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CLASE 2 2.2 Nuevos enfoques teóricos sobre comunicación En la clase 1, observamos el circuito de la comunicación que durante mucho tiempo se estableció como modelo. Sin embargo, podríamos formularnos los siguientes interrogantes: ¿Faltan elementos? ¿Cuáles le agregaría? ¿Le quitaría otros? Nuevos enfoques sobre el proceso comunicativo y sus constituyentes contemplaron la complejidad del hecho comunicativo e introdujeron nociones nuevas, o más bien, otro modo de denominar los componentes, acorde al carácter social de toda comunicación. En estas nuevas miradas (Marta Marín: 2004) se despersonalizan las figuras del emisor y el receptor y se prefiere hablar de instancias complejas de producción e interpretación, ambas activas y resignifica el proceso comunicativo no como lineal sino como un proceso circular. En 1948, el científico estadounidense Wienner estaba dedicado a estudiar la conducta de tiro de los cañones antiaéreos y publicó un libro donde apareció el concepto de retroacción o retroalimentación (feedback), que indica al transmisor del mensaje la manera en que este ha sido escuchado, visto y comprendido. Se proponen, además, modelos que incluyen los diferentes tipos de saberes que los interlocutores ponemos en juego a la hora de comunicarnos, y, por otro lado, se contemplan las variantes subjetivas que condicionan y determinan en alto grado cualquier tipo de comunicación. Miradas que tienen en cuenta las circunstancias concretas que generan posibilidades y restricciones. Es por ello que debemos tener en cuenta que, en todo acto de comunicación, se presentan, además distintos sistemas de expresión: los códigos verbales, los no verbales y los paraverbales. a) CÓDIGOS VERBALES: El lenguaje entendido como un cuerpo de signos (por lo general, palabras), como los sistemas que se usan en los mensajes comunes por la gente que pertenece a una misma comunidad lingüística y que sirven para representar objetos, ideas y sentimientos. Los signos que forman el lenguaje verbal humano como sistema de comunicación son los signos lingüísticos. El signo lingüístico es una estructura formada por dos partes indisociables: el significante y el significado. - El significante es la parte material, perceptible por los sentidos. - El significado es el concepto o idea que la percepción del significante evoca. Por ejemplo: La palabra “gato” está compuesta por la sucesión de fonemas o sonidos /g-a-t-o/ (el significante) y la imagen mental que asociamos a ese significante: ´animal felino doméstico´ (significado). Es importante no confundir significado y referente: el significado es una entidad lingüística; el referente es la realidad a la que ese signo remite, en este caso, un gato real, de carne y hueso. Características del signo lingüístico: Es arbitrario: Que remita a una realidad determinada es convencional, inmotivado. No hay nada en esa realidad que exija que sea expresada mediante un signo concreto. Por ello, un mismo objeto es designado en distintas lenguas por signos diferentes. Es lineal: Los signos lingüísticos con los que nos comunicamos no se emiten simultáneamente, sino de forma sucesiva, lo cual posibilita analizar la lengua en diferentes niveles y valorar la posición de las unidades. Es mutable e inmutable a la vez: Es mutable porque con el paso del tiempo, el signo lingüístico cambia, precisamente por ser arbitrario (pensemos en cómo ha evolucionado la lengua española, por ejemplo, desde que deviniera del latín). Sin embargo, desde otra perspectiva, en un momento determinado del tiempo es inmutable, pues es una convención social que un individuo aislado no puede alterar a voluntad. Es preferentemente oral: Los signos lingüísticos se realizan físicamente mediante sonidos articulados con los órganos fonadores y se perciben mediante el oído. La escritura ha de ser considerada, en principio, como una transcripción de esos signos orales. Son también discretos: Están delimitados entre sí con precisión. Entre ellos no hay un paso gradual. Esto permite oponer las unidades lingüísticas por su caracterización y distinción. Poseen una doble articulación: A partir de un número limitado de unidades mínimas sin significado (fonemas o sonidos), en la lengua humana se pueden formar una infinidad de mensajes; y todo ello gracias a que el hablante va “articulando” dos tipos de unidades: unas que tienen significado (los signos lingüísticos o primera articulación) y otras que no lo tienen (unidades de pronunciación o segunda articulación). b) CÓDIGOS NO VERBALES: Es el término utilizado para describir todos los elementos de la comunicación humana que trascienden la palabra escrita o hablada. De manera específica, las conductas de la comunicación no verbal son aquellas acciones corporales y cualidades vocales (paralenguaje) que acompañan al mensaje verbal y que, por lo regular, se juzgan como intencionales y tienen interpretaciones convenidas en una comunidad lingüística en particular (un suizo o un alemán tal vez se sienta molesto si su interlocutor le pone la mano en el hombro mientras le habla, en tanto que esto es muy normal para un irlandés (etnia de origen celta, y no sajón) o un italiano). Veamos un ejemplo claro en el que se demuestre que ambos códigos operan cuando cualquier mensaje es emitido: Un conferenciante está hablando, y, aunque el auditorio no responda verbalmente, él recibe datos acerca de su discurso, porque los oyentes emiten diversas señales no verbales que el conferenciante puede interpretar, por ejemplo: 1. Los oyentes se mueven inquietos, tosen o bostezan; esto comunica aburrimiento o poco interés. 2. Los oyentes hacen, de pronto, un silencio notable; esto suele comunicar que están sorprendidos o conmovidos. 3. Los oyentes miran fijamente al que habla o toman notas con rapidez; esto comunica interés. En la lista anterior de posibilidades (que es obviamente incompleta y solo ejemplificadora), observará que allí se mencionan los gestos, la mirada y el silencio, todos elementos no verbales que producen comunicación por sí mismos o están presentes en la comunicación verbal. A) Movimientos corporales Los movimientos corporales incluyen el contacto visual, la expresión facial, los gestos y la postura como elementos de comunicación: • Contacto visual: También llamado intercambio de miradas, es la manera en que observamos a las personas con quienes nos comunicamos. El contacto visual tiene muchas funciones en nuestra comunicación; su presencia demuestra que estamos prestando atención y la manera en la que observamos a una persona revela también una serie de emociones como afecto, enojo o miedo. Más aún, por medio del contacto visual, revisamos el efecto de nuestra comunicación. • La expresión facial: Es la disposición de los músculos del rostro para comunicar estados emocionales o reacciones a los mensajes. Las expresiones faciales son especialmente importantes pues transmiten las seis emociones básicas: felicidad, tristeza, sorpresa, miedo, enojo y disgusto. • Gestos: Son los movimientos de las manos, brazos y dedos que, por sí solos, o en concierto con un mensaje verbal, transmiten significado. Cuando una persona dice “baja eso”, un dedo que señala refuerza el punto. • Postura: Se refiere a la posición y movimiento corporal. Los cambios en la postura también pueden comunicar. Por ejemplo, sentarse de pronto con la espalda erecta e inclinado hacia delante son movimientos que decretan un incremento en la atención. B) El paralenguaje El paralenguaje es el “sonido” no verbal de lo que escuchamos, es decir, la manera en la que se dice algo. Abarca cuatro características vocales que influyen en el significado que transmitimos por medio de nuestros mensajes: La graduación: El nivel alto o bajo del tono dela voz. El volumen: Nivel de intensidad sonora o suavidad del tono. El ritmo: Velocidad con la que habla una persona. La calidad: Es el timbre o carácter de la voz. C) Otros factores que pueden influir También forma parte del sistema comunicativo no verbal la distancia que los interlocutores establecen. Esto también es cultural, ya que, por ejemplo, una cierta proximidad que se considera apropiada en las culturas latinas puede ser considerada invasora, e incluso agresiva en culturas anglosajonas. Además, y esto se puede experimentar en la vida cotidiana, dentro de una misma sociedad la distancia conveniente varía según la situación en que hablen emisor y receptor. Por ejemplo, es corta según los diferentes grados de intimidad y es mayor si los interlocutores se desconocen; o bien si tienen distinto status profesional, social o distinta jerarquía laboral. Los antropólogos y los comunicólogos han dado tanta importancia a este factor que existe una disciplina llamada proxémica que se ocupa de estudiar los fenómenos comunicativos de distanciamiento y cercanía. Otro elemento no lingüístico de la comunicación es el silencio, cuyo valor también tiene diferencias culturales. Por ejemplo, es bien conocido el refrán español "El que calla otorga", que da al silencio un valor de asentimiento. Para los brasileños, en cambio, mantener silencio ante un requerimiento equivale a una negativa. En conclusión, todas estas explicaciones acerca de los elementos comunicativos no verbales, que son culturales y sociales, conducen a demostrar que hay una serie de comportamientos sociales ligados a la comunicación, dentro de la cual lo lingüístico es un subsistema. Pero, entiéndase bien, no se trata de oponer comunicación verbal y no verbal, sino que la comunicación integra múltiples comportamientos. Otras observaciones sobre la comunicación 1. El ruido En el esquema matemático, el ruido aparece como una interferencia indeseable en la transmisión. Para la concepción antropológica, en cambio, el ruido, y en especial cuando el ruido adopta la forma de malentendido, no es un elemento extraño e indeseable en la comunicación, sino que es constitutivo de ella. Para apoyar esta postura basta considerar las múltiples competencias y conocimientos que deberían compartir los interlocutores (tal como se han consignado antes en este capítulo); cualquier caso en que alguna o alguno de ellos no se compartan, o cualquier caso de ambigüedad constituyen un ruido, una interferencia, un malentendido que conspira contra la eficacia de la comunicación, pero al mismo tiempo le es inherente. Elementos que son considerados ruido: • En la comunicación oral: pronunciación defectuosa, audición defectuosa, malas condiciones acústicas, cualquier tipo de déficit en la competencia lingüística, déficit en la competencia enciclopédica, etcétera. • En la comunicación escrita: dibujo confuso de los grafemas, omisiones, intercalaciones, sintaxis confusa, grafía incorrecta, impresión defectuosa, cualquier tipo de déficit en la competencia lingüística, déficit en la competencia enciclopédica, etcétera. 2. La redundancia Tradicionalmente, la normativa consideró la redundancia como un error de los hablantes. Según esta concepción el término "redundancia" significaba: "expresiones que hay que evitar", por ejemplo" 'subir arriba' o 'bajar abajo', 'entrar adentro', etcétera. En teoría de la comunicación, se entiende por redundancia algo muy semejante: repetición de elementos que se superponen en un mensaje y que no agregan más información. Sin embargo, a pesar de esta semejanza de concepto, lo que cambia es el rol. Considerando los hechos comunicativos, no la normativa, la redundancia tiene como función reducir el ruido (cualquiera sea su carácter) y especialmente el ruido producido por la polisemia y la ambigüedad, propios de la comunicación lingüística. 3. La ambigüedad Se entiende por ambigüedad el hecho de que un enunciado dé lugar a más de una interpretación. Ejemplos: a) Te espero en el banco (ambigüedad léxica) b) Es un problema de existencias (ambigüedad por polisemia) c) Juan me dijo que se lo diera a él (ambigüedad sintáctica) En el primer ejemplo (a), la ambigüedad se produce por un caso de homonimia (homo: igual; ounuma: nombre), es decir, que dos términos tienen la misma forma gráfica y la misma fonética, pero diferente significado. En el segundo caso (b), la ambigüedad léxica se produce por otra propiedad de las lenguas denominada polisemia (de poli-: muchos; sema: significado), que consiste en que una misma palabra tenga distintos significados según el contexto en que se lo use. En este enunciado la palabra 'existencias' puede referirse al campo de la filosofía o al campo de la actividad comercial. En el tercer caso (c), ¿'él' es Juan o una tercera persona que no aparece nombrada explícitamente), la ambigüedad se produce porque se ha usado un pronombre, y los pronombres tienen una significación imprecisa. La ambigüedad, que podría ser considerada una especie de "ruido", siempre se puede deshacer mediante el cotexto, el contexto o la redundancia.
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