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Antígeno Macrófago procesador Antígenos procesados IL-I LINFOCINAS Linfocito T cooperador Linfocitos supresores Linfocitos citotóxicos Linfocito de memoria Célula plasmática Ag Linfocito B IgM IgG IgA IgD IgE D ife re nc ia ci ón P ro lif er ac ió n Figura 17-2. Esquema de las funciones de los linfocitos T co- operadores. Paratopo Porción constante Porción variable S S S S S S S S S S S S S S S S S S S S S S S S NH 3 NH 3 NH 3 NH 3 Cadena pesada Cadena ligera Figura 17.3 Esquema de la estructura de las inmunoglobulinas o anticuerpos. 17.1.3.2. Linfocitos B Son los responsables de la inmunidad humoral o inmu- nidad mediada por anticuerpos. En las aves la transformación de los linfocitos en linfoci- tos B se lleva a cabo en la bolsa de Fabricio. En los mamíferos esta bolsa no existe y se supone que la transfor- mación se realiza durante la vida fetal en el hígado y el bazo y después del nacimiento en la médula ósea. Como ocurre con los linfocitos T, los linfocitos B, una vez proce- sados, emigran a los ganglios linfáticos y al resto del tejido linfoide (véase Fig. 17-1). Los linfocitos B pueden ser estimulados por antígenos o por linfocinas, después de lo cual se reproducen y se dife- rencian en dos clanes celulares (véase Fig. 17-2): las células de memoria y las células plasmáticas. Las células de me- moria son células similares a la original que se reparten por todo el tejido linfoide y permanecen inactivas hasta que una nueva exposición al mismo antígeno las reactiva. Entonces, estas células de memoria provocan una respuesta de anticuer- pos mucho más rápida y potente. Las células plasmáticas son las que producen las inmunoglobulinas o anticuerpos. Las inmunoglobulinas (Ig) o anticuerpos se encuentran en todos los animales vertebrados y se pueden localizar libres en el plasma, en las secreciones orgánicas y también en los tejidos unidas a las células. Son moléculas de naturaleza proteica que se originan a partir de la célula plasmática que deriva de los linfocitos B cuando son estimulados. Las células plasmáticas se dividen rápidamente. Aparecen 500 células en cuatro días y cada célula plasmática puede producir del orden de 3000 molécu- las por segundo, que se secretan a la linfa y luego pasan a la sangre en forma de anticuerpos o Ig. Los anticuerpos son las proteínas que constituyen las gammaglobulinas del plasma. Representan el 11 % de todas las proteínas plasmáticas (véanse Figura 16-1 y Cuadro 16-1). Tienen un elevado peso molecular y su estructura está formada por cuatro cadenas de polipéptidos (Fig. 17-3), dos ligeras (la lambda (j) y la kappa (i)), que son comunes a todas las Ig, y dos pesadas, que pueden ser del tipo a, c, d, e o k. De este modo, se pueden reconocer cinco clases de Ig humanas: Las IgA se encuentran en el plasma en una proporción del 8 %, y entre ellas se distinguen dos subtipos. Abundan en las barreras de superficie y predominan en las secrecio- nes (como el calostro). También tienen actividad antivíri- ca. Parte V. Sistemas de defensa 391
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