Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
INTRODUCCIÓN El elevado grado de complejidad estructural y funcio- nal que alcanzan algunos organismos pluricelulares hace necesaria la existencia de unos sistemas de control que coordinen las funciones de los distintos órganos y tejidos. Estos sistemas de control reciben el nombre de sistemas extrínsecos, en contraposición con los denominados siste- mas intrínsecos, que son los que regulan de forma indepen- diente la actividad de cada órgano. Los dos grandes sistemas extrínsecos de control de nuestro organismo son el sistema nervioso y el sistema endocrino. Ambos sistemas actúan de forma coordinada, ya que el sistema nervioso regula la actividad de múltiples órganos endocrinos y, a su vez, el sistema endocrino modula la actividad del sistema nervioso. La disciplina que estudia las relaciones entre los sistemas nervioso y endocrino o, más precisamente, la for- ma en la que el sistema nervioso regula la actividad del sis- tema endocrino, es la neuroendocrinología. El ejemplo más característico (aunque no el único) de la interacción existente entre ambos sistemas lo constituye la denominada unidad hipotálamo-hipófisis. Esta unidad está constituida por el hipotálamo (una estructura cerebral que forma parte del sistema límbico) y por la hipófisis, la antiguamente denominada “glándula maestra” del sistema endocrino debido a que sus hormonas son las encargadas de regular la actividad del resto de órganos endocrinos. Bási- camente, el funcionamiento de la unidad depende de la libe- ración, por parte del hipotálamo, de una serie de factores (hormonas) que, a través de un plexo vascular, alcanzan la hipófisis, estimulando o inhibiendo la secreción de hormo- nas hipofisarias (Fig. 67.1). Las hormonas hipotalámicas que regulan la función de la hipófisis reciben el nombre de hormonas hipofisiotrópicas, y el proceso mediante el cual estas hormonas son liberadas a la circulación recibe el nom- bre de neurosecreción. Sin embargo, el funcionamiento de la unidad es, en realidad, más complejo, debido a la exis- tencia de una serie de sistemas de retroalimentación y al hecho de que algunas neuronas hipotalámicas liberan sus hormonas directamente a la circulación general, alcanzando por medio de ésta sus órganos diana, o proyectan sus axo- nes hacia otras áreas del sistema nervioso central (SNC). LA UNIDAD HIPOTÁLAMO-HIPÓFISIS Anatomía y embriología de la hipófisis La hipófisis es una pequeña glándula ovoide (su peso medio en el adulto es de unos 600 mg) situada en una depresión de la cara superior del hueso esfenoides que es la silla turca o fosa hipofisaria. El término hipófisis (del griego ���, bajo, y !���", crecer, brotar) hace referencia a la relación anatómica que existe entre ésta y el hipotála- mo, del cual parece estar suspendida por medio del tallo hipofisario. La hipófisis recibe también el nombre de glán- dula pituitaria (glans pituita excipiens), debido a que anti- guamente se creía que era el órgano encargado de recoger el líquido ventricular o pituita. En el ser humano, la hipó- fisis se divide en dos porciones: una porción glandular o adenohipófisis y una porción neural o neurohipófisis (Fig. 67.2). La adenohipófisis o lóbulo anterior constituye apro- ximadamente el 80% del total de la glándula y se divide a su vez en dos partes, denominadas porción distal (pars dis- talis) y porción tuberal (pars tuberalis). La neurohipófisis está constituida por tres porciones: la porción nerviosa (pars nervosa) o lóbulo posterior, el infundíbulo y la emi- nencia media, que es el punto de unión entre hipotálamo e hipófisis. El conjunto del infundíbulo y la porción superior de la porción tuberal constituye el tallo hipofisario, que es la unión anatómica entre la hipófisis y el hipotálamo. En algunas especies se puede distinguir una tercera porción dentro de la adenohipófisis, denominada porción interme- dia (pars intermedia) o lóbulo intermedio. Sin embargo, en el ser humano, la pars intermedia es una estructura rudi- mentaria que, al menos durante el período de vida posna- tal, carece de importancia funcional. Embriológicamente, la hipófisis se forma a partir de dos esbozos, uno de los cuales originará la adenohipófisis y otro la neurohipófisis. La adenohipófisis se desarrolla a partir de una evaginación ectodérmica del estomodeo, denominada bolsa de Rathke o bolsa adenohipofisaria, que es visible en embriones de 4 semanas. Posteriormente, la bolsa crece hacia el infundíbulo, a la vez que las células que la conectan con la cavidad bucal involucionan hasta formar el denominado canal estomodeoadenohipofisario, que finalmente desaparece. El esbozo que originará la neu- rohipófisis se origina a partir de un engrosamiento del sue- lo del diencéfalo. Anatomía y embriología del hipotálamo El hipotálamo es uno de los componentes subcortica- les del sistema límbico. Se encuentra situado en la porción I N T E G R A C I Ó N N E U R O E N D O C R I N A 825 Hipotálamo Factores hipofisotróficos Hipófisis Hormonas hipofisarias Órganos diana Figura 67.1. Estructura general de los ejes neuroendocrinos.
Compartir