Logo Studenta

AFPSDEE 01 Isla Snövarg book

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

2 
 
 
 
 
 
 
 
 
Ser enviado a una agencia de emparejamiento por sus padres era 
humillación suficiente para el shifter conejo Tyler Thompson. El hecho 
de tener la rara habilidad de quedar embarazado solo le hace ser más 
aprensivo. Creciendo en una colonia que siempre le decía cómo vivir y 
comportarse, Tyler soñaba con escapar. Al darse cuenta de lo raro que es 
alguien como él y que la elección de pareja es exclusivamente suya, Tyler 
decide ir lo más lejos posible. La remota isla en el mar Báltico parece una 
buena elección y la historia de amor entre los dos lobos de allí le toca el 
corazón. Juntos desde que tenían dieciséis años, el Alfa Eric Snövarg y su 
amante Finn Michaels saben que la única manera que pueden acoplarse y 
permanecer en su manada, es trayendo un tercer compañero capaz de dar 
a herederos a Eric. A pesar de lo incierto de su decisión, traer el conejo 
hasta su familia parece ser el único camino. 
 
 
 
 
3 
 
 
 
 
 
 
 
Isla Snövarg 
 
 
Agencia Feliz Para Siempre 
Después Del Apareamiento 01 
 
 
JJAANNEE WWAALLLLAACCEE KKNNIIGGHHTT 
 
 
 
 
 
 
4 
 
 
 
 
 
— ¡Eso es una estupidez total! — Tyler Thompson dijo cuando cayó en 
el frio plástico duro de la silla de sala de espera, que había visto días 
mejores. — Estás actuando como si hubiera matado a alguien. Fue sólo 
una broma estúpida. 
Junto a él, la madre de Tyler le miró con simpatía, mientras que su 
padre sólo lo miraba a través de la habitación. El gran hombre se había 
apretado en una de las sillas que estaban en la sala de espera. Las paredes 
estaban pintadas de un amarillo canario duro, obviamente, en un intento 
de promover una atmósfera agradable y había carteles enmarcados con 
lemas inspiradores en ellos. Había una gran ventana detrás de la 
recepción que inundó la pequeña sala con la luz de la mañana. Era una 
oficina relativamente pequeña, una de tantas dentro del gran edificio. 
Como Tyler podía ver, esta sólo tenía una sala de espera y dos oficinas. 
Tyler se preguntó si los seres humanos en otras oficinas tenían alguna 
idea de lo que sucedía en el piso diecisiete. 
— Fue más que una broma. —El padre de Tyler finalmente dijo 
después de quedarse en silencio durante unos minutos. Su gran bigote 
gris se contrajo cuando miró a su hijo menor. — Y no fue la primera vez 
que empezaste a tener problemas. ¿Qué crees que parece, Tyler, cuando el 
sobrino del jefe sigue trayendo vergüenza a la colonia? 
Tyler miró la deprimente moqueta gris, de repente incapaz encontrar 
los ojos de su padre. Sabía que durante mucho tiempo fue una decepción 
para el hombre. Escucharlo una vez más no debería tener este efecto en 
 
 
5 
 
él, pero no obstante siempre conseguía lastimarlo. Como el más joven de 
la familia, Tyler había sido descuidado a menudo. Los shifters conejos 
tenían grandes familias, algo que gustaba a la mayoría de ellos, pero 
Tyler sintió la necesidad de escapar desde que era un niño pequeño. 
Incluso intentó hacerlo una vez, cuando tenía diez años. Faltó durante 
varias horas, pero luego se asustó cuando unos muchachos humanos más 
mayores intentaron hablar con él. Cuando regresó a casa, nadie había 
notado su ausencia. 
— Creo que estás siendo un poco duro, querido. —Dijo la madre de 
Tyler, su voz tímida como siempre. Los padres de Tyler eran grandes, 
pero su madre era regordeta y linda como él, mientras que su padre era 
simplemente gordo. Tyler, siendo el pequeño de la familia, era un poco 
delgado, aunque había construido algo de músculo durante el último año. 
Había empezado a correr como una manera de estar a solas durante un 
tiempo, para escapar de su padre, principalmente. Tenía siete hermanos y 
todos, como era típico con los shifters conejos, fueron nacimientos 
múltiples. Todos excepto Tyler. Todos crecieron en pares o tríos siendo 
amigos, como hermanos. Tyler había nacido cinco años después de la 
última camada y había nacido solo. 
Su colonia era bastante grande. A diferencia de sus contrapartes 
animales, obviamente no vivían bajo tierra. Hacía 700 años, más o menos, 
que ocupaban un pequeño pueblo de Oregón, donde nada interesante 
sucedía ni nadie nuevo llegaba. 
Eso era, en parte, por lo que Tyler estaba en Agencia Feliz para Siempre 
después del Apareamiento. Según el jefe, que era también, por desgracia, 
su tío, él ya había asustado a cualquier potencial pareja que su familia 
había tratado de encontrarle. No era culpa de Tyler que ninguno de ellos 
tuviera sentido del humor. 
Había una jerarquía entre los shifters conejos. Los cuatro hermanos 
mayores de Tyler y las tres hermanas mayores eran todos felices y 
estaban casados con personas que habían crecido junto a ellos, no 
 
 
6 
 
queriendo más en la vida de lo que tenían. Como parte de la familia del 
jefe eran considerados un poco deseables. El mayor y más cercano a ser 
visto con el título de jefe, era el más deseable, mientras que el gusto por 
Tyler estaba un poco más abajo en la escala. Aun así, su edad de 
Apareamiento de dieciocho años ya había pasado, tenía ahora veintidós 
años y todavía no estaba acoplado, sus padres se habían desesperado un 
poco. 
Prácticamente lo habían emboscado con posibles pretendientes, hasta 
que sintió que no tenía elección, a no ser que empezara a jugar con ellos, 
sólo para impedir salirse de su mente con el aburrimiento. Había 
empezado bastante simple. Sus bromas habían sido perfectamente 
inocentes y realmente infantiles. Cambiar el azúcar con la sal, colocar 
polvo de talco en la unidad de aire acondicionado y asegurarse de que 
uno de los chicos estaba debajo cuando el ventilador se pusiera en 
marcha, colocar película adherente en la puerta para que cuando el 
pretendiente del mes intentase entrar acabase enrollado en ella. Pensar en 
esta última aún hacía sonreír a Tyler. No era culpa de él que todas las 
personas con quien sus padres querían unirlo no conseguían ver el lado 
gracioso de eso. 
—¡Has ido demasiado lejos esta vez, Tyler! — Su padre le dijo con 
firmeza. — El jefe estaba furioso. 
—Tú eres quien intentó comprometerme con Charles Bayswater 
delante de todos. — Tyler argumentó. — Y realmente fue un accidente. 
El último intento de su familia había sido en la celebración del 
Apareamiento de la hija más joven del jefe unas semanas atrás, cuando 
sus padres lo habían unido con el chico que habían elegido para él. 
Charles había conseguido pegarse a Tyler durante toda la noche, por 
supuesto, asegurándose de que Tyler sabía cuánta tierra su familia estaba 
dispuesta a dar a la familia de Charles solo por sacar a Tyler de sus 
manos. El insistió que era la única razón por la cual estaban incluso 
considerándolo. No tuvo ningún escrúpulo sobre el hecho de que era 
 
 
7 
 
hetero y que solo iría a joder a Tyler con el fin de producir una camada 
cada pocos años. 
En su defensa, cuando Tyler había tropezado con Charles mientras 
estaban bailando, con la intención de bajarlo de su pomposidad un poco, 
no se dio cuenta que en la trayectoria de su caída aterrizaría de cabeza en 
el pastel de boda de la novia. 
— Tu pobre prima estuvo llorando durante horas sobre ese pastel. — 
Dijo su padre. Tyler no estaba seguro de quien parecía que quería matarlo 
más, el jefe o Charles. 
Aun así, sin embargo, ser enviado a un casamentero de una agencia de 
apareamiento era un castigo muy grande. El jefe había hecho el contrato 
y ayudó a sus padres a llenar interminables montañas de papeleo, dejando 
que supieran que no había forma de evitarlo. Tyler sabía que no podrían 
realmente obligarlo a aparearse. No estaba permitido, ya no. Aun así, 
Tyler pensó que si no aceptaba, sus padres probablemente amenazarían 
con expulsarlo. No había nadie en la colonia que lo aceptara. Estaba 
completamente solo. Sabía que su madre hablaría un poco por él y pediría 
a su padre que le diera otra oportunidad, pero Tylerya había tenido 
muchas oportunidades. 
Cada vez que lo emparejaban con alguien nuevo, realmente se decía a 
sí mismo que haría un esfuerzo, por esta vez, al menos, para vivir con 
ellos, aunque sea sólo por su madre. Él realmente lo intentaba, pero cada 
uno parecía más molesto que el anterior y más hipócrita. Como shifters 
conejos, trabajaban arduamente, deseaban estar acoplados y tener una 
casa llena de conejos y les gustaba unirse con los de su propia especie. 
A Tyler no le importaba la idea de tener hijos, pero para él sería algo 
diferente a la mayoría de los hombres, puesto que sería el único 
transportando y teniendo a los niños. Era uno de los raros shifters conejos 
masculinos capaces de quedar embarazado. Un conejo infértil era un 
conejo inútil y al enterarse de su preferencia por los hombres, los padres 
de Tyler habían hecho pruebas para ver si portaba el gen. Suponía que 
 
 
8 
 
debería estar feliz de ser portador, de lo contrario, sus padres 
probablemente habrían tratado de obligarlo a aparearse con una hembra. 
Infiernos, pensó mientras sus ojos miraban a la línea de carteles en la 
pared. Tal vez estar apareado significaría que, al menos, empezaría a ver 
mundo. Tal vez podría aparearse con un conejo de Perú. 
El cartel en el que posó sus ojos decía: "Usted vive solamente una vez, y 
si hace las cosas bien, una vez es todo lo que necesita". 
Tyler frunció el ceño. 
— ¿Tyler Thompson? — La bonita señora tras la recepción le llamó. — 
Puede ir ahora. El Sr. Ashby le recibirá. 
Cuando se levantó de su silla y siguió a sus padres a la sala, quería 
empezar a tararear desesperadamente la marcha fúnebre. 
La oficina de David Ashby, casamentero y shifter zorro, no era 
particularmente grande o bien decorada. Tyler se preguntó durante 
cuánto tiempo el hombre había sido un casamentero con licencia y qué le 
hizo decidir comenzar su propio negocio, en lugar de unirse a uno de los 
más grandes ya establecidos en el área de Portland. Tyler sabía que su tío 
había, muy probablemente, elegido la Agencia Feliz para Siempre 
después del Apareamiento porque su servicio era más barato que el de 
otros. Adivinó que realmente no importaba, pues todos los que se 
inscribieran en una agencia de Apareamiento serían enviados a un banco 
de datos on—line al que todos tenían acceso. Se pretendía dar a los 
shifters la mejor oportunidad de encontrar el sitio correcto. Esperaba que 
la imagen que tomaron de él la semana pasada, por lo menos, pareciese 
buena. Nunca podría ser confundido con un modelo de lencería, pero 
tenía un rostro agradable. Tenía cabellos castaños y grandes ojos de color 
ámbar, enmarcados por pestañas gruesas. Su boca era llena y tenía 
pómulos salientes. Infelizmente, no podía broncearse, no importaba 
cuanto lo intentase. En vez de eso su piel perpetuamente pálida acababa 
cubierta de pequeñas pecas. 
 
 
9 
 
—Hola, Sr. y Sra. Thompson, Tyler.— El shifter zorro los saludó cuando 
entraron en su oficina. Se levantó de su mesa y extendió la mano a cada 
uno de ellos antes de ofrecerles a todos un asiento. Tyler estaba sentado 
en una silla incómoda entre sus padres. Era como ser enviado a la oficina 
del director de nuevo, algo que había sido un hecho regular en sus días de 
escuela. 
Tyler sabía que quien lo quisiera solo lo iba a hacer por su rara 
habilidad. Ciertamente tenía sentimientos encontrados sobre la idea de 
tener bebés, más a los ojos de sus padres eso, por lo menos, era algo 
bueno. Más que nada, lo que quería Tyler era salir de su colonia. Solo 
quería aventura y diversión. Quería sentirse libre. El camino hasta 
Portland aquella mañana casi no había durado lo suficiente. No estaba 
listo para eso, para lo que tenía que venir. 
—Ahora, pues, seleccionó shifters conejos por lo que veo.— Dijo el 
hombre con un ceño.— Sabe, entiendo que es su elección personal, pero 
las cosas han recorrido un largo camino a lo largo de los últimos 
cuarenta años en los apareamientos entre especies. Aquí en la Agencia 
Feliz para Siempre después del Apareamiento creemos que hay una 
oportunidad mucho mejor si abre los parámetros. Hay también 
abundantes candidatos buscando un compañero masculino capaz de 
darles hijos. Combinamos las personas en base a sus gustos, lo que les 
disgusta, sus sueños para el futuro, sus valores familiares y mucho más. 
Es un programa muy sofisticado y un toque de intuición de nuestra parte. 
—¡Whoa, espere, vuelva! – Tyler dijo cuándo se inclinó hacia delante, 
descansado los brazos sobre la mesa y estirando el cuello de modo que 
pudiera ver la pantalla del ordenador del hombre.—¿Está diciendo que 
podría aparearme con cualquier tipo de shifter que quisiera? 
—Tyler…—Su padre aspiró entre dientes.— Ningún hijo mío se 
apareará fuera de su especie. 
—¿Qué? ¿Por qué no? ¿Por qué le importa, si ya no soy más problema 
suyo? ¿Es tan importante para usted que yo sea infeliz? ¿Es que si cedo y 
 
 
10 
 
hago lo que quiere, realmente cambiará la forma en que se siente sobre 
mí? Creo que no. No creo que cualquier cosa podría. Usted desea no 
haberme tenido nunca. 
—Sí.— El padre admitió duramente. De nuevo, no importaba el hecho 
de que estuviera esperándolo, aún era como un golpe en el pecho.— 
Actúas como un tonto, como si fuera todo una gran broma. No tomas 
nada en serio y no haces nada, aparte de avergonzar a tu pobre madre. 
Tyler miró a su madre, con la esperanza de oírla decir que no estaba de 
acuerdo con su padre, pero ella no tuvo valor de mirarle. 
Con lágrimas de rabia y dolor ardiendo en sus ojos, Tyler movió la 
cabeza tristemente. 
—Cierto. Entonces vuelva a la colonia y dígales a todos que estoy 
apareado con un conejo de Mongolia, o en algún otro lugar, y nunca 
volverá a oír hablar de mí. 
—¡Tyler! – dijo su madre, con voz triste y suplicante. Ella lo miró, 
implorando, pero él había cerrado su corazón para protegerse. No se dejó 
sentir nada. 
—Abra la búsqueda.— Dijo al casamentero.— Totalmente abierta. No 
me importa a donde ir, o con quien ir, siempre que alguien me lleve hoy. 
—¡Tyler!— Dijo su madre de nuevo, levantándose de la silla y 
colocando la mano en su hombro.— Podemos seguir discutiendo eso 
cuando lleguemos a casa. 
—No iré a casa.— Tyler dijo, infeliz, con los ojos firmemente fijos en el 
suelo.— No se preocupe por eso. Ya no soy un problema suyo. En breve lo 
seré de otra persona. 
 
 
 
11 
 
 
 
 
El hielo bajo los pies de Eric Snövarg, mientras caminaba hasta el 
muelle, era familiar. Era invierno en la isla Snövarg, un pequeño pedazo 
de tierra en el Océano Báltico, en la costa de Suecia. Las noches eran 
largas y frías en este invierno, razón por la cual algunas noches su pueblo 
escogía dormir en sus formas de lobo, enrollados con sus seres queridos. 
Una pila de cachorros era como su enamorado, Finn Michaels, los 
llamaba. Fue de una pila de cachorros que Eric se había levantado en 
mitad de la noche, sin conseguir dormir con tantas cosas en su mente. No 
sabía porque sus pies lo llevaban hasta el muelle. Tal vez fuese porque 
este era el lugar donde su nuevo compañero llegaría por la mañana. Aún 
no tenía certeza de haber hecho lo correcto al estar de acuerdo con esto. 
Había sido idea de Finn y les informaron de que podía llevarles un año 
encontrar el compañero ideal. 
Solo había pasado un mes desde su viaje al continente, donde habían 
ido a una agencia de Apareamiento. Habían llamado dos días atrás 
diciendo que habían encontrado un compañero viable para ellos, alguien 
de acuerdo con sus criterios, macho y capaz de darle herederos. El único 
problema era que tenía que ser rápido. El conejo, por lo que parecía, 
estaba ansioso para emparejarse. Eric tenía apenas dos días para aceptar el 
hecho de que todo estaba a punto de cambiar. 
El mar estaba calmado cuando salpicó contra el muelle. Esperaba que 
eso fuera señal del fin del mal tiempo que habían sufridoa lo largo de los 
últimos meses. Caminó hasta el final de la plataforma y se inclinó contra 
un poste de madera, mientras miraba hacia fuera, a través de la vasta 
 
 
12 
 
oscuridad ante él. Él no sabía mucho sobre Tyler Thompson. El 
casamentero solo había dicho que sus personalidades eran compatibles en 
un setenta y dos por ciento, pero insistió en que tenía un buen 
presentimiento sobre ese pretendiente. 
— Mirar el agua no lo hará llegar más rápido. — La voz familiar de 
Finn cortó sus pensamientos. El hombre nunca dejaba que nada lo 
afectara, que era una de las muchas razones por las que Eric lo necesitaba. 
Eric tendía a enfatizar las cosas y a veces era impulsivo, Finn era su 
contrario. Eric, a diferencia de la mayor parte de su grupo, tenía ojos 
verdes y pelo corto y oscuro. Era inusual que una persona de fuera se 
añadiera a su grupo, pero no era algo inaudito. 
El abuelo de Eric había venido de Francia después de haberse reunido 
con su abuela en el continente, en una conferencia. Era el color de su 
abuelo el que Eric tenía, haciéndolo destacar entre la mayoría de su gente. 
Finn tenía el pelo rubio, lo suficientemente largo para poder atarlo. 
Estirar el pelo hacia abajo y pasar sus dedos a través de los hilos de oro 
era una de las cosas favoritas de Eric. 
— ¿Qué hay de malo? — Finn le preguntó cuándo se detuvo a su lado. 
La apariencia angular de su amante era increíble. 
— Solo aprensivo, supongo. ¿Y si a la gente no le gusta? ¿Y si a él no le 
gustamos nosotros? ¿Y si no le gusta la isla? No todo el mundo es feliz tan 
aislado. — Dijo Eric. Finn se movió para sentarse justo frente a él antes de 
envolver sus brazos alrededor de su cintura e inclinarse hacia él. Vestía un 
pantalón y una chaqueta color crema que pertenecía a Eric. Llevar ropa 
del otro era normal para ellos, especialmente porque tenían el cuerpo 
muy semejante en tamaño y altura. Ambos tenían 1, 90 m y eran muy 
bien proporcionados. Su nuevo compañero era mucho menor que ellos. 
Se preguntó si abrazarlo sería extraño. Ni Eric ni Finn habían tomado 
otros amantes. 
 
 
13 
 
—En primer lugar —dijo Finn, su voz calma cortando los pensamientos 
de Eric. — ¿Cómo podemos no gustarle a alguien? Somos deliciosos. —
Eric sopló y enterró su nariz en el cabello de Finn. 
—Tenemos nuestros momentos. — Acordó. 
—Y en segundo lugar, preocuparse sobre todo eso no va a cambiar 
nada. Él estará aquí mañana y entonces lo sabremos. Además, — le dijo 
Finn cuando él se apartó lo suficiente para ver sus ojos. — Él es pequeño. 
Si es molesto, podemos simplemente cogerlo y ponerlo en un árbol. 
Eric se encontró riéndose del humor juvenil de su compañero, pero 
balanceó la cabeza de forma un tanto desesperada. Los dos hombres se 
abrazaron de nuevo, sintiéndose seguros y acogidos en los brazos del otro, 
protegidos del viento frío del océano. 
Después de un minuto, Eric sintió el movimiento de la boca de Finn a 
lo largo la concha de la oreja, haciéndole temblar un poco. 
— Vamos al fondeadero. — Finn susurró en el oído de Eric, haciendo 
sonreír al lobo. 
El fondeadero era una estructura grande de madera en el muelle. 
Además de barcos, había gran cantidad de material de camping 
almacenado allí, así como instrumentos de pesca y caza. Allí era donde 
habían hecho el amor por primera vez y donde habían pasado los 
primeros años de su relación cuando querían estar solos. 
 
 
 
El fondeadero era un edificio de madera ligera que estaba levantado 
sobre la playa y el mar. Estaba lleno de barcos y varios equipos de pesca y 
tenía un agujero en el centro que llevaba a las dos puertas principales que 
se abrían al mar. Entre toda la manada tenían algunos barcos para la 
pesca y para ir a tierra firme, pero no hacían viajes lejos a menudo, a 
menos que fuera absolutamente necesario. 
 
 
14 
 
Había redes de pesca colgadas en las paredes y un par de remos 
colgados encima. No había mucho espacio para sentirse cómodo, pero a 
los largo de los años habían encontrado maneras de ser creativos. 
La única fuente de luz era una lámpara colgante que no creaba 
exactamente una atmósfera romántica. Por eso guardaron velas y fósforos 
escondidos en la pequeña oficina, donde trabaja Eric. Eric sospechaba que 
la gente que utilizaba la oficina, además de él, sabían porque el cajón 
tenía no sólo velas, sino también aceites lubricantes de masaje, pero 
realmente no tenía importancia. A nadie realmente le importaba. Ellos 
podrían no estar acoplados, pero la manada no era anticuada. No estaban 
en contra del sexo antes del apareamiento o cualquier otra cosa de esas 
arcaicas, pero Finn no sería oficialmente el compañero del alfa hasta que 
tuviesen la ceremonia y la mordedura de apareamiento. 
Cuando las velas estuvieron encendidas en el suelo y un par de sacos de 
dormir colocados en el piso para sentirse cómodos, Eric trató de recordar 
la última vez que habían estado ahí. Después de que el padre y el 
hermano de Eric murieran hace unos años, Finn se había mudado al 
hogar familiar de Eric con él. En realidad había pasado los últimos cinco 
años viviendo en una felicidad doméstica. Aun así, fue agradable 
escaparse furtivamente, como si fueran adolescentes. 
No podrían haber ido a casa exactamente para hacer el amor de todos 
modos. La hermana pequeña de Eric y sus dos sobrinas estaban enrolladas 
en su cama en casa. Su hermano mayor había muerto junto a su padre en 
un accidente en el mar, dejando a Eric como alfa inesperado. Al crecer, 
Eric nunca había considerado que a alguien le importase si se apareaba 
con Finn, puesto que era su hermano quien debería haber sido el 
responsable. Había sido un shock para todos, eso era cierto. Su madre 
murió dando a luz a su hermana y la esposa de su hermano perdió la vida 
por el sufrimiento sólo unos meses después de que su compañero 
muriera. 
 
 
15 
 
Su casa ahora consistía en Eric y Finn, Lisa la hermana de Eric que 
tenía dieciocho años de edad, sus dos sobrinas, Inga y Katja y Elsa, la 
abuela de Finn. Afortunadamente la casa del alfa era lo suficientemente 
grande para que los dos tuvieran privacidad cuando querían. 
Normalmente. 
— Te has perdido en tus pensamientos otra vez. — Finn dijo de 
mientras estaba en el círculo de velas y sacaba sus zapatos. Los ojos de 
Eric seguían sus movimientos. Las suaves luces destellaban sobre el 
cuerpo dorado y bronceado de Finn. Él era hermoso. 
—Sólo pensando en la primera vez que estuvimos. — Admitió Eric, 
dejando de lado el tema de sus parientes muertos. La muerte tiende a ser 
un asesino del humor. 
Finn sonrió calurosamente y comenzó a desabrochar sus jeans, 
—¿Qué primera vez? Estuvimos muy poco aquí. 
Eric dejó escapar una risa suave y se unió a su compañero. Comenzó a 
quitarse la ropa, con los ojos fijos en Finn todo el tiempo. 
— Me refiero a nuestra primera vez. 
— Ah, ¿cuándo me diste un trabajo de mano y te corriste en tus 
pantalones antes de que pudiera tocarte? — Dijo Finn descaradamente, 
inclinando su cabeza hacia un lado y sonriendo mientras recordaba. 
— Sí. — Eric admitió, dándole una mirada burlona. —Aquella vez. 
— Es gracioso pensar que aún no lo habíamos hecho en una cama de 
verdad y ya estábamos viviendo juntos. —Finn dijo mientras lentamente 
deslizaba hacia abajo su calzoncillo, dejando su polla medio dura libre. 
Eric siguió desnudándose, pateando sus jeans a un lado antes de extender 
los brazos hacia Finn. No era como si los padres de Eric no supieran que 
su hijo era gay. Era más bien que no querían tener relaciones sexuales 
bajo su techo. Había actuado del mismo modo con su hermano. Las cosas 
eran muy diferentes en el mundo de los shifters cuando sus padres 
estaban vivos. Apareamientos concertados sucedían todo el tiempo y la 
 
 
16 
 
pareja a menudo no se conocía bien. Por lo menos Tyler había acordado 
esperar dos semanas antes de la ceremonia para llegara conocerse. 
— Estabas tan asustado y excitado. — Finn murmuró contra la boca de 
Eric mientras lentamente se inclinó en un beso. — Yo estaba temblando. 
Eric sonrió con el recuerdo. 
— No, estabas tranquilo. Siempre estás tranquilo. 
Finn sonrió y lo besó otra vez. 
—Nos equilibramos mutuamente, siempre. 
— Es por eso que estoy preocupado. — Confeso Eric cuando deslizo las 
manos hacia abajo de los costados de Finn y unió sus cabezas juntas. 
Eric cerró los ojos y suspiró cuando Finn le besó otra vez. Él pasó las 
manos sobre la espalda desnuda de Finn, el toque íntimo y familiar fue 
reconfortante como siempre. Tiró de su amante más cerca para que sus 
cuerpos desnudos se ajustaran uno al otro y lentamente deslizó la mano 
hacia el trasero de Finn. 
— Te amo. — Murmuró contra la boca del otro hombre antes de 
arrastrarlo y frotar juntos sus endurecidos penes. Finn gimió contra sus 
labios y agarró su pelo con fuerza cuando empujó su lengua dentro de la 
boca de Eric. En un movimiento bien practicado, los dos hombres se 
establecieron en los sacos de dormir, sin romper el beso. Finn tiró de Eric 
sobre él, con sus brazos envueltos alrededor de cuello de Eric cuando el 
beso se profundizó. 
— Esta es nuestra última noche sólo nosotros dos. — Finn dijo 
calmadamente mientras miraba a los ojos de Eric. Subió sus manos para 
enmarcar la cara de Eric, acariciando su pulgar sobre la mejilla del alfa. 
Eric volvió lentamente su cabeza y besó la palma de la mano de Finn 
antes de volver a mirar hacia él. 
— Pase lo que pase, siempre nos tendremos uno al otro. — Eric 
prometió. Finn le sonrió en voz baja antes de atraer la cabeza de Eric para 
otro beso. 
 
 
17 
 
Mantuvieron el beso suave y gentil, saboreando cada momento de su 
tiempo juntos. No había ninguna prisa. Tenían toda la noche para amarse. 
Después de besos muy lentos y perezosos, Eric arrastró su mano para 
abajo a lo largo del costado de Finn. Su amante era un ser tan sexy y el 
toque entre ellos era generalmente suficiente para excitar a Finn. Él era 
más como un gato que un lobo, arqueándose con los toques de Eric, 
deleitándose, Eric empezó a salpicar dulces besos en todo cuerpo de Finn, 
deteniéndose en los pezones para chupar y jugar con ellos. 
Como siempre, la sensación de la mano de Finn en su pelo, 
sosteniéndolo con ternura y guiándolo era erótica. Cuando Eric llegó a la 
piel suave del abdomen de Finn, comenzó a chupar más fuerte dejando 
hematomas en la carne floja, sabiendo que haría a su amante retorcerse. 
Finn se mantuvo lo suficiente para ver lo que Eric estaba haciendo, 
haciendo que sus músculos se apretaran. Podía sentir la polla de Finn, 
dura, cuando golpeó en el pecho otra vez, desesperada por atención. 
Cuando besó su camino sobre una de las piernas de Finn, miró al hombre 
a través de sus espesas, pestañas oscuras, sabiendo que nunca dejó de 
excitar a Finn. 
— Dios, Eric… — gimió Finn, manteniendo el contacto visual con antes 
de dejar caer su cabeza hacia atrás contra sacos de dormir. — Chúpame o 
jódeme, simplemente haz algo. —Eric sonrió contra el muslo de Finn 
antes de colocar allí un beso de disculpa. Extendió la mano hacia el 
lubricante que todavía estaba en la mano de Finn y lo cogió. 
— ¿Por qué escogería cuando puedo tener los dos? — Dijo Eric 
sonriendo orgullosamente por hacer gemir a su amante con desespero. 
Apretó un poco de lubricante en sus dedos y los llevó a la entrada de Finn. 
Mientras, agradable y lentamente, folló a su amante con los dedos, tomó 
la longitud de Finn en su boca y chupó hasta el puño. 
Finn gimió y llevó la mano a su cabeza. 
— Nunca me canso de esto. —Las palabras calentaron el corazón de 
Eric y soltó el pene de Finn con un pop mojado para poder besar 
 
 
18 
 
lentamente su camino hasta abajo. Estaban juntos desde hace tanto 
tiempo que conocían cada centímetro del cuerpo del otro. Sabían 
exactamente qué hacer y cuándo dar al otro el máximo placer. Trató de 
apagar sus pensamientos sobre su nuevo compañero. No estaba 
haciéndose ningún bien al obsesionarse acerca de cómo las cosas serían 
diferentes, sobre cómo sería el ajuste entre todos ellos. Mientras que Eric 
mantuvo poniendo besos en una gran vena pulsátil, sus dedos se 
deslizaron hacia adelante y hacia atrás en Finn, provocando lentamente. 
La polla de Finn estaba bien dura ahora y cuando la llevó de nuevo en su 
boca, pudo probar el salado pre semen. 
— Oh sí — gimió Finn. — Amo la manera que me provocas. 
Eric sonrió, con la boca todavía llena. Sabía exactamente lo que gustaba 
a Finn, como gustaba ser llevado hasta el borde para no serle permitido 
gozar. Mirándolo, sus ojos se encontraron y se miraron por un momento. 
Tirando poco a poco, Eric abrió sus dedos sobre el miembro de Finn y 
comenzó a bombear. 
— ¿Quieres que te joda? — Preguntó, su voz áspera. 
Finn gimió y dejó caer la cabeza hacia atrás. 
—Sí, Dios. Jódeme duro. 
Sonriendo una vez más con el modo en que su amante estaba deshecho, 
Eric sacó sus dedos y se subió sobre él, colocando besos de amor en su piel 
ligeramente húmeda del sudor. Una vez sobre él, Eric se inclinó y lo besó 
suavemente. 
— Vuélvete. — Susurró a Finn sobre el rumor del océano golpeando 
contra las paredes del pozo de agua. Con otro gemido Finn hizo lo que le 
dijo y se dio vuelta sobre su estómago. Era algo que hacían cada vez más. 
El deseo de tomar a Finn por detrás como ahora era un deseo mucho más 
animal, su lobo alfa saliendo a la superficie. Cuanto más tiempo negaba a 
su lobo el tomar a su compañero, mordiéndole y haciéndolo suyo más 
difícil se volvía. También empezó a sentir el deseo de procrear, llenar a su 
pareja con su semilla y mantenerlo allí hasta que estuviera redondo y 
 
 
19 
 
lleno con sus crías. Sabía que era algo que nunca sucedería, no con Finn, 
pero sin embargo, estaba el deseo. 
Quería aparearse con Finn desde que eran jóvenes. Aún se acordaba de 
haberle dicho cuando eran niños que serían compañeros cuando 
crecieran. 
Había estado esperando mucho tiempo para poder aparearse con Finn 
y, a pesar de todo, finalmente iba a suceder. Su lobo deseaba reclamar al 
lobo beta cada vez que dormían juntos. Era una evidencia de su fortaleza, 
como hombres y como lobos, que hubieran podido resistir hasta ahora. 
Ambos tenían veinticinco años y estuvieron resistiéndose desde que 
tenían dieciséis. Fue la abuela de Finn, la mayor partidaria de la tradición 
de la manada, la que les mostró los libros antiguos y descubrió que tres 
personas podían y habían estado acopladas en el pasado. Si era la única 
manera de que él y Finn pudieran estar juntos y permanecer en su 
manada, entonces que así fuera. 
Una vez sobre su estómago, Finn empujó su culo frotándolo contra la 
polla goteando de Eric. 
— ¿Quieres joderme? ¿Llenarme, amor? 
Eric gruñó bajo en su garganta en advertencia y rozó los dientes sobre 
la parte posterior del cuello de Finn, sosteniendo aun. Esto sólo puso a los 
dos hombres aún más duros y sin ninguna ceremonia, Eric se deslizó 
dentro de él en un suave impulso. Una vez asentado dentro, Eric se calmó 
y dio a ambos un momento para simplemente disfrutar de la proximidad. 
La piel de Finn estaba resbaladiza y caliente contra la suya y Eric enterró 
su rostro en el cuello de su amante, respirando el olor de almizcle que 
amaba tanto. Comenzó a moverse lentamente, circulando sus caderas y 
provocándolos a los dos. Cuando Finn era un desastre gimiendo debajo 
del, Eric aceleró el ritmo y comenzó a golpear en él, así como le gustaba a 
Finn. Los dientes picaban por morder el cuello de Finn cuando la 
necesidad dentro de él creció, pero resistió y fue difícil negarse a sí mismo 
lo más quería en este mundo. 
 
 
20 
 
— ¡Oh mierda! — Finn gritó cuando Eric lo jodió duro, la polla 
golpeando brutalmente el punto dulce de Finn. — Sí, exactamente así. 
Jódeme así. 
Su boca abierta estabacaliente y húmeda en el hombro de Finn y no 
precisó Finn de mucho esfuerzo para inclinarse ligeramente hacia arriba 
y girar la cabeza para un beso duro y descuidado. 
Los dos hombres se movieron juntos mientras se besaban, cada uno de 
ellos moviéndose a un ritmo bien practicado. Después de lo que parecía 
una eternidad, Eric se sintió cerca del límite. Él quebró el beso y colocó la 
boca en el oído de Finn. 
—Te voy a llenar. A inundar con mi semen. — Eric gimió. Sabía que 
más tarde se sentiría un poco avergonzado por dejar que los instintos del 
apareamiento hablaran por él, pero en aquel momento no importaba. 
Estaba claro que Finn encontró la idea caliente, cuando empezó a rozarse 
contra los sacos de dormir. Finn gimió con la estupenda fricción y cuando 
Eric finalmente se vino dentro de él, su lobo quería echar la cabeza hacia 
atrás y aullar. Finn se estremeció debajo de él y encontró su propio 
orgasmo, haciendo un lío pegajoso en los sacos de dormir. Se quedaron 
unidos durante largo tiempo, los dos sin aliento mientras descendía la 
euforia de sus orgasmos. Finalmente, cuando el sudor de sus cuerpos 
empezó a enfriarse en el frío del inicio de la primavera con el aire de la 
noche, se separaron y se giraron, consiguiendo mantener el pegajoso lío 
lejos de ellos. 
Se quedaron allí, cogidos de la mano, mirando al techo. El rumor suave 
del agua a su lado era pacífico y Eric empezó a sentir sus párpados 
pesados. 
—Pase lo que pase con Tyler,— Empezó Finn, cuando rodó a un lado y 
se acurrucó en el calor de Eric.— Vamos a estar bien. 
Eric mantuvo en él su mirada azul oscura durante un momento para 
finalmente asentir con la cabeza. Se inclinó hacia delante lo suficiente 
 
 
21 
 
para besar a Finn rápidamente en la boca antes de envolverlo con el brazo 
y acercarlo cuando el sueño empezó a llevarlo. 
 
 
 
 
22 
 
 
 
 
Tyler no era un fan de los barcos. La verdad, nunca había estado en uno 
antes de hoy, pero ahora, después de pasar una hora y media en un bote 
con un mar agitado y embravecido, podía decir sin duda que no era un 
fan. El casamentero le había dicho que lo recogerían en el aeropuerto de 
Arlanda, en Estocolmo y llevado al puerto, donde un bote lo estaría 
esperando. 
El barco no era grande pero sí robusto, a así se lo había asegurado el 
capitán. El hombre era conversador y hablaba muy bien inglés. Tenía 
treinta y tantos años y estaba bien afeitado, no era lo que se espera al oír 
hablar de un capitán de barco. Si Tyler no estuviese tan nervioso, habría 
notado que el hombre era bastante atractivo. El barco en el que estaban 
no era muy grande, pero tenía una pequeña cabina abajo, con un baño y 
una pequeña área de estar. Podría llevar confortablemente a cerca de 
treinta personas allí arriba, pero Tyler y el capitán eran los únicos a 
bordo. El capitán le había informado que el Sr. Eric Snövarg muchas 
veces lo contrataba a él y a su barco para recoger a las personas de la isla 
o para hacer las entregas. Todo parecía un poco extraño para Tyler, como 
si estuviese siendo dejado en una remota isla desierta para ser dejado al 
destino de una tribu de lobos desconocidos. 
Oh dios, pensó Tyler. Eso es lo que está sucediendo. 
A medida que el barco golpeó una gran ola, Tyler rápidamente colocó 
su mano en la boca, sintiéndose enfermo. Era extraño, pero nunca había 
considerado el apareamiento fuera de su especie antes. La verdad, nunca 
había conocido muchos otros tipos de shifters antes, además del 
 
 
23 
 
casamentero. Siempre asumió que acabaría emparejado a otro shifter 
conejo. Es lo que se esperaba de él después de todo. Ahora, allí estaba él, 
en camino de encontrase no con un compañero, sino dos. Se permitió una 
pequeña sonrisa al pensar en su padre recibiendo la noticia del 
casamentero. 
Tyler cerró los ojos y dejó que el aire salado le calmara el estómago 
inquieto. El viento frío en el rostro ayudó a distraerlo de las náuseas. 
También ayudó a distraerlo del hecho de que había acordado pasar el 
resto de su vida viviendo en una isla remota con un grupo de extraños. 
Había, claro, una cláusula. Sin burocracia, había sido firmado. No es como 
si Tyler hubiese firmado dando la posesión de sí mismo a esos lobos, o 
algo así. Se entendía que habría dos semanas, o un tiempo previamente 
acordado, antes de que se celebrara el apareamiento. 
Normalmente, ellos se encontrarían personalmente por lo menos una 
vez antes de seguir con el contrato. Se preguntó qué pensarían los lobos 
de su insistencia en las prisas. Si no fuera por su rara capacidad de portar 
crías, sabía que nadie iba a aceptarlo tan pronto. Para los que eran shiters 
conejos, la rara capacidad de Tyler se volvía una propiedad caliente. Una 
vez acoplado ya no había vuelta atrás, no para los shifters. Si alguno de 
ellos quería desistir antes de eso, podían. Sin ningún problema. 
Tyler sabía, sin embargo, que a menos que fueran monstruos absolutos 
él no podría salirse. No había ningún lugar a donde ir si no se quedaba 
allí. Sus padres ciertamente no iban a aceptarlo de vuelta, por lo menos 
no por mucho tiempo antes de que estuviesen empujándolo hacia otro 
shifter conejo y no podía pagar los servicios de la agencia de 
Apareamiento por su cuenta. Hubo algunos candidatos para que Tyler 
escogiera, gracias a sus capacidades poco comunes. La mayoría de ellos 
no eran tímidos en admitir sus razones para quererlo. Fue desconcertante 
pensar que solo se querían emparejar con él, para poder mantenerlo 
como una yegua de cría. Por eso había escogido a los dos lobos. En parte 
 
 
24 
 
porque parecían dioses nórdicos y ya que iba a dormir con alguien, se 
aseguraría por lo menos, que estaba atraído por ellos. 
La otra razón era que ya estaban enamorados y esto era más que un 
negocio para ellos. Lo habrían rechazado si no estuviese preparado para 
emparejarse con los dos, lo que demostró a Tyler que eran buenas 
personas. No le importaba saber que solo estaría cerca para cargar con los 
hijos del alfa. Por lo menos en esta situación, sabía dónde se estaba 
metiendo. Sería una unión de conveniencia y una vez que los hijos 
nacieran, dejarían solo a Tyler. Por lo menos eso es lo que asumió que 
querían de él. 
Una vez que el aire salado había trabajado su magia en él, Tyler abrió 
los ojos y vio que la isla estaba a la vista. Desde el barco parecía que tenía 
por lo menos cuatro kilómetros cuadrados, la mayor parte formada por 
áreas densamente arboladas. Había una playa con un muelle y al lado un 
pequeño grupo de personas a la espera de su llegada. Tragó en seco y dio 
unas respiraciones profundas. Intentó forzar los ojos para ver si podría 
avistar a sus compañeros, pero todas las personas eran altas y de buena 
apariencia, de modo que era difícil distinguirlos. Pasando la playa Tyler 
podía ver una hilera de edificios que parecían tiendas. No sabía que 
grande era el grupo, pero la isla parecía ser más autosuficiente de lo que 
el casamentero le había dicho. 
—¡Oh, Dios! – Murmuró para sí mismo con un pensamiento horrible 
golpeándole.— ¿Y si son como los Amish? ¿Y si no tienen Wi—Fi? 
Hacía ciertamente más frío allí que en Oregón. Era como si hubiese 
nevado recientemente en la isla y había pedazos de hielo derritiéndose 
rápidamente en la playa. El sol estaba alto y el cielo estaba limpio de 
nubes, pero aún hacía bastante frío para mediados de marzo. Tyler solo 
había traído las pocas cosas que había guardado para llevar a Portland, 
cuando él y sus padres fueron a la agencia de Apareamiento. No sabía 
aquella mañana, cuando se dirigían a la reunión que nunca volvería a 
casa. Desesperadamente, esperaba que una de esas tiendas frente a la 
 
 
25 
 
playa vendiese ropas y que a sus compañeros destinados no les importase 
prestarle dinero para comprar una camisa o dos. Estaba vistiendo apenas 
un chaqueta sobre una camisa de algodón fino y sentía elfrío filtrarse a 
través de las capas finas. 
—Usted debe ser alguien importante.— Dijo el capitán, cuando se 
acercó al muelle. Sus ojos fijos en las diez o más personas que estaban 
esperándolos. 
—No es cierto.— Tyler respondió. 
Examinó toda la playa y vio que había otras personas dispersas, así 
como algunas personas en el exterior de las tiendas, mirándolo 
ansiosamente para tener una idea. Tenía certeza de que era así como las 
películas de terror empezaban. Consideró, brevemente, pedir al capitán 
que volviera en un mes para ver si había sido cocinado y comido, pero si 
fuera ese el caso, ya no valdría la pena. Balanceó la cabeza, irritado por su 
imaginación fértil. Tenía la certeza de que todos ellos eran personas 
adorables. 
Cogió su bolsa cuando el capitán salió para amarrar el barco en el 
muelle. Él se giró, listo para enfrentar su destino con orgullo y coraje, 
pero empezó con un grito cuando vio dos hombres grandes a bordo del 
barco. 
Uno de los hombres tenía cabellos rubios atados detrás en una cola de 
caballo floja en la base de su cuello. Tenía ojos azules con leves líneas de 
la risa a su alrededor. Le sonrió tranquilizador y eso inmediatamente 
ayudó a calmar a Tyler. 
El otro hombre era tan alto como el rubio, que ya era muy alto para los 
patrones de Tyler. Tenía cabellos oscuros que estaban un poco ondulados 
y mucho más cortos que los del otro. Sus ojos eran del tipo de verde que 
solo se encuentra en determinadas partes del océano y parecía aún más 
aprensivo de lo que Tyler se sentía. Ambos eran aún más guapos que en 
las fotos. 
 
 
26 
 
—Tyler.— El rubio lo saludó, yendo en su dirección con los brazos 
abiertos para un abrazo.— Soy Finn. Bienvenido a la isla Snövarg. 
Tyler se quedó muy quieto mientras el gran hombre lo envolvía 
suavemente en un abrazo. Se sintió bien al ver lo amigable que estaba 
siendo y como parecía genuinamente feliz de verlo. Se sintió relajar aún 
más con el contacto. Si iba a estar preso en un Apareamiento convenido, 
por lo menos que las personas fueran buenas para él. El otro, sin 
embargo, simplemente presentó la mano temblorosa para Tyler, haciendo 
a Finn voltear los ojos. 
—Eric.— Dijo el hombre de cabellos oscuros presentándose con un 
gesto de la cabeza. 
—Hola.— Tyler cogió la gran mano que se le ofrecía y se sorprendió 
por lo buena y caliente que era. Miró al alfa y lo miró a los ojos. Los dos 
simplemente se miraron por un largo momento antes de que Finn 
colocara la mano en el hombro de Tyler, rompiendo el contacto. 
—Pedimos disculpas por el comité de bienvenida. Queríamos tener al 
grupo entero esperándole, como es tradición.— Explicó Finn.—Sin 
embargo, Eric dijo que solo iba a presentarte a los más viejos y llevarte a 
tu nueva casa y dejarte establecer. 
Tyler sonrió agradecido a los dos. 
—Eso está bien. Porque aquí fuera está más frío que el toque de una 
bruja. 
Eric le irguió las gruesas cejas negras, aparentemente un poco aturdido 
por lo que acababa de decir. Finn, mientras, echo la cabeza hacia atrás y 
rió. 
—Nosotros los lobos no tenemos frío fácilmente.— Finn le dijo cuándo 
los tres siguieron su camino hacia fuera del barco.— ¿No es lo mismo 
para los shifters liebres? 
—Um, nosotros realmente preferimos el término shifters conejo. Por lo 
menos, mi grupo siempre se refería a nosotros de esa forma.— Explicó 
 
 
27 
 
Tyler. Los tres caminaron a lo largo del corredor hacia el muelle.— Y no, 
nosotros notamos el frío casi tanto como un ser humano lo haría. 
Había once personas alineadas a lo largo del camino pedregoso que 
llevaba a la tienda, todos bastante viejos. Cuando llegaron frente a ellos, 
Eric se quitó el oscuro abrigo gris y lo colocó sobre los hombros de Tyler, 
quedándose apenas con una fina camiseta blanca de manga larga, de 
algodón, que se aferraba a sus impresionantes músculos. 
El conejo se asustó con el inesperado gesto amable y le ofreció una 
pequeña sonrisa de agradecimiento. El alfa serio apenas asintió hacia él. 
—Elsa, ¿puedo presentarles a mi otro compañero?— dijo Eric a la 
mujer frente a ellos. Ella estaba al final de sus sesenta años, al parecer, y 
tenía amables ojos azules que le hacían parecer amigable.— Tyler, esta es 
la abuela de Finn y una de las ancianas de nuestro grupo. 
—Bienvenido Tyler.— Ella dijo mientras aseguraba la mano de él entre 
las suyas. Su acento sueco era un poco más notable que los de Eric y Finn, 
pero supuso, que dada su edad, podría no haber hablado inglés hasta hace 
algún tiempo. 
Cuando leyó sus archivos, se quedó aliviado al saber que sus 
compañeros destinados hablaban inglés con fluidez. Aunque Tyler 
supiera que no era posible esperar que lo hablasen siempre, solo para su 
comodidad, esperaba que uno de ellos estuviese dispuesto a darle clases. 
Tyler sonrió de vuelta a la anciana y le agradeció. Era extraño pensar que 
apenas en dos semanas ella sería familia suya. 
Mientras se movían a lo largo de la línea, Tyler fue presentado a otros 
miembros de la familia más lejanos, la mayoría de ellos formaba el grupo 
de ancianos. 
Una vez estrechó la mano del último de ellos, se dio la vuelta para 
mirar al exterior de las tiendas y a lo largo de la playa. Estaban todos 
mirándole con grandes sonrisas en sus rostros. 
Bien, todos excepto algunos. Había una pareja de mujeres, que estaban 
fuera de lo que parecía ser una tienda de té. Estaban mirando 
 
 
28 
 
atentamente. Hizo una nota mental para acordarse de preguntar a Finn o 
a Eric quienes eran y cuál era su problema más tarde. 
Mientras caminaban la corta distancia desde la playa hasta la casa 
donde Tyler iba a quedarse, Finn colocó un brazo sobre sus hombros. 
—Espero que estés con hambre. Todo el mundo cocinó como locos para 
preparar las cosas para hoy por la noche. 
—¿Hoy por la noche?— Preguntó Tyler, ya sintiendo sospechas. 
—Sí, los más ancianos han insistido en una reunión oficial contigo y el 
resto de la manada. Todo el mundo va a estar allí.— Eric le dijo.— Es muy 
informal, de todos modos. Más como una fiesta de verdad. 
Tyler miró enfrente mientras caminaba, observando a su alrededor. 
Una vez pasada la playa y las tiendas, la isla parecía prácticamente virgen. 
Hicieron el camino a través de un área de bosque que tenía un marcado 
sendero de virutas de madera para atravesarla, con lámparas apagadas 
que señalizaban el camino. Los altos y finos álamos alrededor de ellos 
parecían muy viejos y la hierba, incluso cubierta de nieve derretida, aún 
era exuberante y tupida. 
—¡Es lindo!— Dijo Tyler en voz alta.— Como entrar en un cuento de 
hadas. 
Por primera vez desde que lo conoció, Tyler vio de reojo a Eric sonreír. 
Él estaba satisfecho de que a su nuevo compañero le gustara su nuevo 
hogar. 
—Nos gusta.— Dijo Finn. Su brazo todavía estaba envuelto casualmente 
sobre el hombro de Tyler. Era un peso caliente y reconfortante. 
—Entonces, además de las tiendas allí atrás, ¿hay alguna otra cosa por 
aquí? —Preguntó Tyler. 
Podía oír los sonidos de los niños en el bosque que corrían entre los 
árboles, pero eran tan rápidos que no podía verlos, no en su forma 
humana de cualquier forma. El cielo encima de ellos era claro y lleno de 
sonidos de pájaros cantando. No estaba seguro de adonde lo estaban 
 
 
29 
 
llevando. No quería preguntar si se iba a quedar con ellos o si le darían su 
propio espacio. La verdad es que no tenía certeza de cual opción prefería. 
—¿Ves ahí abajo?— Preguntó Finn, apuntando a donde el sendero se 
dividía en tres partes diferentes.— Uno lleva al centro de la ciudad. 
Tenemos una ferretería, una biblioteca, una oficina de correos y la 
delegación de policía, un centro médico que la verdad es que solo es una 
casa y algunos otros lugares. Vamos a tener que darte el paseo completo. 
Tyler le sonrió. Le gustaba la forma en que Finn le miraba, dándole 
toda su atención, lo hacía sentirse caliente por dentro. 
—Megustaría eso. 
Precisaba centrarse en la realidad. Solo porque estaban siendo buenos 
con él y dándole mucha atención, eso no significaba nada. Si Tyler podía 
acabar con dos buenos amigos en esta situación, se contentaría con eso. 
Era más de lo que tenía antes, de cualquier manera. Sus amigos más 
próximos eran personas que jugaban a videojuegos con él y que solo 
conocía por sus marcas gamers, todos excepto uno de ellos. Un amigo en 
particular, un tipo llamado Jordan, era su general en su juego de guerra 
de fantasía favorito ambientado en el espacio. Él se preguntó si los 
colegas de su pelotón habrían notado su ausencia. Dios, esperaba que 
tuvieran W—Fi gratuito. Parecía una cosa tan pequeña, en retrospectiva, 
pero esos chicos eran el único contacto con el exterior de su colonia que 
tenía. Realmente los echaba en falta. Ni siquiera tenía ya los juegos o la 
consola con la que jugaba. Estaba determinado a no sentirse triste por un 
juego de video. Se negó a ser un perdedor tan grande. 
Después de caminar casi un kilómetro llegaron a una casa grande. Era 
como si hubiera sido construida antes de que el bosque hubiera crecido a 
su alrededor. Detrás de la casa Tyler podía ver que habían llegado al final 
de la isla y que a 15 metros, aproximadamente de la casa, había un 
acantilado con una simple caída al océano. 
La casa parecía más vieja, como si fuese la primera cosa construida en 
la isla. Tyler se preguntó cuánto tiempo los lobos habían vivido allí, o si 
 
 
30 
 
tal vez siempre estuvieron allí. El edificio parecía muy viejo, un par de 
cientos de años, por lo menos. Tyler hizo una nota mental para aprender 
más sobre el grupo y su nuevo hogar. Como compañero del alfa era su 
trabajo saber esas cosas, aunque fuera sólo de nombre. 
La estructura principal de la casa era un antiguo edificio forrado de 
piedra que parecía muy sencillo, como las casas que habían pasado, pero 
estaba claro que con los años se le había añadido extensiones. Había otra 
casa completamente diferente, que había sido construida en la parte de 
atrás, dándole el doble de tamaño y una gran cabaña de madera al lado de 
ambas. Debería haber parecido raro, pero se veían bien en conjunto. 
Parecía cálido y acogedor. 
—¿Así que este es el lugar dónde vivís? — Preguntó Tyler. 
Sabía que era una pregunta idiota. No había ninguna manera de que 
esta casa enorme fuera solo para él, pero por primera vez en su vida no 
sabía que decir. Estaba muy consciente de lo grandes que estos hombres 
eran y su mente estaba llena de pensamientos sobre su noche de 
Apareamiento. Tal vez estar embarazado cada pocos años, no fuera tan 
malo después de todo, pensaba consigo cuando Eric entró delante de él, 
dándole a Tyler un buen vistazo de su culo. 
— Esta es la casa. — Eric respondió cuando abrió la puerta y la sostuvo 
abierta para Tyler. 
La puerta se abría a una habitación de buen tamaño, con piso de 
madera de pino pulido y suaves paredes claras. Todo era 
sorprendentemente moderno. Estaba claro que había sido redecorado 
recientemente. 
Para ser una casa tan grande el lugar era muy tranquilo. A Tyler no le 
importaría quedarse allí con los dos, si ese era el plan. La verdad es que lo 
prefería a vivir solo. De esta manera, se sentiría más como una parte de la 
familia y menos como alguien con el que sólo interactuaban con el fin de 
procrear. 
 
 
31 
 
Tenía la esperanza de que le permitiesen actuar como un verdadero 
compañero del alfa y ayudar al funcionamiento del grupo. Tyler quería 
sentirse útil allí y se encontraba ansioso por descubrir qué trabajos podía 
hacer. Sus padres no le permitieron ir a la Universidad. De hecho, su 
hermano mayor fue el único en la familia al que le habían permitido la 
educación superior. La colonia gustaba de mantener a sus miembros 
cerca y solo a los que consideraban suficientemente responsables como 
para mantener su cabeza fuera del mundo exterior se les permitía salir. 
Tyler sintió una ola de excitación burbujear dentro de él mientras se 
preguntaba si sus nuevos compañeros le permitirían ir a clase on—line 
para poder ayudar mejor al grupo. Era realmente muy bueno con los 
ordenadores, pero siempre fue autodidacta. Sus padres habían sido tan 
incompetentes cuando se trata de tecnología, que todas esas horas que 
pasó jugando videojuegos asumieron que estaba hablando consigo 
mismo. 
Se asomó desde el pasillo al gran arco que conducía a la sala. Podía ver 
una gran estantería que ocupaba una pared entera y una enorme 
televisión en la pared encima de la chimenea. Si pudiese tener de alguna 
forma otra consola, su juego favorito quedaría impresionante conectado a 
este "chico malo". 
Había una gran variedad de sofás de color crema que no combinaban 
muy bien, pero quedaban bien juntos, sin embargo. Se preguntó si tenían 
señal de recepción, o simplemente utilizaban la televisión para ver DVDs. 
— Entonces, ¿solo sois vosotros dos viviendo aquí? — Preguntó 
mientras miraba alrededor. 
Finn le sonrió y pasó entre ellos, para poner la bolsa de Tyler, al pie de 
la escalera. 
—Difícilmente. Está mi abuela Elsa, que acabas de conocer, la hermana 
de Eric Lisa, de dieciocho años y sus dos sobrinas. 
— Wow, casa completa, entonces. — Tyler dijo y siguió a los dos a la 
parte de madera de la casa, que se había transformada en una larga 
 
 
32 
 
cocina, con una zona de estar cómoda en el otro extremo. Se sorprendió 
por la modernidad de todos los accesorios. Todos los armarios y 
electrodomésticos eran magníficos. Cuando supo que estaría viviendo en 
una isla, una parte de él había imaginado que sería un poco como una 
choza en la playa. Se atormentó con terribles visiones de lavar la ropa en 
un balde de agua fría en el patio. No sabía qué, exactamente, estaba 
esperando. Su propia colonia había estado aislada y aun así había 
televisión por vía satélite y una conexión de internet decente. 
— ¿Café? — Finn le preguntó, antes de ir hasta el mostrador y conectar 
su extravagante máquina de café expreso. 
—Por favor. — Tyler respondió con gratitud. 
Trató de conseguir una bebida en el aeropuerto, pero tenía gusto de 
mierda. Sabía que probablemente debería dejar de beber café. Ya era una 
persona muy activa, pero el café era su único vicio. Un Tyler privado de 
cafeína daba más miedo que cuando estaba saltando en su asiento. 
Realmente no estaba preparado para que sus compañeros conocieran es 
lado suyo todavía. Ese lado tiende a parecerse mucho a una criatura 
saltando duro después de una gran dosis de azúcar. 
— Entonces... Esta fiesta de hoy por la noche, ¿debo estar preocupado? 
— Preguntó cuándo se acomodó en la gran mesa de roble, rodeada de 
sillas de cuero, de respaldo alto, color chocolate. Los colores neutros 
parecían ser el tema de la gran casa. Estaba agradable y cálido en el 
interior de la casa y hacía que Tyler empezara a sentirse un poco 
somnoliento, después de su larga jornada. Tomó el abrigo de Eric, 
girando la cabeza para olerlo discretamente cuando lo dejó. Tuvo un 
escalofrío con el agradable olor, una buena señal para compañeros. 
— No, es algo muy informal. Todos están ansiosos de conocerte. — Eric 
dijo. 
— ¿Por qué? — Preguntó Tyler, sintiéndose realmente confundido. — 
Quiero decir, puedo entender que sea el alfa y todo eso, y voy a cocer sus 
panes en mi horno, pero ¿por qué una gran fiesta? 
 
 
33 
 
Eric frunció el ceño y los cruzó los grandes brazos sobre el pecho. 
— Vas a ser una gran parte de esta comunidad. Está claro que quieren 
conocerte. 
Tyler estaba feliz de oír eso. Él estaba cerca de su tío, el jefe, lo 
suficiente para saber lo que costaba mantener un grupo funcionando sin 
problemas. Cada miembro tenía su propio lugar y un trabajo, que alguna 
manera, contribuían al grupo. Como un conejo gay que podía tener hijos, 
Tyler fue generalmente dejado con las mujeres y esperaban que 
contribuyese algrupo con cruzamientos e hijos, permaneciendo en casa 
para criarlos en lugar de trabajar. Hubo una o dos mujeres a lo largo de 
los años que querían más de la vida y habían dejado la colonia, pero en su 
mayor parte, estaban todos contentos tal y como estaban las cosas. 
No hacía mucho tiempo que convenir acoplamientos era común en la 
cultura shifter. El mundo es un lugar más pequeño ahora, sin embargo, 
gracias a Internet y los teléfonos. Era más difícil permanecer aislado con 
las ciudades en constante expansión, acortando la distancia entre las 
comunidades. Era casi imposible funcionar en el mundo moderno y 
todavía mantener a los shifters aislados. 
El propio Tyler tenía varios amigos humanos en línea con quien 
jugaba, aunque no pudiese hablar a su familia sobre ellos. Un pequeño 
grupo de manifestantes en los años setenta se convirtió rápidamente en 
un grupo grande, y en el transcurso de algunos años las formas en que 
muchas cosas se hacían en el mundo shifter habían cambiado, aunque la 
decisión del consejo de gobierno de no dejar que los seres humanos 
supieran de su existencia era absoluta. Aunque las cosas estaban mejor, 
según Tyler, las generaciones más viejas todavía tenían dificultades para 
adaptarse a los cambios. Esperaba que fuera diferente aquí de lo que había 
sido en su casa, pero aunque no lo fuera, aún tenía que ser mejor ser el 
compañero del alfa que el compañero de cualquier shfiter conejo, al que 
el jefe podría sobornar para sacarlo de casa de sus padres. La propia 
 
 
34 
 
abuela de Finn era una anciana en su grupo. Eso le dio esperanza. No se 
permitían mujeres en el Consejo del jefe de donde venía. 
¡Oh!, pensó para sí. ¿Tal vez nosotros éramos los Amish? 
—¿Puedo preguntarte algo? — Finn dijo cuándo trajo su café. 
Tyler envolvió sus manos alrededor de la taza humeante y se inclinó 
sobre ella, respirando la humareda celestial. 
— Por supuesto, puedes preguntarme lo que quieras. — Tyler aseguró 
al otro hombre sentado ante él en la mesa. Eric permaneció donde estaba, 
su expresión facial no cambió. 
— Pero primero, ¿crees que podrías empezar pidiendo al gruñón que 
deje de fruncir el ceño por un instante? 
Mientras que Finn resopló, Eric sólo miró confundido. El lobo de 
cabellos oscuros miró a Tyler e inclinó la cabeza. 
— ¿Se refiere a mí? 
Finn se rió en voz alta. 
— No te preocupes por él. Solo es preciso un tiempo para conocerlo. 
Eric descruzó los brazos y caminó hasta la mesa, su gran cuerpo flotó 
sobre Tyler, antes de sentarse a su lado. 
— Lo siento mucho. – Dijo Eric, tomando a Tyler por sorpresa. — Yo no 
estaba... frunciendo el ceño, como dices. Estaba pensando. Si la idea de 
esta fiesta te pone muy incómodo, podemos reprogramarla para después 
de que te instales. Podemos decir a todos que el largo viaje te dejó 
exhausto. 
Tyler miró al hombre de ojos verdes y sintió su corazón dar un salto en 
el pecho. La idea de que Eric parecía tan sombrío porque estaba pensando 
en sus necesidades, hizo a Tyler sentir algo que no recordaba haber 
sentido antes. Se sentía bien cuidado, importante. Preocupado de que 
pudiese avergonzarse ahogándose con algo simple, Tyler rápidamente 
tosió y desvió la mirada de los intensos ojos verdes. 
—Estaré bien. ¿Quiero decir, a quien no le gusta una fiesta, de verdad? 
— Dijo despreocupadamente. 
 
 
35 
 
— A Eric. — Finn respondió encogiéndose de hombros, haciendo a Eric 
voltear sus ojos. 
— Disculpa, ¿cuál era tu pregunta? — Dijo Tyler, finalmente, volviendo 
a lo que Finn había empezado a pedir. 
— ¿Cuál es la prisa? — Finn preguntó, apoyando los codos en la mesa e 
inclinándose hacia delante. Él era muy guapo, a pesar de su gran tamaño 
y por delante su pelo rubio se había escapado de su cola de caballo y le 
caía en los ojos, haciéndole parecer un cachorrito. Tyler esperaba que no 
fuera una comparación ofensiva para los lobos. — A menudo toma años 
para que una pareja correcta se forme, e incluso así, generalmente hay 
que darle varias opciones. Nuestro casamentero dijo solo apareciste en la 
base de datos hace unos días y con tu rara capacidad para quedar 
embarazado, tendrías que tener una amplia gama para escoger. 
—Por lo tanto, ¿por qué os escogí? — Tyler adivinó. — Bien, estaba 
inscrito en la Agencia de Apareamiento hace unas semanas, pero sólo 
para otros shifters conejos. Realmente no sabía que podía cruzarme con 
otros. Mis padres son un poco tradicionalistas. Creo que piensan que los 
conejos deben mantenerse con los de su propia especie. 
—¿Y no es así? — Preguntó Eric, frunciendo el ceño nuevamente 
mientras escuchaba su historia. Tyler estaba empezando a pensar que el 
rostro pensativo de Eric era su forma natural. Era muy sexy, la verdad. 
Parecía que podía agarrar y matar a un hombre en cualquier momento. 
Tyler pensó que era probablemente extraño que algo así lo convirtiese en 
sexy. 
—Mis padres han intentado librarse de mí durante mucho tiempo.— 
Confeso Tyler, no siendo capaz de mirarlos a los ojos. Era algo difícil de 
admitir, que incluso su propia familia no lo extrañaría.— Creo que 
estaban al final de sus fuerzas. 
—Tyler…—Interrumpió Eric.— Si tus padres están obligándote a hacer 
esto, entonces no lo hagas. Existen leyes rigurosas ahora contra 
acoplamientos forzados. 
 
 
36 
 
Tyler sonrió tímidamente y movió la cabeza. 
—No. Nadie me está obligando. Se querían librar de mí y yo quería 
irme. Entonces le dije al casamentero que abriera la búsqueda para 
cualquier lugar y cualquier tipo de shifter, y él me dio una lista 
posteriormente ese mismo día. Había algunos a los que consideré, pero 
creo que me gustó la idea de estar ayudándoos. Vuestra historia sobre 
estar juntos durante tiempo y no ser capaces de emparejaros hasta que 
encontrasteis esa brecha, medio que me tocó. Creo que soy un romántico 
sentimental. 
Por primera vez desde que lo conoció, Eric le sonrió. 
—Espero que puedas ser feliz aquí, Tyler. 
Finn asintió y extendió la mano a Tyler. 
—Creo que si todos entramos en esto sintiéndonos confortables y 
sabiendo que podemos discutir cualquier cosa, entonces vamos a estar 
bien.— La mano de Finn era caliente y suave, con excepción de algunos 
callos en el pulgar. Sería muy fácil dejarse caer para ellos. Estaban juntos 
desde que eran críos y habían encontrado una manera, contra todas las 
posibilidades, para estar juntos. Tyler precisaba recordar su lugar. Era 
bueno que fueran buenos con él, que estaba preso con ellos después de 
todo, pero no le haría ningún bien olvidar su papel en este Apareamiento. 
Tyler estaba allí para tener a sus hijos y ayudarles a administrar el grupo, 
nada más. 
—¿Estás bien?— Preguntó Finn, de repente, su sonrisa borrándose de su 
rostro por primera vez. Dio a la mano de Tyler un suave apretón y Tyler 
forzó una sonrisa en su cara. 
— Sí, un poco cansado, creo. ¿Crees que tal vez podría tomar una siesta 
antes de la fiesta? ¿Tengo tiempo? — Le preguntó levantándose de la 
mesa, dejando el café prácticamente sin tocar. 
—¡Por supuesto! — Aseguró Eric. — Voy a enseñarte nuestra 
habitación. 
Tyler prácticamente saltó con aquello. 
 
 
37 
 
—¿Nuestra habitación? ¿Te refieres a que voy a dormir con vosotros? 
Eric frunció el ceño de nuevo y miró a Finn pidiendo ayuda. 
— Bien, creo que no pensamos en cómo podría hacer que te sintieras 
presionado. Puedes dormir en una de las habitaciones vacías hasta nuestro 
Apareamiento, si eso es lo que prefieres. 
— Oh, uh, no. Está bien. — Tyler les aseguró rápidamente. —Lo que 
creáis que es mejor. 
Eric asintió, pero todavía no parecía convencido por la reacción de 
Tyler. Eric cogió la bolsa de Tyler del pie de la escalera, antes de llevarlo 
a su habitación. Había varias habitaciones con puertas cerradas en la 
planta superior. Una de las puertas estaba abierta, sin embargo y podía 
ver que era el cuarto de una niña. Había dos camas yuna gran cantidad 
de color rosa. Se preguntó por qué las dos chicas tenían que compartir 
una habitación. Y donde su descendencia iba a dormir, pero era una 
preocupación muy anticipada. No estaba listo para ser padre todavía. Si 
fuera honesto consigo mismo, la idea de estar embarazado le asustaba 
bastante. 
Eric lo llevó hasta el final del pasillo y abrió la puerta de su habitación. 
Era muy grande, con techos altos, como el resto de la casa. 
— ¿Tus antepasados construyeron esta casa? — Tyler preguntó cuándo 
entró y miró alrededor. 
La habitación tenía un baño, algo que Tyler estaba muy contento de 
ver. Compartir un baño con todas esas mujeres no era su idea de 
diversión. Creció en una casa de cuatro dormitorios con siete hermanos. 
No estaba seguro de haber tenido un solo baño caliente mientras crecía. 
Cuando todos finalmente se acoplaron y salieron de casa, Tyler comenzó 
a tomar largos y merecidos baños. La habitación tenía el papel de la pared 
azul claro en la parte superior de las de paredes, con paneles de madera 
blanco en la parte inferior. Parecía una casa de playa, con los armarios de 
madera blancos y grandes ventanas que se abrían a un balcón con vistas 
al océano. 
 
 
38 
 
Había un par de sillas en la parte inferior de la cama que estaban 
delante de una chimenea, con una estantería bien surtida en cada lado. 
— Mi tatara—tatara—abuelo construyó la mayor parte de ella, pero 
creció al igual que nuestra familia y el grupo. Ayudé a mi padre a 
construir la extensión de la cocina. La vieja cocina es ahora el comedor. 
— Eric, explicó. Aún era de día, pero estaba oscuro por la sombra abrupta 
de nubes grises. 
— Es una casa grande. — Tyler, dijo con una sonrisa extraña. — 
Diversas personalidades. ¿Cuántas habitaciones tiene? 
— Seis. —Dijo Eric poniendo la bolsa de Tyler a los pies de la cama.— 
Si realmente no te encuentras listo para dormir aquí con nosotros, puedes 
tener una de las otras habitaciones. 
—No. — Tyler dijo rápidamente. Aceptaba dormir entre dos calientes y 
sensuales lobos shifters en cualquier día, mejor que dormir solo en un 
lugar extraño. No creyó que sería así, que compartiría la cama con ellos 
durante todo el año, pero no podía negar que le hicieron sentir como una 
parte de sus vidas. — Sólo quería asegurarme que habían habitaciones 
suficientes para más tarde, ya sabes, cuando tengamos niños. — Dijo un 
poco sin sentido. 
Eric sonrió levemente con eso. 
— Oh, entiendo. Hay dos habitaciones que están vacías ahora, pero mi 
hermana no vivirá con nosotros para siempre. 
Tyler hizo un gesto cuando abrió su bolsa y comenzó a retirar su ropa. 
— Entonces ¿por qué tus sobrinas comparten uno? Y estoy suponiendo, 
que no son hijas de tu hermana, ya que ella es tan joven. 
—No — Respondió Eric sentándose en la cama junto a la bolsa deTyler. 
— Mi hermano, Anders, iba a ser el próximo alfa, pero murió cuando mi 
padre tuvo un accidente de barco. La mayor, Katja, tiene nueve años 
ahora. Estaba con mi padre y mi hermano en el barco cuando se 
ahogaron. Kat tenía solamente cinco años de edad en esa época y por lo 
que nos dijo y lo que encontramos de los restos, se dieron cuenta de un 
 
 
39 
 
fallo en el motor del barco. Olieron a quemado y se dieron cuenta de que 
iba a explotar, entonces hincharon el bote salvavidas porque sabían que 
Katja no podría nadar hasta tierra. La pusieron sobre él, pero antes de que 
pudieran entrar el barco explotó. La fuerza de la explosión empujó el bote 
salvavidas. Katja tiene una pequeña quemadura en su brazo. Inga era 
apenas un bebé en ese momento. Ella tiene cinco años y se niega a dejar 
dormir sola a Katja. Sabe qué hacer cuando Kat tiene una pesadilla, cómo 
prevenir que entre en pánico. A veces pienso que estoy haciéndolo todo 
mal, dejando a una niña de cinco años de edad llevar esa carga, pero ella 
dijo que entraría e iría a dormir con el Kat si las separaban. 
Sin pensar y actuando solamente por instinto, Tyler avanzó, llegando 
entre las piernas de Eric y se inclinó para abrazarlo. Eric pareció 
sorprendido por el contacto, pero rápidamente reaccionó y abrazó a Tyler 
de vuelta. 
—Siento lo que te pasó. — Susurró, sin saber qué decir. Cuando 
lentamente se apartó, los dos hombres se miraron por un momento, 
ambos al parecer un poco sorprendidos con lo que había sucedido. — Eh, 
lo siento. Soy un abrazador. 
Eric le sonrió con afecto y lentamente se levantó de la cama. 
—No te disculpes. Ya vaciamos una cómoda allí para ti, pero no parece 
que trajeras mucho contigo. 
Tyler sabía que su futuro compañero estaba cambiando el tema, 
sintiéndose claramente incómodo por parecer vulnerable frente a un 
desconocido virtual. 
—Sí, no quería volver a la colonia de nuevo, así que solo tengo lo que 
llevaba conmigo.—dijo Tyler. 
—¿Estabas tan mal allí? ¿Te maltrataban? — Preguntó Eric mientras 
cruzó los grandes brazos en el pecho de nuevo. 
— No. — Tyler aseguró. — Nada de eso. Creo que siempre me sentí 
diferente, como que no perteneciera. Es irónico que me sienta más como 
si perteneciese en una manada de lobos que en el lugar en que crecí. — 
 
 
40 
 
Sonrió con ironía y se encogió de hombros como si no fuera gran cosa. 
Volviendo la espalda a Eric, empezó a poner sus pocos artículos de ropa 
en el aparador. 
—¿Necesitas algo para esta noche? Puedo conseguir lo que necesites. — 
Eric aseguró. 
— No, creo que estoy bien. Solo necesito dormir. Gracias. — Se puso de 
lado a Eric, con la esperanza de que el otro hombre se fuera ahora. No le 
gustó la idea de que el alfa viera en su cara como estaba herido por el 
rechazo de su propio padre. Era patética la facilidad con que sus 
emociones se mostraban en su rostro. Si intentase jugar al póker sería un 
hombre muy pobre. 
— Ok. — Eric dijo finalmente después de un minuto de silencio. — 
Entonces voy a dejarte descansar. Vamos a despertarte en un par de horas, 
¿está bien? 
— Sí, estupendo. — Tyler dijo despreocupadamente mientras cogía sus 
pantalones de pijama. — Gracias. 
Una vez que Eric salió, Tyler cayó en la cama, dejando escapar un 
pesado suspiro. No sabía si estaba haciendo lo correcto aquí, pero sus 
opciones eran limitadas. Eric y Finn parecían buenos y ya se sentía más 
querido aquí de lo que había sido en su colonia. Aunque fuera un cambio 
tan grande de todo lo que él había conocido. Sólo el tiempo diría si había 
hecho la elección correcta. 
 
 
 
 
41 
 
 
 
 
Tyler no estaba seguro de cuánto tiempo había dormido, pero cuando 
despertó ya estaba oscuro afuera. Eric no había venido a despertarlo aún, 
así que creyó que tenía tiempo antes de que empezara la fiesta. Podía oír 
los ruidos del piso de abajo, el sonido de al menos quince personas que se 
movían alrededor. Fue sólo entonces que consideró la posibilidad de que 
la fiesta realmente se estaba celebrando allí. Tenía sentido, supuso, puesto 
que era la casa del alfa. El pensamiento lo ayudó a relajarse un poco. 
Aunque no llevaba en la casa mucho tiempo, al menos sabía dónde estaba 
la habitación si precisaba escapar. Parpadeó cuando dejó que sus ojos se 
ajusten a la oscuridad y finalmente se dio cuenta de que había despertado. 
Sus sentidos le dijeron que no estaba solo. 
Volviéndose de lado, casi saltó de su piel cuando vio el rosto de una 
muchacha que lo miraba desde el lado de la cama. 
— Argh! — Gritó, sentándose rápidamente y llegando a lámpara sobre 
a la mesita de noche. La chica de pelo oscuro sonrió, mostrando el hueco 
de los dos dientes delanteros, cuando encendió la luz. 
— Hola. — Dijo, sonriéndole, feliz. — Tú roncas. 
— No, no ronco. — Argumentó defendiéndose antes de recordar que 
estaba hablándole a una niña.—¿Ronco? 
— Un poco. — Ella le dijo asintiendo. Tenía largos cabellos negros y 
ondulados, empujados hacia atrás de su cabeza por un lazo verde 
esmeralda brillante, que combinaba con sus ojos. Ella colocólas manos en 
las caderas y se inclinó para mirarlo mejor. — Haces así…. 
 
 
42 
 
Tyler no podía evitar la sonrisa que se extendió por sus labios cuando la 
chica empezó a hacer pequeños sonidos de ronquidos, tratando de imitar 
el ronquido y moviendo su nariz como un conejo. 
—Bien, si ronco por lo menos el sonido parece hermoso al hacerlo. —
Le dijo a ella encogiéndose de hombros. Había dormido sobre la colcha, 
todavía con la ropa con la que había viajado. Necesitaba 
desesperadamente un baño caliente y un afeitado. También necesitaba 
comer. Estaba muy hambriento, que era probablemente una buena cosa, 
ya que Finn y Eric le dijeron que muchas personas llevaban cocinando 
varios los días sólo para la fiesta. 
— Soy Tyler. — Dijo, extendiendo la mano para que la chica la 
estrechara. Ella sonrió otra vez y estrechó su mano mucho menor en la 
suya. 
— Lo sé. Eric me dijo que estabas dormido y yo no debería despertarte. 
— Le dijo. — Esa es la razón por la cual estaba muy quieta, mirándote. 
Tyler resopló. Esta chica era adorable. 
— Debes de ser Inga, ¿verdad? 
Ella asintió con la cabeza y giró rápidamente en un círculo, enseñando 
su brillante vestido de fiesta. 
— Estamos teniendo una fiesta, porque vas a emparejarte con mi tío y 
con Finn. 
— Así es. — Dijo. Se levantó de la cama y se desperezó. Se volvió 
rápidamente y miró la ropa de la niña de nuevo cuando algo quedó claro 
para él. Parecía como si alguien había hecho un esfuerzo en vestirla. — 
No tengo nada elegante para llevar a la fiesta. 
Inga frunció el ceño y cruzó sus brazos sobre su pecho, como había 
visto hacer a Eric a menudo. 
—Necesitas un hada madrina. 
Tyler se rió y le dio unas palmaditas en la cabeza. 
— Bien, ¿sabes que te digo? Mientras tomo un baño, tal vez puedas 
encontrarme algo. 
 
 
43 
 
Inga le sonrió y asintió una vez. 
—Ok. 
Tyler la observó huir con una sonrisa cariñosa en su cara antes de ir a 
tomar su ducha. 
Se tomó su tiempo en el baño, disfrutando bajo el chorro caliente y 
poderoso. Todavía tenía que preguntar sobre el Wi—Fi, pero al menos 
tenían agua caliente y buena presión de agua. A medida que el vapor se 
elevaba alrededor de él, haciendo su piel ponerse sonrosada y sensible, 
Tyler pasaba las manos lentamente sobre su cuerpo, sus pensamientos 
firmemente sobre los dos hombres con quienes estaría compartiendo una 
cama más tarde, aquella noche. Ambos estaban bien construidos y eran 
apuestos. Se preguntó si les gustaría esperar hasta después de su 
acoplamiento para tener relaciones sexuales con él. Realmente no lo 
esperaba. Había pasado un tiempo desde que tuvo sexo. De hecho, la 
única persona con la que había dormido era un idiota que iba a la escuela 
y que actuaba como si Tyler debiera estar agradecido por que pusiera su 
pene en él. También había sido amenazado después de cada encuentro 
ilícito, de que si se lo dijera a alguien, le dejaría con moretones en su cara. 
Tyler sabía que era triste haber vuelto a por más, pero era su única opción 
fuera de su propia mano y era un adolescente típicamente excitado. Las 
cosas iban a mejorar aquí, al menos en el departamento sexual. Eric y 
Finn estaban claramente fuera y orgullosos, así que no habría amenazas 
de violencia física o encuentros en secreto. 
Las ganas de masturbarse, agradable y lentamente, bajo el chorro 
deliciosamente caliente era muy tentadora, pero no quería entrar en una 
habitación llena de lobos shifters sabiendo que probablemente podían 
oler su semen en él. Los shifters lobos tenían narices increíblemente 
sensibles, por lo menos era lo que había aprendido en las veinticuatro 
horas antes de llegar a la isla. Aunque su propio sentido del olfato era 
intenso, estaba lejos de ser tan bueno como los suyos. Su visión, por el 
contrario, era muy aguda. 
 
 
44 
 
Una vez limpio, se dio unos minutos más para disfrutar del masaje que 
estaba recibiendo en la ducha antes de salir de envolver una gran toalla 
suave alrededor de su cintura. Con los poros ahora agradables y abiertos 
por el vapor, Tyler comenzó a afeitar su rostro e hidratarlo, como de 
costumbre. Nunca había intentado dejar crecer una barba, pero dudaba 
mucho que pudiera. Había definitivamente algo sexy en un hombre con 
barba, pero en realidad Tyler sospechaba que picarían y pincharían como 
el infierno al besar, así que estaba contento de que Eric y Finn fueran 
afeitados. 
Cuando Tyler finalmente salió del baño, vistiendo apenas la toalla 
alrededor de su estrecha cintura, encontró a Finn sentado al fondo de la 
cama. El hombre estaba claramente listo para la fiesta, mientras Tyler 
tomaba su baño atrasado, porque estaba vestido con un bello traje gris 
oscuro con una camisa azul clara debajo. No usaba corbata y los dos 
primeros botones estaban desabrochados. Parecía increíble. Tyler tragó en 
seco mientras miraban la apariencia del hombre. Su cabello rubio claro 
estaba bien recogido hacia atrás en una cola de caballo baja, que estaba 
atado con un pedazo de cuero negro. 
—Puedes llamarme tu hada madrina.— Dijo Finn con una sonrisa 
mientras recogía una ropa que estaba sobre la cama en una percha. 
Tyler sonrió de vuelta y levantó las cejas por la broma de Finn. 
—¿En serio? 
Finn levantó los hombros fácilmente. 
—Me han llamado cosas peores. 
Tyler cogió la ropa y la inspeccionó. Era un pantalón de color carbón 
que parecía un poco ajustado y una camisa lavanda con rayas plateadas. 
También había una corbata carbón, vagamente metida a través del cuello 
de la camisa. Era bonito, sin ser excesivamente vistoso. 
—Espero que sirva. Corrí a la tienda de ropas de Lisa con ella y lo 
cogí.— Le dijo Finn. Tyler recordó que Lisa era la hermana pequeña de 
Eric. Se quedó impresionado que alguien tan joven poseyera su propia 
 
 
45 
 
tienda. Hizo otra nota mental para agradecérselo cuando la conociese en 
el piso de abajo y otra para aprender más sobre los negocios de la manada 
lo más rápido posible. 
Cuando se giró para dar las gracias a Finn, el lobo estaba mirando 
descaradamente su cuerpo desnudo. Tanto Eric como Finn eran hombres 
grandes y bellos, que hacían que Tyler se sintiera extremadamente 
inadecuado. Ahora, vista la forma en la que los ojos de Finn estaban 
súbitamente llenos de excitación, adivinó que no importaba lo delgado y 
pálido que él era. 
—Hum, yo debería cambiarme.— Dijo Tyler, de repente sintiéndose un 
poco avergonzado. 
Finn miró por encima del pecho de Tyler y le sonrió. 
—No seas tímido, conejo.— Dijo levantándose de la cama y caminando 
en dirección a él. Finn se inclinó lentamente, como si no quisiera asustar a 
Tyler y lo besó suavemente en la cara. 
Tyler se quedó boquiabierto cuando Finn se apartó. El hombre mayor 
acarició con la mano el rostro de Tyler. 
—Hay tantas bromas que yo podría hace ahora sobre como el lobo 
malo quiere comerte, pero soy todo moderación hoy. 
Tyler no podía dejar de sonreír. 
—Te encuentro allí abajo. 
Podía oír que su voz estaba llena de deseo y tragó en seco. Sin decir ni 
una palabra, Finn se dio la vuelta y salió. En el momento en que estaba 
solo de nuevo, Tyler se apoyó en la cómoda y soltó un largo suspiro. Iba a 
ser una noche muy larga. 
 
 
 
En el momento en que Tyler descendió, después de pelear con sus 
cabellos durante veinte minutos antes de desistir y dejarlos ganar, la fiesta 
estaba en pleno apogeo. Parecía que la manada entera ya estaba allí 
 
 
46 
 
esperándole. Se detuvo en la escalera y tomó varias respiraciones 
profundas. 
—Todo bien.— Se dijo a sí mismo mientras se ajustaba la corbata.— 
Hora de empezar. 
Pasó entre algunas personas que le sonrieron y dijeron “Hola”, mientras 
caminaba hacia la cocina para encontrar a sus futuros compañeros. Había 
personas en cada uno de los cuartos de la casa, bebiendo, comiendo y 
hablando mientras una música sonaba suavemente de fondo. Era muy 
agradable y en una lengua

Continuar navegando

Materiales relacionados