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FISIOLOGÍA HUMANA-562

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por lo que el retorno venoso al ventrículo izquierdo y el
volumen latido de éste disminuyen. Durante la espiración,
estos cambios se invierten, disminuyendo el retorno veno-
so y el volumen latido del ventrículo derecho, a la vez que
aumenta el volumen latido del ventrículo izquierdo. Tam-
bién disminuye el retorno venoso cuando aumenta la pre-
sión intratorácica (tos, defecación, maniobra de Valsalva). 
La contracción muscular (bomba muscular). Las
venas superficiales de los miembros inferiores drenan en
troncos venosos profundos que poseen válvulas que impi-
den la circulación en sentido retrógrado (Fig. 39.5). Ello
explica por qué la contracción muscular facilita el retorno
venoso hacia el corazón y disminuye la presión venosa.
Durante la relajación muscular cesa la presión ejercida
sobre las venas profundas, que ahora están vacías y listas
para ser rellenadas desde el sistema venoso superficial.
Cuando una persona permanece de pie durante largos
períodos de tiempo, la bomba muscular no trabaja y la Ph
en las venas superficiales del tobillo aumenta hasta 12 kPa
(90 mm Hg). Ello incrementa la presión capilar y facilita la
extravasación de hasta un 10% del volumen sanguíneo
hacia el espacio intersticial, lo que facilita la aparición de
edemas de las extremidades inferiores. Si ahora el indivi-
duo comienza a caminar o a correr, la presión ejercida
durante la contracción muscular colapsa las venas profundas
y, debido a la disposición de las válvulas, facilita la circula-
ción de la sangre hacia la aurícula derecha, reduciendo
rápidamente la Ph en las extremidades inferiores hasta 2.7-
4 kPa (20-30 mm Hg) (Fig. 39.6). A su vez, esta reducción
de la Ph aumenta el retorno venoso, el volumen minuto car-
díaco y el flujo sanguíneo hacia los músculos que trabajan,
y disminuye la difusión de líquidos desde el capilar hacia
el espacio intersticial y previene la aparición de edemas. 
Trastornos asociados al sistema venoso: 
varices venosas 
Las venas están anatómicamente dotadas de los ele-
mentos necesarios para realizar correctamente su función
de conducir la sangre desde los capilares al corazón: unas
paredes distensibles, capaces de acoger en el interior el
aumento del volumen sanguíneo, y un sistema valvular
que impide que la sangre circule en sentido retrógrado.
La presencia de dilatación, alargamiento y tortuosidad
del sistema venoso recibe el nombre de varices. Éstas se
localizan con preferencia en las extremidades inferiores, en
el plexo venoso anorrectal (hemorroides) y en el esófago de
los pacientes con hipertensión portal (varices esofágicas).
Muchas veces las varices son debidas a defectos de la pared
venosa o de la estructura y función de sus válvulas. En
otras ocasiones, las venas varicosas son consecuencia de
procesos que dificultan el retorno sanguíneo o que aumen-
tan la presión venosa de forma crónica. Este es el caso de
las varices que aparecen en las extremidades inferiores en
personas cuya profesión exige que permanezcan mucho
tiempo en pie (camareros, vigilantes, peluqueros), en obe-
sos, en pacientes con hipertensión portal o durante el emba-
razo. En estas circunstancias, el acúmulo de sangre en las
extremidades inferiores produce un aumento del diámetro
venoso, que llega a impedir que las válvulas hagan contac-
to, por lo que la bomba muscular pierde su eficacia y per-
mite el flujo venoso retrógrado, lo que, a su vez, produce
una mayor distensión del vaso, un aumento de la presión
venosa y una mayor difusión de líquidos hacia el espacio
intersticial. Estos cambios son los responsables de los sín-
tomas de insuficiencia venosa (pesadez y dolor, edema,
prurito, parestesias, calambres) que presentan estos pacien-
tes en las extremidades inferiores.
F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A V E N O S O 533
A B C
Figura 39.5. Papel de la bomba muscular sobre el retorno
venoso desde las extremidades inferiores. A) En bipedestación y
en reposo las válvulas venosas están abiertas y la sangre fluye
hacia el corazón. B) La contracción muscular comprime las
venas, facilita la apertura de la válvula que se encuentra por
encima y el cierre de la que se encuentra por debajo y, por tan-
to, el retorno de sangre hacia el corazón. C) Tras la relajación
muscular, la válvula que se encontraba por encima de la zona
comprimida se cierra, la inferior se abre y el segmento venoso
se llena nuevamente de sangre.
Caminando
Tiempo (min)
Pr
es
ió
n 
ve
no
sa
 (k
Pa
)
0 10 20 30 40 50 60 70
16
12
8
4
Figura 39.6. Cambios en la presión venosa del tobillo produci-
dos durante la marcha. Cuando el sujeto que estaba sentado se
incorpora, la presión venosa alcanza los 12 kPa. Cuando
empieza a caminar, la presión venosa disminuye con cada paso
hasta alcanzar los 3.3 kPa. Cuando cesa de caminar, la presión
venosa aumenta lentamente al rellenarse las venas de las extre-
midades inferiores. Modificado de Pollack y Wood. J Appl
Physiol 1949.

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