Migraciones y efectos

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Efectos de las migraciones en los paises de origen
En los países o en los lugares de origen de los migrantes, y en los casos en que los movimientos involucren gran cantidad de personas, se producen cambios en la estructura demográfica que se manifiestan en una disminución de la población económicamente activa (la población migrante es principalmente joven), y con el tiempo, de la tasa de natalidad. Otro efecto es lo que se conoce como "fuga de cerebros", que es la emigración de personas altamente capacitadas, con la consiguiente transferencia de conocimientos y capacidades científicas y tecnológicas. El dinero que envían los migrantes a las familias en sus países de origen se lo denomina remesas, y constituyen un impacto muy significativo para dichos países, tanto en el ámbito de los ingresos de las familias (gastos y consumo), como en el ámbito de la economía nacional cuando se materializan en inversiones.
Efectos de las migraciones en las países de destino
En los países o lugares de destino, la llegada de inmigrantes también puede producir cambios demográficos como el aumento de la población económicamente activa, hecho que se traduce en un rejuvenecimiento de la población, y en el posible incremento de las tasas de natalidad. Dichos efectos son significativamente beneficiosos para países como los europeos que presentan poblaciones envejecidas y con reducidas tasas de fecundidad.
Los inmigrantes, contribuyen además, a la constitución de sociedades multiculturales, con el consiguiente enriquecimiento cultural que aportan personas de diferentes etnias, lenguas, religiones y costumbres. En muchas ocasiones el enriquecimiento cultural es visto como una amenaza a la identidad nacional, y puede derivar en expresiones de temor u hostilidad hacia los extranjeros (actitudes racistas y xenófobas).
Como efectos económicos, el aporte de mano de obra poco calificada, complementa y reemplaza a la fuerza laboral del país receptor, principalmente en aquellos actividades que la población del país no quiere realizar (construcción, servicios, trabajo doméstico y de cuidados). Por otra parte, los inmigrantes contribuyen también a la economía del país de destino con el pago de impuestos y el aumento del consumo a través de la adquisición de bienes y servicios.
Migraciones interacionales
Una característica distintiva del siglo XXI es la movilidad. Las migraciones se han mundializado. Según la Organización Intemacional de Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas, los desplazamientos migratorios se triplicaron en los últimos treinta años; en 2015, se calcula que cerca de 244 millones de personas (3,3 % de la población mundial) se desplazaron en todas las regiones del mundo. En perspectiva histórica, entre 1850 y 1930 se produjo una gran oleada migratoria de 50 millones de europeos hacia América (Estados Unidos, Argentina, Canadá y Brasil) y Oceanía (Australia).
Las nuevas diàsporas de nuestro tiempo -posteriores a 1990- muestran los signos de otra gran oleada migratoria mundializada, favorecida por las mejoras en los medios de transporte y comunicaciones, la disminución en dichos costos, y mayores facilidades para obtener pasaportes. Los migrantes se han diversificado, como así también sus motivaciones: desigualdades relacionadas con los diferentes niveles de desarrollo (educación, condiciones de vida, oportunidades laborales), riesgos medioambientales, factores culturales (conflictos étnicos y religiosos) y crisis políticas.
Cerca de dos tercios de los migrantes internacionales viven en Europa y Asia; otras regiones de destino de migrantes son Norteamérica, Africa, Latinoamérica y Oceanía, en ese orden. Entre los países donde vive el mayor número de migrantes se destacan Estados Unidos, Alemania, Federación Rusa, Arabia Saudita, Reino Unido y Emiratos Árabes.
Europa recibe principalmente migrantes del centro y del norte de África, y la mayor parte de las migraciones que llegan a Estados Unidos, proceden de México y América Central. Algunos países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Venezuela, reciben migrantes de otros paises latinoamericanos (América Central y países Andinos). El sudeste asiático y Oceanía son, a la vez, países de origen y destino de migrantes. Los adelantos en las tecnologías de la información y la comunicación permiten a los migrantes contemporáneos acercar en tiempo y espacio a familiares y amigos que residen en sus países de origen, una ventaja diferencial con las migraciones del siglo pasado.
Migraciones forzadas
Las migraciones forzadas son aquellas que impulsan u obligan a las personas a migrar contra su voluntad. La Organización Internacional para las migraciones define la migración forzada como aquella que se realiza un individuo para "escapar de la persecución, el conflicto, la represión, los desastres naturales y provocados por el hombre, la degradación ecológica u otras situaciones que ponen en peligro su existencia, su libertad o su forma de vida". Es decir, las motivaciones de estas migraciones pueden ser persecuciones politicas o guerras, cuestiones culturales (conflictos étnicos, tribales, religiosos), o por desastres naturales (huracán, terremoto, tsunami, erupciones volcánicas, sequías o inundaciones).
Muchas de las personas que migran en esta condición integran la categoría de refugiados. Cuando finaliza el conflicto o la persecución, algunas personas regresan a su lugar de residencia, otras se quedan en el país que les dio asilo, y otras se trasladan a otro lugar.
En la actualidad hay unos 60 millones de refugiados y desplazados forzosos en el mundo, la mayor cifra después de la Segunda Guerra Mundial. Se calcula que un porcentaje importante de esa cifra son mujeres y niños, victimas de diferentes tipos de intolerancias, que buscan asilo en otros países. Las situaciones personales y las condiciones en que migran los seres humanos en el mundo, permiten observar que las migraciones son cada vez menos voluntarias.
El papel del Estado en las politicas migratorias.
Los Estados pueden incidir en los procesos migratorios a través de la implementación de politicas, algunas más flexibles u orientadas a alentar las migraciones, y otras más rígidas y restrictivas. Este es quizás, uno de los principales términos del debate politico migratorio actual. Las primeras tienen que ver con razones económicas de necesidad de trabajadores para ciertas actividades, por cuestiones humanitarias, o dirigidas a favorecer la integración de los inmigrantes. Las segundas se relacionan con aspectos diversos, aunque es reiterado el rechazo a los inmigrantes básicamente por razones económicas o culturales. En la actualidad podemos observar a nivel mundial dos tendencias marcadas y contrapuestas respecto de políticas migratorias: por un lado el avance hacia normativas que priorizan los derechos de los migrantes, y por otro lado, políticas cada vez más restrictivas frente a la inmigración. Un ejemplo del primer caso serían algunos países latinoamericanos, incluyendo la Argentina que posee una ley migratoria progresista y de avanzada al considerar la migración con el objetivo de impedir la entrada de inmigrantes mexicanos. La Unión Europea en las últimas décadas ha reforzado el control de sus fronteras A pesar de la multiplicación de dispositivos de vigilancia y de control migratorio en las fronteras, se advierte la ineficacia de los mismos para contener las migraciones masivas.
como un derecho humano (Ley N° 25.871) Los Estados Unidos y la Unión Europea son proclives a encerrarse o fortificarse, y por lo tanto a limitar la entrada de inmigrantes. A partir de 1990 Estados Unidos comenzó a construir muros y vallas de seguridad en parte de su frontera con México, que cubren poco más de 1000 km, exteriores y ha establecido mecanismos cada vez más restrictivos para evitar el ingreso de inmigrantes.
Problemáticas sociales y territoriales derivadas de los procesos migratorios; más mitos que realidades
 Los procesos migratorios pueden ser percibidos de diferentes maneras por las sociedadesreceptoras y por los estados: como un problema o amenaza, o como una contribución, aporte o enriquecimiento. El problema o amenaza se relaciona con el fantasma del desempleo y la rebaja de salarios para la población del país de destino, una sobrecarga de los servicios públicos (principalmente en salud y educación), una dificultad para convivir con las diferencias culturales, las cuales algunas veces pueden traducirse en manifestaciones de rechazo hacia los extranjeros e inmigrantes (racismo y xenofobia), de estigmatización y discriminación hacia ciertos colectivos, y el temor al crecimiento de la inseguridad. Existen numerosos estudios e investigaciones que demuestran que esos problemas están más presentes en la percepción de los residentes que en la realidad.
Para los estados se traducen en un mayor costo para las finanzas públicas, mayores demandas de servicios, necesidad de desarrollar politicas de regularización migratoria y procesos de integración a la sociedad, y en algunas ocasiones también como una amenaza a soberanía, seguridad e identidad cultural de la nación.
Tanto las sociedades como los gobiemos de los paises receptores construyen numerosos mitos en torno a la migración, que pocas veces se acercan a la realidad.
Los migrantes, a su vez, se enfrentan con diversas situaciones como la adaptación a nuevas pautas culturales (lengua, costumbres, religión) y los sentimientos encontrados que provoca dejar el país de origen para habitar otro territorio y otra sociedad; suelen tener la sensación de vivir entre dos naciones, entre dos culturas. Otra cuestión que puede plantear situaciones problemáticas es lo relativo a las condiciones legales de ingreso (documentación personal, visas, permisos de residencia y/o trabajo) a los países de destino. Los procesos migratorios, en tanto fenómenos sociales, pueden contribuir al enriquecimiento cultural de una nación, a partir del encuentro, del reconocimiento mutuo, que permita la comunicación y el diálogo intercultural. Estas actitudes favorecerán el surgimiento de nuevas perspectivas, nuevas miradas y subjetividades.
Las movimientos migratorios contribuyen a la formación de sociedades multiculturales, en las que es preciso reelaborar permanente y colectivamente la identidad, a partir del reconocimiento de la "otredad", y por consiguiente del diálogo y del reconocimiento mutuo de las culturas. Las ciudades son los mayores centros de atracción de migrantes. Casi uno de cada cinco migrantes vive en una de las 20 ciudades más pobladas del mundo y en muchas de estas urbes, los migrantes representan más de una tercera parte, es decir, las grandes urbes constituyen también un espacio de diversidad cultural.
Migraciones irregulares
La gran paradoja de la globalización es que con el incremento de la movilidad geográfica de la población, crecieron también los controles migratorios en numerosos países desarrollados. Las políticas rígidas o muy restrictivas pueden provocar serias dificultades para los migrantes que no reúnen los requisitos legales de ingreso al país que emigran. Se utilizan distintos calificativos para referirse a los migrantes que no cumplen con esas condiciones: ilegales, irregulares, clandestinos, indocumentados o sin papeles, entre los más frecuentes. Lo cierto, es que la realidad nos muestra que muchas personas migran en esas circunstancias, y desde los estados la respuesta es poner más trabas, incrementar los mecanismos de control, seguridad y vigilancia de las fronteras, y la multiplicación de muros y vallas fronterizas para impedir el ingreso de inmigrantes a su territorio. Estas condiciones migratorias exponen a las personas a la precariedad laboral, y a la pérdida de derechos sociales.
En muchas oportunidades los inmigrantes son victimas de abusos y situaciones riesgosas que pueden llegar a poner en peligro sus vidas; es el caso de las mafias, redes de trata y organizaciones delictivas que lucran con el tráfico ilícito de inmigrantes. Una de las fronteras más calientes del mundo en cuanto a tránsito de inmigrantes en condiciones irregulares es la de México y Estados Unidos. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) calcula que poco más de 12 millones de mexicanos cruzan anualmente dicha frontera (6 % del total mundial). Otra ruta peligrosa y hoy tristemente célebre por la llamada "crisis humanitaria o de refugiados", es la del mar Mediterráneo; las cifras de muertes de personas que salieron desde el norte de Africa y desde Turquía desde el 2015 hasta principios de 2016 ascienden a 3770 personas. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) o Amnistía Internacional, son algunas de las organizaciones internacionales que desarrollan actividades para evitar los abusos a los que se ven expuestos los migrantes y los refugiados, además de proteger y garantizar los derechos humanos de las personas.
Ningún ser humano es ilegal
"Además, habría que revisar la legislación migratoria poniendo en cuestión palabras como "ilegales" cuando están referidas a las personas. No puede haber personas ilegales. Eso sería una negación a los contenidos de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que en su artículo primero plantea que todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Sin embargo, en la actualidad, en muchas ocasiones, las mercaderías tienen más estatus que las personas".
Susana Chiarotti
Ningún inmigrante es ilegal
"Es conocido por todos los profesionales de las diferentes ramas que se relacionan dentro del fenómeno de las migraciones ese principio que reza, grosso modo, que ningún inmigrante es ilegal. Las personas no pueden ser consideradas ilegales, solamente sus actos pueden ser calificados como ilegales'. Este principio, que debe ser considerado como un axioma irrefutable, un dogma, carece no obstante de ese valor absoluto que debería poseer.
Son muchos los que han afirmado de manera reiterada que la ilegalización de los inmigrantes, la ilegalización de las personas por ende, debe ser calificada como una aberración jurídica. Existen fundamentos para realizar esta afirmación, a pesar de que el concepto 'inmigrantes ilegales' sea uno de los más socorridos en muchos foros para referirse a los inmigrantes irregulares, es decir, aquellos inmigrantes que por no cumpliro no poder cumplir con la normativa vigente en Derecho de Extranjería no ostentan el estatus jurídico de residente legal, estando por tanto en situación administrativa irregular.