Logo Studenta

PODA DE FORMACIÓN EN FRUTALES

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

PODA DE FORMACIÓN EN FRUTALES Objetivos. Formas libres y formas apoyadas.
El objetivo principal de la poda de formación es dar a la planta una forma adecuada para una mayor y mejor captación de la energía solar. Además, la estructura debe tender a facilitar la realización de las prácticas culturales (pulverizaciones, raleo, laboreo del suelo, cosecha, etc.).
La poda de formación se inicia en el vivero (poda de educación) y dura toda la vida de la planta, ya que aún durante la poda de fructificación, una vez formada la planta, se debe mantener y considerar la forma establecida o el sistema de conducción seleccionado.
Según el sistema de conducción, la especie, condiciones de la planta, etc. se efectuarán distintas operaciones: rebaje de ramas para inducir ramificación, raleo de ramas, incisiones, inclinación de ramas, podas en invierno o en verano.
	En especies con fuerte dominancia, para lograr ramificaciones se puede rebajar o mejor aún efectuar incisiones, de esta manera la planta responde más equilibradamente sin la formación de ramas con ángulos muy cerrados. Este rebaje para romper dominancia puede efectuarse en invierno pero se recomienda retrasarlo hasta la primavera, coincidente con la brotación y así lograr ramas menos vigorosas y con mejor ángulo de inserción que darán formaciones más sólidas y precoces.
	Otra forma para logra mejores ángulos es el rebaje en dos tiempos ya descripto. También pueden emplearse reguladores del crecimiento como citocininas y giberelinas (promalina). Para ciertos sistemas de conducción donde se requiere un eje con libre crecimiento este rebaje no debe efectuarse.
	La poda invernal de rebaje es vigorizante y retrasa la entrada en fructificación, por lo tanto los nuevos sistemas de conducción adaptados a plantaciones en alta densidad, tratan de reemplazar el rebaje por poda en verde y operaciones oportunas de inclinación de ramas a 45º - 60º (ortopedia).
	Si bien la especie y/o cultivar, su hábito de crecimiento y vigor, la distancia de plantación y las condiciones de clima y suelo son determinantes en la elección del sistema de conducción no debe olvidarse la tradición o costumbres del personal que finalmente podará, por ello para los nuevos sistemas de conducción resulta más conveniente capacitar gente “sin experiencia” en poda, que tomar personal “con experiencia” porque aún sin proponérselo, instintivamente y en forma espontánea tienden a ejecutar la poda ya conocida, haciendo fracasar muchos sistemas.
	La poda de formación es la que se realiza con el fin de lograr la estructura de la planta, conforme al sistema de conducción elegido, capaz de soportar grandes producciones de máxima calidad durante toda la vida del cultivo.
	La selección del sistema de conducción es muy difícil de realizar. Deben considerarse varios aspectos ya que afectará toda la vida del monte frutal.
	Establecer la densidad de plantación significa también un riesgo alto, ya que tan grave como no ocupar el espacio asignado para la planta, es quedar anticipadamente con efecto de sombra y que nos obligue a podar en verde o bien erradicar plantas.
	El objetivo fundamental de la poda de formación es inducir suficiente crecimiento vegetativo, complementado con un programa especial de riego y fertilización, para formar la planta y ocupar el espacio asignado en el menor tiempo posible.
	¿Cuales son las exigencias de un buen sistema de conducción? Debe inducir precocidad, productividad y calidad de fruta, y además ser fácil de formar y mantener para disminuir los costos.
	Cualquier sistema que cumpla esas premisas básicas es bueno. Para lograr esos objetivos el sistema de conducción debe ser capaz de usar apropiada y eficientemente el factor luz.
PRINCIPALES FACTORES A CONSIDERAR PARA LA ELECCIÓN DE UN SISTEMA DE PODA Y CONDUCCIÓN
Luz
	La fruticultura de avanzada se sustenta en la máxima productividad, con fruta de la mejor calidad y al menor costo con el fin de alcanzar suficiente rentabilidad, para poder competir ventajosamente en mercados cada vez más exigentes.
	Para alcanzar dichos objetivos deben integrarse y optimizarse todos los factores de la producción, en especial la luz, que debe ser interceptada en su totalidad y distribuida uniformemente en toda la planta.
	El potencial productivo de una variedad está determinado genéticamente, pero fuertemente influenciado por la luz, base del proceso fotosintético. La eficiencia fotosintética depende genéticamente de la especie y/o cultivar, influyendo principalmente las características de la lámina foliar, la disposición horizontal de la misma y sobre todo por la disponibilidad de luz en cantidad y calidad.
	La actividad fotosintética decae con menos de 30 % de flujo de fotones fotosintéticamente activos de la máxima luz (1000 E m s1) que incide sobre la parte superior y externa de la planta. El crecimiento vegetativo y la diferenciación floral, se comprometen como así también la calidad de frutos (color, sabor).
	Otro parámetro para evaluar la optimización de la luz es la relación superficie / volumen (S / V) dada principalmente por la forma y el tamaño de la planta. Árboles de forma paralelepípeda y cónica tienen una mayor relación S / V que las formas globosas. Para una misma forma el tamaño menor (plantas chicas) ofrece también una mayor relación S / V.
	El índice de cobertura de suelo está determinado por la densidad de plantación y por la forma y disposición de la copa de los árboles. Así los sistemas de conducción que conforman un plano horizontal (parral) son los que aseguran la máxima luz interceptada.
	La disponibilidad de la luz en la copa está influenciada principalmente por la latitud, por la distancia de plantación debido al sombreamiento entre plantas de hileras vecinas, por la orientación de las hileras siendo mejor N-S y por la densidad de follaje.
 Especie, Cultivar y Portainjerto.
	Debe considerarse el hábito de crecimiento y vigor de la planta. En lo posible, el sistema de conducción debe adaptarse al hábito natural de vegetar de la planta, intentar cambios drásticos pueden significar un fracaso, por los altos costos que ello significará y por la pérdida segura de la precocidad en producción. Siempre la planta tenderá naturalmente a tomar su hábito de crecimiento por lo que el costo de mantenimiento del sistema será afectado notablemente.
	Especies y/o cultivares con marcada dominancia apical, difíciles de ramificar y con ángulos de inserción muy cerrados o agudos son muy difíciles de conducir. Se puede mencionar a la mayoría de los cultivares de peral, ciruelo europeo, cerezos, algunos de ciruelo japonés como Larry Ann, Friar, etc.
Costos. Inversión inicial y Manejo.
	Una alta inversión inicial puede significar finalmente una economía al facilitar otras labores culturales futuras, ejemplo: raleo de frutos, cosecha, tratamientos fitosanitarios, etc. 
Los sistemas de conducción han ido evolucionando y cambiando, pero siempre bajo las premisas vistas: precocidad - productividad - calidad - costos. Deben adaptarse a la forma de vegetación de la especie y/o cultivar, ser fáciles de formar y mantener, evitando las podas severas, reemplazándola por posicionamiento de ramas u ortopedia para no retrasar la entrada en fructificación y que aseguren la entrada de luz para lograr el equilibrio vegetativo / productivo y calidad de frutos perseguido por la fruticultura moderna.
	Las causas del cambio o evolución de los sistemas de conducción en fruticultura están siempre relacionadas con razones de tipo económico-operativas, tendientes a reducir principalmente los jornales de poda y cosecha, los que inciden marcadamente en los costos de producción.
	Tratar de mecanizar la cosecha en los casos factibles, por ejemplo frutos secos: almendro, nogal, o los destinados a la industria: aceitunas para aceite, ciruelas europeas para desecar. En otros casos donde la mecanización de la cosecha no es posible, por ejemplo frutos destinados a consumo en fresco o ciertas industrias como aceitunas de mesa, duraznos en mitades se trata al menosde simplificar o facilitar las actividades de poda, raleo y cosecha mediante plataformas porta-operarios, para lo cual se desarrollan sistemas de conducción que forman verdaderas murallas productivas como las palmetas o el eje central.
Mano de obra.
Importa no sólo por el costo, sino porque debe asegurarse la disponibilidad y oportunidad de mano de obra capacitada. Muchos sistemas de conducción fracasan por no contar con mano de obra en el momento oportuno. Ejemplo: poda en verde, ortopedia, etc., exigen intervenir en un momento especial y no pueden retrasarse ni suspenderse.
Clima (Viento, heladas, granizo, etc.)
	Algunos sistemas de conducción y poda están más comprometidos o expuestos, bajo ciertas condiciones adversas. El viento aumentará el ramaleo de frutos en sistemas de poda larga, mientras que las formaciones a bajo viento están más expuestas a daños por heladas, etc.
Suelo. Densidad de Plantación.
	La calidad del suelo está muy relacionada con la expresión de vigor que pueda ofrecer una especie y/o cultivar y el portainjerto y por lo tanto con la densidad de plantación. Suelos fértiles exigirán mayor distanciamiento entre plantas e hileras para evitar problemas de falta de luz lo que significará un desequilibrio y/o pérdida de la dominancia.
	La densidad de plantación también se incrementó en la fruticultura moderna. Esto es posible por la disponibilidad de portainjertos enanizantes para algunas especies, como así también por la aplicación de técnicas especiales de poda en verde, ortopedia, etc. tendientes a controlar el crecimiento vegetativo y formar plantas fáciles de operar desde el suelo o con escaleras de menos peldaños. Junto al menor costo de producción que ello significa se presenta también la precocidad de producción por unidad de superficie, asegurando una mejor rentabilidad empresarial.

Continuar navegando