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ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO (408)

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Es el sistema encargado de la protección del organismo
contra cualquier elemento propio o extraño que pudiera
invadirlo. Está constituido por las células defensivas de la
sangre, los leucocitos, y por un sistema, el linfático, distri-
buido por todo el cuerpo. Aunque existe una inmunidad
natural contra algunas infecciones, a lo largo de la vida el
organismo tiene que adquirir sus propias defensas. Por ello,
los factores celulares y humorales encargados de la inmuni-
dad tienen que adaptarse con el fin de reconocer y eliminar
todo el material extraño que entra en el organismo. Existen
dos tipos de inmunidad: la inmunidad celular, que corres-
ponde a los linfocitos que se activan en el timo, y la inmuni-
dad humoral, que corresponde a los linfocitos que se activan
en otras zonas linfáticas y constituyen los anticuerpos.
El primer mecanismo de actuación del sistema inmunita-
rio es el reconocimiento de los elementos invasores, los
antígenos. Éstos provocan una serie de reacciones inmunita-
rias específicas en las que interviene la inmunidad humoral.
A su vez, estas reacciones facilitan la actuación de las
células defensivas que constituyen la inmunidad celular.
Entre ambas se consigue la destrucción de los microorganis-
mos invasores.
A veces, las reacciones inmunitarias pueden ser exagera-
das, de modo que afectan a las propias células del organis-
mo y producen trastornos alérgicos, o de hipersensibilidad,
o enfermedades autoinmunitarias.
Actualmente, gracias al avance de los conocimientos so-
bre el funcionamiento de este sistema, se puede incrementar
el potencial defensivo del organismo mediante técnicas
como la inmunización pasiva y las vacunaciones. Al mismo
tiempo, los avances en el reconocimiento de estas reaccio-
nes inmunitarias han permitido mejorar la eficacia de las
transfusiones, los injertos de tejidos o los trasplantes de
órganos, al disminuir las probabilidades de rechazo.
17.1. INMUNIDAD
Es la capacidad del organismo para neutralizar y eliminar
los microorganismos, o sus toxinas, y las propias células
que pudieran lesionar sus tejidos y órganos.
Sus funciones son reconocer y eliminar todo el material
extraño, o bien las propias células que ya no son útiles, con
el objetivo de conservar la integridad del organismo.
La inmunidad puede ser de dos tipos: innata o natural y
adquirida o específica
17.1.1. Inmunidad innata o natural
Es la que existe desde el momento del nacimiento. Su
actividad deriva de procesos generales y no requiere de un
reconocimiento previo del agente invasor. Está constituida
por una serie de mecanismos de defensa natural, como son:
Las barreras de superficie. Entre ellas destaca el epite-
lio de la piel, el moco y las secreciones enzimáticas del
epitelio respiratorio, las secreciones ácidas del estómago y
las alcalinas del duodeno.
Los elementos celulares. Están constituidos por los neu-
trófilos y los monocitos y por los macrófagos tisulares.
Los elementos humorales. Se encuentran libres en el
plasma y pueden destruir determinados tipos de agentes
invasores. Entre ellos destacan las lisozimas, las proteínas
del complemento, las células citolíticas naturales, las linfo-
cinas y el interferón.
Este tipo de inmunidad evita que el hombre contraiga
determinadas enfermedades que afectan a otros animales,
como el cólera de los cerdos o la peste del ganado.
17.1.2. Inmunidad adquirida
Es la inmunidad que protege contra las bacterias, los
virus, las toxinas y otros agentes que provienen de otros
seres vivos, o las células propias del organismo. Como su
nombre indica, se adquiere a lo largo de la vida. Para su
desarrollo es imprescindible un reconocimiento previo del
agente invasor o antígeno.
En la inmunidad adquirida intervienen los linfocitos y los
macrófagos. Puede ser de dos tipos: celular y humoral. La
inmunidad celular se desarrolla a partir de la activación de
los linfocitos T, que producen linfocinas y están específica-
mente encargados de la destrucción de agentes extraños,
virus, hongos y algunas bacterias. También intervienen en
las reacciones de rechazo de los injertos de tejidos o de los
trasplantes de órganos y en las reacciones de hipersensibili-
dad. La inmunidad humoral se adquiere a partir de la
activación de los linfocitos B, que producen los anticuerpos
o inmunoglobulinas e intervienen en la neutralización de las
toxinas y la eliminación de las bacterias.
Sistema inmunitario
	ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO
	CONTENIDO
	PARTE V SISTEMAS DE DEFENSA
	17 Sistema inmunitario

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