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FACTORES EDÁFICOS, economicos fitosanitarios

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FACTORES EDÁFICOS
	El suelo quizá tenga tanta importancia como el clima para el crecimiento y desarrollo de los árboles frutales pero es mucho más sencillo modificarlo, especialmente con las técnicas de riego localizado, también aquí hay que tener en cuenta que se deben considerar las necesidades de los portainjertos y que éstos pueden ser de distintas especies lo que muchas veces amplía las posibilidades de adaptación.
PROFUNDIDAD DE SUELO
	Teniendo en cuenta que las plantas frutales poseen raíces que superan el metro de profundidad, es necesario realizar estudios de suelo que contemplen este perfil, lo ideal es hacer calicatas para poder observar las capas o estratos de diferente textura, estructura, contenido de calcáreo, etc.
La profundidad de suelo puede verse afectada por distintos motivos como la capa freática, el piso de arado, una capa de calcáreo o la propia roca; para el primer caso la corrección está en la construcción de desagües y drenes además del uso de portainjertos resistentes a la asfixia radicular y de enraizamiento más superficial.
El piso de arado se puede romper con subsolador antes de plantar, pero fundamentalmente se debe evitar su formación con un correcto manejo del suelo. Los problemas de capas de calcáreo o la presencia de rocas se pueden subsanar con un desfonde que se puede hacer generalizado cuando la capa es relativamente superficial o en el hoyo de plantación con excavadoras o explosivos.
Otro problema que suelen presentar los suelos, es la estratificación, esto es la alternancia de capas con distinta textura o características físicas que impiden el avance del agua; o sea es muy difícil mojar una capa de suelo arenoso, que absorbe mucha agua, si está por debajo de una capa de suelo arcilloso de infiltración muy lenta.
La estratificación es grave cuando es muy marcada y en este caso puede ser necesario recurrir a un desfonde con grandes arados para mezclar las capas. En el Valle Central de Catamarca se suelen presentar pero en forma leve que no afecta la infiltración y ayuda a ensanchar el bulbo húmedo que generan los emisores de riego localizado.
PENDIENTE
	En una fruticultura de secano o con riegos presurizados, las pendientes suaves de hasta 1 a 2 % no tienen importancia y el trazado de la plantación se puede hacer con otras prioridades como la iluminación, el aprovechamiento del terreno, etc.
Cuando las pendientes sobrepasan estos límites, puede ser conveniente o necesaria la plantación en curvas a nivel; para ello es indispensable tener un relevamiento planialtimétrico del campo para plantear los cuadros y los caminos principales cortando la pendiente mientras que los caminos secundarios, debidamente fijados con cobertura vegetal irán en el sentido de la pendiente. Las curvas a nivel deben trazarse paralelizadas, esto es conservando la distancia entre ellas aunque varíe levemente el intervalo vertical. Esto se hace para facilitar las labores culturales y cosecha al eliminar la presencia de líneas cortas.
Con pendientes superiores al 5 % puede ser necesaria la construcción de terrazas, esto va a depender fundamentalmente del clima en lo que hace a la intensidad de las precipitaciones.
TEXTURA y ESTRUCTURA
	En general los frutales prefieren suelos arenosos, en éstos hay un enraizamiento más profundo y garantizan una buena oxigenación de las raíces, previniendo la asfixia radicular y la posterior invasión de patógenos como Fusarium.
Los suelos arenosos tienen el inconveniente de proveer una nutrición más pobre que se debe tener en cuenta para los programas de fertilización, también tienen una menor retención de agua lo que obliga a riegos más frecuentes.
Los inconvenientes de los suelos más pesados se pueden subsanar mejorando la estabilidad de la estructura, lo que se logra con el agregado de calcio o materia orgánica, de esta forma se mejora la porosidad y aireación que necesitan
PH 
	El pH más conveniente para el crecimiento de los frutales es el levemente ácido, o sea alrededor de 6,5, ya que es donde mejor se solubilizan la mayoría de los nutrientes. Cuando el pH es demasiado alto, las plantas tienen problemas de absorción del hierro, manganeso, cobre, boro y zinc; en cambio cuando es muy bajo, o sea en suelos ácidos los problemas se presentan con calcio, magnesio, azufre y molibdeno. 
La corrección de los problemas de reacción del suelo o pH se realiza mediante enmiendas, para el mejoramiento de suelos ácidos se utiliza la dolomita que es un carbonato de calcio y magnesio y se aplica al voleo sobre la superficie del suelo para luego incorporarla; la dosificación se calcula basándose en los puntos de pH que es necesario aumentar y el perfil de suelo a corregir.
La acidificación de los suelos, o sea la disminución del pH en suelos de reacción alcalina por presencia de carbonato de calcio es más difícil, últimamente ha dado buenos resultados la aplicación de ácidos a través de los sistemas de riego presurizado, el más efectivo y económico es el ácido sulfúrico pero es de manipuleo riesgoso, por lo que debe aplicarse con equipos especiales.
SALINIDAD
Todos los suelos y aguas de riego tienen una cantidad de sales solubles que hasta cierto valor límite se las considera normales y aportan a la nutrición mineral de las plantas. Sin embargo cuando se encuentran en exceso pueden causar graves problemas para el crecimiento y producción de las plantas.
Las sales que mayormente se encuentran en los suelos corresponden a los iones sodio, calcio, magnesio, cloruro, sulfato, carbonato y bicarbonato. Estas sales al ser solubles, tienen una alta movilidad en el suelo por lo que pueden ser fácilmente lavadas si el suelo es permeable y se dispone de agua de buena calidad.
Además del daño que puede ocasionar el contenido total de sales, hay que considerar el efecto tóxico que ejercen ciertos iones como el cloruro, el sodio y el boro. El contenido total de sales se mide por la conductividad eléctrica del extracto de suelo saturado y comienza a causar problemas a partir de un valor de 2 mmho/cm.
El boro se mide en partes por millón y los cultivos frutales son muy sensibles, no admitiendo en general valores superiores a 1 ppm.
MATERIA ORGÁNICA
	La materia orgánica de los suelos tiene como función más importante la de moderar los efectos negativos de las texturas extremas, en los suelos arenosos proporciona un incremento de la capacidad de retención de agua y nutrientes; mientras que en los suelos pesados con alto contenido de arcilla o limo, al favorecer la formación de agregados y dar mayor estabilidad a su estructura, mejora la permeabilidad y la aireación del perfil.
Debido a que los frutales en general requieren suelos sueltos y permeables, la presencia de materia orgánica se hace más necesaria en los suelos pesados ya que en los suelos muy arenosos sólo será necesario regar y fertilizar con mayor frecuencia.
Entre los factores que ayudan a mejorar el contenido de materia orgánica del suelo se pueden mencionar: las temperaturas bajas, la alta humedad, los suelos pesados y el no laboreo; lo contrario provoca una mayor degradación.
Incrementar el contenido de materia orgánica de un suelo no es fácil, el aporte mediante estercoladuras y abonos verdes es ínfimo cuando lo relacionamos a porcentaje de suelo, es importante actuar en lo posible sobre los factores que provocan su degradación.
CONTENIDO DE MACROELEMENTOS
	La importancia de contar con un suelo con altos contenidos de macroelementos, especialmente fósforo y potasio, radica en el ahorro de fertilizantes con estos elementos lo que puede significar una importante disminución de los costos de producción. 
El nitrógeno por ser un elemento de alta movilidad, en la mayoría de los casos es necesario incluirlo en fertilizaciones de rutina, aunque los suelos de desmonte recién incorporados al uso, pueden tener valores satisfactorios que anulan o disminuyen las dosis de aplicación.
La nutrición con microelementos no depende de la cantidad presente de éstos en el suelo sino que su disponibilidad está sujeta al PH, a la presenciadel carbonato de calcio y a la interacción con otros elementos.
FACTORES ECONÓMICOS: Distancia a mercados, gusto del consumidor.
El estudio de los mercados a donde se venderán los productos a comercializar es uno de los puntos a considerar en primera instancia ya que es necesario conocer los precios históricos pagados, la calidad y tamaño exigidos, los cultivares más apreciados y las épocas de mayor demanda.
La distancia a los mercados adquiere mayor importancia en frutas muy perecederas y también hay que considerarla por el costo de transporte y la oportunidad de llegar pronto al mercado en el caso de un aumento súbito de los precios.
Las preferencias del consumidor varían de una región a otra y estas diferencias son mayores entre países o continentes, si bien es factible modificar el gusto de los consumidores, la mayoría de las veces es un proceso lento y costoso por lo que es más conveniente respetarlo y tenerlo en cuenta para la elección del cultivar.
FACTORES FITOSANITARIOS.
Hay dos razones importantes para tener en cuenta la incidencia de plagas y enfermedades en la producción de frutas, ellas son:
1. El control de plagas y enfermedades representa un costo de producción, que en algunos casos hace antieconómico la implantación de una especie o cultivar en una determinada zona.
2. Muchas plagas y enfermedades cuarentenarias impiden la comercialización desde zonas enfermas a zonas libres.
ELECCIÓN DE LA ESPECIE, CULTIVAR Y PORTAINJERTO.
	Es necesario evaluar las características intrínsecas del material vegetal a implantar teniendo en cuenta la adaptación a la zona, ya que su comportamiento puede ser muy distinto al cambiar de situación ecológica.
Para elegir la especie se toman en cuenta características generales de su comportamiento en la zona y de la comercialización de sus productos como mercados, precios, tendencias en el consumo, competencia con otros centros de producción, etc.
Para la elección del cultivar es necesario tener en cuenta su adaptación al medio, reflejada en la productividad y calidad de fruta, el destino, si es para mercado interno, exportación o industria, la precocidad, el rendimiento y la regularidad en la producción de frutas, las exigencias culturales como la poda, el raleo de frutos, la facilidad de cosecha, etc., las exigencias de polinización, la resistencia a plagas y enfermedades, la buena conservación en planta y frigorífica, y la resistencia al transporte.
Si tenemos en cuenta estas características el cultivar ideal sería aquel que tiene una alta productividad con la calidad de fruta que exige el mercado, que sirve para varios destinos, que es precoz para entrar en producción, que no presenta alternancia, que es fácil de podar, ralear y cosechar, que no necesita intercalar polinizadoras, que es resistente a las principales plagas y enfermedades y la fruta presenta buena conservación en planta y frigorífica, y resistencia al transporte.
La evaluación de portainjertos se hace en función de su adaptación a las características del suelo, la combinación con el cultivar elegido, el vigor deseado y la resistencia a plagas y enfermedades.
CULTIVOS INTERCALARES: Concepto agronómico de su correcto o mal uso
	Existen distintas alternativas de combinar frutales con otros cultivos o frutales entre sí, las principales son las siguientes:
· Frutales con hortalizas u otros cultivos anuales en los primeros años de una plantación: Esta alternativa puede ser factible, para aprovechar el espacio libre entre filas, aunque hay que tener en cuenta que las labores culturales para los frutales y el cultivo anual no se interfieran.
· Frutales con hortalizas u otros cultivos anuales en forma permanente: No se recomienda su realización en frutales adultos por la competencia que se ejercen mutuamente y la rotura de raíces que provoca la preparación del suelo para la siembra.
· Asociación de frutales en forma transitoria: Esto se hace con el objetivo de aprovechar el espacio en los primeros años, de algunos frutales que requieren un gran marco de plantación y tienen un crecimiento lento como el cultivar Franquette de nogal. En estos casos se puede asociar con otro frutal precoz y de crecimiento rápido como el duraznero o con otro cultivar de nogal más precoz. En el primer caso tenemos que tener en cuenta que no se interfieran las labores culturales o los tratamientos fitosanitarios, mientras que en ambos casos hay que tener presente que las plantas transitorias nunca deben interferir el crecimiento de las permanentes, cosa que es muy difícil de garantizar ya que siempre se dilata el momento en que deben ser arrancadas.
· Asociación de distintas especies frutales en forma permanente: En la provincia de Mendoza era común encontrar montes de olivo asociados a viñedos, esto se hacía con el objeto de paliar en parte las oscilaciones de precios de estos productos, o sea cuando se esperaban buenos precios para la uva se podaba fuertemente el olivo. El manejo de dos especies diferentes es complicado y difícilmente se pueda realizar en forma correcta.

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