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Evaluacion psicologica en bebes - Grisolia

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La Evaluación Psicológica en la clínica con bebés. 
Lic. Erika Grisolía 
 
 
 
A modo de introducción 
 
La representación del bebé ha cambiado en el transcurso de los siglos. Es así como 
en los primeros años del Siglo XX comenzó a prepararse el camino de una etapa muy 
importante que va a considerarlo como sujeto de la investigación científica. 
Hace algunos años, a partir de los estudios de investigación en torno a las interacciones 
precoces madre – bebé y la psicopatología del lactante, surge la mirada hacia el bebé, 
investigando sus capacidades y su reactividad, la inserción en su familia y en su contexto 
sociocultural. 
El presente trabajo tiene por objeto introducir al lector en el panorama actual del 
Proceso de Evaluación Psicológica Perinatal cuando se consulta por un bebé. 
El campo de la Psicología Perinatal es un área nueva dentro de la rama de la 
psicología de la primera infancia. Por definición, abarca el momento del embarazo, parto, 
puerperio y los primeros meses de vida del niño. Este enfoque implica un abordaje multifocal 
centrado en el vínculo que se establece entre dos sujetos diferenciados: la madre y el niño, 
atravesando sendos procesos evolutivos críticos y donde convergen varios factores: 
biológicos, psicológicos y sociales. 
Para analizar los casos que se nos presentan en el ámbito clínico perinatal creo 
indispensable una evaluación sistemática. 
Los siguientes ejes son los que considero imprescindibles a tener en cuenta en el 
momento de la evaluación del bebé: 
 
1. El lugar del niño en la historia de la familia. 
 
2. El desarrollo psicomotor del niño y la interacción madre - bebé 
 
3. La implicación del evaluador 
 
De ninguna manera se agotan en este texto los temas presentados, sino que se parte 
de una revisión de los conceptos centrales y luego se van delineando los ejes del proceso 
de evaluación. En el primer eje encontramos una descripción del lugar del bebé en su familia 
y las diversas interacciones que allí se suscitan. Luego un segundo eje que incluye las 
principales técnicas actuales de evaluación en la temprana infancia. Por último, el evaluador, 
un eje que no puede quedar fuera de nuestro análisis. 
Con un fin didáctico se han incorporado preguntas que acompañan la lectura y se 
encuentran en cursiva. Forman parte de nuestra mirada profesional a la hora de evaluar e 
interpretar al bebé y sus interacciones. Pero también intentan generar un espacio para el 
desarrollo de interrogantes personales y de reflexión sobre los diversos temas abordados. 
 
 
1. Evaluando el lugar del niño en la historia de la familia. 
 
 
La familia es un conjunto definido por la cultura en la que ésta vive. 
 
 
 
Independientemente de cuáles sean las diferencias estructurales de las 
clasificaciones familiares, las relaciones interpersonales que aquí se edifican son sostenidas 
por comunicaciones estables,múltiples, recíprocas e interactivas. Estas relaciones le dan un 
sentido retroactivo a los sucesos de la vida que son sumamente significativos cuando 
analizamos las viscicitudes que sobrevienen en el desarrollo de un bebé. 
 
 
 
1.a. El nacimiento de la familia trigeneracional – Los abuelos. 
 
Los abuelos representan, sobre todo ante situaciones problemáticas, una fuente 
importante de sostén para los padres. 
De manera general, las relaciones entre los padres y los abuelos afecta 
inmediatamente la forma en que las tres generaciones se adaptarán a la nueva experiencia 
y sus nuevos papeles. 
En el plano afectivo el nuevo niño le aporta gozo a todos, provoca emociones fuertes 
que van a vincular a los diferentes miembros de la familia. Y por otro lado en el plano 
estructural desplaza la estructura de las tres generaciones. 
Cuando los abuelos lo acompañan participativa y cariñosamente aportan al bebé una 
seguridad afectiva muy importante, se constituyen en un sostén para los padres y obtienen 
de esas relaciones un significado para sí en esta nueva etapa. 
 
 ¿Qué lugar tienen los abuelos en la vida de este bebé? 
 ¿Hay algún abuelo que en el discurso de los padres se presente como una 
persona más significativa en la vida del niño? 
 ¿Encuentran rasgos o características en el bebé 
que identifican con algún abuelo, incluso ya fallecido? 
 
 
1.b. La madre 
 
La maternidad no es un hecho de la naturaleza intemporal y universal sino que 
constituye parte de la cultura y está en continua evolución. 
Si observamos los relatos de la herencia helénica vemos que los sentimientos 
maternales están teñidos por la inquietud y el orgullo, pero también por el odio y la 
desmesura. Por ejemplo Tetis, madre abusiva, quería retener a su hijo Aquiles lejos de los 
combates y para eso lo vistió de niña y lo crió entre jóvenes mujeres. Pero fue en vano, pues 
lo mataron durante la guerra de Troya. Níobe, madre de siete hijos y siete hijas, orgullosa de 
su fecundidad se burlaba de Latona, que sólo había tenido a Apolo y a Artemisa: éstos 
mataron con flechas a los catorce “nióbidas”; la madre petrificada por el dolor, fue convertida 
en roca por Zeus. La maldición que golpeó a Yocasta, casada con su hijo Edipo fue 
valorizada por Freud. El odio de Electra por su madre Clitemnestra inspiró a grandes autores 
de tragedias griegas. Medea mató a sus propios hijos para vengarse de Jasón, su padre, 
que se había separado de ella. Su gesto de violencia homicida abrió un abismo de horror y 
angustia. 
 
Se supone que la madre quiere a sus hijos. De acuerdo al imaginario social se cree 
que ella debe estar dispuesta a soportar cualquier cosa, a aceptar todos los sacrificios de 
amor por ellos. Sin embargo, los mitos griegos saben expresar los sentimientos ocultos y los 
pensamientos implícitos, y permiten pensar la ambigüedad de los sentimientos y la 
complejidad de las relaciones humanas. 
 
 
De acuerdo a esta línea de pensamiento, en el momento de evaluar el papel materno 
no podemos dejar de lado un concepto fundamental: el amor maternal es ambivalente. 
 
Este amor maternal no nace cuando una mujer se anoticia de su embarazo, ni cuando 
el bebé llora por primera vez. Implica un proceso, el proceso de maternalización1. Este 
proceso nos habla del nacimiento gradual de una mujer como madre, que precede y sigue 
al nacimiento del bebé y que por lo tanto no se traduce en un momento específico concreto. 
 
Daniel Stern2 plantea que el cambio en la vida mental de una mujer a partir de la 
llegada de un bebé. Es para él, una actitud mental diferente de la que había tenido hasta ese 
momento, “esto no es meramente una reorganización de su vida mental sino una 
organización totalmente nueva que existirá durante el futuro e influirá muy probablemente 
en su vida anterior” y entonces durante un período de tiempo determinará 
 
 sus vulnerabilidades y reacciones emocionales 
 sus pensamientos y miedos y deseos 
 sus sentimientos y acciones 
 sus sistemas sensoriales (los cuales se potenciarán) y el procesamiento de la 
información 
 sus preferencias y placeres 
 sus valores 
 su papel en la historia de su familia 
 
 
 
1 Racamier (1984) plantea que la maternalización es el conjunto de procesos psicoafectivos que se desarrollan e integran 
en la mujer en ocasión de su maternidad, siendo éste un fenómeno psicobiológico. 
2 Stern, D. “El nacimiento de una madre.” Paidós. 1999 
La evaluación de este proceso de maternalización se encuentra íntimamente 
relacionado con la evaluación del bebé. Porque la madre está ahí para intervenir con su 
manera de ser, para contribuir a establecer puntos de organización psíquica así como 
vínculos, en los que su manera de interpretar la evolución de los reflejos arcaicos de su bebé, 
en función de su historia infantil, ayuda a seleccionar lo que hoy llamamos capacidades 
precoces. 
 
 ¿Es posible observar en esta mujer el surgimiento de su actitud maternal? 
 ¿Es posible identificar qué momento del proceso de maternalizaciónse 
encuentra atravezando? 
 ¿Cómo expresa sus vivencias en relación a este proceso? 
 ¿Expresa miedos, angustias, gratificaciones en torno al nacimiento de este 
bebé? 
 ¿Puede comenzar a sentirse madre o perduran aún prioritariamente sus 
identifiaciones como hija? 
 ¿Busca la validación de su nueva identidad? 
 ¿Puede poner en palabras la “ambivalencia materna”? 
 ¿Existe un acuerdo entre lo paraverbal y aquello que expresa verbalmente? 
 ¿Puede historizar la llegada de este bebé? 
 
1.c. El padre 
 
La paternidad tiene su especificidad, su función no se circunscribe a la de ayudar a 
su mujer en el proceso de maternalización. 
Según el Diccionario de la Real Academia Española la palabra “padre” proviene del 
latín “pater” y significa “varón o macho que ha engendrado”. 
Sin embargo al observar la relación padre-niño vemos que la función del padre excede 
el hecho de la propagación de la especie o de aquel que desempeña el papel prohibidor 
únicamente. 
 
La paternidad puede ser definida como “el proceso psicoafectivo por el cual un 
hombre realiza una serie de actividades en lo concerniente a concebir, proteger, aprovisionar 
y criar a cada uno de sus hijos jugando un importante y único rol en el desarrollo del mismo, 
distinto al de la madre”3. 
Hay una multiplicidad de factores que desempeñan un papel importante en el proceso 
de paternalización: la infancia del padre, sus cualidades afectivas, su nivel sociocultural, el 
apoyo afectivo de la madre del niño, su relación de pareja, etc. 
 
Si bien es cierto que existe todavía en nuestra sociedad una sobrevalorización del rol 
materno (que es también percibida por los hombres) es posible afirmar que han comenzado 
a producirse ciertos cambios. 
Investigaciones actuales 4 afirman que la paternidad a diferencia de la maternidad se 
va a desarrollar principalmente a partir de la presencia real del hijo, reafirmándola como un 
potencial innato del hombre que se desarrolla ante el nacimiento del hijo. 
El padre no debe ocupar un espacio intermediario, sino un lugar permanente y estable 
en la vida del niño y a lo largo de su desarrollo. 
 
 ¿Qué lugar tiene el padre en la historia de este bebé? 
 
3 Oiberman, Alicia. “Padre – bebé. Inicio de una relación.” Capítulo 1, pág. 21. Editorial de la UNLP.1999 
4 Oiberman, Alicia. “Padre – bebé. Inicio de una relación.” Pág. 107. Editorial de la UNLP.1999 
 ¿A través de qué hechos o acontecimientos expresa su paternidad? 
 ¿Cómo expresa sus sentimientos en relación al bebé? 
 ¿En qué momento del proceso se encuentra? 
 
1.d. Los hermanos y las hermanas 
 
Las leyendas y mitos de la historia ilustran cómo la rivalidad fraterna marca las 
relaciones generacionales: Caín y Abel, Esaú y Jacob, entre las versiones bíblicas. 
En general los padres toman precauciones para evitar los celos que despierta el 
nacimiento de un hermano: con un regalo que le aporta el recién nacido, haciéndolo partícipe 
de la crianza del pequeño, etc. 
El lugar que le den los padres al nuevo embarazo, los sentimientos que rodean el 
nacimiento, los momentos de separación del primogénito de su madre y las características 
de los padres que se describieron en los apartados anteriores, van a dar forma a las 
conductas agresivas, regresivas y caprichosas en la evolución de los celos en torno a la 
rivalidad fraterna. 
 
 
2. Evaluando el desarrollo psicomotor del niño y la interacción madre - bebé 
 
 
Si bien el crecimiento se entiende como el aumento de la masa corporal y el desarrollo 
como la adquisición de funciones y conductas, ambos procesos se encuentran íntimamente 
relacionados y son el producto de una continuidad de interacciones entre el potencial 
genético humano, por un lado, y el medio ambiente por el otro. 
Pero con fines didácticos definiremos5 como: 
...crecimiento: al proceso de aumento de la masa corporal de un ser vivo, por el 
mecanismo de la hiperplasia y la hipertrofia. Al ser un proceso cuantitativo, es posible su 
medición. 
...maduración: al proceso por el que se producen adquisiciones progresivas de nuevas 
funciones y características físicas. Sus indicadores son la maduración dentaria, sexual, 
psicomotriz y ósea. 
...desarrollo: al proceso dinámico en el que se integran condiciones biológicas del 
individuo con las experiencias que el medio le proporciona. Cada etapa del desarrollo se 
apoya en las anteriores y determina las siguientes y sus indicadores son: la maduración 
psicomotriz, la capacidad de adaptación a distitnas situaciones, el juego, el lenguaje, la 
lectoescritura y su desenvolvimiento en el medio familiar y social. 
 
Las Escalas de los “baby tests” de Gesell y Amatruda (1964) Bayley (1969) Rodriguez 
Arancibia (2001) Casati y Lezine (1968) entre otras, permiten apreciar globalmente el nivel 
de desarrollo psicomotor de los niños y su evolución en los cuatro dominios del desarrollo: 
 
- coordinación óculo motriz 
- lenguaje 
- area motora 
- sociabilidad 
 
Citamos dos ejemplos de escalas de evaluación: 
 
5 Voyer – Rubinsky – Cambiano – Pediatría Cap. “Crecimiento y Desarrollo”. Ed. La Rosa 2003. 
 
a) La Escala de Evaluación del Desarrollo Psicomotor. Rodriguez Arancibia 
(2001) 
 La E.E.D.P. mide el rendimiento del niño frente a ciertas situaciones que para ser resueltas 
requieren determinado grado de desarrollo psicomotor. Se han distinguido dentro del 
proceso del desarrollo psicomotor cuatro áreas de funcionamiento relativamente específicas 
e independientes: MOTORA (M), LENGUAJE (L), SOCIAL (S) Y COORDINACIÓN (C). La 
escala mide el grado de desarrollo psicomotor en las áreas anteriormente señaladas sobre 
la base de las técnicas de observación (se observan las conductas del niño frente a 
situaciones especificas directamente provocadas por el examinador) y preguntas (se 
interroga a la madre sobre conductas de éste). 
 
b)Escala Casati y Lezine (1968). 
El test estudia los estadios de la inteligencia sensoriomotriz de 6 a 24 meses y consta de 45 
pruebas aplicadas a diferentes situaciones. Fue la primera tentativa en Francia y las pruebas 
se construyeron basadas en las observaciones experimentales y controlables de Piaget. 
Para este autor la inteligencia es esencialmente operativa. Su función es actuar sobre los 
materiales que ella recibe, movilizarlos y transformarlos. 
En Argentina se ha llevado a cabo la adaptación de esta Escala y de allí surgió la EAIS – 
Escala Argentina de Inteligencia Sensoriomotriz. (Oiberman – Mansilla – Orellana 
2003) 
En el fundamento de esta Escala se consideran, entonces, las etapas y los mecanismos de 
este proceso genético, y específicamente los concernientes a la coordinación progresiva de 
los esquemas o estructuras de acción sensoriomotriz. Esta escala prioriza los aspectos más 
importantes de las adaptaciones sensorio-motrices: 
- La relación entre los elementos sobre las cuales se da la acción (distinción entre 
medios y fines). 
-La coordinación de esquemas (búsqueda del resultado a obtener). 
- La toma de conciencia de la dirección del acto o del deseo (la intencionalidad). 
Por otra parte, la evolución de la inteligencia sensoriomotriz tiene lugar a través 
de una sucesión de estadios, considerados como escalones sucesivos de equilibrio en 
el progreso hacia el ajuste motor. 
 
La Escala toma en cuenta, entonces, esta sucesión de estadios, verificando la 
existencia de los mismos y considerando que un estadio cubre un período durante el 
cual, cierta conducta, en un dominio determinado, forma un sistema en equilibrio. 
 
 
Evaluando la interacción madre-bebé 
 
La interacción que se produce entre la madre y su bebé es directamente observable 
y posible de evaluar. Podemos citar algunos autores cuyas investigaciones han dado origen 
a diversas escalas que apuntan al análisis del vínculo temprano: David y Apell (1962) 
Lezine, Robin y Cortial (1975) Bur, Gozlan, Lamour,Letronmier y Rosenfeld (1989) 
Greenspan y Liberman (1980) Massie y Rosental (1986), entre otros. En nuestro país 
podemos citar los trabajos de Zigaler (1983) y Oiberman (2001). 
 
 
A modo de ejemplo citamos La Escala de Observación de vínculo madre –hijo (Oiberman, 
2001) 
A partir de las observaciones realizadas a madres y bebés que concurrían a controles 
pediátricos mensuales en el Hospital Materno Infantil “Ramón Sardá” se llevó a cabo la 
construcción de la técnica de observación de vínculo. El objetivo fue incorporar métodos 
estandarizados para la observación del binomio madre-bebé, y así facilitar el estudio de las 
conductas en la atención del niño pequeño. 
Se construyeron dos perfiles de observación, uno de 0 a 6 meses de vida del bebé y otro de 
7 a 15 meses y ambos perfiles se basan en la observación de las siguientes funciones: visual, 
corporal, verbal y de sostén. 
En ambos perfiles se evaluaron los comportamientos de la pareja madre-bebé 
correspondiente a cada función, escalado de acuerdo a tres valores: 0, 1, y 2, donde 0 es 
ausencia de relación, la conducta es realizada por un solo miembro de la díada y 2 cuando 
la conducta es realizada por ambos miembros. En cada parámetro se anotan las distintas 
conductas que varían desde la función de mirar, tocar, hablar, hasta registrar si 
existen conductas mutuas de caricias, miradas y “conversaciones”. Además, se indica 
la conducta del bebé hacia la madre y de la madre hacia él, y quién de los dos toma la 
iniciativa. 
Estos perfiles de observación vincular permiten una evaluación cualicuantitativa de 
algunos aspectos de la relación madre – hijo durante el primer año de vida. 
 
Un concepto fundamental que merece especial atención para evaluar 
cualitativamente la díada es el de Apego. Aunque las conductas de apego pueden ser 
evaluadas a través de las escalas, ya que es un constructo que forma parte de su marco 
teórico, es posible registrarlas simplemente observando los intercambios que se producen 
entre la madre y el bebé durante el proceso de evaluación. 
 
Brevemente podemos mencionar que la historia de la teoría del apego comienza con 
John Bowlby (1969, 1973, 1980, 1988). 
La investigación del apego se inicia con Mary Ainsworth (Ainsworth y otros, 1978) 
quien describió tres tipos principales de apego infantil: el seguro, el inseguro-evitativo y el 
inseguro-resistente. Estos tres modos de responder a la separación y reunión fueron vistos 
por Ainsworth como tipos de apego organizados y motivados, que emergían como una 
función de la historia de la relación madre-niño. Cuando las madres se mostraban sensibles 
a las necesidades de consuelo y seguridad del niño, capaces de proveer al niño de lo que 
Ainsworth refiere como una "base segura", estas necesidades eran expresadas abierta y 
fácilmente. Cuando las madres ignoraban, rechazaban o distorsionaban las necesidades de 
sus niños, éstos desarrollaban menos recursos funcionales y adaptativos para comunicar 
sus necesidades a sus padres cuando estaban angustiados y buscaban consuelo. En las 
décadas posteriores a la publicación de la original investigación de Ainsworth, los 
investigadores han basado el apego seguro en la infancia en puntajes para proveer una 
especie de "factor de protección" en el desarrollo posterior, el cual ha sido vinculado a un 
amplio rango de habilidades sociales y desarrollo emocional. Desde una perspectiva clínica, 
los niños seguros han establecido relaciones emocionales resistentes y flexibles con sus 
objetos de amor primarios. 
 
Tal como bien ha sido descrito por los psicoanalistas, especialmente Benedek (1959), 
Bibring (Bibring y otros, 1961), Stern (1995) y Winnicott (1965), las madres (y los padres) 
empiezan a desarrollar representaciones de sus niños ya durante el comienzo del embarazo. 
Estas representaciones se vuelven crecientemente complejas y estructuradas en el 
transcurso del desarrollo y reflejan una amalgama de percepciones y fantasías parentales 
acerca de quién es el niño, cómo funciona y cómo se siente. Naturalmente, estas 
representaciones incluyen aspectos conscientes, preconscientes e inconscientes y están 
poderosamente afectadas por las relaciones tempranas de objeto de los padres y por sus 
experiencias de apego. Estas representaciones del niño y las representaciones 
complementarias del sí mismo como padres son un aspecto crítico y fundamental de la 
relación madre/padre-niño y, en efecto, funcionan como una manera de regular sus 
respuestas hacia el niño (Lieberman, 1997; Slade y otros, 1996; Solomon y George, 1996). 
 
 
¿Puede esta mamá describir sus experiencias de apego temprano? 
¿Puede expresar los sentimientos que a ellas se asocian? 
¿Es una mamá que se defiende del recuerdo de sus experiencias 
infantiles tempranas? 
¿Se encuentra angustiada o inundada de dolor en torno a su apego 
con el bebé? 
¿Es el bebé capaz de separarse de su mamá y explorar las cosas de 
su alrededor? 
¿quién es este bebé para esta mamá? 
¿Interpreta los mensajes de su hijo desde su rol de bebé? 
¿Es este bebé un personaje concreto en la historia de la madre? 
 
 
3. La implicación del evaluador. 
 
 
Acerca de la observación del evaluador 
 
“Captar lo real tal como es y comunicar a los demás lo que ha sido observado son dos 
dificultades considerables”. (Michiels-Philippe “L´observation”) 
 
En el marco de la evaluación del vínculo madre- bebé y del desarrollo psicomotor del niño, 
la observación se moldea en relación a un objetivo específico y a un encuadre determinado. 
Pero el observador no está solo, es importante destacar que trabajamos con la idea del 
observador más el observado: están en interacción y algo sucede entre ellos. Observar 
es, en parte, actuar, en parte participar. Sobre el observador pesan ciertas exigencias. Es 
participante pero al mismo tiempo tiende a establecer un distanciamiento necesario6. Su 
grado de participación modifica al observado, pero no debe alterarlo. Dice Lebovici7 “la 
relación observador-observado es siempre emocional”. El observador busca describir la 
evolución de un ser entero y, sin embargo, debe necesariamente recortar, desde un punto 
de vista temporal, la realidad observada para “apropiársela”. El peligro sería que construyera 
un lactante situado a priori, interpretado a priori, un a priori del lactante. La observación 
implica simplemente adoptar una actitud particular de “ajustarse a”, es decir, ser fiel en su 
descripción y considerar con atención, es decir con precisión, aquello que tiene un valor 
científico. 
 
 
6 Sobre el concepto de “disociación instrumental” ver Veccia, T.(2002), Diagnóstico de la Personalidad. Desarrollos 
Actuales y Estrategias Combinadas. Cap. 1: “Teoría y Práctica de la Entrevista. Su aplicación a procesos diagnósticos. 
Validez y confiabilidad del instrumento”.1ª Edición. Editorial Lugar , Buenos Aires. 
7 Lebovici, Ajuriaguerra, Diatkine “A propos de l´observation chez le jeune enfant”, en Psychiat. Enf., 1958. 
No tiene importancia decir que el observador debe saber que él mismo forma parte de la 
realidad que observa. Debe analizar sus conductas y sus actitudes a la luz de las 
reacciones que ellas suscitan y debe adquirir conciencia de la realidad imaginaria y 
simbólica en la que ha sido situado por sus interlocutores. 
 
Es importante retomar el trabajo de René Spitz, quien en 1935 emprendió numerosas 
observaciones sistemáticas de niños muy pequeños. En el XXVI Congreso de Psicoanalistas 
de Lenguas Romances en 19668 se suscitó el siguiente diálogo: 
A una pregunta de Diatkine: “Me gustaría que nos diera alguna información a propósito de 
la forma en que usted interpreta este recabamiento de datos, pues su prpopia posición de 
observador, por el hecho de ser psicoanalista, modifica considerablemente las cosas”, Spitz 
respondió: “en principio hay que quedarnos en lo cronológico: la sonrisa antes de la angustia 
del octavo mes. Hacemos variar lo quepuede variar. Ciertos hechos nos sorprenden y exigen 
una explicación. Interrogamos a mucha gente competente, damos nuestra opinión y oímos 
las de distintas personas. Tratamos de identificarnos. La empatía aumenta con el análisis 
personal. La minucia de la observación, la libertad interior, el control del equipo sirven de 
garantía.” 
 
Las hipótesis que surgen de la observación del evaluador deben tomar en cuenta la 
implicación inevitable del mismo en el medio observado. 
 
La interacción del evaluador con el medio no sólo es inevitable sino que sin ella no hay 
observación; especialmente cuando aquello observado es un bebé y su madre. 
 
Sobre el rol del evaluador 
 
 La presencia de la madre y el bebé despierta en el evaluador sentimientos, 
percepciones y reacciones que deben ser registrados en cada evaluación. 
 
El evaluador capta los mensajes gestuales del bebé y sus movimientos, y los 
mensajes tanto verbales como paraverbales de la madre. Luego modifica la estructura de 
este campo a partir de sus preguntas, para finalmente arribar a las conclusiones del caso. 
 Al igual que en un proceso psicodiagnóstico corriente, aquí el encuadre de la 
evaluación cobra un importante papel. Siguiendo las formulaciones de Winnicott el encuadre 
en este marco incluye a mi entender tres caracterísiticas imprescindibles: debe ser estable, 
confiable y predecible. 
 
Porque la evaluación psicológica perinatal agrega ciertas variables al rol habitual del 
evaluador, ya que su presencia recrea metafóricamente el “holding materno”, es decir, los 
sucesos más tempranos9 en la historia de un ser humano. 
Durante el proceso de evaluación se abrirá un interjuego relacional donde a partir de 
la singularidad del evaluador, van a aparecer a través de la díada madre – bebé los reclamos 
basados en las necesidades que pugnan por emerger, intentando obtener del psicólogo la 
respuesta buscada y especialmente su aprobación. 
 
8 Spitz, René “Implications metapsychologiques de mes recherches sur les dondées du developpement infantile” en Rev. 
Fr. De Psychanalyse, 1966. 
9 Es necesario detenernos en la dialéctica temprano / profundo. Tomo aquí el punto de vista de Winnicott (1957) para 
quien el concepto temprano se refiere a aquellos contenidos que posibilitan el inicio de la historia de un sujeto en 
términos de sostén y presencia. 
El rol del evaluador se vuelve, para la madre, especialmente significativo, debiendo 
contener las emociones que provoca “ser evaluada” “ser observada” “ser juzgada” en un 
momento psicoafectivo complejo tanto para la madre como para el bebé. 
 Es importante que el evaluador sepa esperar hasta la entrevista de devolución para 
restablecer gradualmente de manera útil y tranquilizadora sus ideas sobre el proceso de 
evaluación realizado en relación a las emociones que allí se suscitaron. En este sentido, 
verbalizamos especialmente los sucesos acontecidos en el presente inmediato de la 
consulta para luego integrarlos en la medida de lo posible con aspectos más profundos. 
 
 
 
 A modo de conclusión... 
 
 
 En este texto se ha querido destacar la importancia de la evaluación perinatal como 
proceso. Un proceso complejo que involucra además de las herramientas de evaluación y 
las diversas estrategias diagnósticas, nuestra infancia. 
 
 Evaluamos a un bebé desde nuestro bebé interno, desde aquel que fuimos 
construyendo a lo largo de nuestra vida. Y evaluamos a un bebé desde un marco teórico 
específico, a través de la reconstrucción que cada uno ha hecho del mismo. 
 
 Trabajando con bebés, nos encontramos evaluando especialmente cómo se implican 
el afecto y la emoción en los procesos cognitivos y cómo se presenta delante de nuestra 
mirada ese mundo vincular naciente. 
 
 
 
 
 
Bibliografía 
 
 Ajuriaguerra: Manual de Psiquiatría infantil. Distintas aproximaciones teóricas sobre la 
estructuración mental precoz. Pág. 42-54. 
 Bowlby: La separacion afectiva. Tercera parte. Diferencias individuales en la propensión a 
experimentar temor: el apego ansioso. Pag. 215-220 y 225-245. Paidos. 
 Bowlby: Una base segura. Conferencia 7: El papel del apego en el desarrollo de la personalidad. 
Pág. 140-154. Paidós, 1989 
 Fiszelew, R; Oiberman , A. Fuimos y Seremos. Edit. UNLP- La Plata 1995. 
 Oiberman A.; Mansilla M.; Orellana L. Nacer y Pensar . Construcción de la Escala de Inteligencia 
Sensorio-Motriz ( EAIS) de 6 meses a 2 años. Vol.1.Ediciones CIIPME-CONICET ,Buenos Aires, 
2002 
 Oiberman, A : Tecnicas de observación de la relación madre-hijo: un estudio preliminar . Bs. As, 
Junio 1999. Revista Interdisciplinaria vol.16 No.1, pag.1 al 18. 
 Oiberman, A. Observando a los bebés. Lugar Editorial. Buenos Aires, 2001 
 Spitz,R: El 1° año de vida del niño. F.C.E. México,1977 
 Stern: El mundo interpersonal del infante. Paidós. Bs As 1991 
 Veccia, T. “Enfoque Conceptual Psicodinámico del Diagnóstico Psicológico”.Ficha del Depto de 
Publicaciones- Fac. de Psicología-UBA. 2004 
 Veccia, T.: Diagnóstico de la Personalidad. Desarrollos Actuales y Estrategias Combinadas. 
2ªedición. Editorial Lugar , Buenos Aires, Cap. 1 “Teoría y Práctica de la Entrevista. Su 
aplicación a procesos diagnósticos. Validez y confiabilidad del instrumento” y cap. III “ 
Encuadre, objetivos y fases del proceso diagnóstico”. 2002 
 Winnicott, DW: Escritos de Pediatría y Psicoanálisis. 
 Capitulo 2 Desarrollo emocional primitivo (1945) pag. 203-218 
 Capitulo 8 Objetos y fenomenos transicionales (1951) pag. 313-319 
 Capítulo 14 Preocupación maternal primaria (1956) pág. 405-412 
 Winnicott, DW: Exploraciones Psicoanalíticas I. 
 Capítulo 19 Importancia del encuadre en el modo de tratar la regresión en psicoanálisis 
pág. 122-129 
 Capítulo 36 La experiencia de mutualidad entre la madre y el bebé pág. 299-310 
 
 
 
	A modo de introducción
	1.a. El nacimiento de la familia trigeneracional – Los abuelos.
	1.b. La madre
	1.c. El padre
	1.d. Los hermanos y las hermanas
	Evaluando la interacción madre-bebé
	Acerca de la observación del evaluador
	Sobre el rol del evaluador
	Bibliografía
	 Winnicott, DW: Exploraciones Psicoanalíticas I.
	 Capítulo 19 Importancia del encuadre en el modo de tratar la regresión en psicoanálisis pág. 122-129

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