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Cartwright - La vanidad del rigor en economia RESUMEN

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La vanidad del Rigor en Economía: modelos teóricos y experimentos Galileanos. Nancy Cartwright
La economía es injustamente criticada por la utilización de supuestos irrealistas. El tema para este volumen es experimentos en Economía. Mi proyecto no es entender los experimentos sino usarlos para entender la teorización en Economía; más específicamente, “economías análogas”. Lucas no define exactamente qué es una economía análoga. Lo que tengo en mente es la teorización a través de la construcción de modelos que representan tipos específicos de economías y las describen de una manera particular. En este tipo de teorización no establecemos simplemente leyes o principios de una forma específica que se presumen obtener en la economía, como quizás haríamos construyendo un modelo macroeconómico de gran escala cuyos parámetros queremos estimar. En vez de eso, los justificamos con nuestra descripción de los agentes, o sectores, u otros factores causales significativos en la economía y nuestra descripción de sus acciones e interacciones significativas. Los principios económicos se emplean por necesidad, por supuesto, pero la forma detallada de los principios o las ecuaciones utilizadas será particular al tipo de economía descripta y a los tipos de interacciones que en ella suceden.
Las economías análogas generalmente tienen un número reducido de características, un número reducido de agentes y un número reducido de opciones acerca de lo que puede suceder, todo representado por conceptos con poco contenido. El comportamiento de las características que representan está determinado por la estructura del modelo y sus supuestos en conjunción con los pocos principios generales que son aceptados sin controversia en este tipo de teorización.
La modelización a través de la construcción de economías análogas es una técnica muy difundida en la teoría económica actual. Como insta Lucas, el punto importante acerca de las economías análogas es que todo acerca de ellas es conocido y dentro de ellas las proposiciones en las que estamos interesados "pueden ser formuladas rigurosamente y demostrarse su validez". Para estas economías construidas, nuestras visiones acerca de lo que sucederá son "enunciaciones de hechos verificables".
El método de verificación es la deducción: sabemos lo que pasa en esas economías porque sabemos lo que debe pasar dados nuestros principios generales y las características de la economía. Sin embargo, nos enfrentamos a un trade-off: podemos obtener resultados completamente verificables pero sólo acerca de economías que no son reales. Como dice Lucas, "Cualquier modelo que esté lo suficientemente bien articulado para brindar respuestas claras a las preguntas que le realizamos, necesariamente será artificial, abstracto, patentemente "irreal"".
Durante un largo tiempo sostuve que experimentos como los de Galileo son la clave para entender cómo las economías análogas pueden enseñarnos acerca de la realidad empírica. Nos muestran por qué el irrealismo de los supuestos de un modelo no necesariamente es un problema. De hecho, por el contrario, el alto grado de idealización involucrado es esencial a la habilidad del modelo para decirnos cosas acerca del mundo real, en lugar de ser una característica problemática que es mejor eliminar. Mi sospecha general es que la forma en que se alcanza la deductividad en los modelos económicos puede socavar la posibilidad que estoy abriendo para que nos digan verdades genuinas acerca de la realidad empírica. 
Validez externa: un problema para modelos y experimentos por igual 
Lucas menciona a las economías análogas como alternativas a la experimentación para la teorización económica contemporánea.
Cuando diseñamos un experimento o cuasi-experimento en Ciencias Sociales, apuntamos simultáneamente a obtener validez interna y validez externa. Una afirmación experimental es internamente válida cuando podemos asegurar que ha sido establecida genuinamente para cumplirse en la situación experimental. La validez externa es más ambiciosa. Pues el experimento debe estar diseñado para asegurarnos de que el resultado debe cumplirse en algunos tipos de situaciones objetivo o poblaciones fuera del setup experimental. 
Es una verdad metodológica muy bien conocida que en casi todos los casos habrá un trade-off entre validez interna y validez externa. Las condiciones que necesitamos para incrementar las chances de obtener validez interna generalmente están contrapuestas a aquellas que dan lugar a la validez externa. La crítica usual que se hace es sobre lo artificial de las circunstancias requeridas para asegurar la validez interna.
Las economías análogas están diseñadas para garantizar la validez interna. Este tipo tan especial de ensamblado que puede proveernos justo de lo que se necesita para la deducción, no es probable que nos lo otorguen las condiciones que ocurren en la economía real, como Lucas y todos los otros teóricos que utilizan estos métodos admiten. En este tipo de teorización, es como si comprásemos validez interna resignando validez externa. 
El problema no está confinado a los "experimentos del pensamiento" que llevamos a cabo con nuestros modelos construidos.
Tendencias e idealizaciones Galileanas 
Ahora me gustaría discutir que una gran cantidad de los supuestos irrealistas que encontramos en modelos y experimentos por igual no son un problema. Al contrario, son requeridos para realizar el trabajo; sin ellos el experimento no sería un experimento al fin y al cabo. Lo que estamos haciendo con frecuencia en este tipo de teoría económica, siguiendo a John Stuart Mill, postulados acerca de tendencias estables.
Entonces lo que mantengo es que las economías análogas descriptas en los modelos económicos contemporáneos se asemejan a los experimentos, donde importa el aspecto experimental. Los modelos casi siempre se concentran en un mecanismo simple o proceso causal. La idea es aislar este proceso; estudiarlo en un escenario donde nada más esté pasando que pueda llegar a afectar el resultado. El modelo está construido para asegurarnos que cualquier resultado que vemos se debe al proceso en estudio. 
Por supuesto, si vamos a evitar maniobras que son completamente ad hoc debemos asegurarnos que se le otorga contenido realmente verificable a la “interacción” cuando se la invoca. En principio, esto debería ser posible ya que se supone que el modelo teórico debe poner al descubierto cómo opera el proceso en primer lugar – las “distorsiones” se juzgan como relativas a eso.
Los experimentos de Galileo apuntaban a establecer lo que he estado llamando una afirmación sobre una tendencia. Los experimentos fueron diseñados para hallar la contribución que hará el movimiento debido a la atracción de la Tierra. Eliminó todas las otras causas de movimiento sobre los cuerpos en sus experimentos de modo que pudo observar como se movían sólo cuando los afectaba la Tierra. Esa es la contribución que la atracción de la Tierra hace a su movimiento. 
Llamemos a este tipo de idealización, que elimina todas las otras causas posibles para aprender el efecto de una de ellas operando por sí misma, idealización Galileana. Es justo lo que nos permite trasladar los resultados que encontramos en el experimento a situaciones exteriores – en el sentido de tendencias. Necesitamos los supuestos idealizadores para poder hacer esto.
Podemos contrastar estos experimentos Galileanos con experimentos que tienen un objetivo bastante diferente y correlativamente una estructura bastante diferente.
Observamos otro trade-off. Si un experimento es muy, muy irrealista en el buen sentido, sus resultados pueden ser aplicables casi en cualquier lado. Pero no podrán decirnos qué sucede en cualquier otro aspecto ya que solamente establecen la contribución o tendencia del factor en cuestión. Y los experimentos entre medio usualmente son muy desinformativos en ambos aspectos. Puede suceder, por ejemplo, que la causa o el pequeño conjunto de causas que aislamos en nuestro experimento (o en nuestro modelo) sea también la causa dominanteen las situaciones reales sobre las que queremos conocer. En ese caso nuestros experimentos Galileanos no sólo nos otorgarán tendencias sino que además estarán aproximadamente acertados descriptivamente.
De vuelta a los modelos. Si las deducciones han sido correctamente llevadas a cabo y los principios generales empleados son verdaderos en las situaciones objetivo, los resultados del modelo se corresponderán en cualquier situación real que se ajusten a la descripción que el modelo provee.
Cómo puede asegurarse la deductividad y a qué costo
Lo que me temo es que en general una buena cantidad de las asunciones falsas hechas con nuestros modelos teóricos pueden no tener la forma de idealizaciones Galileanas. La necesidad de esas restricciones más fuertes existe, creo yo, como resultado de la naturaleza de la teoría económica en sí misma.
La mayoría de los conceptos utilizados en esos modelos son conceptos que nombran cantidades socio-económicas que son familiares al hombre común, no sólo como los resultados a ser explicados sino también como los factores explicativos propuestos.
Ésta es mi primera observación: la mayoría de los conceptos empleados en esos modelos son conceptos empíricos altamente concretos. Mi segunda observación es que la tarea es establecer relaciones útiles entre ellos vía deducciones. El problema aparece con mi tercera observación: la teoría que se presume es muy magra. No hay demasiados principios disponibles para utilizar en las deducciones. Tenemos sólo unos pocos principios muy generales que empleamos sin controversia en Economía. Ni tampoco hay usualmente muchos principios empíricos concretos importados a los modelos. Pienso que esto es parte de la estrategia de los modelos. Casi todo principio con contenido empírico real en Economía es altamente contencioso e intentamos construir modelos que utilicen tan pocos supuestos controversiales como sea posible. Pero esto dificulta el alcance de la teoría. Si se supone que los resultados deben “caer” por deducción de los principios, allí donde no haya muchos principios, no obtendremos muchos resultados tampoco.
Creo que hay una buena razón sobre por qué los modelos económicos deben brindar mucha estructura a las economías que describen: si sólo poseemos unos pocos principios, necesitaremos un montón de asunciones extra de algún otro lado para poder derivar nuevos resultados que no estén de antemano claros en los principios. En los modelos bajo discusión, la abundancia de estructura puede suplir la falta de principios generales presupuestos. Los principios generales pueden ser pensados como divididos en dos categorías: principios internos y principios puente. Los principios internos realizan afirmaciones acerca de las relaciones entre conceptos abstractos o teóricos. Pero los resultados sobre los que queremos conocer generalmente no involucran conceptos abstractos o teóricos, sino empíricos. Los principios puente de una teoría brindan los vínculos entre los dos conjuntos de conceptos.
La teoría presupuesta en nuestros modelos económicos tiende a emplear pocos principios de cualquiera de las categorías y regularmente no emplea en absoluto principios puente. Esto significa que los supuestos adicionales puestos en la descripción del modelo deben cumplir dos tareas. Por una parte, deben proveer suficientes restricciones que sirvan como premisas para aumentar el rango de consecuencias deductivas. Por otra parte, deben establecer una interpretación de los términos que aparecen en los principios teóricos.
A veces la tarea inconclusa por el requerimiento de principios puente es realizada por un supuesto explícito: asumiremos que la única fuente de utilidad es... A veces se les da explícitamente una forma concreta a los principios abstractos en sí mismos: asumiremos que las firmas actúan para maximizar beneficios y los trabajadores para maximizar salarios... Muchas veces la interpretación está implícita: quizás no haya en el modelo nada más que importe a los agentes excepto el poder, o los beneficios, o el ocio y los salarios, y la mera elección de estas palabras indica que la utilidad de los agentes debería depender de ellas en ciertas maneras características. 
Lo que afirmo es que no es una sorpresa que las economías análogas individuales vengan con esas largas listas de supuestos: Los supuestos específicos del modelo pueden brindar un camino para obtener resultados seguros deductivamente validados donde los principios universales son escasos. Pero aquellos tienen sus propios problemas. Pues la validez de las conclusiones depende ahora de un gran número de supuestos interconectados muy especiales. De ser así, la validación de los resultados dependerá entonces del arreglo detallado de la estructura del modelo y no está, prima facie al menos, disponible de otra forma. Elegimos verificar deductivamente nuestras afirmaciones para alcanzar claridad, rigor y certeza. Pero para conseguir esto hemos atado los resultados a circunstancias muy especiales; el problema es cómo validarlas en el exterior.
La visión que he defendido durante un largo tiempo es que los resultados de dichos modelos nos enseñan acerca de tendencias generales, tendencias que se muestran transparentemente en las economías análogas descriptas en nuestros modelos económicos pero que están preparadas para operar en la mayoría de las economías. Desde este punto de vista, la economía análoga que describe Lucas es como un experimento.
Si tenemos suerte, sin embargo, no necesitaremos llevar a cabo el experimento. Podemos determinar qué podría pasar si realmente lo hiciéramos porque podemos hallar por deducción qué debe pasar. Pero para que eso funcione, la economía análoga debe ser justo del tipo adecuado. Esta estrategia toda es amenazada, no obstante, si idealizaciones no Galileanas juegan un papel en nuestras deducciones - lo que parece ser el caso de la ecuación de Lucas. 
Desde la perspectiva de establecer tendencias, el observar cuidadosamente las deducciones utilizadas en nuestros modelos económicos para ver si todos los supuestos irrealistas requeridos para las derivaciones son del tipo que caracterizan un experimento ideal se vuelve crucial.
nunca sabemos si algunas características que no hemos tenido en cuenta están influenciando el resultado. Pero en una buena cantidad de nuestras economías análogas ni siquiera estamos así de bien. En un experimento real estamos, después de todo, en posición de asumir con buenas justificaciones que el hecho. no tiene peso causal en el resultado, y lo que sucede en el experimento real es simplemente lo que fue causado. Las economías análogas son diferentes. Lo que sucede en ellas es exactamente lo que está implicado deductivamente. El problema es que muchas veces sabemos con sólo mirarlas que las derivaciones específicas hechas en nuestros modelos dependen de detalles de la situación más que del mecanismo en sí mismo operando de acuerdo a nuestros principios generales. Entonces sabemos que en el experimento correspondiente hay características además del mecanismo mismo determinando el resultado. Eso significa que el experimento no nos permite extraer una conclusión acerca de la tendencia general del mecanismo en estudio.
Ahora sabemos qué pasaría -de hecho, qué debe pasar - en una situación experimental real restringida de manera muy particular en la cual las características de interés realmente ocurren. Pero lo sabemos exactamente por razones incorrectas. Se supone que debemos aislar los efectos de la característica o proceso en investigación actuando por sí mismo, no efectos que dependen de los factores secundarios de un modo crucial.
Entonces, de tener un setup así, no resultará ser un buen experimento después de todo. Las relaciones formales de los supuestos de fondo y la característica objetivo en conjunto son suficientes para garantizar el resultado - y esa es una de las cosas que nuestro diseño debe evitar. Deberíamos juzgar el resultado para saber si es un artefacto del experimento.
Conclusión
Las características "abstraídas" se clasificanen dos categorías: aquellas que eliminan los factores desconcertantes y aquellas que no eliminan factores desconcertantes sino que proveen una estructura lo suficientemente simple para hacer posible un estudio deductivo. Las primeras, afirmo, son justo las que queremos cuando apuntamos a observar qué efectos tiene la información inadecuada, esto es, cuando queremos establecer la tendencia que tiene independientemente de los efectos que cualquier otra cosa pueda tener. Pero los supuestos del segundo tipo siguen siendo problemáticos. No sólo nos dejan con la pregunta sin responder, "¿Podemos creer que lo que vemos suceder, literalmente suceder, en esta economía, es lo que la combinación de racionalidad e información limitada contribuye en otras economías?" Para peor, nos dan razones para creer que no podemos. Pues la inspección de la derivación sugiere que el resultado que se obtiene en las economías análogas depende de la estructura particular que tiene la economía5.
Frecuentemente, claro, discutimos cuán robustos son los resultados de un modelo específico. Pero, sin que nos sorprenda, estas discusiones usualmente se refieren a los supuestos de la primera categoría, pues éstos son los que preocupan a la teoría económica. Al final de cuentas queremos saber qué sucede cuando otras causas ejercen su fuerza, ya sea porque pueden interferir con la que estamos estudiando, o porque estamos iniciando el camino hacia un modelo que será descriptivamente preciso cuando los resultados sean leídos literalmente, i.e. más descriptivamente preciso acerca de las economías reales que queremos estudiar. Pero mi punto central es que también necesitaremos resultados de robustez sobre la segunda categoría de supuestos si nuestras conclusiones han de ser útiles en el sentido de tendencia.
Los economistas ¿no? modelizan para hallar tendencias. Los modelos son meramente un hilo en una red de métodos utilizados en conjunto para establecer, testear, expandir y revisar hipótesis económicas. Más aún, es muchas veces la lección general y no la forma precisa de la conclusión la que se toma en serio. Sin embargo, se supone que derivar rigurosamente un resultado en un modelo provee evidencia prima facie en favor de ese resultado. En la medida en que la derivación en un modelo hace uso esencial de supuestos "idealizadores" no Galileanos, no veo como el hecho de que el resultado pueda derivarse en un modelo tal pueda brindar en absoluto evidencia alguna para la hipótesis.
En la medida en que los principios generales empleados en la derivación son verdaderos en el mundo real, el comportamiento derivado en el modelo será una copia del comportamiento que se hubiera obtenido de realizar un experimento Galileano. Pero cuando se hacen idealizaciones no Galileanas, este motivo ya deja de tener esa fuerza. Creo que deberíamos preocuparnos por asegurarnos de que los supuestos idealizadores no Galileanos no jueguen un papel esencial en nuestras derivaciones.
Una de las formas centrales y altamente apreciadas en la que se hace hoy la teoría de la Economía: mediante la construcción de modelos para economías análogas simples, en los cuales los resultados acerca de cuestiones de interés puedan ser rigurosamente derivados, empleando como principios generales sólo aquellos cuyo uso es relativamente incontrovertido dentro de la disciplina. El rigor se compra pagando el costo de emplear conceptos generales que carecen el tipo de contenido detallado que les permite ser directamente utilizados en situaciones concretas.

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