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PLANIFICACIÓN de MORUNO

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TEMA 8. PLANIFICACIÓN DEL TRATAMIENTO E INTERVENCIÓN 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
TEMA 8 274 
Contenidos: 
 
8.1. Introducción ......................................................................................... 275 
8.2. Las fases de planificación del tratamiento ............................................... 276 
8.2.1 Establecimiento de las prioridades ............................................... 278 
8.2.2 Determinación de los objetivos del tratamiento ............................ 282 
8.2.2.1 Encuadre temporal de los objetivos del tratamiento .................... 282 
8.2.2.2 Establecimiento de resultados funcionales ................................. 284 
8.2.2.3 Cuantificación de los resultados esperados ................................ 285 
8.2.3 Diseño del programa de intervención o tratamiento ..................... 285 
8.3. Implementación del tratamiento ........................................................... 287 
8.3.1 Dirección de la intervención ...................................................... 289 
 
 
 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
Pedro Moruno Miralles 275 
8.1. Introducción 
 En este tema examinaremos de forma sucinta las diferentes fases y el 
razonamiento clínico que subyace a la etapa de planificación del tratamiento. 
Asimismo, comentaremos brevemente algunos aspectos de la intervención en 
sí misma; describiremos los diferentes abordajes, de acuerdo con la propuesta 
de la AOTA (2008), las diversas acciones del terapeuta ocupacional en su 
práctica cotidiana y algunas pautas básicas para la dirección de la intervención. 
Podemos definir planificación del tratamiento (Moruno, 2003), como el 
procedimiento por el cual organizamos la información recogida sobre los 
problemas en el funcionamiento o desempeño ocupacional de un individuo 
(obtenida durante la evaluación inicial), para establecer un conjunto de 
objetivos relacionados entre sí y ordenados en el tiempo. Este procedimiento 
nos permitirá seleccionar los abordajes y tipos de intervención a usar para 
alcanzar los resultados que se establecen en los objetivos. De esta forma, cada 
plan de intervención o tratamiento dirigirá las actuaciones del terapeuta 
ocupacional a lo largo del tratamiento. 
Tal y como advertíamos en el tema anterior, el esquema que aporta el 
diagnóstico ocupacional nos permite organizar la información recabada durante 
la evaluación inicial, en la medida en que entre los componentes que forman tal 
esquema se incluyen los elementos esenciales que guían la planificación del 
tratamiento. 
Por ello, esta etapa se basa en la organización de la información que 
aporta el diagnóstico, relativa a las alteraciones en el desempeño ocupacional 
(o al riesgo potencial de padecerlas) y a las causas hipotéticas de tales 
alteraciones. 
Una vez más debemos advertir que, como señalan numerosos autores, 
entre otros Mosey (1986), Dutton (1995) y Creek (1997 y 2008), el armazón 
teórico en que se inscriba la práctica del terapeuta ocupacional -esto es, el 
marco de referencia teórico que apliquemos o modelo de práctica que 
adoptemos-, al igual que en el caso de la evaluación inicial, condiciona el tipo 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
TEMA 8 276 
de objetivos perseguidos, así como las estrategias y técnicas terapéuticas que 
utilizaremos. 
Además, durante la etapa de planificación del tratamiento se establece 
un pacto o contrato terapéutico con el sujeto tratado. A través de este contrato 
terapéutico se persigue consensuar, entre el terapeuta y el paciente, los 
objetivos de la intervención, especificando cómo las metas últimas del 
tratamiento se descomponen en pequeños pasos con los que se persigue 
alcanzar los objetivos marcados. Esta estrategia nos permitirá establecer un 
panorama claro y global de la estructura del tratamiento, aumentando la 
posibilidad de éxito del proceso terapéutico, en la medida en que el paciente 
considere los objetivos del tratamiento como propios, siempre que las metas 
del mismo coincidan con las expectativas del paciente respecto al desempeño 
de sus actividades cotidianas. 
En la medida que sea posible, debemos favorecer la responsabilidad y 
participación en el proceso terapéutico del individuo tratado por el terapeuta 
ocupacional. Numerosos autores defienden esta aproximación: así, Mosey 
(1986) señala que los objetivos del tratamiento deben ser significativos para el 
sujeto, para promover su compromiso activo; Hagedorn (1997) afirma que las 
metas no deben imponerse nunca y requieren una negociación entre el 
paciente y el terapeuta ocupacional y Reed y Sanderson (1999) aseguran que 
la planificación se utiliza para permitir al cliente una aproximación comprensiva 
al tratamiento. 
8.2. Las fases de planificación del tratamiento 
Podemos distinguir tres fases fundamentales: el establecimiento de las 
prioridades, el encuadre de los objetivos perseguidos y el diseño del programa 
o plan que constituirán su base. 
Esquemáticamente, para planificar una intervención o tratamiento han de 
seguirse los pasos siguientes: 
 
• Establecer prioridades. 
• Determinar sus objetivos. 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
Pedro Moruno Miralles 277 
- Encuadrar temporalmente los objetivos del tratamiento. 
- Establecer resultados funcionales. 
- Cuantificar los resultados. 
• Diseño del programa de tratamiento o plan de intervención 
- Seleccionar abordajes. 
- Seleccionar tipos de intervención 
- Seleccionar la(s) técnica(s), las modalidades y medios 
específicos. 
 
Como advertíamos en el tema anterior, el diagnóstico ocupacional, tal y 
como lo formulan Rogers y Holm (1991), nos permite sintetizar toda la 
información relevante de cara a la planificación del tratamiento en la medida en 
que integra: 
 
• Una descripción de las alteraciones del desempeño ocupacional; es 
decir: las limitaciones, restricciones, problemas o dificultades 
ligados a cada actividad concreta, en cualquiera de las áreas de 
ocupación. 
• La causa hipotética de tales alteraciones; consecuencia de la 
interacción entre las destrezas y patrones de desempeño, los 
factores del cliente, las demandas de la actividad y el contexto o 
contextos en que se llevan a cabo. 
• Indicadores: que señalan las alteraciones en los factores del 
cliente, las destrezas y patrones de desempeño, así como indicios 
sobre las condiciones ambientales restrictivas. 
• Cualquier información médica adicional relacionada con el 
problema ocupacional del sujeto. 
 
Por tanto, el esquema diagnóstico obtenido durante la evaluación inicial 
puede constituir el punto de arranque para la planificación del tratamiento. 
Representada gráficamente, la etapa de planificación del tratamiento 
sigue el siguiente diagrama de flujo (véase la figura 8.1). 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
TEMA 8 278 
 
Figura 8.1 Fases de la etapa de planificación del tratamiento1 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Veamos a continuación de manera más detallada las particularidades de 
cada una de las fases que conforman la etapa de planificación del tratamiento. 
8.2.1 Establecimiento de las prioridades 
 
Al determinar éstas haremos lo propio con el orden temporal en que serán 
abordados los distintos problemas ocupacionales de un sujeto durante el 
tratamiento. 
Como consideración general, si seguimos la propuesta de Mosey (1986), 
los tratamientos o intervenciones de terapia ocupacional, de manera genérica, 
deben ordenarse de la forma siguiente: 
 
1 Esquema recogido de: Romero, D. y Moruno, P. (2003). Terapia Ocupacional: teoría y técnicas. Barcelona. Masson. 
ESTRUCTURA 
TEÓRICA 
EVALUACIÓN 
INICIAL 
 
 
DIAGNÓSTICO 
OCUPACIONAL 
ESTABLECER 
PRIORIDADES 
 
CONTEXTOS 
 
ÁREAS DE 
OCUPACIÓN 
 
FACTORES DEL 
CLIENTE/DESTREZ
AS/PATRONES 
DETERMINACIÓN DE 
OBJETIVOS 
DISEÑO DEPROGRAMA 
DIRECCIÓN DEL 
PROGRAMA DE 
INTERVENCIÓN 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
Pedro Moruno Miralles 279 
 
1. Prevención y promoción de la salud. 
2. Mantenimiento de la salud y manejo de conductas indeseables. 
3. Desarrollo y restauración del desempeño ocupacional. 
 
 Genéricamente, las intervenciones ligadas a la prevención de 
enfermedades y condiciones de discapacidad, así como a la promoción y 
mantenimiento de la salud deben contemplarse antes de aquellas cuyo objetivo 
es el desarrollo o restauración del desempeño ocupacional. 
Más allá de esta consideración, en el cometido de establecer las 
prioridades de un tratamiento individual, debemos considerar principalmente tres 
aspectos; a saber: la relación completa de los problemas que presenta un sujeto; 
su naturaleza; el valor relativo atribuido a cada actividad por el sujeto y el servicio 
o programa en que se realizará el tratamiento. 
De esta forma, delimitaremos las actividades alteradas y conservadas en 
las áreas de ocupación del sujeto evaluado, las capacidades, habilidades o 
destrezas, patrones de desempeño y factores contextuales posiblemente 
relacionados con las dificultades en el desempeño ocupacional, así como las 
relaciones de interdependencia entre los distintos problemas manifestados. 
Además, consideraremos el valor subjetivo de las actividades alteradas; es 
decir, los deseos y expectativas del paciente respecto a su desempeño 
ocupacional futuro, determinado por variables personales, ambientales, 
sociales o culturales que influyen o determinan las expectativas respecto a las 
tareas que el sujeto debe realizar, su pericia o nivel de ejecución y los 
contextos en que habitualmente las lleva a cabo. Por último, debemos 
considerar los aspectos coyunturales del servicio o programa que soportará la 
implementación del tratamiento. 
Por medio de este análisis podremos establecer las prioridades, 
examinando la importancia relativa de cada condición y las relaciones de 
dependencia entre ellas. 
Desde nuestro punto de vista (Moruno, 2002), tres criterios 
fundamentales pueden servirnos de guía en este proceso; a saber: 
 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
TEMA 8 280 
A) La relevancia clínica de cada actividad: contemplando, a su vez, tres 
aspectos básicos para analizar la relación de actividades alteradas: 
 
• La relevancia de cada actividad desde un punto de vista 
adaptativo; es decir, cada actividad será ordenada siguiendo el 
orden siguiente: 
1º Aquellas actividades ligadas a la supervivencia del sujeto (como la 
deglución o la elaboración de respuestas de emergencia). 
2º Aquellas otras que pueden llegar a comprometer su salud (como la 
higiene o la adquisición y mantenimiento de comportamientos de 
seguridad en el baño o la cocina). 
3º Aquellas actividades vinculadas con la movilidad básica (como la 
movilidad funcional). 
4º Las actividades asociadas a la autonomía básica (como la 
alimentación independiente o el vestido). 
5º Las actividades de autonomía avanzada (como cocinar o adquirir 
alimentos, lavar, planchar y mantener la ropa). 
6º Aquellas actividades asociadas con la integración social básica (como 
el uso del trasporte público o la adquisición de una dieta equilibrada). 
7º Aquellas actividades asociadas con la integración social avanzada 
(como la participación en comidas sociales o proporcionar cuidados a 
otros). 
 
• La lógica de la intervención: las actividades constitutivas de 
cada subárea de desempeño se ordenarán de acuerdo con un 
gradiente creciente de complejidad, de las más simples a las 
más complejas. 
 
• La interdependencia entre las actividades de cara al 
tratamiento; es decir, considerando en primer lugar las 
actividades que son condición sine qua non para poder 
entrenar otras dependientes de ellas. 
 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
Pedro Moruno Miralles 281 
B) El valor subjetivo otorgado por el paciente a cada actividad; de tal forma 
que, si este criterio no entra en conflicto con el juicio del terapeuta 
ocupacional, posibilite ordenar la intervención de acuerdo con las 
preferencias del sujeto. 
 
C) Aspectos coyunturales del servicio o institución; posibilitando, siempre 
que no interfiera con los dos criterios anteriores, contemplar la 
oportunidad de comenzar el tratamiento entrenando un conjunto de 
actividades concretas antes que otro. 
 
El recorrido profesional del terapeuta para juzgar y apreciar las 
alteraciones en el desempeño ocupacional de un sujeto es determinante en el 
establecimiento de las prioridades de la intervención. El clínico tiene los 
conocimientos y la experiencia que le permiten distinguir la relevancia 
adaptativa de las actividades alteradas, los problemas fundamentales y 
aquellos secundarios o dependientes de los primeros; de esta forma puede 
disponer un orden temporal, dado que resolviendo los principales se solucionan 
los accesorios, sin necesidad de intervenir directamente sobre estos últimos. 
Asimismo, el malestar subjetivo ligado a un determinado problema 
ocupacional o el valor subjetivo atribuido al desempeño de una determinada 
actividad o conjunto de actividades, siempre que no entren en juego otros 
factores, puede influir de manera determinante en el establecimiento de 
prioridades durante la planificación del tratamiento. Como ya hemos señalado, 
la significación de los objetivos y el consenso con el sujeto al establecerlos, 
etc., son factores determinantes para motivar e implicar al individuo en su 
tratamiento. 
Por último, las prioridades del equipo clínico, los recursos económicos, 
humanos, materiales e infraestructuras, el tiempo medio de estancia y la 
dedicación del terapeuta ocupacional a cada caso son otros de los 
determinantes a considerar al establecer las prioridades de la intervención. 
En definitiva, la priorización de los objetivos puede variar mucho en su 
complejidad. En ocasiones estas decisiones son evidentes y se toman de forma 
rápida y automática, en otras, requieren una reflexión premeditada y compleja. 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
TEMA 8 282 
8.2.2 Determinación de los objetivos del tratamiento 
 
Una vez que han sido establecidas las prioridades de la intervención la 
fase siguiente en la planificación del tratamiento consiste en determinar los 
objetivos del mismo. 
En este cometido pueden diferenciarse tres fases; a saber: el encuadre 
temporal de los objetivos, la descripción de los objetivos en función de los 
resultados funcionales esperados y la cuantificación de los resultados. 
Nuevamente recordamos que la etapa de planificación del tratamiento 
depende en gran medida de la estructura teórica que adopte el terapeuta 
ocupacional en su práctica. Dependiendo de cual sea, los objetivos del 
tratamiento pueden ser descritos siguiendo un criterio cuantitativo o cualitativo, 
incluso es posible no plantearse objetivos, tal y como se describen aquí, para 
dejar que sea el propio sujeto a lo largo del proceso terapéutico quien se los 
vaya marcando. 
Debemos por tanto distinguir entre objetivos cuantificables, en los que 
los cambios pueden ser expresados de forma numérica, y objetivos 
mensurables, en los que los cambios pueden ser comparados respecto de un 
criterio o norma no necesariamente cuantificable. En cualquier caso, la 
descripción de los objetivos debe ser tal que nos permita apreciar su cambio, 
dado que sin este requisito resultaría más subjetiva la evaluación de la 
evolución del tratamiento. 
Por este motivo, como recomendación general, en la tarea de determinar 
los objetivos del tratamiento incluimos su descripción en relación con los 
resultados funcionales esperados, el encuadre temporal de los mismos y su 
cuantificación, aunque en algunos casos no sea necesario cuantificar los 
resultados puesto que estos se expresan o describen en términos cualitativos. 
8.2.2.1 Encuadre temporal delos objetivos del tratamiento 
Los objetivos o metas del tratamiento constituyen los resultados últimos 
que, por medio de la intervención, el paciente y el terapeuta esperan alcanzar. 
El encuadre temporal de los objetivos del tratamiento se realiza de forma 
jerárquica, ordenándolos de menor a mayor complejidad o amplitud, de tal 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
Pedro Moruno Miralles 283 
forma que quede reflejado en su redacción el proceso de cambio esperado 
desde una perspectiva temporal. Así, habitualmente suele distinguirse entre 
objetivos a corto y largo, y, en ocasiones, también a medio plazo. 
Esta ordenación depende en gran medida del setting o marco 
institucional en que se lleve a cabo el tratamiento (tipo de trastornos tratados, 
tiempo medio de estancia, la urgencia de la intervención, etc.), de tal forma 
que lo que en un determinado encuadre o programa puede considerarse un 
objetivo a largo plazo, en otro puede ser concebido como objetivo a corto plazo. 
Por tanto, la descripción de las características de los objetivos que 
realizaremos a continuación debe ajustarse a las características de cada 
setting o institución. 
Los objetivos a corto plazo constituyen el conjunto de pasos a dar para 
alcanzar una o más metas de mayor alcance (Creek, 1997). Es decir, 
constituyen las submetas o “bloques de construcción” que conducen a una o 
más metas a largo plazo (Mosey, 1986). 
Frecuentemente los objetivos a corto plazo hacen referencia a los 
factores del cliente (capacidades) y destrezas necesarias (requisitos previos) 
para alcanzar un desempeño ocupacional óptimo. En contraste, los objetivos a 
largo plazo hacen referencia al fin último del tratamiento, esto es, a la 
adquisición de patrones de desempeño y, en última instancia, al desempeño 
funcional en las áreas de ocupación (Dutton, 1995; Hagedorn, 1997; Creek, 
1997). De esta forma, las capacidades y destrezas alteradas como 
consecuencia de los déficit sensoriomotores, cognitivos, psicosociales y de las 
alteraciones o trastornos afectivos o psicológicos, quedan vinculadas a los 
problemas o dificultades en el desempeño ocupacional del sujeto. En resumen, 
se establece una relación de interdependencia entre objetivos a corto y (medio) 
largo plazo. 
De acuerdo con Creek (2008), los objetivos a largo plazo constituyen el 
conjunto global de cambios en el desempeño ocupacional del sujeto, y 
coinciden con las expectativas sobre el resultado final del proceso terapéutico. 
Habitualmente los objetivos a largo plazo se han equiparado con el 
desempeño ocupacional en las distintas áreas ocupacionales. Por tanto, estos 
objetivos se definen tanto por la actividad(es) y tarea(s) concretas a alcanzar, 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
TEMA 8 284 
como por el nivel de desempeño esperado en relación con las demandas del 
entorno y/o las expectativas del sujeto. 
En algunas ocasiones puede ser útil descomponer los objetivos a largo 
plazo en pasos intermedios, describiendo y estipulando más claramente el 
progreso desde los objetivos a corto plazo hasta los objetivos a largo plazo. De 
esta forma, podemos definir objetivos a medio plazo como el conjunto de 
patrones o destrezas, de mayor o menor complejidad, en que se pueden 
descomponer los objetivos últimos de la intervención o tratamiento. 
8.2.2.2 Establecimiento de resultados funcionales 
La descripción de los objetivos, tanto los considerados a corto como a 
medio y largo plazo, debe realizarse de tal forma que nos posibilite juzgar su 
consecución. Una estrategia útil en esta tarea es establecer los resultados 
funcionales que se esperan alcanzar con cada objetivo planteado. Así, 
podremos valorar más fácilmente la evolución de la intervención o tratamiento. 
El establecimiento de resultados funcionales hace referencia a aquellos 
comportamientos del sujeto que han de ser alcanzados de tener éxito el 
tratamiento. Veamos un ejemplo en la tabla 8.1: 
 
Tabla 8.1 Ejemplo de objetivos a corto y largo plazo y resultados 
funcionales asociados 
 
 
Objetivo a 
corto plazo 
 
 
Resultado funcional 
 
Objetivo a 
largo plazo 
 
 
Resultado funcional 
EJEMPLO Nº 1 
Explorar los 
recursos 
comunitarios 
para realizar 
actividades de 
ocio. 
El sujeto será capaz 
de identificar y ubicar 
aquellos recursos de 
su comunidad que le 
permitan desarrollar 
actividades de ocio 
satisfactorias. 
Desarrollar 
actividades de 
ocio 
satisfactorias 
El paciente acudirá 
regularmente a algún 
recurso comunitario 
(Centro Cultural, 
biblioteca, etc.) y llevará a 
cabo actividades de ocio 
planificadas en tal recurso, 
al menos dos veces a la 
semana. 
 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
Pedro Moruno Miralles 285 
 Describiendo los resultados funcionales que hacen referencia a 
comportamientos observables resulta más sencillo valorar sin ambigüedad el 
logro de los objetivos planteados en el tratamiento. Por tanto, debemos 
prescindir de descripciones que incluyan términos como “mejorar”, 
“perfeccionar”, “aumentar” o “modificar” dado que en estos casos no se hace 
referencia al comportamiento concreto esperado. 
8.2.2.3 Cuantificación de los resultados esperados 
Por último, en aquellos casos en que deseemos cuantificar los objetivos 
se hace necesario definir los comportamientos observables asociados a ellos, 
utilizar un baremo de referencia, aplicar una escala cuantitativa y establecer 
unas condiciones uniformes en las que se obtengan las puntuaciones al 
realizar la evaluación. 
La determinación de los objetivos del tratamiento nos permitirá ordenar y 
clarificar la secuencia temporal programada en él, describir los resultados 
esperados en cada fase y cuantificar, si fuese el caso, las puntuaciones a 
alcanzar para lograr los objetivos. 
Asimismo, favorecemos la comprensión del paciente respecto a cuáles 
son los resultados esperados y cómo se organiza temporalmente el tratamiento 
y los programas o espacios terapéuticos que lo conforman. De esta forma, 
tanto el terapeuta como el individuo pueden revisar y valorar los progresos 
alcanzados y los logros por conseguir en cualquier momento del proceso 
terapéutico. 
8.2.3 Diseño del programa de intervención o tratamiento 
 
Determinados los objetivos a corto, medio y largo plazo, hemos 
vinculado los factores del cliente y las destrezas de desempeño alterados -
concebidas como requisito previo para la realización de las actividades- y los 
patrones de desempeño con las actividades y ocupaciones que constituyen el 
desempeño ocupacional esperado tras el tratamiento o intervención. 
En este momento estamos en condiciones de seleccionar los abordajes 
(intervention approach) alrededor de los cuales se articularan los programas 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
TEMA 8 286 
por medio de los cuales perseguimos alcanzar cada uno de los objetivos 
planificados. 
El razonamiento clínico que subyace al diseño del programa de 
tratamiento nos permite asociar los déficit o alteraciones en los factores del 
cliente, en las destrezas y en los patrones de desempeño con los objetivos a 
corto y medio plazo y estos, a su vez, con los problemas en las áreas de 
ocupación que constituyen los objetivos a largo plazo. Organizados de esta 
forma podremos elegir los abordajes y tipos de intervención que usaremos para 
alcanzar tales objetivos. Trataremos de aclarar esta relación con un ejemplo: 
un determinado déficit, consecuencia de una alteración específica en una 
capacidad o destreza concreta, puede ser salvado o superado2 por medio de la 
consecución de un objetivo específico a corto plazo, que a su vez está 
asociado a un determinado objetivo a (medio) largo plazo; es decir, a la 
realización o desempeño de una determinada actividad en un área de 
ocupación. Para conseguir el objetivo planeado a corto plazo se seleccionará el 
tipo de intervención más adecuado para lograr el objetivoplanificado. 
Los tipos de intervención utilizados se concretan a través de la selección 
de técnicas de intervención vinculadas normalmente a distintos marcos de 
referencia teóricos y modelos de práctica. Por tanto, la estructura teórica 
(marco de referencia teórico o modelo de práctica) proporcionará técnicas de 
tratamiento e intervención congruentes con los postulados que han guiado la 
evaluación del caso y la planificación. 
Tales técnicas deben seleccionarse contemplando cuatro aspectos 
básicos; a saber: el fin o propósito de la técnica en relación con el objetivo 
perseguido, el sujeto a quien va dirigida (si es aceptable para él), el 
conocimiento, dominio y disponibilidad de la técnica por parte del terapeuta y 
su eficiencia (en relación con el tiempo y recursos empleados). De esta forma 
perseguimos el mayor ajuste posible entre las técnicas, métodos, modalidades 
y medios terapéuticos elegidos, su potencial para alcanzar los objetivos y las 
preferencias, deseos o intereses del sujeto. 
 
2 Deseamos enfatizar que cuando nos referimos a “salvar” o “superar” un déficit queremos hacer referencia a prevenir su aparición, mantener su 
funcionamiento, desarrollar, mejorar o restaurar su funcionamiento normalizado, así como compensar su funcionamiento cuando fracasen las 
alternativas anteriores. 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
Pedro Moruno Miralles 287 
Además, los medios y modalidades terapéuticos constituyen los agentes 
o medios que permiten llenar de contenido las técnicas seleccionadas y las 
modificaciones o adaptaciones realizadas sobre ellas. 
Por último, debemos considerar los métodos que utilizará el terapeuta 
ocupacional para comunicar y explicar al paciente cómo se persiguen lograr los 
objetivos y cuál es la labor esperada que debe llevar a cabo el sujeto. 
Las particularidades de las técnicas, medios, modalidades y métodos 
utilizados en la intervención y tratamiento y su aplicación en terapia 
ocupacional se verán con mayor detenimiento en el próximo tema. 
8.3. Implementación del tratamiento 
Evidentemente, cada intervención concreta del terapeuta ocupacional 
está relacionada con los problemas identificados en cada caso por medio de la 
evaluación. Como es bien sabido, de manera genérica las intervenciones de 
terapia ocupacional tienen como propósitos la promoción de la salud, la 
prevención de la enfermedad y de condiciones de discapacidad y el desarrollo, 
adquisición, mantenimiento, mejora y recuperación del funcionamiento 
ocupacional del sujeto tratado. 
De acuerdo con lo establecido en el Marco para la práctica de la terapia 
ocupacional (AOTA, 2008), los abordajes de la intervención se clasifican y 
definen de la siguiente forma: 
 
• Promoción de la salud: este enfoque no presupone la presencia de 
discapacidad o cualquier otro factor que podría interferir con el 
desempeño. Está diseñado para proveer experiencias 
enriquecedoras asociadas a la realización de actividades y a las 
características del contexto, que mejoren el desempeño de todas las 
personas en su entorno habitual (Adapatado de Dunn, McClain, 
Brown y Youngstrom, 1998, p. 534). 
• Restablecimiento o recuperación: diseñado para cambiar las 
variables del sujeto con el fin de establecer destrezas o capacidades 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
TEMA 8 288 
que aún no ha desarrollado o restaurar una destreza o capacidad 
que ha sido alterada (adaptado de Dunn et al., 1998, p. 533). 
• Mantenimiento: diseñado para proporcionar apoyos que permitan a 
los sujetos preservar tanto la capacidad de desempeño que han 
recuperado como satisfacer sus necesidades ocupacionales. Se 
parte del supuesto de que, sin la intervención continuada de 
mantenimiento, el desempeño disminuiría, las necesidades 
ocupacionales no se cumplirían, afectando a la salud y la calidad de 
vida. 
• Modificación, adaptación, compensación: dirigido a "encontrar la 
forma de revisar el contexto actual o las demandas de la actividad 
para apoyar el desempeño en el entorno natural del individuo. En 
este abordaje se incluyen técnicas compensatorias, (como)... mejorar 
algunos aspectos de la actividad que proporcionen pistas o la 
reducción de otros para reducir la distracción "(Dunn et al., 1998, p. 
533). 
• Prevención: diseñado para sujetos con o sin discapacidad que están 
en riesgo de padecer problemas de desempeño ocupacional. Este 
enfoque está diseñado para prevenir la aparición o evolución de 
barreras para el desempeño en el contexto. Las intervenciones 
pueden estar dirigidas al cliente, el contexto, o las variables de 
actividad (adaptado de Dunn et al., 1998, p. 534). 
 
 Estas líneas de intervención generales se despliegan a través de 
diferentes tipos de intervención que adoptan siempre la perspectiva singular y 
característica de la terapia ocupacional; esto es, utilizando la ocupación como 
agente, entidad o medio terapéutico. 
En este marco general, en la práctica del terapeuta ocupacional 
podemos distinguir diferentes actuaciones, por medio de las cuales se concreta 
su ejercicio profesional; a saber: 
 
• Evaluación y apoyo diagnóstico. 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
Pedro Moruno Miralles 289 
• Planificación de tratamientos individuales y diseño de actividades, 
espacios terapéuticos y programas. 
• Realización, supervisión y valoración de tratamientos individuales y 
grupales. 
• Registro, elaboración de informes y reuniones de equipo y 
coordinación. 
• Dotación y preservación de equipamientos, materiales e 
infraestructuras. 
• Investigación y docencia. 
 
La organización del servicio o departamento y la distribución del tiempo 
entre las distintas actuaciones del terapeuta ocupacional en su quehacer 
profesional contribuirán al correcto funcionamiento de los programas de 
intervención diseñados para implementar cada tratamiento. La elaboración de 
un calendario o agenda que recoja la frecuencia, ubicación, horarios, 
actividades, cometidos, etc., desarrollados por cada profesional y ajustada a las 
características de cada setting de tratamiento favorece una práctica clínica 
eficaz y eficiente. 
8.3.1 Dirección de la intervención 
La implementación eficiente de un plan o programa de tratamiento 
implica el seguimiento de una secuencia ordenada de actuaciones; a saber: 
 
1. Programación y coordinación con otros servicios de las sesiones 
terapéuticas. 
2. Provisión del equipamiento y materiales necesarios. 
3. Preparación de la sesión. 
4. Conducción de la sesión. 
5. Cierre de la sesión. 
 
La programación de las sesiones terapéuticas permite al terapeuta 
ocupacional establecer cómo se distribuirá la participación del paciente en los 
diferentes espacios terapéuticos o programas que se desarrollan en el 
Introducción a la terapia ocupacional 
 
TEMA 8 290 
departamento de terapia ocupacional, así como la frecuencia con la que lo 
hará. En cada intervención planificada la programación depende de múltiples 
factores, entre otros: la naturaleza del problema, el setting de tratamiento (por 
ejemplo, ambulatorio u hospitalización), las preferencias o disposiciones del 
paciente, el número de ellos que están a cargo de cada terapeuta ocupacional, 
la variedad de los servicios implicados en el tratamiento, etc. Además, no 
debemos olvidar que las horas que constituyen la cobertura temporal de cada 
servicio son limitadas y que el paciente tratado necesita de momentos de 
descanso entre intervención e intervención. 
De esta forma, el establecimiento del programa se conforma alrededor 
de una negociación entre el terapeuta ocupacional, el paciente y el resto de 
profesionales implicados en el tratamiento. La provisión, organización y 
preparación de las salas, el equipamiento y los materiales necesarios para 
llevar a cabo una sesión contribuye a su desarrollo normalizado, evitando la 
pérdidade tiempo y las interrupciones que dificultan el éxito de la misma. 
Respecto a la conducción de cada sesión, el terapeuta ocupacional 
puede modificar el grado de dirección durante su desarrollo; si consideramos 
éste como un continuo entre los polos, desde una dirección total de la sesión, 
en la que el terapeuta ocupacional pauta todo en su transcurso, hasta el 
“laisser-faire” a los participantes sin intervenir en ella, podremos ubicarnos en 
este continuo de la manera que resulte más adecuada a nuestros propósitos y 
a los objetivos perseguidos con el/los paciente/s. Es comprensible que la 
preparación, cierre y registro de información de las sesiones terapéuticas 
constituyan una labor que no resulta demasiado atractiva para el terapeuta 
ocupacional. Sin embargo, estos aspectos prácticos favorecen la efectividad y 
eficiencia del programa planificado, y, en último término, el éxito terapéutico. 
 
 
 
 
	8.1. Introducción
	8.2. Las fases de planificación del tratamiento
	8.2.1 Establecimiento de las prioridades
	8.2.2 Determinación de los objetivos del tratamiento
	8.2.2.1 Encuadre temporal de los objetivos del tratamiento
	8.2.2.2 Establecimiento de resultados funcionales
	8.2.2.3 Cuantificación de los resultados esperados
	8.2.3 Diseño del programa de intervención o tratamiento
	8.3. Implementación del tratamiento
	8.3.1 Dirección de la intervención

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