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1 Aviso Esta traducción fue realizada por un grupo de personas que de manera altruista y sin ningún ánimo de lucro dedica su tiempo a traducir, corregir y diseñar de fantásticos escritores. Nuestra única intención es darlos a conocer a nivel internacional y entre la gente de habla hispana, animando siempre a los lectores a comprarlos en físico para apoyar a sus autores favoritos. El siguiente material no pertenece a ninguna editorial, y al estar realizado por aficionados y amantes de la literatura puede contener errores. Esperamos que disfrute de la lectura. 2 Índice Sinopsis ................................................................................ 4 Capítulo 1 ............................................................................. 5 Capítulo 2 ........................................................................... 16 Capítulo 3 ........................................................................... 27 Capítulo 4 ........................................................................... 33 Capítulo 5 ........................................................................... 49 Capítulo 6 ........................................................................... 57 Capítulo 7 ........................................................................... 66 Capítulo 8 ........................................................................... 75 Capítulo 9 ........................................................................... 87 Capítulo 10 ......................................................................... 95 Capítulo 11 ....................................................................... 102 Capítulo 12 ....................................................................... 110 Capítulo 13 ....................................................................... 114 Capítulo 14 ....................................................................... 126 Capítulo 15 ....................................................................... 138 3 Capítulo 16 ....................................................................... 146 Capítulo 17 ....................................................................... 156 Capítulo 18 ....................................................................... 160 Capítulo 19 ....................................................................... 169 Capítulo 20 ....................................................................... 175 Capítulo 21 ....................................................................... 186 Capítulo 22 ....................................................................... 202 Capítulo 23 ....................................................................... 212 Capítulo 24 ....................................................................... 231 Capítulo 25 ....................................................................... 236 Capítulo 26 ....................................................................... 244 Capítulo 27 ....................................................................... 252 Capítulo 28 ....................................................................... 256 Capítulo 29 ....................................................................... 264 Capítulo 30 ....................................................................... 277 Capítulo 31 ....................................................................... 284 Capítulo 32 ....................................................................... 302 Capítulo 33 ....................................................................... 311 Capítulo 34 ....................................................................... 323 Epílogo .............................................................................. 331 Sobre la Autora ................................................................. 336 Próximo libro ..................................................................... 337 Saga Mackenzie Grey: ...................................................... 338 4 Sinopsis Mackenzie Grey nunca se sintió tan vulnerable como ahora, pero eso no le impedirá obtener lo que quiere: venganza. Kenz y sus amigos viajan a una nueva tierra donde todos tienen un motivo y todos son sospechosos. Las lunas encuentran sus voces después de la masacre, pero la pregunta sigue en pie: ¿quién es el verdadero enemigo? Si Mackenzie quiere liberarse, necesitará liberarlos a todos; y no será fácil. A medida que se acerca a su cumpleaños número 24, en medio de una red de mentiras, engaños y asesinatos, Kenz tiene que abrirse camino hacia la verdad antes de que sea la siguiente en cortar la manzana. Con sus compañeros, Mackenzie hará su posición final y cambiará el curso del mundo Lycan para siempre. 5 Capítulo 1 En las sabias palabras de Eleanor Roosevelt—: Debes hacer las cosas que crees que no puedes hacer. Nunca pensé que sería capaz de matar al hombre que me dio la vida, pero aquí estábamos. Esas palabras alimentaban mi necesidad de seguir adelante, de apuntar con el dedo a la pantalla y amenazar su vida, porque no podía dejar que se saliera con la suya. ⸻Ahora voy a por ti —gruñí. Los ojos grises me miraban con sentimientos encontrados: conmoción, confusión y... ¿ternura? Su cara se transformó en piedra mientras observaba cada uno de mis movimientos. Las arrugas en la esquina de sus ojos se suavizaron, y su aguda línea de la mandíbula estaba llena de palabras no dichas. Sebastian, Jonah y yo estábamos rodeados por la Cumbre Americana desde que irrumpimos en su reunión. Estábamos empapados en sangre de pies a cabeza y no me importaba que arruináramos la alfombra. El Hotel Plaza podía cobrarle al Rey, era lo menos que podía hacer por la sangre que ya tenía en sus manos. ⸻¡Esta es una reunión privada! —exclamó uno de los Alfas del otro lado de la sala. Era más joven que la mayoría de los otros líderes de la Cumbre, de estatura media y con el cuello carnoso, de color rojo y con una vena gruesa que palpitaba—. ¡Estás fuera de control! Por eso 6 tenemos leyes para los lobos solitarios. No se puede confiar en ellos ni civilizarlos —gritó. Los demás a su alrededor asintieron de acuerdo. Me dio una risa histérica, el tipo de risa que se escapa cuando estás a punto de perder la maldita cabeza. Estaba corriendo con adrenalina pura. En el momento en que pisé la ciudad de Nueva York, fui perseguida por otras Manadas, acusada de asesinato por los humanos, y atacada de una manera que me daba pesadillas. Pasaron demasiadas cosas en los últimos días y no había bajado la velocidad, ni una sola vez. ⸻¿Estoy fuera de control? —dije y miré a Bash y Jonah a cada lado de mí. Sus miradas estaban llenas de preocupación por mi arrebato—. Tienes toda la razón, estoy fuera de control. —Miré al Alfa que me interrogó y di un paso hacia él—. ¿Crees que puedes ir tras de mí y mis amigos, masacrarlos como ganado y esperar que sea civilizada? ¡Estás loco! ⸻¡Nosotros no matamos a las Lunas! —gritó el joven Alfa. ⸻¿Entonces quién lo hizo? —gritó Sebastian, sus ojos azules helados. El dolor de lo que le habían hecho a su Manada estaba claro en su cara. El resplandor de sus fosas nasales, los pliegues de su frente y el temblor de su labio superior: intentaba mantener a raya a su lobo interior. Su despeinado cabello negro teñido de tinta manchado de manchas de sangre seca. ⸻Eres absolutamente impresionante. —La voz del Rey cargada de acento y llena de asombro—. Te pareces a ella. Es extraño —susurró. El rey Alexander MacCoinnich miraba asombrado y me distrajo del verdadero problema. Mi relación con mi padre adoptivo no era extenuante. No tenía ninguna historia de horror de la infancia, pero había una distancia entre nosotros que nunca podría identificar, de cualquier manera, sabía que me amaba, de lo que nunca dudé. Pero mientras estaba allí, mirando el video chat en directo con el Rey Alexander, fue la primera vez que sentí ese sentimiento cálido en mis entrañas que nunca tuve con mi padre. Un impulso extraño se hizo cargo, y quería que le gustara, aunque en este momento probablemente tenía el efecto opuesto. ⸻Señor, entiendo que ella es su… engendro, pero lo que ha hecho no puede ser pasado por alto. Hay que hacer un ejemplo de ella para mantener a raya a los lobos solitarios y a las Lunas —dijo un Alfa a mi derecha. Era mayor con unos rasgos tan llamativos que no pude evitar 7 mirarle fijamente. Tenía una barba de chivo negra bien recortada y unos penetrantes ojos negros que me llenaban de odio puro y sin adulterar. ⸻Lo habrá. Nadie… —Me miró el rey—… será excusado de la ley. El Alfa sonrió con suficiencia. ⸻La muerte es el único castigo que veo que encaja con el crimen. ⸻¡Yo decidiré lo que es apropiado! —rugió el Rey. ⸻Pero... ⸻Cierra la boca, Malcolm. El único ejemplo que voy a dar es contigo, si sigues así. Tus comentarios han sido anotados. Me volví hacia Jonah y le dije: ⸻¿Por qué suena como un duende? Él resopló. ⸻Tu padre es escocés, no irlandés. No dejes que te pille diciendo eso. Son muy sensibles al respecto. ⸻Lo noté —murmuré y miré a Malcolm. Podía ver el vapor saliendo de sus oídos—. ¿No eres fan? —le pregunté, más seria que sarcástica. ⸻Para nada. —Miró con indignación—. Eres descuidada, grosera, y todos a tu alrededor mueren por ello. ¿A cuántos otros infectarás antes de que te des cuenta de que eres una abominación? Me quedé en silencio. La ferocidad de cada palabra que decía era una puñalada en el estómago. Algo muy profundo dentro de mí, no importa cuán ridículo sonara, me hacía cuestionarme a mí misma. Todas esas Lunas murieron por mi culpa. Era una verdad que incluso yo sabía que no debía enterrar. Mi comportamiento precipitado desde que regresé a la ciudad de Nueva York causó una reacción en cadena de eventos que podría haberse evitado si hubiera escuchado. La desesperación y el miedo se apoderaron de mí y ahora me dejaron con las consecuencias. ⸻¡Muérdete la lengua, Malcolm! —exclamó el Rey—. Esto va para todos vosotros, no toleraré ninguna falta de respeto o planes de acción a menos que ordene... ⸻¡Ella mató a mi hijo! —gritó Malcolm. Todas las piezas cayeron en su lugar. 8 ⸻Eres el padre de Logan... ⸻Y Alfa del Medio Oeste —gruñó. Mi pecho subía y bajaba con movimientos rápidos, al borde de un ataque de ansiedad. Nunca había tenido uno antes, pero estaba segura de que así era como se sentía. Mis puños se cerraron y apretaron a mis costados, tratando de evitar que se envolvieran alrededor de su garganta. ⸻Lo que tu hijo me hizo... ⸻¡Te lo merecías! —Golpeó con sus puños la mesa de conferencias. Los golpes me pusieron en acción cuando salté a la mesa, pero antes de que tuviera la oportunidad de atacar, Malcolm me agarró por el cuello y me golpeó contra el roble brillante. Mi cabeza rebotó contra la madera y mi visión se oscureció. Me tenía clavada mientras miraba fijamente a los ojos de obsidiana que ahora me resultaban demasiado familiares. Me estremecí. Los gruñidos atravesaron el martilleo de mi corazón y pude reconocer el gruñido de Bash y Jonah. ⸻¡Malcolm! —rugió el Rey, pero me agarró más fuerte. —Lo mataste a él y a Vivian, eran mis únicos dos hijos. ¡Están muertos por tu culpa! —lloró Malcolm, con los ojos llenos de odio. ⸻Se lo merecían —me asfixiaba. Si iba a matarme, una disculpa no sería mis últimas palabras. Jadeé por aire mientras me lo quitaban de encima, sus garras rasparon los lados de mi cuello. Me apreté el pecho mientras me sentaba en posición vertical. Sebastian lo detuvo contra la pared, sus caninos se le clavaron en la cara, una advertencia y una amenaza. Jonah estaba a mi lado, ayudándome a levantarme de la mesa. ⸻¿Estás bien? —preguntó mientras me ponía bajo su brazo. Solo asentí con la cabeza. No podía hablar, no sin que mi voz temblara. ⸻Henry —gritó el Rey—. Acompaña a Malcolm fuera de la habitación y toma el control de su Manada hasta nuevo aviso. ⸻¡Señor! —exclamó Malcolm. 9 ⸻¡Suficiente! Soy el rey, ¡escúchame! —Incluso con miles de kilómetros de distancia, la fiereza de un Alfa, un Rey nada menos, retumbó en toda la sala. Malcolm se calmó, su cara palideció mientras dejaba de golpear a Sebastian. Sus lamentables ojos se posaron sobre el Rey y luego sobre mí. ⸻Eres un cáncer —dijo pálido. ⸻No, eres un idiota por desafiar mis órdenes. Henry, uno de los Alfas más callados acechó en la parte de atrás, sujetando a Malcolm quien no se resistió. Hizo un gesto a otro Alfa para que le ayudara a salir de la habitación. No le di a Malcolm una segunda mirada cuando pasó. Escupió a mis pies, pero no me atreví a mirarlo. No dejaría que otra persona de la familia St. James me afectara nunca más. ⸻En cuanto al resto de vosotros, nadie le pone un dedo encima, a menos que yo lo diga. ¿Entendido? ⸻Sí, señor —murmuraron los Alfas, haciendo una leve reverencia al Rey. Miré al Rey que una vez más me estaba observando. En su traje oscuro tenía un broche de oro con la triqueta celta, una réplica exacta del tatuaje en mi cadera derecha que me protegía de la magia dañina. Me quedé aturdida, confundida por la rabia que había dentro de mí y la oleada de emoción de su protección. No podía preocuparme por él, no lo conocía. Era un extraño y un monstruo en mi libro y necesitaba pisar con cuidado. ⸻Ahora qué hago contigo. —Se dio un golpecito con dos dedos en la barbilla mientras sus ojos de acero vagaban sobre mí—. No puedo dejarte ir después de lo que hiciste. ¿Por qué mataste al hijo de Malcolm? Fruncí el ceño mientras miraba a Bash. Me empujó para que le respondiera, pero toda la confianza que tenía cuando entré por la fuerza se había desvanecido. Mi garganta se cerró y no pude hablar con el hombre de la pantalla. ⸻Su Alteza —comenzó Bash, su voz un estruendo de sequedad—, Mackenzie ha sido atacada no solo por los lobos, sino también por los Fae. Habían sido contratados para obtenerla. El Rey pasó una mano por su pelo negro que se detuvo justo por encima de su cuello —una hebra rebelde se enroscó sobre su frente. 10 ⸻Pregunté por el hijo de Malcolm, un Alfa, no por nadie más. Las fosas nasales de Sebastian se abrieron y su labio superior gruñó. Solo podía hundirme en él, sabiendo que también sentía el odio que consumía mi alma —una oscuridad tan condenatoria, que temía lo que sería de mí si dejaba que se extendiera. ⸻Intentó violar a su hija de la peor manera imaginable —dijo Sebastian apretando con fuerza los dientes. Hubo una pausa en la sala cuando la Cumbre evitó mirarnos. Miré al Rey, enfadada porque era tan cobarde por sentirme avergonzada y manchada. No importaba si me miraban de manera diferente, no debería haberme importado, pero todo lo que vi fue el destello de plata en sus ojos cuando cayeron sobre mí, arrastrándose sobre mi cuerpo como si pudiera ver cualquier evidencia de las afirmaciones que se hacían bajo el manto de sangre seca de mi piel. ⸻¿Esa pequeña muchacha mató a Logan? —preguntó, con cara de seriedad ilegible. La Cumbre asintió con la cabeza. ⸻Con la ayuda de las Lunas, ella lo mató a él y a algunos de los miembros de su Manada. ⸻Sí —murmuró el Rey—. ¿Os habéis reunido hoy para imponer un castigo? Todos miraron a su alrededor en busca de una respuesta, pero todos parecían atascados, como si tuvieran miedo de decirle la verdad. ⸻Sí —grazné—. Se suponía que iba a recibir sentencia por mis crímenes... hasta la masacre de anoche. Sus ojos se entrecerraron mientras me observaba. ⸻Y creíste que fui yo, ¿verdad? ⸻Eran tus hombres. ¿Tú qué crees? ⸻Yo no ordené esta atrocidad, pero tienes mi palabra de que averiguaré quién lo hizo. Una reconocida sensación de confianza me envolvió y di un paso hacia él. 11 ⸻Tu palabra no significa nada para mí. ⸻¡Srta. Grey! —regañó uno de los Alfas. Gruñí en su dirección, mostrando mis ojos plateados. El Alfa jadeó, sorprendido por mi descaro. A las Lunas no se les permitía establecer el dominio, pero yo no era como la mayoría de las Lunas. ⸻Mackenzie —advirtió Jonah⸻. No te tomes esas libertades. ⸻Tu falta de respeto por nuestras leyes es inaceptable —dijo el Rey—. ¿Dónde están mis guardias? —preguntó a la Cumbre. Todos se volvieron hacia la puerta cuando Henry volvió a entrar en la habitación. ⸻Están muertos. Los guardias están todos muertos —dijo mientras entraba con sangre en sus manos. Los ojos del rey Alexander brillaron de nuevo y me preparé para cualquier ira que se me presentara. ⸻Arrestadlos —gruñó. La Cumbre nos rodeó y no nos dejaron ninguna salida. ⸻¿Otra jaula de plata? —gruñí. Ya no me importaba. Si iba a caer sería en un incendio de furia vengando las muertes de mis amigos. Si el Rey no me encerraba, estaba segura de que Charles Cadwell lo haría. El Rey palideció. ⸻¿Qué? ¿Quién te puso en una jaula de plata? Me giré a La Cumbre. ⸻Los estás viendo. Los Alfas hicieron una mueca de dolor mientras me chivaba. Si no me hubieran encerrado, podría haber salvado a mis amigas. ⸻¡E… ella mató a un Alfa! ¡Empezó una rebelión! Estábamos siguiendo sus leyes, Su Alteza —exclamó un miembro de la Cumbre en su defensa. Puse los ojos en blanco. Hasta el Rey sabía que no podía librarse de eso. No podía decir que debería haber recibido un trato especial. 12 ⸻¿Y desde cuándo sabéis que era mi pariente? —los acorraló el Rey. Jaque mate. Jonah se aclaró la garganta. ⸻Más de un año, señor. Nuestras disculpas —dijo. ⸻¿Quiénes sois vosotros? —Jonah Caldwell, Beta de la Manada de Brooklyn, hijo del Alfa del Noreste. —Sus ojos de chocolate con leche brillaron contra las manchas carmesí de su rostro angelical. Si sonriera, no habría podido ver su hoyuelo. ⸻¿Y tú? —El Rey le hizo un gesto a Bash. ⸻Sebastian Steel, Alfa de la Manada de Brooklyn. Él asintió. ⸻¿Ambos ayudasteis en la masacre de mis guardias, con una loba solitaria, sin importar vuestros títulos? ⸻Sí —respondieron los dos al unísono, sin perder el ritmo. ⸻Aye1. Los tres seréis traídos a Escocia para esperar el fallo de un tribunal. Pagaréis por lo que habéis hecho. El aliento de Bash y Jonah se detuvo cuando la atención de todos cayó sobre mí. Caminé hacia la pantalla, no, me acerqué al Rey. No había escapado de una Manada dominante para ser controlada por otra. ⸻No —me opuse. La habitación se calló—. Estamos empatados. Tú mataste a los míos y yo eliminé a los tuyos. Ojo por ojo. La mirada del Rey se estrechó. ⸻Si digo corre, corres. Si digo que saltes, saltas. Sigues mis leyes y haces lo que te digo, muchacha. No saldréis de esta habitación a menos que yo lo diga. ⸻ Tú, hijo de puta... ⸻Mackenzie —me regañó Jonah, pero lo ignoré. 1 Manera escocesa de decir que sí. 13 ⸻Por tu sangre eres parte de mi Manada, ya sea que estés de acuerdo o no, ¡lo que significa que yo te doy tu castigo! ⸻Parte de tu sangre —corregí—. No olvides que soy tu hija ilegítima. Y no estaré en la manada de nadie, nunca. La cara del Rey era de color carmesí, su vergüenza era evidente. ⸻Sin embargo, mi Manada será la que decida tu destino. Me pondría en fila si fuera tú, si quieres vivir. ⸻Quiero averiguar quién mató a las Lunas. Después de eso, haz lo que quieras. Ya no me importa. El Rey asintió y saludó a un Alfa. ⸻Escoltadlos al aeropuerto, tendré un avión esperando. Mis ojos se agrandaron y la alarma se apoderó de mí. Unas manos agarraron mis brazos y me estrellé contra el pecho de alguien. Golpeé contra su agarre, Bash y Jonah hicieron lo mismo, pero nos superaban en número, por nada menos que los Alfas. ⸻¡Haz esto y mi familia humana no se detendrá hasta que me encuentren! —grité—. ¿No crees que tenga un plan de respaldo en marcha? ¡Estáis muertos, todos vosotros! —Era un farol. ⸻Deteneos —ordenó el Rey—. ¿De qué estás hablando? ⸻Tengo un mensajero listo para entregar la verdad sobre todo si no regreso. La verdad sobre mí, sobre ti, sobre todo este espectáculo de mierda. Y todo está en vídeo. —Sonreí con suficiencia. No tenía una mierda, pero la única regla por la que todos los sobrenaturales vivían era mantener su secreto de los humanos. Mantener su existencia oculta era la máxima prioridad y volar la tapadera era la amenaza perfecta. ⸻¿Qué tal un trato? —sugirió Bash y yo me giré hacia él. No era suya para negociar. ⸻¿Te has vuelto loco...? ⸻Solo escucha —exigió y se volvió hacia el Rey—. Dale tiempo para poner sus asuntos en orden, para ver a su familia y asegurarles que está bien. Deja que Jonah y yo enterremos a nuestros muertos. Puede que no volvamos, así que concédenos esta oportunidad y luego haremos lo que tú digas —dijo Bash. Sus ojos me suplicaron que lo entendiera. No sabía 14 a dónde iba con esto, pero yo haría lo mismo. Este era el momento de permanecer unidos. Me tragué mi queja. El Rey contempló la sugerencia y después de un breve instante asintió. ⸻Sí. Entierra a tus muertos y poned vuestros asuntos en orden. Y no penséis en huir. Os estaré vigilando en cada movimiento. ⸻Gracias —dijo Jonah mientras Bash asentía en agradecimiento. Yo no dije una mierda. Henry eligió este momento para interrumpir mientras guardaba su teléfono. ⸻Señor, Malcolm está siendo escoltado fuera de la ciudad. ¿Adónde lo llevarán? Los rasgos del Rey se endurecieron. ⸻Alimentar a los lobos —gruñó. ⸻¿S… Señor? —preguntó Henry confundido. Los otros Alfas se congelaron, no lo entendían tampoco. ⸻Toda la familia St. James —dijo el Rey—. Quiero que se acabe y que me envíen una lista de sus sucesores por la mañana. ⸻Pero su alteza —intentó discutir uno de los Alfas. —¿Te gustaría unirte a él, Wilson? ⸻No. —Wilson negó con la cabeza y sus ojos cayeron sobre la alfombra. No entendía lo que estaba pasando, pero estaba segura de que lo que le pasaría a la familia St. James no iba a ser bueno. Los compadecí. Aunque los que había conocido hasta ahora habían sido gente horrible, no quería asumir que toda su familia también lo fuera. ⸻No puedes castigar a todos... ⸻Henry —interrumpió el Rey, ignorando mi protesta. El Alfa asintió y volvió a abandonar la sala para cumplir la orden. 15 ⸻Esta es una advertencia para todos vosotros. Yo soy la Ley. Aseguraos de que vuestras Manadas lo escuchen alto y claro, ¿de acuerdo? Los Alfas se inclinaron, incluyendo a Sebastian y Jonah. Esos duros ojos grises se volvieron hacia mí. Se enderezó en su asiento y ajustó las solapas de su chaqueta antes de decir: ⸻Os doy dos semanas. Terminó la llamada de Skype y la pantalla se volvió negra. No era una sugerencia, era una orden. Tendría que ir a Escocia. 16 Capítulo 2 Tomé un gran trago de la niebla tóxica de la ciudad cuando salimos por una salida trasera del Hotel Plaza. Un todoterreno negro nos esperaba, sus cristales tintados tan oscuros que no podíamos ver el interior. El callejón trasero estaba tranquilo, las bocinas sonando y los neumáticos rechinando un sonido distante al correr de las ratas que se acercaban a los botes de basura. ⸻Por orden del Rey, Lincoln os llevará a donde queráis. Los guardias americanos os acompañarán hasta vuestra llegada a Escocia. Vamos. — Un empleado humano del hotel nos acompañó dentro del coche, tratando de escondernos de cualquier espectador. Su nombre decía Lewis y quería preguntarle cómo demonios sabía lo nuestro. Tenía que ser humano, ¿o era otra cosa? Sebastian y Jonah se metieron en el coche sin protestar y el ‘pero’ estaba a punto de salir de mis labios cuando Bash me tiró hacia dentro, negando con la cabeza. Lewis cerró la puerta de golpe y el coche salió disparado, salpicando la lluvia de ayer cuando las llantas golpearon los charcos. El SUV tenía ese olor a coche nuevo y era completamente a prueba de sonido. Me sentí atrapada dentro de una burbuja. El silencio era demasiado alto. ⸻Qué demonios... —murmuré—. ¿Qué acaba de pasar? Jonah resopló. 17 ⸻Hicimos un montón de ruido y ahora somos criminales. Eso es lo que pasó. Los dos sois unos cabezones, somos afortunados... ⸻No tenías que venir —interrumpió Bash. ⸻¡Por supuesto que tenía que hacerlo! Habríais muerto o algo peor. ⸻¿Qué es peor que la muerte? —dije arqueando la ceja. ⸻No quieres saberlo —dijo Jonah. ⸻Estamos jodidos. Realmente jodido —suspiré—. Nos sentenciará a muerte: al estilo medieval. Probablemente nos cortarán la cabeza o nos colgarán. Oh Dios mío, ¿y si nos queman como en los juicios de brujas de Salem? ⸻Era equivocada, Mackenzie. Y nada de eso sucederá. —Bash puso los ojos en blanco. ⸻Bueno... pero tiene mazmorras, ¿verdad? —Permanecieron en silencio—. Lo sabía —susurré. ⸻Sea lo que sea, lo enfrentaremos juntos —dijo Jonah con una pequeña sonrisa. Me detuve. ⸻No sé si golpearte con el puño o darte una bofetada en la cabeza por ser tan tonto. ⸻Estoy de acuerdo —dijo Bash—. Lo más probable es que nos separen una vez lleguemos. Tratarán de enfrentarnos entre nosotros. No podemos dejar que eso suceda. ⸻Mi padre me va a matar. —La cara de Jonah se le cayó—. No puedo creer que hayamos matado a todos esos lobos. ¿Qué hemos hecho? —Hicimos lo que teníamos que hacer —dije—. Era ellos o nosotros, y siempre nos elegiré. Bash asintió. ⸻Ahora solo tenemos que estar atentos. Hay unos tres todoterrenos siguiéndonos. El Rey está vigilando. El conductor pasó por un bache y casi chocamos contra el techo del coche. 18 ⸻Mis disculpas. ¿A dónde, señorita Grey? —preguntó Lincoln, sus ojos nunca saliendo de la carretera. Solo podía ver la parte trasera de su estilo militar en su cabeza afeitada y sus ojos verdes a través del espejo retrovisor. ⸻Eh... espera —murmuré mientras buscaba mi teléfono—. Mierda, olvidé que aún está en la estación —me quejé al caer en el asiento del coche. Cuando fui arrestada por el asesinato de Joey Deluca, un miembro de la Manada enviado por Logan, hace unos días, todas mis posesiones habían sido confiscadas. Mi falso abogado, un lobo de la manada de Chicago, me sacó de la cárcel, pero con tanta prisa que terminé dejando todas mis cosas, las cuales le funcionaron a la Manada de Chicago desde que fui retenida como rehén. Si volvía a la comisaría a recogerlo, eso significaba una larga y complicada conversación con el detective Garret Michaels que no deseaba. ⸻Aquí. —Jonah me dio su teléfono móvil. ⸻Gracias. —Abrí su registro de llamadas y marqué la última llamada hecha. Sonó dos veces antes de que Amy contestara. ⸻¿Jonah? ⸻Soy yo —respondí⸻. ¿Dónde estás? Ella suspiró. ⸻Estamos en la iglesia, Emma no se irá sin verte. Dios, Kenz, me estoy volviendo loca. ¿Qué está pasando? Cerré los ojos y respiré profundamente. Nunca quise involucrar a mi mejor amiga en nada de esto, pero en secreto me alegré de que lo hiciera. Amy era la única persona con la que podía contar, y la que se quedaría despierta conmigo esta noche mientras yo gritaba todas mis frustraciones. Necesitaba aguantar un poco más. ⸻Acabamos de salir de la Cumbre, estamos en camino. Siéntate, te lo explicaré todo pronto. ⸻De acuerdo, ten cuidado —susurró antes de terminar la llamada. Era Amy. En un momento tan serio como éste, ella nunca se quejaba ni me hacía un millón de preguntas. Esperaba hasta que estuviera lista, cuando era apropiado. 19 ⸻Catedral de San Pablo —le dije al conductor. ⸻¿Qué dijo? —preguntó Jonah. ⸻Emma no se irá. Están en la Iglesia —dije mientras me frotaba las manchas rojas de mis manos. Todos esos lobos que matamos. Todo fue en vano y sentí la necesidad de vomitar. Todo lo de los últimos días me golpeó y pensé que iba a enfermar. ⸻Respira —susurró Jonah mientras me frotaba círculos en la espalda—. Todo saldrá bien. Sebastian gruñó su duda, y mientras yo estaba de acuerdo en que las cosas no iban a estar bien, no por un tiempo, todavía apoyaba mi cabeza cansada en el hombro de Jonah. Esperanza era lo que necesitaba, y eso es lo que él tenía, aunque fuera un deseo. A través del altar de la iglesia abandonada que albergaba a los vampiros de la ciudad de Nueva York estaba el resto de nuestro grupo disfuncional esperando nuestra llegada. Amy fue la primera en vernos, y bajó los escalones a una velocidad vertiginosa, su pelo rojo como una llama a su paso. Los brazos tatuados me rodearon como si temiera que desapareciera. ⸻¿Estás bien? ⸻Sí —dije, devolviéndola el abrazo. Lucian, el vampiro jefe de la ciudad de Nueva York, y Jackson, el hermano gemelo de Jonah, se acercaron por detrás de Amy tomando nuestro desordenado atuendo. ⸻¿Qué demonios ha pasado? —preguntó Jackson—. ¿Te bañaste en la sangre de tus enemigos? Gruñí: ⸻No, imbécil. 20 ⸻Al menos alguien está de mejor humor. —Puso los ojos en blanco— . ¿Cuál es el veredicto? Sebastian ya había empezado a quitarse la camiseta y Jonah se encorvó en uno de los bancos. Dejándome para responder a las preguntas. ⸻Nos da dos semanas... ⸻¡Dos semanas! ¿Van a ejecutarte? —gritó Amy—. ¿Cómo pudiste dejar que esto pasara? —le gritó a Bash. Fue a abofetearlo, pero Jackson fue lo suficientemente rápido para detenerla. Bash suspiró. ⸻Chicas, veis demasiada televisión. Los tres estaremos volando a Escocia para un tribunal. Nos da dos semanas para atar cabos sueltos antes de que nos pongan bajo custodia —dijo. ⸻¿Qué? —Los ojos de Amy se abrieron de par en par. ⸻¿Los tres? —preguntó Jackson, sorprendido por primera vez. ⸻Hermano, fue un baño de sangre —recordó Jonah—. Matamos a la mayoría, sino a todos los guardias del Rey. ⸻¿Habéis perdido la cabeza? —exclamó Jackson—. ¿En qué diablos estabais pensando? ¡Eso es una sentencia de muerte! Contad vuestras estrellas de la suerte que no os arrancaron el corazón en ese momento. ⸻Lo sabemos, Jack —suspiró Jonah. El grupo se calló mientras nos empapábamos de nuestro destino. Teníamos dos semanas antes de despedirnos, posiblemente para siempre. ⸻¿Lo que no entiendo es cómo se enteró de lo mío? Nadie de nuestro lado del charco quería decírselo hasta que me uniera a una Manada — pregunté. Era una de las razones por las que estaba en todo este lío. Los Alfas querían una oportunidad en el trono, y yo era el peldaño más rápido. En el momento en que bajé de mi vuelo de Los Ángeles de regreso a la Costa Este, tenía un objetivo en la espalda. Los Alfas de todo el país querían aparearse conmigo y algunos llegaron a extremos: otra razón por la que las cosas tenían que cambiar con las Lunas. Iba a ser forzada a unirme a una Manada, quisiera o no. Ese era el comportamiento sumiso que esperaban de una Luna y un lobo solitario; yo no tenía voz en el asunto. No es que dejara que ninguna de esas reglas me detuviera, pero aun así. 21 ⸻Yo se lo dije —declaró Lucien, su cabello rubio estaba apartado hacia atrás en una cola de caballo baja en su nuca. Se paró frente a mí con sus típicos pantalones negros y camisa de botones. Siempre estaba vestido para impresionar. Todos nos volvimos hacia el vampiro que había estado en silencio hasta ahora. Era mi único aliado cuando fui encontrada por primera vez por la Manada de Brooklyn. Si no fuera por Lucian, nunca hubiera tenido el año de libertad que me dieron en Los Ángeles. Aunque si era realista, no era libertad, más bien fue como un refugio graduado a un fugitivo. Se aclaró la garganta. ⸻Tu padre y yo somos muy buenos amigos, Mascota. ⸻Él no es mi padre —corregí. ⸻Semántica. —Me hizo señas para que lo dejara pasar—. Sabía de su ignorancia de tu existencia y cuando me di cuenta de lo fuera de control que se estaban poniendo las cosas, cortesía de tus amigos… —Le sonrió a Bash y Jonah—… desenterré su número de teléfono y derramé los gloriosos detalles. Me enfadé. ⸻No sé si agradecértelo o darte el dedo. ⸻No es un mal hombre, Mascota —dijo Lucian, su tono el más serio que había escuchado. Su acento británico aguado salía cada vez que hablaba con el apodo que me había dado. ⸻Es un extraño y un asesino. El jurado aún no sabe si es un buen tipo. ⸻¿Un asesino? —preguntó Lucian confundido. ⸻Las Lunas fueron masacrados a su orden —dijo Sebastian—. Un decreto real de su oficina personal fue emitido para su ejecución y la de Mackenzie. Dijo que no era de él, pero eso no tiene sentido. Lucian se dio un golpecito en la barbilla. ⸻Si Alexander dice que no lo hizo, entonces no lo hizo. ¿Alguno de vosotros ha pasado tiempo en la Corte Real? Los lobos negaron con la cabeza. 22 ⸻Yo lo he hecho —divulgó el vampiro—, y es un lugar de muchas mentiras, secretos y engaños. Mascota, tienes un enemigo allí, la única pregunta ahora es quién. ⸻Responderé cuando llegué allí —dije. Mi mente ya había comenzado a encadenar un plan sobre cómo podría escapar del encarcelamiento y exponer a la persona que mató a mis amigos. Una vez que llegara a Escocia, alguien trataría de matarme. La masacre de las Lunas no me eliminó, pero en territorio enemigo no cometerían el mismo error dos veces. Sebastian miró con ira al vampiro. ⸻¿Sabías quién era Mackenzie cuando llegó? Los ojos de Lucian parpadearon de malicia mientras agitaba sus manos en el aire para descartarlo. ⸻Lo sabías, ¿verdad? ¡Bastardo! —exclamó Jonah. ⸻¡Debería retorcerte el cuello! —gruñó Bash. ⸻Tranquilos. Estoy segura de que Lucian tenía sus razones, ¿verdad? —Me volví hacia mi pálido amigo. ⸻¿Estás defendiendo a esta sanguijuela? ¡Podría haber evitado esto! —gritó Jonah. Sus ojos de chocolate brillaban dorados por la furia. ⸻Si necesitas a alguien a quien culpar, apunta con el dedo hacia mí. No me importa. —Se ofreció Lucian. Su comportamiento se relajaba como si no le importara que lo quemaran en la hoguera si se le daba la oportunidad. De ninguna manera era inocente en todo este calvario, pero Lucian hizo todo lo posible para protegerme cuando lo necesitaba. Ya sea con buenas intenciones o no, me hizo un favor que nunca olvidaré. ⸻No —dije, mis ojos brillando en los dos lobos—. A mí me importa. ⸻Kenzie. —Amy intentó suavizar las cosas—. ¿Qué tal si pasas a asearte? Emma ha estado preguntando por ti. Mi mirada nunca abandonó a los dos idiotas que me importaban, mientras asentía a mi mejor amiga. Era poco ortodoxo que un lobo se pusiera del lado de un vampiro, pero yo no seguía la tradición. Ya deberían saberlo. 23 Después de usar una de las duchas en las habitaciones que habían sido para las monjas, Amy me dio una camiseta y unos vaqueros de la bolsa que había empacado antes de venir aquí. Había pasado más de media hora limpiando la sangre seca de mi piel, y no estaba del todo segura de haberme deshecho de todo eso en mi cabello. Lucian no tenía champú ni productos para el cabello que pudiera usar. ⸻¿Qué pasó, Kenz? —preguntó Amy en voz baja. Una sola lágrima escapó y se deslizó por su mejilla sonrosada—. ¿De verdad...? —Se ahogó antes de poder terminar. Sabía lo que quería decir. ⸻Las vi, a todas ellas. Blu estaba... sus ojos estaban vacíos — murmuré. ⸻¿Cómo pudieron...? —gritó mientras su cara se derrumbaba en sus manos ahuecadas. Enrollé mi brazo alrededor de mi mejor amiga, tirando de ella hacia mi lado. Ella no había visto la cantidad de muerte que yo vi, y odiaba que tuviera que pasar por esto. Blu también era su amiga. ⸻Prometo que averiguaremos quién hizo esto y lo pagarán. Me aseguraré de ello. Amy negó con fuerza con la cabeza, sus ojos llorosos mirándome. ⸻No, Kenz, no lo hagas. Solo déjalo en paz. ⸻No puedo. No estabas allí, Aims. ¡Fue un baño de sangre, una masacre total! Alguien tiene que pagar por ello. ⸻¿Cómo Logan? —preguntó—. Le hiciste pagar por lo que te hizo, ¿verdad? ¿Con su vida? ¿Y cómo te sientes ahora que te has vengado? Me tragué la réplica. La verdad era más retorcida y me asustaba mucho más. No podía decirle a Amy lo bien que se había sentido acabar con la vida de Logan, hacerle pasar por la misma miseria que él me hizo pasar a mí, quitarle la vida sin pensarlo dos veces. Se merecía lo que le había pasado y ni siquiera eso era suficiente. Lo que planeaba hacerme era mucho peor. Temía cerrar los ojos por la noche porque él estaría allí, 24 con esos ojos burlones y esa sonrisa siniestra, listo para perseguirme durante el resto de mi vida. ⸻No quiero hablar de ello —dije mientras me alejaba de Amy y me ponía los tenis sucios—. Estaré en la catedral esperando a Roman. Sin echar una mirada, salí de la habitación, dejando a mi amiga angustiada para que llorara sola. Era una gilipollas. La catedral estaba vacía excepto por Emma que estaba sentada en uno de los bancos con Roman sentado un par de filas detrás de ella. Él exhaló un suspiro de alivio al verme y solo pude asentir con la cabeza para asegurarle que estaba bien. Emma estaba decidida a rascarse las uñas y su pierna derecha rebotaba por la ansiedad. No se dio cuenta de que me sentaba a su lado. Su delgada figura era la de un niño, lo que estaba bien en mi opinión. Solo tenía once años. No necesitaba parecer una mujer, no en un futuro cercano si tenía algo que decir al respecto. Su cabello rubio fresa estaba trenzado en la parte posterior de su cabeza, con unas pocas hebras cortas que se deslizaban a los lados y le entraban en los ojos. Sopló un suspiro y un mechón de pelo voló hacia arriba y hacia abajo en su cara. ⸻Sabes que puedes meterlo detrás de la oreja —dije e hice lo que le sugerí. ⸻Era perezosa —murmuró ella. ⸻Ya lo veo. —Me reí—. ¿Qué pasa, Cosas Cortas? —Puse una mano sobre la suya para evitar que se comiera las uñas. Ella suspiró. ⸻Me odias —dijo mientras me miraba a los ojos. Eran feroces, tristes y estaban al borde de una cascada. Mis cejas se fruncieron. ⸻No te odio, Emma. ¿Por qué dices eso? Ella apartó sus manos de las mías. 25 ⸻¡Porque siempre me estás enviando lejos! Si hice algo mal, lo siento, por favor, déjame quedarme contigo. ⸻¿Qué? No, Emma, ¿cómo puedes pensar eso? No hiciste nada malo, no quería que nada de esto pasara. Ahora mismo no es seguro para las Lunas, y cambié de opinión. No quiero que te unas a una Manada. Sus ojos se abrieron una fracción. ⸻P… Pero, pensé que eso iba contra las reglas. Sonreí. ⸻Las reglas a veces están destinadas a romperse. Se mordió el labio para dejar de sonreír. ⸻Te mentí antes. Te dije que tu madre estaba equivocada, pero tenía razón. Las Luna son como esclavas y no quiero que lo seas. Puedo arreglarlo. ⸻¿Y si no puedes? —murmuró. ⸻Cruzaremos ese puente cuando lleguemos allí —dije—. Tienes que volver a California con Roman, Emma. Es la única forma en que… puedo mantenerte a salvo. Cuando todo esto termine, te encontraré. Lo prometo. Giró la boca hacia un lado. ⸻¿No puede hacerlo otra persona? ¿Por qué tienes que ser tú, As? Sentí que mi pecho se derrumbaba sobre sí mismo y mi corazón se desmoronaba en pequeños pedacitos. ¿Por qué tenía que ser yo? ⸻Así es como tienen que ser las cosas. —Le di un beso en la frente— . Sé fuerte, Emma. No eres una Luna... eres una loba. Si dicen lo contrario, les das un infierno —susurré y me puse de pie rápidamente antes de que ella pudiera detenerme. Me acerqué a Roman, que se levantó de su banco y me encontró a mitad de camino. Sin decir una palabra, me tiró a sus brazos y me abrazó. Estaba tensa por su tacto frío, incómodo con este tipo de familiaridad, y odiaba sentirme así. Logan me hizo sentir así. ⸻No te dejaré ir, As. Más vale que te relajes —me susurró al oído. Me relajé un poco y agarré su camisa para apoyarme. Pensé que iba a tener un ataque de pánico. 26 ⸻Shhhh —me tranquilizó Roman—. Estás bien, As, estás bien. — Me frotó la espalda arriba y abajo y me di cuenta de que mi cuerpo estaba temblando. ⸻No lo estoy —admití. Estaba lejos de estar bien. Logan me rompió. ⸻Lo estarás. Nunca he conocido a alguien tan fuerte como tú en las muchas vidas que he vivido. Puedes hacerlo, As. No tengo ninguna duda de que harás historia, y todo el mundo recordará tu nombre en los años venideros porque eres legendaria. Es lo que estás destinada a ser. Aspiré un poco de aliento. ⸻El destino apesta. Quiero un reembolso. Roman se rió. ⸻Han pasado más de treinta días y no tienes un recibo. Creo que no tienes suerte. 27 Capítulo 3 Después de despedirme de Roman y Emma, estaba exhausta. Los últimos días me alcanzaron y solo quería dormir, durante el resto de la semana. Al menos me lo merecía. Sin embargo, Amy y yo íbamos camino a casa, después de haber dejado a los chicos en Brooklyn para empacar algunas cosas antes de que salieran a la carretera a Little Falls. La Manada de Brooklyn se quedaría en la finca Cadwell por orden de Sebastian. Estaban organizando los funerales de las Lunas y pensando qué hacer con la Manada ahora que el Alfa y Beta no iban a estar por aquí durante quién sabe cuánto tiempo. Me sentía culpable por haberlos puesto en esta situación, a riesgo de enfrentar la muerte por mi culpa, pero eran un grupo obstinado. Discutir era un desperdicio de energía. Solo podía imaginarme lo que diría Charles cuando le dieran la noticia de su tribunal; afortunadamente, yo no estaría presente cuando lo hicieran. A Amy no se le permitió asistir al funeral de las Lunas, y a mí también se me desanimó a que hiciera acto de presencia, pero no dejaría que eso me impidiera despedirme de mis amigas. Estaría allí, en primera fila y en el centro del escenario. Amy y yo nos quedaríamos en la ciudad. Necesitaba descansar, estabilizarme y pasar algún tiempo lejos de todo lo relacionado con el lobo. Necesitaba un descanso de ese estilo de vida porque dentro de dos semanas, estaría metida hasta el cuello en todo Lycan. Iría a su ciudad del Vaticano, sin humanos a su alrededor en kilómetros. 28 Tomamos el camino a la bodega de Mejía, que estaba cerrada a la espera de una investigación policial y reparaciones. Hice una mueca de dolor cuando el recuerdo de mi ataque en su tienda pasó por mi mente. Estuve muy cerca de no salir con vida ese día. Era la primera vez que Logan intentaba secuestrarme. Quería atravesar una pared con la cabeza por pensar en ese monstruo. No quería seguir recordando al bastardo que intentó violarme. Era injusto y cruel que todavía me atormentara después de la muerte. Había estado tan distraída por mis pensamientos, que no fue hasta que Amy me dio un codazo que vi al detective Garret Michaels sentado en la entrada de nuestro edificio. Llevaba vaqueros y una camiseta y su insignia en ningún lugar a la vista, estaba fuera de servicio. ⸻Detective —le saludé. Amy me miró e intenté darle una sonrisa tranquilizadora—. Subiré en un minuto —dije. Dudó antes de entrar. ⸻Grey —dijo Garret mientras estaba de pie. Se buscó en el bolsillo y sacó un teléfono móvil—. Creo que esto te pertenece. ⸻Tendrías razón —dije y me moví para agarrarlo. Tiró de su mano hacia atrás. ⸻No tan rápido, Grey. Creo que me debes una explicación. Este no era el momento para mentes inquisitivas. Quería una ducha adecuada, un poco de helado y quedarme en la cama unos días. Esto no era parte de mi plan, no había pensado en lo que le iba a decir a Michaels. Lo más fácil de hacer era lo más difícil. Suspiré. ⸻Es mejor que te lo muestre. ⸻¿Mostrarme qué? No conocía las reglas de esto, pero nadie nunca dijo nada de que Amy conociera mi secreto. Un humano más no haría daño, ¿verdad? ⸻Vamos —le dije para que me siguiera—. Necesitamos privacidad. Esperó un poco antes de unirse a mí en la parte de atrás de mi edificio de apartamentos. Estaba abandonado, con parches de hierba seca y tierra. Las latas de refresco y las bolsas de papel marrón llenaban el suelo cuando pasamos por encima de ellas hasta el centro del patio. 29 ⸻Más vale que esto no sea un truco, Grey, o algún sarpullido que necesite atención médica. Resoplé. ⸻Confía en mí, Michaels, eres la última persona a la que le mostraría un sarpullido. ⸻Bueno, ¿qué es entonces? Sacudí las manos a los costados, tratando de relajar los nervios que sentía por lo que iba a hacer. Esto podría ser un error colosal, pero estaba demasiado cansada para inventar una mentira y estaba cien por cien segura de que Garret no se iría hasta que le dijera algo. Si me iba del país sin darle algún tipo de explicación, podría ponerme en el primer puesto de la lista de los más buscados de Estados Unidos. ⸻No te asustes, ¿de acuerdo? —le advertí. Puso los ojos en blanco. ⸻Es un sarpullido, lo sabía. ⸻¡Cállate sobre una maldita erupción y escucha! Necesito que me prometas que no te asustarás. Ni gritos ni huidas, y lo más importante, no puedes decirle a nadie lo que estás a punto de ver. ¿Lo tienes? ⸻¿Qué tan grande es este sarpullido? —Levantando una ceja. ⸻Grande. Respiré profundamente, con los ojos clavados en el suelo, me topé con mi lobo interior y la desperté de su sueño. Ella también estaba agotada. Mi cuello crujió de lado a lado mientras mi cara se transformaba en mitad lobo, mitad humano. Las ondulaciones en forma de ciruela me estrujaron la cara para dar paso a mi hocico y a mis caninos. Mis garras se extendieron y el vello de mis brazos se engrosó. Los ojos grises se volvieron plateados cuando levanté la mirada, hacia la mirada desconcertada de Garret Michaels. ⸻¿Qué demonios eres? —se ahogó, buscando una pistola con funda que no estaba allí. Me lamí los labios, mi lengua acariciando mis afilados caninos. 30 ⸻Soy una loba. Él hizo una pausa. Entonces sus ojos empezaron a crecer centímetro a centímetro al darse cuenta de que lo que veía y oía era real. Él balbuceó algo poco inteligente y empezó a retroceder. Michaels tropezó con sus propios pies y cayó de culo. ⸻¿Estás bien...? ⸻¡No me toques! —gritó. Apartándome con manos temblorosas—. Solo... solo quédate donde estás. Sentí que mi estómago se tensaba con temor. ¿Había sido un error? ⸻No voy a hacerte daño, Garret. Querías una explicación, la conseguiste. Si quisiera matarte, ya lo habría hecho. ⸻P… Pero ¿cómo? ¿Cómo es posible? Ladeé la cabeza. ⸻¿Te refieres a la pregunta existencial: ‘¿Por qué estamos aquí?’ O científicamente: ‘¿Cómo diablos soy una loba?’ ⸻¡Ambas cosas! —exclamó. ⸻¿Honestamente? No tengo la menor idea. —Me encogí de hombros. Dando un paso atrás, cambié mis rasgos a mi ser humano, menos aterrador para Garret. ⸻¿Qué diablos...? —exhaló. ⸻Mira, no tengo la paciencia en este momento y estoy muy cansada, así que voy a darte un rápido y sucio resumen de lo que pasó. ¿De acuerdo? Asintió, con sus ojos muy abiertos. ⸻Recientemente descubrí que soy adoptada y que el donante de esperma no es otro que el Rey Lycan. Todos los lobos se enteraron y trataron de secuestrarme por eso. Por ejemplo, el incidente en la bodega. Han pasado muchas cosas, pero estoy recibiendo un indulto de todo este lío. Solo quiero dormir. ¿Podemos ocuparnos de tu conmoción más tarde? ⸻¿No tienes miedo de que se lo diga a alguien? Me encogí de hombros. 31 ⸻En este momento, ni siquiera me importa. ¿Quién te creería de todos modos? ⸻Así que... todos esos casos... ¿lo hiciste...? ⸻Sí. —Me reí—. Usé mis sentidos de loba para ayudarte a resolver tus casos. Sus ojos se hicieron más pequeños, menos asustados. Tal vez esto no fue tan mala idea. ⸻¿Haces daño a gente como yo? —preguntó. ⸻¿Te refieres a los humanos? —Me reí—. No, no lo hago. ⸻¿Haces...? ⸻Michaels, si fuera una mala persona, lo sabrías. Y creo que tú también lo sabes. Quería ser policía porque quiero ayudar a la gente. Eso es todo lo que siempre quise hacer. Vas a creer lo que quieras de cualquier manera, así que deja las 21 preguntas. Garret se levantó del suelo y se quitó el polvo de sus pantalones — sus ojos nunca me abandonan— y temía que yo le saltase encima en cualquier momento. Todavía podía oler el miedo en él. El depredador que había en mí debería haber reaccionado, pero había derramado demasiada sangre en los últimos días. La lujuria había desaparecido, reemplazada por las náuseas. ⸻Tu amiga, la pelirroja, ¿lo sabe? No contesté de inmediato. Decirle que Amy lo sabía era un riesgo que no estaba segura de querer correr, especialmente cuando no estaría cerca para cuidarla. Mentí. ⸻No, no lo sabe. Asintió con la cabeza. ⸻Solo necesito saber una cosa más —murmuró. ⸻Dispara. ⸻En Los Ángeles, ¿qué hacías allí? Sonreí. Michaels no era estúpido, era policía después de todo. 32 ⸻Era parte de una unidad secreta de investigación sobrenatural dentro de la policía de Los Ángeles. ⸻¿Tenemos una en Nueva York? ⸻No lo sé —dije mientras me daba la vuelta para irme. ⸻¿Adónde vas? —gritó. ⸻Me iré por un tiempo. Tengo que ocuparme de algunas cosas — dije por encima de mi hombro—, pero mientras tanto, ¿por qué no averiguas sobre esa unidad secreta? ⸻Grey —gritó. Mis ojos se encontraron con los suyos—. Mantente a salvo. 33 Capítulo 4 Lincoln había estado estacionado fuera de mi apartamento los últimos dos días. Otro SUV situado al otro lado de la calle probablemente esperaba a que corriera a buscarlo. No necesitaban preocuparse. Amy y yo habíamos estado encerradas en nuestro apartamento comiendo comida basura y viendo atracones en Netflix. Lincoln subió unas cuantas veces para asegurarse de que no habíamos encontrado una ruta de escape secreta. Toda la prueba era absurda y un poco insultante. Si iba a correr, no habría esperado dos días y dos temporadas de Penny Dreadful2 para hacerlo. Jackson quería quedarse con nosotras, pero Charles no lo dejó salir de la finca Cadwell. No habíamos visto a los muchachos, pero anoche recibimos la llamada de que hoy eran los funerales de las Lunas. Nunca había estado en un funeral antes. Mi abuela Daisy falleció, pero era demasiado joven para recordarlo. Tenía miedo de dejar sola a Amy, así que convencí a Lincoln de que se quedara con ella mientras yo no estaba. Fue una batalla para conseguir que estuviera de acuerdo, pero gané cuando le recordé que era humana y que, si no querían que me escapara de nuevo, su mejor opción era quedarse con ella. Una llamada telefónica al Rey aclaró el asunto y sonreí ante los efectos de mis amenazas. 2 Serie de televisión. Algunos de los personajes más famosos y terroríficos de la literatura se entrelazan en este thriller psicológico en el Londres victoriano. 34 El camino familiar a través de la finca Cadwell casi me hizo llorar. Lo único que me mantenía unida era la idea de que en menos de dos semanas estaría de camino para buscar justicia para mis amigas y para las muchas Lunas inocentes que perdieron la vida en un acto tan absurdo. Jonah intentó que me quedara en la ciudad, pero me negué. Sabía que Charles no me quería allí. No era su persona favorita para empezar —ahora nunca lo sería— pero estaba de acuerdo con eso. No importaba si le gustaba o no. Podrían irse todos al infierno por todo lo que me importaba. La imagen que recorría mi mente era el cuerpo sin vida de Blu, sacado del bosque por Mohammad, uno de los Capitanes de la Manada. Cuando el taxi se detuvo en la entrada y salí, me encontré con muchas miradas de la Manada del Noreste. Fue como cuando llegué por primera vez a Brooklyn. Me lo merecía esta vez. Si no fuera por mí, sus Lunas aún estarían vivas. Muchas noches de insomnio habían pasado mientras permanecía despierta deseando poder tomar su lugar. Si hubiera escuchado a Lucia y me hubiera ido a Colombia en vez de escuchar a La Loba y pensar que era la salvadora profetizada, podríamos haber evitado todo. No era más que una loba bastarda que no encajaba en este mundo. No era autocompasión, era la verdad y estaba bien admitiéndolo. ⸻Vuelve a tu taxi y vete. Este es un evento privado —ladró Mohammad mientras el taxi se apartaba del camino, enviando grava a mis tobillos. ⸻No voy a ninguna parte —dije, sacudiéndome el polvo. Llevaba un modesto vestido negro de manga larga, con tacones negros brillantes que encontré en el fondo de mi armario. Mohammad gruñó. ⸻Puede que los hayas engañado, pero yo sé que no es así. Morirán siguiéndote. Ellos. Sebastian y Jonah. Tal vez incluso Jackson. Tragué en voz alta mientras trataba de pensar en algo que decir, pero no pude, sería su perdición. 35 ⸻Y tú lo sabes —se mofó. ⸻¡Mohammad! —gritó Bernard al salir del bosque al lado de la finca. ⸻Otra víctima —gruñó Mohammad antes de correr hacia el bosque. No aparté la vista de su figura que desaparecía mientras se convertía en un lobo y se iba, su ropa descartada detrás de él. Bernard se me acercó y era la primera vez que lo veía desde que me fui de Nueva York. ⸻¿Qué estás haciendo aquí? —Me sacudí de mis pensamientos—. Se supone que estás en Sudamérica. ⸻Estaba —murmuró—. Cuando supe lo que pasó, me relevaron de mis deberes con la Manada de rastreadores y me dejaron salir antes. ⸻Ah. —Fue todo lo que pude decir. Debería haber estado más emocionada, debería haberle abrazado, hecho algo. Bernard hizo un gran sacrificio por mí y ni siquiera le había dado las gracias. Cuando desaparecí por primera vez, se ofreció voluntario para pasar un año en la Manada sudamericana cazando y matando a los lobos solitarios. Para evitar que eso me ocurriera, prometió un año de lealtad a esa Manada y se marchó. ⸻¿Estás bien? —preguntó Bernard, con su mano en la parte superior de mi brazo, manteniéndome erguida. Parecía el mismo, tal vez más grande. Tenía todo ese aspecto de leñador, con la barba desaliñada e indómita de color rojizo. Todo lo contrario a la barba de Jackson. ⸻Estoy bien. —Le di una sonrisa débil—. ¿Cómo estás? ¿Cómo estuvo Sudamérica? Gracias por cierto… escuché lo que hiciste — divagué. Sus mejillas se volvieron de un tono rosado claro. ⸻No fue nada. Ninguno de nosotros quería verte en peligro, Kenz. ⸻Gracias de todos modos. Fue un gran sacrificio, y no sé si lo merecía. ⸻Oye —gruñó—. No dejes que tipos como Mohammad te hagan dudar de ti misma. No mataste a Blu ni a ninguna de las otras. ⸻Sí... pero es porque... 36 ⸻No —gritó—. Puede que no esté de acuerdo con tu causa, Kenzie, pero sé algo sobre el consentimiento. Cada una de esas Lunas eligió hacer lo que hizo. Nadie las obligó, y sabían las consecuencias de sus acciones. ⸻Puede ser, pero la culpa sigue ahí —suspiré. ⸻Lo estará durante mucho tiempo. Necesitas empezar a perdonarte a ti misma ahora. Miré al lobo gigante y sonreí. ⸻¿Cuándo te volviste filosófico y todo eso? Se rió. ⸻Me alegra que tu humor siga intacto. ⸻Siempre. —Le guiñé el ojo. Bernard me dirigió hacia el bosque donde todos se dirigían, pero me alejé. ⸻No sé si debería, Bern. Soy indeseable. Quizá debería esperar hasta después del entierro para presentar mis respetos. Negó con la cabeza. ⸻Tienes todo el derecho, como todos los demás, a asistir. Si te hace sentir mejor, me quedaré contigo atrás para no llamar la atención. ¿Suena bien? A regañadientes, dejé que me llevara más adentro de la finca. Si hubiera sido en otro momento, habría lanzado mi dedo medio al aire y le habría dicho a todo el mundo que lo chupara, pero últimamente habían pasado demasiadas cosas que me habían hecho cuestionarme a mí misma y mis reacciones. Fue mi impetuosidad lo que nos metió en el aprieto en el que estábamos. Tal vez estaba siendo demasiado dura conmigo misma, pero no me quitaba el sentimiento de culpa. El entierro no era muy lejos en el bosque. Podía oír a los otros antes de que viéramos el claro. Me hubiera gustado que a Amy se le hubiera permitido venir, estaba devastada cuando Jackson le dijo que los humanos no estaban permitidos. Durante mi ausencia, Blu se había acercado y le había hecho compañía cuando estaba en el almacén. Se habían acercado y le quité a esa amiga a Amy. 37 Según Jackson, la ceremonia no era para que los humanos la vieran; una de las pocas tradiciones que se mantenía en secreto incluso para otros sobrenaturales. Solo un puñado de otros habían sido testigos. Nadie me decía lo que pasaba durante estas ceremonias y eso me ponía nerviosa. ¿Sacrificarían vírgenes? ¿Beberían sangre de cabra? ¿Matarían pollos? Probablemente era algo tranquilo y estaba dejando volar mi imaginación. Entramos en el claro donde la mayor parte de la Manada del Noreste estaba presente. Algunos en forma humana, otros en forma de lobo. Era fascinante ver lo normal que era todo, y que nadie se vistiera de negro. Esperaba ropa negra, o incluso blanca, pero todos eran informales, como si fueran a salir a correr después. Tal vez lo harían. De cualquier manera, estaba demasiado vestida. ⸻¿A qué está esperando todo el mundo? —le pregunté a Bernard quién había empezado a quitarse la camisa. ⸻La quema de los muertos —dijo—. Una vez que son cenizas, dejamos que el viento se lleve la mitad y enterramos el resto. Quemar sus cuerpos los libera del plano físico y les permite seguir adelante. ⸻¿Qué pasa si sus cuerpos no son quemados? ⸻Estarán atados a la tierra hasta que lo sean. Es muy peligroso que se queden porque cualquiera podría convocarlos a voluntad. Son susceptibles a las malas acciones, por eso es importante quemar sus cuerpos lo antes posible. Tenía sentido, no querría estar flotando por la finca siendo un espectador. Era espeluznante pensar que nos estaban observando ahora. ⸻¿Están…? —Miré a mi alrededor. ⸻Sí, están mirando. Hasta que los liberemos. ⸻Oh. Estoy segura de que me están maldiciendo hasta el infierno en este momento —murmuré, sintiendo una picazón en la nuca. Era mi imaginación de nuevo, pero sentí como si alguien estuviera mirando. Sí, definitivamente todo estaba en mi cabeza. ⸻Mackenzie —me regañó Bernard—. No seas tan dura contigo misma. Era fácil para él decirlo. No mató a docenas de Lunas. 38 ⸻Entonces, ¿por qué enterrar sus cenizas? Parece que eso los ataría a nuestro mundo. ⸻Enterramos algunas de sus cenizas como ofrenda a la tierra para la prosperidad. Por si no te has dado cuenta, como lobos estamos muy en sintonía con la tierra. Respetamos a la madre naturaleza y todo lo que nos da, así que le ofrecemos partes de nosotros mismos en gratitud. ⸻Oh, dinámico. —Le guiñé el ojo. ⸻Kenzie. —Puso los ojos en blanco—. Es respeto. ⸻¿Por qué es tan secreto entonces? Parece bastante simple, no es gran cosa. —Me encogí de hombros. Bernard sonrió. ⸻Lo verás muy pronto. Miré al hombre fornido, preguntándome qué tenían estos lobos bajo la manga. Esperaba que nada demasiado escandaloso, no estaba vestida para la ocasión. ⸻Disculpa —dijo una vocecita con un toque en el hombro—. ¿Mackenzie Grey? —Me di la vuelta para encontrar a una Luna con un lobo marrón claro a su lado. ⸻¿Sí? —Hice una mueca. Me imaginé que me pegaría en la mandíbula por lo que había hecho. ⸻¿Podemos hablar en privado? —susurró ella, mirando a Bernard. Bern movió una ceja, pero asintió una vez que lo alejé con un empujón. Sabía que Bash o Jonah, o ambos, lo habían enviado a vigilarme ya que eran parte de la ceremonia y no podían estar a mi lado. Era agradable, pero no era una niña que necesitaba protección, podía cuidar de mí misma. ⸻¿Qué pasa? —dije una vez que Bern se fue y nos acercamos a la línea de árboles. ⸻Hola —saludó la Luna—. Soy Tori y ella es Sarah. —Señaló a la loba que estaba a su lado. ⸻Hola —dije—. Soy Mackenzie. —Giré los ojos. Sí, ya sabían quién era. 39 ⸻Somos amigas de Rachel —dijo Tori y yo di un paso atrás. Oh no. ⸻Escucha, lo que pasó... —intenté explicarlo, pero ella me hizo señas para descartarlo. ⸻No estamos enfadadas contigo —dijo—. Tú no hiciste esto. — Señaló a los cuerpos que estaban apilados en medio del claro. ⸻¿Qué es lo que queréis? —No quería sonar agresiva, pero si no me iban a enfrentar, no se me ocurría nada más que quisieran de mí. Tori miró a Sarah y se mordió el labio, librando una guerra interna sobre si decírmelo o no. ⸻Vamos, escúpelo. No tengo todo el día. —De acuerdo, ahora quería sonar como una perra. ⸻Antes... antes de la masacre, habíamos hablado con Rachel —dijo mientras me miraba. ⸻¿Y? —Escaneé el claro, con la esperanza de ver a alguien que conociera que me tolerara en ese momento, lo cual fue negativo, basado en las miradas de enojo que estaba recibiendo. Tori suspiró. ⸻Hablamos con Rachel... sobre lo que sabes —susurró la última parte. Me llevó un momento registrar lo que decía. Estaba tan ocupada tratando de alejarme de ella, que no presté atención al mensaje subyacente. ⸻Ah. ⸻Quería presentarme y decirte que hay muchas Lunas de pie detrás de ti, de arriba abajo de la costa este y susurran desde la costa centro— oeste y oeste —dijo con un brillo en sus ojos. Reconocí la esperanza. Miré a nuestro alrededor para asegurarme de que nadie escuchaba, pero era bastante ruidoso. A menos que alguien sintonizara nuestra conversación, teníamos una apariencia de privacidad. O podríamos estar completamente jodidos. De cualquier manera, que me condenaran si lo hacía, y maldición si no lo hacía. ⸻¿Hablas en serio? —Me quedé muy sorprendida. 40 ⸻¡Sí! —exclamó ella—. Más ahora que nunca. Lo que pasó con la Manada de Brooklyn fue el último clavo en el ataúd. Las Lunas estamos hartas, no se lo vamos a tolerar... La canción de una Twisted Sister3 empezó a sonar en mi cabeza y tuve que sacudirla y volver a ponerme en marcha. Estaba oficialmente loca. ⸻¡Shhhh! —Puse mi mano sobre su boca—. ¿Has perdido la maldita cabeza? Las cejas de Tori se fruncieron y negó con la cabeza. Puse los ojos en blanco. ⸻¿Intentas que te maten? Porque hablar así es lo que hizo que las otras estén dos metros bajo tierra. —Sus ojos se abrieron de par en par y luego asintió comprensivamente. Le quité la mano y retrocedí. La loba a su lado no se había movido ni un centímetro. ⸻Lo siento —se disculpó Tori—. Solo estamos cansadas, Mackenzie. Hemos llegado a un punto en el que ya no nos importa. ⸻Bueno, a mí sí. —Apunté a mi pecho—. Me importa, por eso no me involucraré en nada de lo que planeéis. No seré responsable de más muertes. ⸻¡Tú no eres responsable! —gritó ella—. Necesitamos hacer algo al respecto. Empezaste un movimiento, Mackenzie. Las Lunas te están buscando para que las guíes. Ninguna de nosotras ha sido capaz de hacer las cosas que tú has hecho. ⸻Eso suena como un problema personal —la despedí. No quería oír nada más. Quería ayudar, liberarlas a todas de las cadenas que las ataban, pero ya tenía demasiada sangre en las manos. No sería responsable de nada más. Los ojos de Tori se humedecieron y tragó varias veces para contener sus lágrimas. ⸻No eres quien creíamos que eras, de quien Rachel se jactaba. Ella había dudado al principio, pero después de verte en acción, creyó que 3 Se refiere a la canción We're not gonna take it de Twisted Sister. 41 sabía que tú eras la que nos liberaría, pero no eres la Princesa de la Libertad. ⸻No soy nadie —gruñí—. Sois un puñado de idiotas si pensáis que soy algo más que una Luna renegada. Tori seguía negando con la cabeza, mordiéndose el labio que le temblaba en el fondo para no llorar. La compadecí. ⸻No dejes que arruinen lo que estás destinada a ser. Sé que eres la que todas queremos, eres nuestra Alfa. Cuando te des cuenta, llámame —dijo mientras me entregaba un papel con su nombre y un número de teléfono garabateado. No lo tomé enseguida. Lo miré fijamente como si mi mente pudiera hacer desaparecer todo esto, pero ni siquiera yo tenía ese poder mágico. Le quité la nota y la metí en la correa de mi sostén. Era todo clase. ⸻No aguantes la respiración —gruñí mientras me daba la vuelta y me alejaba. Estaban equivocadas: yo escribía mi propio destino y la Princesa de la Libertad no. Me quedé alrededor de las fronteras de la multitud para no atraer ninguna atención no deseada. Era inútil ya que mi atuendo formal sobresalía como un pulgar dolorido, pero cuanto más observaba, más me daba cuenta de que las miradas sucias provenían de los hombres. Solo unas pocas de las Lunas parecía que querían estrangularme. El impulso de presionar sus botones estaba ahí, pero lo enterré y mantuve la cabeza baja. Podía pelear con una Luna, pero no era tan estúpida como para pensar que sobreviviría a una con los hombres. Eran orgullosos, y si era honesta, se abalanzarían sobre mí como una manada de lobos. Busqué a Bernard y terminé encontrándome con Jonah para mi alivio. Él también parecía sorprendido de encontrarme sola. ⸻¿Dónde está Bern? ⸻preguntó él. Sabía que había enviado a mi niñera. ⸻Le liberé de sus deberes. 42 ⸻Deja de ser testaruda, Kenz. Hay mucha gente aquí que quiere hacerte daño, que quiere verte muerta —gruñó. Resoplé. ⸻Parece que a donde quiera que voy, siempre estoy en algún tipo de peligro. Estoy empezando a envejecer. ⸻Estás jugando con fuego, Kenz. Quédate conmigo hasta que encontremos a Bern. Saludé a Jonah y lo seguí sin quejarme. Ya no tenía la energía para discutir o cuestionarlo. Mejor él que Sebastian. Hablando del diablo. Bash se abrió paso entre la multitud y nos interceptó. ⸻¿Dónde está Bern? Me reí. ⸻Debería jugar seriamente a la lotería. ⸻No empieces, Mackenzie —ordenó Bash y me callé—. La ceremonia está a punto de comenzar, no podemos dejarla sola. ⸻No sé adónde fue —dijo Jonah mientras buscaba entre la multitud. ⸻Entiendo la preocupación de todos, pero creo que puedo manejar a algunos lobos alborotadores —les dije a los dos hombres que discutían. Quería abofetearme por obligarlos a que me dejaran venir. Obviamente fue un error. Donald Trump tenía más posibilidades de conseguir una invitación a esta fiesta, y eso era decir mucho. ⸻Sabemos que puedes, pero no deberías —dijo Sebastian, y si estuviera sentada, me habría caído de mi asiento—. Si alguien se pelea contigo, solo atraerá más atención no deseada. No seremos capaces de realizar la ceremonia si estamos constantemente cuidando de ti. Ahí estaba. Las palabras de Mohammad me penetraron. Su lealtad eterna haría que los mataran. Y eso al final me rompería. 43 ⸻Me iré —interrumpí su conversación. Estaban yendo y viniendo sobre qué hacer conmigo y en ese momento, estaba cansada—. Esto fue un error, lo entiendo. Nadie dijo una palabra. ⸻Por una vez tengo que estar de acuerdo, señorita Grey —dijo Charles detrás de mí y yo gemí. Por supuesto que aparecería cuando me rindiera. ⸻No digas más. —Le despedí—. Me voy. —Me desabroché las correas de mis tacones y me los quité. La suciedad se hundió entre los dedos de mis pies mientras los aplastaba contra el suelo. Si la Madre Naturaleza estaba en sintonía con nosotros, anhelaba su comprensión y que se apiadara de mi alma vacía. Dramática... lo sé. ⸻Ya estás aquí, Kenz. No te vayas. —Jonah agarró mi brazo, deteniendo mis pasos. Miró a Charles con una mirada suplicante, y me costó todo lo que había en mí para no suspirar con exasperación. Adoraba a Jonah, pero el hombre era un niño de papá. No podía cagar sin el permiso de Charles y eso me cabreaba. ⸻Aprecio lo que ambos estáis tratando de hacer, pero vamos a darle un descanso. Respetad a nuestros amigos, a vuestra familia, y vayamos por caminos separados. ⸻¿Qué? —gritó Bash—. ¿Estás huyendo? ¿Otra vez? ⸻Hizo una mueca de dolor que parecía más angustiada de lo que yo pensaba. ⸻Te estoy dando un respiro. Han pasado muchas cosas... ⸻¡A quién diablos le importa! —exclamó Jonah. ⸻Es lo mejor —dije, mi mirada encontrándose con Charles. Él asintió con la cabeza y yo me sentí mal del estómago. ¿Desde cuándo él y yo estamos en la misma página? El hoyuelo de Jonah desapareció, reemplazado por unos tristes ojos chocolate que casi me hicieron cambiar de opinión. Sebastian, por otro lado, estaba a punto de perder la cabeza. Su mandíbula se movía como una bomba a punto de explotar. ⸻Necesitamos permanecer juntos —gruñó Bash. ⸻¡Vosotros dos tenéis que manteneros alejados de mí antes de que os mate! 44 ⸻Deja de ser ridícula —dijo Bash con los dientes apretados. ⸻Estoy siendo realista. Convencí a las leales y sumisas Lunas de que se rebelaran, no sería descabellado si pudiera convencerte de que traicionaras las leyes y asesinaras a los de tu propia especie. Si te vuelves contra mí ahora, podrías salir fácilmente. Los ojos de Charles se iluminaron. ⸻Acepta su oferta. Responderé por ambos, el Rey será misericordioso. Jonah hizo una mueca de dolor. ⸻Absolutamente no. No lo haremos. No importa lo que digas, estamos contigo. ⸻¡Jonah! —gruñó Charles—. ¡Haz lo que te digo! ⸻¡No! ¡Métete en tus malditos asuntos! —gritó Jonah—. Tu opinión no es necesaria para esta conversación. Ni siquiera deberías estar aquí —despidió a su padre como si no fuera el Alfa del Noreste. Quería llorar lágrimas de orgullo por Jonah. Se enfrentó a Charles. Ya era hora, maldita sea. Eran mi Manada semi—cuasi4 y quería su apoyo. Si dejaba de lado mi orgullo, también quería su protección. Logan me dejó asustada de mi propia sombra y paranoica por los que me importaban. Por eso necesitaba protegerlos ahora. ⸻No puedes detenernos, Mackenzie —dijo Bash. Ahora teníamos una audiencia. Entrecerré los ojos, mirando a las dos últimas personas en el mundo a las que no debería tratar mal —pero tenía que hacerlo— por su bienestar. ⸻Haz lo que quieras. Me importa una mierda —gruñí. Giré para evitar ver sus reacciones y salí de allí, empujando a los miembros de la Manada fuera de mi camino cuando la visión de túnel se apoderó de mí y todo lo que pude ver fue la entrada de la Finca Cadwell. 4 La palabra “cuasi” es latina, deriva del vocablo “quasi” y su significado es “casi”, o sea que designa algo que se aproxima al concepto de que se trata. 45 Salí del bosque y llegué a la entrada. Con las manos sobre las rodillas, solté la respiración que había estado aguantando. No era una noticia que tuviera un lado malicioso, pero esta era la primera vez que no quería mostrarlo. Bash y Jonah me salvaron la vida. Logan no me habría matado, pero podría haberlo hecho yo misma. El suicidio nunca fue algo que contemplara, o incluso bromeara, pero el pensamiento cruzó mi mente esos días en que había estado bajo tierra. Si nadie me hubiera encontrado, lo habría hecho, habría acabado con la miseria antes de que comenzara. Odiaba pensar así. ⸻Siempre te ha gustado lo dramático, Mackenzie Grey. —Alguien se rió. Levanté la cabeza, dando vueltas buscando a quién pertenecía la voz. Nadie. Oficialmente estaba perdiendo la cabeza. ⸻¡Por aquí! —cantó desde mi derecha, hacia la casa—. ¡No, por aquí! —gritó a mi izquierda. ⸻¿Qué demonios...? —Me quedé boquiabierta al ver que una nube blanca se acercaba de derecha a izquierda y viceversa—. Estoy alucinando. —Negué con la cabeza y me dirigí hacia la larga y sinuosa entrada de la finca. El paseo me ayudaría a despejar mi mente de todas las locuras. ⸻No me ignores, Mackenzie. —Alguien apareció a mi lado y grité, casi saliendo de mi piel. ⸻¡Joder! —Volví a tropezar cuando me encontré cara a cara con... Blu—. Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda. ⸻Siempre poeta. —Sonrió—. ¿No te alegras de verme? ⸻¿No se supone que deberías estar muerta? —exclamé. Oficialmente había perdido la cabeza, de eso no había duda. Necesitaba ser institucionalizada en el STAT. ⸻Lo estoy —asintió ella, indiferente—. Pero tengo que esperar a que me lleven —bromeó. Ni siquiera podía sonreír. ⸻No eres real. De ninguna manera —murmuré mientras intentaba alejarme. —Lo siento, esa broma fue de mal gusto, pero hasta que la ceremonia termine, estoy atrapada aquí —dijo Blu a nuestro alrededor. 46 ⸻Entonces ve a molestar a alguien más. No me tortures más — supliqué. Sonaba patética. ⸻Nadie más puede verme. ¿Y la tortura? ¿Por qué iba a hacer eso? —dijo ella con extravagancia. ⸻Hice que te mataran. Blu puso los ojos en blanco. ⸻Como dije, muy dramática. Tú no me mataste, Kenz. Todo el mundo te lo ha estado diciendo y tú sigues sin escuchar. Deja de hacer una fiesta de lástima y pon tu cabeza en el juego —exigió ella. Mis ojos se abrieron de par en par. Esta era la primera vez que la veía tan... severa. ⸻Tú no eres Blu. Ella suspiró. ⸻Lo soy, pero no tengo mucho tiempo para cuidarte. Una vez que mi cuerpo esté quemado, no volveré a verte. No sería capaz de descansar sabiendo cuánto te odias a ti misma en este momento. —Levantó una mano ondeante hacia mi mejilla. Pasó a través de mí—. ¿No te preguntas cómo puedes verme? ¿Por qué eres tan especial? Negué con la cabeza. ⸻No me importa. ⸻O es porque no quieres saberlo. —Sonrió con una sonrisa de satisfacción—. Los lobos solitarios son asesinados en el lugar, Kenz. ¿Por qué Bash no te mató cuando os conocisteis? Me encogí de hombros. ⸻Por mi impresionante belleza. Blu se rió. ⸻Porque eras dominante, eres un Alfa... él no podía controlarte. ⸻¡De ninguna manera! Ahora sé que eres una mentirosa, Blu. Ser el engendro de un Rey no me convierte en una Alfa, me convierte en una víctima de dos individuos que no sabían cómo mantener sus ropas puestas. Necesitaban una maldita televisión. 47 ⸻No ves lo que yo veo, Kenz. Lo que hay dentro de ti es diferente de otros lobos. Tu aura brilla más que el sol, brilla con un poder que no creo que ni siquiera el Rey tenga. Necesito que te veas como yo te veo, no dejes que mi muerte sea en vano. ⸻¿Qué? —Me quedé sin aliento. ⸻Morí por ti. No por tu culpa. Una sola lágrima rodó por mi mejilla. ⸻Eso no tiene sentido. Ella se rió. ⸻Tiene todo el sentido del mundo. No te rindas, Kenzie. Hazlo por mí, hazlo por Rachel, hazlo por ti. ⸻¿Hacer qué? —Negué con la cabeza, sin entender. ⸻Sabes lo que tienes que hacer. —Me guiñó el ojo—. Y no estarás sola. Los chicos estarán contigo en cada paso del camino te guste o no. Sé amable con ellos. Suspiré. ⸻Sé que lo harán. —Son tercos en ese sentido. ⸻Está sucediendo —susurró Blu. Mi cabeza se sacudió, su cuerpo parpadeó como una bombilla. —¿Ha comenzado? ¡Espera, no te vayas! ⸻No puedo detenerlo, Kenz. Solo recuerda lo que te dije y estarás bien. Te apoyamos, Princesa de la Libertad. Me estremecí con el nombre que me habían dado. ⸻No quiero que te vayas —murmuré. Ella sonrió. ⸻No me iré. Siempre te cuidaré, Mackenzie Grey. Todas lo haremos. Las compuertas se abrieron y mi cara estaba empapada de lágrimas que había estado aguantando durante semanas. ⸻Ah, ¿y Kenz? 48 ⸻¿Sí? Su sonrisa se amplió. ⸻¡Elige uno ya! —La aparición parpadeó mientras el polvo en mis pies volaba y giraba a mi alrededor como un tornado. El color de la tierra cambió a azul, rojo, púrpura... cada color del arco iris. Se parecía a la aurora boreal cuando se iluminaban y giraban cada vez más alto. Miré hacia el bosque y vi que lo mismo estaba sucediendo donde la hoguera fue hecha. Antes de que pudiera moverme un centímetro, el polvo explotó en una lluvia de color a mi alrededor. El silencio de los bosques me envolvió mientras inhalaba el humo de los muertos. Las últimas palabras de Blu, un susurro en mi cabeza. Elige uno. 49 Capítulo 5 Era una gallina. No quería ver a los chicos y no podía enfrentarme a Amy, así que corrí, los hombres del Rey me siguieron, pero no los consideré. En el momento en que entré en mi ciudad natal de Cold Springs, Nueva York, apagué el teléfono y le envié un solo mensaje a Amy para que supiera que estaba silenciando la radio. Odiaba ignorar a todo el mundo, pero necesitaba este tiempo para mí. Ver a Blu me había sacudido hasta la médula y necesitaba reagruparme, volver a ser yo misma antes de partir hacia Europa. Pasar tiempo de calidad con mis padres y Oliver me ayudó más de lo que nunca pensé que fuera posible, no quería irme, pero entendieron que necesitaba conocer a mi padre biológico, no necesitaban saber la verdadera razón de mi viaje. Después de pasar una semana con mi familia, Lincoln me llevó a la pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy. El Rey había alquilado un jet privado para transportarnos al extranjero. No me iba a quejar por haberme saltado las líneas de la TSA, pero solo podía imaginar cuánto dinero iba a tirar este tipo. Ya esperando fuera del avión con su equipaje a su lado, nos detuvimos detrás de Sebastian y Jonah, que no se habían dado cuenta de nuestra llegada. No esperé a que Lincoln me abriera la puerta, y sabía que eso lo irritaba, pero estaba ansiosa por ver a mis amigos. ⸻Mirad a este grupo de lamentables. Os apuesto veinte dólares a que pensabais que no iba a aparecer —dije. 50 Los dos se dieron la vuelta mientras caminaba hacia ellos con Lincoln detrás de mí. Sonreí. La última vez que nos vimos fui un poco dramática y no nos separamos en los mejores términos, pero no iba a dejar que eso lo estropeara todo. Especialmente cuando el vuelo duraba más de siete horas. ⸻¿Os vais a quedar ahí parados mirándome, o al menos me daréis un abrazo? ¿Una palmadita en la espalda? ¿Quizás un choca esos cinco? —Arqueé una ceja. Ellos no se movieron. ⸻Creíamos que te habías ido a Los Ángeles otra vez —susurró Jonah. ⸻No. No hay forma de que me pierda este viaje. No cuando volamos en un jet privado a la cárcel. —Sonreí con suficiencia. Se rió. ⸻Por supuesto que esa sería la razón. ⸻Bueno, eso y la comida. ⸻Ya era hora de que llegaras —gruñó Sebastian y solo me hizo sonreír más, lo que me hizo poner los ojos en blanco. ⸻Oh, ¿estabas esperando a que entrara? —Me puse una mano en el pecho y me asusté. ⸻Estamos esperando a que carguen el avión con nuestro equipaje. —Jonah se encogió de hombros—. ¿Cómo... cómo está tu familia? — preguntó. ⸻¡Están genial! —respondí. Las cosas eran incómodas entre todos nosotros. Me sentía como un animal en el zoológico con ellos mirándome como si fuera a estallar—. Mi hermano te manda saludos. Volvió a Fort Hood esta mañana. ⸻Oh, eso es genial. Salúdalo de mi parte la próxima vez que hables con él —dijo Jonah, con el hoyuelo en su mejilla asomándose. ⸻Así que... —empecé—. ¿Adónde vamos, de todos modos? Los ojos de Jonah se abrieron de par en par y Sebastian gruñó. El depredador que había en ellos se despertó y sentí su ira, preguntándome si todavía estaban enojados conmigo, di un paso atrás y me topé con Lincoln, quien me agarró del brazo para apartarme. 51 ⸻¿Qué demonios...? ⸻Nos vamos al Northern Highlands—Wester Ross para ser exactos —dijo Lucian desde detrás
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