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Silvia Violet - Serie Hacienda Salvaje - 2 Amor Llamativo

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Hacienda Salvaje 2 | Silvia Violet 
 
 
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HACIENDA SALVAJE 
Libro 2 
Amor Llamativo 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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3 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Traducción 
Jimezuu 
Correctora 
Yayaluna 
Portada y Maquetación 
Rub 
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4 
 
Resumen 
 
 
Billy Lawson está celoso. Cada día observa a su jefe, Cole, y al 
amante de su jefe, Jonás, probar una y otra vez lo profundamente 
enamorados que están. Billy nunca tuvo una relación real, y no creía que 
el amor verdadero existiera hasta que Cole le demuestra lo contrario. 
Ahora, él anhela lo que Cole y Jonás tienen. 
Cuando conoce a Levi, un asustado y herido Shifter que necesita su 
ayuda, ignora la química que hay entre ellos, pensando que se estaría 
aprovechando de Levi en un momento vulnerable en su vida. Antes de que 
Levi pueda convencer a Billy de que están hechos el uno para el otro, su 
pasado se acerca a él, y ambos hombres deben luchar por una 
oportunidad para amar. 
 
 
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CAPÍTULO UNO 
 
El loco reloj de cucú que el amante de su jefe había rescatado del 
ático de la granja comenzó a sonar, señalando el comienzo de un nuevo 
año. Saludos con las manos, y Billy observó a su jefe, el propietario de la 
granja Cole Wilder, atraer a Jonás hacia él para darle un beso. 
Billy tomó rápido su cerveza y trató de mirar a otro lado, pero no 
pudo evitar mirarlos fijamente, mientras Cole parecía devorar a su joven 
amante. Jonás le devolvió el beso lo mejor que pudo, y la polla de Billy se 
removió en sus pantalones. Los dos hombres eran hermosos juntos. 
Cuando Cole finalmente se retiró, la expresión de su cara hizo que el 
dolor de Billy le doliera. Nadie podía dejar de ver el amor de Cole por 
Jonás. Tenían un lazo fuerte como el acero, y Billy estaba celoso. 
Cuatro años atrás, cuando había sido contratado como gerente de 
granero en la granja Wild R, Billy había desarrollado un enamoramiento 
por Cole, pero rápidamente se dio cuenta de que Cole nunca lo vería como 
más que un amigo. Había aceptado eso. Él atesoraba su amistad y nunca 
había olvidado que Cole le había dado una oportunidad cuando podía 
haber contratado a alguien mejor preparado con años de experiencia en 
administración. Pero ver a Cole y Jonás juntos le hacía querer encontrar a 
alguien. Tener un hombre que lo mirara de la manera en que Jonás miró a 
Cole sería una muestra del cielo. 
Billy acabo el resto de su cerveza. Esa línea de pensamiento no haría 
sino deprimirlo. Necesitaba estar agradecido por lo que tenía. La 
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posibilidad de encontrar el tipo de amor que Cole y Jonás compartían era 
casi inexistente. Estaba empezando otro año haciendo un trabajo que 
amaba en una granja donde no tenía que ocultar el hecho de que era 
homosexual. Teniendo en cuenta que él había sido expulsado por su 
familia a los diecisiete años, había hecho un buen trabajo para seguir 
viviendo. 
No estaba en su naturaleza ser malhumorado, pero estaría 
cumpliendo treinta años este año, y se estaba cansando de vivir en un 
cobertizo, sin importar cuánto disfrutara de la compañía de sus 
compañeros con los que lo compartió. Estaba cansado de hombres que 
querían nada más un poco de placer, una cogida áspera detrás de un 
remolque de caballos. Él quería una casa y alguien para compartirlo. La 
edad lo estaba ablandando. 
Salió al porche de la granja y se estremeció cuando respiró el aire 
frío de la noche, pero prefería estar fuera que en la casa llena de gente, 
especialmente en su estado de ánimo actual. Se apoyó en el pasamano del 
porche y escuchó el torrente de agua en el arroyo que corría detrás de la 
casa mientras trataba de apartar sus pensamientos deprimentes. Uno de 
los caballos relinchó, y se preguntó si dar un paseo a medianoche 
ayudaría. 
–¿Qué haces aquí? —preguntó Cole, saliendo al porche y dejando 
que la puerta se cerrara detrás de él. 
Billy se encogió de hombros. —Sólo buscaba un poco de aire fresco. 
Cole frunció el ceño. —¿Estás bien? 
–Sí, ya sabes que no me gustan las multitudes. 
 
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Cole resopló. —Yo también estoy a punto de deshacerme de todo el 
mundo este Año Nuevo, todo este asunto del partido fue idea de Jonás. 
Tenía un plan mucho mejor para la noche, pero él no me escuchó. 
Billy se obligó a sonreír. —Supongo que tu plan implicaba a Jonás 
desnudo y acostado sobre su espalda. 
Cole sonrió. Luego miró y estudió Billy. —¿Seguro que estás bien? 
Has estado de mal humor durante semanas. 
Billy levantó las cejas y miró directamente a Cole. —Sí, sí. Estoy de 
mal humor todo el tiempo. Ya lo sé Cole. 
Billy puso los ojos en blanco. —Maldito lobo temperamental. 
Cole resopló. —Estoy mejor de lo que solía ser, ahora que tengo a 
Jonás. — Tan pronto como salieron esas palabras, Cole se tensó. El 
hermano de Jonás, Nathan, había secuestrado a Jonás, lo había drogado, 
así que tuvo que permanecer en forma de caballo y luego lo había vendió. 
Afortunadamente, había terminado en el santuario de caballos del amigo 
de Cole. Mientras Cole y el resto de la tripulación de la granja luchaban 
por mantener a Jonás a salvo, Billy terminó en una pelea con Nathan. Con 
esas circunstancias, Cole finalmente se dio cuenta de que Billy había 
esperado más que amistad entre ellos. Afortunadamente, Cole no se había 
asustado, pero seguía siendo sensible al hablar con Billy sobre su relación 
con Jonás. Billy deseó que lo superara. 
–Tienes razón, Jonás ha sido bueno para ti. Billy le dio una palmada 
en el hombro, y Cole miró hacia él, aliviando la tensión. 
–Deberías tomarte un tiempo libre, —dijo Cole. —Con la 
planificación de la adición al granero y los nuevos caballos entrando, has 
estado trabajando sin parar durante semanas. 
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Eso era cierto, pero cuando estaba trabajando, Billy no se sentía 
solo y no tenía tiempo para estar celoso de Cole. —No me importa, 
prefiero estar trabajando con los caballos que hacer cualquier otra cosa. 
Cole frunció el ceño. — ¿Cuándo fue la última vez que saliste de la 
granja? 
Billy se encogió de hombros. —No lo sé, fui a la ciudad hace unas 
semanas. Cole alzó las cejas y lo fulminó con la mirada. —Estoy bien, de 
veras. 
–Necesitas unas vacaciones. 
Billy sacudió la cabeza. —Estoy feliz aquí, no hay ningún otro sitio al 
que quiera ir. —Había pasado sus últimos años de la adolescencia y 
principios de los años veinte vagando, encontrando trabajo donde podía, 
nunca permaneciendo en ningún lugar. Ahora que tenía un lugar que se 
sentía seguro y aceptado, nunca quiso irse. 
Cole se inclinó más cerca y olisqueó. Le había tomado un tiempo a 
Billy acostumbrarse a los hábitos de werewolf de Cole, pero ahora tomaba 
esas cosas por sentado. —Algo te está molestando, —dijo Cole. —Lo 
puedo oler. 
–Sólo estoy tenso, probablemente es la adición del granero, quiero 
estar seguro de que tengo todo. 
–Tienes que relajarte —insistió Cole. 
Billy frunció el ceño. — Lo último que necesito es sentarme en el 
culo. Sabes que no puedo quedarme mucho tiempo sin hacer nada. 
–Tal vez necesitas aprender. Tienes un fin de semana de tres días a 
partir del próximo viernes, y no escucharé ninguna queja. 
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Tres días enteros para pensar en todo lo que no tenía en lugar de 
concentrarse en lo que estaba bien en su vida. —¿Dónde demonios 
esperas que vaya? 
Cole frunció el ceño. —No lo sé, pero lo averiguaré y te lo haré 
saber. Billy lo fulminó con la mirada. 
 —No me estás enviando a un viaje. 
Cole gruñó. —El infierno que no. Considéralo un bono. 
Billy luchó en todos los sentidos, pero al final, el plan Cole era la 
única opción desde que amenazó con remover a Billy de la granja. Así, encontra de sus deseos, Billy había ido a Nashville, había entrado en el hotel 
más lujoso de lo que había presenciado en su vida, se había sentado en la 
cama y empezó a hacer en unas hojas de cálculo las rotaciones de 
entrenamientos de los caballos de la próxima semana. Cole podría hacerle 
salir de la granja, pero Billy sería condenado si Cole le impediría pensar en 
el negocio agrícola. 
Unas horas más tarde Billy ordenó una hamburguesa y vio una 
película aburrida llena de persecuciones de motocicleta y cosas que 
explotan. Al menos, la película lo distrajo de la tranquilidad de su 
habitación. En la granja, nunca estuvo solo por mucho tiempo. Aquí, en 
una habitación de hotel, era dolorosamente obvio que no tenía a nadie 
con quien compartir estas vacaciones forzadas. 
Sobrevivió a la noche encerrado por su cuenta, pero al día siguiente 
se puso inquieto y decidió dar un paseo. La temperatura flotaba alrededor 
de los cero y el viento cortaba a través de su chaqueta de forro de lana. 
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Notó algunas hermosas esculturas de caballos en una ventana de la 
galería. Danielle, la entrenadora principal de la granja, le encantarían. 
La galería parecía estar teniendo una feria de artesanía, y él decidió 
tomar la oportunidad de salir del frío. Encontró el stand con esculturas de 
caballos. Estaban tan detalladas y realistas, que parecía que podrían 
despegar corriendo a pesar de ser sólo seis pulgadas de alto. 
Él Compró un semental galopando para Danielle y luego pasó casi 
media hora hablando con el artista y su compañero. Le recordaron a Cole 
y Jonás. Ellos tenían la misma mirada, descaradamente amorosa. Suspiró 
mientras se despedía y se dirigía hacia el frío. 
Se estremeció al salir de la galería. El viento aullaba a lo largo de los 
escaparates, y sentía como si la nieve estuviera en camino. Corrió por la 
calle hasta una cafetería. Había bromeado sobre el café de diseño muchas 
veces, prefiriendo su cerveza fuerte y negra, pero se suponía que estaba 
de vacaciones, y él tenía una predilección por el chocolate. Así que, 
después de una mirada casual para asegurarse de no ver a nadie conocido, 
ordenó un enorme moka con virutas de chocolate y crema batida en la 
parte superior. 
Se sentó con su bebida y sacó su Tablet de su cartera. Leyó algunos 
artículos sobre el cuidado de los potros recién nacidos. Luego escaneó 
algunos de los cuadernos de cuidado de caballos a los que frecuentaba. 
Cuando terminó de beber, estaba nervioso por la cafeína. No podía 
quedarse quieto por más tiempo. Caminó por la ciudad durante un rato, 
tratando de ignorar el frío que parecía que se instalaba todo el camino 
hasta sus huesos. Odiaba el invierno. Preferiría estar goteando de sudor 
en un ardiente día de agosto que revisar el cielo ansiosamente por la 
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nieve. Más pronto de lo que quería, se dirigió de nuevo a su hotel, donde 
pasó por los canales y cruzó la habitación. 
 
Cuando el silencio era demasiado, decidió buscar un bar. No creía 
que había una oportunidad en el infierno de conocer a alguien que estaba 
interesado en más de una follada rápida, pero un cuerpo caliente a su lado 
por unas horas era todo lo que podía tener, él conseguiría uno. Estaba de 
vacaciones después de todo. Tal vez con un par de copas, no le importaría 
tanto. 
Hizo una búsqueda de bar de ambiente en la zona y encontró uno a 
pocos kilómetros de distancia. Pensó en caminar para poder beber tanto 
como quisiera, pero cuando echó un vistazo por la ventana, una mezcla 
húmeda de aguanieve y nieve empezó a caer. De ninguna manera estaba 
caminando en esa mierda. No debía conducir en él tampoco, pero no 
podía pasar un minuto más en el hotel. 
 
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Capítulo 2 
 
Pocas horas después, Billy se sentó en una cabina bebiendo su 
tercera cerveza. Había usado los dos primeros para comer un filete con 
patatas fritas. Eran sabrosos, pero nada parecido a lo que Shep, la esposa 
y asistente de entrenador, a menudo cocinaba para la cena del domingo. 
Billy había examinado a unos cuantos hombres que habían entrado, pero 
uno de ellos estaba claramente con alguien, una persona grande, de 
aspecto espeluznante a la que Billy no tenía intención de jugar. El otro 
hombre estaba demasiado borracho para ponerse de pie. No importa lo 
caliente que estuviera el tipo, Billy no tenía la intención de jugar a la 
niñera. 
Un poco más tarde, un hombre se le acercó y le pidió que bailaran. 
Era lindo, varios años más joven que Billy, con ojos de cachorro y largos 
cabellos rubios. 
Billy aceptó su oferta y se deslizó de la cabina para seguirlo hasta la 
pista de baile. Habían pasado años desde que había dado dos pasos, pero 
los movimientos volvieron a él fácilmente. El tipo, que dijo que su nombre 
era Cameron, era un buen bailarín. Billy se estaba divirtiendo y 
empezando a preguntarse a dónde irían las cosas cuando Cameron se 
inclinó y susurro. —Pareces un verdadero vaquero. 
Billy se echó a reír. —Trabajo en una granja de caballos. 
–Perfecto —dijo Cameron, con una sonrisa lujuriosa en su rostro. —
¿Ves al tipo alto con el cabello negro? Inclinó la cabeza hacia un lado para 
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indicar al hombre en cuestión. Billy miró a los hombres que estaban 
alrededor del borde de la pista de baile. 
–¿Está usando una camisa roja? 
Cameron asintió con la cabeza. —Sí, es mi novio. 
Billy se sobresaltó y trato de alejarse. Lo último que quería era una 
pelea, pero Cameron lo abrazó fuertemente y se rio. —No te preocupes, 
me envió a buscarte, esperaba que fueras bueno con cuerdas. 
Billy miró a Cameron como si hubiera perdido la cabeza. Cameron 
parecía ajeno a su preocupación. Deslizó su mano por la espalda de Billy y 
le tomó el culo. —Él quiere que me amarres y me folles mientras él mira. 
Infierno no, no lo hace con parejas. Lo había intentado una vez y las 
cosas habían salido mal más rápido de lo que creía posible. Nunca más. Él 
nunca juega con cuerdas con los extraños, y si alguien iba a ser atado, 
preferiría ser él. Se alejó de Cameron. —No es lo mío, lo siento. 
–Ahhh, por favor. — Cameron, agarró su bíceps, impidiéndole que 
se alejara. Billy intentó liberarse, pero Cameron fue sorprendentemente 
fuerte para su tamaño y Billy no quiso hacer una escena. Cameron se frotó 
en Billy mientras le sonreía. —Vamos, puedes hacerme cualquier cosa, 
realmente soy una puta. 
Si hubiera estado considerando la oferta, las acciones de Cameron 
habrían cambiado de opinión. —No, gracias. —Apartó el brazo de la mano 
de Cameron y se alejó. Pensó en darse por vencido y volver a su 
habitación, pero mientras que un extraño que le dejaba a Billy usarlo de 
cualquier manera que quisiera mientras su novio observaba no apelaba, 
frotarse contra el cuerpo duro de Cameron le había hecho ansioso por 
más acción. 
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Encontró un asiento a lo largo del borde de la pista de baile y 
escudriñó a la multitud. Todos parecían demasiado jóvenes o tomados, 
pero luego su mirada aterrizó en un hombre cuyo culo era redondo, la 
perfección regordeta en sus ajustados vaqueros. Y lo estaba balanceando 
como si supiera qué atractivo tenía. 
Billy dejó de lado su habitual timidez y se acercó a él. El baile se 
convirtió rápidamente en besos y besos en tanteos. —¿Quieres volver a 
mi hotel? preguntó. 
El hombre, Billy ni siquiera había obtenido su nombre, sacudió la 
cabeza. 
–No puedo esperar tanto. 
Alcanzó entre sus cuerpos y frotó la polla de Billy a través de sus 
vaqueros. —Maldita sea, que es gruesa, bebe, salgamos hacia atrás para 
ver si sabes tan bien como pareces. La mano del hombre se sentía tan bien 
acariciando a Billy. No había planeado una mamada en el callejón, pero en 
ese momento iba a tomar lo que pudiera conseguir.Tropezaron a través de la puerta trasera, besándose y acariciándose 
mientras iban. Billy se alegró de estar a kilómetros de su casa. Estaría 
avergonzado de que alguien lo viera actuando tan desesperado por una 
mierda. Cuando salieron fuera, Billy oyó gemidos que venían de las 
sombras cerca del borde del edificio. Un hombre gritó, —Oh, sí, justo así. 
¡Chupa esa polla! 
Él y su compañero se rieron, y el hombre lo tiró hacia un espeso 
roble, apoyándolo hasta que golpeó el tronco. El hombre cayó de rodillas y 
Billy ayudó con los cierres de sus pantalones. El pene de Billy le dolía por el 
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contacto y no podía liberarlo con la suficiente rapidez. Cuando la boca del 
hombre se cerró alrededor de él, Billy bajó la cabeza hacia atrás y gimió. 
Había sido demasiado tiempo desde que había sentido tanto calor 
alrededor de su polla. El desconocido hizo cosas con la lengua que Billy no 
hubiera creído posible. Con demasiada rapidez, Billy dejó que su 
compañero supiera que se iba a venir. El hombre se echó hacia atrás y lo 
bombeó, sonriendo cuando Billy se corrió en su mano. 
Cuando Billy se había cerrado la cremallera y el hombre se había 
levantado, dijo Billy, —Eso fue increíble deseas volver a mi hotel y que te 
devuelva el favor? 
El tipo se rio. —Oh, no, bebé, no he terminado aquí, aposte con mi 
amigo que podría chupar a diez chicos antes de que el pudiera y eres sólo 
el número seis. 
Billy se quedó boquiabierto. ¿Qué mierda? ¿Nadie tenía ya un buen 
sexo sin complicaciones? Apartó los sentimientos de repulsión mientras 
miraba al tipo cuya boca había estado alrededor de su polla. —Entonces, 
disfrútalo —dijo, con voz sarcástica. 
Volvió a entrar el tiempo suficiente para pagar su cuenta, a 
continuación, se dirigió a su camioneta. En todo caso, se sintió más solo 
que cuando llegó y también mal del estómago porque había caído tan bajo 
como para ser parte de un concurso de mamadas. 
Cuando salió del estacionamiento, vio a un muchacho sentado en la 
parte trasera del banco en la parada de autobús en la esquina. El reloj en 
el salpicadero leía unos minutos después de la medianoche. 
¿Los autobuses realmente funcionaban tan tarde? El muchacho 
estaba encorvado sobre sí mismo y temblaba. La parada de autobús 
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cubierta hizo poco para detener la sopladura de nieve y sólo llevaba una 
chaqueta delgada sobre su camiseta 
 
Lo que le había hecho esperar un autobús en medio de la noche no 
era asunto de Billy, pero el chico se veía tan triste, tan derrotado, que Billy 
no podía alejarse. El muchacho le recordó a Billy una versión mucho más 
joven de sí mismo. Tenía una bolsa de lona desgarrada junto a él y Billy 
apostó que contenía todo lo que el chico poseía. .. 
Se detuvo junto a la parada del autobús y bajó la ventanilla del 
pasajero. —¿Estás esperando un autobús? El chico levantó la vista. Algo 
brilló en sus ojos, algo no humano. Otra persona podría no haberlo 
notado, pero Billy había dedicado suficiente tiempo para reconocer una. 
Billy levantó las manos, deseando parecer no amenazante. Sólo quiero 
asegurarme de que estás bien. El chico miró a Billy, sin decir nada durante 
varios segundos. Finalmente, respondió. —Sí, sólo estoy esperando un 
autobús. 
–¿Llevan a esta hora de la noche? El muchacho se encogió de 
hombros. Esperaré hasta que lo hagan. 
–¿A dónde te diriges? —preguntó Billy. 
–En algún lugar que no está aquí. 
Billy recordaba ese sentimiento, la necesidad de estar en otro lugar. 
El chico cambió de posición, acercándose a la luz. Billy lo observó de cerca, 
tratando de ver el rostro oculto por el ala de su sombrero. Era mucho más 
viejo de lo que Billy había adivinado, y era precioso, ojos verdes brillantes, 
una delicada estructura ósea y cabello negro que se ondulaba sobre su 
frente. 
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–¿Cuántos años tienes? — preguntó. Los ojos del muchacho se 
estrecharon, recordándole a Billy un gato. —No te voy a lastimar, lo juro 
—dijo Billy, manteniendo la voz suave y uniforme. 
 
–Veintidós. 
La edad suficiente para ayudar en la granja. Maldición, él era dos 
años mayor que Jonás 
Y cinco años mayor de lo que Billy había sido cuando había 
conseguido su primer trabajo con caballos. Mis padres me abandonaron 
cuando yo era un recién nacido, y el orfanato del estado hizo mi 
cumpleaños. Una mirada de horror cruzó la cara del joven. Había revelado 
claramente más de lo que él había querido decir. 
Billy decidió no hacer comentarios. No quería asustar al joven. Las 
personas asustadas eran como caballos espantados. Tienes que ir lento y 
suave y ganar su confianza antes de que pudiera ayudarles. 
 —¿Has hecho algún trabajo en la granja? El asintió. —Si estás 
buscando un trabajo, yo podría ayudarte. — Por un momento, la dura 
fachada del joven vaciló, y Billy vio el miedo debajo. 
–¿Qué clase de trabajo? 
Billy se preguntó si estaba loco. No sabía nada de este tipo, pero la 
granja había estado escasa por meses y Cole entendía su deseo de ayudar 
a una persona perdida. Billy había acusado a Cole de dirigir un refugio en 
lugar de una granja. Si tenía razón, y el joven era un cambiador de gatos, 
tendría problemas para trabajar con los caballos, pero si Cole podía 
hacerlo, también él podría hacerlo. Soy el gerente de una granja agrícola, 
podrías ayudarnos allí. 
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–Estoy dispuesto a trabajar, sólo espero que me paguen. 
–¿Ha sido un problema para ti en el pasado? El asintió. —Eso no 
será un problema en Wild R. Tendrás salario, un techo sobre tu cabeza y 
todas tus comidas. El hombre prácticamente salivaba. 
 
–No he terminado la escuela, algunos lugares esperan que lo hagas 
y ... 
–Yo tampoco lo había hecho cuando empecé a trabajar con 
caballos. Yo también puedo ayudarte con eso si quieres. 
–¿Por qué estás haciendo esto? 
El miedo volvió a brillar en sus ojos, y Billy se preguntó si alguna vez 
alguien lo había cuidado antes. —Mis padres se enteraron de que yo era 
gay cuando tenía diecisiete años, y me echaron. Acabé durmiendo en 
callejones hasta que encontré una granja que me contratara. Si un capataz 
no se hubiera arriesgado conmigo, no sé dónde habría terminado. 
El joven frunció el ceño: —¿Eres gay? 
–¿Tienes algún problema con eso? —preguntó Billy. 
–No, no hay problema. 
Aceptamos a todos en la granja, gais, mujeres, shifters. No nos 
importa si trabajas y respetas a todo el mundo. 
–Shifters? ¿En serio? ¿Realmente no te importa eso? 
–No —Billy resistió el impulso de preguntar qué tipo de Shifters era 
el hombre. 
Mientras que los seres humanos habían sabido sobre shifters por 
casi cien años, fuera de ciudades más grandes todavía eran tratados como 
ciudadanos de segunda clase, muchos de ellos eligieron permanecer 
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escondidos. Supuestamente tenían la misma protección bajo la ley, pero 
rara vez lo recibieron. Si fueras un shifter y gay, encontrar un trabajo en 
una zona rural podría ser casi imposible. Billy se inclinó y abrió la puerta 
del pasajero. —Te llevaré de vuelta a la granja, mi jefe tendrá que aprobar 
mi decisión antes de que pueda contratarte oficialmente, pero no creo 
que sea un problema. 
 
El joven meneó la cabeza. —Yo no te conozco. 
–Sólo quiero ayudar. 
Él frunció el ceño. —No es como si me fueras a lastimar. 
Billy se echó a reír. —No creo que lo haga. El hombre se levantó y 
caminó hacia el camión. 
–Soy más fuerte de lo que parezco. 
–No lo dudo, —respondió Billy. Le tendió la mano. Soy Billy Lawson. 
Él buscó la mano de Billy. Billy esperaba que apenas temblara o se negara 
a tocarlo por completo, pero miró a Billy a los ojos y tomó su mano con 
firmeza. Un hormigueo corrió a lo largo del brazo de Billy, y se perdió en 
las profundidades de los ojos verdes deljoven. Intentó no dejar que su 
reacción se reflejara en su rostro, pero el tipo también debió de sentir 
algo, porque inhaló bruscamente y dio un paso atrás. 
–¿Cuál es tu nombre? —preguntó Billy, su voz sonaba demasiado 
ronca. 
–Levi. 
–¿Tienes apellido, Levi? 
Él frunció el ceño. —Ya no. — 
–Ok. 
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Levi tiró su bolsa en el pequeño asiento trasero del camión y luego 
se deslizó hacia el frente con Billy y cerró la puerta. Billy mantuvo ambas 
manos en el volante para que Levi pudiera ver que no iba a obligarlo a 
hacer nada. Dudó durante unos segundos y finalmente dijo lo que 
pensaba. —Es muy tarde, estoy seguro de que estás cansado y 
hambriento, tengo una habitación de hotel a pocos kilómetros de aquí, 
voy a llevarte allí antes de que vayamos a la granja. Levi se puso rígido y 
alcanzó la manija de la puerta. —Espera. 
Los dedos de Levi se cerraron alrededor de la empuñadura, pero no 
abrió la puerta. 
Puedes quedarte en la habitación y pedir algo que te guste del 
menú de servicio de habitación. Levi frunció el ceño. 
–Mi jefe pagará por ello, me envió a pasar el fin de semana, una 
recompensa por ser un trabajador, más como castigo. Pero Billy no 
necesitaba entrar en eso. 
–¿Y tú, ¿dónde estarás? 
–Dormiré en el camión. Levi parecía preocupado. 
–No puedes hacer eso por mí. He dormido en lugares peores, estaré 
bien. Pero el cuarto es tuyo, puedo dormir en el camión, al menos será 
más cómodo que un autobús. 
Billy frunció el ceño. —¿Cuánto tiempo ha pasado desde que has 
dormido en una cama decente? 
Levi permaneció en silencio unos segundos. 
–No lo recuerdo. 
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–Entonces ha pasado demasiado tiempo. Levi miró a Billy y el dolor 
en sus ojos hizo que Billy quisiera aplastar a todos los que lo habían 
herido. 
–Gracias —dijo–. Con su voz suave casi desapareciendo. 
–De nada. 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO TRES 
 
Billy abrió la puerta de su camioneta y saltó. Esperaba que le 
hubiera dado a Levi tiempo suficiente para comer algo y quedarse 
dormido. Había intentado dormir acurrucado en el asiento trasero de la 
camioneta, pero después de salir por la noche, olía a sexo y cerveza y 
quería desesperadamente una ducha. Entró en el vestíbulo del hotel. Uno 
de los miembros del personal miró hacia arriba desde el escritorio, pero al 
parecer, incluso después de su noche de libertinaje, no se veía muy 
aterrador... Entro al ascensor hasta su piso. Cuando llegó a la puerta, se 
detuvo y escuchó. No escuchó nada, así que entro. 
–Levi, soy yo, sólo tengo que ducharme. Habló suavemente en caso 
de que Levi estuviera dormida. Cuando no consiguió una respuesta, Billy 
entró más lejos en la habitación. Levi estaba tendido sobre su vientre, 
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ocupando toda la cama. Ni siquiera se había desnudado antes de quedarse 
dormido. Billy sonrió al ver cómo se veía joven e inocente. 
Billy hizo el menor ruido posible mientras se duchaba, pero Levi 
gritó mientras se vestía. Se sacudió los pantalones, dejándolos 
desabrochados y se asomó de la puerta del baño. 
–Está bien, soy yo, sólo necesitaba ducharme. 
Pero Levi no estaba despierto. Estaba gritando en su sueño. Se 
había encogido en una bola en el centro de la cama, y estaba temblando. 
— ¡No! — el grito. El corazón de Billy latía con fuerza. ¿Qué debía hacer? 
Le había prometido a Levi que se quedaría en el camión. 
Podía escapar de la habitación y dejar que Levi despertara de su 
pesadilla por su cuenta. El hombre seguramente no esperaba consuelo. 
Billy nunca lo tuvo cuando gritó en la noche, aterrorizado de monstruos 
imaginarios y reales. Pero Billy no podía alejarse. Se dirigió a la cama y se 
sentó en el borde. 
–Levi —dijo Billy tratando de despertarlo. 
–Por favor, — Levi sollozó, sacudiendo la cabeza y pateando como si 
estuviera tratando de apartar a alguien. No fui yo, no fui yo. 
–¡Levi! Billy llamó, más fuerte esta vez. —¡Despierta! Levi se 
estremeció y murmuró algo acerca de ser inocente. Billy se resistió a 
tocarlo porque eso podía asustarlo más. Extendió la mano y encendió la 
luz al lado de la cama, pero el brillo no despertó a Levi. El joven llamó de 
nuevo, las palabras ininteligibles esta vez. ¿Qué estaba soñando? 
–Levi! — Grito Billy. 
Levi abrió los ojos y jadeó, con un suspiro subió de nuevo a la 
cabeceará de la cama. Billy se levantó y dio un paso atrás. —Soy yo, no te 
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haré daño, sólo he venido a tomar una ducha. Los ojos de Levi eran 
enormes. Su pecho se elevó y cayó al mirar a Billy. Él era tan jodidamente 
hermoso. Billy quiso tirar de él en sus brazos y sostenerlo. Quería borrar 
aquella mirada de terror. ¿Qué mierda estaba mal con él, pensando en lo 
suaves labios de Levi cuando el hombre estaba aterrorizado y 
probablemente ni siquiera era gay? —Lo siento, me iré. 
Levi sacudió la cabeza. No lo hagas. — ¿No te vayas? 
Levi asintió con la cabeza. Su mirada recorrió el pecho desnudo de 
Billy y bajó hasta la piel expuesta por los pantalones abiertos de Billy. Se 
mojó el labio inferior con un rápido golpe de su lengua. Tanto por pensar 
que podría ser directo. La polla de Billy se llenó, pero trató de ignorarla. —
¿Quieres decirme de qué estabas soñando? 
–No puedo. 
Billy notó que no había dicho que no quería, No podía. ¿Qué diablos 
le había pasado? ¿Estaba huyendo de algo? Billy se sentó en el borde de la 
cama de nuevo. —Soy un buen oyente si cambias de opinión. 
–No lo haré, no sobre esto. 
Billy asintió con la cabeza. —Bueno. Algunas cosas eran demasiado 
horribles para decir en voz alta. Lo sabía muy bien. 
–¿Quieres hablar de otra cosa? él ofreció. 
Levi se encogió de hombros. —No soy muy bueno para hablar, no 
tengo mucha oportunidad, la mayoría de la gente ... ¿Tienen miedo de los 
shifters? Incluso si no sabían lo que eran, los humanos podían sentir un 
depredador cerca. ¿Fue por eso que Levi no pasó mucho tiempo hablando 
con la gente? Levi no dijo nada más, así que Billy se sentó, observándolo, 
notando cuán profundamente verdes eran sus ojos y cómo su cabello 
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negro se había encogido más fuerte cuando se había calentado durante su 
pesadilla. Parecía sedoso y suave. Billy quería correr sus manos a través de 
él que tuvo que apretar los puños para ayudarlo a resistir. 
La piel de Levi estaba sonrosada por pasar demasiado tiempo bajo 
el sol. Billy apostó que era naturalmente de un color pálido y cremoso, 
más perfecto que el suyo propio. La polla de Billy se tensó, y se maldijo. 
Sentado aquí con un joven asustado, eso no iba a ayudar a cualquiera de 
ellos. 
–Deberíamos dormir un poco. Levi no dijo nada hasta que Billy se 
levantó y se volvió hacia la puerta. 
 
 —¿Puedes quedarte? La voz de Levi tembló. Billy se volvió y lo 
miró. El terror mostraba claramente en sus ojos. 
–Claro, voy a preparar el sofá. — Levi miró hacia abajo. —Bueno. — 
Parecía decepcionado. ¿Había querido compartir la cama? De ninguna 
manera podía hacer eso sin tocar a Levi, besarlo, llevar las cosas más allá 
de donde deberían ir. Billy encontró las sábanas para hacer el sofá cama. 
Levi se levantó y usó el baño. Cuando salió, Billy levantó la vista. Se había 
quitado la camisa, revelando un corte a través de su costado, justo debajo 
de sus costillas inferiores. Estaba rojo e hinchado alrededor de los bordes, 
probablemente por infección. 
–Déjame ver, —dijo Billy, caminando hacia él. 
Levi se volvió para esconder la herida. —No es nada. 
–No está bien, creo que está infectado. 
–Se está curando. Simplemente no lo toques. 
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Como un shifter, su cuerpo debería haber sido capaz de curar la 
mayoría de las heridas. ¿Había sido incapaz de cambiar después de que se 
lesionara? ¿O era la mente de Billy jugandotrucos sobre él, y Levi era 
humano después de todo? De cualquier manera, la herida necesitaba 
atención. 
–Tengo un poco de ungüento en el camión que te ayudará, por lo 
menos déjame conseguirlo para ti. 
Levi suspiró. —Ok. 
Billy agarró su camisa del baño y se apresuró a sacar el botiquín de 
primeros auxilios del camión. Cuando regresó a la habitación, Levi estaba 
sentado en la cama usando sólo su bóxer. Su pecho estaba pálido y en su 
mayoría casi sin pelo. Sus pezones oscuros se habían apretado con el aire 
helado. Billy dejó que su mirada siguiera el oscuro sendero que conducían 
a la cintura de su ropa interior. Sus muslos eran musculosos y cubiertos de 
pelo que brillaba en la luz. Billy ansiaba correr sus dedos sobre ellos y 
sentir el contraste de las texturas de la suave y dura piel del musculo. 
Pero Levi no sólo estaba asustado y herido, sino que esperaba estar 
trabajando para Billy pronto. Billy sería un idiota para hacerle un pase. 
Dejó el botiquín en la cama. —Acuéstese de lado, puedo tener una mejor 
vista de esa manera. Levi hizo lo que le pidió, pero Billy vaciló, su corazón 
martilleando ante la idea de inclinarse sobre la forma inclinada de Levi. La 
otra opción era que Levi se sentara y Billy se arrodillara. Eso sería más 
tentación de lo que él podría resistir, especialmente una vez que miró 
hacia arriba y vio esos grandes ojos verdes. 
Billy se sentó en la cama junto a Levi. El silencio pesaba entre ellos. 
Billy estaba acostumbrado a trabajar en caballos heridos, aunque él había 
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hecho su parte en curar a los trabajadores de la granja, pero nunca una 
herida tan mala. Intentó distanciarse, ver la herida, no al joven hermoso. 
Los bordes de la hendidura eran irregulares. Se puso un guante de látex 
del kit de primeros auxilios y tocó la piel alrededor de la herida. Como él 
había sospechado, Estaba ardiendo. 
–¿Qué sucedió? —preguntó, dudando de que obtendría una 
respuesta directa. Durante varios segundos, Levi no respondió. 
Luego dijo —No querrás involucrarte. 
–Si eso significa mantenerte a salvo, entonces lo hare. 
Levi no dijo nada más. 
–¿El corte fue hecho por un cuchillo? No se parece a ninguna herida 
de cuchillo. 
Billy silbó. — Debe haber sido un gato. 
 
–No, era un gato. 
–Fue un puto león de montaña, ¿de acuerdo? Eso es todo lo que 
puedo decirte. 
Esto respondía sus dudas sobre Levi de ser uno. Un humano estaría 
muerto o peleando por su vida en un hospital después de meterse con un 
león de montaña. Levi jadeó cuando Billy frotó una pomada antibiótica de 
prescripción sobre la herida. Billy estaba agradecido de que le sobrara algo 
cuando un muchacho se había pinchado el pie con un clavo. Debería llevar 
a Levi a una clínica, pero muchos médicos eran reacios a trabajar con 
shifter y no creía que Levi aceptara ir. Esto tendría que hacerse hasta que 
estuvieran de vuelta en la granja. 
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Levantó una mano a la frente de Levi. Él estaba caliente, pero todos 
los shifters eran más calientes que los seres humanos. — ¿Te sientes 
febril? Levi sacudió la cabeza. — ¿Estás seguro de que no quieres 
contarme más sobre lo que pasó? 
–Sí. 
Billy sabía que si seguía empujando sólo haría estallar a Levi, así que 
se dio por vencido. Deseaba que Levi al menos admitiera ser un shifter 
para poder hablar abiertamente de por qué no había podido sanar, pero 
no se atrevió a preguntar. Lo último que quería era que Levi se asustara y 
corriera. Si Billy pudiera llevarlo a la granja, se abriría eventualmente. No 
sería capaz de esconder lo que era de Cole o Jonás. 
Levi giró y se sentó inesperadamente. Ahora apenas unas pulgadas 
separaban sus cuerpos. 
Billy trató de retroceder, pero estaba congelado. 
 
Levi lo observo, con los labios entreabiertos. —Gracias. Su voz era 
tan suave que Billy apenas lo oyó. 
–Levi, El nombre sonaba como una súplica. No lo beses, se dijo Billy. 
Levi deslizó su lengua sobre su labio inferior, mojándolo. Estaba 
respirando con dificultad. Miró a los ojos de Billy, y por un segundo, Billy 
vio una lujuria depredadora en su mirada. No podía recordar jamás sentir 
una necesidad tan fuerte de ofrecerse a sí mismo como lo hizo en ese 
momento. Levi se acercó más, sus ojos ahora entre amarillo y verde de un 
gato. Si Billy separaba los labios, si le ofrecía su garganta, Levi lo llevaría. 
Billy se alejó de la cama y se levantó. Levi lo miró fijamente y el 
dolor volvió a sus ojos. 
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–Levi, nosotros ... 
–No lo hagas. Su voz ya no vulnerable, era dura de nuevo. 
Billy odiaba herir a Levi, pero si lo hubiera besado, se habría estado 
aprovechando. Una vez que Levi tuviera un trabajo y un hogar, sabría que 
estaba a salvo, entonces Billy podría pensar en ... pero Levi 
probablemente no estaría interesado en él para entonces. Lo deseaba 
ahora porque Billy era amable, y Levi estaba solo, probablemente incluso 
más solitario que Billy, pero no usaría eso como excusa para quedarse en 
la cama con Levi. 
 
 
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CAPÍTULO CUATRO 
 
Billy dormito un poco, no había podido dormir realmente con Levi al 
otro lado de la habitación. Cuando llegó el sol, se dio por vencido y pidió el 
desayuno para los dos, suaves ronroneos venían de la cama donde Levi 
dormía profundamente. 
Billy tomó su desayuno en el balcón y dejó el de Levi cubierto, 
esperando que no se pusiera demasiado frío antes de que se despertara. 
Después de que terminó de comer, entró para tomar su teléfono y llamar 
a Cole. Necesitaba advertirle que llevaría a Levi con él. 
–Buenos días, —Levi murmuró, sentándose y parpadeando ante la 
luz brillante cortando a través de la puerta del balcón. Se pasó una mano 
por el pelo, que estaba pegado a un lado. Se veía terriblemente joven en 
su estado desaliñado. 
–Buenos días —respondió Billy, dándose cuenta de que había 
estado mirando y esperando que Levi todavía tuviera demasiado sueño 
para notarlo. —Te traje un poco de desayuno —añadió mientras buscaba 
el teléfono que había dejado en la mesilla de noche. 
Levi salió de la cama y tropezó hacia la mesa donde Billy había 
puesto la bandeja. Sus ojos se ensancharon cuando levantó la tapa de su 
plato. —¡Guau! 
Billy no estaba seguro de lo que Levi le gustaba más, así que había 
conseguido un plato con tocino, salchichas, huevos, patatas fritas y crepes. 
 
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–No creo que haya visto tanta comida en un plato. — Levi parecía 
un niño en la mañana de navidad. 
 
Billy sonrió. Voy a llamar a mi jefe y hacerle saber que vendrás a 
casa conmigo. La alegría de Levi huyó. Tal vez sería mejor si me dejarás en 
una parada de autobús. Billy luchó contra el impulso de gritar. —No. Tu 
herida necesita más tratamiento, y necesitas un lugar para vivir y un 
trabajo, donde serás tratado con justicia. 
–Yo puedo cuidar de mí mismo. 
–Estoy seguro de que puedes, pero no tienes que hacerlo. 
Levi frunció el ceño. —No puedes obligarme a ... 
Billy suspiro. —Tienes razón, no puedo forzarte y no lo haré, pero he 
estado en las calles y he sido intimidado, golpeado y jodido. Finalmente, 
encontré a alguien que estaba dispuesto para dejarme hacer lo que mejor 
hago, trabajar con caballos, y a él no le importa mi pasado. Ésa fue la 
mejor cosa que me ha pasado. Tal vez, sólo tal vez, me gustaría mostrar la 
misma amabilidad contigo, porque no importa que seas un shifter... 
Mierda, él no había querido decir eso, pero no podía recuperarlo. 
El color desapareció del rostro de Levi. Se balanceó sobre sus pies y 
agarró el respaldo de una silla. Billy tomó su brazo y lo ayudó a sentarse. 
Luego le tendió su plato. —Come. 
Levi hizo un esfuerzo para comer varios bocados. Billy le sirvió una 
taza de café de la jarra y la dejó sobre la mesa a su lado.—Lo siento. 
–Yo también. 
–Está bien, no tienes razón para confiar en mí. 
 
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Levi frunció el ceño. —Has hecho todo lo que dijiste, y ni siquiera 
me besaste cuando me ofrecí anoche. El calor se precipitó hacia el rostro 
de Billy. 
–Quería. 
Levi abrió mucho los ojos. 
–Oh, mierda. — Billy sonrió. —Bueno sí. —Ambos se rieron. 
–Estoy demasiado viejo para ti —dijo Billy, porque en ese momento 
se sentía como de un millón de años mientras miraba la sonrisa pícara en 
la cara de Levi. 
Levi resopló. —¿Qué tienes veintiséis, veintisiete? 
–Veintinueve, cumpliré treinta el próximo mes. 
Levi puso los ojos en blanco. —Eso no es viejo. 
–Jonás dice lo mismo, pero es aún más joven que tú. 
–¿Quién es Jonás? Una vez más, el gato apareció en los ojos de Levi. 
¿Estaba celoso? El corazón de Billy aceleró con la idea, pero se regañó. No 
tenía por qué engañar a nadie en la granja, especialmente a este joven 
con ojos brillantes y con problemas que pretendía rescatar, no seducir. Le 
había prometido a Levi que no lo tocaría, y se mantendría fiel a su palabra, 
aunque Levi quisiera otra cosa. 
–Es el compañero del señor Wilder. 
Levi consideró esto durante unos segundos. —¿Socio como socio de 
negocios? 
–Pareja como marido, no que este maldito estado lo reconozca. 
–¿El Sr. Wilder es gay? 
Billy asintió con la cabeza. —Te dije que no discriminábamos en la 
granja de Wild R ... Todo el mundo tiene una oportunidad justa ... Infierno, 
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uno es un ex convicto. Él fue encerrado por intento de asesinato, pero 
Cole fue a su ayuda y lo contrató. Casi llegamos a los golpes por él. —Billy 
hizo una pausa cuando se dio cuenta de que el rostro de Levi se había 
vuelto blanco otra vez. 
–¿Qué pasa? ¿Tienes un registro? Está bien si lo haces, yo estaba 
sólo… 
–Yo–yo no. 
Billy esperó para explicar su reacción, pero no lo hizo. Billy estaba 
más decidido que nunca a explicarle cómo había terminado en Nashville 
con una herida que habría sido fatal para un ser humano. 
–Así que sí, Cole es gay y Jonás es su compañero, es un shifter 
caballo y un gran tipo. 
–¿También Cole es shifter? —Sí, es un lobo. 
–Un lobo y un caballo y son ... 
Billy se echó a reír. —Las chispas vuelan a veces y no sólo en el buen 
sentido, sino lo que son el uno para el otro. Billy esperó que su voz no 
sonara tan melancólica como él temía que lo hiciera. 
Unas horas más tarde, Billy condujo el largo camino que conduce a 
la casa de campo. Cole se había cabreado al principio cuando Billy le dijo 
que regresaba a casa un día antes, pero una vez que supo por qué, él 
cedió. Le gustaba jugar al áspero y rudo hombre lobo, pero no era nada 
más que un amable cuando se trataba de alguien que había sido herido o 
abandonado. Wild R Farm verdaderamente se había convertido en un 
refugio para los vagabundos de todo tipo y a Billy no le importaba desde 
que él mismo había sido uno. 
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Levi había estado en silencio durante la última mitad del viaje. 
Estaba nervioso como cualquier persona cuando se dirigía a una entrevista 
de trabajo, pero Billy estaba seguro de que había algo más pesando sobre 
él, algo mucho más siniestro y probablemente relacionado con su herida. 
Esperaba que Levi confiara en él o en otra persona en la granja. Tenía el 
aspecto de un hombre que deseaba desahogarse. 
Cuando casi estaban a la vista de los edificios de la granja, Levi 
habló. —Tú tenías razón, soy un shifter, un león de montaña. Las palabras 
de Levi asustaron a Billy con tanta fuerza que sacudió la rueda, casi 
expulsándolas de la accidentada carretera de grava. 
–Sé que ya lo habías adivinado, pero tenía que decirlo antes de 
conocer a todo el mundo, el jefe lo sabrá tan pronto como me conozca, y 
pensé que merecías saberlo primero. 
–Gracias. 
–Debería estar agradeciéndote, has sido amable conmigo sin 
ninguna razón. Billy se encogió de hombros. 
–A veces la gente es buena porque es lo que ellos quieren ser. 
–Bueno, gracias de todos modos. 
–De nada. Billy señaló el largo edificio de madera que se encontraba 
al lado de la carretera. 
–Ese es el cobertizo y cuando vayamos por este turno ... allí están, el 
granero principal y la casa. —Es mucho más grande que cualquiera de los 
graneros en los que he trabajado. 
–Es una granja de buen tamaño y nosotros estamos planeando una 
ampliación al granero. Entrenamos caballos y los vendemos o los 
entrenamos para sus dueños. Habíamos estado comprando potros para 
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entrenar, pero acabamos de comenzar un programa de cría. Danielle, 
nuestra entrenadora principal, es increíble. Ella tiene una lista de espera 
ahora mismo. 
 
–Si el señor Wilder me contratara, trabajaré duro, nunca he tenido 
la oportunidad de probarme, pero puedo hacer lo que me pidas. Billy se 
alegró de oír la confianza en la voz de Levi. Iba a estar bien. Billy sólo 
deseaba ...Nah, no hay punto en desear lo que no podría ser. —Tendrás la 
oportunidad —dijo, mientras estacionaba el camión junto al granero. Levi 
se acercó y le apretó el brazo. Cuando miró a Levi, los ojos del joven se 
llenaron de una emoción intensa que Billy no quiso analizar. 
–Realmente aprecio lo que has hecho por mí. 
Billy asintió, sin confiar en sí mismo para hablar. Cuando Levi se 
soltó, Billy perdió instantáneamente el calor de su mano. Salieron del 
camión, Cole y Jonás salieron al porche para encontrarse con ellos. 
Cuando Billy introdujo a Levi, Cole se tensó. Si estuviera en forma de lobo, 
sus orejas estarían levantadas y la piel de su espalda se elevaría. 
Levi se congeló, y sus ojos brillaron con la mirada de un gato feroz. 
Eran dos depredadores que se median entre sí, y Billy de repente vio a 
Levi muy diferente. Ahora no era un niño asustado. Era toda la bestia 
dominante y la vista hizo que Billy temblara. ¿Cómo sería que un 
depredador lo sujetara al colchón y tomara lo que quería? Recordó el 
destello de lujuria en los ojos de Levi cuando se sentaron en la cama 
juntos y su boca se secó. 
Jonás respiro profundo, pero no dijo nada. Sólo se paró en el porche 
mientras Cole bajaba las escaleras y daba vueltas a Billy y a Levi. ¡Mierda! 
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¿Se iban a pelear? ¿A quién defendería Billy si llegara el caso? Miró a 
Jonás, y Jonás le dio un pulgar hacia arriba. Debe creer que podía llamar a 
Cole al frente si lo necesitara 
 
Billy no había pensado que sólo había espacio para un depredador 
superior en una granja. ¿Había cometido un error al traer a Levi aquí? 
Levi no retrocedió cuando Cole lo evaluó, pero tampoco atacó. Se 
volvió y mantuvo su mirada fija en Cole mientras Cole caminaba alrededor 
de él, deteniéndose después de que hubiera hecho un círculo completo. 
Cole lo miró de arriba abajo una vez más, entonces sonrió y le tendió la 
mano. 
–Cole Wilder, soy dueño de esta granja. Te ves como si pudieras 
mantener la calma, Me gusta eso. Si puedes seguir las órdenes de un lobo, 
podríamos intentarlo. 
–Levi asintió con la cabeza. Puedo hacer eso, señor. 
–En su mayor parte, Billy da las asignaciones a los trabajadores. 
Espero que hagas lo que él dice, que trabajes duro y que te llevas bien con 
todos aquí, sin importar su especie. 
Levi sonrió, —eso no será un problema. 
Los dos hombres se dieron la mano y Billy vio la tensión de los 
hombros de Levi. 
–Yo soy un buen trabajador, no me llevo muy bien con los caballos, 
pero trabajaré hasta que lo haga. 
Cole sonrió. —Ellos no me toman fácilmente tampoco —Billy te 
iniciará en trabajos en los que no interactúas directamente con ellos, y 
veremos cómo funciona. 
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Cole introdujo a Jonás y afortunadamente, Levi no parecía ni un 
poco inclinado a comer al joven caballero. Entonces Tristán,el primo de 
Jonás, salió de la casa. El padre de Jonás había dejado a su familia cuando 
Jonás tenía diez años, pero Jonás poco a poco había estado conociendo a 
algunos miembros de su familia. Cuando Tristán había pedido trabajo en la 
granja para que pudiera escapar de su madre protectora, Cole había 
aceptado. Tristan había sido un dolor en más de una forma para Billy, pero 
él era incluso mejor en calmar a los caballos que Jonás, así que lo 
mantuvieron alrededor. 
–Oooh, ¿qué tenemos aquí? —Tristan preguntó, caminando 
derecho hasta Levi, aunque sus sentidos seguramente le dijeron que Levi 
era un gato salvaje. Jonás puso los ojos en blanco ante la muestra 
dramática de interés de Tristán. 
–Este es Levi, Billy lo conoció en Nashville, va a probar a trabajar 
aquí. 
Tristan miró a Levi de arriba a abajo. —Puede probarme en 
cualquier momento. La furia estalló a través de Billy como la lava 
explotando desde un volcán. Agarró el brazo de Tristan y lo apartó de Levi. 
–He aguantado mucho de tu mierda, pero no quiero que molestes a 
los trabajadores. 
Tristan sonrió y miró desde Billy a Levi y otra vez. —Veo como es. Se 
volvió hacia Levi, le guiñó el ojo y se lamió los labios. —Si alguna vez estás 
en una posición de un trio, ven a buscarme. —Se rio mientras se alejaba. 
Billy luchó contra el impulso de perseguirlo y golpearlo. ¿Cómo se 
atreve a tratar a Levi como un trozo de carne? Cómo ... Billy se dio cuenta 
de que Levi, Jonás y Cole lo miraban fijamente. Trato de ocultar lo que 
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sentía por Levi, pero no tenía que actuar sobre esos sentimientos. Él no 
iba a dejar que una pequeña zorra como Tristán lo hiciera tampoco. Se 
salvó de tener que comentar sus acciones cuando algunas de los otros 
trabajadores vinieron a unirse a ellos. Billy presentó a Levi y Cole le pidió a 
Manuel que le mostrara a Levi su habitación en el cobertizo. 
 
Billy quiso protestar. La herida de Levi necesitaba atención y él 
quería ser el que le mostrara a Levi, pero no creía que Levi quisiera que 
mencionara la lesión frente a todos. Si Levi hubiese sobrevivido tanto 
tiempo sin una infección severa, duraría un poco más. Cuando Levi agarró 
su bolsa del camión de Billy, miró a Billy por encima del hombro. El 
depredador se había ido y el niño asustado estaba de vuelta. Billy sonrió, 
deseando tranquilizarlo. Lo que realmente quería hacer era envolverlo en 
sus brazos y besarlo hasta que el brillo salvaje volviera a sus ojos, pero eso 
no iba a suceder. No hoy y tal vez nunca. 
Billy comenzó a dirigirse hacia el granero, pero Cole lo llamó. Siguió 
a Cole ya Jonás a la cocina donde Jonás le ofreció una taza de café. Lo 
tomó con gratitud. Facilitaría el frío del día y lo ayudaría a mantenerse 
despierto después de su noche casi sin dormir. Cole rechazó la oferta de 
café y paseó por la cocina como si la encontrara demasiado encarcelada. 
— ¿No me dijiste que Levi era un gato? 
Billy no podía decir si Cole estaba realmente enojado o si 
simplemente no le había gustado estar sorprendido. —No creía que lo 
necesitara. 
Cole gruñó. —Cada vez que traes a un peligroso depredador a esta 
granja, necesitas hablarme de ello. Jonás puso una mano en el hombro de 
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Cole. —Calma. Cole puso su mano sobre la de Jonás y respiró hondo. —
Estoy bien. 
–No sabía con certeza si era un shifter hasta que estuvimos casi 
aquí. Cole lo miró con las cejas levantadas. —Lo sospeché. Cole continuó 
fulminándolo. Claramente no estaba creyendo esta historia. 
 
–De acuerdo, estaba bastante seguro, pero no quería hablar de sí 
mismo. 
–Entonces tal vez deberías haberlo tomado como una advertencia. 
Billy golpeó su taza de café hacia abajo, salpicando el líquido 
caliente en el mostrador. —¿Desde cuándo tienes un problema conmigo 
rescatando a un niño asustado que no tiene dónde ir? 
–No es un niño. 
Billy lo ignoró. —Necesitaba nuestra ayuda, pensé que querrías que 
lo trajera aquí en vez de dejarle que siguiera vagando hasta que se le 
acabara el dinero ... Ya viste lo bonito que es ... ¿Cuánto tiempo crees que 
duraría en las calles? 
–Si alguien tratara de hacerle daño, cambiaría y los mataría. 
Billy apretó los puños para no dar un golpe a Cole. —Así que 
preferirías que matara a alguien y que no aceptara un trabajo aquí. 
Cole soltó un largo suspiro y se pasó una mano por el pelo. —No, no 
me gusta que me sorprendan y no quiero que lastime a nadie, los gatos 
son peligrosos. 
–Y los lobos no? 
Cole jadeó. 
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–No te preocupaste por ponernos en peligro cuando contrataste a 
Ryan, un ex convicto. 
–Es humano, podría acabarlo un segundo. 
Billy frunció el ceño. —No puedes parar una bala y ni siquiera sabías 
que podrías cambiar entonces. 
Cole sacudió la cabeza. —No importa en qué forma estoy, todavía 
puedo tomar a cualquier humano puro. 
 
Billy resopló. —Le di un plazo para su dinero. 
Cole rio a pesar de sí mismo. —Tal vez ... ah, mierda, tal vez estaba 
equivocado, tal vez no debería haber aceptado a Ryan tan rápido, pero 
por eso lo hice. 
–Tienes razón sobre él, es un buen tipo. 
Cole asintió. —Tuvimos suerte. 
 —¿Por qué es realmente diferente con Levi? 
–No hay garantías de que pueda ir contra un león de montaña y 
ganar. 
Jonás había estado haciendo sándwiches en el mostrador, pero se 
volvió hacia los dos, La ira oscureciendo sus ojos marrones. 
 —¿Por qué estamos hablando de esto? 
Levi puede ser un Shifter Gato, pero también está asustado y 
desesperado, no vamos a rechazarlo. 
Cole soltó una respiración áspera. —Por supuesto que no, solo estoy 
preocupado. 
–Confío en él, —dijo Billy. 
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–Siempre has tenido buenos instintos, pero después de tu reacción 
ante el coqueteo de Tristán, estoy pensando que hay más que confianza 
entre ustedes dos. 
Billy se tensó. —No la hay. 
Jonás sonrió. —Así que sientes que debes proteger la virtud de Levi. 
–Él va a estar trabajando aquí, por lo que está fuera de los límites 
para Tristán. 
–Y para ti —añadió Cole. 
Jonás miró a Cole como si hubiese perdido la cabeza. — ¿Entonces 
debería salir de tu cama? 
 —¿Qué? — Cole rugió. 
–Estamos juntos, Cole, y acabas de decir ... 
 Cole miró a Jonás. —Eso es diferente. 
Jonás levantó una ceja. — ¿Lo es? 
Billy interrumpió la pelea de amantes. —Levi necesita recuperar su 
vida, le prometí que todo lo que quería hacer era ayudarlo, él confía en mí 
y no voy a aprovecharme. 
Jonás frunció el ceño. —No dejes que la obstinación te haga ciego. 
Cole miró a Jonás. Su ira se evaporó, y su devoción era fácil de ver. 
—Jonás tiene razón ... Yo ... Dios, ¿me vas a hacer admitir que me 
equivoqué dos veces en un día? 
Billy resopló. —Eso sería un récord. 
Cole gruñó. —Vete de aquí, y revisa a tu pequeño Shifter, no lo 
revises por mucho tiempo, has estado fuera dos días, tenemos mucho 
trabajo. 
Billy no podía creer el cinismo de Cole. —Me has obligado a irme. 
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Cole rio. — ¿no puede un hombre bromear por aquí? Jonás señalo a 
Billy hacia la puerta. 
–Esa es mi estrategia favorita. Cole gruñó, pero la expresión de su 
cara decía que estaba más interesado en joder a Jonás 
 
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42 
 
CAPÍTULO CINCO 
 
Más tarde esa mañana, cuando las otras personas se habían 
dispersado, algunas llegaron a la ciudad, otras tomaron un caballo para 
dar un paseo o hicieron lo que quisieran en su día libre, Billy llamó a la 
puerta de la habitación de Levi. —Venga —le llamó. 
Billy abrió la puerta. La espalda de Levi estaba girada y estaba 
limpiando el estante. Billy sonrió al simple gesto doméstico. —Soy yo. 
–Lo sé, reconozco tu olor. 
Billy estaba acostumbrado a que Jonás y Cole supieran si estaba 
cerca, pero había olvidadoque Levi tendría la misma habilidad. Levi se 
volvió cuando no respondió. —Lo siento, ¿te parece extraño? 
–No, en realidad me gusta. 
Levi respiró hondo y profundamente. —Puedo aprender mucho 
sobre un hombre por cómo huele. 
Billy se estremeció. La lujuria en la cara de Levi lo tenía duro en 
cuestión de segundos. Se miraron el uno al otro. El corazón de Billy latía 
con fuerza y su polla le suplicó que se arrodillara y le mostrara a Levi lo 
mucho que lo deseaba, pero al final, su gran cabeza ganó. Levi podría 
quererlo ahora, pero Billy no podía imaginar que duraría, no una vez que 
Levi se estableciera aquí. En este momento Billy representaba seguridad y 
comodidad. Incluso sin Cole. 
 
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Tal vez Levi quisiera a alguien más joven y menos tenso que él, y él 
no necesitaba ese dolor. La única cosa peor que estar solo sería empezar 
algo y luego ser abandonado. 
Billy finalmente encontró su voz. —Debería volver a mirar tu herida. 
Levi se puso tenso. Estoy bien, de verdad. 
 —¿Has cambiado desde que sucedió? 
–Una vez. 
Billy lo fulminó con la mirada. Necesitaba más información. 
Levi suspiró. —Me alejé de ... el gato y corrí por el camino, apenas 
tuve suficiente fuerza para cambiar, pero me las arreglé. —Cuando volví a 
ser humano, me arrastré hasta un taxi y me desmayé. No sabía 
exactamente cuánto tiempo llevaba fuera, ni siquiera sabía dónde estaba 
en ese momento, apenas tuve la energía para cambiar. 
 —¿Los cambios no te curaron? 
–Lo hizo, pero no todo... Lo que viste... eso no era nada comparado 
con cómo empezó, mis tripas eran como…. 
Una oleada de miedo pasó por encima de Billy. Había llegado muy 
cerca de no conocer a Levi. —Déjame tratarlo. 
Levi sacudió la cabeza. —Está bien, si no me mató para empezar, no 
voy a morir de infección ahora. 
Billy no iba a dejar pasar esto. —O lo examino o cambias de puesto. 
 —¿Aquí? 
Billy miró alrededor de la habitación. Había mucho espacio. ¿Por 
qué no? 
 —¿Vas a ver? —preguntó, haciéndola sonar sucia como Billy le 
estaba proponiendo que lo observara sin cambiar su forma de animal. 
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Claro, lo dejaría desnudo cuando volviera a ser humano, pero la mayoría 
de los shifters no eran demasiado particulares acerca de la desnudez. 
–Simplemente nunca ... no delante de nadie. 
–He visto a Cole, Jonás y Tristan cambiar, pero siempre puedo darte 
una inyección de antibióticos si no quieres. Más ungüento funcionaría 
bien, especialmente si el proceso natural de sanación de su cuerpo ya 
estaba funcionando, pero de repente, Billy realmente quería ver a Levi en 
su forma de gato. 
Levi levantó su camisa y deslizó su mano sobre la carne pálida junto 
a la herida. Luego se puso la camisa por encima de la cabeza. Con los ojos 
puestos en Billy, se desabrochó los pantalones y los dejó caer. Estaba 
desnudo por debajo. Se quitó los pantalones con los pies descalzos. Billy 
aspiró el aliento mientras contemplaba a Levi completamente desnudo. Su 
polla era semidura, y Billy quería envolverle la mano y sentirla hincharse. 
Levi era largo y delgado, pero Billy podía sentir el poder en su cuerpo. 
Cuando Billy se encontró con su mirada, Levi lo miró como si 
quisiera saltar sobre él y devorarlo. Billy se estremeció. Tal vez ver no era 
una buena idea. Había oído decir a Cole que el cambio le ponía caliente. 
Tal vez debería buscar a alguien que mirara la herida de Levi. Danielle era 
competente, pero no iba a compartir el secreto de Levi con nadie más. 
Levi era suyo 
 —¿Estás listo? Levi preguntó. 
Billy asintió con la cabeza. 
–Nunca he herido a nadie en forma de gato a menos que me hagan 
daño primero. 
 
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Billy no estaba preocupado por nada más que por la herida, la 
palpitante lujuria que amenazaba con hacerse cargo de sus sentidos. —
Confío en ti, si esto fuera peligroso, me lo dirías. 
Levi cerró los ojos. Billy trató de actuar como si el cambio de Levi no 
fuera un gran problema, que no era sexual, pero ver el poder en el cuerpo 
de Levi, el dominio de su gato, lo haría querer a Levi aún más. Billy era 
generalmente tan jodidamente sensible. ¿Por qué de repente quería jugar 
con fuego? 
Levi bajó la cabeza. Alzó la mano y sus brazos se extendieron y 
cambiaron, las manos se convirtieron en patas, las garras se extendieron. 
Se dejó caer a cuatro patas, su rostro se alargó y cambió, entonces Billy 
estaba mirando a los ojos verdes de un león de montaña. Era enorme, más 
grande de lo que Billy esperaba que fuera. Su piel de oro parecía suave, 
pero sus garras parecían mortales. 
Billy retrocedió un paso y el gato se acercó a él. Se dijo a sí mismo 
que no debía tener miedo. Si corriera, Levi lo perseguiría y luego lo 
atraparía y lo devoraría. Pero cuando Billy imaginó el escenario, vio a Levi 
en forma humana más que como gato, y quería que Levi lo dominara. 
Levi se deslizó hacia él, los hombros de su gato rodando mientras su 
gran cuerpo se movía suavemente, silenciosamente. Estiró el cuello y 
olisqueó, levantando el labio y dando a Billy una mirada de sus largos 
colmillos. Una gota de sudor rodó por el rostro de Billy, y se dio cuenta de 
que su pecho y espalda se habían humedecido. Billy alargó el brazo, 
dejando que Levi olfateara el dorso de su mano como si fuera un gato de 
la casa. 
 
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Levi se frotó la cara contra la mano de Billy, presionándolo, 
marcándolo. Levi le dio un codazo en la muñeca y lo giró para que Levi 
pudiera pasar su lengua áspera por la palma de Billy. Los ojos de Billy se 
abrieron cuando jadeó. Miró a Levi, perplejo. El gato se deslizó hacia atrás, 
toda su gracia desaparecida. Levi se levantó sobre sus patas traseras, 
dejándose volver a ser humano. 
–Lo siento, mi gato, sólo necesitaba .... —Está bien. 
Billy no podía pensar. Levi estaba desnudo, y su polla estaba 
completamente erguida, esforzándose hacia arriba. Billy dio un paso atrás, 
más temeroso de lo que había sido cuando Levi era un gato masivo. Iba a 
perder el control y avergonzarse. 
Billy se preguntó si Levi había sido tocado con cuidado y amor. Billy 
quería ser el hombre que le mostrara eso, y quería ver hasta qué punto los 
instintos depredadores de Levi lo empujarían en la cama. Pero había 
tantas razones por las que eso era una mala idea. Billy se volvió para 
alejarse. 
–¿No vas a ver si mi herida se curó? —Levi preguntó, su voz 
temblaba. La tensión corría entre ellos como un relámpago. Billy se volvió 
y miró al lado de Levi. La herida todavía parecía fea y dolorosa, pero la 
hinchazón y el enrojecimiento alrededor de los bordes se habían reducido. 
Si él tuviera que adivinar, él diría que ya no se sentiría caliente al tacto, no 
que se atreviera a tocar a Levi ahora, no cuando todo lo que podía pensar 
era en la sensación de su lengua felina contra la mano de Billy, pero en 
forma humana esta vez. Luego quiso que repitiera el gesto en cada 
pedacito de su cuerpo. 
 
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–Yo ... creo que vas a estar bien, —dijo Billy. Tropezó a través de la 
puerta y corrió hacia el granero. Cuando estuvo a salvo dentro, se detuvo 
y caminó hacia la oficina del otro extremo. No iba a pensar más en Levi. 
Estaba a salvo. Se alimentaría. Tenía un trabajo y Billy también. Necesitaba 
hacer su trabajo y sacar de su mente la imagen de esos ojos felinos llenos 
de lujuria. Sabía que era vulnerable y necesitado. Seguro que se había 
metido en problemas de esa manera cuando era un adolescente. No se 
aprovecharía de Levi, y no se pondría en condiciones de caer por alguien 
que sólo necesitaba a Billy mientras encontraba su camino. 
 
 
 
Pasaron semanas y Billy vio a Levi sentirse más cómodo en la granja. 
Él y Cole tendían a darse un amplio espacio, pero no habían tenido más 
enfrentamientos yCole estaba complacido con el desempeño de Levi. Era 
un trabajador eficiente y tenía un don para el trabajo eléctrico. Había 
vuelto a conectar algunas de las viejas luces del establo y había arreglado 
el tractor. Algunos de los caballos más fáciles, como Snowball y Lady, 
comenzaban a aceptar a Levi. La bola de nieve incluso le dejó prepararla. 
Parecía estar llevándose bien con todos y había dejado claro en más 
de una ocasión que le gustaría pasar más tiempo con Billy, pero a pesar de 
la forma en que le dolía el pecho a Billy, había rechazado a Levi, casi 
ignorándolo a menos que tuviera que hablar con él sobre el trabajo. 
 
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Una tarde, cerca de un mes después de conocer a Levi, Billy se 
apoyó en la puerta abierta del granero y miró al otro lado del patio. Jonás 
y Levi estaban sentados en los escalones del porche, tomando unas tazas 
de café y hablando, con una mirada intensa en ambas caras. No llevaban 
un abrigo, incluso si la temperatura estaba flotando cerca de cero. En días 
como este, Billy envidiaba la elevada temperatura corporal de los Shifters, 
Él fingió que estaba tomando un descanso. En verdad, se quedaba allí 
porque no podía apartar la mirada de Levi. Había esperado que una cierta 
distancia lo curara de querer desesperadamente al hombre más joven, 
pero ansiaba tocarlo tanto o más de lo que había pasado la noche que se 
habían conocido. 
Billy oyó pasos que descendían por el pasillo entre los puestos. Se 
volvió y vio a Cole. Al ser medio humano, Cole no podía ignorar el frío tan 
fácilmente como un Shifter puro, pero él llevaba una chaqueta de 
mezclilla ligera mientras Billy necesitaba una mucho más gruesa. Cole se 
detuvo junto a él. —Todo se ve bien con los planes para la construcción, 
yo digo que avanzamos como estaba planeado. Billy asintió, todavía 
observando a Jonás y a Levi. Cole siguió la dirección 
–Qué es tan interesante ... Sus palabras se apagaron, y Cole gruñó. 
Jonás tenía la mano en el muslo de Levi. —Sólo son amigos, —
advirtió Billy. 
–¿Cuánto crees que durará? —Se burló 
Billy se volvió hacia él, incrédulo. —Jonás nunca te engañaría. 
Cole frunció el ceño. —Lo sé, pero ... 
 
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Billy no podía creer lo que estaba oyendo, un show de posesión era 
típico de Cole, pero seguramente no dudaba del amor de Jonás por él. 
Cole, hablo en serio, nunca he visto a una pareja tan enamorada como 
Jonás y tú. 
–Pero ¿puede durar la mierda así? Billy lo miró fijamente. 
–¿Qué diablos se te ha metido? 
Cole se encogió de hombros. —No lo sé, desde que Jonás se enteró 
de que su padre vivía tan cerca y empezaron a hablar de nuevo ... Cole 
dudó. No quieres oír hablar de esto. 
–Lo hago si quieres contarme, somos amigos, Cole, al menos espero 
que lo seamos. 
–Por supuesto que somos amigos. —Salvó este lugar y me salvó, 
pero estoy aquí preocupado por mi novio como un adolescente y ... 
–Está bien. — Y lo era, sobre todo. Billy no había tenido muchos 
amigos desde que su familia lo echó fuera, y él estaba más cerca de Cole 
de lo que había estado con alguien en mucho tiempo. 
Cole continuó. —Jonás me llevó a la tierra que su papá posee 
mientras estabas en Nashville, y ver a Jonás con otros jóvenes Shifter de 
caballos me hizo preguntarme si debía decirle que se quedara allí, estaba 
tan feliz, como si perteneciera allí y yo vi como algunos de ellos lo 
miraron, incluso flirteó cuando otros caballos hicieron conocer su interés, 
nunca lo hace con nadie más. 
Billy nunca había visto a Cole tan derrotado, excepto cuando Jonás 
había desaparecido. 
–Jonás está aquí contigo, te ama, Cole, todo el mundo lo ve. 
 
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–Pero ¿estoy haciendo mal, al mantenerlo aquí? Te aseguro que 
sabía que no lo harías quedarse después de que Nathan fuera arrestado, 
está aquí porque quiere estarlo, pero habla con él si estás preocupado. 
Cole frunció el ceño. —No soy demasiado bueno en eso ... 
–Sí, yo tampoco. 
Cole volvió a mirar al patio. Levi se dio la vuelta. Miró a Billy y Billy lo 
miró fijamente. El dolor en sus ojos hizo el nudo estomago de Billy. 
Cole suspiró. —¿Hay algo mal entre ustedes dos? 
–No hay nosotros dos, —dijo Billy, con voz baja. 
Cole resopló. —Ignora lo que dije el otro día acerca de no 
involucrarme con él, sólo estaba siendo paranoico Levi es un buen 
hombre, e incluso he notado la forma en que él te ve. 
–Estoy bien, ve con tu hombre. 
Billy se apartó del marco de la puerta y termino la conversación. 
–Tal vez deberías hacer lo mismo. Billy sacudió la cabeza. —Levi está 
haciendo un gran trabajo aquí, no voy a joder con eso. Cole gruñó y lo 
fulminó con la mirada. —No me hagas enviarte a otras vacaciones. 
–¡Ay !, con nosotros teniendo la construcción en dos semanas, y los 
potros debidos casi al mismo tiempo, eso así que no va a suceder. 
 
 
 
 Una semana después, Billy estaba trabajando en la oficina. Las 
hojas de cálculo de la compra de suministros no coincidían, y estaba 
irritado como una mierda. El sonido de un motor lo distrajo y miró por la 
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ventana. Levi acababa de parar en uno de los camiones. Estaba tratando 
de hacer que algunos viejos generadores volvieran a funcionar antes de 
que las yeguas que estaban en el potro dieran a luz, y él había ido a la 
ciudad por algunas partes que necesitaba. 
Billy no podía apartar los ojos de Levi. Había comenzado 
embarnecer desde que había estado trabajando en la granja, su camisa se 
tensó a través de su espalda mientras saltaba de la tabla de corredores. Se 
metió en la camioneta para buscar un paquete y la polla de Billy se 
endureció al ver su musculoso culo, claramente delineado en sus 
ajustados vaqueros. Quería enterrar su rostro entre sus mejillas. Billy se 
estaba volviendo loco por probar su sabor, pero simplemente no iba a ir 
allí. Frunció el ceño ante la computadora. 
No sólo estaba haciendo su parte menos favorita de su trabajo, pero 
ahora su polla era dura como una roca e incómodamente atrapado en sus 
pantalones vaqueros. Estaba debatiendo si cerraba el portátil y dándose 
por vencido hasta que notó que Levi venía hacia el granero en lugar de la 
barra de herramientas. Unos segundos después, llamaron a la puerta de la 
oficina. 
–Billy, ¿puedo entrar? 
Era Levi. Billy pudo oír la preocupación en su voz. Él no lo rechazaría, 
no otra vez, no cuando claramente necesitaba un amigo. 
–Claro. 
La puerta se abrió y Levi entró. Su rostro estaba arrugado de 
preocupación, y sostenía su sombrero en la mano, jugueteando con el ala. 
—¿Qué sucede? Levi no se encontró con su mirada. —Ha ocurrido algo en 
la ciudad. El enojo hizo que Billy saltara de su asiento. —¿Alguien te 
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molestó y te amenazó? No habían tenido ningún problema serio con la 
gente de Cranford desde que el hermano de Jonás había sido arrestado, 
pero todavía había mucha gente que prefería ver a los maricones de Wild 
R salir corriendo de la ciudad y — a los buenos hombres cristianos —como 
Nathan caminando por Las calles de la ciudad. Levi negó con la cabeza. 
–No, nada de eso. 
–Entonces, ¿qué es lo que te asusta tanto? Levi miró hacia la puerta 
y luego hacia Billy. —¿Podemos ir a algún lugar más privado? 
–Sí, un momento. Billy miró hacia el ordenador. Aparentemente, 
esas malditas hojas de cálculo estarían esperando después de todo. 
Guardó su archivo y cerró la computadora portátil. 
 
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CAPÍTULO SEIS 
 
Salieron al pastizal del sur y Billy estacionó el camión por la puerta 
inferior. —Vamos, —saltó, y Levi siguió su ejemplo. —Es agradable y 
tranquilo aquí afuera cuando necesito alejarme, sólo para pensar, aquí es 
donde vengo. 
No habían hablado en la unidad. Levi había mirado por la ventana,la tensión visible en su cuello y rostro. Billy quería consolarlo tirándole en 
sus brazos, arrastrándolo hasta la suave hierba y cediendo a lo que ambos 
querían. En vez de eso, hizo un gesto hacia una roca plana que sobresalía 
de un árbol justo más allá de la línea de la cerca. 
Se sentaron y Levi respiró hondo. Unos segundos más tarde, dijo: —
Hoy conocí a la señora Marks. 
–Mierda, ¿te ha dicho algo grosero? No tuvimos ningún problema 
con ella desde el año pasado, pero ... 
–No hizo nada mal, me encontré con ella en la tienda de comida y 
quiero decir que literalmente se encontró con ella y casi la derribó. Yo la 
ayudé comenzó a disculparse, pero me detuvo antes de que pudiera 
terminar y me preguntó si trabajaba aquí. Billy frunció el ceño, pero dejó 
que Levi siguiera hablando. —Le dije que lo hacía, y me preguntó cómo 
estaba Jonás, y le dije que estaba bien, y que había sido muy amable 
conmigo desde que llegué aquí. A diferencia de mí, pensó Billy. 
 
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–Ella me ofreció un poco de té y me invitó a sentarme con ella en la 
oficina de la tienda de alimentos, hablamos durante mucho tiempo, tanto 
tiempo que temía que alguien me extrañara aquí. 
Billy se quedó perplejo. ¿Por qué la señora Marks hablaba con Levi 
cuando todavía estaba nerviosa hablando con su propio hijo? Ella tenía 
que saber que Levi era un Shifter, incluso si no se daba cuenta de que era 
gay, trabajar en Wild R Farm era suficiente para hacerle un paria a los 
ladrones de la Biblia. 
–¿De qué hablaron? 
–Me preguntó cómo había terminado en la granja y quería saber 
qué es lo que todo el mundo pensaba realmente de Jonás y Cole al estar 
juntos y usar abiertamente sus formas animales. 
Billy frunció el ceño. 
–Esperaba que estuviera sinceramente interesada, pero estaba 
preocupado de que estuviera cavando tierra para todos los —monstruos 
—de la granja. 
–¿Qué le dijiste? 
–Le dije que la tolerancia era la primera regla aquí, si no pudiera 
aceptar a todo el mundo por lo que eran, se le pediría que siguiera 
adelante. Parecía triste entonces, y dijo que no pensaba que sería fácil 
para la mayoría de la gente, estuve de acuerdo con ella. 
–¿Le dijiste cómo terminaste en la granja? —Parecía incómodo. 
–Hable un poco de eso. 
Billy odiaba que Levi hubiera hablado de su vida con una mujer que 
había vuelto la cabeza cuando su esposo y su hijo mayor abusaron de 
Jonás. No había hecho nada cuando Jonás fue secuestrado y vendido. Sólo 
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cuando tuvo la confirmación de que su segundo marido había molestado a 
Jonás, hizo que su hijo mayor entrara, e incluso entonces, ella no había 
podido reconciliarse con que Jonás por ser gay. Esta mujer había hecho 
sentir a Levi lo suficientemente cómodo para abrirse cuando Billy no lo 
había hecho. Maldito sea su polla por querer lo que no debería tener y 
evitar que ofreciera su verdadera amistad. 
–¿Has hablado de otra cosa? —preguntó. 
Levi asintió. —Ella habló de Jonás, ella me contó cosas acerca de 
cuando era pequeño, ella sabe que es un buen hombre, y ella lamenta 
haberle dejado herir, tenía lágrimas en los ojos, pero no se dejaba llorar. 
Ella se siente avergonzada, quiere ver a Jonás, pero no sabe cómo sacar 
toda esa mierda religiosa de su cabeza. 
Billy asintió con la cabeza. —Por lo menos ella está intentando. 
–¿Crees que Jonás estará molesto por que hable con ella? 
 —¿Es por eso que estás tan preocupado? 
Levi se mordió el labio. —En parte, pero sobre todo necesito tu 
consejo, porque me pidió que no le dijera a Jonás que ella había hablado 
conmigo. No quiero estar guardando secretos cuando no debería. 
Billy lo observó. —¿Por qué no quiere que lo cuentes? 
–No estoy seguro, creo que tiene miedo de que Jonás se enfade 
porque estaba hablando de él, —le dije que no lo diría, pero no estaba 
segura de que lo hiciera. Le dije que yo también era gay, ella quiere que 
me pase otra vez, pero no quiero ser como un espía o nada. 
Billy reflexionó sobre qué hacer. Cole se cabrearía si le dijeran. No le 
gustaría que nadie de la granja hablara con la señora Marks sin haber 
aceptado a Jonás por completo y su perdón. Cole querría que hiciera saber 
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públicamente que había cambiado de opinión acerca de todos los 
hombres de Wild R, no sólo de su hijo. 
A Jonás le dolía que hubiera hablado con Levi y no con él, pero 
también se alegraría de que estuviera tratando de llegar a un acuerdo con 
quién era. Ni Cole ni Jonás quisieran que nadie guardara secretos. Por otro 
lado, si la señora Marks conociera a Levi y llegara a confiar en él, sería 
mucho más probable que abandonara sus prejuicios y aceptara a Jonás. 
Jonás estaba trabajando en hacer las paces con su padre, tratando 
de entender por qué su padre había huido en lugar de enfrentar sus 
problemas matrimoniales y familiares de frente. Estaba conociendo a 
otros Shifters de caballos, y mientras Cole se había hecho la ridícula idea 
de que Jonás estaría mejor con ellos que en la granja, la experiencia fue 
buena para Jonás. —Creo que está bien no decirle si piensas que hablarle 
podría ayudar a la mamá de Jonás a aceptarlo. Creo que a Jonás le gustaría 
que la animes y la tratas con amabilidad. 
–¿Enserio? ¿Y Cole? 
Billy frunció el ceño. —El estará bien con cualquier cosa que haga a 
Jonás feliz, pero si sientes que ella está pidiendo algo demasiado personal 
sobre cualquiera de nosotros 
–De ninguna manera, no diría algo que afectara a cualquiera de 
aquí. 
Levi parecía afligido y Billy apoyó la mano en el hombro del joven. 
—No te preocupes, no pensé que lo harías. 
El calor del cuerpo de Levi pasó a través de Billy, haciéndole querer 
olvidar su voto de ser nada más que amigos. 
 
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Levi suspiró. —No quería mezclarme en esto. 
–Lo sé, sin embargo, quizás es una buena cosa, para todos nosotros. 
–Gracias por escuchar —dijo Levi. Miró a su alrededor y luego a 
Billy. —Así que ... uh ... Supongo que tenemos que volver a trabajar. 
Ninguno de los dos se levantó. Después de unos segundos, Billy dijo: 
—Me alegro de que hayas venido a mí, lo siento, he sido tan ... Sus 
palabras se apagaron mientras miraba a los ojos de Levi. 
–¿Por qué me empujaste? Levi preguntó. Billy apretó los ojos, 
incapaz de soportar el dolor en la mirada de Levi. No tenía idea de qué 
decir. 
–Todavía quiero besarte, —Levi susurró, sus palabras apenas 
audibles. 
Billy no podía resistirse a él, no cuando estaba allí, cálido y 
dispuesto. Se alcanzaron el uno al otro. Levi tomó el rostro de Billy, 
sosteniéndolo como si tuviera miedo de alejarse. Pero Billy no podía 
moverse por nada. Estaba congelado en su lugar, con el corazón 
palpitante, con el cuerpo tenso, necesitaba conocer la sensación de la 
boca de Levi. 
Cuando se besaron, el cuerpo entero de Billy se iluminó. Nunca el 
simple toque de los labios de un hombre había sido tan intenso. Envolvió 
sus brazos alrededor de Levi, presionándolos. Levi gimió y deslizó su 
lengua por el pliegue de los labios de Billy, instándole a abrir la boca. Billy 
flexionó su mano sobre la espalda de Levi cuando la cálida lengua de Levi 
lo invadió. El beso se volvió de una exploración lenta a una explosión 
electrizante de la necesidad que Billy había estado negando. Sus manos 
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recorrían los cuerpos del otro, aprendiendo, probando, desesperadas por 
tocar más, sentir más. 
Finalmente, Levi retrocedió, jadeando para respirar. El pene de Billy 
era duro como el granito. Pensó que podría explotar a través de sus 
vaqueros. No recordaba haber deseado tanto a un hombre, pero no 
debería querer a Levi. No debería estar haciendo esto. Billy trató de 
alejarse, pero Levi agarró sus bíceps. 
–No lo hagas. 
Billy sacudió la cabeza. —Esto no está bien.

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