Los fitosanitarios que se usan para controlar malezas en los cultivos se denominan herbicidas. Los herbicidas se pueden aplicar en diferentes momentos del cultivo o de las malezas, dependiendo del tipo de herbicida y del objetivo de control.
En preemergencia, los herbicidas se aplican antes de la germinación de las malezas. Este tipo de aplicación se utiliza para controlar las malezas que germinan a partir de semillas, como la avena loca, el yuyo colorado y la gramilla.
En postemergencia temprana, los herbicidas se aplican después de la germinación de las malezas, pero cuando aún son pequeñas. Este tipo de aplicación se utiliza para controlar las malezas que germinan rápidamente, como la lenteja de agua, el pasto cebadilla y el amaranto.
En postemergencia tardía, los herbicidas se aplican después de que las malezas han crecido. Este tipo de aplicación se utiliza para controlar las malezas que son más difíciles de eliminar, como el cardo, el diente de león y el picudo.
En preemergencia y postemergencia, los herbicidas se pueden aplicar en ambos momentos. Este tipo de aplicación se utiliza para controlar una amplia gama de malezas.
Los herbicidas pueden clasificarse según su modo de acción, es decir, según el mecanismo por el que eliminan las malezas. Los principales modos de acción de los herbicidas son:
Los herbicidas son una herramienta importante para el control de malezas en los cultivos. Sin embargo, es importante utilizarlos de manera responsable para evitar daños a la salud humana y al medio ambiente.
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