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En un ambiente frío, entre 22 y 28 °C, la mujer pier- de menos calor por conductividad. Esta capacidad en la mujer es atribuida a la capa más gruesa del tejido graso subcutáneo que posee y posiblemente también a su mayor capacidad para reducir eficientemente el flujo sanguíneo a la piel. Estos factores hacen que, en un ambiente frío, la mujer tenga la piel más fría que el hombre y por tanto tam- bién tenga temperaturas corporales menores. Esto último podría explicar por qué a una temperatura dada la mujer siente más frío que el hombre. En un ambiente cálido, entre 30 y 36 °C, la capacidad de pérdida de calor aumen- ta más rápidamente en la mujer que en el hombre, lo que es indicativo de su mayor control del flujo sanguíneo peri- férico. En contraste, sin embargo, el comienzo de la su- dación (pérdida de calor por evaporación) es más tardío y progresa más lentamente en la mujer que en el hombre. Cambios en el contenido de calor del organismo En situaciones en que no existe balance térmico, por ejemplo cuando la temperatura corporal asciende o des- ciende, el organismo gana o pierde calor almacenado. Los cambios en el contenido o almacén de calor del organismo se pueden calcular con la fórmula siguiente: �S = 0.83 � W (T1 - T2) en donde: S = calor almacenado del organismo 0.83 = constante referida al calor específico de los tejidos corporales expresado en kcal/kg/°C W = peso corporal en kg T1 y T2 = temperaturas al comienzo y final de un perío- do de tiempo dado Un ejemplo fácil sería el siguiente: supongamos un hombre con un peso de 70 kg, en situación de reposo, en una habitación a una temperatura ambiente de 35 °C (la misma temperatura a la que se encuentra su propia piel) y una humedad relativa del 100%. Supongamos igualmente que su tasa de metabolismo basal es de 90 kcal/h, ¿cuál sería su temperatura después de 3 horas? Utilizando la fór- mula antes expuesta, podríamos calcular la cantidad de calor necesario para aumentar la temperatura de su cuerpo en 1 °C: S = 0.83 � 70 kg � 1 °C = 58 kcal Por otra parte, en 3 horas el organismo de este indivi- duo va a producir: 90 kcal/h � 3h = 270 kcal Dado que la temperatura de la piel es igual a la tem- peratura ambiente y la HR del aire es del 100%, no se pue- de perder calor por ninguno de los mecanismos ya conocidos. Por ello, en 3 horas la temperatura corporal de este individuo ascendería a más de 41 °C: 270 kcal/58 kcal = Tc de 4.65 °C Como es obvio, una elevación de la temperatura cor- poral a estos niveles puede producir un shock térmico y ser mortal. Aun cuando pudiera parecer que este ejemplo es muy hipotético, existen múltiples circunstancias de la vida real en las que se dan situaciones muy parecidas. Tales casos se dan por ejemplo en la minería, en los altos hornos, en la práctica del rugby o en el intento de pérdida de peso realizando ejercicios en saunas. El médico práctico cono- ce la incidencia de casos que cada año ocurren por estas circunstancias. REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA Como hemos visto, la temperatura central en un orga- nismo adulto normal se mantiene constante alrededor de los 37 °C. El mantenimiento de esta constancia con varia- ciones tan pequeñas como las que ya hemos comentado a lo largo de este capítulo habla de la precisión con la que los mecanismos de pérdida y ganancia de calor controlan esta temperatura. Esta regulación se logra a través de mecanismos tanto fisiológicos automáticos como conduc- tuales voluntarios. En esencia, el sistema consiste en una serie de recep- tores para la temperatura, localizados tanto en la superficie del organismo (la piel), como en el propio sistema nervio- so central (médula espinal, hipotálamo y quizá otras áreas del organismo) y en un centro integrador localizado en el hipotálamo, cuya misión es recibir e integrar la informa- ción de un punto de referencia codificado en el propio sis- tema nervioso central (que son los 37 °C). El resultado de esta operación genera las respuestas termorreguladoras apropiadas para ajustar o mantener constante (37 °C) la temperatura central del organismo. La Figura 83.6 es un diagrama que muestra estos mecanismos termorreguladores. Como se puede ver en dicho esquema, la diferencia entre la información que pro- cede de los receptores y que llega al centro integrador hipotalámico y el punto de referencia se conoce como coe- ficiente de variación. A mayor diferencia entre la informa- ción aferente y el punto de referencia, mayor coeficiente de variación y, por tanto, mayor respuesta eferente. Componentes neurales Termorreceptores En el tejido celular subcutáneo existen receptores para el calor y el frío. Estos receptores tienen ciertas caracterís- ticas, siendo la más destacable el hecho de que exhiben un fenómeno de adaptación muy rápido (véase el capítulo correspondiente al sistema nervioso central). También 1072 I N T E G R A C I Ó N Y A D A P TA C I Ó N D E L O R G A N I S M O
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