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en diferentes tipos celulares y en distintos momentos del desarrollo ontogénico, lo que sugiere que podrían tener funciones diferentes, aunque complementarias. La mayo- ría de los genes de los receptores nucleares ha sido inacti- vada en el ratón por técnicas de recombinación homóloga, y los fenotipos obtenidos demuestran la existencia de fun- ciones específicas, así como en algunos casos un cierto grado de redundancia mediante la cual se asegura que algunas de las funciones de una forma de receptor puedan ser asumidas por otras formas en su ausencia. También puede observarse en la Tabla 66.1 que para muchos de los receptores no existe un ligando conocido, por lo que se les denomina “receptores huérfanos”. Sin embargo, algunos de estos huérfanos han sido “adoptados” recientemente, ya que se han identificado los ligandos de algunos de ellos, y se ha demostrado que productos del metabolismo lipídico tales como derivados del colesterol, ciertos ácidos grasos, derivados de prostaglandinas, leucotrienos o incluso los ácidos biliares pueden regular la expresión génica a través de su unión a receptores nucleares. Estos ligandos, a dife- rencia de las hormonas clásicas, se originan intracelular- mente como producto del metabolismo, lo que explica por qué la experimentación fisiológica no había identificado su papel como reguladores de receptores nucleares. Este hecho ha conducido al descubrimiento de nuevas respues- tas hormonales y al concepto de la “endocrinología a la inversa”, en la cual la caracterización del receptor precede al estudio de su función fisiológica. Mecanismo de acción de los receptores nucleares Algunos receptores, como el de los glucocorticoides, en ausencia de ligando se encuentran asociados a otras proteínas, entre ellas la proteína de choque térmico Hsp90, que lo retienen en el citoplasma. Tras la unión del ligando, el receptor sufre un cambio conformacional por el cual se disocia del complejo citoplasmático y es transportado al núcleo. No se puede excluir que los receptores de esteroi- des sean de localización tanto citoplásmica como nuclear con un equilibrio núcleo-citoplásmico desplazado hacia el citoplasma en el caso de los glucocorticoides y posible- mente la vitamina D, y hacia la fracción nuclear en el caso de los esteroides gonadales. Sin embargo, los receptores de hormonas tiroideas son de localización nuclear en ausencia de hormona, y lo mismo ocurre con los recepto- res de ácido retinoico y algunos receptores “huérfanos”. En la Figura 66.11 se presenta un esquema del mecanismo de acción de los receptores nucleares en el que se muestran los dos modelos: en un caso los receptores citoplasmáticos se transportarían al núcleo tras la unión del ligando, y en el segundo caso los receptores estarían ya en el núcleo en ausencia del ligando. Los complejos hormona-receptor se unirían a secuencias específicas de ADN, los denominados “elementos de respuesta hormonal” o HRE y, como con- secuencia, se produciría un cambio en la velocidad de transcripción de los genes que contienen dichos elemen- tos. En algunos casos, el ligando activo entra en la célula y se une al receptor, mientras que en otros casos es un pre- cursor del ligando el que se transformaría en el ligando activo dentro de la célula diana. Este sería el caso de la tiroxina (T4), que se desyoda por la acción de enzimas específicas para dar lugar a la triyodotironina (T3), cuya afinidad por el receptor de hormonas tiroideas (TR) es mucho mayor. Como hemos indicado, algunos ligandos recientemente identificados, que son productos del meta- bolismo celular, pueden producirse intracelularmente y unirse a sus receptores en la misma célula en la que son sintetizados. Dominios funcionales de los receptores nucleares Los receptores nucleares tienen una estructura modu- lar, y están formados por diferentes regiones que se corres- ponden con dominios funcionales autónomos. Un receptor nuclear típico contiene un extremo N-terminal (A/B), un dominio de unión a ADN (DBD) o región C, una región bisagra D, y una región E/F carboxiterminal que contiene el dominio de unión al ligando (LBD) (Fig. 66.12). Los receptores nucleares también contienen dos dominios de activación transcripcional, un dominio de activación trans- cripcional independiente del ligando (AF-1), que se encuentra en la región A/B, y un dominio de activación transcripcional dependiente del ligando (AF-2), localizado en el extremo C-terminal del LBD. La región A/B. Esta región moduladora es la más variable, y en muchos casos contiene el dominio AF-1. En algunos receptores, residuos localizados en esta región son dianas de fosforilación por diferentes quinasas. Un caso interesante es el del receptor de estrógenos � (ER�), que se fosforila por acción de la MAPK en la serina 118 de M E C A N I S M O S D E A C C I Ó N H O R M O N A L 817 1) 2) Citoplasma Núcleo Figura 66.11. Mecanismo de acción de los receptores nuclea- res. 1) La hormona o ligando entra en la célula y se une al receptor que se encuentra en el núcleo uniéndose a “elementos de respuesta” (HRE) localizados en regiones reguladoras de sus genes diana. 2) Algunos receptores se encuentran en el cito- plasma, y la unión del ligando produce su translocación al núcleo. Los receptores regulan la transcripción uniéndose, generalmente como dímeros, a sus HRE.
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