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INTRODUCCIÓN Calcio, fósforo y magnesio son elementos cuyas fisiologías guardan una estrecha relación; una relación que se inició hace millones de años, en los albores de esa compleja combinación de azar, necesidad y tiempo que es la evolución. El agua o mar primitivo donde comenzó la vida sobre la Tierra debía poseer unas concentraciones de potasio (K+), fosfatos (H2PO4 -/HPO4 2-) y magnesio (Mg2+) muy superiores a las de calcio (Ca2+) y sodio (Na+), de tal manera que la membrana plasmática de las primeras células delimitó un microcosmos con esas carac- terísticas iónicas. Las peculiaridades fisicoquímicas del fosfato serían claves para su selección como principal tampón intracelu- lar, y sus ésteres como moléculas fijadoras y almacenado- ras de energía biológica. La síntesis e hidrólisis de ATP habría de ser la vía esencial para el depósito y transferen- cia de energía ya en aquellas células. A su vez, las carac- terísticas fisicoquímicas del Mg2+ lo convirtieron en un cofactor esencial de numerosas reacciones enzimáticas, entre ellas todas en las que se requiera o intervenga ATP. Tras largos períodos de tiempo, la evolución geológi- ca repercutió necesariamente sobre la biológica. Así, en el agua fueron aumentando las concentraciones de Ca2+ y Na+, a medida que disminuía la proporción de K+. Sin embargo, el plasmolema habría permitido mantener el medio iónico inicial y los sistemas enzimáticos intracelu- lares adaptados a las bajas proporciones de Na+ y Ca2+. En suma, para adaptarse a un medio que cambiaba, las células primitivas debieron desarrollar canales iónicos y sistemas de bombeo de iones que permitieran mantener la asimetría de concentraciones de cationes mono- y divalentes a ambos lados de la membrana plasmática. De tal manera, el control de la excitación celular y la regulación de muchas rutas metabólicas dependerán, respectivamente, del man- tenimiento de una relación precisa entre las concentracio- nes de K+/Na+ y Mg2+/Ca2+ a los dos lados de dicha membrana (Tabla 76.1). PAPEL FISIOLÓGICO Y HOMEOSTASIS DEL CALCIO INTRACELULAR Los conocimientos actuales sobre la trascendencia fisiológica del calcio nacieron en un sencillo experimento realizado en Londres en 1883. Cuando Sidney Ringer estu- diaba la contracción del corazón de rana perfundido con suero salino, observó que tal contracción era óptima si pre- paraba dicho suero con agua del grifo; pero, si en su lugar utilizaba agua destilada, las contracciones se debilitaban progresivamente hasta que el corazón se detenía. Sorpren- dentemente, cuando añadía sales de calcio al suero salino preparado con agua destilada, las contracciones se mante- nían como cuando lo elaboraba con agua corriente. Cuantitativamente, el calcio es el quinto elemento más abundante en nuestro organismo y, tras el Na+ y el K+, el tercer catión más abundante en el espacio extracelular. En su gran mayoría (99%) se halla en los huesos, como com- ponente estructural de la hidroxiapatita y otros fosfatos de calcio, y el 1% restante en tejidos no óseos (Tabla 76.2). Precisamente, la concentración de calcio en el plasma y demás tejidos no óseos depende en gran medida de su intercambio con el localizado en el hueso. Ha de adelantarse que, aproximadamente, la mitad del calcio plasmático se encuentra en forma iónica, Ca2+, y que los flujos de este catión a través de las membranas celulares tienen una enorme trascendencia fisiológica, como ya atisbara Ringer a finales del siglo XIX. La concentración de Ca2+ en suero (10–3 M) es unas diez mil veces mayor que en el citosol celular (10–7 M), y el mantenimiento de aquélla dentro de unos estrechos már- genes actúa como una fuente regulada y continua de Ca2+ para los distintos compartimentos celulares. Mínimas osci- laciones en la concentración de calcio citosólico, [Ca2+]c, sirven para transmitir señales bioquímicas al interior celu- lar, esencialmente a través de su combinación fugaz y reversible con proteínas específicas. En la Tabla 76.3 se resumen los procesos en los que el Ca2+ desempeña una misión clave como mensajero tanto intracelular como extracelular. Las razones por las que al principio de la evolución el Ca2+, y no otro ión, fue seleccionado como mensajero, residen en sus características moleculares. Así, el Ca2+ C O N T R O L D E L M E TA B O L I S M O D E L C A L C I O , F Ó S F O R O Y M A G N E S I O 965 Tabla 76.1. Concentraciones de Ca2+, HPO4 2– y Mg2+ en el exterior e interior de la célula Ca2+ HPO4 2– Mg2+ Líquido extracelular 1.1 � 10–3 M 1 � 10–4 M 5 � 10–4 M Citosol 1 � 10–7 M 1 � 10–4 M 0.3 – 2.5 � 10–3 M Mitocondria fracción soluble 0.2 � 10–4 M 5 � 10–4 M 1 � 10–3 M fracción no soluble 1.5 � 10–3 M 1 � 10–3 M 1 � 10–3 M Tabla 76.2. Contenido y distribución del calcio, el fosfato y el magnesio en el cuerpo humano Total corporal % en hueso % extraóseo Calcio 1000-1200 g 98-99% 1-2% Fosfato 600-650 g 80-85% 15-20% Magnesio 22-25 g 60% 40%
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