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Anderson Andi - Serie Besado Por Un Inmortal 01 - Besado Por La Muerte

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 Sinopsis 
Gregory ha engañado a la muerte. Y ahora siete 
años mas tarde, la Parca ha vuelto. ¿Puede Gregory 
convencer al Ángel de la Muerte, Thanatos, para 
concederle una última petición? 
Un amante. 
A los catorce años, Gregory sufre un ataque al 
corazón durante un partido. A medida que su entrenador 
trata de mantenerlo con vida, un hombre alto, guapo, con 
un manto negro con capucha está al lado de él, el Ángel 
de la Muerte. Gregory pide a este ángel de la muerte más 
tiempo en la tierra, para que sus padres puedan 
prepararse para su muerte. El Segador le concede su 
deseo, y a pesar de que Gregory lo vio por breves 
momentos, a menudo fantasea con la misteriosa criatura. 
Siete años mas tarde, el Ángel de la Muerte, está de 
vuelta para Gregory. Gregory está listo para pasar a la 
otra vida, pero se lamenta de no haber tenido nunca un 
amante y compañero para llenarla. 
Gregory no tiene ninguna intención de escapar de este 
Ángel de la Muerte. De hecho, él tiene toda la intención de 
hacer todo lo posible para convencer a Thanatos, de 
permanecer juntos para siempre. 
 
 
3 
 
Dedicatoria 
 
 A mi madre. Tú eres mi fan número uno y la voz de mi 
razón. No sé qué haría sin ti y sin tu amor y apoyo 
incondicional. Te amo tanto. Gracias. 
Gracias por darme el nombre de Gregory. 
A mi amado esposo. Te amo. 
Para aquellos que creen que todo el mundo merece 
un final feliz. Esto es para ti. 
 
 
 
 
 
 
4 
 
 
 Capítulo uno 
La muerte finalmente le había llegado. 
En el último momento, Gregory había visto la oscura 
y tenebrosa figura que se asomaba a los pies de su cama. 
A pesar de que sus padres habían estado vigilantes a su 
lado, la figura opaca permanecía inadvertida y silenciosa. 
Gregory no tenía miedo de la muerte. De hecho, él la 
estaba esperando, aceptándola y estaba listo para ser 
llevado al otro lado... donde quiera que esté. 
Esta no fue la única vez que la muerte lo había 
llamado. La primera vez que Gregory se encontró con el 
ángel de la muerte, tenía catorce años. La temporada de 
béisbol acababa de empezar y durante la última entrada 
del juego, le había pegado a una pelota demasiado fuerte 
por encima del campo y echó a correr. Pero, mientras 
corría pasando la tercera base y dirigiéndose a la base, 
su pecho comenzó a doler. Pensó que se estaba quedando 
sin aliento, Gregory había corrido más rápido, sólo para 
derrumbarse justo antes de caer en la meta. 
Recordó sentirse sin peso y una extraña emoción se 
cernía sobre su cuerpo. El entrenador estuvo 
administrándole reanimación cardiovascular1, y una gran 
multitud se había congregado a su alrededor. A medida 
que continuaba observando la caótica escena delante de 
él, un sentimiento cálido y amoroso se apoderó de 
Gregory haciéndole sentir casi satisfecho. Fue entonces 
 
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 N de T: RCP 
 
 
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cuando se dio cuenta del apuesto hombre envuelto en una 
larga y negra capucha de pie junto a él. 
Mientras Gregory miraba a los insondables y 
negros ojos, de inmediato se dio cuenta que estaba 
mirando a los ojos de la Parca. Gregory instintivamente 
sabía que debía tener miedo. Después de todo, ¿quién no 
tendría miedo cuando la muerte lo reclamaba? Pero, 
Gregory estaba tan cautivado por la belleza de la Parca 
que no sentía miedo. En toda su corta vida, Gregory 
nunca había visto un hombre tan cautivador como la 
criatura que estaba delante de él. El rostro de la Parca era 
de bordes afilados, con el mentón anguloso y nariz de 
aristocrática. Tenía los pómulos altos y unos labios 
sensualmente crueles, pero fue su cabello lo que le daba 
un aspecto más suave, de alguna manera. A pesar de que 
parecía ser de un negro profundo, este colgaba en unos 
suaves rizos alrededor de su cara haciendo que la 
criatura se viera casi accesible... incluso atractiva. 
Gregory sabía que la mayoría de la gente nunca 
consideraría a la muerte hermosa. 
Pero, Gregory lo hizo. 
Cuando Gregory se volvió hacia él, recordó que no 
tenía miedo en absoluto. De hecho, estaba más fascinado 
por la criatura que estaba de pie junto a él que lo que 
estaba pasando con su cuerpo mortal. Una pequeña 
sonrisa se formó en los labios de la Parca y ladeó la 
cabeza hacia un lado mientras se miraban el uno al otro 
durante unos breves instantes. 
El pelo negro oscuro de la Parca brillaba sobre el sol 
de la tarde. Su sedosa textura y sus rizos le hacían 
parecer más joven que él. Gregory tan solo flotaba y se 
quedó mirando en silencio al ser magnífico mientras la 
 
 
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Parca ladeó la cabeza un poco y siguió evaluando a 
Gregory con unos expertos ojos. 
 —¿No tienes miedo de mí, joven? —La voz de la 
criatura sonó profunda y musical. Le recordó a los sonidos 
sinfónicos del concierto del coro que su madre le había 
hecho participar con los demás chicos hacía unos meses. 
En lugar de causar miedo a Gregory, la única cosa 
extraña que podía pensar era el apostar que la Parca 
tenía una dulce y melódica voz. 
 Gregory negó con la cabeza. —Yo no tengo miedo... 
tristeza tal vez. —Gregory miró a sus padres de pie al 
lado de su cuerpo inerte. Su madre estaba llorando 
incontrolablemente y su padre parecía estar haciendo 
todo lo posible para consolarla—. Ellos no están 
preparados para que me vaya todavía. Hemos hecho 
tantos planes para mi futuro. 
La Parca le tendió la mano. Tenía dedos largos y 
pálidos, uñas bien cuidadas. 
¿Se harían la manicura en el más allá? 
Se rió ante la idea de que esta hermosa, masculina 
criatura arreglándose sus uñas y pintándoselas de rosa en 
el salón de belleza. 
El hombre dejó caer la mano y un destello de 
sorpresa chispeó en aquellos ojos negros. —Te ríes, joven 
Gregory. ¿Qué es lo que te parece tan gracioso de esta 
situación? 
La declaración de la criatura sólo hizo que Gregory 
riera más fuerte. 
 Una sonrisa se formó en los labios de la Parca, 
haciendo que los fuertes ángulos de su rostro se vieran 
 
 
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más suaves y no tan formidables como un momento 
antes. En todo caso, era aún más hermoso cuando 
sonreía, e hizo que Gregory se sintiera aún más cómodo 
que antes. 
Tal vez podría hablar con la muerte para que le diera 
un poco mas de tiempo a Gregory. 
 —Mire, Señor de la Muerte, sé que lo has hecho 
durante todo este tiempo... pero ¿hay alguna manera de 
que pueda quedarme mas tiempo? Hay tantas cosas que 
quiero hacer en mi vida y mis padres no están preparados 
para que me vaya de esta manera. 
 La sonrisa en el rostro de la Parca se desvaneció, y 
por primera vez desde su encuentro, el miedo inundó su 
alma. Él no quería dejar a sus padres tan pronto. Gregory 
sabía que ellos no estaban preparados de ninguna manera 
para su muerte. Él era su único hijo, y con los años sus 
padres habían depositado todas sus esperanzas y sus 
sueños en la vida de él. Había tanto que ellos no habían 
hecho o dicho el uno al otro, y Gregory se asustó 
profundamente de que realmente podría ser demasiado 
tarde. 
—No te das cuenta de las consecuencias de lo que 
pides. 
—Lo sé. Por favor... esto será devastador para mis 
padres... es demasiado pronto. —Gregory imploró cuando 
extendió la mano y agarró el brazo de la criatura. La capa 
era tan suave como la seda, ya que parecía que podía 
sentir el calor del brazo de la Parca a través de la tela. Él 
bajó los ojos desde la mano de Gregory hasta sus ojos. 
 —Por favor, —alcanzó a susurrar a través del nudo 
que se había formado en su garganta. Su visión se volvió 
 
 
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borrosa al mirar a los estoicos rasgos de la criatura que 
estaba delante de él. 
—Gregory, no sabes lo que estas pidiendo. Tu vida 
no será la misma. Tu corazón está muy dañado y tu 
cuerpo va a sufrir consecuencias por ello. Vas a vivir con 
el dolor y, finalmente, estarás postrado en una cama. A 
pesar de quelos médicos te tratarán, no habrá cura para 
ti. No se puede escapar de la muerte, joven. Y volver a 
esta vida sólo servirá para demorar las cosas por un corto 
espacio de tiempo. 
 Los ojos negros de la criatura se vieron tristes 
cuando alargó los dedos de su larga mano a la mejilla de 
Gregory y suavemente enjugó una lágrima caída. 
—No me importa, Señor de la Muerte. Ellos necesitan 
estar más tiempo conmigo... tiempo para prepararse 
para mi pérdida. Puedo vivir con las consecuencias que 
esta decisión pueda traer. Por favor... —él rogó. Podía oír 
a su madre llorar de dolor en ese momento, Gregory iba a 
hacer o decir cualquier cosa para que le diera más tiempo 
para estar con ella. 
La criatura que estaba delante de él suspiró y dio un 
paso lejos de Gregory, rompiendo todo contacto físico. —
Como desees, joven, pero sé que voy a volver a por ti... 
muy pronto. 
Lo siguiente que recordaba era despertar en la 
habitación del hospital. 
Eso había sido hace siete años. 
Siete largos y agonizantes años. 
Mientras Gregory yacía en su lecho de muerte, lo 
único que podía hacer era esperar a la encapuchada 
 
 
9 
figura oscura que se había apoderado de sus sueños y 
había invadido sus pensamientos diarios. Con los años, 
Gregory tuvo varios acercamientos con la muerte. Su 
corazón simplemente estaba desgastado. Sin embargo, 
cada vez que pensaba que este podría ser el momento 
por el que él había estado esperando, La Parca le daba 
una sonrisa triste y desaparecería, habiéndole permitido a 
Gregory tener más tiempo con sus padres. Además, al 
día siguiente era Halloween, y había estado esperando a 
ver a su madre tallar una calabaza2 para Halloween, y 
tener la posibilidad de comer algunos caramelos y ver 
películas de terror hasta que su debilitado cuerpo le 
obligara a descansar. 
Mientras miraba a los oscuros ojos como la 
medianoche de la criatura, aún no podía dejar de sentir 
un pesar que muchas veces había perseguido sus sueños 
en la noche. 
Gregory nunca se había enamorado. Demonios, ni 
siquiera lo habían besado, o había sentido el cálido abrazo 
de un amante. El debilitado y dañado estado de su 
corazón no le permitió abandonar su lecho debido a su 
enfermedad la mayor parte del tiempo, y los médicos le 
advirtieron sobre las consecuencias de sobrexcitarse, por 
lo que Gregory rara vez se había masturbado o 
fantaseado sobre tener un amante. 
Pero, en raras ocasiones Gregory se permitió soñar 
despierto y se tocó un poco a sí mismo, siempre con la 
atractiva criatura delante de él. Esto le hizo sentirse aún 
más patético, porque ¿quién fantasea con el Ángel de la 
Muerte como amante? ¿Quién se atrevería imaginar el 
recibir un apasionado beso del Ángel de la Muerte a la vez 
 
2
 N de T: Jack o’lantern en ingles, la típica calabaza tallada e iluminada con luz. 
 
 
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que estaba sostenido en un abrazo mortal noche tras 
noche? 
Él se sentía tan solo que prácticamente sufría por 
ello. Incluso sus amigos de la infancia se habían ido con 
sus propias vidas y desaparecieron de la vida de Gregory. 
Las únicas personas que se quedaron a su lado era su 
familia, y aunque nunca lo admitiría, él sabía que se había 
convertido en una carga para ellos en muchos aspectos 
también. 
Ahora, era hora de irse. 
Gregory tomó una respiración profunda a través de 
su máscara de oxígeno, y con los dedos débiles, 
inestables, lo bajó suavemente. 
Su madre se levantó de su asiento junto a él y negó 
con la cabeza. 
 —No, querido... necesitas tener puesta la máscara. 
—Ella con sumo cuidado trató de quitarle los dedos de las 
firmes manos con los que tenía cogida la máscara para 
que ella pudiera ponérsela de nuevo. 
—Mm-mamá, necesitas dormir. Es más de 
medianoche, y tiempo de que descanses. Y-yo-voy a-a- 
estar bien. Por-por-favor... lo necesitas. —Se las arregló 
para decir con voz entrecortada. Su voz sonó aún más 
débil de lo que pensaba que lo haría. Gregory sólo 
esperaba poder convencerla de que se fuera. 
 —No, estoy bien donde estoy, Gregory. Yo no voy a 
dejarte, —dijo ella, mientras se las arreglaba para tirar de 
la máscara de oxígeno con sus hábiles dedos y con 
suavidad deslizarla por encima de su boca y nariz. 
 
 
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—Helen... tal vez Gregory tenga razón. Todos 
estamos cansados y necesitamos dormir. Tenemos el 
monitor para controlarlo, así que si Gregory necesita algo 
todo lo que tiene que hacer es decir algo y vamos a estar 
de vuelta a su lado. —Su padre le guiñó un ojo y puso sus 
manos sobre los hombros de su madre, dándoles un ligero 
apretón. 
—No, Mike, no quiero dejarlo. Voy a estar bien aquí. 
Su madre siempre fue obstinada. Siempre fue una de 
las cosas Gregory amó y odió de ella. 
 —M-mamá, ve-te a descansar. Gri-i-tare si necesito 
algo. —Gregory estaba agradecido de que el oxígeno 
hiciera su voz un poco más fuerte, ya que estaba más 
apagado. 
—¿Ves, nena? Gregory dice que va a dejarnos saber 
si necesita algo. Ven, mi amor. Tomemos unas horas de 
descanso. Todo va a ir bien. —Su padre le dio a su madre 
un beso en la mejilla—. ¿Estás seguro de que todo va a 
estar bien, campeón? —Los ojos de color avellana de su 
padre brillaron cuando él le sonrió. 
Gregory hizo un guiño y asintió con la cabeza. A 
través del rabillo del ojo vio la oscura figura al pie de la 
cama siendo testigo de su intercambio con una mirada 
solemne en su rostro. 
Gregory volvió a mirar a su madre y le tendió la 
temblorosa mano dándole una palmadita en el brazo. —
Du- erme, Ma-má, todo v-va a estar bien por la ma-
mañana. 
Su madre lo miró durante unos segundos y suspiró 
con la derrota. —Está bien, hijo, voy a echarme un par de 
 
 
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horas. Si necesitas algo, sólo dínoslo y vamos a estar 
aquí. 
 Gregory sonrió a sus agotados y amorosos padres y 
sonrió. Se dio cuenta de que esta sería la última vez que 
los vería con vida. Gregory sabía que no podría haber 
pedido mejores padres de lo que eran. Ellos nunca 
dejaron de mostrarle lo mucho que significaba para ellos y 
él los amaba profundamente por eso. Pero, desde el 
fatídico día de su caída, los padres de Gregory habían 
hecho muchos sacrificios y sufrido muchas penas viendo 
como disminuía su débil estado. 
 En el transcurso de su enfermedad, todos ellos 
habían tenido tiempo para decirse el uno al otro todo lo 
que tenían que decirse. 
Ahora era el momento de marcharse. 
 Gregory les echaría de menos, pero sabía que era 
tiempo de dejar ir esta vida para que sus padres 
pudieran tener una vida de nuevo. 
—Buenas noches, mamá... papá... os amo. —Estaba 
orgulloso de que su voz sonara más fuerte de lo que había 
sido en las últimas semanas. 
 Ambos le miraron con ojos amorosos y tristes. —
También te amamos, campeón, descansa un poco ahora. 
Nos vemos por la mañana. 
 
 
 
 
 
 
 
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 Sus padres le besaron en la mejilla, lo abrazaron 
con fuerza, y salieron. 
 Tan pronto como se fueron, Gregory miró a la 
hermosa criatura de pie delante de él al final de su cama 
y extendió sus brazos hacia él. La figura oscura se movió 
con gracia al lado de su cama y poco a poco bajó la 
capucha de su capa. —Hola, joven Gregory, estoy aquí 
para llevarte. 
 
 
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Capítulo Dos 
 
La voz de la Muerte era como la caricia de un 
amante. 
Sonaba cálida, seductora, encantadora y tan 
profunda como Gregory lo recordaba. Sus ojos miraban el 
rostro de la criatura y su disimulada forma oscura, y se 
preguntó como sería su cuerpo por debajo de la amorfa 
capa. 
 Gregory apuntó con un dedo tembloroso al monitor 
y levantó las cejas. ¿Podrían oírles los padres de él? 
—No, dulce Gregory, no pueden oírnos. No lo voy a 
permitir, —dijo el atractivo hombre mientras se inclinaba 
y quitaba la máscara de oxígeno de la cara de Gregory 
con manos suaves. 
—Yo-he estado es-esperándote,—logró decir. 
 Él sabía que era ridículo estar emocionado de ver a 
la Parca de nuevo. Pero, en las pocas fantasías que 
Gregory había tenido, la hermosa criatura delante de él 
siempre había representado ser el amante de Gregory... 
su pareja, por lo que, cuando su corazón latía más fuerte 
dentro de su pecho, él sabía que era porque él estaba de 
nuevo en presencia del hombre de sus sueños. El Ángel 
de la Muerte parecía exactamente el mismo que cuando lo 
vio por última vez. 
 Él todavía se veía tan atractivo como antes. Era 
como si nada hubiera cambiado nunca. 
 
 
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—Sé lo que te está pasando. —La voz del Ángel de 
la Muerte era suave, como si estuviera consolando a un 
niño—. Estoy aquí ahora. 
 —Sí. —Gregory logró jadear y le sonrió a los ojos 
oscuros y hermosos. 
 —Dame tu mano, Gregory. Es hora de ir a un lugar 
mejor, —le habló con suavidad al tiempo que extendía los 
pálidos y largos dedos de su mano hacia él. 
Gregory asintió y le tendió la mano a la Parca, pero 
al cuando el Ángel de la Muerte le fue a agarrar la suya, 
Gregory la apartó. —Es-espera, ¿cuál es tu nombre? 
 El hombre inclinó la cabeza hacia un lado y dejó 
caer la mano. —¿Importa? 
—S-sí. —La Parca lo miró fijamente durante unos 
momentos antes que asintiera con la cabeza y le diera 
una pequeña sonrisa—. Mi nombre es Thanatos3. Ha sido 
un placer conocerte, joven Gregory. 
—Th-Th-Thanatos... es un nombre poco común. 
Thanatos se encogió de hombros. —Es griego. Mi 
padre es Nyx y mi madre es Erebo y es el nombre que me 
dieron. 
 —Me gu-gusta. 
 Gregory miró a Thanatos y sonrió. Ahora tenía un 
nombre para ir con el hombre de sus sueños, y de alguna 
 
3
 N de C: Thanatos, personifica la muerte no violenta. Su toque es suave al igual que el de su hermano 
gemelo Hypnos, el sueño. Moros, la personificación de la destrucción. Se manifiesta como un espíritu sin 
forma y tiene la responsabilidad de anunciar el día de nuestra muerte inminente y Némesis, deidad de 
justicia retributiva, la venganza y la fortuna. Castigaba a aquellos que no obedecían a las personas que 
tenían derechos a mandarlas y recibía los votos y juramentos secretos de su amor y vengaba a los 
amantes infelices o desgraciados por el perjurio o infidelidad de su amante. Tods ellos son deidades 
griegas que salen a lo largo del libro. 
 
 
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manera pensaba que el nombre era adecuado. Sonaba 
formal y misterioso, al igual que el inescrutable hombre 
de pie ante él. 
Thanatos suavemente se sentó en el borde de la 
cama al lado de la cadera de Gregory. Sus ojos negros 
brillaban cuando lo contempló sobre si mismo. —Joven 
Gregory, ¿puedo hacerte una pregunta? 
 Gregory se mostró sorprendido por solicitud de 
Thanatos y asintió con la cabeza. Él haría cualquier cosa 
para permanecer en presencia de esta etérea criatura un 
poco más. 
 —¿Valió la pena? Como sabes, he velado por ti 
durante muchas temporadas. Te he visto sufrir y ver 
como tu cuerpo se volvía más débil. ¿Todavía quieres más 
tiempo sabiendo lo que sabes ahora? —Thanatos le 
preguntó. Levantó su elegante mano hasta el cabello lacio 
de Gregory y apartó suavemente un terco mechón de su 
frente. 
Su simple toque trajo lágrimas a los ojos de Gregory. 
Sólo la sensación de los suaves dedos de Thanatos 
tocando su piel le hizo desearlo más. 
»¿Por qué lloras, Gregory? ¿No has dicho nada por tu 
parte? —Thanatos extendió la mano y suavemente enjugó 
una lágrima que caía por su mejilla. Los recuerdos del 
Ángel de la Muerte haciendo el mismo gesto años atrás lo 
hicieron llorar aún más. Vio a la Parca llevar su dedo a la 
boca y limpiar la humedad de las lágrimas de Gregory 
sobre sus labios. Era como si quisiera saborear a Gregory 
de alguna manera. 
Incluso con el débil estado de su cuerpo, quería que 
Thanatos lo tocara con las manos seductoras y suaves de 
un amante. 
 
 
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Si sólo lo hiciera. Gregory miró a su delgado y frágil 
cuerpo, y no conocía a nadie en su sano juicio que 
quisiera un hombre alto y flaco como él. —Yo es-estoy en 
paz con mi fa-familia. Y-yo no quiero dejar a m-mi fa-
familia sin de-decirles lo mucho que los a-amo. He de 
cum-cumplir eso. De-deseo el poder experimentar mi 
primer be-beso y u-un di-día tener un amante para lla-
llamarlo mio. 
 Se estaba haciendo cada vez más difícil respirar 
para Gregory. Su corazón se sentía como acabado, y 
entre el dolor y jadeando por el oxígeno, él sabía que su 
momento estaba cerca. 
No pudo evitar que las lágrimas fluyeran de sus ojos. 
Gregory sabía que debía estar agradecido por el tiempo 
que había pasado con su familia, pero él no podía dejar de 
lamentarse por las cosas que nunca tendría. 
Thanatos se acercó y tomó la mejilla de Gregory con 
una mano cálida. —Lo siento, joven. No tengo ningún 
control sobre el pasado. Cuando la gente pasa, a menudo 
se llena de pesar. Me gustaría poder cambiar las cosas 
para ti, pero no puedo. 
Al escuchar las palabras de Thanatos, Gregory 
recordó algo que había leído una vez acerca de la Parca, 
hace mucho tiempo. El libro decía que si a alguien podía 
engañar al Ángel de la Muerte, podría obtener algún tipo 
de indulto e incluso a veces engañar a la muerte en sí. 
Gregory realmente no quería morir, pero él no quería 
vivir más de esa manera. Al mirar en la oscuridad de los 
ojos de la Parca, él sabía lo que quería más que nada, y 
ahora tenía que pensar rápido si había posibilidad de 
tener esta vez otra oportunidad de vivir. 
 
 
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—Tú... de-deseas que pu-pueda tener al ho-hombre 
de mis su-sueños? 
Thanatos asintió con la cabeza. —Sí, desearía que 
pudieras tener al amante soñado. 
La esperanza llenó los sentidos de Gregory y sonrió 
hacia la cara triste de Thanatos. —Es Bu-bueno que di-
digas eso. ¿Si-significa que vas a con-concederme ese 
deseo y-y se-serás mi amante? 
Los increíbles ojos de Thanatos se abrieron y dejó 
caer la mandíbula. Era casi cómico ver a un ser tan serio 
como la misma muerte parecer tan asombrado. 
—¿Qué? ¿Yo? ¡Yo no he dicho que podría ser tu 
amante, Gregory! 
 Gregory le sonrió y asintió con la cabeza. —Y t-tu 
acabas de decir que de-deseabas que y-yo pu-pudiera 
tener al ho-hombre de mis su-sueños, y él eres t-tu, si ti-
tienes el ho-honor de serlo. 
Thanatos sacudió la cabeza. —No, Gregory. Sí, es 
verdad que dije que esperaba... 
—De-deseaba... —Gregory lo interrumpió. 
—Muy bien, deseaba que tuvieras al hombre de tus 
sueños, pero Gregory, eso no es posible. Tu cuerpo no 
puede aferrarse a la vida mucho más. Además, el hombre 
de tus sueños no te podrá conocer en tan poco tiempo, —
declaró Thanatos, mirándolo confuso. 
 Gregory cogió una profunda bocanada de aire. Él 
sabía que sus siguientes palabras serían la diferencia 
entre la vida y la muerte. Él no quería morir sin 
experimentar el amor, sobre todo con Thanatos. 
 
 
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—Eres t-tú, Th-Thanatos. T-tu eres el que he so-
soñado. Al u-único que yo quiero. —Gregory llevó su 
temblorosa mano y acarició la suave mejilla de 
Thánatos—. T-tu sabes que so-solo tu puedes con-
concederme esto. ¿Lo-lo harás? 
 
**** 
 Por segunda vez en cuestión de minutos, Thanatos 
se sorprendió y se quedo sin palabras. ¿Sabía Gregory 
realmente lo que él había estado pensado? 
 Ningún mortal querría ser amante de la muerte. 
Nunca. 
 Cuando Thanatos miró la dulce expresión de 
esperanza del joven, algunas emociones conflictivas 
lucharon en su interior. Por un lado, estaba enfadado por 
que el joven lo había engañado. Era frustrante pensar que 
Gregory incluso podría caer tan bajo como para dormir 
con la muerte para tener unos momentos más en esta 
vida. 
Por otra parte, Thanatos no podía dejar de 
preguntarse si el joven estaba siendo sincero. Había 
observado más detenidamente a Gregory a través de los 
años. Él era una persona honesta, desinteresadoen el 
amor y con devoción a sus padres, con el paso de los 
años. Él se sentía atraído hacia Gregory, pero ¿realmente 
quería que fueran amantes? 
Cuando llegó a este callejón sin salida, Thanatos 
sabía que no tenía a nadie a quien culpar sino a sí mismo. 
Él había estado mirando todos esos años, a los cálidos 
ojos marrones de Gregory y había estado perdido. 
 
 
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Incluso cuando fue adolescente y de cara a la muerte, 
Gregory había actuado con valentía y 
desinteresadamente le había pedido tener más tiempo en 
su moribundo cuerpo por el bien de sus padres. Ahora 
bien, en realidad estaba pidiendo algo para sí mismo, y 
aunque estaba en la punta de su lengua a declinar su 
petición, Thanatos sabía que él no se negaría al último 
deseo de Gregory. 
 Thanatos tuvo que admitir que le gustaba la idea de 
estar en compañía de Gregory y ciertamente, tener sexo 
con él no sería ninguna faena tampoco. Sería un cambio 
refrescante en el pesimismo y la fatalidad en la que se 
encontraba la mayor parte del tiempo. Aunque el trabajo 
de Thanatos no siempre era fácil, ni justo, aunque 
justamente, eso era algo que estaba obligado a hacer, y 
lo hacia. 
 La mano de Gregory sacudió ligeramente contra su 
mejilla y la mirada de esperanza en su ansioso rostro 
comenzó a tornarse en ansiedad. A pesar de que 
Thanatos estaba un poco molesto por el dulce chico, él no 
podía permitir que, habiendo ya pasado por mucho en su 
joven vida, se sintiera derrotado. 
Thanatos se inclinó ligeramente y presionó su dura 
mejilla contra la suave y fría mano de Gregory, dándole 
lo que anhelaba con una relajada sonrisa. 
 —De acuerdo, joven, voy a acceder a tu deseo, pero 
presta atención a mi advertencia; mientras que tu alma 
esté conmigo, tu cuerpo va a entrar en coma y no va a 
ser capaz de sobrevivir más de dos días. Al final de estos 
dos días, deberás irte a la otra vida. ¿Trato? 
 Thanatos observó el rostro de Gregory iluminarse 
cuando una sonrisa brillante se formó sobre esos dulces 
 
 
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labios, agrietados. Sus hermosos ojos castaños brillaban 
de felicidad y una risa sin aliento escapó de su cuerpo. —
¡S-si! Ha-haré lo que se-sea para estar con-contigo y re-
reunirme contigo en la otra vida, cuando mi vi-vida mo-
mortal, se aca-acabe. 
 Thanatos apenas oyó la voz jadeante de Gregory. Él 
le puso la máscara de oxígeno por encima de su boca y 
nariz, colocando ambas manos sobre la sien de Gregory. 
—Cierra los ojos y relájate. —Thanatos trató de hacer que 
su voz fuera suave para calmar al emocionado hombre. 
 —Quiero que pienses en un lugar donde has 
imaginado que estaremos los dos juntos... ¿puedes hacer 
eso, cariño? 
 Thanatos no había llamado a nadie 'cariño' antes, 
pero por alguna razón que no podía nombrar, llamar a 
Gregory con cariño se sentía bien, y por la mirada 
complacida y las mejillas ligeramente rosadas que lucía el 
joven, parecía que estaba contento de ello también. 
Cerró los ojos y se concentró en abrir una brecha en 
los pensamientos y fantasías del muchacho. Rápidamente 
vio a Gregory de pie en medio de una playa desierta de 
arena blanca. Detrás de él había una acogedora caseta de 
playa, y frente a él estaba la pureza de color Verde-azul 
del mar. 
Thanatos murmuró unas palabras, y antes que 
Gregory pudiera tomar la siguiente respiración, ellos 
estaban allí. 
 
 
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Capítulo Tres 
 
El caliente aire salado soplaba en la cara y pelo de 
Gregory. Él sonrió y respiró hondo, disfrutando del fresco 
olor de estar fuera. No podía creer lo fuerte y revitalizado 
que estaba su cuerpo. Él decidió saborear el momento de 
sentirse sano y ser capaz de respirar sin jadear. 
 La arena suave y cálida se sentía maravillosamente 
en la parte inferior de sus pies, y no pudo evitar una risa 
alegre que escapaba de sus labios. 
Era como ser parte de un hermoso sueño. Pero, 
cualquier cosa que Gregory había fantaseado antes no 
hacía justicia al paraíso que le rodeaba. Por primera vez 
en años, quería correr, bailar, jugar, y simplemente 
caminar sin preocuparse por las consecuencias que podría 
traer. Él había estado prácticamente postrado en cama 
durante tantos años, por lo que la súbita sensación de 
libertad era de hecho embriagadora. 
Cuando Gregory, miró hacia las suaves olas cayendo 
sobre la arena, un cuerpo caliente presionó contra su 
espalda. Fuertes brazos alrededor de su cintura tiraron 
de él hacia atrás contra un sólido pecho. Se apoyó 
duramente en el calor reconfortante y sonrió. Sabía que 
todos los segundos de su vida y por todo lo que había 
sufrido valieron la pena, al estar sostenido en el cariñoso 
abrazo de Thanatos. 
—Es hermoso, Gregory. Me encanta estar aquí, —
Thanatos, susurró profundamente con su lírica voz al 
oído—. ¿Cómo te sientes? —Su aliento cálido y húmedo 
 
 
23 
en contra de su piel provocó que se le pusiera la piel de 
gallina y Gregory disfrutó cada momento de ello. 
—Me siento increíble, Than. Puedo decir 
honestamente que nunca me he sentido tan yo mismo 
que en este momento, —afirmó con una gran sonrisa en 
su rostro. 
—Hmmm... bueno eso es maravilloso, Gregory, pero 
esperemos que pronto sea capaz de hacer que te sientas 
mejor... fabuloso, incluso. —La voz sexy de Thanatos 
retumbaba detrás de él, y le dio un ligero apretón a 
Gregory alrededor de la cintura. 
El calor llenaba su cuerpo y sabía que sus mejillas 
ardían debido a las sugestivas palabras del Ángel de la 
Muerte. A pesar de que no quería saber nada más que de 
hacer el amor con Thanatos, no pudo evitar sentir un 
poco de miedo. Él nunca había tenido relaciones íntimas 
con nadie antes, y aunque era algo que él deseaba, 
Gregory no estaba seguro si debía dar el primer paso, y si 
lo hiciera, no sabía lo que debía hacer. 
¿Debería volverse del abrazo de Thanatos y besarlo? 
¿Qué esperaría su recién amante de él? 
 »Lo siento, cariño. Yo no tenía la intención de 
quedar mal. Quiero que sepas que no espero que hagas 
algo que no quieras hacer. Todo va a ser como tu digas... 
sin presión ninguna, ¿de acuerdo? —las suaves palabras 
de Thanatos fueron pronunciadas en voz baja, mientras 
apoyaba el mentón sobre el hombro de Gregory dándole 
otro medio apretón tranquilizador. 
 «Ahora o nunca» 
Con suavidad se desprendió de los brazos de 
Thanatos, se dio vuelta, y se puso frente al alto hombre. 
 
 
24 
Se apartó de él y lo miró durante largo rato. No podía 
creer lo diferente que era el hombre. 
Thanatos se mantuvo de pie y se veía muy sexy en 
sus pantalones cortos. Era por lo menos cinco centímetros 
más alto que Gregory y tenía el cuerpo de un atleta. Sus 
brazos y pectorales parecían muy bien musculados y 
tensos mientras su dorada piel brillaba con la caída del 
sol. Su pelo negro medianoche arrastrado por el viento 
tenía un look sexy que Gregory adoraba en secreto. Los 
negros mechones como la tinta se curvaban ligeramente 
en torno a su cabeza y cara. Los oscuros ojos de Thanatos 
parecían a brillar desde dentro, cuando miró hacia él con 
una sexy media sonrisa sobre su hermoso rostro. 
Viendo así a Thanatos, tan relajado y contento, hizo 
a Gregory revolotear el corazón de alegría dentro de su 
pecho. Había desaparecido el frío, pálido Ángel de la 
Muerte y en su lugar era el hombre más atractivo que 
había tenido el placer de poner sus ojos sobre él. 
Thanatos era y sería siempre su hombre ideal. 
 De repente, Gregory era dolorosamente consciente 
de su propia apariencia. Había estado enfermo y 
prácticamente postrado en cama por mucho tiempo, sabía 
que su cuerpo parecía frágil. La pérdida de apetito lo llevó 
a estar muy delgado y la falta de luz solar y la inactividad 
le dieron a su piel un insalubre color blanco grisáceo. Él 
sabía que un hombre tan atractivo como Thanatos nunca 
miraría dos veces a un hombre como él. 
—¿Por qué esa cara larga, Gregory? ¿No te gusta lo 
que ves?¿Soy poco atractivo para ti? —Thanatos casi 
parecía nervioso cuando él bajó la mirada hacia su propio 
cuerpo bien formado y volvió a mirar a Gregory. 
 
 
25 
 Gregory se quedó sorprendido por sus palabras y 
acciones. ¿Cómo podría una belleza como Thanatos creer 
que él no podía estar a la altura a los ojos de Gregory? 
—Um, Than, estás bromeando ¿verdad? ¿Te has 
visto? En serio, ¿cuándo fue la última vez que te miraste 
en el espejo? Eres precioso, —dijo Gregory en voz baja, 
dando a Thanatos una tímida sonrisa. 
Thanatos le miró con una incrédula expresión en su 
rostro. —Yo no soy atractivo, cariño. Yo sólo soy un ser 
ancestral con un trabajo difícil. No hay nada especial 
acerca de la manera en que me veo, —dijo Thanatos 
mientras daba un paso hacia él—. Ahora, tu mi… querido 
Gregory... estas realmente impresionante. 
Gregory resopló y se miró a sí mismo con desprecio. 
Se quedó sin aliento con la sorpresa cuando se dio cuenta 
que su cuerpo era largo y delgado, casi con la constitución 
de un nadador. Él se había mirado antes, pero no había 
prestado realmente mucha atención a ello. Había dejado 
de prestar atención a su cuerpo hace mucho tiempo. 
Ahora, sus brazos y estómago estaban muy bien 
entonados y su piel tenía un brillo saludable en lugar de la 
lánguida palidez, a la que Gregory se había 
acostumbrado. 
Las lágrimas de felicidad se deslizaron por sus 
mejillas mientras miraba de nuevo hacia la cara sonriente 
de Thanatos. 
—¿Cómo... cómo pudo suceder esto, Than? ¿Soy 
realmente yo? —Gregory pasó los dedos por su piel lisa 
que se había calentado por el sol. 
Thanatos extendió la mano y asió a Gregory. —Eres 
realmente tu. Es la forma en que te habrías visto si no 
fueras enfermado nunca. 
 
 
26 
 Gregorio apretó ligeramente la mano de Thanatos y 
meneó la cabeza. —Yo no lo puedo creer... no puedo 
creer que este sano y este aquí contigo. Gracias, Than. 
 —Tu no tienes que darme las gracias, Gregory. Ha 
sido un placer verte tan relajado y feliz. —Tiró 
suavemente de Gregory hacia él y le inclinó, presionando 
sus labios suavemente. 
 Gregory permaneció momentáneamente helado 
cuando Thanatos continuó presionando besos dulces y 
tiernos en sus labios. Él no podía creer que lo había 
besado o incluso quería darle un beso. Una vez que se 
recuperó de su sorpresa inicial, comenzó a recibir la 
sensación de los labios de Than contra los suyos. Él puso 
sus manos sobre el pecho de Thanatos y las deslizó en 
torno a la suave piel de su espalda. Atrajo a Thanatos con 
él hasta que sus cuerpos estuvieron pegados. 
Oyó gemir a Thanatos cuando el gran hombre 
regresó a su abrazo. Gregory pasó las manos arriba y 
abajo sobre la lisa espalda, disfrutando de la sensación de 
su piel suave contra la punta de los dedos. Su polla 
empezó a llenarse en contra de la tela de algodón de los 
pantalones y se presionó contra la cremallera de forma 
incómoda. Él le daba la bienvenida a la incomodidad. 
Debido al dolor y la medicación, Gregory no había 
experimentado una erección durante mucho tiempo, por 
lo que saboreaba la intensidad y la emoción de tener una. 
 Thanatos apartó de los labios de Gregory y lo miró 
con sus brillantes ojos negros. —Abre la boca para mí, 
cariño. Quiero probarte. —Su voz sonaba casi ronca de 
deseo. 
Sintiendo valor y poder por las palabras de Thanatos, 
Gregory sonrió, inclinándose hacia arriba, y le dio otro 
 
 
27 
suave beso antes de que él deslizara su lengua y trazara 
sobre los cálidos y húmedos labios del gran hombre. 
Thanatos abrió su boca y su lengua se encontró 
alegremente para juguetear con la de Gregory antes de 
hundirla más profundamente dentro de ella. Le encantaba 
el sabor picante y varonil de la boca de Thanatos. Él 
gimió, cuando su beso se hizo más intenso y apasionado. 
Sus lenguas se deslizaron una contra otra, la polla de 
Gregory se hinchó aun más. Empujándose contra la 
cremallera de sus pantalones cortos, como si estuviera 
pidiendo ser liberada de su confinamiento. Gregory 
necesitaba sentir más al cuerpo de Thanatos contra él, y 
él comenzó a frotar su pelvis contra la parte superior del 
muslo de su amante, disfrutando del placer que estaba 
recibiendo por el roce de su polla contra Thanatos, 
mientras continuaba explorando la boca del otro con 
pasión. 
Él se regocijó que Thanatos comenzara a mover las 
caderas contra él como si estuvieran en medio de un baile 
de seducción. A medida que sus caderas seguían 
golpeando y oprimiéndose la una contra la otra, Thanatos 
retiró la boca de Gregory y comenzó a besarle por el 
cuello. Piel de gallina se levantó sobre su pecho y brazos, 
mientras Thanatos mordisqueaba y chupaba su cuello y él 
gemía de placer por ello. 
 —Hmm... alguien tiene un cuello delicado, —la voz 
profunda de Thanatos era un poco apagada, mientras 
vibraba contra la piel del otro hombre. 
 —E-eso pa-parece... ¡Oh Dios! Than, te sientes tan 
bien... no te detengas. —Gregory jadeó, mientras él izó 
sus manos desde los hombros de Thanatos hacia el pelo. 
Le encantaba el gran hombre de rizos negros de seda y 
 
 
28 
estaba encantado por la sensación y la textura de 
deslizarlos entre los dedos. 
—Quiero... quiero sentirte, Gregory, —sopló 
Thanatos. 
Entre las palabras de su amante, sus besos, y la 
forma en que sus cuerpos se movían juntos, Gregory no 
sabía cuánto tiempo más podía estar sin eyacular en sus 
calzoncillos. Su cuerpo estaba ardiendo y cada 
movimiento y beso que Thanatos le daba sólo lo hacía 
sentir aún más desesperado por venirse. 
 —Vamos, cariño. Necesito sentirte desnudo contra 
mi. —Thanatos se inclinó un poco más agarrando a 
Gregory por el culo y lo levantó. Envolvió sus piernas 
alrededor de las caderas y la espalda de Thanatos y se 
aferró a sus hombros con fuerza. Apretó el pecho 
firmemente y continuó rozando sus caderas contra el gran 
bulto que sobresalía de los azules pantalones cortos de 
Thanatos. 
Él confiaba en Thanatos y sabía que no se iba a caer 
cuando se dio la vuelta y comenzó a caminar rápidamente 
hacia la casa de la playa detrás de ellos. Gregory estaba 
disfrutando del sabor limpio y ligeramente salado de la 
piel de Thanatos, ni siquiera fue consciente de que habían 
logrado entrar en la casa de la playa a través de las 
puertas correderas de cristal y llegado hasta el 
dormitorio. Por lo tanto, él se sorprendió un poco cuando 
fue puesto sobre la colcha de la cama blanda con 
Thanatos tumbado sobre él con sus piernas separadas. 
 Gregory miró a los ojos de Thanatos y sonrió. Su 
reciente amante se ruborizó y su cuerpo brilló por el 
sudor. El pelo negro medianoche de Thanatos estaba 
desordenado debido a los inquisitivos dedos de Gregory, 
 
 
29 
haciéndolo parecer mas desgreñado y aún más sexy que 
unos momentos antes. Sus ojos oscuros brillaban con 
afecto, mientras miraba profundamente a los suyos. Sus 
labios eran de color rosa y un poco hinchados por los 
besos que habían compartido, y cuando Thanatos le 
devolvió a Gregory una brillante sonrisa, supo que el no 
sólo era el hombre de sus fantasías, sino el hombre al que 
había llegado a amar de alguna forma. 
 Tal vez de alguna manera mística, el siempre lo 
había hecho. 
Gregory puso sus manos sobre los hombros de 
Thanatos y los deslizó hacia arriba en la parte posterior de 
su cuello. Echó la cabeza hacia abajo acercándose a la 
suya, y apretó sus labios contra el gran hombre con un 
suave y dulce beso. Thanatos le devolvió el gentil beso, y 
luego movió los labios de Gregorio para empezar a darle 
suaves y sensuales besos por toda su cara. 
—Eres tan hermoso. Me encanta la forma en que me 
miras, —susurró Thanatos entre los adorados besos que 
le daba a Gregory en los labios y mejillas. 
Gregory no podía apartar la sonrisa de felicidad que 
se formó. Se dio cuenta que Thanatos estaba conmovido 
por la pasión que había entreellos. Este maravilloso ser le 
hizo que le dieran ganas de cantar con alegría. 
Ellos siguieron besándose en la seguridad de los 
brazos del otro. Después de cada beso vino otro que era 
aún más devoto y apasionado que el beso anterior. 
Pronto, ellos se encerraron nuevamente en un 
abrazo fuerte besándose y moviéndose uno contra el otro 
con un intenso fervor haciéndoles jadear de deseo. 
 
 
30 
 —Gregory, —Thanatos susurró contra el lóbulo de 
su oreja—. Quiero tocarte y admirarte, pero yo no quiero 
presionarte a que hagas algo si no estas listo para 
hacerlo. 
Gregory sabía que se estaban moviendo rápido, pero 
no le importaba. El tiempo era un bien muy preciado para 
los dos, y tenía la intención de aprovechar cada momento. 
—Por favor, Than... te quiero, también. 
 Thanatos propagó besos desde el pecho hasta sus 
pezones erectos. Él apretó suavemente con la uña en la 
punta de un pezón, mientras puso su boca caliente sobre 
el otro y comenzó a lamerlo. 
 Gregory gritó y trató de arquear su cuerpo más 
arriba al toque de Thanatos y su boca. Él pasó los dedos 
por el grueso pelo de Thanatos mientras él continuaba 
adorando cada pezón con la boca y el suave roce de sus 
dientes. 
Thanatos deslizó a propósito sus dedos por el 
estómago de Gregory hacia sus pantalones cortos. El 
corazón de Gregory latió más rápido cuando sintió la 
presión de la mano de su amante contra su dolorosa 
erección. Thanatos comenzó a delinear el bulto con los 
dedos y frotaba su mano contra la polla de Gregory con la 
presión suficiente para hacer que gimiera de placer. 
Gregory nunca había experimentado algo así antes. 
Había sido una ocurrencia rara cuando él fue capaz de 
masturbarse o simplemente tocarse. Ahora, el 
sentimiento de la mano contra su palpitante erección le 
hizo urgir para acabar. 
—Than, estoy cerca... —Él se las arregló para decir 
con palabras entrecortadas entre pesadas respiraciones. 
 
 
31 
 Thanatos se deslizó su cuerpo más abajo hasta que 
se encontró con la polla de Gregory. —Hmm... bueno... 
nosotros no queremos que te vengas todavía, —dijo, 
mientras los ágiles dedos desabrocharon de forma rápida 
los pantalones cortos del otro hombre, y deslizaba 
cuidadosamente la cremallera, dejando al descubierto la 
dura polla de Gregory. Quedándose sin aliento cuando 
Thanatos tomó un firme control de la base y arremolinó 
su cálida y hábil lengua sobre el brillante y rosado 
glande—. Tienes un sabor delicioso, Gregory, —murmuró 
antes de que él pasara la húmeda y suave lengua a lo 
largo del eje de Gregory hasta sus cojones. Su cuerpo se 
estremeció de la maravillosa sensación de la boca de Than 
succionando suavemente un testículo y luego alternando 
al otro. 
—Yo... no puedo aguantar mucho más. ¡Joder, tu 
boca se siente tan bien, —respiró Gregory. 
—Sí, tu puedes aguantar un poco más, cariño. 
Quiero que te vengas en mi boca. —El caliente aliento de 
Thanatos se desplegó sobre sus dolorosas bolas. A 
continuación, pasó la lengua de vuelta por toda la 
longitud de su eje hasta la bulbosa cabeza de Gregory 
deslizando su boca lentamente sobre ella dándole una 
suave lamida. 
 —¡Oh, Dios mío! —Gregory se quedó sin aliento al 
levantar sus caderas y empujar su húmeda polla más 
profundamente en la boca de Thanatos, en su caliente 
boca. Empezó poco a poco mover la cabeza arriba y abajo 
sobre la polla de Gregory, chupando con fuerza mientras 
se ponía encima de él. Gregory se perdió en un éxtasis al 
sentir la boca y la lengua de Thanatos acariciando su 
polla. 
 
 
32 
—Me corro... —gritó Gregory, cuando el semen brotó 
de él hacia la solicita boca de Thanatos. Todo su cuerpo 
se estremeció con su liberación y un largo gemido salió de 
sus labios. Thanatos lo tomó todo y suavemente sacó su 
pene con un húmedo chasquido. Gregory miró hacia abajo 
sobre los pasionales y narcóticos ojos y los enrojecidos y 
húmedos labios de Thanatos perdiéndose de inmediato en 
la belleza de su amante. 
Gregory pasó los dedos por los desordenados 
mechones de su amante y le sonrió, mientras que las 
manos de Thanatos acariciaban sus caderas y el 
estómago con una suave caricia. —Eso fue increíble, 
Than. 
 Thanatos le sonrió y luego, lentamente, se deslizó 
por su bien satisfecho cuerpo. Momento después Gregory 
estaba buscando su rostro. Se inclinó hacia adelante y 
presionó su boca sobre los labios de Thanatos y sus 
lenguas comenzaron a probarse y explorarse la una a la 
otra, y podía sentir la polla endurecida de Thanatos contra 
su cadera. 
—Tócame, por favor, —le susurró Thanatos contra 
sus labios—. ¿Puedo? Lo deseo. —Gregory deslizó sus 
manos hacia arriba y abajo sobre la espalda sudorosa de 
Thanatos. Su amante sonrió y asintió con la cabeza. 
—Tumbate sobre tu espalda, Than. Quiero mirar tu 
hermoso cuerpo mientras lo exploro. —Gregory condujo 
delicadamente a Thanatos fuera de él y lo puso de 
espaldas. Él se echó a su lado y le pasó la mano sobre el 
fuerte pecho de Thanatos y el estómago. 
El atlético cuerpo de su amante casi brillaba en la 
habitación oscura por la puesta del sol. En todos los 
cortos años de Gregory, nunca había visto un cuerpo tan 
 
 
33 
bien esculpido. Sus duros músculos y la piel suave se 
sentían maravillosos con el roce de sus dedos. Bajó la 
mirada hacia el duro bulto pujando contra los ajustados 
pantalones de mezclilla de color azul de Thanatos y se 
lamió los labios en anticipación cuando se dio cuenta que 
la húmeda punta de su dura polla sobresalía por encima 
de ellos. 
Se veía tan sexy, Gregory deslizó hacia abajo de la 
cama para ver más de cerca. Él titubeando se acercó y 
pasó la punta de su dedo índice sobre la ranura del glande 
y después se llevó la humedad a su boca degustándola. 
Tenía un sabor limpio, salado y él anhelaba más. 
Thanatos le miró con sus oscuros y humeantes ojos 
y se quejó en voz alta cuando Gregory se inclinó y pasó la 
lengua por la hendidura. Con dedos temblorosos, continuó 
desabrochando los botones de los pantalones cortos de 
Thanatos, lamiendo la forma de la cabeza oscura y 
bajando sobre la longitud del eje, mientras cada botón se 
soltaba, casi tarareando con apreciación el sabor y la 
textura de la rígida polla de Than contra su lengua. 
Él levantó sus caderas y Gregory bajó los ajustados 
pantalones cortos de su amante. Estaba ansioso por ver la 
calidez de Thanatos, ver la piel dorada una vez que su 
amante estuviera desnudo, Gregory apartó las piernas del 
otro hombre y trasladó su cuerpo entre ellas. La polla de 
Thanatos yacía firmemente apuntando hacia su estómago, 
su gran cabeza enrojecida, rezumaba líquido pre-seminal 
casi hasta el ombligo. Thanatos tenía un pequeño reguero 
de escasos oscuros vellos que acababan en unos rizos de 
ébano sobre la base de su eje y huevos. Mientras Gregory 
pasaba las manos suavemente por el interior de los 
muslos de Thanatos y sobre sus negros vellos, le hizo 
cosquillas con la mano. Suavemente comenzó a acariciar 
las pelotas de Thanatos inclinándose y pasando la lengua 
 
 
34 
por el duro eje de su amante. Gregory luego envolvió sus 
dedos alrededor de la base de la polla de Thanatos y la 
levantó hacia su servil boca. 
El olor de la excitación del hombre invadió los 
sentidos de Gregory y su polla trató de hincharse con 
entusiasmo cuando él pasó la lengua por la punta de la 
polla de Thanatos, deseando el sabor salado y la textura 
de la misma. Necesitando de más y con la esperanza de 
que no estaba haciendo nada malo, él abrió su boca y 
deslizó lentamente hacia abajo un poco más la cabeza y 
dándole una precavida lamida. 
 —¡Dios mío, Gregory... joder, te sientes tan bien. — 
La voz de Thanatos retumbaba desde arriba, y él podía 
sentir los dedos largos de su amante recorriendo a través 
de su pelo y su cabeza con pequeños toques. 
 El corazón de Gregory se disparó con los elogios de 
Thanatos,y se comprometió a hacer todo lo que fuera 
necesario para seguir haciendo que el gran hombre 
sintiera más pasión y amor de lo que había sentido nunca 
antes. Chupó duramente el glande y levantó la cabeza 
casi hasta que la polla de Thanatos estuvo fuera de su 
boca; Gregory deslizó la boca más abajo sobre el eje y 
lamió más fuerte a medida que él llevaba su cabeza hacia 
atrás hasta la punta. Él lamió la ligera cima de la polla de 
Thanatos con su lengua antes volver a mover hacia abajo 
su boca sobre el eje y atragantarse cuando se golpeó con 
la parte trasera de su garganta. 
—Relájate Gregory. Toma solo lo que puedas. Tu 
boca se siente increíble, cariño, —dijo Thanatos mientras 
miraba a los ojos de Gregory con una brillante y 
chispeante pasión profunda dentro de su oscura mirada. 
 
 
35 
 Gregory le guiñó un ojo y pronto empezó a mover la 
cabeza con un ritmo lento, torpe, teniendo cuidado de no 
sacar la polla de Thanatos demasiado lejos en su boca, 
pero lo suficiente para llenar la boca con la dureza 
aterciopelada de la erección de Thanatos. Cuando sintió el 
ligero empuje y agarre en su cabeza de las manos de 
Thanatos guiándolo a un ritmo más fuerte, decidió aún 
más en llevar a su bello amante al climax. 
 Gregory se inclinó y con la mano libre comenzó a 
acariciar suavemente el saco testicular de Thanatos 
mientras continuaba chupando y acariciando la polla del 
gran hombre, deleitándose y escuchando los altos 
gemidos provenientes de su amante por encima de él. 
—Greg-ory, estoy a punto de venirme, —exclamó 
Thanatos. 
Gregory gimió alrededor de la polla de Thanatos y lo 
lamió fuerte, tratando de prepararse para el orgasmo de 
su amante. Él movió la boca a la cabeza de la polla de 
Thanatos murmurando. Los muslos de su amante 
comenzaron a temblar sobre sus hombros, y se vino con 
un fuerte grito. Fuertes chorros de semen se dispararon 
en la boca de Gregory y él a toda prisa trató de tragar la 
salada sustancia hacia adentro. La semilla de Thanatos 
se desbordó en sus labios y corrió por la barbilla. 
Él dio a la cabeza de la polla de Thanatos una suave 
caricia con su lengua y lo liberó de su boca. Gregory lamió 
el semen de la comisura de los labios y se limpió la 
barbilla con la punta de los dedos. Él se llevó la 
resbaladiza humedad a la boca y se lamió limpiándose los 
dedos. 
Él no quería perderse ni una sola gota. 
 
 
36 
—Joder, Gregory... ¿estás seguro de que nunca has 
hecho esto antes? —La sonriente voz de Thanatos le 
preguntó desde arriba. 
Él levantó la mirada y asintió con la cabeza, 
sonriendo. —Tu sabes que no. Aunque he pensado mucho 
en ello... sobre todo haciéndolo contigo. 
Thanatos se quedó perplejo al principio, por las 
palabras de Gregory, pero después de unos momentos 
una sonrisa maliciosa se formó en su hermoso rostro. —
Entonces tal vez deberías habérmelo advertido, —afirmó. 
La polla de Gregory se endureció al instante con las 
palabras de Thanatos. Le dio una sonrisa pícara 
poniéndose de rodillas entre las piernas abiertas de 
Thanatos, agarrando su palpitante polla, comenzando a 
mover rápidamente la mano hacia arriba y abajo sobre la 
longitud de la misma. 
—Así es, Gregory, dámelo, nene. Déjame ver y sentir 
como te vienes sobre mí, —jadeó Thanatos cuando él lo 
miró con intensos ojos oscuros. 
 Gregory tiraba de su polla dura y gemía cuando 
Thanatos se acercó y comenzó a acariciar su apretado 
saco testicular con un toque firme pero suave. 
—Voy a dártelo, ¡bien! Tú eres mío... Mío... —
Gregory gruñó mientras chorro tras chorro de semen salía 
disparado de su polla hacia la polla, pecho y hasta la 
barbilla de Thanatos. Estaba aún más decidido a hacer 
que el tiempo que tuviera con Thanatos contara en más 
de un sentido. 
Thanatos gimió y frotó el semen de Gregory sobre su 
piel. A continuación, se limpió la barbilla de la perlada 
 
 
37 
semilla de Gregory con sus dedos y luego los llevó a sus 
labios y empezó a lamerlos y chuparlos para limpiarlos. 
—Hmm... Sabes tan bien, cariño. Eso ha sido la cosa 
más caliente que he visto nunca. Nunca te he visto tan 
dominante antes. —Él abrió los brazos a Gregorio en una 
tácita invitación. 
Gregory se tendió en la parte superior del cuerpo de 
Thanatos complaciéndose que sus cuerpos pegajosos y 
sudorosos se aferraran juntos. Miró hacia abajo en la cara 
feliz de Thanatos y le dio un rápido beso en los labios. —
Tu no has visto nada todavía, —susurró Gregory—. Yo 
puedo ser muy terco y obstinado cuando quiero, — 
murmuró, y apoyó la cabeza sobre el hombro de Thanatos 
quedándose dormido. 
 
 
 
 
 
38 
 
 
Capítulo Cuatro 
Thanatos escuchó los suaves ronquidos provenientes 
del cuerpo de Gregory y sonrió satisfecho. No podía creer 
lo apasionado que era el joven, y para un hombre que 
había tenido un montón de novedades, Gregory realmente 
se arrojó a su sexualidad con un entusiasmo que él 
admiraba. 
 El cálido aliento de Gregory sopló en contra de su 
cuello con cada exhalación, y apretó al hombre más cerca 
de él. Pronto, demasiado pronto, tendría que poner fin a 
este paraíso que había hecho para ellos mismos y llevar a 
su joven amante a su mayor recompensa. El alma de 
Gregory era pura y dulce. A menudo él había llevado a 
otros antes que a él, haciéndole desinteresado y digno de 
su muy dulce porvenir. A lo largo de los años, fue testigo 
de que Gregory, una y otra vez, consolaba a los demás, 
cuando era él mismo quien necesitaba consuelo. 
Thanatos pasó las manos suavemente hacia arriba y 
hacia abajo de nuevo sobre su amante. La piel del otro 
hombre era como la seda más fina hilada al roce de la 
punta de sus dedos. El joven murmuró algo y se acurrucó 
aún más cerca de su cuerpo. Thanatos envolvió sus 
brazos alrededor de él y suavemente abrazó a Gregory 
con él. 
Thanatos extrañaba estar en compañía de un 
caliente y dispuesto amante, y de acuerdo con los otros 
que eran como él, ellos tenían el mismo problema. Esto 
era sólo otro inconveniente para su existencia. 
 
 
39 
Él trató de calmar la sensación de remordimiento de 
la idea de dejar ir a Gregory. Con los años, había 
desarrollado un respeto y admiración por el joven. 
Gregory inculcó profundos sentimientos sin saber que 
serían posibles. La personalidad amorosa de Gregory y la 
fuerza interior forjaron en secreto durante mucho tiempo 
algo que él sabía que nunca podría ser. No importaba lo 
mucho que le gustara y cuidara del hombre en sus 
brazos, Gregory estaba destinado a ser recompensado por 
su tiempo en la tierra, no compartiría una existencia 
oscura con él. 
 Pero durante un par de días, el dulce hombre sería 
suyo. Cerró los ojos e imaginó a Gregory de rodillas entre 
sus piernas marcándolo con la esencia de su vida. Eso 
hizo que su polla se despertara con interés. 
«Vamos grandullón» 
A pesar de lo que le dijo a su rebelde polla eso no iba 
a suceder en ese momento ya que sabía que su joven 
amante necesitaba dormir, no podía dejar de pensar en lo 
hermoso y posesivo que Gregory le había mirado, como 
había afirmado a Thanatos como suyo. 
 Aquí en este lugar solitario, Gregory parecía como si 
el nunca hubiera estado enfermo. Su pelo color caoba se 
veía espectacular con el sol de la tarde, con sus destellos 
rojos y dorados enhebrándose a través de un profundo 
color marrón-rojizo. Brillaba con vitalidad y salud, a 
diferencia de antes, cuando colgaba inerte y sin vida 
alrededor de su cabeza. Su piel ahora mantenía un brillo 
dorado en vez de una demacrada palidez. Su cuerpo se 
veía como un corredor o nadador bien formado con sus 
largas líneas y músculos tonificados en lugar lo 
demacrado que parecía antes. 
 
 
40 
 Aunque el cuerpo de Gregory era algo a lo que los 
poetas deberían rendirle homenaje, era su hermosa 
sonrisa y sus hermosos ojos color chocolate los que 
sostenían su atención. Eranexpresivos y le regaló todo lo 
que estaba sintiendo en ese momento. Thanatos, una vez 
escuchó a alguien decir que los ojos eran las ventanas del 
alma, y cuando se trataba de Gregory, esa declaración 
era más que una pequeña verdad. 
Era un soplo de aire fresco para el alma cansada de 
Thanatos, y durante los próximos dos días Gregory era 
toda suyo. Su risa, su forma de hacer el amor, su forma 
de hablar, y su goce... y Thanatos decidió que esto era 
exactamente lo que iba a hacer. Él no quería pensar en lo 
que se avecinaba, cuando su tiempo se acabara. Él iba a 
amar cada segundo con este especial hombre situado en 
sus brazos. Decidió que no se preocuparía por las graves 
consecuencias a su propio corazón egoísta guardaba, para 
pasar todo este tiempo con el pequeño hombre que 
sostenía. 
Oyó rugir el estómago de Gregory y ahogó una risita. 
Evidentemente, tenía más que un simple y saludable 
apetito sexual que satisfacer en el transcurso de los 
próximos dos días. 
Gregory se agitó en sus brazos y sus ojos marrones 
soñolientos se abrieron lentamente. Él parpadeó un par 
de veces y su cuerpo se estiró contra Thanatos por unos 
momentos. Gregory a continuación, levantó la cabeza y 
sonrió feliz hasta él. —Tú estás aquí. No era un sueño. —
Thanatos le dio un afectuoso beso en los labios y luego 
acurrucó su cabeza hacia atrás, sobre su hombro, su 
cuerpo una vez más fuerte y relajado en contra de su 
amante. 
 
 
41 
 Thanatos en voz baja le devolvió el beso. —Estoy 
aquí. 
Gregory comenzó a rozar el pezón de Thanatos 
suavemente con la punta de los dedos. —Sí, lo estas. —
Su voz sonaba complacida. El pezón del gran hombre se 
endureció en respuesta a los dedos de Gregory... y no era 
la única cosa que estaba empezando a tomar nota en el 
cuerpo de Thanatos. A pesar de que su polla, una vez más 
se empezó a hinchar, Thanatos sabía que Gregory 
necesitaba un poco de alimento antes de los juegos 
previos. 
—¿Tienes hambre, amor? —A él no le gustaba pensar 
en lo mucho que disfrutaba llamar a Gregory con términos 
cariñosos. 
Gregory se echó a reír dándole un suave beso en su 
cuello. —Muerto de hambre. ¿Crees que hay aquí algo de 
comer? 
 Thanatos asintió con la cabeza. —Yo puedo hacer 
que tengas todo lo que desees comer. ¿Qué quieres 
comer? 
—¿Cualquier cosa? 
 —Sí. 
 Gregory se irguió sobre el codo y le dio una tímida 
sonrisa. —Sé que esto probablemente suene como una 
locura, pero he estado anhelando comer en un McDonald 
siempre. 
 —¿McDonald? —Sonrió. 
 —Sí, no he comido un cuarto de libra con queso 
hace años. ¡Ah, y sus patatas fritas! Me gustaba comer 
una porción grande de patatas fritas con ketchup, —dijo 
 
 
42 
Gregory con una mirada emocionada en su rostro—. Sé 
que probablemente suene tonto, pero no he comido nada 
más que verduras y alimentos saludables durante mucho 
tiempo, empecé a pensar que iba a convertirme en un 
vegetal. 
Comprendió por qué Gregory quería comer en el 
restaurante de comida rápida. Sería algo que recordaba 
con cariño cuando fue a comer con su familia y amigos 
antes de su primer ataque al corazón. Por supuesto, él 
anhelaba algo que le trajera buenos recuerdos. 
Thanatos le guiñó un ojo y se concentró hasta que 
visualizó el menú de McDonald, y antes de que Gregory 
pudiera parpadear los ojos de nuevo, un montón de 
alimentos les rodeaba en la cama. 
—¡Oh Dios mio, Than! —Gregory casi gritaba de 
alegría que de inmediato mientras se incorporó y empezó 
a amontonar la gran cantidad de contenedores de comida 
en el centro de la cama. 
—¡Oh... me has traído McNuggets y cada 
hamburguesa que tienen! ¡Oh... oh... patatas fritas...! —
Gregory cogió una patata y gimió de placer cuando se la 
comió. 
Thanatos se rió de su entusiasmo, se sentó, cogió 
una patata caliente, y le dio un mordisco. Tuvo que 
admitir, que era bastante sabrosa. 
—¿Has comido antes en un McDonald, Than? —
Gregory preguntó empujando otra patata frita en la boca 
mordiéndola felizmente. 
Thanatos negó con la cabeza y tomó un nugget de 
pollo que le ofreció el pequeño hombre. —No, no tengo 
que comer para sobrevivir. Puedo si quiero, pero no es 
 
 
43 
necesario el alimento, así que por lo general no lo tomo. 
—Sumergió el nugget en la salsa ranch que Gregory le 
ofreció y le dio un mordisco. 
«Maldita sea, el McNuggets en realidad estaba 
bastante bueno» 
—Cuando comes, ¿qué es lo que normalmente 
comes? 
—De vez en cuando disfruto de una buena botella de 
vino tinto y un gran plato de espaguetis con albóndigas de 
carne. 
—Hmmm... con un gran pedazo de pan de ajo. —
Gregory gimió y se llevó un gran bocado de su cuarto de 
libra con queso. 
—Si. —Mirar a Gregory disfrutar de su comida fue 
entretenido. El hombre claramente amaba a su McDonald. 
—Lo tomaremos mañana. —Su joven amante sonrió 
y tomó un saludable trago de un batido de vainilla. 
Le sorprendió la sugerencia de Gregory. ¿Por qué 
elegiría algo que le gustara a Thanatos cuando este era el 
momento del joven para disfrutar de lo que le gustaba 
comer? 
—Esto es amable de tu parte, mi amor, pero no 
quieres comer algo que realmente con lo que disfrutarías 
más? 
Gregory le dio una sonrisa brillante. —Lo que 
realmente me gusta es estar contigo. No importa lo que 
comamos. 
Por primera vez, que él pudiera recordar, Thanatos 
se quedó sin habla, y su cuerpo se agitó con la felicidad. 
 
 
44 
Este extraordinario hombre, no sólo quería estar con él, 
Gregory quería hacerlo feliz. Una emoción que no 
reconocía obstruyó su garganta. Él se la aclaró y le 
devolvió la sonrisa. —Muchas gracias, Gregory. Tu gran 
consideración me achica. Admito que no estoy 
acostumbrado a tan alta estima por parte de nadie, 
mucho menos de un hombre maravilloso como tú. 
Gregory se inclinó y apretó sus labios suavemente 
contra la boca de Thanatos en un dulce beso. —Creo que 
eres bastante maravilloso también, —susurró, con los 
labios de su amado a sólo un milímetro de distancia. 
Thanatos no pudo detener el gemido que salía de sus 
labios antes de decir: —Es mejor que te sientes y comas, 
cariño. Vas a necesitar un montón de alimento para lo 
que he planeado para ti. 
Un destello brilló en los ojos color chocolate y las 
mejillas encendidas de placer de su amante. —Um, en 
realidad creo que será necesario que tu también comas, 
Than. Vas a necesitar tanta energía como yo—. Se rió y 
se sentó en la cama y se comió otra patata frita. 
Mientras Thanatos miraba a Gregory disfrutar de su 
festín, por primera vez desde su creación, el estaba 
contento. 
 
 
45 
 
Capítulo Cinco 
 
Gregory se sentó en la arena fresca y observó la 
salida del sol sobre el horizonte, deseando pasar más 
tiempo con Thanatos. Cada momento con Than la noche 
anterior había sido todo lo que había soñado de estar con 
su amante y mucho más. Después de comer, tomaron 
juntos una larga ducha caliente y él disfrutó cada minuto 
de ello. Sonrió al recordar las resbaladizas manos cuando 
estaban duchándose el uno al otro y los besos que 
compartieron. Al principio el beso había sido afectuoso y 
dulce, pero a medida que continuaban explorándose, Than 
había caído de rodillas y le chupó la polla hasta que 
Gregory se vino con un grito. 
Viendo a Than adorar su polla, había sido una 
experiencia muy erótica para él. Después, cuando la polla 
estuvo en su boca, su amante tembló con una intensa 
necesidad de él, Gregory imploró a Than que lo liberara 
con una necesidad que no le podía negar. Más tarde, él 
estaba en la calidez y la seguridad de los brazos de Than 
y se encontró hablando de su vida y la familia. La Parca 
quería saber sobre su relación con sus padres y 
simpatizaba con todos los años de dolor que había 
pasado. Gregory había caído dormido sintiéndose 
satisfecho e incluso amado dentro de los brazos de su 
amante por primera vez. 
Fue una noche mágica que Gregorynunca querría 
olvidar. 
 Él oyó a Than detrás de él y pronto se vio envuelto 
una vez más con la comodidad de sus brazos. Apoyó la 
 
 
46 
espalda en contra el pecho de Than y frotó los brazos que 
lo rodeaban con sus dedos suaves. 
—Yo también te extrañé cuando me desperté, —Than 
le susurró al oído. Él le dio un suave beso en el cuello y le 
apretó cariñosamente su cintura. 
 Gregory sonrió y miró el sol alzado más arriba en el 
cielo. —Lo siento, no te desperté, pero parecías dormir 
tan tranquilo que no quería molestarte. 
 —Tienes mi permiso para molestarme cuando lo 
desees, —dijo Thanatos. 
 Él sonrió y volvió a relajarse aún más en el abrazo 
de su amante. —Bueno, la próxima vez lo haré. Tuve el 
gran deseo de ver salir el sol sobre el océano, así que me 
escabullí aquí. Me alegro de haberlo hecho, es realmente 
impresionante, ¿no? 
—Si. 
 Se sentaron en silencio y disfrutaron viendo las olas 
romper sobre la arena. El sol calentó un poco su cara y la 
brisa del mar se sintió de maravilla sobre su piel. 
—¿Than? 
—¿Hmm? 
—¿Qué se siente al... al ... —Gregory luchó por las 
palabras adecuadas. 
 —¿Ser el Ángel de la Muerte? —Thanatos en silencio 
terminó su frase. 
 —Sí, —dijo. 
El podía sentir a Thanatos encogerse detrás de él. —
No estoy seguro de cómo responder a eso. Es algo con lo 
 
 
47 
que yo había nacido para hacer y lo hago. —Unas manos 
cálidas empezaron a frotar el estómago de Gregory, con 
toques ligeros, lentos. 
 —¿Alguna vez te sientes mal por ello? —Gregory le 
preguntó. 
—En realidad no. La mayoría de la gente va a una 
existencia mejor, Gregory. Por lo general no me involucro 
emocionalmente con las almas que escolto a un plano 
superior. No puedo permitir que mis sentimientos 
personales sobre el tomar a alguien demasiado joven o lo 
que sea me afecte. Si lo hiciera, no podría hacer mi 
trabajo con eficacia. 
 Gregory escuchó la explicación de Than y asintió. —
Creo que puedo entender eso. En cierto modo, supongo 
que es similar a tener un trabajo en el campo de la 
medicina o ser un oficial de policía. Ellos tienen que 
desvincularse de involucrarse emocionalmente con sus 
pacientes o se volverían locos. 
—Tienes razón, —le susurró al oído Thanatos. 
Aunque el calor de la respiración de su amante se 
sentía maravilloso en contra de su piel fría, Gregory no 
podía dejar de estremecerse ante las palabras de su 
amante. Él había experimentado de primera mano cuan 
fríos y profesionales eran los médicos. Hubo muchas 
veces que deseó un poco más de compasión en vez de la 
práctica eficiencia con la que se había ocupado durante 
los últimos siete años. Muchas veces Gregory había visto 
a sus padres salir de la oficina del doctor y parecer más 
derrotados y tristes de lo que estaban antes de reunirse 
con él. Por supuesto, él sabía que su enfermedad del 
corazón era grave, pero con los años, tanto él como sus 
padres podrían haber sido tratados con un poco de 
 
 
48 
compasión en lugar de la helada profesionalidad con la 
que se encontraron una y otra vez. 
—¿Te pasa algo? —Thanatos le preguntó. Acariciando 
la parte superior de la mano del otro con sus dedos y 
luego entrelazaron los dedos juntos, dando a la mano de 
Gregory un suave apretón. 
—Nada, —suspiró. 
—No me mientas, amor. Puedo decir que algo está 
en tu mente... compártelo conmigo, —Thanatos le incitó 
mientras levantaba sus unidas manos hasta sus labios y 
le daba sobre la parte superior de la mano de Gregory un 
suave beso. 
 —No es nada. 
—Al parecer lo es... date la vuelta y mírame, cariño. 
Dime lo que te ha causado tanta angustia, —Thanatos le 
rogó con voz profunda. 
Gregory asintió con la cabeza y dejó escapar un 
profundo suspiro. Se dio la vuelta en los brazos de su 
amante y acabó sentado en el regazo del gran hombre 
con el cuerpo de Than entre sus piernas abiertas. 
 —Vamos, cariño, —le susurró Thanatos. Le levantó 
la barbilla, hasta que Gregory estuvo mirando 
profundamente en los de ojos negros de Than. 
 —Está bien. —Gregory respiró hondo antes de 
continuar—. Oye, Than, comprendo perfectamente por 
qué sientes que tiene que desconectar emocionalmente 
de las almas que llevas a la otra vida. —Levantó las 
manos y comenzó a trazar los fuertes ángulos de los 
pómulos y el mentón. Sorprendentemente, Than tenía 
 
 
49 
una ligera sombra vertical, deliciosamente marcada sobre 
sus delicados dedos. 
—¿Pero? —Su amante preguntó con suavidad. 
 Él no quería criticar a Thanatos y la forma en que 
hacía su trabajo, pero tenía una perspectiva rara sobre las 
cosas. Entre la frialdad con que los médicos habían 
actuado siempre y la forma tranquila, sin emociones que 
Than habló de llevar las almas de los difuntos a su vida 
futura, sonaba muy impersonal para él, y Gregory sabía lo 
personal que realmente era. 
—Than, ¿alguna vez has pensado en cambiar la 
forma de acercarte a la gente? 
Una mirada confusa cruzó el rostro de Thanatos y se 
encogió de hombros. —¿Cómo es eso? 
—Mira, soy muy consciente de la imagen que se 
tiene de la Parca, —Gregory empezó y rápidamente se 
apresuró cuando vio palidecer la cara del gran hombre 
ante la idea del esqueleto de aspecto maligno blandiendo 
una guadaña con una mirada de miedo acercándose al 
nuevo partido—. Tú no eres nada de eso. Eres guapo y 
amable, pero todavía tienes una manera formidable, 
estoica sobre como tu... 
—La muerte no es fácil, Gregory, —Thanatos le 
interrumpió. 
—Sé que no lo es, —él estuvo de acuerdo. 
—Pero, ¿has pensado alguna vez que ser tan 
independiente e intimidante podría asustar a las almas 
que recoges aún más? 
 —Tu no tuviste miedo, —Than señaló. 
 
 
50 
Él asintió con la cabeza. —Eso no es cierto, Than. 
Tenía miedo. Tenía miedo por mi familia. 
 —Pero no de mí. 
Gregory miró a Thanatos en silencio durante unos 
momentos antes de responder. —Es verdad, admito que 
estaba fascinado contigo. Estaba llegando a definir mi 
sexualidad, y tu eras el hombre más hermoso que nunca 
había visto antes. 
Las mejillas de Thanatos se tiñeron de un rojo 
intenso y le dio a Gregory una vergonzosa sonrisa. —
Gracias, cariño. Creo que has resultado ser bastante 
encantador, también. 
Gregory se inclinó y le dio un suave beso en los 
labios antes de continuar. —Mira, he tenido mi parte 
recibiendo malas noticias de diferentes médicos. Hubo 
muchas veces que vi a un médico decir a mis padres que 
no había esperanza para mí con el mismo tono que 
utilizarían como si estuvieran tratando con ropa sucia. —
Gregory se estremeció pensando en la manera frívola que 
algunos médicos se comportaron con él y sus padres—. 
No puedo decirle cuántas veces esa actitud de los 
antipáticos médicos llegaron a dolerme como las noticias 
que daban. 
—¿Todos los médicos eran de esa manera? —La cara 
de Thanatos estaba llena de compasión mientras ponía a 
su amado cerca para abrazarlo suavemente. 
—No, —Gregory susurró, mientras estaba acunado 
cálidamente en el abrazo de Thanatos—. No todos los 
médicos fueron de esa manera. Había algunos médicos 
que eran compasivos y optimistas, fueron esos médicos 
los que hicieron que mi mala salud fuera soportable y le 
dieron a mis padres esperanza. 
 
 
51 
Thanatos en silencio frotó las manos y la espalda de 
Gregory mientras presionaban sus cuerpos cómodamente 
uno contra el otro. Ellos se mantuvieron en silencio 
durante varios minutos antes de que oyera suspirar a su 
amante, con voz profunda le habló en voz baja al lado de 
su oreja. —Honestamente nunca he pensado en cambiar 
mi enfoque sobre la gente. Nosotros, los Ángeles de la 
Muerte tenemos un trabajo que hacer y lo hacemos. 
—¿Hay mas de uno como tu? ¿Cuántos sois? — 
Gregory estaba un poco sorprendido por esta información, 
pero ahora que lo había mencionado, tenía sentido. 
Thanatos asintió con la cabeza. —Sí, hay muchos de 
nosotros. Varios de mis hermanosy hermanas son los 
guardianes. 
—Espera... ¿Tu tienes hermanos y hermanas? — 
Gregory le preguntó. Volviéndose lo suficiente en los 
brazos de Thanatos como para mirar el rostro de su 
amante. 
—Sí. Algunos. —Su amante le sonrió. 
 —¿En serio? Tus hermanas son... ¿cómo se llaman... 
son guardianes también? 
Thanatos echó atrás la cabeza y se rió. Era una risa 
ruidosa y alegre que hizo que Gregory riera con él. En ese 
momento él se prometió que iba a hacer todo lo necesario 
para hacer reír a su amante, tantas veces como fuera 
posible mientras estuvieran juntos. Gregory supo a su 
manera que Than probablemente no tuviera mucho de lo 
que reírse. 
—Sí. Es para lo que hemos sido creados, —su 
amante respondió con una sonrisa, haciéndole gracia 
obviamente la inquisitiva preocupación de Gregory. 
 
 
52 
 —¿Todos ustedes son guardianes? 
—No, mi hermano gemelo, Hipnos, ayuda a conciliar 
el sueño a los insomnes. 
La mandíbula de Gregory se quedó boquiabierta. —
¿Tienes un hermano gemelo? —Él no podía imaginar a 
otro maravilloso hombre como el que le sostenía en la 
seguridad de sus brazos. 
—Sí. La única manera de diferenciarnos es por 
nuestro pelo. El mío es corto y él lo lleva largo, —declaró 
Thanatos. Alzó la mano y le dio un tirón de pelo a Gregory 
burlándose. 
 —También es responsable de poner a la gente bajo 
hipnosis cuando lo necesitan. 
—De ahí el nombre de Hypnos, —Gregory rió. 
—Correcto. 
—Eso es una pasada, Than. Tú y tus hermanos 
definitivamente han vivido una vida interesante. —Volvió 
sonrisa Thanatos con uno de los suyos. Gregory cuanto 
más sabía de él, más fascinante le parecía. 
 Thanatos se encogió de hombros y le dio a Gregory 
otro suave beso en los labios. —No se si lo llamaría 
interesante, pero he de decir que es definitivamente 
diferente. 
—Eso seguro. ¿Os llamáis a vosotros mismos 
guardianes? Me gusta mas ese nombre que Ángel de la 
Muerte o Parcas, —afirmó volviendo a presionar su cuerpo 
en los brazos de su guardián. Encontró el lugar perfecto 
para reposar la cabeza sobre el hombro de Thanatos y 
rápidamente se acunó más profundamente en el abrazo 
del gran hombre. 
 
 
53 
 —Somos llamados cuidadores, porque nosotros nos 
encargamos de las almas que salen de sus cuerpos. 
Nosotros somos los que los llevan a su recompensa o 
consecuencia... sea lo que sea, —explicó Thanatos. Él 
apoyó su cabeza suavemente en la parte superior de 
Gregory y comenzó a pasar los dedos por la parte 
posterior de su pelo corto. 
—Es un apodo adecuado, seguro, —coincidió 
Gregory, disfrutando de los suaves roces en su pelo y 
espalda. 
 —Nos gusta pensar que sí. 
 —¿Vas a contarme sobre el más allá? ¿Existe 
realmente cielo o infierno? —Gregory susurró. Tuvo que 
admitir que tenía un poco miedo de ir al otro lado. 
 —Hmmm... No estoy autorizado a decir mucho, 
cariño. Me gustaría decir que no tienes absolutamente 
nada de qué preocuparte, ¿vale? —La voz de Thanatos 
sonaba tranquila y relajante sobre él, y sintió como le 
plantaba un pequeño beso en la parte superior de su 
cabeza. 
—Eso es fácil para ti decirlo, chico grande. Tu no 
eres el que va hacia el otro lado, —bromeó Gregory con 
una sonrisa débil. 
Thanatos se apartó de él y le miró a los ojos. —
Cariño, te prometo que no tienes nada que temer, ¿de 
acuerdo? ¿No he sido nada más que sincero y honesto 
contigo hasta ahora? 
—Sí, —Gregory estuvo de acuerdo y trató de darle 
una sonrisa valiente. 
 
 
54 
—Bueno, entonces créeme cuando te digo que no te 
preocupes más por eso, —Thanatos lo engatusó con una 
sonrisa cálida, pero melancólica al mismo tiempo. 
 Mientras Gregory miraba a su amada y triste 
sonrisa, se comprometió en ese mismo momento hacer 
todo lo necesario para poder quedarse de alguna manera 
con su amante. Sabía que pertenecía a Thanatos, y cada 
segundo que pasaba con él confirmaba esa sensación. Tal 
vez ya era hora de cambiar de tema por un tiempo para 
que de alguna manera pudiera hacer algun plan. 
—Está bien, Than —Gregorio aceptó dulcemente. 
Deslizando sus brazos hacia arriba para entrelazarlos 
alrededor del cuello de su amante, dándole una sonrisa 
diabólica—. ¿Sabes qué día es hoy? 
Thanatos se acercó más y poco a poco pasó el dedo 
por la longitud de la nariz de Gregory y le guiñó un ojo. —
Um... ¿treinta y uno de octubre? 
 Agarró el dedo Thanatos, atrayéndolo a sus labios, 
dándole un suave mordisco en la punta de sus dedos con 
la parte de arriba con su lengua. —Sí... como tu sabes es 
Halloween, —bromeó, antes de que él pusiera su boca 
sobre la longitud del dedo índice de su amante y comenzó 
a lamerlo. 
 Los ojos oscuros de Thanatos brillaban con una 
emoción interna y le dio una mirada pasional a Gregory. 
—Así que, querido, ¿cómo te gustaría celebrar Halloween? 
Gregory podía sentir el endurecido bulto de la 
excitación de Thanatos presionando firmemente contra su 
creciente erección. Le encantaba que su contacto pudiera 
enardecer al gran hombre con tanta pasión. Podía sentir a 
su amante mover suavemente la punta del dedo con su 
lengua, y Gregory empezó mover la cabeza, arriba y 
 
 
55 
abajo a través de la longitud del dedo, como lo había 
hecho recientemente con la polla de Thanatos. 
Se quitó el dedo de Thanatos de su boca y le 
preguntó: —¿Cómo te gustaría celebrar Halloween, 
cariño? —Gregory entonces presionó el dedo de Than 
sobre sus labios y le dio un beso. 
Than se aclaró la garganta antes de responder. —
Como desees. 
 Gregory le dio una sonrisa radiante y dijo—: 
Mientras este contigo, no me importa. 
Thanatos hizo un ruido suave y sus ojos se 
oscurecieron con lujuria. De inmediato se inclinó hacia 
delante y presionó a Gregory de nuevo en la arena ahora 
caliente. Gregory envolvió sus brazos alrededor de la 
cabeza de su amante y bajó los labios hasta su 
impaciente boca. Él deslizó su lengua en el interior de la 
caliente y húmeda boca de Gregory y comenzó a explorar 
los rincones más profundos dentro de ella. Rápidamente, 
Thanatos deslizó su lengua alrededor de Gregory, 
jugueteando al principio, y después se oyó gemir en la 
boca del gran hombre, el beso de su amante se hizo más 
impetuoso con cada caricia. 
Gregory envolvió sus piernas alrededor de las 
caderas del hombre grande y acunó su erección con 
firmeza contra la polla dura de Thanatos. Ellos 
comenzaron a mover sus erecciones lentamente, creando 
una fricción deliciosa entre ellos. Empezó a arañar 
suavemente con las uñas por las sudorosa y fuerte 
espalda de su amante hasta llegar a la curva de su culo, 
dándole un apretón firme. Podía sentir la vibración de los 
gemidos de Thanatos en su boca mientras su amante 
 
 
56 
empezó a moverse y oprimir su dura erección contra la 
dolorosa polla de Gregory. 
 Él disfrutó de la sensación pre-orgásmica de sus 
pollas moviéndose con fuerza una contra la otra. 
Necesitando más, agarró las nalgas de Thanatos y empujó 
sus caderas aún más cerca. 
—Mierda... Gregory... me voy a correr, —Thanatos 
murmuró cuando puso su boca sobre el cuello de Gregory 
y empezó a chuparle para dejarle una marca. 
—Sí... sí... Than... hazlo para mi, —Gregory suspiró, 
justo antes de terminar con varios largos chorros y gimió 
suavemente. 
 Él oyó gemir a Thanatos y su cuerpo se sacudió por 
encima de él con la fuerza de su orgasmo. Él mantuvo 
firmemente a su hermoso amante mientras sus cuerpos 
se recuperaban del placer mutuo. El cuerpo de Than yacía 
fuerte mientras escuchaba como sus respiraciones volvían 
a la normalidad. 
Su corazón estaba eufórico por el placer y el cuidado 
que Thanatos le daba. Gregory sabía dentro de su corazón 
y su alma que el hombre que tenía en sus brazos era por 
el que siempre había soñado y esperado. 
Ahora todo lo que tenía que hacer era convencer al 
guardián de eso también. 
 
 
 
 
57 
 
 
Capítulo Seis 
Thanatos contempló los

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