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1 Asignatura: MICROECONOMÍA Profesor contenidista: Lic. Alejandra Arce Unidad 7. Fallas de mercado. Clase 2 En esta segunda clase continuaremos analizando las fallas de mercado y finalizaremos con las formas en las que los gobiernos pueden intervenir para mejorar las ineficiencias. 7.2.3 Los bienes públicos Los bienes públicos pueden considerarse como un caso extremo de externalidad positiva, pues benefician de una manera indivisible a toda una comunidad, independientemente de que los individuos deseen o no comprarlos. Dadas sus características especiales, el mercado no puede proveer los bienes públicos, por ello una de las principales tareas del Estado es su provisión. Al pensar en los diferentes bienes en una economía es provechoso agruparlos con base en dos categorías: ¿El bien es excluyente? Esto es, ¿se puede evitar que las personas usen dicho bien? Es la capacidad de impedir que los que no pagan por el bien lo consuman. ¿El bien es rival en el consumo? Esto es, ¿el uso del bien por una persona reduce la capacidad de otra para usarlo? cuando una persona lo consume, pero por ello, otra no podrá consumirlo Estas dos preguntas nos permiten clasificar a los bienes y servicios, de acuerdo con su posibilidad de exclusión y rivalidad. Los bienes que ofrecen las empresas, los bienes privados, son rivales y excluibles. Es rival porque, por ejemplo, si una persona ocupa un asiento en un vuelo, durante ese trayecto nadie más lo podrá ocupar. Lo mismo sucede con cualquier bien o servicio que se compre en el mercado, por ejemplo, la comida, los coches, el alojamiento en un hotel, etcétera. Y es excluible porque por ejemplo cuando usted va a una tienda de ropa no le permiten que se lleve un traje a no ser que lo pague. Lo mismo ocurre cuando va a un restaurante, después de cenar le presentan la factura para que pague. Pero imagine una situación en la que las empresas no fuesen capaces de evitar que los que no pagan por un bien o servicio lo consuman. En este caso, el mercado no sería capaz de proveer ese bien, porque no habría empresa dispuesta a ofrecerlo. Sin la posibilidad de exclusión, ningún consumidor pagaría por el bien, pues podría consumirse independientemente de que se pagara o no. 2 Piensa… Casi sin discusiones, en Economía se acepta que bienes públicos puros tales como justicia y seguridad, deben ser proveídos “para todos” por el sector público. Sin embargo, en casos como salud y educación, por ejemplo, se plantean debates sobre si es o no necesaria la cobertura estatal, ya sea total o parcial. ¿Por qué? Al relacionar las dos características de los bienes privados: rivalidad (que sugiere que el mercado debería proveer el bien en cuestión) y exclusión (que nos dice que el mercado lo proveerá) podemos distinguir los bienes privados de los bienes públicos. En cambio, los bienes públicos benefician de manera indivisible a toda una comunidad, sin importar que los individuos deseen o no comprarlos. Por sus características son no rivales y no excluibles, pues no puede impedirse que una persona utilice un bien público, como la defensa nacional, y el uso de una persona no reduce el de otra. Un ejemplo de bien público es un faro de mar, su servicio satisface la característica de ser no rival en el consumo: que un barco se guíe en su travesía marina, gracias a su luz, no impide que muchos otros puedan aprovecharse del mismo servicio; además, es muy difícil excluir a alguien, es decir, es un bien no excluible, ya que una vez instalado el faro alumbra a todos los barcos. Por otro lado, si un barco adicional se beneficia de los servicios ofrecidos por el faro, ello no implica aumento alguno en los costos de provisión, que son independientes del número de barcos. Como los servicios que proporciona a los capitanes de los barcos no son excluibles ni rivales, cada capitán puede aprovecharse del faro sin pagar el servicio. Por ello, la iniciativa privada normalmente no proporciona los faros que precisa la navegación, por lo que la mayoría son de gestión pública. Para enfatizar el carácter no excluible de los bienes públicos, piense, por ejemplo, en un parque al que va mucha gente a pasear y a tomar el sol. La gente disfruta, pero mantenerlo limpio y vigilado requiere recursos que alguien deberá aportar; sin embargo, disfrutar de un paseo por el parque es, en esencia, un bien no excluible. Si una empresa privada pretendiera cobrar la entrada al parque, con el compromiso de cuidarlo, no podría hacerlo, pues se argumentaría que los parques son patrimonio común de todos los ciudadanos y no puede impedirse que entren a él quienes no quieren pagar. Aunque argumenten que sólo desean atravesarlo, por ello una empresa privada tendría dificultades para sobrevivir manteniendo la limpieza del parque. Ahora, ¿Por qué constituyen una falla de mercado? En los bienes públicos la falla de mercado suele manifestarse en que se ofrece una cantidad insuficiente del bien público. Como señalamos, el origen de esta situación puede radicar en que muchos bienes públicos no son excluibles en absoluto, por ejemplo, la defensa; o lo son, pero a un costo muy alto. Una segunda razón para que el mercado fracase con los bienes públicos se debe a que el costo de una unidad adicional de ellos, vendida a un consumidor cualquiera cuando el nivel de 3 producción está dado (el costo marginal de un consumidor adicional) es cero. En este tipo de bienes una unidad adicional consumida por un individuo no reduce la cantidad disponible para el consumo de otro individuo. En consecuencia, cuando un consumidor se da cuenta de que el costo marginal de su propio consumo es nulo, puede ofrecer un precio muy bajo al productor por el derecho a consumir su producto, lo que explica que la mayoría de los bienes públicos no sea suministrada por los mercados privados, pues éstos tienen dificultades para garantizar que se produzca la cantidad correcta. Esta dificultad se debe a que existen individuos, conocidos en la literatura económica como consumidores parásitos o free rider, que consumen o reciben el beneficio del bien público sin pagar. Cuando no puede excluirse el consumo de un bien, la gente tiene incentivos para actuar como consumidores parásitos, y dejar que otros paguen por el bien para disfrutarlo sin pagar. En la medida en que más agentes se suman a esta conducta, el programa termina por colapsar financieramente. Tenemos en Mendoza un ejemplo cercano e interesante: el de los programas de lucha antigranizo; como se sabe, estos programas tienen por objetivo preservar la producción agrícola del daño ocasionado por las tormentas de granizo. Existen para ello dos tipos de métodos de lucha: los activos y los pasivos, correspondiendo a la última categoría las estructuras de malla antigranizo. A los efectos que queremos señalar, el caso es que dado que el sistema proporciona protección sobre una zona geográfica (una sombrilla o paraguas protector), los agentes de dicha zona se ven beneficiados independientemente de su colaboración al financiamiento de este (programa de lucha antigranizo), motivo por el cual no todos los productores están dispuestos a aportar; haciendo de esta forma que el programa deba ser íntegramente financiado por el Estado. 7.2.4 Las fallas en la información: Información asimétrica. Sumadas a las fallas de mercado ya mencionadas, tenemos la falta de información. La teoría de la mano invisible supone que los compradores y vendedores tienen total información sobre los bienes y servicios que compran y venden. Se supone que las empresas conocen perfectamente todos los aspectos técnicos necesarios para producir en su industria y que los consumidores conocen la calidad y los precios de los bienes que consumen y de sus sustitutos. Esta es una de las características principales de los que llamamos mercadosde competencia perfecta y uno de las que menos se observan en la realidad. En algunos casos la pérdida de eficiencia es escasa. Así, por ejemplo, el perjuicio es mínimo si compramos una pizza con masa distinta a la de otra. En otros casos, cuando las características de los bienes o servicios que adquirimos no corresponden con lo que pensamos, la pérdida es grave. En ocasiones los mercados suministran a los consumidores o productores información imperfecta para tomar decisiones bien documentadas, lo que puede ser una fuente de ineficiencias. A continuación, tendremos en cuenta los siguientes puntos en cuanto a la información: 4 Obtener información suele ser un proceso oneroso, esto es, implica un costo, bien que el mismo puede ser monetario o de otro tipo de recursos; por ejemplo: llamadas telefónicas, búsquedas por internet, etc. Los oferentes y demandantes pueden no disponer del mismo nivel de información; cuando esto ocurre decimos que existe información asimétrica. Los agentes suelen contar con información insuficiente o directamente dicha información puede ser inexistente; esto resultará particularmente importante cuando las consecuencias del consumo de un bien se conocen en el futuro. Este tema mereció la atención de los estudiosos a partir de la publicación de los trabajos de George Akerlof, en 1970. Diremos que existe información asimétrica cuando la información sobre la calidad y las características de los bienes y servicios intercambiados, o sobre las acciones o características de los agentes que influyen en ellas, no está distribuida de forma simétrica entre consumidores y productores, esto es, hay diferencias en el acceso a ella. La información asimétrica es característica de muchas situaciones de la vida real. A menudo el vendedor de un producto conoce su calidad mejor que el comprador. Asimismo, los trabajadores conocen sus propias capacidades y el interés que ponen en la actividad que desempeñan mejor que los empresarios. También los directivos conocen mejor los costos, la posición competitiva y las oportunidades de inversión de la empresa que los propietarios o accionistas, y los médicos suelen tener más información sobre las enfermedades que los pacientes. Veremos que en los casos, por ejemplo del mercado de los autos usados y de la contratación de pólizas de seguros, en ambos casos una de las partes cuenta con mejor información que la otra: el vendedor del auto y el tomador de la póliza. Así podemos afirmar Para analizar las implicaciones de la información asimétrica centraremos el análisis en dos casos: 1. riesgo moral y 2. selección adversa. 7.2.4.1 Riesgo moral. Las situaciones de riesgo moral surgen cuando una persona, llamada agente, realiza una tarea en representación de otra, llamada principal, sin que ésta pueda vigilar perfectamente la conducta de aquella. Si este es el caso, el agente tiende a esforzarse menos de lo que el principal considera deseable. La expresión riesgo moral se refiere al riesgo de que el agente tenga un comportamiento indebido o inmoral, de forma que el principal tratará de inducir, por diversos medios, a que el agente actúe de forma responsable. Un ejemplo reciente de azar o riesgo moral es el comportamiento de determinadas entidades financieras en la crisis internacional iniciada en 2007. En el origen de la crisis está un comportamiento excesivamente arriesgado de ciertas entidades financieras, que actuaron típicamente como agente, confiadas en que al final el principal (Banco Central y gobiernos), por evitar un derrumbe del sistema financiero, las rescataría y les resolvería sus problemas. Esta confianza en que si las cosas empeoran el sector público intervendrá en su ayuda, ha inducido a muchas entidades financieras a incurrir en un comportamiento típico de riesgo moral, endeudándose de forma excesiva. Las millonarias operaciones de rescate a las que el gobierno de Estados Unidos, y 5 de muchos otros países, se ha visto obligado a poner en práctica son un ejemplo de que en ciertas ocasiones el agente (entidades financieras en nuestro ejemplo) incurre en comportamientos no deseados que el principal no quiere y no puede o no sabe controlar de manera adecuada. Por ello una de las recomendaciones para salir de la crisis, y sobre todo para evitar que vuelva a repetirse, es que las autoridades monetarias mejoren y aumenten el control de las entidades financieras. 7.2.4.2 Selección adversa La selección adversa, como problema, aparece en los mercados en que el vendedor conoce mejor que el comprador los atributos del bien que vende, de forma que el comprador corre el riesgo de que le vendan un bien de baja calidad. En otras palabras, el comprador incurre en el riesgo de realizar una selección de bienes en venta que sea adversa a sus intereses por falta de información. Veamos unos ejemplos: Supongamos que existen dos tipos de autos usados: en buen estado y en mal estado, situación perfectamente conocida por los vendedores, pero desconocida a priori por los compradores, los cuales percibirán todos los vehículos como de “calidad promedio” y descubrirán la verdad una vez adquirido y utilizado el auto. Si el precio de mercado es uniforme, es decir es el mismo para todos, este valor resultará insuficiente para los vendedores de vehículos en buen estado, los cuales se retirarán del mercado, aumentando paulatinamente la proporción de autos defectuosos que se comercializan. Los compradores, al comprobar que la proporción de autos usados está aumentando paulatinamente, tenderán a disminuir su disposición a pagar, lo cual generará una nueva salida del mercado de autos de buena calidad, hasta que al final solo quedarán a la venta los vehículos de mala calidad. Algo similar puede ocurrir con las pólizas de seguros; los tomadores suelen ser aquellos individuos con mayores posibilidades de tener problemas de salud; pero la compañía desconoce esto, pues en principio los parámetros con que cuenta son los que se refieren a la salud promedio de la población. Al aumentar la proporción de individuos con problemas, se encarecerá la gestión de las compañías, las cuales aumentarán el costo de las pólizas para hacer frente a una mayor cobertura derivada del incremento de siniestralidad (mayor cantidad de enfermos que el promedio). El incremento de los costos disuade simultáneamente a la población con bajas posibilidades de tener problemas de contratar una póliza. Esto incrementa nuevamente el promedio de la siniestralidad reforzando el proceso que hemos descrito: abstención creciente a contratar pólizas por parte de la población sana, e incremento de los costos derivados del aumento de siniestralidad. Finalmente, sólo tomarán pólizas los individuos con alta probabilidad de tener problemas. 7.3 La acción estatal Hemos visto que existen fallas de mercado, son importantes, recurrentes, su aparición hasta cierto punto inevitable, y según hemos visto pueden producir fuertes efectos distorsivos sobre el mecanismo del mercado, generando efectos indeseados para las personas y la sociedad. Pero no quiere decir que no pueda hacerse absolutamente nada al respecto. El problema radica en que las acciones pertinentes para moderar, revertir o resolver las fallas de mercado usualmente escapan a la gestión de los agentes privados, y normalmente solo pueden ser tomadas por el Estado. 6 Dentro de sus posibles acciones cabe consignar: Acción Normativa: implican el ejercicio del poder del Estado mediante el dictado de normas, resoluciones, reglamentaciones y leyes; son ejemplos las normas y reglamentaciones sobre contaminación, legislación antimonopólica, obligatoriedad de hacer conocer las consecuencias nocivas del consumo de determinados productos, etc. Gasto Público: el importante gasto del Estado puede orientarse a favorecer a los sectores de menores recursos, moderando lainequidad en la distribución de la riqueza, resolviendo temas de contaminación, haciendo publicidad, etc. Impuestos y subsidios: utilizándolos como herramientas para lograr los objetivos previstos; se puede por ejemplo aplicar impuestos a quienes contaminan, o a quienes poseen mayores ingresos; inversamente los subsidios pueden otorgarse a las personas con menos recursos. Empresas Estatales: normalmente debieran crearse para operar en áreas o mercados donde los privados no encuentren incentivos. A través de ellas se puede cobrar tarifas preferenciales a los consumidores de menos recursos, moderar la acción de monopolios privados, etc.
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