiento de muchas formas localizadas de brucelosis no requiere modificaciones. Sin embargo, en el caso de espondilitis, osteoartritis u orquiepididimitis y las formas supurativas de la enfermedad, que se acompañan de un mayor índice de fallos terapéuticos, se recomienda prolongar la doxiciclina al menos durante 8 semanas; el drenaje quirúrgico no suele ser necesario. En la endocarditis se recomienda la triple combinación de doxiciclina, rifampicina (ambas durante ≥ 8 semanas) y gentamicina (durante 3 semanas) para opti- mizar la actividad bactericida; se requiere a menudo recambio valvular. El pronóstico de la endocarditis brucelar ha cambiado mucho en los últimos años con el desarrollo de la cirugía cardíaca. Para el tratamiento de la neurobrucelosis se recomienda añadir rifampicina al tratamiento clá- sico y la prolongación de la antibioticoterapia según la respuesta clínica y los datos del LCR. PROFILAXIS Se basa en el control de la enfermedad animal. Si el índice de infección animal es elevado, deben plantearse campañas masivas de vacunación de los animales jóvenes, con vacuna B19 para el ganado vacuno y Rev 1 para el ovino y el caprino. Si el índice no es muy elevado puede seguirse una política de separación y sacrificio de los animales enfermos, combinada con la vacunación. Se recomienda una buena educación sanitaria de los profesionales implicados y el control sanitario adecuado de los preparados lácteos. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Ariza J, Bosilkovski M, Cascio A, Colmenero JD, Corbel MJ, Falagas ME, et al. Perspectives for the treatment of brucellosis in the 21st century: the Ioannina recommendations. PLoS Med 2007;4:e317. Colmenero JD, Ruiz-Mesa JD, Plata A, Bermúdez P, Martín-Rico P, Queipo- Ortuño MI, et al. Clinical findings, therapeutic approach, and outcome of brucellar vertebral osteomyelitis. Clin Infect Dis 2008;46:426-33. Díaz R, Casanova A, Ariza J, Moriyón I. The Rose Bengal Test in human brucellosis: a neglected test for the diagnosis of a neglected disease. PLoS Negl Trop Dis 2011;5:e950. Solís García del Pozo J, Solera J. Systematic review and meta-analysis of ran- domized clinical trials in the treatment of human brucellosis. PLoS One 2012;7:e32090. Young EJ. An overview of human brucellosis. Clin Infect Dis 1995;21:283-9. © 2020. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Infecciones causadas por Legionella M.a L. PEDRO-BOTET MONTOYA 258 CONCEPTO El estudio de la legionelosis comienza en 1976 con la descripción de un brote neumónico originado en un hotel de Filadelfia donde días antes se había celebrado la convención anual de legionarios excombatientes americanos. En 1979 surgió la primera denominación y clasificación de la «bacteria del legionario» como Legionella pneumophila, género y especie nuevos. En la actualidad, la detección de antígeno de Legionella en la orina ha permitido conocer que este microorganismo figura entre las tres primeras causas de neumonía de la comunidad y sigue siendo tema de actualidad en relación con la aparición de nuevos factores TABLA 257-2 Pauta de tratamiento Recaídas (%) Tetraciclinas durante 21 días 30 Tetraciclinas durante 42 días 15 Tetraciclinas durante 21 días + estreptomicina durante 14 días 15 Tetraciclinas durante 30 días + estreptomicina durante 14 días 7-8 Doxiciclina durante 45 días + estreptomicina durante 14 días 3-5 Doxiciclina durante 45 días + netilmicina durante 7 días 14 Doxiciclina durante 45 días + gentamicina durante 7 días 14 Doxiciclina durante 30 días + rifampicina durante 30 días 38 Doxiciclina durante 45 días + rifampicina durante 45 días 5-15 Cotrimoxazol durante 45 días 40 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. 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