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G. preauriculares G. parotídeas G. cervicales Timo CONDUCTO TORÁCICO Bazo Cisterna del quilo G. ilíacos G. poplíteos G. inguinales G. supratrocleares G. axilares CONDUCTO LINFÁTICO DERECHO Linfa drenada al conducto torácico Linfa drenada al conducto linfático derecho (A) (B) Figura 16-10. A) Distribución del sistema linfático. B) Partes del cuerpo que drenan en cada uno de los conductos linfáticos. Se distinguen dos tipos: el tejido mieloide, que se localiza en la médula ósea y produce hematíes, plaquetas y leucocitos, y el tejido linfoide, que se distribuye por todo el organismo y forma una red defensiva constituida por el sistema linfático, cuyos componentes principales son los linfocitos. 16.6.1. Tejido mieloide Está situado en la médula ósea que llena las cavidades de los huesos. Hay dos tipos de médula ósea: roja y amarilla. En el sujeto adulto, la médula ósea roja sólo se encuentra en los huesos esponjosos cortos, como los de la cabeza, las costillas, el esternón y las vértebras, y tiene como función la producción de hematíes. La médula ósea amarilla se en- cuentra en todos los huesos y contiene grasa, de la que toma el color. Su función es la producción de leucocitos y plaque- tas, aunque también produce hematíes. Durante la etapa embrionaria la formación de células sanguíneas se lleva a cabo en varios lugares (hígado, bazo y saco vitelino) hasta que se constituye la médula ósea. En la infancia casi toda la médula ósea es roja y luego, con la edad, va apareciendo progresivamente la médula amarilla. La hematopoyesis es el proceso por el cual se forman todas las células de la sangre a partir de una célula madre hematopoyética pluripotencial que se encuentra en la mé- dula ósea. Las células madre se dividen a lo largo de toda la vida, pero unas permanecen en la médula, manteniendo cons- tante su número, y otras se van diferenciando para la forma- ción de otras células (Fig. 16-9). En las primeras divisiones las células ya se «comprometen» a diferenciarse hacia una de las series hemáticas, formando células madre «comprometi- das». Su crecimiento está regulado por múltiples proteínas inductoras del crecimiento. Al irse reproduciendo se van diferenciando y crean unidades formadoras de colonias, de eritrocitos, de granulocitos y monocitos, de megacariocitos y de células madre linfoides. Una vez que se forman las colo- nias, actúan las proteínas inductoras de la diferenciación, cuya misión es completar la maduración y diferenciación hasta que se constituyen las células sanguíneas definitivas. 16.6.2. Tejido linfoide Su función principal es crear un sistema de defensa en todo el organismo que pueda eliminar microorganismos o partículas extrañas y colaborar en la diferenciación de los linfocitos para potenciar el sistema inmunitario. Está formado por una red de vasos distribuidos por todo el cuerpo que se inicia en los capilares linfáticos. Estos vasos linfáticos transportan la linfa hacia el conducto linfá- tico derecho o hacia el conducto torácico, los cuales desem- bocan en las venas subclavias derecha e izquierda (Fig. 16-10). Su misión es drenar y filtrar el líquido del tejido Parte V. Sistemas de defensa 385
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