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2150 SECCIÓN XVII Enfermedades infecciosas ETIOLOGÍA Las bacterias anaerobias forman parte predominante de la microbiota normal de la orofaringe, el tubo digestivo, la vagina e incluso la piel, e intervienen en funciones beneficiosas como la prevención de la coloni- zación por microorganismos patógenos, la digestión de los alimentos o la estimulación del sistema inmunitario. La mayoría de las infecciones que producen son polimicrobianas y se localizan en la proximidad de sus respectivos hábitats naturales, aunque también pueden ocasionar enfermedad por diseminación hematógena. Las bacterias anaerobias no esporuladas que se relacionan con mayor frecuencia con infecciones en los seres humanos pertenecen a los géneros Bacteroides, Fusobacterium, Porphyromonas, Prevotella y Peptostreptococcus. Estas bacterias no poseen por sí mismas casi capacidad patógena, por lo que actúan como agentes de infección oportunista endógena. En este capítulo no se refieren las infecciones por especies del género Clostridium (bacterias anaerobias esporuladas) ni por Actinomyces spp. (v. caps. 261, Infecciones causadas por clostridios, y 262, Infecciones causadas por Actinomyces y Nocardia). CLASIFICACIÓN Los progresos en los métodos de identificación microbiana han aca- rreado grandes cambios en la taxonomía y la nomenclatura de las bacterias anaerobias. Sobre la base de las técnicas genéticas se han des- crito nuevos géneros y especies, y se han reclasificado otras ya existentes, cuyo hábitat se describe en la tabla 260-1. El microbioma humano está Infecciones causadas por bacterias anaerobias no esporuladas TABLA 260-1 * Boca y faringe Cocos grampositivos Parvimonas (P. micra) Peptostreptococcus: P. anaerobius, P. stomatis Finegoldia (F. magna) Anaerococcus, Atopobium Cocos gramnegativos Veillonella, Megasphaera, Anaeroglobus (A. geminatus) Bacilos grampositivos Eubacterium y especies relacionadas, Atopobium, Olsenella, Bifidobacterium, Actinomyces, Lactobacillus, Cutibacterium, Pseudopropionibacterium (P. propionicum), Slackia, Scardovia, Parascardovia (P. denticolens), Alloscardovia, Filifactor, Mogibacterium, Pseudoramibacter (P. alactolyticus), Bulleidia (B. extructa), Solobacterium (S. moorei) Bacilos gramnegativos Prevotella Pigmentadas: P. melaninogenica, P. intermedia, P. denticola No pigmentadas: P. oris, P. buccae, P. oralis Porphyromonas Pigmentadas: P. endodontalis, P. gingivalis No pigmentadas: P. catoniae Fusobacterium: F. nucleatum, F. necrophorum Bacteroides no grupo fragilis, Tannerella (T. forsythia), Leptotrichia, Selenomonas Tubo digestivo Cocos grampositivos Peptostreptococcus, Blautia, Murdochiella (M. asaccharolytica), Finegoldia, Anaerococcus, Peptococcus, Parvimonas, Coprococcus, Ruminococcus Cocos gramnegativos Veillonella, Acidaminococcus, Megasphaera Bacilos grampositivos Bifidobacterium, Eggerthella, Eubacterium, Bifidobacterium, Lactobacillus, Cutibacterium, Pseudopropionibacterium, Catabacter (C. hongkongensis) Bacilos gramnegativos Bacteroides: B. fragilis, B. thetaiotaomicron, B. ovatus, B. vulgatus, B. uniformis Parabacteroides: P. distasonis, P. merdae Porphyromonas: P. asaccharolytica, P. uenonis, P. gingivalis Fusobacterium: F. nucleatum, F. mortiferum, F. varium Bilophila, Alistipes, Dialister, Leptotrichia, Desulfovibrio, Selenomonas, Sneathia (S. sanguinegens) Aparato genital Cocos grampositivos Peptococcus, Peptostreptococcus, Murdochiella, Parvimonas, Finegoldia, Anaerococcus, Peptoniphilus Cocos gramnegativos Veillonella, Acidaminococcus, Megasphaera Bacilos grampositivos Lactobacillus, Atopobium, Mobiluncus, Bifidobacterium, Eubacterium, Cutibacterium, Alloscardovia, Olegusella (O. massiliensis), Collinsella Bacilos gramnegativos Prevotella: P. bivia, P. disiens Porphyromonas: P. asaccharolytica, P. uenonis Fusobacterium, Bacteroides grupo fragilis, Leptotrichia, Sneathia Piel Cocos grampositivos Finegoldia, Peptoniphilus, Peptococcus, Anaerococcus, Peptostreptococcus, Blautia Bacilos grampositivos Cutibacterium: C. acnes, C. avidum Propionibacterium (P. namnetense) *Entre paréntesis se señalan las especies únicas dentro del género. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V II CAPÍTULO 260 Infecciones causadas por bacterias anaerobias no esporuladas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 2151 compuesto, principalmente, por bacterias de hábitat anaerobio, por lo que la mayoría de las especies recientemente descritas en estudios de metagenómica no se relacionan con infección y no se incluyen en este capítulo. Entre los cocos grampositivos anaerobios destacan por su importan- cia Peptostreptococcus, Peptococcus niger, Finegoldia magna, Parvimonas micra, Anaerococcus y Peptoniphilus. También pertenecen a este grupo Atopobium, Blautia, Coprococcus, Ruminococcus y Murdochiella. Los cocos gramnegativos anaerobios de interés clínico pertenecen sobre todo al género Veillonella y rara vez causan infección. Otros géneros descritos son Acidaminococcus, Anaeroglobus, Megasphaera y Negativicoccus. Los bacilos gramnegativos anaerobios que se aíslan con mayor frecuencia como causantes de infección pertenecen fundamentalmente a cinco géneros: Bacteroides, Parabacteroides, Prevotella, Porphyromonas y Fusobacterium. El género Bacteroides comprende más de 90 especies y subespecies que se encuentran en el intestino, particularmente en el colon. El grupo Bacteroides fragilis incluye las especies B. fragilis, B. thetaiotaomicron, B. ovatus, B. uniformis y B. vulgatus, entre otros. Dentro de las especies del género Parabacteroides destaca P. distasonis. El género Prevotella está compuesto por especies pigmentadas y no pigmentadas, como P. melaninogenica, P. intermedia, P. denticola, P. bivia y P. disiens. El género Porphyromonas incluye 17 especies, 7 de las cuales son de origen humano: P. asaccharolytica, P. endodontalis, P. gingivalis, P. catoniae, P. bennonis, P. somerae y P. uenonis. Dentro del género Fusobacterium cabe destacar F. nucleatum y F. necrophorum. Otros géneros actualmente descritos son Bilophila, Sneathia, Sutterella, Alistipes, Leptotrichia, Dialister, Desulfovibrio, Tannerella y Selenomonas. Algunas especies de Fusobacterium, Bilophila y Sutterella se han asociado con enfermedad inflamatoria intestinal o cáncer de colon. Entre los bacilos grampositivos no esporulados, destacan los géneros Cutibacterium, Propionibacterium, Pseudopropionibacterium y Lactobacillus, además de otras especies que carecen prácticamente de capacidad patogénica como Bifidobacterium, Scardovia, Parascardovia, Alloscardovia y Eubacterium. Otros géneros descritos son Eggerthella, Atopobium, Olsenella, Collinsella, Mobiluncus, Catabacter, Filifactor, Slackia, Mogibacterium, Pseudoramibacter, Bulleidia, Solobacterium y Olegusella. PATOGENIA Las bacterias anaerobias generalmente carecen de factores de virulencia que les permitan invadir espontáneamente los tejidos próximos o tras- locar a la sangre para producir sepsis, por lo que las infecciones que producen son generalmente consecuencia de la ruptura espontánea, traumática o inflamatoria de las barreras mucosas que separan su hábitat natural de lugares habitualmente estériles. La coexistencia de bacterias anaerobias facultativas (enterobacterias y enterococos), que consumen el oxígeno del medio ambiente, favorece el crecimiento y la propagación de estas especies. CUADRO CLÍNICO Las manifestaciones clínicas de las infecciones por bacterias anaero- bias dependen esencialmente de su localización anatómica, así como de los factores predisponentes y desencadenantes y, en definitiva, de las bacterias involucradas.A continuación, se presentan las más importantes. Infección de la boca y el cuello La caries dental se ha relacionado con la presencia de múltiples espe- cies, entre las que destacan Lactobacillus, Bifidobacterium, Scardovia, Parascardovia denticolens, Mogibacterium, Selenomonas, Veillonella y otras especies de anaerobios comprendidas dentro del género Acti- nomyces spp. Las infecciones relacionadas con endodoncias y los abscesos peria- picales que pueden producirse a través de las caries son frecuentes. La inflamación crónica del espacio periodontal, o periodontitis, se manifiesta por pérdida del ligamento e incremento del espacio alveo- lar. Pueden producirse abscesos periodontales, que son la causa más frecuente de la pérdida de los dientes en los adultos. En este caso, las principales bacterias asociadas son Parvimonas micra, Anaeroglobus geminatus, Megasphaera, Cutibacterium, Pseudopropionibacterium propionicum, Prevotella, Bacteroides no grupo fragilis, Porphyromonas endodontalis y Fusobacterium nucleatum, junto con Anaerococcus pre- votii, Dialister invisus y bacilos grampositivos, como Filifactor alocis, Slackia, Pseudoramibacter alactolyticus, Bulleidia extructa, Solobacterium moorei y Olsenella. La gingivitis es un proceso inflamatorio de las encías, frecuente y en el que participa también la microbiota aerobia. El proceso puede ser agudo o crónico, y se caracteriza por la tumefacción de las encías, que están eritematosas y sangran fácilmente. En la gingivitis ulcerosa necrosante de evolución rápida (angina de Plaut-Vincent o boca de trinchera) que se presenta en pacientes desnutridos o con sida, aparecen depapiladas, ulceradas y sangran, son dolorosas y el paciente percibe un sabor desagradable y sufre halitosis. En las formas graves puede haber afección del estado general, fiebre y adenomegalias satélites, así como afección del hueso. Se aíslan estreptococos del grupo viridans, actinomices, F. nucleatum, P. melaninogenica, V. parvula y Treponema vincentii. Una forma excepcionalmente grave y rápidamente evolutiva es el cancrum oris o noma, que evoluciona hacia la estomatitis ulcerativa y gangrenosa, y deja como secuela extensas lesiones residuales. Este proceso es frecuente en pacientes con leucemia y en niños mal nutridos tras una infección vírica. Se atribuye a la presencia simultánea de F. necrophorum y P. intermedia. Las infecciones faríngeas y periamigdalares necrosantes están causadas por microbiota variada con presencia de anaerobios, pre- ferentemente F. necrophorum. Cursan con dolor faríngeo, fiebre y adenomegalias, y se acompañan de halitosis. Se producen sobre todo en personas desnutridas y granulocitopénicos, y se han relacionado con la colocación de piercing en la lengua. Si la infección se extiende a las áreas contiguas de la boca y el cuello y afecta al espacio profundo sublingual, submandibular, parotídeo, latero y/o retrofaríngeo, puede producir cuadros clínicos graves, como la angina de Ludwig, en los que se observa tumefacción, desplazamiento de la lengua e incluso compromiso de la vía aérea, dolor intenso y fiebre alta. Pueden afec- tarse los vasos contiguos, produciéndose trombosis o erosiones. Los abscesos faríngeos por anaerobios pueden ocasionar tromboflebitis supurada de la vena yugular interna, que se acompaña de bacteriemia y embolia pulmonares, cerebrales o cardíacas, para constituir el sín- drome de Lemierre. El agente causal más frecuente de este síndrome es F. necrophorum. Otras infecciones posibles son la sinusitis crónica y la otitis media crónica supurativa. Infección pleuropulmonar Las infecciones pulmonares por anaerobios suelen ser consecuencia de la aspiración de las secreciones orofaríngeas que se producen en personas con trastornos neurógenos de la deglución, en el coma, en pacientes portadores de sonda nasogástrica, en intubados o en los que se ha producido una obstrucción de la vía respiratoria, así como en pacientes con infecciones periodontales graves o con una neoplasia de pulmón. La neumonía por aspiración presenta una evolución tórpida, caracterizada por febrícula y malestar general, y un esputo que puede evolucionar hacia una forma fétida al formarse el absceso. Aunque su diferenciación de las neumonías de otro origen puede ser difícil, la identificación de factores predisponentes y la presencia de otros caracteres habituales en este cuadro, como el curso subagudo y pos- teriormente la cavitación, son sugerentes de esta etiología. Los agentes que se asocian con mayor frecuencia son Porphyromonas, Prevotella y Peptostreptococcus, junto con otros anaerobios propios de la cavidad oral, asociados frecuentemente a estreptococos viridans y hemófilos. En la neumonía por aspiración en pacientes hospitalizados, sometidos a ventilación asistida o que han recibido tratamiento antibiótico pre- vio, la microbiota anaerobia se asocia a enterobacterias, Pseudomonas Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 2152 SECCIÓN XVII Enfermedades infecciosas aeruginosa y otros bacilos gramnegativos. El absceso pulmonar suele desarrollarse como complicación de la enfermedad periodontal, mien- tras que los empiemas pleurales suelen aparecer en las infecciones pulmonares de larga evolución. Absceso cerebral y otras infecciones del sistema nervioso central Los abscesos cerebrales pueden producirse en una gran variedad de situaciones, como la extensión de infecciones contiguas (mastoiditis, otitis, sinusitis o infecciones dentales), tras un traumatismo craneal o una intervención neuroquirúrgica, o por vía hematógena en pacientes con un absceso de pulmón o una endocarditis bacteriana. También pueden observarse en pacientes sometidos a trasplante, granulocito- pénicos o con sida, por lo que su etiología es muy variada. En los abs- cesos producidos por contigüidad o de origen pulmonar, la presencia de anaerobios es muy frecuente, y se aísla Prevotella, Porphyromonas y Fusobacterium junto con cocos anaerobios, estreptococos del grupo viridans y bacilos grampositivos anaerobios (Cutibacterium, Eubacte- rium y Actinomyces), mientras que en los secundarios a traumatismo o neurocirugía hay que descartar la presencia de Staphylococcus aureus y, en los pacientes inmunodeprimidos, gérmenes oportunistas, como las nocardias. El curso clínico es muy variado según la focalidad y la respuesta frente a la infección. Los síntomas generales pueden ser escasos o inexistentes, y la clínica, y en particular los síntomas focales neurológicos, tiene relación con el tamaño y la localización del abs- ceso (v. cap. 173, Infecciones del sistema nervioso central). Otras infecciones a las que pueden dar lugar son el empiema subdural y el absceso epidural. Especies como Veillonella parvula se han relacionado con meningitis. Infección intraabdominal Pueden tratarse de peritonitis difusas o dar lugar, a lo largo de la evo- lución, a abscesos de diferente localización (subfrénicos, pélvicos o retroperitoneales). Su característica común es que son secundarias a la ruptura de un órgano infectado (apendicitis, diverticulitis, enfermedad inflamatoria intestinal) o más frecuentemente a la salida del contenido intestinal tras una herida perforante, una intervención quirúrgica o una neoplasia. El dolor abdominal y la fiebre suelen ser constantes. La microbiota es abundante y variada, e incluye especies anaerobias y aerobias, como B. fragilis, B. thetaiotaomicron, Prevotella, Fusobacterium y Peptostreptococcus, así como enterobacterias, P. aeruginosa, estreptoco- cos, enterococos y Candida. En el absceso hepático y en la tiflitis del paciente neutropénico también se encuentra una microbiota anaerobia con presencia de diversas especies de Bacteroides y Clostridium.Infección del aparato genital femenino Además de las infecciones de transmisión sexual causadas por gonococo y clamidia, existe un número variado de situaciones en las que puede producirse una infección por la microbiota vaginal o por la microbiota perineal. Así sucede en los abscesos de Bartholin, las endometritis, las salpingitis, el absceso tuboovárico y pélvico, la enfermedad inflamatoria pélvica, la amnionitis, e incluso en los abortos sépticos y las infecciones que complican la cirugía ginecológica o el parto. La microbiota mixta que causa estas infecciones está formada por Prevotella, junto con Peptostrep- tococcus, Anaerococcus, Gardnerella vaginalis y Streptococcus agalactiae; las enterobacterias se encuentran con menos frecuencia que en las infecciones de origen abdominal, y B. fragilis suele estar involucrado en los abscesos. La vaginosis es un proceso complejo que remeda más una dis- bacteriosis que una verdadera infección. Se hallan involucradas Gard- nerella vaginalis, Mobiluncus, especialmente M. curtisii, Porphyromonas asaccharolytica y otras bacterias anaerobias, como Atopobium, Murdo- chiella, Leptotrichia, Sneathia, Megasphaera, Eggerthella, Catabacter, Collinsella y Olegusella, puestas de manifiesto por las nuevas técnicas de identificación basadas en el estudio del RNAr 16S y otros genes. Se caracteriza por una secreción maloliente que, en el examen micros- cópico, presenta células vaginales tapizadas por bacterias (clue cells) y ausencia de leucocitos. Infección de la piel y de las partes blandas Las infecciones de la piel y los tejidos subyacentes causadas por bacterias anaerobias tienen lugar en heridas traumáticas, incisiones quirúrgicas, necrosis vasculares y úlceras de decúbito de zonas que pueden conta- minarse con microbiota endógena anaerobia. Estas infecciones son polimicrobianas y, en el caso de las úlceras, pueden ser un reservorio de gérmenes multirresistentes. Las especies anaerobias y facultativas que participan varían según la topografía, y se aísla Prevotella y estrepto- cocos en las infecciones de cuello y tórax, y B. fragilis, enterobacterias y enterococos en las infecciones de localización infradiafragmática. El aspecto necrótico de la lesión, la crepitación y el mal olor deben hacer sospechar la participación de anaerobios, aunque ninguno de estos síntomas se considera patognomónico. Las infecciones polimicrobianas anaerobias de este tipo se pueden difundir y causar celulitis, fascitis, miositis y osteomielitis. La fascitis necrosante que afecta al escroto y que puede extenderse al perineo y la pared abdominal se denomina gangrena de Fournier y ocurre, entre otros, en pacientes de edad avanzada, diabéticos o intervenidos en esos territorios. Algunas infecciones necrosantes de la piel y tejidos adya- centes que pueden alcanzar la fascia están causadas por Streptococcus pyogenes o por asociaciones de bacterias facultativas, como S. pyogenes y S. aureus. En las infecciones que se producen tras la mordedura de animales, la microbiota anaerobia y facultativa de la boca se asocia a Pasteurella multocida, en tanto que en las mordeduras humanas se asocia a Eikenella corrodens. Infección urinaria Alloscardovia omnicolens se aísla en ocasiones en cantidad abundante en muestras de orina, aunque su papel como causante de infección está en discusión, no así el de otras especies anaerobias derivadas de los actinomicetales, como Actinotignum schaalii, que se considera agente causal de infección urinaria. Infección ósea y articular Se producen por contigüidad a partir de infecciones en partes blandas adyacentes, sobre todo en úlceras de decúbito y en el pie diabético; F. necrophorum es, junto con especies de Bacteroides y Finegoldia magna, el principal implicado. Fusobacterium es también el principal causante de artritis séptica, mientras que Cutibacterium acnés, C. avidum, Pro- pionibacterium namnetense, Bulleidia extructa y Peptostreptococcus se han implicado en la infección articular protésica crónica y relacionada con la inserción de fijadores externos en fracturas óseas. Cada vez se relaciona más C. acnes con la patogenia de la osteomielitis crónica no bacteriana y el síndrome SAPHO (sinovitis, acné, pustulosis, hiperos- tosis y osteítis). Bacteriemia y endocarditis Las bacteriemias por anaerobios pueden producirse a partir de cual- quiera de los focos señalados previamente. Se estima que este tipo de microorganismos está involucrado en el 3%-10% de las bacteriemias que se producen en los adultos, y son excepcionales en la población pediátrica. El foco más frecuente es el abdominal, que supone más de la mitad de los casos, seguido por las infecciones del aparato genital femenino, las infecciones de partes blandas y, finalmente, las orofaríngeas y las pulmonares. La etiología está relacionada con el foco de origen, de manera que en las de foco abdominal predomina Bacteroides fragilis, en las genitales, Prevotella bivia y P. disiens, y en las orofaríngeas y pulmonares, Fusobacterium. Lactobacillus puede dar lugar a bacteriemia (excepcionalmente incluso tras su uso como Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V II CAPÍTULO 260 Infecciones causadas por bacterias anaerobias no esporuladas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 2153 probiótico) e incluso a endocarditis bacteriana. Este tipo de bacteriemia por anaerobios se da generalmente en pacientes oncohematológicos, en los que en los últimos años se ha observado también el aislamiento cada vez más frecuente de Leptotrichia. El aislamiento en el hemocultivo de Cutibacterium acnes es relativamente frecuente y, en ausencia de material protésico o catéteres, suele deberse a una contaminación de la muestra por una incorrecta antisepsia cutánea. Las bacteriemias por gramnegativos anaerobios cursan con shock séptico y coagulación intravascular diseminada con menos frecuencia que en las bacteriemias por otros gramnegativos aerobios, debido, entre otras razones, a que sólo Bacteroides presenta, al igual que estos, un lipopolisacárido de superficie compuesto por el lípido A, pero con muy poca actividad como endotoxina. Aun así, la gravedad de estas infecciones se ha cons- tatado, entre otros datos, por la diferencia en la mortalidad atribui- ble entre los pacientes que reciben una terapia antibiótica correcta (15%-30%) con respecto a los no tratados adecuadamente (60%). Diversos géneros y especies de anaerobios, como C. acnes, Lactobaci- llus, F. magna, Veillonella, B. fragilis y F. necrophorum, se han asociado a endocarditis sobre válvula protésica. Gastroenteritis Existen cepas de B. fragilis enterotoxigénicas que producen una toxina termolábil y que dan lugar a una diarrea acuosa autolimitada, más frecuente en niños que en adultos. Esta enterotoxina se ha relacionado con la patogenia de la enfermedad inflamatoria intestinal, el cáncer colorrectal y otras afecciones, como la enterocolitis necrosante en el neonato, el síndrome de intestino irritable postinfeccioso, la diarrea asociada a antibióticos e, incluso, la malnutrición en niños en países en desarrollo. DIAGNÓSTICO La infección por bacterias anaerobias debe sospecharse ante cuadros clínicos específicos, como gingivoestomatitis, abscesos del suelo de la boca o síndrome de Lemierre. También debe sospecharse la participación de las bacterias anaerobias en los abscesos pulmonares y cerebrales y en las infecciones necrosantes que cursan con crepitación y mal olor. Siempre ha de tenerse en cuenta la posibilidad de que la etiología de estos procesos sea mixta por microbiota anaerobia y facultativa asociadas, así como la posibilidad de aislar especiesanaerobias coloni- zantes de la piel y las mucosas sin significado clínico. Para el diagnós- tico microbiológico de estas infecciones es fundamental efectuar una correcta recogida de la muestra, de modo que durante su transporte y hasta la llegada al laboratorio se preserve la anaerobiosis. La mues- tra de pus o tejido debe recogerse en un recipiente que preserve la anaerobiosis. Los escobillones, incluso los que llevan un medio de transporte específico, presentan un rendimiento inferior. Las muestras respiratorias deben tomarse mediante cepillado bronquial y trasladarse con urgencia al laboratorio. La visualización, en la tinción de Gram, de formas pleomórficas, en ocasiones teñidas irregularmente, puede hacer sospechar su presencia. El cultivo ha de realizarse en medios enriquecidos y selectivos, incubándose un mínimo de 48-72 h en condiciones anaerobias, aunque algunas de estas especies tardan en crecer incluso 5 días. En las infecciones polimicrobianas no es posible aislar y estudiar la sensibilidad de todas las bacterias presentes, por lo que el microbiólogo debe investigar si la microbiota es exclusivamente anaerobia o mixta, debe constatar si hay bacterias facultativas que pueden requerir especial atención para el tratamiento (estafilococo, enterococo, enterobacterias, Pseudomonas, Acinetobacter o Candida), evaluar su proporción relativa y, sobre todo, descartar la presencia de cepas multirresistentes. Así como el desarrollo de técnicas genéticas ha supuesto una gran revolución taxonómica, la utilización de la espec- trometría de masas con la técnica MALDI-TOF (desorción/ionización mediante láser asistida por matriz, acoplada a un detector de iones TOF) en el día a día de los laboratorios asistenciales implica un gran avance en cuanto a la rapidez y la precisión diagnóstica. TRATAMIENTO Con frecuencia, las infecciones por bacterias anaerobias requieren algún tipo de intervención quirúrgica, como el drenaje de los abscesos, la eliminación de los restos necróticos, la retirada de las prótesis y otros cuerpos extraños (sobre todo en infecciones donde el biofilm juega un papel importante), la reparación de las perforaciones viscerales y la revascularización del área afectada. Cuando la limpieza quirúrgica y el drenaje consiguen una reducción de la carga bacteriana, aunque el tratamiento antibiótico sólo sea activo frente a algunas de las bacterias predominantes, puede ser suficiente para la curación del proceso infec- cioso. En algunos casos, como la tromboflebitis supurada o el síndrome de Lemierre, está indicado además el tratamiento anticoagulante con heparina. El tratamiento es eminentemente empírico, y debe tenerse en cuenta el foco de infección, las características farmacocinéticas del antibiótico y la gravedad del paciente. Los antibióticos anaerobicidas son la penicilina G, la amoxicilina-ácido clavulánico, la piperacilina- tazobactam, la cefoxitina, los carbapenémicos, la clindamicina, el metronidazol, el cloranfenicol, el moxifloxacino y la tigeciclina. Frente a los grampositivos también han dado un buen resultado fármacos como la vancomicina (salvo en el caso de los lactobacilos y de Sneathia), el linezolid y la daptomicina; en los casos en que exista un componente de biopelícula, se recomienda asociar al tratamiento rifampicina. Los aminoglucósidos y monobactames, así como algunas quinolonas, no tienen actividad frente a este tipo de bacterias. Las especies de Bacteroides del grupo fragilis y Parabacteroides son las que muestran una mayor resistencia a los antimicrobianos, en especial a la penicilina, la clindamicina y la cefoxitina, y en ocasiones incluso a los carbapenemes, por lo que las infecciones originadas en el tubo digestivo y la vagina deben tratarse empíricamente con arreglo a esos datos. Clásicamente, las infecciones de localización supradia- fragmática se han considerado causadas por bacterias sensibles a todos los anaerobicidas, aunque la producción de β-lactamasas ya se ha des- crito en bacterias anaerobias que se hallan en la boca, como Prevotella (50%), Porphyromonas (5%-10%) y Fusobacterium (5%), y existen series que describen resistencia a la penicilina en un 15% de F. magna y en un 10% de P. micra, hecho que limita el uso de las penicilinas en el tratamiento empírico de las infecciones de la boca. La resistencia al metronidazol es frecuente en las especies de cocos grampositivos y bacilos grampositivos anaerobios. Estos géneros presentan cada vez más resistencia a la clindamicina, por lo que los antimicrobianos de elección para las infecciones en dicha localización en ese nivel son, además de la clindamicina, las combinaciones de β-lactámicos con inhibidores de β-lactamasas y los carbapenémicos en casos graves. A continuación, se resumen las opciones en el tratamiento empírico de las principales infecciones en las que pueden estar implicadas las bacterias anaerobias. Infecciones graves de la cavidad bucal y el cuello Los abscesos periapicales pueden tratarse con amoxicilina-clavulánico, clindamicina o doxiciclina, esta última como segunda elección, dado el porcentaje de resistencia frente a ella. Por otra parte, sólo debe añadirse a las medidas odontológicas tratamiento antibiótico en las periodontitis agresivas y las gingivoperiodontitis necrosantes, con administración de amoxicilina-ácido clavulánico, clindamicina o metronidazol asociado a amoxicilina o a espiramicina. Las otras infecciones de la boca, la farin- ge y las celdas anexas pueden tratarse también con estos antibióticos. Infección pulmonar Si la adquisición es comunitaria y el paciente no ha recibido tratamien- to previo, puede administrarse amoxicilina-clavulánico, clindamicina o ertapenem. En una infección de adquisición hospitalaria o en un paciente con antecedente de tratamiento previo puede administrarse Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 2154 SECCIÓN XVII Enfermedades infecciosas piperacilina-tazobactam o un carbapenémico con actividad antipseu- domónica. En la neumonía necrosante está indicada la asociación de una cefalosporina de tercera generación con clindamicina o metro- nidazol, excepto cuando es necesaria cobertura frente a P. aeruginosa (meropenem o piperacilina-tazobactam más un aminoglucósido) o S. aureus resistente a la meticilina (SARM) con adición de linezolid. En el empiema pleural secundario a neumonía, mediastinitis o un absceso subfrénico, está indicado el uso de una cefalosporina de tercera gene- ración con clindamicina o monoterapia con amoxicilina-clavulánico o piperacilina-tazobactam. Absceso cerebral y otras infecciones del sistema nervioso central En el absceso cerebral por anaerobios, el metronidazol es el medica- mento de elección debido a su actividad y excelente penetración, pero debe administrarse junto con una cefalosporina de tercera generación, dado el carácter polimicrobiano de la mayoría de estas infecciones. El tratamiento ha de modificarse según el origen del absceso; así, cuando este aparece después de una infección pulmonar o se trata de un pacien- te inmunodeprimido, al metronidazol debe asociarse cotrimoxazol (posibilidad de Nocardia) y, si existe riesgo de Listeria, ampicilina. Si el paciente ha sido sometido a una intervención neuroquirúrgica, se ha de valorar cuidadosamente la necesidad de cobertura frente a SARM o P. aeruginosa. Infección intraabdominal En los pacientes que no han recibido previamente tratamiento anti- biótico está indicada la administración de amoxicilina-clavulánico, metronidazol con una cefalosporina de tercera generación o ertape- nem. En los pacientes tratados o en los que la infección sea de origen nosocomial se administrará piperacilina-tazobactam o imipenem o meropenemasociado a un aminoglucósido en el caso de sepsis grave. Infección ginecológica En la enfermedad inflamatoria pélvica, ante la posibilidad de una etiología específica (gonococo o clamidia), debe administrarse la aso- ciación de ceftriaxona o cefixima con doxiciclina o azitromicina; se desaconseja el empleo empírico de una fluoroquinolona debido a la alta tasa de resistencia del gonococo. Si existe la sospecha de infección por anaerobios, se añadirá metronidazol o clindamicina asociada a aztreonam o un aminoglucósido o tigeciclina. Las infecciones que aparecen tras una intervención quirúrgica ginecológica se tratarán como las que aparecen después de la cirugía abdominal. El tratamiento de la vaginosis bacteriana se realiza con metronidazol, clindamicina o amoxicilina-clavulánico. Infección de la piel y de las partes blandas El tratamiento del acné vulgar se efectúa con antimicrobianos con acti- vidad frente a C. acnes por vía tópica, como eritromicina, doxiciclina o clindamicina. C. acnes es intrínsecamente resistente al metronidazol, y se ha de tener presente que en el 15% de los casos es resistente también a la clindamicina. Las úlceras de decúbito no deben tratarse con antimicrobianos, salvo si se acompañan de celulitis; entonces se indica amoxicilina-ácido clavulánico, piperacilina-tazobactam o meropenem más linezolid, clindamicina, daptomicina o tigeciclina. Si existen antecedentes de mordedura, se administrará amoxicilina- clavulánico, ertapenem, moxifloxacino o la asociación de cefotaxima o levofloxacino más clindamicina. En las infecciones de las incisiones quirúrgicas secundarias a la cirugía de cuello, abdomen o ginecológica, si está indicado el tratamiento, se administrarán los mismos antimi- crobianos que en las infecciones en esa misma topografía descritas en los apartados anteriores. Osteomielitis o artritis séptica En la osteomielitis o la artritis séptica secundarias a úlcera o herida por mordedura está indicado el tratamiento con amoxicilina-clavulánico, ertapenem, meropenem, piperacilina-tazobactam, tigeciclina o una cefalosporina de tercera generación asociada a metronidazol. Bacteriemia El tratamiento dependerá del foco de origen sospechado y de la gra- vedad del paciente. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Bullman S, Pedamallu CS, Sicinska E, Clancy TE, Zhang X, Cai D, et al. Analysis of Fusobacterium persistence and antibiotic response in colorectal cancer. Science 2017;358(6369):1443-8. García-Sánchez JE, García-Sánchez E, Martín-del Rey Á, García-Merino E. Las bacterias anaerobias 150 años después de su descubrimiento por Pasteur. Enferm Infecc Microbiol Clin 2015;33:119-28. Nagy E, Boyanova L, Justesen US. How to isolate, identify and determine antimicrobial susceptibility of anaerobic bacteria in routine laboratories. Clin Microbiol Infect 2018;24(11):1139-48. Schuetz AN. Antimicrobial resistance and susceptibility testing of anaerobic bacteria. Clin Infect Dis 2014;59:698-705. © 2020. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Infecciones causadas por clostridios E. BOUZA SANTIAGO, P. CASTRO REBOLLO, L. ALCALÁ HERNÁNDEZ 261 GENERALIDADES E. Bouza Santiago, P. Castro Rebollo Etiología El género Clostridium incluye bacilos grampositivos, anaerobios y formadores de esporas (C. ramosum, C. clostridioforme y C. innocuum no presentan esporas) que causan cerca del 10% de las infecciones anaerobias de diversas localizaciones clínicas. Los clostridios son miembros de la microbiota humana normal, presente principalmente en el tubo digestivo y la vagina, y son ubicuos en el suelo. Según el análisis de secuencias de rDNA 16S, los clostridios se pueden dividir en 11 grupos de homología, si bien la mayoría de las especies clíni- camente significativas pertenecen al grupo 1. Las especies aisladas más frecuentemente asociadas a enfermedades son C. difficile (recla- sificado como Clostridioides difficile), C. tetani y C. botulinum. Entre el resto destacan en orden de frecuencia: C. perfringens, C. ramosum (reclasificado como Erysipelatoclostridium ramosum), C. sporogenes, C. bifermentans (reclasificado como Paraclostridium bifermentans), C. innocuum, C. sordellii (reclasificado como Paeniclostridium sordellii), Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org Push Button0:
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