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TEMA 8. PLANIFICACIÓN DEL TRATAMIENTO E INTERVENCIÓN Introducción a la terapia ocupacional TEMA 8 274 Contenidos: 8.1. Introducción ......................................................................................... 275 8.2. Las fases de planificación del tratamiento ............................................... 276 8.2.1 Establecimiento de las prioridades ............................................... 278 8.2.2 Determinación de los objetivos del tratamiento ............................ 282 8.2.2.1 Encuadre temporal de los objetivos del tratamiento .................... 282 8.2.2.2 Establecimiento de resultados funcionales ................................. 284 8.2.2.3 Cuantificación de los resultados esperados ................................ 285 8.2.3 Diseño del programa de intervención o tratamiento ..................... 285 8.3. Implementación del tratamiento ........................................................... 287 8.3.1 Dirección de la intervención ...................................................... 289 Introducción a la terapia ocupacional Pedro Moruno Miralles 275 8.1. Introducción En este tema examinaremos de forma sucinta las diferentes fases y el razonamiento clínico que subyace a la etapa de planificación del tratamiento. Asimismo, comentaremos brevemente algunos aspectos de la intervención en sí misma; describiremos los diferentes abordajes, de acuerdo con la propuesta de la AOTA (2008), las diversas acciones del terapeuta ocupacional en su práctica cotidiana y algunas pautas básicas para la dirección de la intervención. Podemos definir planificación del tratamiento (Moruno, 2003), como el procedimiento por el cual organizamos la información recogida sobre los problemas en el funcionamiento o desempeño ocupacional de un individuo (obtenida durante la evaluación inicial), para establecer un conjunto de objetivos relacionados entre sí y ordenados en el tiempo. Este procedimiento nos permitirá seleccionar los abordajes y tipos de intervención a usar para alcanzar los resultados que se establecen en los objetivos. De esta forma, cada plan de intervención o tratamiento dirigirá las actuaciones del terapeuta ocupacional a lo largo del tratamiento. Tal y como advertíamos en el tema anterior, el esquema que aporta el diagnóstico ocupacional nos permite organizar la información recabada durante la evaluación inicial, en la medida en que entre los componentes que forman tal esquema se incluyen los elementos esenciales que guían la planificación del tratamiento. Por ello, esta etapa se basa en la organización de la información que aporta el diagnóstico, relativa a las alteraciones en el desempeño ocupacional (o al riesgo potencial de padecerlas) y a las causas hipotéticas de tales alteraciones. Una vez más debemos advertir que, como señalan numerosos autores, entre otros Mosey (1986), Dutton (1995) y Creek (1997 y 2008), el armazón teórico en que se inscriba la práctica del terapeuta ocupacional -esto es, el marco de referencia teórico que apliquemos o modelo de práctica que adoptemos-, al igual que en el caso de la evaluación inicial, condiciona el tipo Introducción a la terapia ocupacional TEMA 8 276 de objetivos perseguidos, así como las estrategias y técnicas terapéuticas que utilizaremos. Además, durante la etapa de planificación del tratamiento se establece un pacto o contrato terapéutico con el sujeto tratado. A través de este contrato terapéutico se persigue consensuar, entre el terapeuta y el paciente, los objetivos de la intervención, especificando cómo las metas últimas del tratamiento se descomponen en pequeños pasos con los que se persigue alcanzar los objetivos marcados. Esta estrategia nos permitirá establecer un panorama claro y global de la estructura del tratamiento, aumentando la posibilidad de éxito del proceso terapéutico, en la medida en que el paciente considere los objetivos del tratamiento como propios, siempre que las metas del mismo coincidan con las expectativas del paciente respecto al desempeño de sus actividades cotidianas. En la medida que sea posible, debemos favorecer la responsabilidad y participación en el proceso terapéutico del individuo tratado por el terapeuta ocupacional. Numerosos autores defienden esta aproximación: así, Mosey (1986) señala que los objetivos del tratamiento deben ser significativos para el sujeto, para promover su compromiso activo; Hagedorn (1997) afirma que las metas no deben imponerse nunca y requieren una negociación entre el paciente y el terapeuta ocupacional y Reed y Sanderson (1999) aseguran que la planificación se utiliza para permitir al cliente una aproximación comprensiva al tratamiento. 8.2. Las fases de planificación del tratamiento Podemos distinguir tres fases fundamentales: el establecimiento de las prioridades, el encuadre de los objetivos perseguidos y el diseño del programa o plan que constituirán su base. Esquemáticamente, para planificar una intervención o tratamiento han de seguirse los pasos siguientes: • Establecer prioridades. • Determinar sus objetivos. Introducción a la terapia ocupacional Pedro Moruno Miralles 277 - Encuadrar temporalmente los objetivos del tratamiento. - Establecer resultados funcionales. - Cuantificar los resultados. • Diseño del programa de tratamiento o plan de intervención - Seleccionar abordajes. - Seleccionar tipos de intervención - Seleccionar la(s) técnica(s), las modalidades y medios específicos. Como advertíamos en el tema anterior, el diagnóstico ocupacional, tal y como lo formulan Rogers y Holm (1991), nos permite sintetizar toda la información relevante de cara a la planificación del tratamiento en la medida en que integra: • Una descripción de las alteraciones del desempeño ocupacional; es decir: las limitaciones, restricciones, problemas o dificultades ligados a cada actividad concreta, en cualquiera de las áreas de ocupación. • La causa hipotética de tales alteraciones; consecuencia de la interacción entre las destrezas y patrones de desempeño, los factores del cliente, las demandas de la actividad y el contexto o contextos en que se llevan a cabo. • Indicadores: que señalan las alteraciones en los factores del cliente, las destrezas y patrones de desempeño, así como indicios sobre las condiciones ambientales restrictivas. • Cualquier información médica adicional relacionada con el problema ocupacional del sujeto. Por tanto, el esquema diagnóstico obtenido durante la evaluación inicial puede constituir el punto de arranque para la planificación del tratamiento. Representada gráficamente, la etapa de planificación del tratamiento sigue el siguiente diagrama de flujo (véase la figura 8.1). Introducción a la terapia ocupacional TEMA 8 278 Figura 8.1 Fases de la etapa de planificación del tratamiento1 Veamos a continuación de manera más detallada las particularidades de cada una de las fases que conforman la etapa de planificación del tratamiento. 8.2.1 Establecimiento de las prioridades Al determinar éstas haremos lo propio con el orden temporal en que serán abordados los distintos problemas ocupacionales de un sujeto durante el tratamiento. Como consideración general, si seguimos la propuesta de Mosey (1986), los tratamientos o intervenciones de terapia ocupacional, de manera genérica, deben ordenarse de la forma siguiente: 1 Esquema recogido de: Romero, D. y Moruno, P. (2003). Terapia Ocupacional: teoría y técnicas. Barcelona. Masson. ESTRUCTURA TEÓRICA EVALUACIÓN INICIAL DIAGNÓSTICO OCUPACIONAL ESTABLECER PRIORIDADES CONTEXTOS ÁREAS DE OCUPACIÓN FACTORES DEL CLIENTE/DESTREZ AS/PATRONES DETERMINACIÓN DE OBJETIVOS DISEÑO DEPROGRAMA DIRECCIÓN DEL PROGRAMA DE INTERVENCIÓN Introducción a la terapia ocupacional Pedro Moruno Miralles 279 1. Prevención y promoción de la salud. 2. Mantenimiento de la salud y manejo de conductas indeseables. 3. Desarrollo y restauración del desempeño ocupacional. Genéricamente, las intervenciones ligadas a la prevención de enfermedades y condiciones de discapacidad, así como a la promoción y mantenimiento de la salud deben contemplarse antes de aquellas cuyo objetivo es el desarrollo o restauración del desempeño ocupacional. Más allá de esta consideración, en el cometido de establecer las prioridades de un tratamiento individual, debemos considerar principalmente tres aspectos; a saber: la relación completa de los problemas que presenta un sujeto; su naturaleza; el valor relativo atribuido a cada actividad por el sujeto y el servicio o programa en que se realizará el tratamiento. De esta forma, delimitaremos las actividades alteradas y conservadas en las áreas de ocupación del sujeto evaluado, las capacidades, habilidades o destrezas, patrones de desempeño y factores contextuales posiblemente relacionados con las dificultades en el desempeño ocupacional, así como las relaciones de interdependencia entre los distintos problemas manifestados. Además, consideraremos el valor subjetivo de las actividades alteradas; es decir, los deseos y expectativas del paciente respecto a su desempeño ocupacional futuro, determinado por variables personales, ambientales, sociales o culturales que influyen o determinan las expectativas respecto a las tareas que el sujeto debe realizar, su pericia o nivel de ejecución y los contextos en que habitualmente las lleva a cabo. Por último, debemos considerar los aspectos coyunturales del servicio o programa que soportará la implementación del tratamiento. Por medio de este análisis podremos establecer las prioridades, examinando la importancia relativa de cada condición y las relaciones de dependencia entre ellas. Desde nuestro punto de vista (Moruno, 2002), tres criterios fundamentales pueden servirnos de guía en este proceso; a saber: Introducción a la terapia ocupacional TEMA 8 280 A) La relevancia clínica de cada actividad: contemplando, a su vez, tres aspectos básicos para analizar la relación de actividades alteradas: • La relevancia de cada actividad desde un punto de vista adaptativo; es decir, cada actividad será ordenada siguiendo el orden siguiente: 1º Aquellas actividades ligadas a la supervivencia del sujeto (como la deglución o la elaboración de respuestas de emergencia). 2º Aquellas otras que pueden llegar a comprometer su salud (como la higiene o la adquisición y mantenimiento de comportamientos de seguridad en el baño o la cocina). 3º Aquellas actividades vinculadas con la movilidad básica (como la movilidad funcional). 4º Las actividades asociadas a la autonomía básica (como la alimentación independiente o el vestido). 5º Las actividades de autonomía avanzada (como cocinar o adquirir alimentos, lavar, planchar y mantener la ropa). 6º Aquellas actividades asociadas con la integración social básica (como el uso del trasporte público o la adquisición de una dieta equilibrada). 7º Aquellas actividades asociadas con la integración social avanzada (como la participación en comidas sociales o proporcionar cuidados a otros). • La lógica de la intervención: las actividades constitutivas de cada subárea de desempeño se ordenarán de acuerdo con un gradiente creciente de complejidad, de las más simples a las más complejas. • La interdependencia entre las actividades de cara al tratamiento; es decir, considerando en primer lugar las actividades que son condición sine qua non para poder entrenar otras dependientes de ellas. Introducción a la terapia ocupacional Pedro Moruno Miralles 281 B) El valor subjetivo otorgado por el paciente a cada actividad; de tal forma que, si este criterio no entra en conflicto con el juicio del terapeuta ocupacional, posibilite ordenar la intervención de acuerdo con las preferencias del sujeto. C) Aspectos coyunturales del servicio o institución; posibilitando, siempre que no interfiera con los dos criterios anteriores, contemplar la oportunidad de comenzar el tratamiento entrenando un conjunto de actividades concretas antes que otro. El recorrido profesional del terapeuta para juzgar y apreciar las alteraciones en el desempeño ocupacional de un sujeto es determinante en el establecimiento de las prioridades de la intervención. El clínico tiene los conocimientos y la experiencia que le permiten distinguir la relevancia adaptativa de las actividades alteradas, los problemas fundamentales y aquellos secundarios o dependientes de los primeros; de esta forma puede disponer un orden temporal, dado que resolviendo los principales se solucionan los accesorios, sin necesidad de intervenir directamente sobre estos últimos. Asimismo, el malestar subjetivo ligado a un determinado problema ocupacional o el valor subjetivo atribuido al desempeño de una determinada actividad o conjunto de actividades, siempre que no entren en juego otros factores, puede influir de manera determinante en el establecimiento de prioridades durante la planificación del tratamiento. Como ya hemos señalado, la significación de los objetivos y el consenso con el sujeto al establecerlos, etc., son factores determinantes para motivar e implicar al individuo en su tratamiento. Por último, las prioridades del equipo clínico, los recursos económicos, humanos, materiales e infraestructuras, el tiempo medio de estancia y la dedicación del terapeuta ocupacional a cada caso son otros de los determinantes a considerar al establecer las prioridades de la intervención. En definitiva, la priorización de los objetivos puede variar mucho en su complejidad. En ocasiones estas decisiones son evidentes y se toman de forma rápida y automática, en otras, requieren una reflexión premeditada y compleja. Introducción a la terapia ocupacional TEMA 8 282 8.2.2 Determinación de los objetivos del tratamiento Una vez que han sido establecidas las prioridades de la intervención la fase siguiente en la planificación del tratamiento consiste en determinar los objetivos del mismo. En este cometido pueden diferenciarse tres fases; a saber: el encuadre temporal de los objetivos, la descripción de los objetivos en función de los resultados funcionales esperados y la cuantificación de los resultados. Nuevamente recordamos que la etapa de planificación del tratamiento depende en gran medida de la estructura teórica que adopte el terapeuta ocupacional en su práctica. Dependiendo de cual sea, los objetivos del tratamiento pueden ser descritos siguiendo un criterio cuantitativo o cualitativo, incluso es posible no plantearse objetivos, tal y como se describen aquí, para dejar que sea el propio sujeto a lo largo del proceso terapéutico quien se los vaya marcando. Debemos por tanto distinguir entre objetivos cuantificables, en los que los cambios pueden ser expresados de forma numérica, y objetivos mensurables, en los que los cambios pueden ser comparados respecto de un criterio o norma no necesariamente cuantificable. En cualquier caso, la descripción de los objetivos debe ser tal que nos permita apreciar su cambio, dado que sin este requisito resultaría más subjetiva la evaluación de la evolución del tratamiento. Por este motivo, como recomendación general, en la tarea de determinar los objetivos del tratamiento incluimos su descripción en relación con los resultados funcionales esperados, el encuadre temporal de los mismos y su cuantificación, aunque en algunos casos no sea necesario cuantificar los resultados puesto que estos se expresan o describen en términos cualitativos. 8.2.2.1 Encuadre temporal delos objetivos del tratamiento Los objetivos o metas del tratamiento constituyen los resultados últimos que, por medio de la intervención, el paciente y el terapeuta esperan alcanzar. El encuadre temporal de los objetivos del tratamiento se realiza de forma jerárquica, ordenándolos de menor a mayor complejidad o amplitud, de tal Introducción a la terapia ocupacional Pedro Moruno Miralles 283 forma que quede reflejado en su redacción el proceso de cambio esperado desde una perspectiva temporal. Así, habitualmente suele distinguirse entre objetivos a corto y largo, y, en ocasiones, también a medio plazo. Esta ordenación depende en gran medida del setting o marco institucional en que se lleve a cabo el tratamiento (tipo de trastornos tratados, tiempo medio de estancia, la urgencia de la intervención, etc.), de tal forma que lo que en un determinado encuadre o programa puede considerarse un objetivo a largo plazo, en otro puede ser concebido como objetivo a corto plazo. Por tanto, la descripción de las características de los objetivos que realizaremos a continuación debe ajustarse a las características de cada setting o institución. Los objetivos a corto plazo constituyen el conjunto de pasos a dar para alcanzar una o más metas de mayor alcance (Creek, 1997). Es decir, constituyen las submetas o “bloques de construcción” que conducen a una o más metas a largo plazo (Mosey, 1986). Frecuentemente los objetivos a corto plazo hacen referencia a los factores del cliente (capacidades) y destrezas necesarias (requisitos previos) para alcanzar un desempeño ocupacional óptimo. En contraste, los objetivos a largo plazo hacen referencia al fin último del tratamiento, esto es, a la adquisición de patrones de desempeño y, en última instancia, al desempeño funcional en las áreas de ocupación (Dutton, 1995; Hagedorn, 1997; Creek, 1997). De esta forma, las capacidades y destrezas alteradas como consecuencia de los déficit sensoriomotores, cognitivos, psicosociales y de las alteraciones o trastornos afectivos o psicológicos, quedan vinculadas a los problemas o dificultades en el desempeño ocupacional del sujeto. En resumen, se establece una relación de interdependencia entre objetivos a corto y (medio) largo plazo. De acuerdo con Creek (2008), los objetivos a largo plazo constituyen el conjunto global de cambios en el desempeño ocupacional del sujeto, y coinciden con las expectativas sobre el resultado final del proceso terapéutico. Habitualmente los objetivos a largo plazo se han equiparado con el desempeño ocupacional en las distintas áreas ocupacionales. Por tanto, estos objetivos se definen tanto por la actividad(es) y tarea(s) concretas a alcanzar, Introducción a la terapia ocupacional TEMA 8 284 como por el nivel de desempeño esperado en relación con las demandas del entorno y/o las expectativas del sujeto. En algunas ocasiones puede ser útil descomponer los objetivos a largo plazo en pasos intermedios, describiendo y estipulando más claramente el progreso desde los objetivos a corto plazo hasta los objetivos a largo plazo. De esta forma, podemos definir objetivos a medio plazo como el conjunto de patrones o destrezas, de mayor o menor complejidad, en que se pueden descomponer los objetivos últimos de la intervención o tratamiento. 8.2.2.2 Establecimiento de resultados funcionales La descripción de los objetivos, tanto los considerados a corto como a medio y largo plazo, debe realizarse de tal forma que nos posibilite juzgar su consecución. Una estrategia útil en esta tarea es establecer los resultados funcionales que se esperan alcanzar con cada objetivo planteado. Así, podremos valorar más fácilmente la evolución de la intervención o tratamiento. El establecimiento de resultados funcionales hace referencia a aquellos comportamientos del sujeto que han de ser alcanzados de tener éxito el tratamiento. Veamos un ejemplo en la tabla 8.1: Tabla 8.1 Ejemplo de objetivos a corto y largo plazo y resultados funcionales asociados Objetivo a corto plazo Resultado funcional Objetivo a largo plazo Resultado funcional EJEMPLO Nº 1 Explorar los recursos comunitarios para realizar actividades de ocio. El sujeto será capaz de identificar y ubicar aquellos recursos de su comunidad que le permitan desarrollar actividades de ocio satisfactorias. Desarrollar actividades de ocio satisfactorias El paciente acudirá regularmente a algún recurso comunitario (Centro Cultural, biblioteca, etc.) y llevará a cabo actividades de ocio planificadas en tal recurso, al menos dos veces a la semana. Introducción a la terapia ocupacional Pedro Moruno Miralles 285 Describiendo los resultados funcionales que hacen referencia a comportamientos observables resulta más sencillo valorar sin ambigüedad el logro de los objetivos planteados en el tratamiento. Por tanto, debemos prescindir de descripciones que incluyan términos como “mejorar”, “perfeccionar”, “aumentar” o “modificar” dado que en estos casos no se hace referencia al comportamiento concreto esperado. 8.2.2.3 Cuantificación de los resultados esperados Por último, en aquellos casos en que deseemos cuantificar los objetivos se hace necesario definir los comportamientos observables asociados a ellos, utilizar un baremo de referencia, aplicar una escala cuantitativa y establecer unas condiciones uniformes en las que se obtengan las puntuaciones al realizar la evaluación. La determinación de los objetivos del tratamiento nos permitirá ordenar y clarificar la secuencia temporal programada en él, describir los resultados esperados en cada fase y cuantificar, si fuese el caso, las puntuaciones a alcanzar para lograr los objetivos. Asimismo, favorecemos la comprensión del paciente respecto a cuáles son los resultados esperados y cómo se organiza temporalmente el tratamiento y los programas o espacios terapéuticos que lo conforman. De esta forma, tanto el terapeuta como el individuo pueden revisar y valorar los progresos alcanzados y los logros por conseguir en cualquier momento del proceso terapéutico. 8.2.3 Diseño del programa de intervención o tratamiento Determinados los objetivos a corto, medio y largo plazo, hemos vinculado los factores del cliente y las destrezas de desempeño alterados - concebidas como requisito previo para la realización de las actividades- y los patrones de desempeño con las actividades y ocupaciones que constituyen el desempeño ocupacional esperado tras el tratamiento o intervención. En este momento estamos en condiciones de seleccionar los abordajes (intervention approach) alrededor de los cuales se articularan los programas Introducción a la terapia ocupacional TEMA 8 286 por medio de los cuales perseguimos alcanzar cada uno de los objetivos planificados. El razonamiento clínico que subyace al diseño del programa de tratamiento nos permite asociar los déficit o alteraciones en los factores del cliente, en las destrezas y en los patrones de desempeño con los objetivos a corto y medio plazo y estos, a su vez, con los problemas en las áreas de ocupación que constituyen los objetivos a largo plazo. Organizados de esta forma podremos elegir los abordajes y tipos de intervención que usaremos para alcanzar tales objetivos. Trataremos de aclarar esta relación con un ejemplo: un determinado déficit, consecuencia de una alteración específica en una capacidad o destreza concreta, puede ser salvado o superado2 por medio de la consecución de un objetivo específico a corto plazo, que a su vez está asociado a un determinado objetivo a (medio) largo plazo; es decir, a la realización o desempeño de una determinada actividad en un área de ocupación. Para conseguir el objetivo planeado a corto plazo se seleccionará el tipo de intervención más adecuado para lograr el objetivoplanificado. Los tipos de intervención utilizados se concretan a través de la selección de técnicas de intervención vinculadas normalmente a distintos marcos de referencia teóricos y modelos de práctica. Por tanto, la estructura teórica (marco de referencia teórico o modelo de práctica) proporcionará técnicas de tratamiento e intervención congruentes con los postulados que han guiado la evaluación del caso y la planificación. Tales técnicas deben seleccionarse contemplando cuatro aspectos básicos; a saber: el fin o propósito de la técnica en relación con el objetivo perseguido, el sujeto a quien va dirigida (si es aceptable para él), el conocimiento, dominio y disponibilidad de la técnica por parte del terapeuta y su eficiencia (en relación con el tiempo y recursos empleados). De esta forma perseguimos el mayor ajuste posible entre las técnicas, métodos, modalidades y medios terapéuticos elegidos, su potencial para alcanzar los objetivos y las preferencias, deseos o intereses del sujeto. 2 Deseamos enfatizar que cuando nos referimos a “salvar” o “superar” un déficit queremos hacer referencia a prevenir su aparición, mantener su funcionamiento, desarrollar, mejorar o restaurar su funcionamiento normalizado, así como compensar su funcionamiento cuando fracasen las alternativas anteriores. Introducción a la terapia ocupacional Pedro Moruno Miralles 287 Además, los medios y modalidades terapéuticos constituyen los agentes o medios que permiten llenar de contenido las técnicas seleccionadas y las modificaciones o adaptaciones realizadas sobre ellas. Por último, debemos considerar los métodos que utilizará el terapeuta ocupacional para comunicar y explicar al paciente cómo se persiguen lograr los objetivos y cuál es la labor esperada que debe llevar a cabo el sujeto. Las particularidades de las técnicas, medios, modalidades y métodos utilizados en la intervención y tratamiento y su aplicación en terapia ocupacional se verán con mayor detenimiento en el próximo tema. 8.3. Implementación del tratamiento Evidentemente, cada intervención concreta del terapeuta ocupacional está relacionada con los problemas identificados en cada caso por medio de la evaluación. Como es bien sabido, de manera genérica las intervenciones de terapia ocupacional tienen como propósitos la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y de condiciones de discapacidad y el desarrollo, adquisición, mantenimiento, mejora y recuperación del funcionamiento ocupacional del sujeto tratado. De acuerdo con lo establecido en el Marco para la práctica de la terapia ocupacional (AOTA, 2008), los abordajes de la intervención se clasifican y definen de la siguiente forma: • Promoción de la salud: este enfoque no presupone la presencia de discapacidad o cualquier otro factor que podría interferir con el desempeño. Está diseñado para proveer experiencias enriquecedoras asociadas a la realización de actividades y a las características del contexto, que mejoren el desempeño de todas las personas en su entorno habitual (Adapatado de Dunn, McClain, Brown y Youngstrom, 1998, p. 534). • Restablecimiento o recuperación: diseñado para cambiar las variables del sujeto con el fin de establecer destrezas o capacidades Introducción a la terapia ocupacional TEMA 8 288 que aún no ha desarrollado o restaurar una destreza o capacidad que ha sido alterada (adaptado de Dunn et al., 1998, p. 533). • Mantenimiento: diseñado para proporcionar apoyos que permitan a los sujetos preservar tanto la capacidad de desempeño que han recuperado como satisfacer sus necesidades ocupacionales. Se parte del supuesto de que, sin la intervención continuada de mantenimiento, el desempeño disminuiría, las necesidades ocupacionales no se cumplirían, afectando a la salud y la calidad de vida. • Modificación, adaptación, compensación: dirigido a "encontrar la forma de revisar el contexto actual o las demandas de la actividad para apoyar el desempeño en el entorno natural del individuo. En este abordaje se incluyen técnicas compensatorias, (como)... mejorar algunos aspectos de la actividad que proporcionen pistas o la reducción de otros para reducir la distracción "(Dunn et al., 1998, p. 533). • Prevención: diseñado para sujetos con o sin discapacidad que están en riesgo de padecer problemas de desempeño ocupacional. Este enfoque está diseñado para prevenir la aparición o evolución de barreras para el desempeño en el contexto. Las intervenciones pueden estar dirigidas al cliente, el contexto, o las variables de actividad (adaptado de Dunn et al., 1998, p. 534). Estas líneas de intervención generales se despliegan a través de diferentes tipos de intervención que adoptan siempre la perspectiva singular y característica de la terapia ocupacional; esto es, utilizando la ocupación como agente, entidad o medio terapéutico. En este marco general, en la práctica del terapeuta ocupacional podemos distinguir diferentes actuaciones, por medio de las cuales se concreta su ejercicio profesional; a saber: • Evaluación y apoyo diagnóstico. Introducción a la terapia ocupacional Pedro Moruno Miralles 289 • Planificación de tratamientos individuales y diseño de actividades, espacios terapéuticos y programas. • Realización, supervisión y valoración de tratamientos individuales y grupales. • Registro, elaboración de informes y reuniones de equipo y coordinación. • Dotación y preservación de equipamientos, materiales e infraestructuras. • Investigación y docencia. La organización del servicio o departamento y la distribución del tiempo entre las distintas actuaciones del terapeuta ocupacional en su quehacer profesional contribuirán al correcto funcionamiento de los programas de intervención diseñados para implementar cada tratamiento. La elaboración de un calendario o agenda que recoja la frecuencia, ubicación, horarios, actividades, cometidos, etc., desarrollados por cada profesional y ajustada a las características de cada setting de tratamiento favorece una práctica clínica eficaz y eficiente. 8.3.1 Dirección de la intervención La implementación eficiente de un plan o programa de tratamiento implica el seguimiento de una secuencia ordenada de actuaciones; a saber: 1. Programación y coordinación con otros servicios de las sesiones terapéuticas. 2. Provisión del equipamiento y materiales necesarios. 3. Preparación de la sesión. 4. Conducción de la sesión. 5. Cierre de la sesión. La programación de las sesiones terapéuticas permite al terapeuta ocupacional establecer cómo se distribuirá la participación del paciente en los diferentes espacios terapéuticos o programas que se desarrollan en el Introducción a la terapia ocupacional TEMA 8 290 departamento de terapia ocupacional, así como la frecuencia con la que lo hará. En cada intervención planificada la programación depende de múltiples factores, entre otros: la naturaleza del problema, el setting de tratamiento (por ejemplo, ambulatorio u hospitalización), las preferencias o disposiciones del paciente, el número de ellos que están a cargo de cada terapeuta ocupacional, la variedad de los servicios implicados en el tratamiento, etc. Además, no debemos olvidar que las horas que constituyen la cobertura temporal de cada servicio son limitadas y que el paciente tratado necesita de momentos de descanso entre intervención e intervención. De esta forma, el establecimiento del programa se conforma alrededor de una negociación entre el terapeuta ocupacional, el paciente y el resto de profesionales implicados en el tratamiento. La provisión, organización y preparación de las salas, el equipamiento y los materiales necesarios para llevar a cabo una sesión contribuye a su desarrollo normalizado, evitando la pérdidade tiempo y las interrupciones que dificultan el éxito de la misma. Respecto a la conducción de cada sesión, el terapeuta ocupacional puede modificar el grado de dirección durante su desarrollo; si consideramos éste como un continuo entre los polos, desde una dirección total de la sesión, en la que el terapeuta ocupacional pauta todo en su transcurso, hasta el “laisser-faire” a los participantes sin intervenir en ella, podremos ubicarnos en este continuo de la manera que resulte más adecuada a nuestros propósitos y a los objetivos perseguidos con el/los paciente/s. Es comprensible que la preparación, cierre y registro de información de las sesiones terapéuticas constituyan una labor que no resulta demasiado atractiva para el terapeuta ocupacional. Sin embargo, estos aspectos prácticos favorecen la efectividad y eficiencia del programa planificado, y, en último término, el éxito terapéutico. 8.1. Introducción 8.2. Las fases de planificación del tratamiento 8.2.1 Establecimiento de las prioridades 8.2.2 Determinación de los objetivos del tratamiento 8.2.2.1 Encuadre temporal de los objetivos del tratamiento 8.2.2.2 Establecimiento de resultados funcionales 8.2.2.3 Cuantificación de los resultados esperados 8.2.3 Diseño del programa de intervención o tratamiento 8.3. Implementación del tratamiento 8.3.1 Dirección de la intervención
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