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nato sin modificar la secreción enzimática. Por otro lado, debido a que su nivel plasmático se eleva considerable- mente después de la ingestión de grasas, se tiene, más que como transmisor puro, como un regulador neurohormonal. Otros péptidos relacionados con la secreción pancreá- tica son los opiáceos endógenos, encefalina y sustancias afines (como la morfina), que suprimen dicha secreción estimulada por secretina o CCK-PZ exógenas. Parece ser que este efecto lo realizan a través de receptores muscarínicos específicos. Menos conocidos son los efectos fisiológicos sobre la secreción pancreática de otros péptidos neurotransmisores, aunque sepamos que algunos de ellos estimulan (sustancia P, motilina, quimodenina) y otros por el contrario tengan efecto opuesto (NPY). Hasta hace poco se pensaba que la estimulación sim- pática, por su especial distribución perivascular, sólo ejer- cía un efecto vasomotor y no secretor. Últimamente hay pruebas de que la estimulación simpática evoca secreción pancreática, que sólo se bloquea por completo cuando se combina atropina con un antagonista –adrenérgico, lo que sugiere que hay liberación de noradrenalina por los ner- vios adrenérgicos que estimula la secreción acinar. Por último, diremos que los nervios autónomos (sim- pático y vago) no sólo influyen de manera directa a través de los neurotransmisores en la secreción pancreática, sino que también lo hacen de forma indirecta, merced a su interdependencia con el mecanismo hormonal. Hormonas y agentes paracrinos La secreción pancreática exocrina, además de estar regulada por estímulos nerviosos, lo está también por una serie de péptidos que se liberan de las células endocrinas que revisten el tracto digestivo y ejercen su efecto a dis- tancia (hormonas), y otros que se producen en el propio páncreas y cuyo efecto, por tanto, es local (agentes para- crinos). Dos de estos péptidos, secretina y CCK-PZ, des- empeñan un papel fundamental en la estimulación pancreática. La función de otros (gastrina, insulina y glu- cagón) es más especulativa a nivel pancreático, aunque tie- nen un claro papel regulador en otros tejidos. Hay un tercer grupo, en el que se incluyen los agentes paracrinos (somatostatina), cuya función fisiológica todavía se está intentando comprender, y una hormona en potencia, la pancreatona, de la que aún no se ha identificado su estruc- tura química. (Para más información véase Capítulo 75). La secretina se produce en las células endocrinas (células S) del duodeno y yeyuno, y su liberación y poste- rior paso a la sangre da lugar a una mayor producción de bicarbonato y agua por el páncreas. Los niveles en sangre de la secretina a raíz de una comida estándar están en rela- ción directa con la acidificación duodenal, producida por el paso del bolo alimenticio desde el estómago, de tal for- ma que la neutralización del ácido o la supresión de la secreción ácida reducen de un modo importante esta res- puesta. No obstante, el descenso del pH duodenal (acidifi- cación) no es el único estímulo para la liberación de secre- tina, ya que las grasas y sales biliares intervienen en menor grado. Por otro lado, aunque la estimulación colinérgica (vagal) no aumenta los niveles sanguíneos de secretina alcanzados por la acidificación duodenal, el bloqueo atro- pínico reduce significativamente su efecto sobre el páncre- as, lo cual sugiere que la estimulación colinérgica de alguna forma favorece el efecto estimulante de la secreti- na sobre el páncreas exocrino. La secretina tiene recepto- res celulares distintos a la CCK-PZ y acetilcolina, y a nivel intracelular su efecto se desarrolla aumentando la concen- tración de AMP-cíclico (Figs. 58.7 y 58.8). La CCK-PZ se produce en las células endocrinas (células I) localizadas en la parte superior del intestino del- gado. Los niveles sanguíneos de la misma aumentan entre 5 y 10 veces como consecuencia de una comida. Los pro- ductos de degradación de las grasas, proteínas y polisacá- ridos, y en menor cuantía la acidificación duodenal, son los estímulos más potentes para la liberación de la CCK- PZ. En el ser humano, al contrario de lo que ocurre con la secretina, estimula fundamentalmente la producción enzi- mática y en menor grado la hidroelectrolítica. A nivel celu- lar, no sólo tiene distintos receptores que la secretina, sino que también el segundo mensajero es distinto, ya que su efecto se ejerce aumentando el calcio libre en el citosol (Figuras 58.7 y 58.8). Esto explica el efecto sinérgico que tienen las dos hormonas sobre la secreción pancreática. La gastrina estimula esencialmente la secreción enzi- mática, como consecuencia de su parecido estructural con 710 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A D I G E S T I V O Ca+ CL - Acelticolina CCK-PZ Na+ CI- Secretina cAMP Na+ Na+ K+ Figura 58.7. Representación esquemática de la regulación de la secreción hidroelectrolítica en las células ductales y centroaci- nares. (��) Receptores para acetilcolina, colecistoquinina-pan- creozimina y secretina. (�) Na+, K+-ATPasa activada (��) Elementos transportadores de aniones. Tomada de Exocrine Pancreas: Vay Liang W. Go y cols. Raven Press, 1986.
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