Logo Studenta

4 Formas de pensamiento en la humanidad_Módulo3_Lectura4 (2)

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Módulo 3 
Pensamiento 
dialéctico 
 
 
1 
 
Introducción 
 
El pensamiento dialéctico es otra de las formas de pensamiento que, a lo 
largo de la historia, ha sido elaborada con el propósito de interpretar, 
acrecentar y precisar los saberes humanos. Sin embargo, el término 
“dialéctica” no suele (o no suele ya) designar nada muy preciso. En efecto, 
se trata de una de esas palabras cuyas connotaciones y sentidos se han 
multiplicado y diversificado con el paso de los siglos hasta el punto actual 
en que se llama "dialéctica" a muy diversas cosas. Por mencionar algunos 
ejemplos, en ciertas ocasiones este término suele utilizarse para hacer 
referencia a la incompatibilidad entre dos sistemas, pero también se suele 
apelar a él para indicar las oscilaciones en la realidad, mientras que en 
otros contextos se suele denominar con él a un proceso político en el que 
intervienen y negocian las posiciones de dos o más actores. 
 
Para que tomemos conciencia del amplio abanico de significaciones que 
posee el término nos basta con pensar que, desde un punto de vista 
histórico, el término “dialéctica” ha sido caracterizado de diversos modos. 
Generalmente suele entenderse lo dialéctico como el simple arte de la 
conversación y discusión, pero en el medioevo, por ejemplo, Dialéctica era 
la manera con que denominaba a lo que hoy entenderíamos por “lógica”. 
Ya en la modernidad y contemporaneidad, la Dialéctica se ha convertido en 
un complejo sistema de pensamiento de uno de los filósofos más 
importantes de la historia, Hegel, para luego transformarse en un método 
adecuado de interpretación de la realidad, sobre todo social, en otro de los 
más grandes filósofos de todos los tiempos, Karl Marx. 
 
 
 
 
2 
 
 
Es por esto que en este capítulo, y como dice Ferrater Mora en su 
diccionario al intentar definir este concepto, “No podemos limitarnos a un 
solo significado de “dialéctica”; tenemos que desplegar todos los 
significados posibles tal como se han dado en el curso de la historia de la 
filosofía.” (Ferrater Mora, 1965, p.444) 
 
 
3.1- Dialéctica: Origen 
del Término. Distintas 
acepciones 
 
Por lo pronto, el término "dialéctica", y más propiamente la expresión 
“arte dialéctico” —dialektikhtexnh—, estuvo en estrecha relación con el 
vocablo “diálogo”. Puede definirse primariamente entonces como “ el arte 
del diálogo". 
 
Así como en el diálogo hay (por lo menos) dos pensamientos que se 
contraponen entre sí, en la Dialéctica hay dos "razones" o "posiciones" 
entre las cuales se establece precisamente un diálogo, es decir, una 
confrontación en la cual se establece un acuerdo en el desacuerdo; sin este 
requisito el diálogo no sería posible. No obstante, la Dialéctica implica 
sucesivos cambios de posiciones inducidos por cada una de las posiciones 
"contrarias". 
 
 
 
 
3 
 
Ahora bien, este sentido "dialógico" de 'dialéctica', aunque necesario, no es 
suficiente: no todo diálogo es obligatoriamente dialéctico. Ya en los 
primeros diálogos de Platón, la Dialéctica aparece como el arte o esfuerzo 
de hallar definiciones y no solamente como el arte de dialogar. Al parecer 
la Dialéctica era un método para lograr algún tipo de saber o de 
conocimiento. 
 
Veamos este video 
en:http://www.youtube.com/watch?v=46gXEechF6g 
 
(Encontrarás este enlace dentro de la carpeta Anexo Videos de 
este módulo) 
 
 
 
3.2- La dialéctica en el 
pensamiento griego. 
 
 
3.2.1 Platón y la dialéctica como 
método para conocer. 
 
Lo primero que debemos mencionar al tratar la importancia que tiene el 
arte de la Dialéctica en Platón es que éste estuvo fuertemente influenciado 
por su maestro, Sócrates, quien solía resolver las inquietudes filosóficas 
más generales a través de un método de preguntas y respuestas conocido 
como mayéutica. 
 
 
Para Platón, la Dialéctica es la Filosofía misma, es decir, es la mejor forma 
de pensamiento a la que podemos aspirar. Si le preguntáramos a Platón 
cómo se debe pensar, él respondería: “dialécticamente”. Es decir, ése es 
“el método” y no una opción que el filósofo pudiera usar o no. Pero, ¿cómo 
http://www.youtube.com/watch?v=46gXEechF6g
http://www.youtube.com/watch?v=46gXEechF6g
 
4 
 
es este método? Es difícil contestar esta pregunta. En principio debemos 
decir que con la Dialéctica se podría superar las simples opiniones, 
subjetivas y arbitrarias, que cualquiera puede tener para alcanzar algún 
tipo de conocimiento más objetivo y justificado. De este modo, la 
Dialéctica sería la forma por la que podríamos ascender de la opinión 
(doxa) al conocimiento (episteme).1 
 
En rigor, tenemos en Platón dos formas de dialéctica. Se ha observado que 
mientras en ciertos diálogos (el Fedón, el Fedro y, en parte, LaRepública) 
caracteriza a la Dialéctica como un método de ascenso de lo sensible a lo 
inteligible, en algunos de los llamados "diálogos últimos" (como el 
Parménides y, en particular, el Sofista y el Filebo) la presenta como un 
método de deducción racional de las formas. A continuación intentaremos 
explicar esto. 
Para Platón, el conocimiento que proviene de los sentidos es engañoso y 
poco nos dice de la realidad. Pensemos, por ejemplo, en qué es un perro y 
qué conocemos cuando decimos que sabemos lo que es un perro. Platón 
sostiene que haríamos mal en 
basarnos en nuestros sentidos. 
Supongamos que miráramos a 
nuestro alrededor y, al ver un 
perro, dijésemos “esto es un 
perro”. Supongamos también que 
alguien nos preguntara “¿Qué 
es?”; si apeláramos a nuestros 
sentidos diríamos, por ejemplo, 
que es negro, pequeño, tiene 
cuatro patas y ladra. Todos esos 
datos los obtenemos por los 
sentidos. En este caso, de la vista. 
Ahora bien, que sucede si al rato 
vemos otro perro y los sentidos 
nos dan datos totalmentecontradictorios con relación al anterior: es 
grande, blanco y tiene tres patas pues perdió una en un accidente. 
¿Diríamos que no se trata de un perro? No, seguiríamos sosteniendo que lo 
es. Pero ¿por qué? ¿No tendríamos un problema si nos quedamos sólo en 
los sentidos ya que éstos nos han dado datos completamente diferentes en 
ambos casos? Lo que afirma Platón es que podemos saber que ese es un 
perro a pesar de las apariencias contradictorias porque accedimos a la idea 
de Perro. 
 
 
Es ése el verdadero conocimiento: el conocimiento de las ideas. Éstas no se 
conocen con los sentidos sino con el intelecto. Nunca los sentidos nos 
 
1Esta distinción entre doxa y episteme ha sido tratada en el módulo I. 
 
5 
 
ayudarían a conocer qué es un perro porque la multiplicidad es enorme: los 
hay de muchos colores, tamaños, formas, pelajes y características tan 
disímiles que hace imposible obtener un saber al respecto. En cambio, 
nuestro intelecto nos permite acceder a una Idea de Perro en la que 
podemos englobar a toda esa multiplicidad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para ilustrar esta concepción nos sirve recordar aquel pasaje del cuento de 
Borges, en donde el personaje central que tenía una memoria infinita, 
Funes, no podía alcanzar las Ideas de las cosas que veía. 
 
 
 
Actividad Nº 1: 
Para pensar luego de ver el video. 
a.- Por qué Platón señala hacia el cielo en la imagen del 
video? 
b.- El hombre se compone de cuerpo y lama, ¿Qué 
relación hay entre ambos? 
c.- Caracterice, en un cuadro comparativo, al alma y la 
cuerpo. 
d.- Realice una breve síntesis sobre el Idealismo Platónico 
e.-Investigue acerca de la influencia del Idealismo 
Platónico en el pensamiento moderno y contemporáneo. 
 
http://www.youtube.com/watch?v=F8vPBJAdBIs 
(Encontrarás este enlace dentro de la carpeta Anexo 
Videos de este módulo) 
 
http://www.youtube.com/watch?v=F8vPBJAdBIs
http://www.youtube.com/watch?v=F8vPBJAdBIs
 
6 
 
 
 
 
 
Para Platón, de alguien que tuviera esa “patología” intelectual no podría 
decirse que conoce porque estaría atrapado permanentemente en elmundo de las apariencias y de los sentidos. Pero, ¿cómo hacemos para 
pasar del mundo de la multiplicidad de los sentidos a la realidad de las 
Ideas? Es allí donde aparece como método la Dialéctica. 
 
 
 
 
 
 
Para explicar cómo la Dialéctica es el método de ascenso de lo sensible a lo 
inteligible, Platón utiliza un recurso esquemático conocido como el símil de 
la “línea dividida”. En su obra La República, nos invita a que tomemos una 
línea, la cortemos en dos segmentos desiguales y volvamos a cortar cada 
uno de los dos segmentos, siguiendo la misma proporción. Seguidamente 
indica que uno de los segmentos representa lo visible (CB) y el otro lo 
inteligible (CA). 
 
A esta concepción del 
conocimiento se la conoce 
como Teoría de las Ideas y 
supone que la realidad no 
está en lo que percibimos 
con los sentidos (mundo 
perceptible) sino en lo que 
captamos con el intelecto 
(mundo cognoscible o mundo 
de las ideas). El método con 
el cual podemos pasar del 
engañoso mundo de los 
sentidos al de las ideas es la 
Dialéctica. 
Éste [Funes], no lo olvidemos, era casi 
incapaz de ideas generales, platónicas. No 
sólo le costaba comprender que el símbolo 
genérico perro abarcara tantos individuos 
dispares de diversos tamaños y diversa 
forma; le molestaba que el perro de las tres 
y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo 
nombre que el perro de las tres y cuarto 
(visto de frente). (Fragmento extraído del 
cuento "Funes el memorioso" de Jorge Luis 
Borges) 
Puedes acceder al 
cuento completo en : 
 
http://www.literatura.us/borges/funes.html 
 
 
http://www.literatura.us/borges/funes.html
 
7 
 
En el ámbito visible, que constituye la sección inferior (CB) de la línea, se 
ubica un primer segmento, el de las imágenes (DB). La capacidad humana 
que le permite al hombre conocerlas es la imaginación (en griego, eikasía). 
Las imágenes, para Platón, no son la imágenes de las cosas aún, sino que 
son las sombras que las cosas proyectan o las figuras (la sombra de un 
perro, por ejemplo) que reflejan en el agua, supongamos, es decir, ni 
siquiera son las cosas del mundo visible. 
 
El siguiente segmento (DC), siempre dentro del ámbito visible, ubica a la 
cosa de lo cual lo anterior es imagen (el perro que proyecta su sombra, por 
ejemplo). Este segmento abarca la multiplicidad del mundo que percibimos 
por los sentidos: los animales que nos rodean, las plantas y las cosas 
fabricadas por el hombre (esta computadora en la que escribo, por 
ejemplo). 
 
Por otro lado, en el segmento de lo cognoscible o de los inteligible (AC) se 
encuentran las ideas que son, como hemos dicho, los entes reales a las que 
debemos aspirar si queremos tener un conocimiento verdadero del 
mundo. Hay allí dos procedimientos de los cuales se vale el alma para 
acceder a ellas. Por un lado tenemos las matemáticas y por otro —de suma 
importancia para nosotros— la dialéctica. 
 
 
 
Fig.1. Extraída de: Apuntes Filosóficos, v.18, n.34, Caracas, 2009. 
 
Platón llama Dialéctica a la capacidad que tiene aquel que es experto en el 
estudio de las Ideas. Se trata de un pensamiento que no se ocupa de lo que 
cambia o se modifica con el tiempo (por ejemplo todos los perros del 
mundo sensible, que además de ser diferentes envejecen y mueren) sino 
de aquello que es siempre idéntico a sí mismo (la idea de perro es y ha sido 
siempre la misma, no se ha modificado a pesar de los millones de perros 
que han atravesado el mundo sensible). En este sentido, Platón sugiere que 
el dialéctico no es otro que el filósofo, que procura acceder al 
conocimiento (episteme) a través del único método que lo garantiza: la 
dialéctica. 
 
 
8 
 
Ésta se encuentra por encima de cualquier disciplina empírica (es decir, de 
cualquier disciplina que trata con el mundo sensible; en nuestros días 
podríamos pensar en la Física o la Química). Incluso está por encima de las 
Matemáticas. 
 
Pero ¿en qué consiste concretamente este método dialéctico? 
Básicamente es una manera de lograr combinaciones de formas y géneros 
que engloben a las cosas del mundo sensible a través del uso de la razón. El 
buen dialéctico es aquel que sabe distinguir lo idéntico y lo diferente de los 
genero-formas en juego. Por ejemplo en el caso de Funes, éste no sería un 
buen dialéctico porque no puede encontrar lo que tienen de igual “el perro 
de las tres y catorce (visto de perfil)” y “el perro de las tres y cuarto (visto 
de frente)” y sólo puede ver todo lo que tienen de diferente. 
 
Para ser un buen dialéctico hay que valerse de operaciones tales como la 
"división" y la "composición". La Dialéctica permite entonces, pasar de la 
multiplicidad (los diferentes perros) a la unidad (la Idea de perro) y mostrar 
a ésta como fundamento de aquélla. Las cosas que vemos, tocamos, oímos, 
saboreamos y olfateamos existen porque son un reflejo, un eco, de las 
Ideas de esas cosas. 
 
Por otro lado, como método de deducción racional, la Dialéctica permite 
discriminar las Ideas entre sí y no confundirlas. Claro está que no es fácil, 
Platón mismo reconoce las dificultades del "ejercicio dialéctico", pues, una 
vez discriminadas las Ideas se debe saber cómo pueden combinarse. Si 
todas las Ideas fueran completamente heterogéneas unas a otras, no 
habría problema. 
 
Esa sería una pregunta que debería resolver un buen dialéctico. Porque 
siempre se está en riesgo de caer en el infinito: La Idea de perro negro, la 
Idea de perro negro pequeño, la idea de perro negro pequeño sentado, 
etc. El dialéctico, como vimos, es quien maneja el arte de combinar las 
formas encontrando lo semejante. 
 
Pero, por otro lado, si todas las ideas se redujeran a una sola Idea —a la 
Idea del Ser o de lo Uno— no se podría decir nada de las cosas. Un perro 
pertenece a la Idea de Ser, también una mesa, también una flor. Si bien la 
Idea de Ser abarca todas las cosas, la habilidad del dialéctico consiste en 
discriminar lo que diferencia unas ideas de otras, por más que todas 
participen de la Idea de Ser por ejemplo. 
 
 
 
 
 
9 
 
3.2.2- Aristóteles y la dialéctica como 
forma de razonamiento. 
 
Para Aristóteles, discípulo de Platón, la palabra “dialéctica” tenía que ver 
menos con la búsqueda del conocimiento que con el arte de construir 
razonamientos para vencer la posición contraria en una discusión. 
Aristóteles pensaba que la Dialéctica era un método, no para conocer las 
Ideas o la realidad, sino para debatir con otras personas y convencerlas de 
nuestro punto de vista. 
 
Idealmente, en un proceso comunicativo que busca persuadir de aquello 
que es verdad. Sin embargo, a menudo nuestras afirmaciones no pueden 
proponerse como verdaderas o ciertas sino sólo como plausibles o 
razonables. De hecho, para Aristóteles, tal es nuestra situación en gran 
parte de asuntos importantes. Pensemos en cualquier debate que tenga 
como finalidad determinar cómo viviremos en sociedad, es decir, cualquier 
debate político. ¿Quién puede decir que conoce la verdad sobre ello? La 
respuesta es, evidentemente, nadie. No obstante, podríamos decir que hay 
algunos supuestos que están en la base de la discusión que sin ser 
verdades definidas son más bien razonables o aceptados por todos, por 
ejemplo, que sea como sea que vivamos deberíamos intentar que haya 
condiciones de igualdad entre los individuos o sectores de la comunidad. El 
razonamiento que se basa en esta clase de premisas plausibles es lo que 
Aristóteles llama dialéctica. 
 
 
 
 
De este modo, aunque el objetivo de la Dialéctica no es el conocimiento 
sino la persuasión, Aristóteles asume —al igual que Platón en diversos 
pasajes— que decir la verdad es inútil si carecemos de modos efectivos de 
 
10 
 
persuadir a los demás de ella. Las decisiones correctas sobre qué creer y 
qué hacer se llevan a cabo a la luz de los buenos argumentos. 
 
Sin embargo, hay una diferencia con Platón. Para éste, los argumentos 
basados en la opinión tienen una connotación negativa,no deben ser 
tomados en cuenta. Para Aristóteles, en cambio, las opiniones son la base 
de la Dialéctica precisamente porque ésta es el estudio del discurso en 
tanto mecanismo persuasivo. Es por ello que incluye el estudio de aquellos 
argumentos que se emplean para persuadirnos unos a otros sobre asuntos 
en los que la prueba y la demostración resultan esquivas y la búsqueda de 
la verdad ha de dejar paso a la búsqueda de la verosimilitud. 
 
Aquí tendríamos que marcar la diferencia que existe entre un 
razonamiento demostrativo y un razonamiento dialéctico, lo que implica la 
diferencia entre verdad y verosimilitud o plausibilidad. Como hemos visto 
anteriormente todo razonamiento consta de una serie de premisas y una 
conclusión que se deriva de ellas. Ahora bien, para Aristóteles estas 
premisas pueden ser o bien verdaderas o bien verosímiles (razonables, 
plausibles, etc.). 
 
Por ejemplo; 
 
Todos los organismos necesitan alimento 
El cuerpo humano es un organismo 
Por tanto, el cuerpo humano necesita alimento. 
 
Parece ser un razonamiento demostrativo porque parece difícil que no sea 
verdad que todos los organismos necesiten alimento y si admitimos que el 
cuerpo humano es uno, entonces mediante el método lógico de 
razonamiento se desprende la conclusión. 
 
Veamos ahora otro razonamiento: 
 
El mercado debe ser regulado por el poder político. 
 
El Estado representa la máxima expresión del poder político de una 
Nación. 
 
Por lo tanto, el Estado debe regular el mercado. 
 
Este razonamiento parece ser un poco más controversial que el 
anterior. Efectivamente, la premisa de que el mercado debe ser regulado 
por el poder político está sujeto a opinión, nadie podría decir que eso es 
una verdad absoluta; tampoco lo contrario lo sería. Para Platón, 
caricaturizando un poco su concepción, a través de la Dialéctica podríamos 
acceder a la verdadera Idea de Estado y obtener el conocimiento que 
 
11 
 
necesitamos para saber si este razonamiento es correcto. Para Aristóteles, 
en cambio, no. Hay temas en los cuales no se puede obtener un 
conocimiento certero, por lo tanto no podemos partir de premisas 
verdaderas sino siempre de premisas razonables. 
 
La diferencia entre la Dialéctica y la Lógica, es que esta última estudia los 
razonamientos demostrativos, es decir que parten de premisas verdaderas, 
evidentes. La primera, en cambio, estudia los razonamientos en los cuales 
no podemos partir de tales premisas sino de premisas verosímiles; es decir, 
que podrían ser verdad, aunque no podemos asegurarlo. 
 
La idea de verosimilitud es importante porque si bien no podemos partir de 
enunciados verdaderos no por ello vamos a aceptar cualquier premisa. 
Debemos aceptar las premisas más probables o razonables. La palabra que 
utiliza Aristóteles para denotar a este tipo de premisas es “endoxa”. ¿Pero 
quién determina lo que es razonable admitir o lo que es plausible? La 
respuesta de Aristóteles es: “Son endoxa las opiniones sostenidas por 
todos los hombres, por la mayoría o por los sabios, y, entre estos últimos, 
sea por todos, por la mayoría o por los más notables e ilustres”. 
 
Volviendo a nuestro ejemplo en relación con el Estado y el mercado, según 
la concepción de Dialéctica aristotélicadeberíamos aceptar como verosímil 
la premisa de que el poder político debe intervenir en el mercado si todos 
los hombres opinan eso. En el caso de que no todos los hombres opinen 
eso, deberíamos aceptarla si al menos lo hace la mayoría; si esto no fuese 
así al menos deberían sostener esa posición los que más saben sobre esta 
cuestión. Finalmente, si no se pusieran de acuerdo los que más saben, 
deberíamos ver qué opina la mayoría de los que más saben: ésa sería una 
opinión verosímil. 
 
 
En consecuencia, el dialéctico podrá ocuparse de toda cuestión partiendo 
de lo culturalmente admitido, del sentido común de un pueblo. Podrá 
preguntar metódicamente acerca de cuestiones físicas, astronómicas, 
políticas, médicas, etc., sin saber especializadamente lo que estas ciencias 
tratan. Sólo debe recoger las opiniones aceptadas como verdaderas —sin 
 
12 
 
preocuparse de que lo sean— y operar lógicamente con rigurosidad para 
obtener las mejores decisiones. 
 
La Dialéctica es un arte universal que “no sólo es capaz de criticar al 
adversario... sino que sabe responder y defender su tesis por medio de 
argumentos dados en la comprensión cotidiana y en tanto más 
comúnmente admitidos” —dice Aristóteles—. La interrogación crítica del 
dialéctico parte de la cotidianidad. 
 
Aristóteles diferencia al dialéctico del sofista, quien usa la Dialéctica como 
mero arte de la refutación, es decir, para convencer sin preocuparse por la 
verosimilitud de las premisas. Por su parte, la Dialéctica tendría por objeto 
determinar la aceptabilidad de los principios y evidencias de los que 
partimos a la hora de elaborar tales juicios. En tanto instrumento para el 
conocimiento, su función es la de ver cuáles de nuestras opiniones 
(endoxa) son capaces de resistir el escrutinio. 
 
En la Dialéctica no habría conflicto entre el conocimiento y la retórica. 
Podríamos pensar que es el mismo caso que se da entre la ciencia de un 
médico y los consejos que éste puede dar a su paciente. Los consejos 
deben ser dados de modo que convenzan al paciente y siempre es más 
eficaz si se utiliza algún tipo de retórica para ello, pero sin desviarse del 
conocimiento médico en los que están fundados. 
 
En primer lugar, Aristóteles afirma que tenemos la capacidad para 
preservar la racionalidad incluso en ámbitos donde la demostración no es 
posible. A menudo, conocimiento y verdad quedan fuera de nuestro 
alcance, pero aún podemos aspirar a formarnos creencias correctas 
conduciendo nuestras opiniones de manera adecuada. Es decir, retomando 
nuestro ejemplo anterior, por más que la cuestión del Estado y el mercado 
sea discutible, no por ello podemos decir cualquier cosa ni dejarnos llevar 
por desvaríos e incoherencias. 
 
Por otro lado, en Aristóteles encontramos también la idea de que justificar 
es hacer evidente a los otros la verdad de lo que afirmamos y, para lograr 
este objetivo, la dimensión retórica de la argumentación habría de aportar 
elementos normativos que debemos tener en cuenta. En otras palabras, 
justificar una conclusión, por ejemplo que el estado debe intervenir en el 
mercado, implica mostrar a las demás personas que esa conclusión es 
verdadera por más que sea inalcanzable la certeza. Sin embargo, no 
debemos usar cualquier recurso para convencer a los demás de la verdad 
de nuestra afirmación, sino que debemos hacerlo con cierta rigurosidad 
lógica y partiendo de premisas que sean verdaderas para las personas a las 
que queremos convencer. La disciplina que se ocupa de ello es la 
Dialéctica. 
 
 
13 
 
 
 
De ahí que Aristóteles tienda a considerar en un mismo nivel al debate, la 
probabilidad y la dialéctica. La Dialéctica, dice Aristóteles, es disputa y no 
ciencia; probabilidad y no certidumbre; "inducción" y no propiamente 
"demostración". Los razonamientos dialécticos son justamente los que 
parten de premisas que sólo representan opiniones admitidas (endoxa). La 
Dialéctica es aquí el arte de discutir, de dialogar con miras a dominar al 
adversario; esto se opone al silogismo (o demostración), capaz de sacar 
conclusiones verdaderas (apodeixis). 
 
La Dialéctica es para Aristóteles una forma no demostrativa de 
conocimiento: se parece a la Filosofía, pero no es la Filosofía misma 
(Recordemos que para Platón la Dialéctica sí lo era). Para Aristóteles, más 
que ciencia sería una técnica que puede ser aplicada a cualquier saber, lo 
cual resultaría coherente con la idea de que su interés por la 
argumentación remite a inquietudes metodológicas más que al deseo de 
elaborar una ciencia –en el sentido de un saber demostrativo semejante a 
la Lógica Formal que hemos visto en otro módulo. 
 
 
 
 
 
 
14 
 
3.3- La dialéctica en la 
Modernidad.Durante siglos la Dialéctica tuvo la impronta que Aristóteles le dio en la 
Grecia clásica cinco siglos antes de Cristo. Los Estoicos, en la misma época, 
hicieron una identificación de la Lógica con la Dialéctica, idea que también 
llegará a la Edad Media. Hacia el siglo XI aparecen los primeros dialécticos 
escolásticos, que, frente al único recurso de la revelación y la Biblia, apelan 
también al “uso de la razón” y a la “sabiduría de la razón”, que llaman 
Dialéctica. 
 
Posteriormente la Dialéctica adquirió de nuevo un sentido peyorativo, se la 
comenzó a comparar con la Sofística, pero ya en el siglo XIII se tendió a 
establecer una distinción entre ellas. Santo Tomás, por ejemplo, admitió la 
definición aristotélica, pero estimó al mismo tiempo la Dialéctica como una 
parte justificada de la lógica. De hecho, la Dialéctica se fue convirtiendo 
más y más en Lógica simplificada. En el Renacimiento, en cambio, fue 
frecuente el rechazo de la dialéctica, interpretada en muchas ocasiones 
como designando el contenido formal de la Lógica Aristotélica. La anterior 
exposición de las concepciones de la Dialéctica y juicios sobre ella desde 
sus orígenes hasta los comienzos de la época moderna es confirmada por 
los varios usos del término “Dialéctica”. 
 
Ya en los siglos XIII y XIV el nombre Lógica fue usado de nuevo con 
frecuencia para designar aproximadamente el mismo contenido de la 
anterior "Dialéctica” (la de Aristóteles) pero en el siglo XVI, volvió a 
predominar el término “Dialéctica” para ello. Sólo en el siglo XVII se 
comenzó a utilizar nuevamente el término “Lógica” por la mayor parte de 
los autores. 
 
Es sabido, además, que varios filósofos del siglo XVII criticaron los métodos 
dialécticos. Así, por ejemplo, Descartes explica en las Regulae (X) que este 
método conduce a ciertas conclusiones que la razón no puede dejar de 
negar. Ello se debe, a su entender, a que la verdad escapa con frecuencia 
de tales cadenas de razonamiento. "Los dialécticos —escribe Descartes— 
no pueden formar ningún silogismo en regla que desemboque en una 
conclusión verdadera si previamente no han tenido la materia, es decir, si 
no han conocido antes la verdad misma que deducen de su silogismo”. De 
ahí "la inutilidad" de la "dialéctica ordinaria". 
 
El sentido peyorativo de la Dialéctica fue común también en el siglo XVIII. 
Así Kant la consideró una "lógica de apariencia”. La crítica kantiana 
 
15 
 
constituye la segunda parte de la lógica trascendental, es decir, la dialéctica 
trascendental, título que, según Kant, lleva "no como arte de suscitar 
dogmáticamente esta apariencia, sino como crítica del entendimiento y de 
la razón en su uso hipercrítico". 2 
 
Mucho más central es, desde luego, el papel desempeñado por la 
Dialéctica en el sistema de Hegel. Sin embargo, las dificultades para 
comprender el significado preciso de la Dialéctica en este filósofo son 
considerables, por lo que le dedicaremos todo el siguiente apartado. 
 
3.3.1- Hegel y la dialéctica como 
forma de razonamiento. 
 
Sin lugar a dudas, si el nombre de algún filósofo está asociado al término 
“dialéctica” es el de Georg Wilhelm Friedrich Hegel, que nació a finales del 
siglo XVIII y murió a principios del XIX. La vida de Hegel transcurre durante 
la época de la Revolución Francesa y Napoleón; su obra es considerada 
como la cumbre del idealismo filosófico. 
 
Lo primero que debemos decir es que a Hegel le preocupa comprender lo 
real, comprender lo que hay en el mundo, y piensa que no hay cosas 
aisladas sino que todo tiene que ver con todo. Si alguien me pregunta 
quién soy, se podría decir que “soy profesor” pero soy profesor en relación 
a los alumnos. También se podría decir que soy un ciudadano pero lo soy 
en relación justamente a una Nación y a leyes que me otorgan ciertos 
derechos y obligaciones. Podría decir que soy, a la vez, argentino lo que me 
relaciona con una cultura y una historia, etc. Si se quiere saber quién es 
uno, independientemente de las relaciones, se encuentra un vacío. Algo es 
una tiza en relación a un pizarrón. Si alguien dice “esto es una tiza” es un 
conocimiento abstracto, que no tiene que ver con la realidad hasta que no 
se la relacione con el entramado de elementos de la que forma parte. Así, 
lo que para el sentido común es algo concreto, para Hegel es algo 
abstracto. En cambio, para Hegel lo concreto es, justamente, esas 
relaciones que hace que las cosas sean lo que son. 
 
Por otro lado, lo que Hegel aporta es la idea de que la realidad no es 
estática sino que está en movimiento permanente. Lo real es un devenir 
constante y la forma en qué se produce ese devenir es precisamente 
dialéctica. 
 
2KANT, I.: Crítica de la razón pura. Edición preparada por Pedro Ribas. Ediciones 
Alfaguara. Madrid, 1978. 
 
16 
 
 
 
En la versión de Hegel, la Dialéctica supone siempre el contraste de dos 
elementos opuestos o contradictorios, que pone en evidencia el carácter 
cambiante y progresivo de la realidad. La mejor evidencia con la que 
contamos para demostrar que lo real tiene esta característica es la misma 
historia del mundo. Basta que tomemos cualquier manual de historia para 
corroborar que se desarrolla en fases históricas que, por la misma fuerza 
de esta contradicción interna, suponen transformación y ruptura y no una 
simple evolución acumulativa y lineal. Efectivamente, en la historia hay 
revoluciones, guerras, genocidios, grandes contradicciones que no dan 
cuenta de una modificación gradual del destino humano sino más bien de 
una contradicción entre elementos y una resolución no siempre agradable. 
 
Hegel describe al movimiento dialéctico como un proceso de negación y 
mediación que sigue a un primer momento de simple afirmación de una 
cosa o un concepto. Las fases de este movimiento, o momentos de la 
Dialéctica, han recibido corrientemente los nombres de tesis, antítesis y 
síntesis. La tesis es una posición o simple afirmación de algo que por 
necesidad se presenta, al poco de examinarlo, como simple apariencia. A 
su vez, la negación o antítesis es generada y supone un contraste y un 
conflicto con la tesis. Todo desarrollo de las cosas y del pensamiento en el 
tiempo es sustancialmente contradictorio por este proceso de 
tesis/antítesis. Esto, que podríamos llamar el empuje dialéctico, lleva a un 
tercer momento de mediación o intento de solución de la contradicción, y 
que se resuelve en una nueva posición de la cosa o del concepto: la 
síntesis, que contiene y a la vez supera el punto de partida inicial. Se puede 
ejemplificar este proceso pensando que el régimen monárquico que existía 
antes de la revolución francesa era la tesis, ya que se afirmaba en el 
mundo; sin embargo, engendraba al mismo tiempo la revolución que es la 
antítesis pues niega al sistema monárquico y, de hecho, lo destruye. 
Finalmente, esta contradicción, esta disputa, encuentra su síntesis y 
resolución en el periodo napoleónico. Una vez que esta etapa se ha 
alcanzado puede iniciarse nuevamente el proceso dialéctico. 
 
 
17 
 
 
Fig. 2- Esquema extraído de www.workforentry.com, 2/12/2011. 
 
Por otra parte, para Hegel, la razón misma es esencialmente contradictoria 
(al igual que la realidad) pues sólo puede captar parcelas del mundo y en 
periodos sucesivos. La conciencia humana es una fase, una etapa, en la 
historia del pensamiento que va desarrollándose a través de una 
interacción entre sujeto y objeto, concepto y mundo, donde éstos se 
confunden en una misma realidad, a la que llama autoconciencia y Espíritu. 
La realidad no existe toda al mismo tiempo ni es conocida toda por entero 
en un solo momento sino que, sea mundo o conciencia, va siendo a lo largo 
del tiempo. La fuerza que impulsa este movimiento hacia un saber 
absoluto, una autoconciencia total o un Espíritu Absoluto no es otra que la 
de la Dialéctica. 
 
Es importante comprender que la síntesis conserva y supera a la tesis y laantítesis. No obstante, es el promedio de ambas. La síntesis posibilita el 
progreso del devenir histórico, el cual no es un progreso lineal sino que es 
quebradizo, con avances y retrocesos. 
 
De este modo, la Dialéctica es principalmente el modo en que se 
desenvuelve la realidad, a la vez que es la forma en que evoluciona la 
conciencia. El pensamiento dialéctico es el pensamiento que piensa 
procesos y totalidades en lugar de pensar al mundo como una colección de 
cosas aisladas y estáticas. Este pensamiento se diferencia de la Lógica 
Formal —que hemos visto en módulosanteriores— para la cual las cosas 
son o no son (una proposición del mundo es verdadera o falsa, no hay otra 
posibilidad) mientras que para el pensamiento dialéctico las cosas son y no 
son porque devienen. Se van modificando en la historia según sus 
relaciones. 
 
 
18 
 
 
 
 
 
 
 
 
Actividad Nº 2: 
Luego de ver el video represento la relación entre el amo y 
el esclavo. 
 
 
 
Haz clickhttp://www.youtube.com/watch?v=GQWhlCgkwaQ 
 
(Encontrarás este enlace dentro de la carpeta Anexo Videos de este 
módulo) 
 
Fundamentalmente, el pensamiento dialéctico sostiene que tanto el pensar 
como el ser (o bien, el conocimiento y la realidad) son movimientos hacia 
un punto final: el absoluto. 
 
El proceso no es, sin embargo, infinito, porque ha de acabar con la 
comprensión total de la realidad y del pensamiento como un saber 
completo, o absoluto. El recurso al método dialéctico y a su estructura 
tripartita puede observarse en toda la obra de Hegel. La Dialéctica no es la 
forma de toda la realidad, sino aquello que le permite alcanzar el carácter 
verdaderamente positivo. En otras palabras, Hegel no se declara 
"partidario" de la Dialéctica porque sienta una tendencia a ver la realidad 
desde el punto de vista del movimiento, sino que aspira a ver la realidad 
desde el punto de vista del movimiento porque sólo éste le permitirá a la 
realidad realizarse verdaderamente. Por lo tanto, es la "realidad realizada" 
lo que interesa a Hegel y no sólo el movimiento dialéctico que la realiza. 
 
 
 
 
 
 
http://www.youtube.com/watch?v=GQWhlCgkwaQ
http://www.youtube.com/watch?v=GQWhlCgkwaQ
 
19 
 
 
3.3.2- Marx y el materialismo 
dialéctico. 
 
 
Sin lugar a dudas uno de los filósofos más importantes de toda la historia 
es Karl Marx. No sólo por la originalidad y potencia de su planteo filosófico 
sino por las consecuencias filosóficas, culturales y políticas que este ha 
tenido en el siglo XX y que perduran notablemente en nuestros días. 
Aunque Marx no prosiguió nunca su proyecto de una exposición de su 
metodología Dialéctica y si bien él no empleó nunca las palabras 
"materialismo dialéctico" para designar su doctrina, los elementos de su 
pensamiento son incontestablemente los que expresan estos términos. 
 
Antes que nada, debemos decir que la época de Marx era la de la 
revolución industrial provocada por la aplicación de la máquina de vapor a 
la producción. También era la época de importantes luchas sociales. 
 
 
Marx, que era un adolescente cuando Hegel murió, adopta el método 
dialéctico hegeliano de comprensión de la realidad; pero, cambia el 
concepto de realidad ideal por el de realidad material socioeconómica y el 
de fases sucesivas del Espíritu por el de fases de la historia real de la 
humanidad. El motor de la dialéctica, que en Hegel es la contradicción en la 
conciencia y en la realidad, son en Marx las contradicciones de la sociedad, 
debidas al conflicto entre las “relaciones de producción” y las “fuerzas de 
producción”. 
 
 
 
20 
 
 
 
 
 
Actividad N° 3 
 
 
Veamos la primera parte del video sobre la dialéctica en el 
pensamiento de Marx en donde se aborda lo que este discípulo 
toma de Hegel para explicar las relaciones de clase en el 
Capitalismo. 
En: http://www.youtube.com/watch?v=Fc1eCYVuilQ 
 
(Encontrarás este enlace dentro de la carpeta Anexo Videos de 
este módulo) 
 
 
 
 
 
Puedes ir tomando nota a partir de la siguiente relación entre 
conceptos: 
 
Negatividad, explotación del proletariado, negación de la 
burguesía, positividad, revolución y comunismo. 
 
Elabora una síntesis: 
 
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………… 
 
 
 
http://www.youtube.com/watch?v=Fc1eCYVuilQ
http://www.youtube.com/watch?v=Fc1eCYVuilQ
 
21 
 
No menos central es el papel desempeñado por la Dialéctica en el 
marxismo. Sin embargo, esta Dialéctica no se presenta ya como una 
sucesión de momentos especulativos, sino como el resultado de una 
descripción "empírica" de lo real. Por lo tanto, la Dialéctica marxista —que, 
dicho sea de paso, fue elaborada más bien por Engels que por Marx— no 
se refiere al proceso del "espíritu", sino a "la propia realidad". Partiendo de 
esta base, los marxistas clásicos y los marxistas actuales han acentuado la 
importancia decisiva de la Dialéctica. 
 
 
 
 
La filosofía de Marx es el materialismo y se opone al idealismo del que era 
representante Hegel. Para Marx la materia tiene un movimiento dialéctico 
y también histórico. Esto lo toma de Hegel, la historia tiene una lógica; sin 
embargo se distancia fuertemente de él porque no se trata del desarrollo 
de una Idea, una Razón o un Espíritu, sino de fuerzas materiales que se 
expresan en las luchas de clases sociales. 
 
Es por esto que la concepción filosófica marxista lleva a privilegiar el 
análisis económico, pues en la base de la sociedad se encuentra la 
economía. El intercambio entre las mercancías se realiza en definitiva por 
el tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de cada 
una. Pero Marx descubre que en el mercado hay una mercancía muy 
especial: la fuerza de trabajo humano. Es esta mercancía que compra el 
capitalista para que se consuma en la fábrica de su propiedad. Esto sirve 
como ejemplo para ilustrar el proceso dialéctico entendido en términos 
materialistas de Marx ya que la burguesía que es la dueña de los medios de 
producción (fábricas, máquinas, etc.) es, en el esquema marxista, la tesis 
que genera en su seno a su antítesis, los proletarios, los trabajadores. 
 
22 
 
Según Marx, como la historia lleva una lógica dialéctica, es inevitable una 
revolución social llevada adelante por el proletariado generando una 
síntesis: una nueva sociedad que no esté dividida entre dueños de los 
medios de producción y proletarios que venden su fuerza de trabajo. Por 
este motivo, las ideas de Marx han inspirado decenas de procesos políticos 
revolucionaros en todo el mundo a lo largo de todo el siglo XX y continúan 
aún vigentes. 
 
 
 
Algunas consideraciones 
finales 
 
Como hemos visto, el pensamiento dialéctico es una forma de 
pensamiento que ha sido caracterizado de muchas maneras a lo largo de la 
historia. Hemos tratado de exponer las principales, según nuestro criterio, 
pero debemos reconocer que no deja de ser una selección arbitraria y 
subjetiva. Sin embargo, cada vez que nos topemos con ese término ya 
sabemos que debemos intentar precisar el contexto en el que se enmarca, 
el sentido con el que se lo utiliza y la función que se pretende de él en un 
texto o argumentación. 
 
Muchas veces encontraremos el término “dialéctica” en el sentido de 
“diálogo”, de intercambiar opiniones. Otra veces, observaremos que se 
utiliza este término para significar un proceso de razonamiento que se 
desarrolla a partir de ciertos principios y que busca convencer, persuadir. 
En otras ocasiones veremos que se usa el adjetivo “dialéctico” para 
caracterizar un proceso donde se enfrentan dos opuestos. Todas estas 
acepciones son posibles y aceptables,porque todas tienen alguna raíz en la 
manera que se ha pensado a la Dialéctica a lo largo de la historia del 
pensamiento. 
 
Esperamos haber contribuido con brindar un panorama general de esa 
historia y de alguna de esas formas de entender la Dialéctica, desde los 
griegos hasta el siglo XX. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
23 
 
Lecturas ampliatorias. 
Lectura 1. 
MARXISMO Y PRÁCTICA REVOLUCIONARIA 
Bosch, Fernando ; Fabre, Amalia 
 
Introducción: 
 
El objetivo central del siguiente trabajo es aproximarse a formular las 
implicaciones, los supuestos teóricos-fácticos de la teoría marxista en 
cuanto a la creación de una sociedad, una economía y una cultura 
comunista a través del derrumbe del orden social vigente como teoría y 
praxis de la revolución. 
* Como primer supuesto encontramos que la total comprensión de Marx 
solo resulta posible desde Hegel., escribía Lenin que 1“ no se puede 
comprender El Capital de Marx y en especial su primer capítulo, si no se ha 
estudiado y comprendido toda la lógica de Hegel”, por ello debemos 
recordar que Hegel consideraba la filosofía como el resultado del 
envejecimiento de la vida, de ese modo resulta que el espíritu llegaría a 
saber de sí mismo, llegaría a tener autoconciencia cuando un pueblo, 
cuando una época, cuando un mundo hubieran entrado en un proceso de 
decadencia. 
Feuerbach decía por ejemplo que 2“quienes entiendan el lenguaje con que 
habla el espíritu de la historia del mundo no se podrán sustraer el 
conocimiento de que nuestro presente constituye el término de un gran 
período de la historia de la humanidad” y Goethe hacia 1829 hablando de 
la situación de Europa dijo que el S,XIX “ no era la simple continuación del 
anterior sino que parecía destinado a comenzar una nueva era” 
Todo esto muestra un clima de fin de una era, que estuvo signada por casi 
20 siglos de judeo-cristianismo y el comienzo de otra que rechaza toda 
trascendencia y se aferra a la inmanencia, la misma situación se producía al 
término de la filosofía griega y comienzo del cristianismo, fue Marx quien 
tuvo plena conciencia de la analogía existente entre la consumación de la 
filosofía griega y su posterior disolución histórica, con la consumación de la 
filosofía hegeliana y la disolución que a ella le siguió (proceso en el cual el 
propio Marx es protagonista). 
Para la comprensión de Marx debemos pues insertar su actitud en aquel 
contexto histórico que fue la disolución de la filosofía hegeliana y el 
cristianismo. 
*Como segundo supuesto, debemos hablar de la alineación y del hombre, 
para Marx el trabajo en una determinada situación histórica puede 
provocar y provoca la alienación del hombre, la existencia fáctica del 
hombre queda entonces en conflicto con su esencia cuando entra en 
circulación en el mercado esta mercancía llamada trabajo , pues se quiebra 
la primitiva circularidad que permitía que la objetivación del trabajo en un 
producto retornara y beneficiara al hombre que había realizado esa 
objetivización. 
 
24 
 
Por el trabajo enajenado el hombre se pierde, se aliena; en este tipo 
negativo de trabajo vigente en la libre economía de mercado se encuentra 
el fundamento último 23 de la alienación: el hombre ya no se pertenece a 
sí mismo ni a si mismo puede realizarse. 
Debemos aclarar que la alineación del hombre no termina en él como 
hombre individual, el hombre es un ser genérico y por ello la alienación de 
uno de los individuos significa la alienación del género, del hombre como 
tal. 
*El tercer supuesto, surge de la pregunta: ¿Quién y cómo se podrá 
entonces salvar la humanidad de su alienación? 
Quien podrá hacerlo para Marx es alguien que en sí mismo encarne la 
negación de esa humanidad, alguien que signifique la negación de todo 
que sea pura negatividad: ese alguien es el proletariado. La revolución 
plena y conscientemente social solamente puede ser obra de un agente 
revolucionario cuya situación real esté caracterizada por una 
desapropiación absoluta y por la pérdida total de toda particularidad. Sólo 
el proletariado es el agente o sujeto revolucionario, el demiurgo. La 
revolución proletaria será la revolución social por excelencia al suprimir 
toda alienación, todo trabajo dividido y alienado.( es bastante clara la 
influencia de la dialéctica del señor y el siervo que desarrollara Hegel en la 
“Fenomenología del Espíritu”), 
Por qué es la clase obrera quien puede liberar al hombre de su alienación? 
Porque el proletariado no solo es un ser que nada tiene ni posee sino que 
es la absoluta negación, Marx dice3: “ la clase relegada a último plano en la 
sociedad actual, la clase que entraña la negación de todas las clases, 
nacionalidades etc.” 
También se refiere al proletariado así4: “Los proletarios no tienen nada que 
salvaguardar, tienen que destruir todo lo que hasta ahora ha venido 
garantizando y asegurando la propiedad privada existente, El proletariado 
no puede enderezarse ni levantarse, sin hacer saltar toda la 
superestructura formada por las capas de la sociedad oficial” 
Esta negación que en sí mismo el proletariado encarna, constituye el 
fundamento de la negación hacia todas las estructuras existentes y posee 
un carácter universal por la universalidad de su negatividad .(…) 
Recuperado de 
http://www.uccor.edu.ar/paginas/medicina/publicaciones/MarxismoYprac
ticaRevolucionaria.pdf 
___________________________ 
1 Lenin, U.I, “Prologo a la edición rusa de 1907 de las cartas a Kugelmann” 
2 García Astrada, Arturo, “Introducción a la filosofía” 
3 Marx, Kart, “La ideología alemana” 24 
 
 
 
 
25 
 
En Introducción al Marxismo. (ErnestMandel) 
2. La desigualdad social en las sociedades anteriores. 
En todas las sociedades que se han sucedido en el curso de la historia (es 
decir, en el curso del período de existencia de la humanidad sobre la tierra, 
del que disponemos de testimonios escritos), encontramos una 
desigualdad social comparable a la que existe en el mundo capitalista. 
Veamos una descripción de la miseria de los campesinos franceses, a 
finales del siglo XVII, tomada de los ”caracteres” de La Bruyére: 
”Se observan varios animales salvajes, machos y hembras diseminados por 
el campo, negros, lívidos y quemados por el sol. aferrados a la tierra que 
cavan y remueven con una obstinación invencible; poseen algo parecido a 
una voz articulada y. cuando se yerguen sobre sus pies, muestran un rostro 
humano; y, en efecto, son hombres. Por la noche se retiran a sus chozas, 
donde viven de pan negro, de agua y de raíces ... ” Comparar este retrato 
de los campesinos de la época con las brillantes fiestas que celebraba Luis 
XIV en la corte de Versalles. con el lujo de la nobleza y los derroches del 
Rey, nos proporciona una imagen sobrecojedora de la desigualdad social. 
En la sociedad de la Alta Edad Media, en la que predominaba la 
servidumbre, el señor disponía frecuentemente de la mitad del trabajo o 
de la mitad de la cosecha de los campesinos-siervos. Numerosos señores 
tenían centenares, o incluso millares de siervos. Por tanto, cada uno de 
ellos obtenía anualmente bienes equivalentes a los de centenares o 
millares de campesinos. Algo parecido ocurría en las sociedades del 
Oriente clásico (Egipto, Sumeria, Babilonia, Persia, India, China, etc.) 
sociedades basadas en la agricultura, en las que los propietarios de la tierra 
eran o los señores, o los sacerdotes, o los reyes (representados por los 
agentes recaudadores del fisco real). 
La ”Sátira de los Oficios”, escrita en el Egipto de los faraones, hace 3.500 
años, nos ha dejado la imagen de los campesinos explotados por esos 
escribas reales, a quienes comparaban con las bestias nocivas y los 
parásitos. En cuanto a la antigüedad greco-romana, su sociedad estaba 
basada en la esclavitud. Abandonando progresivamente el trabajo manual 
sobre los esclavos, los habitantes de las ciudades antiguas pudieron 
consagrar gran parte de su tiempo a actividades políticas, culturales, 
artísticas y deportivas: en partegracias a ello, la cultura pudo alcanzar 
entonces un nivel elevado. 25 
 
 
26 
 
3. Desigualdad social y desigualdad de clase 
Toda desigualdad social no es una desigualdad de clase. La diferencia de 
remuneración entre un peón y un obrero cualificado no hace que estos dos 
hombres se conviertan en miembros de dos clases sociales diferentes. 
La desigualdad de clase es una desigualdad que tiene sus raíces en la 
estructura y el funcionamiento normal de la vida económica, y que se 
conserva y acentúa por las principales instituciones sociales y jurídicas de la 
época. 
Precisemos esta definición con algunos ejemplos: 
En Bélgica, para llegar a ser un gran industrial, es preciso reunir un capital 
que puede evaluarse en medio millón de francos por obrero empleado. Así, 
una pequeña fábrica de 100 obreros exige la concentración de un capital 
de, al menos, 50 millones de francos. 
Ahora bien, el salario neto de un obrero casi nunca supera los 260.000 
francos anuales. 
Incluso trabajando cincuenta años, y no gastando ni un céntimo en comer y 
en vivir, no podría reunir suficiente dinero para convertirse en un 
capitalista. El sistema de salarios, que es una de las características de la 
estructura de la economía capitalista, representa, pues, una de las raíces 
de la división de la sociedad capitalista en dos clases fundamentalmente 
diferentes; la clase obrera que, a partir de sus rentas, jamás puede llegar a 
ser propietaria de medios de producción, y la clase de los propietarios de 
los medios de producción, los capitalistas. 
Es cierto que, junto a los capitalistas propiamente dichos, algunos técnicos 
pueden acceder a los puestos de dirección de las empresas. Pero ello 
requiere una formación técnica de nivel universitario. Y, durante las 
últimas décadas, en Bélgica, sólo de un 5 a un 7 por 100 de los estudiantes 
eran hijos de obreros. Lo mismo ocurre en la mayoría de los países 
imperialistas. 
Las instituciones sociales impiden el acceso de los obreros a la propiedad 
capitalista, tanto a causa de sus rentas como por el sistema de la 
enseñanza superior. Así mantienen, conservan, perpetúan la división de la 
sociedad en clases, tal como existe actualmente. 
Incluso en los Estados Unidos, donde se exhiben orgullosamente los 
ejemplos de ”beneméritos hijos de obreros que han llegado a ser 
multimillonarios a fuerza de trabajar”, una encuesta ha demostrado que el 
90 por 100 de los directores de las empresas más importantes, provienen 
de la alta y la media burguesía. 
De este modo, a lo largo de la historia, encontramos una desigualdad social 
cristalizada en desigualdad de clase. En cada una de esas sociedades 
podemos hallar una clase de productores que hace vivir de su trabajo al 
conjunto de la sociedad y una clase dominante que vive del trabajo de los 
demás. 
 
 
27 
 
Bibliografía 
 
García Astrada, A. Introducción a la filosofía. Córdoba, Editorial Multi Editora. 
1984 
 
Ernest, Mandel Introducción al Marxismo En 
http://www.marxists.org/espanol/mandel/1977/feb/introd_al_marxismo.htm 
 
 
http://www.marxists.org/espanol/mandel/1977/feb/introd_al_marxismo.htm

Continuar navegando