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esquema que ilustra la homología de secuencias de amino- ácidos de varios miembros de dicha superfamilia. En pocos años se ha demostrado que no hay un único receptor nuclear para T3 (TR, thyroid hormone receptor), sino que incluso para una misma especie animal se encuen- tran múltiples ARNm que codifican proteínas diferentes que cumplen los criterios para ser consideradas TR. Estas proteínas son productos de dos genes distintos, � y , loca- lizados en distintos cromosomas (en el genoma humano, el gen � se localiza en el cromosoma 17 y el en el cromo- soma 3). A su vez, los productos de estos genes no son úni- cos, habiéndose identificado varias isoformas. En mamíferos, el gen � da lugar a dos isoformas generadas por splicing alternativo del producto primario de transcripción, denominadas TR�1 y TR�2. Estas dos moléculas difieren en el extremo carboxilo terminal, de forma que TR�2 es incapaz de unir hormona, no siendo por tanto un verdadero receptor de ésta, y se comporta, además, como un antago- nista débil de los auténticos receptores. El gen da lugar a dos formas distintas, TR 1 y TR 2 (Fig. 72.14), que difie- ren exclusivamente en la región aminoterminal. La estruc- tura de estas proteínas, incluidos los demás receptores nucleares, es de tipo modular, distinguiéndose varios domi- nios funcionales: a) la región aminoterminal, que posee una función moduladora de la transcripción independiente del ligando; esta región es muy variable, sin homología entre los distintos receptores; b) la región de unión a ADN, que presenta una estructura en forma de «dedos de zinc», con diversas propiedades: por un lado es capaz de reconocer secuencias específicas en el ADN y, por otro, desempeña un papel, junto con la región de unión a hormona, en la dimerización de receptores. Esta región ofrece un alto gra- do de conservación entre los distintos receptores; c) la región bisagra, que une la región de unión a ADN con la región de unión a hormona; d) la región de unión a hormo- na en la que también existe una función importante de dimerización, por medio de estructuras denominadas «cre- malleras de leucina». La distribución y regulación fisiológica difiere para cada una de las distintas formas de receptor. El gen TR� humano se expresa en numerosísimos tejidos y su expre- sión está regulada a la baja (down-regulation) en muchos de ellos, pero no en el cerebro. El ARNm de TR 1 se expresa en muchos tejidos, mientras que el de TR 2 sólo se expresa en cantidades significativas en la adenohipófisis, aunque también se expresa débilmente en el hipotálamo durante el desarrollo y muy precozmente en estructuras del oído interno que van a dar lugar a la cóclea. La forma TR�1 es abundante en el cerebro desde etapas precoces del de- sarrollo, mientras que el TR 1 va aumentando progresiva- mente hasta llegar a niveles muy altos en períodos cruciales del mismo. En el hígado predomina la forma TR 1 sobre la TR�1, mientras que en el corazón la concentración de TR�1 es similar o mayor que la de TR 1, lo que es impor- tante para comprender los síntomas que presentan los pacientes con resistencia a la hormona tiroidea. En todos los casos descritos hasta la fecha, este sín- drome se debe a alteraciones de TR ; por tanto, las mani- festaciones clínicas, a veces contradictorias, dependerán de la proporción relativa de receptores � y de cada teji- do. En la hipófisis, al predominar las formas existirá un incremento de TSH, con aumento de T4 y T3 circulantes, que tendrá una repercusión distinta en el hígado que en el corazón. En el hígado, habrá tendencia a manifestaciones típicas de hipotiroidismo, parcialmente compensado por la presencia de pequeñas concentraciones de TR�; en el corazón, al existir una concentración relativa alta de esta isoforma, el aumento de hormona tiroidea circulante pro- ducirá taquicardia típica del hipertiroidismo. Interacción de los receptores de T3 con los genes regulados Los estudios llevados a cabo con las diferentes formas de TR que han sido identificadas por técnicas de biología molecular han llevado a una descripción más completa de los mecanismos por los que la T3 actúa sobre la expresión de genes regulados. Un TR verdadero no sólo tiene que ser capaz de ligar T3 con alta afinidad y baja capacidad, sino que tiene que ser capaz de unirse a un dominio específico del ADN (THRE) de sus genes diana. La zona del TR que interacciona con el ADN del gen sensible a hormona tiroidea reconoce una secuencia espe- cífica, o THRE, que puede conferir a otros genes insensi- bles la capacidad de responder a las hormonas tiroideas (Fig. 72.15). Estas secuencias constan de un motivo sim- ple, el hexámero AGGTCA, que se presenta repetido, for- mando distintas configuraciones. La más común es la denominada «repetición directa» (direct repeat, o DR), que consiste en dos secuencias AGGTCA separadas por un cierto número de nucleótidos espaciadores. Esta organiza- ción de los elementos de respuesta también la presentan los receptores nucleares de ácido retinoico (RXR) y de vitamina D3 (VDR). La especificidad de reconocimiento no depende de la secuencia en sí, sino del número de nucleótidos intercalados entre las dos repeticiones del hexámero (3 para VDR, 4 para TR y 5 para RXR). La secuencia básica puede estar también organizada en forma de palíndromo (AGGTCA-TGACCT), llamado también «repetición invertida». También existe el tipo «repetición evertida» (ER: TGACCT-AGGTCA), presente frecuente- mente en genes regulados por T3, con los dos hemisitios separados por 6 nucleótidos (ER6). Todas estas secuencias son capaces de conferir regulación por T3 y sus receptores cuando se colocan en la vecindad de un promotor génico. Proteínas asociadas al receptor de T3 El receptor de T3 se une al ADN en forma de dímeros, pudiendo ser homo- o heterodímeros. La unión al ADN como homodímeros es inestable y sólo tiene lugar en ausencia de la hormona; en ensayos celulares de activación génica, la formación de homodímeros provoca represión basal de la transcripción. La adición de T3 al sistema rom- pe dicha unión homodimérica favoreciéndose la formación 910 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A E N D O C R I N O
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