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PODA de distintos frutales

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PODA DE LOS FRUTALES DE PEPITA
La poda de producción en frutales de pepita consiste en un leve raleo de ramas ya que sus órganos de fructificación requieren un vigor moderado; la poda intensa da lugar al crecimiento de brindillas largas e improductivas que normalmente hubieran permanecido como dardos productivos.
Además, si bien en manzano y peral tienen frutas grandes, donde se puede tener una buena cosecha con un 5 a 8 % de cuaje y la mayoría de los cultivares presentan alternancia de producción, razones por las cuales se podría pensar en la poda como método de reducir los puntos de fructificación, pero es más efectivo y conveniente practicar el raleo de frutos.
La intensidad de poda depende del vigor de la plantación, producto de los factores ecológicos, cultivares y trabajos culturales recibidos. Podemos decir que se establece un vigor adecuado, cuando el crecimiento anual promedio está entre 20 y 40 cm.
PODA DEL DURAZNERO
 	Esta es la especie que requiere la poda de fructificación más intensa y que rigurosamente debe practicarse todos los años. Esto es debido a que sus órganos de fructificación son brindillas, y éstas deben tener suficiente largo (mayor de 40 cm) y grosor (8 a 10 mm) para poder alimentar frutas de alta calidad (tamaño y sólidos solubles). Esta intensidad debe lograrse fundamentalmente por el método de raleo ya que son poco convenientes los rebajes fuertes, especialmente en la parte superior de la copa, debido a que producen un "techo" de vegetación que ensombrece la parte productiva dando fruta de color más pobre.
En un grado extremo, este sombreado produce la pérdida de la vegetación de la parte inferior de la copa, disminuyendo doblemente la superficie productiva.
Estos rebajes en la parte superior se realizan con el objetivo de limitar la altura de las plantas, pero lo único que se debe hacer para conseguir este beneficio sin provocar los efectos indeseados descriptos, es rebajar derivando sobre una rama lateral, para conservar el efecto regulador de la brotación de la yema apical.
Resumiendo, tenemos para el duraznero dos tipos de poda de producción, eventualmente tres
Poda larga: Se practica solamente raleo de ramas debiendo ser éste más intenso en la parte superior, tratando de equilibrar el desbalance de crecimiento entre la parte apical y basal del árbol producido por factores internos de la planta (dominancia apical) y factores externos ( luz ).
Este sistema debe complementarse con un estricto raleo de fruto debido a que al quedar la brindilla con toda su longitud, la cantidad de flores que pueden cuajar es superior a los frutos que puede alimentar.
La renovación de madera con este sistema se produce porque al cargar la brindilla se arquea hacia abajo generando en la base nuevas brindillas que se dejan como nuevas cargadoras.
Figura 1. Renovación de la brindilla en la poda larga.
Suele suceder que la fruta de mejor tamaño se encuentra hacia la base de la brindilla, entonces cuando se hace el raleo los frutos quedan en esta posición, no produciendo el arqueamiento y generándose los mejores brotes en la parte apical obligándonos a alejar la fructificación del esqueleto de la planta, contrariamente a lo expuesto en los principios generales.
Poda corta: En este caso, además del raleo de ramas que se practica como en el sistema anterior, las brindillas dejadas se rebajan hacia la mitad. Aquí el raleo de frutos, si bien es conveniente para conseguir buen tamaño de fruta no es tan importante y requiere menor intensidad.
La renovación de brindillas está asegurada por el rebaje practicado, aunque con una distancia intermedia respecto de los troncos. 
Es necesario destacar que en este sistema la poda es más intensa reduciendo la capacidad de producción de la planta en más de un 20%, medido en algunos ensayos.
Una tercera alternativa estaría conformada por un tipo de poda mixta donde se dejan brindillas cargadoras con toda su longitud y otras rebajadas a 5 ó 10 cm para generar brotes vigorosos, o sea la madera de renuevo.
PODA DE LOS CIRUELOS
Por su fructificación en ramilletes, estos requieren un raleo leve de la copa, especialmente en los primeros años.
Aquí los objetivos de la poda son, por un lado renovar los órganos de fructificación, que se consigue dejando brindillas o chupones bien ubicados, los cuales al año siguiente portarán nuevos ramilletes.
Por otro lado, en cultivares para consumo en fresco, la poda juega el papel de reducir los puntos de fructificación para conseguir tamaño y calidad de fruta. 
En ciruela para secado, se han obtenido los mejores resultados manteniendo las plantas con muy poca poda, o sin ella, durante los primeros doce años.
PODA DEL DAMASCO
En esta especie la mayor fructificación se consigue con brindillas cortas o ramilletes, por lo que la poda debe hacerse fundamentalmente por raleo de ramas, con los objetivos descriptos para ciruelos de mesa.
PODA DEL ALMENDRO
Este frutal requiere muy poca poda debido a que:
 fructifica bien en ramilletes; 
 requiere muchos puntos de fructificación para obtener una buena cosecha; 
 la calidad no está ligada al tamaño del fruto; 
 no interesa demasiado la altura de la planta ya que la fruta se hace y se recoge desde el suelo. Por esto, la poda puede practicarse cada 2 ó 3 años para realizar una "limpieza" y renovar órganos de fructificación.
PODA DEL CEREZO
Esta especie requiere también una poda de raleo muy leve debido a la forma de fructificación y a la necesidad de contar con un cuaje elevado. Además, ramifica muy poco por lo que en árboles jóvenes se hace necesario algún rebaje o arqueamiento para producir ramificación.
PODA DE LOS CITRICOS
Después de la formación practicada en vivero o de la poda de plantación realizada en las plantas conducidas a vara única los cítricos no requieren otra poda durante los primeros 7 u 8 años, a excepción de la extracción de chupones del portainjerto o del tronco.
A partir de esa edad, recién es necesario practicar un leve raleo de ramas, sacando principalmente las ramas débiles del interior de la copa y las que se entrecruzan, cuando la planta ha ocupado todo el espacio asignado y la altura recomendada (3,5 m.) se deben extraer las ramas más largas para estabilizar el tamaño de las plantas, sin sacar ramas gruesas que dejen huecos grandes.
Nunca se deben extraer las ramas laterales bajas de las plantas que caen hacia el suelo, conformando lo que comúnmente se conoce como "pollera"; esta es la parte más productiva, especialmente durante los primeros años de vida del árbol. Muchos productores podan la pollera so pretexto de realizar con comodidad el laboreo del suelo, razón que no justifica la pérdida de producción.
La época más conveniente para la poda de los frutales cítricos se ubica antes de los principales flujos de brotación, o sea a fines de invierno, antes de la brotación de primavera y en verano antes de la brotación de fines de verano.
La poda debe siempre contribuir a establecer un equilibrio entre producción y vegetación; en general la mayoría de los cultivares cítricos tienen la condición natural de mantener este equilibrio por lo que la poda de fructificación no juega un papel tan importante. 
Sin embargo existen algunos cultivares como la mandarina común que suelen manifestar una marcada vecería, entonces la poda, junto con el raleo de frutos, deben tender a estabilizar la producción.
En este caso la poda debe hacerse en el invierno anterior o en el verano del año de carga, después que se haya estabilizado la producción (fines de diciembre principios de enero), donde junto con la poda se sacan frutitos verdes.
Esta segunda época sería más conveniente, ya que por un lado se puede ajustar la producción al nivel adecuado, y además se incentiva la brotación de fines de verano que serán los cargadores del año siguiente.
PODA DEL OLIVO
Existen muchas formas que se le pueden dar a la planta de olivo siendo la globosa la que respeta mejor el porte natural del árbol.
La poda de producción consiste en un raleo de ramas con renuevo delas brindillas productoras acercándolas lo más posible al tronco. La mayoría de los cultivares de olivo tienen fuerte tendencia a la vecería, siendo la poda la alternativa válida para controlarla.
En este caso la poda se realiza con intensidad mayor en el invierno precedente al año de carga, o en la primavera donde se puede apreciar con exactitud la carga que dejamos después de podar.

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