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torio. Se produce durante aproximadamente los 3 prime- ros días en altitud seguido de un retorno progresivo a los valores iniciales. Por otra parte, si la altitud no es exagerada (inferior a 4500 m) durante los días siguientes a la llegada a tales cotas la respuesta ventilatoria se estabiliza progresiva- mente. Al cabo de un tiempo, que distintos autores consi- deran de días o semanas, el volumen minuto total se mantiene en un nivel de 2.5 L/min, superior por término medio al que existe a nivel del mar. Esta situación es debi- da a que el riñón compensa la alcalosis respiratoria redu- ciendo progresivamente la concentración de iones bicarbonato en sangre. Esta compensación también se produce en el líquido cefalorraquídeo (LCR) y los tejidos encefálicos. En tal caso, disminuye el pH de los líquidos que rodean las neuronas quimiosensibles del centro respi- ratorio y aumenta su actividad estimuladora de la respira- ción. Sin embargo, dado que el consumo de oxígeno en proporción al trabajo realizado es siempre el mismo a cualquier altitud, se comprende que los esfuerzos en alti- tud, sobre todo si ésta es extrema, comporten un gran aumento de la ventilación. Difusión del oxígeno entre el alvéolo y el capilar pulmonares En relación a la capacidad de difusión del oxígeno en condiciones de hipoxia, la situación es controvertida. Algunos autores indican que no cambia o que aumenta ligeramente después de la llegada a las grandes alturas, mientras que otros describen una disminución de la mis- ma. De todas formas, la difusión del oxígeno a través de la membrana respiratoria es más lenta en la altitud porque la diferencia de presiones parciales de este gas entre el aire alveolar y la sangre venosa es menor que a nivel del mar (60-64 mm Hg a nivel mar; 12-14 mm Hg en el Everest). Por el contrario, la diferencia entre las PO2 alveolares y arteriales pulmonares que se dan en altitud, parecen ser más similares entre sí que a nivel del mar, debido proba- blemente a la menor desproporción existente entre la ven- tilación y la perfusión. Esta menor desproporción sería debida al aumento de la vasoconstricción pulmonar que se da en la adaptación a la hipoxia de la altitud, que dirige la sangre hacia los alvéolos bien ventilados. Sin embargo, en el ejercicio extremo realizado en condiciones de hipoxia, el pulmón presenta limitaciones en el intercambio de gases respiratorios que se traducen en un aumento de la diferen- cia alveoloarterial de oxígeno. La causa más probable es que las mencionadas alteraciones sean debidas a cambios en la circulación pulmonar y, especialmente, al desarrollo de edema intersticial pulmonar sin manifestación clínica, que dificultaría la difusión del oxígeno. Después de la acli- matación a la altura, el intercambio de gases mejora debi- do esencialmente a la disminución del gasto cardíaco para una misma carga de trabajo, lo cual representa un aumen- to del tiempo de tránsito del hematíe en el capilar pulmo- nar y, en consecuencia, mayor posibilidad de oxigenación. Transporte sanguíneo e intercambio periférico de gases respiratorios El equilibrio ácido-base, algunos metabolitos como el 2,3-difosfoglicerato (2,3-DPG) y la temperatura son facto- res que influyen sobre el transporte en sangre del oxígeno (véanse Capítulos 18 y 50) y tienen un importante papel en la adaptación a la altitud. En condiciones normales, el pH de la sangre tiende a ser constante (7.4), manteniéndose una proporción ade- cuada entre el CO2 y los iones bicarbonato. Sin embargo, ya se ha comentado que en altitud la hiperventilación genera alcalosis respiratoria, que desplaza a la izquierda la curva de disociación de la hemoglobina, y que ésta puede ser compensada mediante eliminación renal de iones bicarbonato. Además, como con la aclimatación también aumenta la hemoglobina debido a la eritropoyesis induci- da por la hipoxia, se incrementa la capacidad amortigua- dora de la sangre, mientras que la de los tejidos disminuye por los desplazamientos compensatorios de electrolitos entre el espacio intra e extracelular. A nivel del mar y en la montaña de altitud media la alcalosis respiratoria es rápi- damente compensada por los riñones. Sin embargo, en la alta montaña la compensación renal es más lenta y puede no ser completa, pudiéndose dar un cierto grado de alcalo- sis respiratoria; por ejemplo a 4500 m el pH es 7.47. Ade- más, por encima de los 6500 m la hipoxia dificulta notablemente la excreción de iones bicarbonato por los riñones de manera que los individuos que sobrepasan esta cota se encuentran habitualmente en alcalosis respiratoria no compensada que puede ser sorprendentemente alta. Así, en el Everest (8848 m) se ha determinado que el pH es de 7.75 (7.58 en la “Operación Everest III” realizada en cámara hipobárica). Tal como se verá más adelante, esta importante alcalosis respiratoria parece ser beneficiosa para adaptarse a la altitud. Con el tiempo, otra importante adaptación que tiene lugar en altitud es el desplazamiento a la derecha de la curva de disociación de la hemoglobina, que se traduce en una disminución de su afinidad por el oxígeno, favore- ciendo la liberación de este oxígeno a los tejidos. Esta adaptación se atribuye al aumento de la concentración de 2,3-DPG intraeritrocitario durante la estancia en altitud. Tal compuesto puede aumentar desde 5.5 mmol/L a nivel del mar hasta 7.2 mmol/L en la cima del Everest. Este aumento unido al incremento de hemoglobina, que tam- bién se produce con la aclimatación, constituye una situa- ción muy favorable para suministrar oxígeno al tejido activo en ejercicio. Contribuye a este mismo efecto el aumento de temperatura corporal de 1-2 °C que se puede producir si el individuo está realizando ejercicio. Por tanto, en la altitud, la alcalosis aumenta la afini- dad de la hemoglobina desplazando la curva a la izquier- da, mientras que los aumentos de 2,3-DPG y de la temperatura disminuyen esta afinidad y desplazan a la derecha la curva de disociación de la hemoglobina. ¿Qué significado pueden tener estos mecanismos contrarios? En los primeros momentos de exposición a la hipoxia de la 666 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A R E S P I R AT O R I O
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