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FISIOLOGÍA HUMANA-599

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La isquemia cardíaca produce importantes efectos
metabólicos, mecánicos y eléctricos, que dan lugar prime-
ro a un cuadro doloroso (angina de pecho) y, por último, a
la necrosis de las células cardíacas (infarto de miocardio)
(Fig. 43.6). Los efectos metabólicos son los primeros en
aparecer y se caracterizan por una rápida y marcada inhi-
bición de la fosforilación oxidativa, que disminuye los
niveles cardíacos de ATP, creatina fosfato y ácido pirúvi-
co, y un aumento de la glucólisis anaerobia y de la pro-
ducción local de ácido láctico. El rápido aumento de ácido
láctico, la disminución del pH y, probablemente, la pre-
sencia de otros metabolitos, inhiben el ciclo glucolítico a
nivel de la fructosa-6-fosfato y, por tanto, la glucólisis
anaeróbica. Además, la isquemia aumenta la producción
de radicales libres de oxígeno, que inactivan el NO y pro-
ducen vasoconstricción coronaria y alteran la permeabili-
dad del sarcolema aumentando la entrada de Ca2+ y la
concentración intracelular y mitocondrial de este catión.
La sobrecarga de Ca2+ inhibe aún más la síntesis mitocon-
drial de ATP y acelera la progresión hacia la necrosis celu-
lar. La isquemia también produce la liberación celular de
serotonina, histamina o bradiquinina, que junto al ácido
láctico podrían estimular terminaciones nerviosas y produ-
cir el dolor (angina de pecho) característico de la isquemia
miocárdica.
La isquemia también produce una disminución de la
contractilidad en las zonas afectadas, que se manifiesta en
forma de hipocinesia o discinesia. Si la isquemia es impor-
tante, esta depresión de la contractilidad conduce a una
disminución del volumen minuto cardíaco y a un cuadro
de insuficiencia cardíaca. La isquemia produce, primero,
una alteración de la función diastólica, que disminuye la
velocidad de relajación y aumenta la presión diastólica
final del ventrículo izquierdo (y las MVO2); posteriormente,
disminuye la función sistólica y, por último, si la isquemia
es muy marcada, la contracción cesa (acinesia). Además,
la reducción de los niveles de ATP y la acumulación intra-
celular de Ca2+ pueden conducir a una contractura del
músculo cardíaco. Como hemos visto en el Capítulo 36, la
relajación cardíaca es un proceso activo que conlleva 
la activación de las ATP-asa Ca2+-dependientes del re-
tículo sarcoplásmico y del sarcolema encargadas de redu-
cir la [Ca2+]i. Dado que la isquemia reduce los niveles
cardíacos de ATP es lógico que la función diastólica sea
mucho más sensible a la isquemia que la función sistólica
cardíaca. Si la isquemia es transitoria (menos de 20 minu-
tos), la contractilidad se recupera al cabo de varios días o
semanas, dependiendo de la duración de la isquemia;
durante este tiempo se dice que el miocardio está “aturdi-
do” (stunned). La isquemia crónica puede conducir a la
situación de miocardio “hibernado”, en la que el corazón
permanece viable pero acinético; esta situación, es plena-
mente reversible si la isquemia desaparece.
La isquemia cardíaca también altera las propiedades
eléctricas de las células cardíacas, ya que despolariza el
potencial de membrana y disminuye la excitabilidad y la
velocidad de conducción intracardíacas, efectos que facili-
tan, con frecuencia, la aparición de arritmias ventriculares
que pueden ser letales. 
Si la disminución del flujo coronario persiste durante
más de una hora se produce la necrosis de las células car-
díacas. El infarto de miocardio produce importantes cam-
bios en la arquitectura del ventrículo que influyen en la
función ventricular. Estos cambios, que se denominan
remodelado ventricular, implican la sustitución del tejido
necrosado por tejido fibrótico cicatricial, la expansión de
la zona necrótica, y la hipertrofia y dilatación del miocar-
dio normal que rodea la zona infartada. Estos cambios se
producen en las primeras horas o días después del infarto,
y son tanto más marcados cuanto mayor sea la extensión
del área infartada. El remodelado ventricular confiere al
ventrículo una morfología esferoidal, menos útil desde el
punto de vista funcional, que disminuye el volumen minu-
to cardíaco y, a largo plazo, conduce a un cuadro de insu-
ficiencia cardíaca. 
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA
Este término engloba un conjunto de trastornos de
diferente etiología en los que existe un desequilibrio entre
el aporte coronario de O2 y las MVO2 (véase Fig. 43.3). La
disminución del aporte coronario de O2 es producida en la
mayoría de los casos por una placa de ateroma, una trom-
bosis o un espasmo coronario; otras veces, lo que aumen-
tan son las MVO2, tal como sucede durante el ejercicio, en
presencia de taquiarritmias, hipertensión arterial o miocar-
diopatía hipertrófica. 
La manifestación clínica más frecuente de la cardio-
patía isquémica es la angina de pecho, definida como
dolor, opresión o malestar, generalmente retroesternal, que
570 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A C A R D I O VA S C U L A R
SegundosIsquemia
reversible
Isquemia
irreversible
Contractura
Glucólisis anaeróbica
ácido láctico
H+
ATP
Ca2+ intracelular
ATP
Ca2+ intracelular
Ca2+ mitocondrial
23 minutos
>1 hora
Necrosis
Figura 43.6. Consecuencias metabólicas y mecánicas de la isque-
mia cardíaca.

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