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J Moscovici_ Psicoanálisis, su imagen y su público

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SERGE MOSCOVICI 
EL PSICOANÁLISIS, 
SU IMAGEN 
, 
Y SU PUBLICO 
-i;A:Juc:10,~ 
N1ld i Mana F1neth 
• A?A 
Departamento de Ane 
ANESA · HUEMUL 
TITULO ORIGINAL FRANCES 
1..a psycnanalyse son image et son public 
'95 • ?res ses Univers11a1res oe France 
•~79 E::l.lona Huemul S A 
-' ,ca Be091 ano 624 Buenos A1re6 
<no1ew en a Argen11na 
• • "l'er:: ~ Argentina 
~' J 
• d ·ec,roouc. ;n 
·a :,.i•::.a 
H. 4 
• CAPITULO 111 
Ideas que se transforman en objetos 
del sentido común 
1 
La objetivación 
¿Cómo se forma la representación de un objeto aoclal para eludir 
la amenaza que representa y restaurar la identidad que cuestlona1 No 
podemos responder en forma completa a esta pre¡unta. Adem,s, el ver-
bo "se forma", aqul no tiene significado genético. M,s bien designa un 
probable encadenamiento de fenómenos y se puede esperar que un dia 
la observación experimental d' validez a sus etapas. Sin embar¡o, no se 
trata de simples hipótesis. Este encadenamiento se obtuvo a partir de 
relacionar una serie de análisis y el material de la encuesta esü presente 
para afianzar nuestras afirmaciones y corregir, si es necesario, lo que 
pudieran tener de artificial. 
Una representación social se elabora de acuerdo con dos procesos 
fundamentales: la ob1&t1vac1~n y e{ ancra¡e_. La lenta carga al psicoan"is~s 
ejercida por el~erpo socia , la nfluenc,a de sus valores de referencia 
sobre su evolución se relacionan con ta consolidJC;ión. Como se sabe, ta 
objetivación lleva a hacer rear.}IIJ.. esquema-con_cept~ a duplicar una 
imagen con ºüna contrapartída material. El resultado, en primer lugar, 
tiene una instancia cognoscit iva: la provisión de indices y de sl¡nifiantes 
que una persona recibe, emite y trama en el ciclo de las infracomunica-
clones, puede ser superabundante. Para reducir la separación entre la 
masa de palabras que circulan y los objetos que las acampanan, como 
no se podria hablar de "nada", los " signos lingOlsticos'' se enp[l@I .JLL 
"estructuras materiales" (se trata de acoplar la palabra aíá · cosa) . Este 
camino es tanto más indispensable porque erlenguaje --especialmente 
el lenguaje cientlfico- supone una serie de convenciones que determi -
nan su adecuación a to real. Por ejemplo, el " compleI0 de Edipo" desig-
na. desde Freud. una organización especif ica de relaciones entre padres 
75 
e hi¡os. los psicoanalistas agrupan con esta fórmula un conjunto de 
vincules entre individuos, y la utilizan para interpretar ciertos slntomas. 
Pero su empleo no implica la presencia de este complejo en alguna par• 
te. los Individuos y los grupos que o conocen las reglas del psicoaná• 
lisis y que no han participado de I onvencI toman esta palabra por 
el indicador de un fenómeno material compro do. Cuando se opera una 
ruptura entre las normas técnicas del lenguaje y el léxico corrienté~ 
~ e era simbolo aparece como sign_g/ Entonces resulta natural que se 
trate ae saber de que, y nacer corresponder una "realidad". 
Por esta descentralización, los elementos de la ten¡ua cjentífica 
r1asan al lenguaIe corriente. donde obedecen a nuevas caaveocinnP.S:-Las 
palabras " complc10", " represión" , investidas de un nuevo poder, desig· 
nan aqui manifestaciones ostensibles de lo real. 1 En última instancia, el 
psicoanálisis se olv1daria y, durante largo tiempo, como sucedió con la 
física de Aristóteles, impregnaría nuestra visión del mundo y su vocabu• 
lario servirla para designar comportamientos psicológicos. Objetivar es 
reabs rber un exceso de si nificaciones materializ ndola (y asl tomar 
cierta distancia a su respecto . am 1en es trasplantar al plano de la 
observación l~lo era interferencia o sírñlffiro:- De acuerdo con la 
observac16ñ de Gibsoñ:"'"cr-percepc1on visual a menudo no da la im-
presión de un saber sino más bien de un conocimiento inmediato o de 
un contacto directo" .1 _ · a~ son percibidas ~omo Jos productos 
e a ac 1vI ectua ae ciertos espiritus, sino ~os reflejos de 
~~
1
~sa que existe en el exterior. Se sustituyó to percibido por la::::cO• 
. ·l aseparátioñeñffeíaciencia y lo real se reduce, lo que era 
especifico de un concepto se propone como propiedad de su contrapar• 
tida en lo real. Asl, en nuestra sociedad, cada uno puede reconocer los 
,::complejos" de un individuo como atributos de su persona. Sin que por 
otra parte este reconocimiento sea obligatoriamente asociado al psi• 
coanálisis. 
Ahora trataré de analizar la relación entre la objetivación y las for• 
mas que puede tomar. 
En el capítulo precedente vimos cómo la difusión de una ciencia 
cuestionaba la inte¡ridad de la colectividad, si esta escapaba a su con• 
trol, y cómo creaba un vínculo de dependencia frente al grupo que la 
representa. Para que una conce ción cientlfica armonic onduc• 
tas con las que nos i en 1 1camos, es necesario que se la separe de e~ 
grupo de "expertos". -.. 
~ ntenido cientlfico del psicoanálisis, la sociedad ya 
no se ubica con respecto a él y a los psicoanalistas, sino con relación 
a una serie de fenómenos que se toma la libertad de tratar como le pa-
rece. El testimonio de los hombres se transforma en testimonio de los 
sent1aos-, el universo desconocido se convierte en familiar para todos. 
'1:JñTa'oae nuevo a este mundo circundante la interpretación del especia• 
lista o de su ciencia, el individuo pasa de la relación con los otros a la 
relación con el ob¡eto, y esta apropiación indirecta del poder es un acto 
1 El obtllN- - -• -,e ine--nto <1111 11 roundo II IXICl-1 como lo w . Acepta 
el leltln~uo do la -Ión .1 .... 1 eln crltlcorlo. No ,_ <1111 eu per,:opcl!II, vl1uel 1116 ,,..,., 
por 11,1_ M óedllr:clón lndlroctGI" (M M 5-11. O T c-.,i,.11 y M. J . Ho<9ilowltr, T,._ /n/1-
ol culllltO on . , ..,., ,,.,,.,.,..,_ lndlen6poll1. lhe lloliba Morrll Co .. .... p6g. SI 
1 J J C.1baon. · ,1cll#1, poropoctlWI end ,_,c.pclon". o..,¡.iu,, 1910, • · p69. zao. 
76 
nerador de cultura: L'.:[e1ficat1on -j-the . making ?f ideas into things 
~ed outside of individual mentahty-- ,s proscnbed (sometlmes not 
invélriably) in the logic of sc1ence and even In sorne part ot common 
sense. But it is prescribed as a canon of th_e common sense _of cultu~al 
mvolvement .. . Collective reificat1on, then, 1s the most reveahng concise 
account of cultural idea treated in terms of 1ts be~av1oral sources. How 
persons succeed in projecting n~tions on to a pubhc_ 1s !~e core problem 
for the empirical research relating culture to beh~v1or' . . 
Se comprende la importancia de esta reflexión, la mayoria de los 
estimulos que provocan nuestra respuesta de hecho son el_ ~esultado de 
un doble esfuerzo de nuestra parte. El primero, como_ d!11mos, es ~n 
..lfil!o en ~ue trans rta los elementos et1~os al medio 
-co~vo v le prepara un cambio fun amen a de ~1tuac1ó_n y e un• 
c1 n a ura izados el concepto de complejo o el de inco~sc1ente repro-
duc:ml. el ros ro e una realidad casi fisica. El carácter 1ntelect~ 
sistema en el que participan p1el'd! suímportancia; lo mismo sucede co~ 
el aspecto social de su extensión. El segundo, ~ un esfuerzo de clas,fi, 
cación que coloca y organiza las partes del muñdo c1rcundant~ y por 
susñendiduras introduce un orden que se adapta al orden preexistente, 
atenuando de este mQ®_eL.choque.de toda caocepcióo ouevi. Adaptada 
afos seres, a los gestos o a los fenómenos, la clasificación res~nde a 
una necesidad psic~a. Se trata de cortar el flujo incesante e estr. 
mulos para llegar a ;ne ta~e en él y decidir qué elementos nos rt!sultan 
sensorial o intelectualmente accesíbles.se impone una ctaye Que per· 
mi e n mbrar los diferentes aspectos de al y, por eso mismo, defi· 
nirlos. Si aparece una e ave I eren e, sus nuevas deno!"~nac1ones se 
asocian con las entidades existentes y las ayudan a redefin1rse. 
Después de la aparición del psicoanálisis ya no se dice solamente 
que al¡uien es testarudo o querellante, también se dice que es aaresivo 
o reprimido. Las categorías de lo normal y lo patológico han cambiado. 
Naturalizar. clasiflcar, sO!!...QQi.era iones esenciales de la ob etivac16n. 
Una e n ea símbolo, la otra da a a realidad un as ecto sIm-
1co. Una enriquece la ¡ama e seres atn u1 os a a pe~na y en este 
sentido se puede decir que las imágenes participan en nuestro desarro-
llo), la otra separa algunos de estos seres de sus atributos para poder 
conservarlos en un cuadro general de acuerdo con el sistema de refe-
rencia que la sociedad instituye. 
En este capítulo, y en los dos siguientes, trataré de mostrar que la 
cultura se extiende asl, reduciendo todo a un denominador común. -
' f . RoM. " UnllormltlN III cullln ldeu -4111 hlaton .. ", an lt. F. w.....,,., 1111 dt . l)'t 112 
77 
2 
De la teoría a su representación social 
1 - lQUt ES EL PSICOANÁLISIS1 
¿De qué modo una teorla cientlfica se transforma en representación 
soc11I! Desde el comienzo reconocl que este era el principal problema 
ce m, tr.1ba10. Qul.lJ :.1:1 pueda responder esta pregunta exponiendo lo 
Que e, una c1onc1a explicativa. Pero co1102co las trampas que encierra 
sem11antt empresa y prefiero hacer un rodeo a los obstáculos filosóficos 
y ep1stemológ1cos partiendo de un postulado: Et psicoanálisis es una 
c1enc11 t,rpllcat,va. 
Basta con mostrar que el conjunto de las leyes de una teorla está 
sobrentendida en un principio fundamental para poder calificarla de 
" explicativa" . S1, por ejemplo, nos referimos al sistema de Newton, se 
observa Que, partiendo del fenómtno principal de la gravitación univer-
sal, se explican la mayorla de los movimientos en nuestro planeta y las 
acc,ones entre los planetas. Carentes de un principio semejante, las dife-
rentes relaciones no pasan de ser relaciones locales, es decir, que se pue• 
de cons,oerar a cada una por separado y combinándolas como se desee. 
En efecto, la calda da los cuerpos, la trayectoria de los planetas, la gra• 
v1tac1ón, eran fenómenos conocidos en forma aislada, antes que la sinte• 
sis newton1ana • les diera un carácter unitario. 
E1 hecho de que la naturaleza propia de la gravitación universal 
haya sido desconocida no cambia en nada su función eplstemológica. 
La " libido" es al psicoanálisis lo que la gravitación universal es al 
s,st8ma newfon1ano. O por lo menos70s primeros esbezos de Freud (cu• 
¡a presencia subrayamos en nuestra sociedad) se nuclearon alrededor 
de este tenomeno fundamental. Las clasificaciones de las neurosis, la 
~1ntoma101og1a, las relaciones entre padres e hijos, la interpretación de 
os suenos y del s1mbolismo, surgen de él o culminan en él. La primera 
"versión" del ps1coanjfisis estaba estructurada alrededor de este prin• 
c1p10 s1 bien la misma noción de libido nunca tuvo una absoluta claridad. 
Veamos ahora cómo el público define et psicoanálisis, qué esquema 
oe1 1unc1onam1ento pslquico se le atribuye. Novecientas cincuenta perso-
nas pertenecientes a todas las categorlas sociales respondieron a la pre• 
gunta abierta " ,que es para usted el psicoanálisis?". 
Los fugaces matices de ciertos enunciados se oponen a la genera• 
dad esmeo11pada de algunos otros por lo que nos fue dificil encerrar• 
os en el molde de las categorlas. Comenzaremos por enunciar el conte-
' do de estos enunciados formulados libremente. En primer lugar, el 
:,s1co1n~hs1s es una c1enc1a. una teor/a: 
E stiullo c1ent1l1eo del 1ndlvkluo" (P.O.). "El p1ica.n.il1i1 H une ttorl1 cien• 
t.1 e, P e ' Une c11nc11 que permite conocer 11 hombre" (P.L.). "Ciencia r•I•· 
• A , ..,.. n... , , .. f1cance .i u,. - OfllM SYffl/lHl1" Atcll ' "'•""' H11 Se., 11150, 11, 
- a i 
·a 
tlvament• modtm. que aborda 101 p,obl1m11 QUI hHtl ehota llt\lVilrOn ruerw-
dOI a los ocultiJtu" (P,M,).S 
Las definiciones citadas muestran que sus actores no estjn en con-
diciones de detallar el contenido del psicoanjllsis. Para ellos se trata, 
únicamente, dt colocarlo en un campo conocido. A veces domina la n?• 
ción de ter,p_ia. Esta noción rara vez aparece sola, pero su frecuencia 
muestrariiüya menudo que el psicoanalisis es captado_ como una prac· 
tlca. Más allá de que la terai>'utica les parezca benéfica o nefasta: lo 
que sorprende no es tanto el contenido de esta ciencia como su acción: 
º'El p1lc01n"1,1, u un¡ t1r1pl1 de kl6 compltjol" (P.E.). ··c1 p1lc01n.\llili 
11 une t1r11pl1 que, beundose en II conocimiento palcolóllCO de un Individuo, 
puede llqer a llberarlo de cllrtn 1111u1tl11: 11 tretamilnto conaltt• en COflVefM· 
ck)nes dlltinaclt11 dtl,erta, los complejoe del Individuo Y en ex,lldnelol. ~re 
que Htt, al tomar conciencia, puede desemblraurM di ene." (P.M.). 'ºEl palco-
anállsls n une tknlca t1r1Pflltlca dntlntcla I los dnequ1llbó01 mtnt.1111 PtfO 
no • los locos·• (P.M.). 
A veces, la dist;nción entre ciencia y terapia se esfuma y la susti-
tuye una especie de práctic1 no definid• re/1cionad1 con /a persona hu-
mana en ¡enera/: • 
"El paica."'11111 n un m~ 1M lnvnt111Clón, de conocimiento dt la pe,· 
sone" (P.E.) . "El palcoan,11111 11 un .. tuclio de la vid• humen•" (P.M.). "Un an•• 
1111, QUI II puede heur sobre tocia• In COIIS, N un '"",. .. profuftdlztclo" (P .O.). 
Ciencia, terapia, práctica no definida, el psicoanálisis siempre l!_ 
_2ercibido por medio de ciertos atributos que concurren menos a circuns-
cribir su campo que a d,st,ngu,rlo. la "novedad" que lo destaca del fon-
do grisáceo de las otras concepciones ps1col6jicas constituye uno de los 
sirnos que, junto a ciertos rasgos originales, llaman la atención y son 
suficientes para individualizarlo: 
••E• un nuevo slltlffll norteamericano QUI consiste 1n hlCW acostar • 111 
pe,sonn ,n una hebltaclón sombrla y hecer1n contar aua su.tloa" (P.O. ). "Moda 
nuev, QUI tiende I ubtr lo QUI 1)111 en ti almt di , •• penontl '/ <11 loe dtpriml• 
dos" (P.M.). "Invento moderno que quitra h1c1r crMr • 101 enfermot que ""n 
mel porque han sido dtldichldol en otra 6poc1" (P.O.). 
El hecho de que el psicoanálisis sea una técnica del len1ua1• con-
tribuye a su originalidad: 7 
"El paie01n.il1it II una mtclic1n• s in medteamentot" (P.0 l . "Estudio de lol 
cer1ct1re1 o comport1ml1nto1 d1 loa lndivkluos. finalmente 11 1>1lcoan6llai1 n 
contar su hi1tori1" (P.M.). 
Al psicoanálisis se lo capta a través de sus manifest11cjo11,1 1J\l,11lu... 
extrinsecas y la minucia de la áescripc1ón no deja filtrar ñlñai\n u1>nt1r.l· 
miento preciso de la teorla. Esta precisión aumenta cuando se lo , .... o-
noce como una concepción particular de /1 persona/Id_~ del " atm1", 
1 btM Nllnkl- -- - le 1ltyJ-. "-le 11 ' -• lee -..1111.. 11 • M-
i re loe ltltelectuelM, ' '11, ...... lot '"""-' .... lM et... - 1 ... ~ ' .... leo at- ... '- .. 
tuelM Ma>lcea 1 1 'li, ..... loa -,.. 
• (n 1 .. - .. " lntel-lM" ,..,....._ , ....... -.et-. •'- .. IN __ , .. 
lknlcul. le IHc:.-11 ... ,. IIPO de -· M • 21 '11, y .. 11 '!1í, _, ... -
I ht• - .. rel•II-• ,_ 6e •• -· lQOre loót _, IN ., .......... loe lnél .. 
cluol dt 11 -tri el- 1Mdl1 ' u "•- ' 
79 
del ."carácter" o del "individuo" . Estos términos en el lenguaje corriente 
designan una organización vaga que al parecer representa. no a la 
persona con todos sus atributos, sino su esencia. Aprehendida en el cla-
~scuro de _un_a captación fugitiva o de un hábito de lenguaje, esta esen-
cia no se d1stmgue del concepto rigurosamente delimitado de estructura 
de la personalidad más que por una distinción socialmente convencional 
más o menos organizada. Decir: "el psicoanálisis es una ciencia del al-
ma", " el psicoanálisis es un estudio del carácter", "el psicoanál.isis es 
un estudio de la persona", no plantea ningún problema al sujeto que emi-
te estas proposiciones: 
"¿El psicoan61isis7 Una Hrit dt conceptos QUt encubren i.alidad• del alma 
humana de siempre" (P.L). " Un nuevo medio qut dtKUbrieron loa IMdicos para 
dacitr1r t i alma humana" (P.M.). "Estudio dtJ alma y dt loa tftctol del COfflpol'• 
t1mi1nto dll hombre ,n función de IU Ilma. del medio tn ti Qut VM y de SUS 
IJ1ptrilnci11 PINdn" (P.M.). 
En lo fundamental, siempre se trata del mismo tema, el psicoaná-
lisis es una teorla de la persona. una teomparticular; las nociones de 
alma, de persona, de carácter, se reemplazan por otras nociones es-
pecificas: 
" El paicoan611ait IS II tltudlo del aubconKltntl y del conecltnte" (P.O.). 
" El ps1coan6lisi1 IS una ttorit eientlfic:a que II eatuena por detnudar loa fwlómt. 
nos lnconsci1ntu y contcitntea QUI CMtenniMn IIUelbo comportamiento" (P.E.J. 
"El estudio d1 loa complejos C001C1111t• y subconlcitntea dt un inclMduo" (P. 
E.}. "Es 11 Htudlo dtl lnc:onscientt, de lu COIIII que no podtmol dtlcubrir por 
nuestros propios medios dt introapec:ción" {P. T.). "Cienei• que II propone rwvelar 
lo Qut h1y dt mu ■-crtto 1n noeotros y dt JU1ti11c1r cadt llftO dt nut1tn1a actas 
por medio d1 111 reiaclonn de nuestro 141bconeotnt1" (P.L }. 
Ciencia de u11a personalidad con caractertsticas estructurales iM-
dltas, 111 palooa11ál1sis aparece asociado en el esplritu del público a mu-
ct1,s n!laciones que el hombre tiene consigo mismo en una dimensión 
imi~,ln• rie d, l>rotundidld (relaciones que son como otros tantos focos 
d, 11i 111oló11) oculto-aparente, voluntario-involuntario, auténtico-falso, su-
perficl1I fundamental, etcétera. La o~ióo .~~riza a través de estas 
relaciones. Ordena las similitudes, y os e de la representación 
eme·rgen de ella, simples, depurados. Los pares de oposiciones se res-
ponden término a término (aparente a falso, oculto a auténtico) para 
encarnarse a continuación en una de las instancias de la persona; sus 
relaciones ayudan a comprender su funcionamiento. 
¿Qué es el psicoanálisis? 
"lovest11ar en uo ser toda, las circunstancias dt su vida anttriol' que lt 
pudieron dar reacciones qut no aon su verdadera oenonalidad y provocer, por 
mo.-lio úe los educadores, un estado dt ttnllÓII en III atr con dlficultldel" (P. 
M.). " El estudio Interior dtl sujeto y II atudio dtl Hr Involuntario que habíta tn 
el sujeto con rel.c!Ófl al w voluntano" (P. T.). "Cltncla Qut ptnnitt QUI II co-
nozcan IH rllCCIOllff más intlmH, IH mu sacrtt.s, hasta tn II IUbc:oneclentl. 
Vivimos tod01 con miscar11, sin ubtrio. Por rntd10 del paicolMllsís ablnclonamo1 
nutstra másaira'' (P.E.}. 
Aqul el psicoanálisis modela un rostro nuevo, codificado y racional, 
sobre el antiguo mito de las " facultades" y de las " fuerzas" inherentes 
80 
a cada uno. Al mismo tiempo encarna la esperanza de romper con la 
opreslon que e1orce la vida cotidiana sobre la hi:toria finita y m1croscó• 
pica del individuo. Lo interno, lo lmpllcito, lo posible, lo exterior, lo 
realizable, se cubren con el deseo de vivir. de liberarse, de restablecer 
lo verdadero: lo que hay " más allá" de las apariencias. f/ psicoanálisis se 
distingue como signo de/ restablecimiento de /a subjetividad y como pr,c-
tica de desnudar /a personalidad aut,ntica. 
" El ptltoan,11111 s lr,19 pana ver lo e¡~ no u puede opresar y 10 que no 11 
ou decir" (P.O.). " Tratar d1 encontrar en 101 actos y 111 rt1Cclon11 dt IH i,.B4> 
n11 ,i,o secreto que tilas no putdtn dtaeubrir por si ml1ma1" (P.M.). 
u exposición de lo que es el psicoanálisis a través de esta imagen 
de la vida personal permite delimitar mejor el papel que el inconsciente 
y el consciente desempetlan como dramatis persona• de la orpnización 
pslquica. 
Ya h~mos esbozado los ras¡os de la or¡anización pslquica asociada 
al psicoanálisis: 
"El pslc:oanaüsl1 es II ntudlo dtl subconsciente, de laa lnciinacionft cen• 
r1lment1 reprimidas" (P.L}. "Estudio dtl inconsciente y sus relacionea c:on ti 
consciente y con los anttc:edtntea det individuo" (P.M.). "Hay dos eo&11: et eont• 
cltnt1 y II inconsciente" (l'.O.). 
El inconsciente y el consciente aparecen a menudo como una tras-
posición de los J)!r rlas esbozados: oculto-aparente, involun• 
tario-voluntario interior-exterio elevados a la dignidad de conceptos. en 
el curso de esta mu s mismos conceptos ---eonsciente, incons-
ciente, represión- están penetrados de imaginerla concreta y de un di-
namismo que es propio de toda contradicción. La desienación del pisco-
análisis como ciencia del inconsciente y de sus relaciones con la con-
ciencia refleja • la vez la teorla misma y una concepción estilizada, pre-
establecida, de los procesos e:ristenciales. 
Del conjunto de las definiciones proporcionadas se desprende una 
estructura de la personalidad asociada al psicoanálisis. 
u organización pslquica se compone de dos partes: inconsciente 
y consciente (Interior-exterior, oculto-aparente), entr'9 las cuales se com• 
prueba una acción de presión de una sobre otra, o una relación de alte-
ridad conflictual expresada por nociones de represión o de rechazo. 
Es posible prel',lntarse cuál es el r'9Sultado de su funcionamiento; 
la respuesta es inmediata: el complejo. 
En conjunto, el esquema es el sil',llente: 
Inconsciente. 
i 
Reprnlón .➔ Complejo 
f 
Conscltott 
A las personas interroeadas les pre¡untamos qué "palabras psico-
anallticas" conoclan. us palabras más frecuentes esUin en este orden 
(cuadro 1): 
81 
Cuadro 1 - F,ecuenc/1 de lot t•rm1no1 p1lcoan11/ticot 
~,c,_ le,, IMfO Mo. , ... Je,,, IMfO «o. ,.,.,. 
Ettudl1nt11 Complejo R1pr11lón lncon1clent1 o libido 
1ubconacl1nte e, .... medlH Compl1Jo R1pre1lón Subconecl1nte o Libido 
lncon1cl1nt1 
Profealonea llb1r1l11 Complejo Reprealón lncon1cl1nt1 o Libido 
1ubcon1clente 
E1cuel11 tlicnle11 Complejo lncon,clente Libido R1pr11l6n 
Son los mismos términos del esquema. Esto requiere algunas obser• 
vaciones. El aparato psíquico representado en el esquema es el primero 
que el psicoanálisis habla propuesto antes de 1920. Después de esta 
época se le hicieron modificaciones importantes.• Nuestra encuesta se 
rea_liz6 entre 1951 y 1955. Por lo tanto, se nota un desplazamiento his-
t órico entre la teor /a y su representación que no se puede explicar por 
la ignorancia del público. Los estudiantes que acaban de tomar contacto 
con la teorla psicoanalltica y los intelectuales que t ienen un conocimien-
to profundo no han utilizado otro modelo que el del conflicto defensivo, 
cuya ecuación se desarrolla entre el inconsciente, el consciente y la re· 
presión. Se puede pensar entonces que la 1ma¡en del psicoanálisis en 
primer lugar se cristalizó alrededor de ciertas nociones que luego no pu-
dieron rechazarse. 
También se puede suponer que este esquema es pregnante, es de• 
cir, que corresponde en forma sorprendente a la dinámica de la persona 
tal como se desprende de la experiencia cotidiana. Su congruencia con 
una visión dicotómica de lo que es intimo es evidente (visión de dos 
tuerzas en lucha). A pesar de su aspecto revolucionario, la idea de un 
inconsciente activo no resulta extrat\a a una experiencia intuitiva que los 
individuos creen tener. Y si la penetración del modelo se debe a su 
fuerte estructura, también resulta de su parentesco con modelos más 
corrientes. El carácter concreto de los elementos de este "aparato psi· 
quico" proviene de su pOder de traducir situaciones habituales. Su ori• 
gen científico y su encadenamiento precisan una multitud de " teoría!>" 
que son operativas en el plano del sentido común. La falsa moneda me-
tafórica amalgama los complejos y los inconscientes, agrega fragmentos 
úti les para la formación de una imagen que goza de la familiaridad del 
signo y del prest1g10 de la ciencia. 
11 - LA MEZCLA DE LOS CONCEPTOS 
El desfasaie entre la teoría y su representación se explica, por lo 
tanto, por la pregnancia de la primera concepción psicoanallt1ca y por 
la dificultad para cambiar con más rapidez las imágenes y los simbolos. 
1 0 Lt9..:h• fl p1lcoa,,6 llt11. evolución tlftdeftCI .. y probl.,,,., I CIUIIH . C1hlet , aa,,.11,, 
., o, ,,nll••••• do I Cnc,<lo,..,,. 1,~111 (1"61 
82 
Esta primera concepción freudlana daba un lupr importante a la "11· 
bido".' 
Ahora bien, 11 sexualidad no dtMmpeft1 ningún papel en el esque• 
ma que hemos dHcrlto. El l % de los sujetos menciona la libido en su 
definición del psico1náli1i1. Sucede que los valores domlnantH de nues-
tra sociedad se oponen al reconocimiento de las pulsiones sexuales co•mo fuerzas esenciales de la personalidad. Si el individuo vive el mundo 
como un conflicto entre dos términos, uno auténtico, interior y el otro 
exterior, la estructura de la personalidad que reproduce esta contradíc· 
ción se basta a sí misma como elemento dinamógeno, mientras que el 
elemento ~exual, energético, parece dado por anadidura, sin contribuir 
a la coherencia de la construcc10n. 
Si se elimina o nie¡a la libido y su función, epistemoló1ica o real 
-sin sustituirla por otros principios-, la teorla psicoanalltica se tran,-
forma en un conjunto de relaciones (interpretaciones, fenómenos, pro• 
piedades) que pueden tener cierta autonomía y, ocasionalmente, inte• 
grarse en otra concepción. Tal puesta entre earéntesis del principio esen• 
cial riva a la teorla de sú carácter de tst ructura unitaria. Bien pud" ser 
el objetivo, y el resulta o, del choque entre e ps1coa 1s s y las normas 
de nuestra sociedad. Por este hecho, sí bien algunas nociones y concep• 
ciones psicoanallticas fueron admitidas y todavía lo son 19 en el curso de 
su difusión s_ocial, el principio mismo es_ negado o velado: 
"Plenao que Freud eu11ró 11 convertir • 11 NJ1u1lldad 1n 11 llaYe maeltr1 
di nuHtro1 p1iqul1moe. Otros instintos, como el h1ml,,-1, t.mbl•n aon fuerte&. 
Los neuróticos (VIO muchos entre II clllntlll), por cierto, tienen dlMQulllbriol .. 
xualn, pero puede 11, qui 101 t1n,.n jusilment, porque ton neuróticos" (P. L). 
"EJ problema Mxu1I no tl1n1 11 import1ncl1 que Freud le di. No creo que ti •cto 
HXUII libere 11 Individuo di IUI complt)OI. Conozco pll"IC)MI QUI no t íenen rtl•· 
clones IIXUIIII '/ son 1quillbr1d11" (P.L). 
Sin la teoría sexualidad el psicoanálisi e socialmen e 
~ e y, escartado es e pnnc1p10 undamental, el ¡rupo procede a 
una reorganización de la topo¡rafla de los conceptos sobre la base que 
más le conviene. Cada una de las relaciones conocidas se puede ahora 
"manipular", admitir o rechazar sin tener en cuenta su Uf!ldad ni su 
orden ori¡inales. Este trabajo de conversión no es nuevo. Freud tenla 
una mente demasiado ágil para captar las trampas que la razón tiende 
a la ciencia como para no haberlo advertido: "En el mundo cientlfico 
--escribe--" se ha formado una especie de tapón entre el análisis y sus 
adversarios, qu! _comprenden a los que están di, acuerdo en que hay 
al¡o en el análls,s ... pero que . . . lo rechazan en ciertas partes . . . 
Unos hacen objeciones a la sexualidad, otros al inconsciente, y la exi1• 
tencia del simbolismo, particularmente, es objeto de aversión. El hecho 
de que la estructura del psicoanálisis, aún incompleta, ya posea, sin em• 
bargo, una organización unificada, de la cual no se pueden sacar ele-
mentos en forma antojadiza, no parece ocurrlrseles a estas personas 
eclécticas". 
• "'Nol .. ,_ .......... ,. un _,_ WIIII de 11 .. -. ,-¡ -- .. Fraud 
:~~11 ;.
15
~~ llbldo" (M. l lf'MIKII, N-1-'11111 Socia/ ,.,.11,_,¡,y. leanlONI. lwtfar~ u.i-111y ,,_: 
"'I 11. l11Ucle. Soc/~I• et ,,_~YII. 1'1111, l'.U.f .. 19'0. 
11 l . Freud. N- l111""11cfo,y l«:iwn 'º ,.,~,., •. Nulw Yolti, ,as . ...... ta-llO . 
83 
En lo que concierne a la elaboración social de una representación, 
se trata menos de un eclecticismo que de una tentativa de instrumentar _, 
el modelo cientlfico y reconstruirlo alredQdor oe -1alores y sistemas de 
cat•~ rl · nlbles. A medida que la teorla se convierte en un con· 
-,-cmto ~ rel1clonH, pierde su coherencia; su principio interno, sus di• 
m111110n1&, ti iº 11 de las relaciones tomadas por separadoL dependen 
~ 1,s r•&I~ 1 11H del grupo.) Los comunistas limitan en forma signr---
flcil iv• lf17Ítlf1 era•oeesteconjunto, reservándolo del campo politico. 
lo1 l r , y1111te1 ••tin más abiertos a algunos aspectos. especialmente a 
los qllt t tlflOlerrum al inconsciente, pero son más reticentes a otros. ~qui 
menciono uasus extremos. ¿Es necesario insistir más sobre la continua 
eliminación d1l elemento e,cplicativo? Desde el momento en que no se 
toma en cuenta la sexualidad, las interpretaciones parciales se vuelven 
licitas y se puede constituir un esquema del psiquismo humano que 
arrai¡e en la teorla psicoanalitica, paro donde la libido no inh;rviene. 
En este caso preciso, por lo tanto, lla transformación de una teorla es-
tructurada en JU1 • .c.ooiu11.to_cle r~~ci~ne§_cgn autonomiu ~~ens1ón va• 
riab/es es /a~rmera condición para constituir una representación social. 
Sin em argo,"a)poner el acento en toda una serie de fenómenos 
vinculados con la sexualidad, el psicoanálisis ha suscitado una toma de 
conciencia de su carácter " tabú" y de sus repercusiones sobre la perso-
nalidad; por lo tanto, se lo asocia en conjunto con el comportamiento 
sexual del individuo. 
"A partir de los 15 11\01 hay que poner I los adolaacent11 al corriente dal 
psicoan•1I1I1. Mu fnnqueza an las relaciones familiares y con las mujeres. Me 
doy cuanta da que mis alumnos (20 arios) 11 hallan lmposlblllt.dol por ciertas 
cous. d1 llamar 1ato • un 1ato" (P.L). 
Un sujeto al que se le pregunta qué relaciones hay entre el psico-
análisis y la religión responde: 
" Un teOloeo ma dijo que II mejor dejar en aombf'as las part• ve,.onzoaaa 
del hombre, y tocarlas con moderación" (P.M.). 
La situación de la cura analltica también se organiza alrededor de 
este simbolismo. Se percibe a la pareja analítica como heterosexual; el 
diván analltico en un cuarto aislado completa el cuadro: 
"¡EJ paicoanih1i17 Es un tratamiento da moda entre l11 mujeres mundanas. 
Uno H acuesta en una cama, cuanta una pila da historias aobre su vida, au ca11 
y 1l1un11 vec11 se acuasta con al pa1toanallsta" (P.O.). "¡El paieoanili1l17 Espacie 
d1 ma11netlsmo para mujeres 11udohistiricas. No es citntifico . . . Lo tsancial 
an 11 mujer es 11 libido. Cuanto m6s primitrv1 as una mujer, m6s llbldino11 11 
y le encante qui l1 e1cuch1n . . . Clientela d1 mujeres n1rvi0111 qua no 11btn 
qui h1c« con1I10 mlamas" (P.L ). 
La sexualidad no siempre es vista desde este ángulo desfavorable: 
" Con aecurldad al palca.niliais t iene aran lntarú con respecto a los proble-
mas sexuales. Yo mismo recurrirle 11u1toso porque creo que puade rasolv.r c0111" 
(P.M.) "Se habla mucho de ps1co1nili1is entre •I 1r1n público. Liberación de los 
pre¡u1cios sociales an lo QUI concierne a los tabúes 11xu1les" (P.L). 
Por una parte, la representación niega la libido; por otra, hace del 
psicoanálisis el emblema de todo lo que es sexual. La teorla psicoana• 
84 
litlca ha ti,nido influencia en las conductas Individuales. Después de SlJ 
aparición hemos visto atenuarse las prohibicio_nes que conciern~n a la 
vida sexual. Los QUI' han seguido esta evolución parecen _c?n_s1rlerarla 
terminada. Como si después de que se atenuaran las proh1b1c1ones se-
xuales la noción de "libido" se hubiera vuelto inútil. 
Los juicios registrados a propósito de esto son significativos: 
" El paicoanjlilil es solo une teorla en 11i11 d1 elaboración. Freud vtvla er 
una d1tarmin1d1 ,ocladad y 111 cosas han cambiado mucho desde aquel t11mpo, 
esptclalmenta 111 relaciones familiares. b111 del pslcoe11,111Is. y temb~ !e: rel: 
clonas socialu en 1eneral, sin duda an parte po< influencl1 del ps1co1nilcS1s. Por 
ejemplo, los conceptos freudlanos no aon inv1ri1ntes inmutabl11 y c!• rt•~ Que no 
se desan-ollan ni sa dtsarrollerin m•s. La sexualidad ya no as un tlbu como antes: 
101 comportamientos aintomitlcos relacionados con 1111 no tienen el mismo sla· 
nllicado ni lo votver•n I tener" (P.L). 
El psicoanálisis, en la medida en que se convirtió en el lnd(ce _de 
una cierta libertad en las costumbres, aparece como un todo. S1 bien 
se diversifica y distiende en el plano del contenido, socialmente hablan• 
do el psicoanálisisl uiere la unidad simbólica descrita; De esto se 
puede inferir que s con e o netrac, n e una eorla en la so-
ciedad definen e/ sentido dominante que se a r, uye I su entación. 
En consecuencia, se puede suponer que el pasaje de una doctrina 
cientlfica a su representación implica: 
- que se transformaen un conjunto de relaciones relativamente 
autónomas, susceptibles de c;onstituir un marco de conducta relacionado 
con los fenómenos que ha sacado a relucir y compatibles con el sistema 
de valores dominante; 
- que establece la unidad significativa en relación con las cir-
cunstancias de su penetración social y con los aspectos esenciales de 
la realidad que afecta y sobre los cuales actúa. El choque con los valores 
establecidos provoca una eliminación del principio fundamental de esta 
ciencia, mientras que su representación como unidad carga con una 
referencia al principio eliminado. El núcleo se transforma en una som-
bra, pero en una sombra tenaz, activa. 
Sucede como si estuviéramos frente a un ps.lf_oaná/isis-coniunto d! 
_,claciooes, en cuyo marco ueden com render la persona, el compor-
tamiento, y frente a un psicoan ,s,s-emblema,cuyo alcance depende de 
las normas colectivas . ..._ ______ _ 
¿Se forma la representación social de una doctrina cientlfica, si-
guiendo los mismos principios que otra representación social? Nada prue-
ba que suceda de modo diferente. El desplazamiento en el que insistimos 
entre la concepción psitoanalitica y su representación es el signo de que 
esta ha seguido su propio desarrollo en forma autónoma. Sin embargo. 
queda marcada y (favorecida) por la autoridad inherente a la ciencia. 
El control social y el control cientlfico obedecen a objetivos y a 
reglas especificas. La presencia de la ciencia en la sociedad modifica a 
la vez su visión y su aproximación a lo real. Las representaciones socia• 
les tienen un grado de objetividad variable en relación con el de la ciencia 
que es su fuente. Las prácticas, asl como los valores corrientes, lo pue-
den inclinar en uno u otro sentido. La necesidad de que se produzca tal 
85 
inclinación, el conflicto que resulta de ello, la transformación de las 
pricticas y de los valores, integran la historia y la estructura de la repre• 
sentación social de una ciencia. Si, a su vez, la representación puede 
orientar, restringir o favorecer el desarrollo de esta ciencia, esa es una 
exigencia propia de la sociedad y, a m1 mddo de ver, una prueba de su 
vitalidad. 
3 
La materialización de los conceptos 
1 - EL MODELO FIGURATIVO 
Yo llamaría mQdo(o ti¡urativo al esquema de la organización de la 
personalidad qué acabamos de describir. Siempre se recurre a este 
modelo cuando se quiere explicar la conducta de los niflos, la liberación 
de los conflicto.; o la acción terapéutica por medio de conceptos de 
origen psicoanalltico. No se puede decir que sea falso. Pero reproduce 
la teorla osicoanalltíca en forma selectiva. Esta reconstitución permite 
captar formas abstractas y generales que son propias de una reflexión 
cíentlfica acabada. Si califico como · urativo el modelo descrito. es 
porque no es solo una manera de ordenar informaciones, sino el re· 
sultado de una coordinación que concreta cada uno de los términos de 
la representación. \,...___...,-
Por ejemplo, en este caso el inconveniente es: 
a) En primer lugar parte de un todo: 
" El 1)$1coan,I,a,s se propone reducir los traumas pslquic01 que resultan da 
un confücto entre In dos partes consciente e Inconsciente del ind1v1duo o, en 
cierta medida, entra estas do, partes dll 1nd1v1duo y ,u mec:lio circundante" (P.E.) . 
" El p1icoan,1is11 esti para curar iH enfermedades que t ienen un• muela del 
subconseianta con el consciente" (P.M.). 
b) Posteriormente se presenta como una instancia autónoma: 
" El p11coanih11S Htud,a el papel del inconsciente en la ¡6ne11s d1 la con• 
ducta" (P.E.) . " C11ncia que permite discernir lo que 111 personas son ,ncapeces 
de formular y que vero,lmllmente es pensado por e/ 1nconscl1nte" (P.M.). " ¿El 
ps,coan6hs117 Llevar el InconscIente al conaciente puando por el preconac,ente" 
(P.T.). 
c) Finalmente, es una " fuerza" en conflicto con otra " fuerza" , lo 
consciente. Este conflicto personalizado se desa,rolla a través de la re· 
presión. Se puede ilustrar una tendencia análoga a la condensación fe-
nomenológica a propósito del complejo: 
" Devolverles al ¡usto a la vida a 111 pel'$0nH que tienen un complejo" (P. 
O ). "¡El ps1coan61isJs7 Un tratamiento pua quitar a las pel'$0nH su, compltJOI 
de inferiondad para que puedan vIvtr como todo el mundo" (P.M.). 
86 
Es inútil multiplicar los ejemplos. La mutaEióh de_lo abstracto, su 
impregnación por l_!lementos metafó!i~..5 Y-,Erf)_!me!'taJei"lndlvidua!izan 
un momento im oñañtioeTao6íef1vac16n: aqu•r en el c1111I 11 edrfltlo 
te Ico es esquematizado. El esauema o el modelo figW~tlY9 (lui- ruulta 
de ello cum mue as funciones: 
- es un punto común entre la teorla cientlfic:a y 111 repr1H11 l,olón 
social; su exactitud es, por cierto, relativa; se car1oterl1a. nada mimos, 
que por concentrar la mayorla de los conceptos lrnJ1ort1nt11 del pslco• 
análisis; 
- en él se realiza el cambio de lo '.'indirecto"; dicho de otro mo· 
do, lo que en la teorla es expresión general, abstracta, de una serie de 
fenómenos, en la representación se convierte en la traducción inmediata 
~ealL _ r.: 
- el modelo asocia los elementos indicados en una serie autóno• 
ma, con una dmám1ca propia ~Tu- ciétcóñfficto ·erifre!oíñiplícifciyio-
explicito, lo interno y lo externo--, unidad inspirada por el psicoanálisis, 
pero donde se exc!uye lo que está en contradicción cor. el sistema de 
clasificación dicotómica y las normas sociales: la libido. 
El mode!<U!gur1tiVQ,_QJJ~.P...eJ1~trª .~n_eJ medio social como expre-
sión~ · - " " or eso mismo se torna "naturaf'r,-·úlilizado~como,-i- · 
. .. ~fuecortata_dj_r~ct~~enJe, d~~~sta_r_e_!!.L~- · a con1uncI n e os movI• 
mientos, el de la generaf1zac16n colectiva del uso v el de la expresión 
J!:lmediata de los tl!nomenos cdhcrefos, le permite a li! represenlicioñcorr--
vert1rse en un marco cognoscitIvo estable y orientar las percepciones o 
· los IuIcIos sobre el comportamiento o las relaciones interindividuales. 
11 - LA CIENCIA Y EL ANIMISMO INVERTIDO 
La naturalización de las ideas adquiere aqul toda su significación, 
puesto qOel_ontle/e 011a reallt1ad plena a lo que era una abstracción. De 
esa manera el comple10, el tnconsc1ente, no son solamente nociones, si-
nojérmin_os materiajjzadQ~. o~nizaciones casi .tísicas. Los extractos de 
entrevistas siguientes ilustran este hecho: ..l_;l--;, ·---::-
"El p11c_o•n"isl1 es 1plic1bl1 en cierto, cuo, raros, de enfermedades men• 
tales caractenzadas. En 111 neuropatias, la curación es ,njs frecuente: choques 
morales recibidos parcialmente en al Inconselente, 1hl ea donde la rtpres16n es 
mayor" (P.L.). "En 11 lduceci6n hay que evitar 11 actquislc1ón de comple¡os" (P 
L.). "El mcon1ti1nte e.U Inquieto" (P.O.). · 
Igualmente se habla de la "división", de la " mezcla" del incons-
ciente y del consciente; el complejo no tra~..uoa._telación sino algo 
particular,1 ~na especie deest~1 ~ ~~?"fiá~o: ··-· . .:.i..: - - -
"Hay que _estudiar 111 reacciones de loa nlf\os en función de los complejos. 
Pero tamb1,n ex11t1 una personalidad profunda y, si los complejos la perturban, por 
lo menos H •lllO diferente de ellos" (P.L.). "El psicoan,11,is es un tratamiento 
pua quitar/e a la 11nte 1u complejo da lnf1rlorld1q" (P.O.) 
("Quitar" aqul toma el mismo significado que "quitar un órgano": 
87 
la cura analltica se aprlóxima a una especie de tratamiento neuroqu1-
rúrgico.) 
Este d!s~ amiento del concepto a la entidad colect ivamente creada 
estf,r!fornao por natrttos-de tengua¡ir. A"St1'"""'11na mostñiaol a ¡¡eñeralidad 
del traslado de Tas m _ flsico al cam sensorial psi-
col6g1co: _ la represe~tac1 n que nos ace os _.del o ¡e o e cualqu1et 
c1enc1a e1erce también su influencia. Colocadef""e11he '1a medicina. la 
psiquiatrla y J;i biologla, el psico.nál is1s solo podria ser una ciencia si 
actuara sobre los órganos, aunque fueran invis1b!!S. La naturali?ac1ón 
de las nociones psicoanaliticas, al asimilarlas a las otras denominaciones 
cíentlf!cas,_ les confiere una presencia casi ~ lpable, El parad1¡¡made 
toda c1enc1a en nuestra cultura es la c1enc1a ís1comatemática, es decir, 
1.- ciencia de los objetos cuantificables y mensurables. La eficacia de 
una ciencia se evalúa desde e/ punto de vista social, según se acerque 
a estas normas o se aleje de ellas. La ciencia, s,t vema verbo, se interesa 
por lo que no es sujeto. El valor operacional del imperativo cientlfico 
rebasa el marco metodológico, en primer lugar en la dirección del 
control socia/ de toda actividad que pretende plantearse como ciencia. 
medida en tenido científico supone cierto t ipo de 
realidad, emer e una incitación a la creac1 e s por I en 1 1ca 
en re e concepto y o rea . ues o que una ClflOCII habla de órgal\0$ 
y el psicoa~lisis es una ciencia, el inconsciente, el complejo, serán ~~~6 del p~rato pslquico. Se pueden quitar, des.pedir, adquirir~ fi7o-vtvo a lo inerte, lo sub1etivo a lo objetivo, ilo psico-
lógico a lo fisiológico. Este animismo invertido está provocado por el pre-
dominio del tipo i(Wal qüei,emos dHcrílo. Para algunos de nuestros 
infonnantes, el psicoanálisis es ya esta ciencia casi médica, que actúa 
del lado fisiológico; para otros lo será cuando pueda realizar una acción 
fisiológica: 
"(El psicoadllsis) n esencialmente una mechcina: porque II precito actuar 
como un f1siol010 1n 101 traum11 mentales" (P.L ). ''Oencll que recién está 1n sus 
conu,nzos, H desarrollar, con los pr01ruos de la fisioqll del cerebro" (f>.L). 
El 36 % de los su¡etos de la muestra de " clases medias" reprocha 
al psicoanálisis que no tenga ley, que no sea cuantitatívo o fisiológico. 
Las mismas criticas fueron formuladas, sin resultado preciso, en los 
medios cientificos. Los conceptos del psicoanálisis están en contradic• 
ción con el modelo de la ciencia. Se espera que el psicoanálisis se con-
vierta en ciencia para suprimir esta contradicción o bien se lo considera 
solamente una terapéutica. Pero en todo caso es necesario que actúe 
sobre algo, una entidad, un órgano y, para obedecer a las reglas del co• 
nccimi! nto, s!.!s coriceptos deben ser traducciones de seres. El aparato 
psíquico resulta en todo caso un aparato. 
Se deduce entonces un modelo de ciencia cuyo poder creador des• 
cubrimos en el plano del animismo invertido; gracias a este, el público 
llega a representarse el contenido de una teoria a la que, cuanto menos, 
atribuye un significado cientlt ico. El proceso parece encubrir dos moví• 
mientos convergentes: uno que va de la teoría a su imagen, otro que va 
" S. E Atcll . The me!..... A ptydloiot1ical 1~ . _, 11. T111 .. 1 y L ,..,,,llo . f'w-. , • . 
ca/ltlott w /('l(•per- 8-lot Slanford. Stanford U11lwenolty , ,..., 1151, "'91 . .... 
88 
l'r_!a imae_cn ..! la o<fif1ca,;ión social de la retlidad. En un primer momen-
o, la concepción C18nlffica se confronta con sB\emas de valores y se 
opara una elección entre sus elementos. El v,gundo momento tiene con-
secuencias más complejas. Por razon~ que expusimos al comenur este 
cJplt_ulo. JI erupp social identifica a estas relaciones y estos términos. 
reunidos en un modelo, con una realidad objetiva. " naturalización" 
confiere a la re resentac16n social una cafeeomr e ev, enc1a. o s 
so o le de la c1enc1~, · e en una • teona profana" 
autónoma. Cuando nos dicen que el psicoanálisis es "uM cuestión de 
-•complejos", se opera un ordenamiento de los ¡uicios alrededor de! " com-
plejo" que hasta entonces estaba asociado solo débilmente a una ciencia 
preci,sa. No se sabe si esta " copia" de la teoria cientlfica es la de esta 
o la de lo real. Así también se convierte en un instrumento apropiado 
para cateeorizar las personas y los comportamientos. 
89

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