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ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO (425)

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Desde el nacimiento hasta la adolescencia sus niveles son
mínimos. En la pubertad su secreción comienza de forma
cíclica y tiene dos picos en cada ciclo sexual, el preovulato-
rio y el postovulatorio. En el climaterio los niveles basales
vuelven a disminuir, pero se mantiene en un mínimo por su
secreción en la corteza suprarrenal.
18.1.6. Efectos de la progesterona
La progesterona es la hormona que produce los cambios
necesarios en el endometrio para hacer posible la implanta-
ción del óvulo fecundado y la continuidad de la gestación.
Por ello, también recibe el nombre de hormona gestacional
o gestágeno.
— En el útero favorece la fase secretora (véase el ciclo
endometrial), la implantación del óvulo y la formación
de la placenta. Si ha habido fecundación, frena las
contracciones del útero y suprime la hemorragia uteri-
na provocada por los estrógenos. Aumenta las secre-
ciones de las trompas de Falopio, que sirven para
alimentar al óvulo.
— Aumenta el tamaño de las mamas y activa el creci-
miento del tejido glandular y de los alveólos.
— Es una hormona catabólica, parecida a los glucocorti-
coides (la movilización de proteínas de la madre sirve
para la síntesis proteica del embrión).
— Retiene agua, cloro y sodio. En ocasiones compite con
la aldosterona por los receptores tubulares, aunque es
menos potente que esta última.
— Tiene un efecto termógeno (eleva la temperatura basal
del cuerpo en unos 0.5 °C). Esta propiedad se ha
utilizado como método anticonceptivo natural, ya que
permite reconocer el momento de la ovulación.
— Inhibe la LH hipofisaria y, por consiguiente, la ovula-
ción. Actualmente los progestágenos sintéticos se pue-
den usar como anticonceptivos orales o inyectables,
asociados a los estrógenos.
La progesterona es una hormona esteroidea, de estructura
muy parecida a la testosterona. Se produce en su mayor
parte en el cuerpo amarillo, y en menor cantidad en las
células foliculares y la corteza suprarrenal. La placenta tam-
bién produce grandes cantidades de progesterona.
Otras hormonas ováricas son los andrógenos, unas hor-
monas esteroideas que se secretan en escasa cantidad en el
ovario y también en las suprarrenales. Su acción es virili-
zante, ya que producen hipertrofia del clítoris, atrofia de los
genitales externos, hirsutismo, cambios de voz y psiquismo
masculino.
18.2. TROMPAS DE FALOPIO
Son unas estructuras delgadas y tubulares que unen los
ovarios con el útero (Fig. 18-4). Son dos y macroscópica-
mente se dividen en tres partes. El pabellón de la trompa
es la parte más ancha y está en contacto con el ovario; tiene
forma de embudo y está constituido por las fimbrias. La
parte intermedia o ampolla tiene forma de S y finaliza en la
parte distal o istmo, que se estrecha para desembocar en el
útero por el orificio uterino de la trompa.
Las trompas están unidas a los ovarios por un meso que
recibe el nombre de mesosalpinge. Están recubiertas de
peritoneo, que forma el ligamento ancho (el mismo que
recubre el útero). En un corte se diferencian una capa exter-
na epitelial, una capa muscular intermedia y una capa mu-
cosa interna con repliegues. Éstos son más abundantes en la
ampolla y acaban en las fimbrias. La mucosa está recubierta
de cilios y se vuelve muy secretora tras la ovulación, bajo
los efectos de la progesterona.
Su función se limita a conducir el óvulo hacia el útero.
Como la fecundación se suele producir en su interior, las
células de la mucosa secretan sustancias nutritivas para el
óvulo fecundado y los cilios lo dirigen hacia el útero. La
trompa es un conducto con peristaltismo, cuya misión es
favorecer la subida de los espermatozoides y su contacto
con el óvulo.
18.3. ÚTERO
Es un órgano impar, hueco, musculoso y piriforme, situa-
do en la mitad de la pelvis. Alcanza un tamaño de 7 a 9 cm.
Por delante se sitúa la vejiga urinaria y por detrás, el recto
(véase Fig. 18-1). Por ello, su situación es variable según la
repleción del recto y de la vejiga urinaria. Durante el emba-
razo puede crecer lo suficiente como para contener la pla-
centa con el feto y el líquido amniótico. Al final de la
gestación puede llegar a ocupar la parte superior de la
cavidad abdominal. Se encuentra fijo al resto de los órganos
genitales (Fig. 18-4B) por el ligamento uteroovárico, los
ligamentos sacrouterinos, el ligamento redondo, que es un
cordón muscular grueso que une el útero a la pared anterior
de la pelvis, y el ligamento ancho, que es un repliegue del
peritoneo que actúa de suspensorio del útero. Dentro de este
último ligamento se encuentra la trompa y las arterias uteri-
nas.
El útero se divide en tres porciones (Fig. 18-4B). El
cuerpo, que es la parte superior y la de mayor tamaño,
ocupa la mitad del útero y se relaciona por arriba con los
intestinos, mediante el fondo del útero. En su parte lateral
desembocan las trompas. El istmo, o parte intermedia, es
muy corto (7 mm) y estrecho, y se sitúa entre el cuerpo y el
cuello. La parte inferior es el cuello. Tiene forma cilíndrica
y está rodeado por la vagina. En ésta se distinguen una
porción superior o supravaginal y una porción inferior (la
que palpa el tocólogo y se dilata en el momento del parto),
que forma el hocico de tenca y da salida al contenido del
útero. La porción del cuerpo que está sobre el cuello adopta
una posición de anteroflexión (Fig. 18-5).
Si se abre el útero, en la parte más externa se distingue el
perimetrio, que está formado por peritoneo; a continuación
se ve el miometrio, que es una gruesa capa muscular, y
finalmente el endometrio, que es una capa mucosa. El
interior del útero es hueco y tiene forma de triángulo, cuyos
vértices son los orificios de entrada de las trompas y el
orificio externo.
18.3.1. Funciones del útero
El útero es la parte del aparato genital femenino que se
encarga de recibir y anidar el cigoto u óvulo fecundado para
que se alimente de sus secreciones hasta la formación de la
406 Estructura y función del cuerpo humano

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