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FISIOLOGÍA HUMANA-955

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metabólicas del cortisol se produce intolerancia a la glu-
cosa o tendencia a la hiperglucemia, estrías en la piel por
inhibición de la síntesis de colágeno en el tejido conectivo,
pérdida de la masa y del tono muscular, dificultad en la
cicatrización de las heridas, disminución de la grasa cor-
poral y acumulación de la misma en la cara y en la parte
superior de la espalda. En los niños produce retraso del
crecimiento por inhibición de la secreción de GH y por la
acción de los glucocorticoides sobre el hueso, y en los
adultos produce osteoporosis. Se puede producir retención
de sodio, disminución de potasio e hipertensión arterial
por su actividad mineralocorticoide. Dolores de cabeza,
insomnio, depresión y úlceras pépticas son otros de los
síntomas del exceso de glucocorticoides.
La carencia de cortisol puede ser producida por lesio-
nes de la corteza suprarrenal, como es el caso de la enfer-
medad de Addison, en la que se produce un déficit tanto de
glucocorticoides como de mineralocorticoides y es incom-
patible con la vida. La ausencia de cortisol produce inca-
pacidad de soportar el estrés, hipoglucemia, hipotensión
por disminución del tono vascular y del gasto cardíaco,
retención del agua y expansión del líquido extracelular,
pérdida de peso, problemas gastrointestinales y aumento
de la incidencia de enfermedades autoinmunitarias. Si la
enfermedad es secundaria a alteraciones hipofisarias, los
individuos son pálidos debido a la escasez de las hormo-
nas melanotropas MSH y ACTH; si, por el contrario, es de
origen suprarrenal, al faltar la retroalimentación negativa
de los glucocorticoides, aumenta mucho la secreción de
ACTH y MSH, provocando hiperpigmentación de la piel.
ANDRÓGENOS SUPRARRENALES
Los principales andrógenos secretados por la suprarre-
nal son la DHEA y su sulfato. La ACTH es la principal 
estimulante de su secreción; sin embargo, cuando se admi-
nistra ACTH exógena, la relación dosis-respuesta es mucho
mayor para el cortisol que para la DHEA. Esto, junto con el
hecho de que los cambios en la secreción de los andrógenos
suprarrenales a lo largo del desarrollo no se acompañan de
cambios en la secreción de cortisol, ha suscitado durante
muchos años la búsqueda de una hormona estimulante de la
secreción de los andrógenos suprarrenales.
La glándula suprarrenal fetal se compone de una zona
externa subcapsular, que es la precursora de las tres zonas
de la corteza adulta, y de una zona interna más grande (el
80% de la corteza) que constituye la corteza fetal. Los
principales esteroides secretados por la corteza fetal son la
DHEA, la pregnenolona, la 17-OH pregnenolona y sus
sulfatos, mientras que las cantidades de cortisol secretados
son mínimas. La mayor parte de la DHEA sintetizada se
transforma en 16-hidroxi-DHEA, y ésta a su vez, será aro-
matizada por la placenta dando lugar a estriol. Esta unidad
feto-placentaria se trata con más detalle en el capítulo
correspondiente al embarazo.
La DHEA y la androstendiona tienen una acción
androgénica débil. En el varón no tienen apenas efecto en
comparación con la testosterona o con su metabolito acti-
vo la 5-�-dihidrotestosterona. Una parte de los andrógenos
suprarrenales se transforma en testosterona en los tejidos
periféricos. En el varón, la proporción de la testosterona
circulante que es de origen suprarrenal es muy pequeña en
comparación con la de origen testicular. Sin embargo, en
la mujer el 60% de la testosterona plasmática proviene de
la conversión periférica de los andrógenos suprarrenales y
el resto es de origen ovárico.
Antes del comienzo de la pubertad aumenta la secre-
ción de andrógenos suprarrenales, mientras que la de cor-
tisol permanece constante. Este aumento de la secreción
de los andrógenos suprarrenales, que se denomina adre-
narquia, es el responsable del comienzo de la aparición de
las características sexuales secundarias.
Deficiencias enzimáticas de la corteza suprarrenal
Las alteraciones de las enzimas de la esteroidogénesis
suprarrenal son generalmente enfermedades genéticas
hereditarias. La carencia de la actividad enzimática da
como resultado una disminución de los productos de su
reacción y un aumento de los esteroides precursores hasta
donde se ha producido el fallo enzimático. Se suele pro-
ducir una hiperplasia suprarrenal, al estar disminuida la
secreción de cortisol y muy aumentada la de ACTH en la
mayoría de los casos.
La deficiencia más frecuente es la de la 21-hidroxila-
sa, en la cual no se sintetizan adecuadamente ni el cortisol
ni la aldosterona. Los niveles plasmáticos de renina y
angiotensina están elevados, y se observan todos los sínto-
mas producidos por una carencia de mineralocorticoides.
Debido a la insuficiencia de cortisol, aumenta mucho la
síntesis y secreción de ACTH, lo que produce pigmenta-
ción de la piel e hiperplasia suprarrenal, pudiendo llegar a
alcanzar ésta un peso 5 a 10 veces superior al normal.
Muchos de los esteroides precursores que se acumulan son
andrógenos o pueden ser convertidos en andrógenos (Fig.
73.13), lo que produce virilización. Estos efectos son más
acusados en las mujeres que en los varones, pudiendo lle-
gar a producir agrandamiento del clítoris, aumento del
desarrollo muscular y crecimiento del vello facial. Cuando
el déficit enzimático es grande, se produce, entre otras
alteraciones, masculinización de los genitales externos de
los fetos de sexo femenino (véase Capítulo 78).
MÉDULA SUPRARRENAL
Biosíntesis y degradación de las catecolaminas
La síntesis de catecolaminas se realiza a partir de la
tirosina (Fig. 73.14), que puede sintetizarse en el hígado o
provenir de la dieta. La reacción limitante de la biosíntesis
es la conversión de tirosina en dihidroxifenilalanina, catali-
zada por la tirosina hidroxilasa (TH). La actividad de esta
enzima es el punto principal de regulación de la biosíntesis.
926 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A E N D O C R I N O

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