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INTRODUCCIÓN Para comprender la fisiología del ejercicio es necesa- rio señalar dos cuestiones previas: 1) diferencias entre res- puesta y adaptación, y 2) naturaleza del ejercicio. Cuando se intenta explicar el efecto que provoca el ejercicio físico sobre el organismo es necesario distinguir entre dos fenómenos: 1. La respuesta o ajuste, que consiste en el conjunto de cambios funcionales transitorios que determi- nan un cambio de la homeostasis. En el sentido que Cannon definió el término homeostasis, la respues- ta implicaría un nuevo estado de equilibrio deter- minado por el incremento de las necesidades metabólicas. 2. La adaptación, consecuencia de la repetición siste- mática y sistematizada del ejercicio físico (entre- namiento), se produce cuando las variaciones permanecen en el tiempo, como consecuencia de una modificación de la estructura, de la función o de ambas, o de una modificación de un órgano con- creto o del organismo en su conjunto. La conse- cuencia de la adaptación es que facilita una mejor respuesta frente a un mismo estímulo. Cuando el ejercicio físico “actúa” sobre el organismo, ejerce una influencia general sobre el mismo. Naturalmen- te, dicha influencia depende del tipo de ejercicio. Clásica- mente y de forma simplificada, se distinguen dos categorías: 1. Aeróbico o dinámico. La contracción muscular es rítmica, pero con un desarrollo de fuerza pequeño, y se utilizan amplios grupos musculares. Precisa un gran aumento en el aporte de oxígeno, y oca- siona un incremento muy significativo del gasto cardíaco (Q), la ventilación pulmonar (VE) y la actividad metabólica. Debido a que conduce a un importante incremento en la capacidad funcional, se le denomina también ejercicio de resistencia o cardiovascular. Este tipo de esfuerzo utiliza priori- tariamente la vía del metabolismo aeróbico para la obtención de energía y se puede efectuar en estado de equilibrio (a VO2 estable) durante períodos pro- longados. 2. Isométrico o estático. La contracción muscular es sostenida contra resistencia fija o variable, con un gran aumento de la fuerza muscular sin cambio en la longitud del músculo ni en el movimiento de la articulación englobada en el esfuerzo. Sin embargo, esta distinción entre los tipos de esfuer- zo no es real, ya que la mayoría de las actividades físicas de la vida cotidiana y los deportes engloban en su realiza- ción esfuerzos tanto dinámicos como estáticos, con predo- minio de uno u otro. Ello ha conducido a que una de las últimas clasificaciones de los deportes se efectúe en rela- ción a la intensidad (alta, moderada o baja) y al tipo de esfuerzo (estático o dinámico). Dadas las limitaciones de espacio, en este capítulo nos referiremos únicamente a las modificaciones del organismo durante el ejercicio físico dinámico. Durante un ejercicio dinámico se produce un incre- mento proporcional del consumo de oxígeno total (VO2) y del dióxido de carbono (VCO2) producido por el orga- nismo en general y el tejido muscular en particular, en relación con las necesidades metabólicas (Fig. 84.1). El incremento proporcional de las dos variables analizadas F I S I O L O G Í A D E L E J E R C I C I O 1079 200 30 4535 50 70 90 11 0 13 0 15 0 17 0 19 0 21 0 Carga (vatios • min-1) 3500 3000 2500 2000 1500 1000 500 0 C on su m o de o xí ge no y p ro du cc ió n de C O 2 (m L • m in -1 ) —VO2 —VCO2 Figura 84.1. Respuesta del consumo de oxígeno (VO2) y eliminación del dióxido de carbono por la respiración (VCO2) en relación a la intensidad del ejercicio. Laboratorio de Fisiología del esfuerzo (INEF, Madrid), con permiso.
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