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Informe de Lectura 8

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Alberto Miguel Sánchez
Usuario 8712
Licenciatura en Historia
	
Seminario de Historia Social y Política II
Informe de Lectura N°8	
La fecha límite de entrega es el 18/05/21
Consigna:
En base a la lectura completa del texto de V. I. Lenin que figura en la sección "Biblioteca" del campus ("La bancarrota de la Internacional") elabore un informe de no más de tres carillas en dónde se de cuenta de las principales interpretaciones del autor en torno a las causas que condujeron al estallido de la Primera Guerra Mundial y de las posturas que propone para los socialistas revolucionarios frente a la conflagración
Desarrollo
Lenin parte de un análisis clasista que desestima el papel del nacionalismo como fundamento de la lucha de los pueblos. En ese sentido manifiesta su discrepancia con los diferentes partidos socialdemócratas que formaban parte de la II Internacional y, que ante la coyuntura de guerra asumen posicionamientos chovinistas que acaban siendo opuestos a los verdaderos intereses proletarios.
Analiza la “traición” a las diferentes resoluciones que quedaron plasmadas en el Manifiesto de Basilea y que los principales dirigentes de los partidos integrantes de la Internacional prefirieron olvidar o ubicar secundariamente a cada uno de los aspectos que describían la inminente guerra imperialista y que la misma no significaría nada provechoso para los sectores obreros.
Para Lenin, la guerra imperialista es una fase analizada en todos sus aspectos teóricos por diferentes intelectuales revolucionarios. Es la necesidad imperiosa de las clases burguesas en decadencia, por extender su influencia hacia diferentes regiones dominando pueblos y apropiándose de recursos para su subsistencia, en muchos casos bajo formas coloniales.
En el mismo sentido y basándose en lo declamado por el Manifiesto de Basilea, Lenin considera que la guerra solo acrecentará las penurias de los sectores subalternos y que será “un crimen” que los obreros empuñen las armas contra otros de su misma clase operando en consonancia con los intereses de las clases explotadoras. Afirma que la tarea de los revolucionarios es agitar a las masas para avanzar en un sentido contrario al que pretenden las burguesías imperiales y generar condiciones propicias a cambios radicales. Es acelerar formas de propaganda que permitan a las masas acceder a una visión que contraste con aquella emanada de los poderes imperiales y agudice la necesidad de unidad de clase por encima de las cuestiones nacionales.
El análisis teórico de Lenin acerca del modo en que se desarrolla una situación revolucionaria lo lleva considerar algunos principios fundamentales. En principio afirma, que para que una situación de estas características se desate se deben presentar factores que pueden ser esquematizados en los conceptos de “los de arriba no puedan” y “los de abajo no quieran”, y que al producirse simultáneamente abren una etapa que puede conducir a estallidos de características insurreccionales, aunque esto no ocurriere en todos los casos necesariamente.
El texto transcurre en una constante refutación de las posturas de pensadores socialdemócratas como Kautsky o Plejánov a los que califica sin titubear como oportunistas y traidores a la causa proletaria por sus vacilaciones chovinistas y la caracterización de la guerra. Ello indica, para Lenin, que dichos posicionamientos son funcionales a las clases burguesas nacionales al no comprender que el proceso que se vive es el de rapiña y reparto del mundo entre las naciones más poderosas utilizando como carne de cañón al proletariado enviado, bajo diferentes formas de manipulación, a los frentes de batalla a morir por intereses que le son ajenos.
La crítica a los pequeños burgueses que se apartan de los verdaderos postulados del marxismo son para Lenin una señal inequívoca de que los mismos operan bajo una apariencia revolucionaria, aunque sostengan posturas claramente conciliadoras y de características reformistas al “ahogar las protestas” y consolar la indignación ante la injusticia. En este sentido emparenta dicha funcionalidad con la de los clérigos que consuelan bajo diferentes formas a los explotados prometiéndoles ilusiones en un futuro incierto.
Menciona la existencia dentro de las organizaciones proletarias de las diferentes naciones a sectores conciliadores y sectores revolucionarios; y afirma que los primeros son representación de intereses burgueses infiltrados en las fuerzas obreras con el claro objetivo de minimizar la potencia de sus acciones y desviar el sentido de los objetivos superiores y transformadores.
Ante ello el autor, considera que estos elementos deben ser aislados de las organizaciones obreras para poder avanzar hacia etapas superiores que signifiquen dejar atrás el período de revoluciones burguesas y dar paso a formas revolucionarias conducidas por la clase trabajadora que destruyan las formas antiguas y decadentes de organización y explotación.
Lenin caracteriza a la guerra como un intento de las burguesías parasitarias por afianzar un dominio de regiones y bienes naturales que le son indispensables para evitar su caída a la decadencia. Y en ese sentido considera que el papel de las clases trabajadoras y sus organizaciones más avanzadas es afianzar su organización y su agitación para generar condiciones que permitan dar un salto hacia la apertura de situaciones revolucionarias que conduzcan hacia el socialismo.
 
			 Alberto Miguel Sánchez Usuario 8712

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