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Goodwin - Not-So-Inevitable Revolutions: The Political Trajectory of Revolutionary Movements in Central America
Introducción 
El impresionante crecimiento, especialmente a fines de los 70, de revoluciones populares en Nicaragua, El Salvador y Guatemala fue producto de la reclusión de regímenes autoritarios débiles en esos países. Sin embargo, estos regímenes no se mostraron igualmente vulnerables frente a estos movimientos. Solo en nicaragua implico el fin del régimen. En El Salvador y Guatemala, en contraste, los movimientos revolucionarios no lograron conquistar al poder estatal, aunque el poder estatal tambien fallo en conquistar a estos movimientos, luego de muchos años de lucha. El conflicto en El Salvador se alargó durante toda una década, una guerra civil estancada. Las ofensivas de la FMLN no desataron el tipo de amplia insurrección popular que ocurrió en Nicaragua y tampoco derrivo al gobierno o las ffaa. Sin embargo, la ofensiva de 1989 catalizo un proceso de paz en el pais y en 1992 se llegó a un acuerdo negociado. En Guatemala una brutal campaña contrainsurgente durante los 80, que demostró ser mucho mas efectiva que la de El Salvador, diezmo a la guerrillas de la URNG. Sin embargo, el gobierno fallo en eliminarlas y un conflicto de baja intensidad persistio hasta 1996, cuando el gobierno y la URNG firmaron acuerdos de paz. 
Los patrones revelan el hecho de que los factores que “construyen” fuertes movimientos revolucionarios evidentemente no son los mismos que aquellos que determinan si aquellos movimientos van a tomar el poder estatal. Es decir, incluso si un estado es incapaz de prevenir el crecimiento de un movimiento revolucionario poderoso, puede ser capaz de contener ese movimiento y, por lo tanto, sobrevivir. No obstante, los gobiernos de El Salvador y Guatemala fueron incapaces de vencer a los movimientos revolucionarios. El gran factor que induce a los gobiernos de estos países a aceptar acuerdos negociados es su incapacidad para vencer a los movimientos revolucionarios, lo que es en gran medida resultado de sus políticas perversas e ineptas.
Por que colapso el estado en Nicaragua pero no en El Salvador o Guatemala? Goodwin argumenta que la clave esta en la forma en que distintos regímenes autoritarios estructurados de manera muy diferente respondieron a las situaciones revolucionarias que involuntariamente generaron. En Nicaragua, el carácter “neopatrimonial” de la dictadura de Somoza fue el factor clave detrás del veloz triunfo sandinista. La dictadura de Somoza no solo alieno a la mayoria de los nicaragüenses, incluyendo clases medias y ciertas elites, sino que tambien demostró ser incapaz de adelantarse a la revolución a través de reformas o en ultima instancia defendiéndose a través de las armas. En contraste, los movimientos revolucionarios en El Salvador y Guatemala fueron incapaces de tomar el poder estatal porque se confrontaron con regímenes autoritarios caracterizados por formas mas institucionales de dminacion militar, que las elites económicas no solo toleraron sino que incluso apoyaron. En ambos casos, inclusive, las ffaa permitieron aperturas políticas limitadas que incorporaron (desequilibradamente) fuerzas políticas moderadas o centristas del tipo que activamente se opusieron a la dictadura en Nicaragua. La geopolítica tambien jugo en contra de los revolucionarios en El Salvador y Guatemala, que fueron incapaces de lograr el apoyo internacional que lograron los Sandinistas. Los regímenes de El Salvador y Guatemala no enfrentaron el mismo aislamiento que el régimen de Somoza. 
Eventualmente, los revolucionarios de El Salvador y Guatemala, incapaces de tomar el poder, fueron incorporados a la política como partidos políticos desarmados. 
Dictaduras personalistas vs institucionales
Las podemos diferenciar a partir de diferentes dimensiones estructurales, cuya importancia se va a volver evidente en el análisis de la fortuna de los movimientos revolucionarios.
Dictadura neopatrimonial: 
1. Dominación personalista basada en, por un lado, la coerción y amenazas del ejercito del dictador y, por el otro, la distribución de patronazgo y cargos a “clientes” a cambio de su lealtad política.
2. Esta predicada sobre (y reproduce) masas despolitizadas y desmovilizadas y elites económicas débiles que son dependientes del Estado. De hecho, las elites son generalmente cooptadas y desorganizadas por la dictadura a través de sus prácticas distributivas. Como resultado, las elites tienden a carecer de una importante influencia política.
3. Los dictadores, para ejercer control sobre “su” ejercito y administración, típicamente crean cargos en competencia con responsabilidades poco definidas y cadenas de mando superpuestas. 
4. Las designaciones, promociones y licitaciones estatales se basan típicamente en la lealtad personal al dictador. Esta es una base potencial para el conflicto con esas elites económicas que carecen de conexiones políticas con el régimen. 
5. Al ascender a los oficiales y funcionarios a partir de su lealtad personal, es dificil que una oposición política, en la forma de facciones autónomas, emerja desde adentro. 
6. Los funcionarios y oficiales tienden a estar mas aislados de la sociedad civil y agentes de potencias extranjeras.
7. Los cargos oficiales son empleados para ganancia económica. El patronazgo y la corrupción son importantes mecanismos utilizados por el dictador para reclutar y controlar a las elites, funcionarios y oficiales. 
Dictadura institucional:
1. El régimen es dominado no por un único gobernante, sino que por las ffaa como institución, un partido político dominante, etc.
2. Las clases dominantes tienden a estar mejor organizadas y ser mas influyentes. Las elites, de hecho, tienden a preferir las formas impersonales de las dictaduras institucionales por sobre las practicas arbitrarias e impredecibles que caracterizan a los regímenes neopatrimoniales.
3. Son más burocráticos, las instituciones se caracterizan por una única jerarquía de cargos con responsabilidades más delimitadas.
4. Las designaciones, promociones y licitaciones estatales se basan generalmente en capacidad, entrenamiento o merito, o al menos lealtad a la institución del ejercito o partido gobernante o al estado. Nuevamente, las elites económicas prefieren estos criterios impersonales y no las decisiones arbitrarias de los dictadores.
5. Suele haber mas “espacio político” para el desarrollo de facciones opositoras.
6. Los funcionarios y oficiales tienen mayor libertad y capacidad para asociarse con actores de la sociedad civil y agentes de potencias extranjeras.
7. Los cargos oficiales son típicamente remunerados bajo un salario prefijado. 
Estas diferencias en la organización del poder estatal fueron las que impidieron a los revolucionarios en El Salvador y Guatemala tomar el poder, como si lo hicieron los revolucionarios en Nicaragua. 
(los siguientes dos apartados detallan los procesos en cada uno de los países, no me parece clave para el argumento)
Conclusiones 
G sugiere que la permanente reclusión y la represión indiscriminada de los regímenes autoritarios en nicaragua, El Salvador y Guatemala involuntariamente ayudaron a construir movimientos revolucionarios populares. El fraude y la violencia crearon un contexto político que permitió que estas organizaciones atrajeran los apoyos y formaran alianzas con un amplio rango de grupos sociales y políticos. 
Como consecuencia del carácter neopatrimonial del régimen de Somoza, su intransigencia personal, y la consecuente dificultad para generar una apertura política en Nicaragua, los Sandinistas fueron capaces de construir una coalición mucho mas amplia de aliados domésticos y apoyos internacionales que la que lograron sus contrapartes en El Salvador y Guatemala.

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