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INTRODUCCIÓN Según se ha detallado en el Capítulo 37, la presión arterial (PA) está determinada por el producto de dos fac- tores: el gasto cardíaco y la resistencia periférica total, de forma que la modificación de cualquiera de estos factores produce cambios en el nivel de PA. Asimismo, el control de la PA va a depender de la acción de los sistemas de regulación sobre el gasto cardíaco y/o la resistencia peri- férica total. La regulación de la PA es un proceso comple- jo, que está determinado por la acción del sistema nervioso autónomo y los centros de regulación cardiovascular del bulbo, los factores vasodilatadores y vasoconstrictores, y el riñón. Cada uno de estos sistemas actúa de una forma y en un tiempo diferentes. La regulación nerviosa intenta mantener un nivel adecuado de PA mediante la corrección y el reajuste instantáneos de los cambios de PA. Los siste- mas humorales participan junto con el sistema nervioso simpático (SNS) en la regulación del tono vasomotor y el calibre de las arterias pequeñas, por lo que son responsa- bles de los cambios de la resistencia periférica a medio plazo. Tanto el SNS como los sistemas humorales partici- pan en la regulación del crecimiento de los distintos tipos de células que componen la pared arterial, que tanta influencia tiene sobre la resistencia periférica. El riñón participa en la regulación de la PA a largo plazo a través del control de la volemia mediante la regulación de la excreción de iones y agua. Además, el SNS y muchos agentes humorales vasoactivos participan también en la regulación de la función renal, siendo responsables indi- rectos de la acción del riñón en la regulación de la PA. REGULACIÓN NERVIOSA La función de la regulación nerviosa (de la PA) es el mantenimiento de niveles normales de presión mediante el reajuste y la corrección inmediata de los cambios que se producen en ella, y su característica es la rapidez en la res- puesta, que se produce en pocos segundos. Esta regulación se realiza a través de arcos reflejos que tienen sus recepto- res en diferentes zonas del sistema cardiovascular; luego la información es conducida al centro de regulación cardio- vascular bulbar, donde se elabora una respuesta que a través de las vías eferentes del sistema nervioso autónomo tiende a minimizar el cambio producido en los niveles de PA. Los reflejos extrínsecos son aquellos mecanismos cuyo origen y sus receptores están fuera del sistema car- diovascular; no regulan en un sentido auténtico la PA, pero producen respuestas que afectan a ésta. Estímulos como el frío, el dolor o la distensión visceral producen cambios en la PA. La sensación de frío en general, y en concreto el lla- mado test presor del frío (consistente en introducir el bra- zo en agua helada), produce un aumento de la PA sistólica y diastólica que está mediada por la activación simpática. Asimismo, el dolor moderado produce aumento de la PA, aunque el dolor intenso y prolongado puede producir dis- minución de la PA. Áreas centrales de control cardiovascular El llamado centro de regulación cardiovascular está constituido por zonas difusas que se localizan a ambos lados de la sustancia reticular del bulbo y el tercio inferior de la protuberancia, y recibe aferencias del hipotálamo y la corteza cerebral. Estas zonas se encuentran próximas a las de la regulación de la respiración, lo que justifica la exis- tencia de influencias entre los sistemas cardiovascular y respiratorio. Se han descrito tres áreas en el centro de regu- lación cardiovascular (Fig. 42.1): • Área presora, localizada en la zona lateral de la formación reticular, que está integrada por un cen- tro cardioestimulador y otro vasoconstrictor. • Área depresora, situada en la zona media de la sus- tancia reticular, que está formada por un centro cardioinhibidor asociado a los núcleos ambiguo y dorsal del vago, y un centro vasodilatador cuyas fibras no se dirigen hacia la médula y los nervios periféricos, sino hacia el centro vasoconstrictor, cuya actividad inhiben. • Área sensorial del fascículo solitario, localizada en ambos lados de la zona posterior del bulbo y en la parte inferior de la protuberancia. Las neuronas de esta área reciben señales sensitivas de los nervios vagos y glosofaríngeos, y sus vías eferentes modu- lan las áreas presora y depresora del centro de regulación cardiovascular. Otras partes del sistema nervioso, como la médula espinal, el hipotálamo y la corteza cerebral también parti- cipan en la regulación cardiovascular. La médula integra las respuestas vasomotoras que se producen por la estimu- lación de los receptores periféricos a la temperatura, al R E G U L A C I Ó N D E L A P R E S I Ó N A R T E R I A L 555 Figura 42.1. Localización de las áreas presora (cuadrícula) y depresora (líneas horizontales) en el tronco encefálico.
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