Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
El Asia está prácticamente malograda para el imperialismo. El peso de China y Rusia, por razones geopolíticas, económicas y culturales, dentro de la política mundial, es de tal orden que los movimientos asiáticos de liberación están destinados a triunfar en términos más o menos próximos. La India, en permanente convulsión, no escapará al torbellino, y entrará en breve, en una etapa de su existencia histórica similar a la de China, converti- da hoy en gran potencia mundial. Una muestra de este tránsito del colonialismo a la independencia y la socialización, cargado sin duda de múltiples e intrincados problemas, puede encontrar- se en Indonesia. Geográficamente, Indonesia y sus islas perte- necen a China. Y el contacto e intercambios económicos y cul- turales con esta nación asiática, serán cada vez más estrechos. Europa y EE.UU. deberán abandonar el Asia. La tesis, en su momento lanzada por Japón, con otros fines, es un destino his- tórico indetenible: ASIA PARA LOS ASIATICOS. La penetración europea, en este conjunto de países que es Indo- nesia, se inició en 1511 con las conquistas portuguesas. A Portugal siguió España. Desde entonces, un tráfico comercial intensísimo, sobre todo de especias, atrajo las ambiciones de Inglaterra y Fran- cia. También los holandeses, algo después, participaron en la rapi- ña. Por último, Holanda, extendió su he-gemonía y preponderancia comercial indiscutible sobre sus com-petidores europeos. La colo- nización holandesa es de las más hórridas. "La Historia de la administración colonial holandesa -y téngase en cuenta que Holanda era la nación capitalista modelo del siglo XVIII- hace desfilar ante nosotros un cuadro insuperable de trai- ciones, cohechos, asesinatos e infamia." (MARX). Los ingleses los imitan. En 1602 se funda la Compañía de las Indias Orientales. En 1619, Holanda e Inglaterra acuerdan la explotación común de las islas. Luego de salvajes guerras de exterminio, particularmente de parte de los holandeses, quedó implantada la esclavitud como institución civilizadora. Estas is- las, muy pobladas, son en realidad productos de sucesivas estratificaciones y mestizajes étnicos y culturales, pero han con- servado la cultura de origen oriental, aunque la mezcla racial con los portugueses ha dejado huellas palpables en algunos as- pectos culturales indonesios. No debe olvidarse, que Camoens, considerado por los mismos españoles como el más grande poeta de las lenguas ibéricas, le dedicó un himno a la pimienta. El colonialismo no se inmutó ante nada. Su definición se en- cuentra en el pensamiento del gobernador Daendels, en 1808: "La protección de los trabajadores no hacía sino alentar su pereza natural'. Es el argumento preferido de los colonizadores mediante el aderezo iconográfico de la inferioridad étnica, cul- tural y moral de los nativos sojuzgados por medios militares y navales superiores. En 1809 -en la época de las invasiones inglesas al Río de la Plata- y en 1811, Gran Bretaña ocupó por la fuerza Bativia. Los procedimientos fueron gemelos. Desde entonces, las regiones de Indonesia se transformaron en ce- menterios humanos. Un colonizador holandés de Java describió la situación en pocas palabras: "Uno nace, se casa y muere en las plantaciones de índigo". Jean Bruhat, conocedor de la colo- nización holandesa, recuerda que las muertes eran tan impresio- nantes "que a veces se ordenaba a los trabajadores que llevasen sus propias mortajas". Indonesia, considerada entre los ex com- plejos coloniales territoriales, como uno de los más unificados del Asia, tiene 333 lenguas y dialectos diferentes. El mismo Bruhat ha relatado la colonización de Indonesia y los obstáculos im- puestos desde afuera a fin de impedir su industrialización. Obstá- culos similares en todos los países sometidos aunque los deta- lles varíen: "Los manufactureros metropolitanos y los banqueros, están de acuerdo, en un punto: que no haya industrialización. Sólo durante la II Guerra Mundial, Indonesia, al no mantener casi relaciones comerciales con Holanda, asiste a cierto desarrollo industrial. Pero al término del período del cual nos ocupamos, los resultados no son satisfactorios. Ni siquiera pueden resolver el excedente de mano de obra ni satisfacer un mercado interno aunque muy reducido por el débil poder adquisitivo de la pobla- ción. Se trata de industrias de transformación de productos agrí- colas: molinos de arroz, fábricas de caucho, té, fábricas combi- nadas de té y caucho, establecimientos de torrefacción de café, ingenios azucareros, etc. Paralelamente se ha establecido una UNTREF VIRTUAL | 1 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui El Asia: Indonesia industria ligera de bienes de consumo, algodón, papel, cigarrillos, cigarros, jabón, cerveza, margarina, calzado, esmaltes, neumáti- cos, bicicletas, maquinarias agrícolas, etc." De cualquier manera, lo que Europa barrió, quedó latente como cultura anterior y fue el coagulante que posibilitó la independencia de Indonesia, cuyos progresos han sido indudables a pesar de los graves problemas políticos y económicos que debe afrontar todo país que se inde- pendiza. Al ser conquistada, Indonesia, había alcanzado un alto grado de cultura y sobre el subsuelo malayo e hindú más anti- guo, es visible en esta notable civilización oriental, la influencia china, a la que deben agregarse importantes aportes árabes, pérsicos, y en escasísima medida europeos. Es la arcaica cultu- ra colectiva, en la cual había germinado y hoy renace un arte deslumbrante, de refinada y original técnica, que no sólo com- pagina la existencia de una cultura propia, perceptible sobre todo en la arquitectura indomalaya, sino lo que es más destaca- ble, una tradición espiritual sepultada durante siglos, pero viva en las masas, que al fin, en circunstancias propicias, sirvió de estímulo y cohesión para la acción emancipadora. En tal orden, las culturas verdaderas son invencibles y, tarde o temprano, si no son exterminadas por el primer impacto, desalojan al invasor extranjero. Iberoamérica: Su Próxima Liberación Nacional "En el fondo de toda alma argentina, hay un estanciero y sigo vi- rilmente con profunda fe, la tendencia nativa. La estancia resul- ta una fuente espiritual, un manantial de holgura y un centro de afectos sanos y fuertes." RAMON F. CARCANO Estas palabras de un oligarca provinciano y político conserva- dor, condensan uno de los embaucamientos que la clase terra- teniente trasmite a las demás con el cebo del ascenso social dentro del modelo económico y sociológico del colonialismo. No afectan al hecho -ya se ha dicho más arriba-ciertas diferencias de grado en el desarrollo de la Argentina con relación a otros países de la América latina. Cabe, en cambio, puntualizar, cómo estas supercherías sistematizadas, abonan valoraciones frau- dulentas en los países dependientes. Hemos dicho que esta parte del continente, es el último y más copioso reducto que le resta al imperialismo norteamericano. Pero América latina ha entrado en el estadio de las revoluciones anticolonialistas de masas. En 1962, la Organización de las Naciones Unidas para la Amé- rica latina, preparó un informe cuyas conclusiones fueron las siguientes: Sobre una población de 230 millones de habitantes, sólo se cultiva, en un dilatado y feraz territorio, el 5 % del área utilizable. Posee mil millones de hectáreas en bosques e impor- ta maderas por valor de 300 millones de dólares anuales. La mortalidad infantil, por las bajas calorías consumidas, alcanza las cifras, por cada mil niños nacidos de: Argentina: 43 Chile: 86 Venezuela: 150 Perú: 200 Bolivia: 210. He aquí el ideal de la estancia. Sobre la población total estima- da, 70 millones padecen hambre. Sobre éste hambre, EE. UU. mantiene sus ficciones "democráticas", o sea, su nivel de vida. En 1962, un influyente diario norteamericano, portavoz de los grandes monopolios, lo especificó sin disimulos: "Si no tuviéramos América latina de nuestra parte, nuestra situa- ción sería desesperada. Si nos fueren negados sus productosy mercados, los EE.UU. nos veríamos reducidos a ser una nación "de segundo orden y causaría una devastadora reducción de nuestro standard de vida. Las materias primas en América lati- na son esenciales para nuestra existencia como potencia mun- dial". (THE NEW YORK TIMES). En 1954, John Foster Dulles, Secretario de Estado de los EE.- UU. había escrito en "Nation's Business", órgano de la Cámara de Comercio Americana: UNTREF VIRTUAL | 2 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui "El comercio de seguridad mutua será mantenido, pues éste constituye al mismo tiempo que una excelente política de segu- ridad, una empresa provechosa. En menos de un quinquenio, la apreciación del rotativo yanqui ha quedado corta. La política norteamericana ha desembocado en un período de aguda crisis internacional que se refleja en sus relaciones económicas, diplomáticas y mili-tares con los vecinos latinoamericanos. Estos problemas, están hoy para su solución en manos del Pentágono. De la inteligencia militar yanqui. En Siam, Vietnam, Laos, Camboya, Filipinas, Indonesia, etc., se ha iniciado el derrumbe. Las luchas de estos pueblos por la recupe- ración nativa, por su parte, ha entrado en ruta. El mundo se ha contraído. La política de los EE.UU. cada vez más agresiva, más desesperada y ciega, lo demuestra. Situación doblemente crítica, pues la mitografía del edén norteamericano, de la civi- lización anglosajona titánica, pierde día a día adeptos dentro y fuera de los EE. UU. Los norteamericanos viven, a raíz de esta confluencia de fac- tores económicos, militares, nucleares, en estado de tensión neurótica. Hay ansiedad y miedo. Síntomas precursores de una civilización que se apaga. La pérdida de las colonias repercute dentro de la propia economía norteamericana y millones de se- res en los EE. UU., sienten esta amenaza agobiante: "El desnivel en la distribución de los ingresos se refleja en la de- sigualdad del consumo, desigualdad tan sensible, que las teorías sociales contemporáneas sobre la democratización o la masifi- cación de los símbolos del "status" económico tienen una signifi- cación bien escasa para la Norteamérica de este decenio. De un lado, cerca de la mitad de la población tiene la posibilidad finan- ciera, hacer frente sólo a sus necesidades físicas inmediatas, y el núcleo más considerable de este grupo, cerca de un tercio de la nación, no está en condiciones de poder cubrir siquiera las ne- cesidades fundamentales. De otro lado, un pequeño sector, un décimo de la población como máximo, vive dé esa manera prós- pera y con frecuencia suntuosa que la mayor parte de los co- mentaristas atribuyen a la mayor parte de los norteamericanos. Y dentro de este pequeño sector existe una élite económica (...) Esta élite la integran los grandes accionistas y los dirigentes de la sociedad, que tienen de común la misma "vida social y la misma gama de valores". (C. KOLKO). En 1956, otro experto, A. Gorz, había descrito la situación así: "En 1956 se contaba en los EE.UU. para una población de 170 millones de habitantes poco más de 3 millones de unidades de consumo (o sea de 7 a 10 millones de individuos) que disponían de un ingreso inferior al nivel de subsistencia. El número de indi- viduos que vivían miserablemente (es decir, con menos de 2.000 dólares anuales, se calculó en 20 millones, es decir, alrededor del 12% del total: la mayoría de ellos reside en el campo pobre del sur, del sureste y el noreste. Según el criterio del Bureau Of Labor Statistics, el 51,3% de la población (contra el 48% en 1935-36), tenía en 1950 un nivel de vida inadecuado en compa- ración con las condiciones que prevalecían antes de la guerra en las grandes ciudades. En otros términos, más de la mitad de los individuos son pobres, están condenados a un nivel de vida inferior al del promedio de los ciudadanos, y probablemente se sientan frustrados en las necesidades que han creado la publi- cidad y el ejemplo del nivel de vida de los demás individuos. La pobreza, sin embargo, no es idéntica a la miseria: este es el des- tino del 11,2% de los ciudadanos cuyas necesidades elementa- les permanecen insatisfechas y cuyas reivindicaciones son autó- nomas." Es exacto. La pobreza no es la miseria. Y sería exagerado decir que EE.UU. esté al borde de un colapso interno. Hay indicios sin embargo. Entre otros, la creciente tormenta negra de la pobla- ción norteamericana de color. EE.UU. tiene aún inmensos recur- sos económicos, tecnológicos y militares, para contrarrestar transitoriamente la crisis nacional que se avecina. De estos re- cursos, el más valioso es la América latina. En este apartado del globo, las inversiones norteamericanas ascienden -las mayores del mundo- a 9.000 millones de dólares. Paul Johnson ha eva- luado la situación: "En los últimos diez años, la caída de los precios mundiales (de la que han obtenido enormes beneficios los EE.UU. y los demás UNTREF VIRTUAL | 3 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui países industriales desarrollados) ha significado una reducción neta del ingreso de la América latina de más de mil millones al año: tres veces más, en total, que la suma total de la ayuda y los préstamos que esta región ha recibido durante el mismo pe- ríodo. Esta es la brutal aritmética que explica porqué cientos de millones de latinoamericanos pobres se están empobreciendo cada vez más."1 Esta "brutal aritmética" explica muchas cosas más. Veamos algunas. La separación de Cuba del sistema interamericano ha acrecido el descrédito y disecado el contenido de la O.E.A. ma- nejada a discreción por los EE. UU. En 1964, en la IX Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, reunida en Washington, Dean Rusk pudo aducir: "La tercera clase de medi- das consistiría en instar a nuestros gobiernos y a los de otros países del mundo libre, para que tomen las providencias ade- cuadas, respecto al comercio de Cuba. Esto es pertinente, puesto que la amenaza comunista del hemisferio es también una amenaza a otras partes del mundo libre". En Punta del Es- te, en 1962, volvió a reiterarse, bajo la presión de los EE.UU., el peligro cubano sobre la base de la ayuda económica prestada por Rusia a la isla del Caribe. Aparte de las bases norteameri- canas, aún existentes en Cuba, en el caso más reciente de la invasión a Santo Domingo se ha violado expresamente la Carta de la O. E. A., en particular, los artículos 102 y el 52 de la Carta de las Naciones Unidas. La presión económica sobre Cuba y el desembarco norteamericano en Santo Domingo -como comen- ta Enrique Corominas- han pisoteado el Art. 69 del Tratado Inter- americano de Asistencia Recíproca. Pero estos entuertos no cuentan. El secretario de defensa, Robert Mac Namara, ha de- fendido la política de la Unión en la América latina de la sigu- iente forma: "Los comunistas se parapetan detrás de los movimientos que luchan con la insatisfacción social y el progreso. Esta es la ra- zón por la cual, el aporte militar de la América latina continúa siendo orientado hacia la seguridad interna y la acción cívica. Los gobiernos deben ser capaces de mantener a raya a la vio- lencia si quieren obtener cambios pacíficos a través de los pro- cesos democráticos. La ayuda brindada por nosotros a las fuer- zas latinoamericanas ha servido para contrarrestar serios ata- ques insurgentes, en Bolivia, Venezuela, Perú, Colombia, Gua- temala y Uruguay. En particular Perú, ha hecho grandes progre- sos en la lucha contra las concentraciones de guerrilleros. El gobierno de ese país afirma que los insurrectos que operaban en los Andes centrales, han sido derrotados". (EL MUNDO: 24- 2-66).1 Palabras cínicas y prepotentes. En primer lugar, Cuba tiene de- recho a una política internacional propia, sobre todo, cuando EE. UU., no sólo a través de los sucesos de Playa Girón, sino mediante el bloqueo económico, intentó derrocar a una revolu- ción nacional triunfante. Y además, porque si bien los EE. UU. no pueden ver con buenos ojos un régimen socialista como veci- no, aliado al bloque comunista,tampoco Rusia y China miran angelicalmente las bases norteamericanas nucleares de Okina- wa, en Japón, que para la seguridad interna -usando las pala- bras de Mac Namara- de China y Rusia, significan un evento peor que Cuba para los EE.UU. "El alcance de estos proyectiles -manifiesta James Diamond- abarca toda la línea costera de Chi- na, y además, toda la costa de Vietnam del Norte y Corea del Nor- te. También caen dentro del perímetro la mayoría de las grandes ciudades y objetivos militares de esos países. Incluso, podría pre- guntarse en que medida cae dentro de ese radio de alcance, la Unión Soviética". También las deudas históricas -como los intereses usurarios- se pagan. La política de los EE.UU. es una prolongación en el tiem- po de una estrategia que viene de atrás. Pero el rumbo históri- co ha cambiado. En 1848, EE.UU. procuró comprar la isla de Cuba. Ante el fracaso, proclamó la legitimidad de la fuerza como derecho en varios ensayos que se sucedieron hasta que en 1861, al liberarse Cuba de España, la isla asiste a la penetración UNTREF VIRTUAL | 4 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui 1 En 1968 las inversiones norteamericanas llegaron a 11.000 millones. 1 La actual política del Gral. Velazco Alvarado que cuenta con apoyo popu- lar, contra las empresas petroleras yanquis, reanuda la lucha del pueblo her- mano del Perú contra EE.UU. yanqui y al control de sus riquezas. La Enmienda Platt redujo a Cuba a un protectorado, que es una de las formas más viles del coloniaje. Desembarcos militares yanquis, desde 1899, se repi- tieron en 1906, 1912, 1917 y 1920. Las inversiones norteamer- icanas, en creciente aumento, se apropiaron de la economía, servicios públicos, producción azucarera, y por tanto, de la so- beranía de Cuba. Los gobiernos cubanos, como el de Batista, fueron armados por los EE. UU. En 1895, Richard Onley, secre- tario de Estado, declamaba eufórico: "Hoy en día los EE.UU. son prácticamente soberanos en este continente y su mandato es ley para los súbditos a los que impone su autoridad. ¿Por qué? No por la pura amistad ni la buena voluntad hacia este país. No sólo por su elevado carácter de Estado Civilizado, ni por que la prudencia, la justicia y la equidad sean los rasgos inevitables de todos los tratos de los EE.UU., sino porque ade- más de toda otra razón, sus infinitos recursos, unidos a su posi- ción aislada, los hacen dueños de la situación y, prácticamente, invulnerables contra cualquiera o contra todas las demás poten- cias". Palabras más corteses aún fueron las de Th. Roosevelt en 1903: "Creo en la Doctrina Monroe con toda mi alma. Hay un refrán que dice: "A Dios rogando y con el mazo dando". Si la nación norteamericana ruega a Dios, y al mismo tiempo cons- truye y mantiene una marina eficiente con el máximo de adies- tramiento, la Doctrina Monroe irá lejos". La Doctrina Monroe fue lejos. Demasiado lejos. Y esas son las deudas de la historia que tarde o temprano se pagan. Es el hambre convertida en violen- cia política el que, las cobra. Josué de Castro lo ha anunciado reiteradamente: "Latinoamérica es parte del subdesarrollo mundial, de esos dos tercios de "países proletarios" que no co- men para alimentar a ese tercio que come pero no duerme de miedo a la rebelión de los esclavos. La distancia de ambos mun- dos es mayor que la que escinde a los bloques socialistas y ca- pitalistas". De Castro ha probado, que no es la falta de recursos, ni la densidad demográfica -la "explosión demográfica" como un puñado de canallas y millones de imbéciles la llaman- las cau- sas de la miseria de Iberoamérica y de los otros continentes. La densidad de la población de la América latina es de 6 habitantes por Km2 en tanto en Europa es de 54. También ha evidenciado que los 14.000 millones de dólares que insume la carrera atómi- ca la pagan con la sangre de los trabajadores coloniales los paí- ses periféricos de las metrópolis. Junto a este hecho está la pro- piedad de la tierra: "El latifundio nos despuebla y paraliza; 2% de las propiedades de más de 1.000 hectáreas forman el 62% de las tierras cultivadas (el 7% en la Argentina, el 51% en el Brasil; el 47% de menos de 5 hectáreas forman el medio por ciento de las tierras cultivadas. El resultado es que el Brasil sólo explota el 2% de las áreas cultivables; Colombia el 5%; Argen- tina el 11% y que el 65 por ciento de la población muere, no vive, de una economía agraria que contribuye con mucho menos de la mitad al producto nacional (...) El desnivel entre los países desarrollados y la gran periferia subdesarrollada, crece en lugar de disminuir. El producto mundial bruto aumenta un 5% al año; pero eso significa 80 dólares "per capita" de aumento para los países desarrollados y sólo 6 dólares para los subdesarrolla- dos". Estos datos gritan. En tanto, los latifundistas, a la manera de Ramón J. Cárcano, entonan la canción de cuna del colonia- lismo: "La estancia resulta una fuente espiritual, un manantial de holgura y un centro de afectos sanos y fuertes". La Estafa Del "Desarrollismo" Al terminar la II Guerra Mundial, la potencia vencedora que en- deudó a todas sus aliadas fue EE. UU. El Plan Marshall para la recuperación de Europa arrasada, funcionó, además, como ce- rrojo político y militar. Alemania, la potencia vencida, repartida entre EE.UU. y la U. R. S. S. fue la más favorecida. El llamado "milagro alemán", no fue otra cosa que una vastísima operación financiera, combinada en la conjunción de la industria alemana y los capitales norteamericanos. Es de prever, empero, que la unificación nacional de Alemania ha de reactualizarse en breve plazo y esto perturbará el difícil equilibrio europeo creándole un rompecabezas más a la estrategia mundial de los EE. UU. Más no interesa aquí, salvo colateralmente, el problema de Europa. ¿Qué beneficios recibieron los países coloniales después do la última conflagración? Los movimientos nacionales en las colo- nias son la más drástica respuesta. No sólo no recibieron ayuda, sino que la explotación ilimitada, promovió la rebelión de conti- nentes íntegros. UNTREF VIRTUAL | 5 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui La Argentina, hasta antes de 1943 un disimulado anexo británi- co, debió asistir, con posterioridad a 1955, al avance de EE.UU. el competidor interimperialista, siempre en acecho, de Gran Bre- taña. Y esta última potencia, debilitada por la contienda, cedió parte de su poder. A pesar de ello, hubo acuerdos parciales entre ambas naciones. Al margen de sus deudas de guerra, Inglaterra paso el trance, aunque sin recuperar su antiguo esplendor, y hoy, es todavía una metrópoli poderosa que representa el 16 % de las exportaciones mundiales. Además, viene realizando es- fuerzos en la América latina destinados a mejorar su comercio exterior: CREEN QUE LA VISITA DE FELIPE A AMERICA ACRECERA EL COMERCIO "LONDRES (UP). - En los medios oficiales británicos se abriga la esperanza de que la visita que el príncipe consorte Felipe acaba de hacer a Sudamérica, llege a inspirar un nuevo interés comercial en esta región a la que un día dominó Gran Bretaña, pero que ahora comercia mayormente con Estados Unidos y Alemania occidental. No será culpa del príncipe Felipe, sin em- bargo, si la gira que acaba de terminar por diez naciones su- damericanas -Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chi-le, Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil- no ocasiona el in- cremento del comercio con Gran Bretaña. En fuentes diplomáti- cas se dice que el príncipe consorte regresó convencido de la necesidad de que Gran Bretaña incremente sus negocios con América del Sur, no sólo por el interés financiero, sino también por razones de índole política. Como miembro de la familia real británica, Felipe no puede inmiscuirse en cuestiones políticas, pero durante su viaje pudo darse cuenta del problema de inesta- bilidad de los gobiernos que afecta a la América latina. Estaba en la Argentina durante la reciente crisis que provocó la destitu- ción del presidente Frondizi. En el mensaje al pueblo, el jueves19 del actual, el duque de Edimburgo dirá, según se entiende, que intensificando el comercio y la inversión no sólo se ayu- darán a sí mismos los hombres de negocios, sino que beneficia- rán a una región que debe desarrollarse rápidamente para no caer en la inestabilidad y el desasosiego. "Londres reconoce que la América del Sur esencialmente se halla en la zona de influencia de Estados Unidos, pero también se da cuenta de que Gran Bretaña tiene nexos tradicionales con la región que datan desde los días de la independencia. Durante su viaje, el príncipe Felipe encontró en todas partes gran simpa- tía y amistad por Gran Bretaña. En los círculos diplomáticos bri- tánicos se dice, que aunque Gran Bretaña no podría dar ayuda económica de grandes proporciones a la América latina, Lon- dres podría muy bien aumentar las simpatías que ya tiene en la región participando en planes de ayuda internacional para paí- ses subdesarrollados, y en otros de similar naturaleza." De cualquier modo, la Argentina actual, está dominada por el duopolio anglo-yanqui. Las carnes para Inglaterra, el petróleo para ambas, y en casi su totalidad, las industrias existentes y el potencial energético, en especial hidroeléctrico, para EE. UU. El hecho crudo, es que América Latina, con la inclusión de la Ar- gentina, continúa en una economía de penuria y en no escasa medida, ha pagado la reconstrucción europea. Los Organismos Internacionales "La empresa moderna es una empresa con alma". CARL BURLEY Esta frase de un profesor de Harvard -la misma Universidad en la que dicta clases Gino Germani-, asesor del Departamento de Estado, compendia una de las flamantes mentiras del neocolo- nialismo. Con ella, EE.UU. ha logrado atontar a millones de indi- viduos que creen en la ayuda exterior. La teoría de Burley, em- botella el hecho central: Treinta firmas norteamericanas de tipo industrial, sobrepasan con sus capitales, los 1.000 millones de dólares. Y diez mil personas "con alma" -por descontado- dirigen la economía total de los EE. UU. Es natural, que los planes para el exterior de estas "empresas con alma", a poco de entrar en vigencia, hayan delatado su móvil. Las inversiones extranjeras no son gratuitas. La finalidad, primera, única y última, es la ga- nancia. Estas ganancias, giradas a las metrópolis de origen, no se reinvierten o sólo en mínima proporción, en el país atrasado. UNTREF VIRTUAL | 6 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui O lo que es lo mismo, millones de nativos trabajan para purificar "el alma" de los grandes monopolios mundiales. ¿Cómo actúan estos grandes monopolios? ¿En qué consiste el neocolonialismo? En 1944, al terminar la II Guerra, en medio del desquiciamiento de la economía internacional, se realizaron las conferencias de Bretton Woods. Punto final del neocolonialis- mo. La idea consistía en una nueva planificación internacional de la economía. De allí data la iniciativa que más tarde se con- cretaría en la creación del Fondo Monetario Internacional. Un organismo, éste, manejado por un conjunto de grandes poten- cias, dispuestas a invertir en su provecho los excedentes res- pectivos de capital financiero, previo acuerdo entre ellas, me- diante un fondo bancario prestamista enfilado en gran parte, hacia los países coloniales. Tal planificación del comercio inter- nacional reordena además, los sistemas cambiarios, moneta- rios, la fiscalización de las balanzas de pagos de los países deu- dores, y al mismo tiempo, como correlato obligado, el acatamien- to político de sus gobiernos a la voluntad de las grandes naciones agrupadas bajo la bandera del comercio internacional libre1. Uno de los prometedores fines del Fondo fue la ayuda a los paí- ses "subdesarrollados". La propaganda mundial, difundió sus principios. En rigor, las naciones prestamistas, a través del Fon- do Monetario Internacional, más que al desarrollo de los países afiliados débiles, tendían a la regulación de las economías de éstos y no a su desenvolvimiento racionalizado, frenando en ellos, toda política industrializadora independiente y paralizando cualquier iniciativa propia bajo el chantaje de las deudas con- traídas. El equilibrio de las balanzas de pagos de las potencias dominantes se logró así, a costa del desequilibrio permanente de las balanzas de pago de los países enfeudados, y por ende, en estado crónico de desequilibrio económico. Esta política de- be explicarse en sus raíces. Como toda guerra, la última, no só- lo sacrificó millones de vidas, sino que produjo, en el plano de la economía internacional, tres efectos intercomunicados: 1º) Las formidables ganancias de los monopolios, sobre todo, vinculados a las industrias bélicas; 2º) La completa desorganización de las relaciones monetarias con la final sustitución del patrón oro por el dólar, moneda dura; 3º) La inflación vertiginosa en los países vencidos y en los dependientes. A restablecer el orden monetario en una economía mundial des- calibrada, tendieron los planes de las naciones vencedoras. Le correspondería a la metrópoli más beneficiada por la guerra, EE. UU., la reorganización de la economía internacional bajo pre- misas dictatoriales. En 1944 -con la participación casi nominal de 44 delegaciones componentes de la U.N.- se firmaron los acuerdos del Fondo Monetario Internacional y del Banco de Reconstrucción y Fomento. El patrón oro, a raíz de las decisio- nes tomadas, dejó de ser una relación regladora del valor de las distintas monedas, para quedar, como se ha dicho, suplantado por el dólar. El hecho -tecnicismos aparte- era el reflejo político cabal de la absoluta supremacía económica, industrial y finan- ciera, dentro del "mundo libre", desplegada por EE.UU. sobre todas las naciones. Y así, el país del norte, se cobraba los arma- mentos y abastecimientos enviados en tiempos de guerra. Bajo la conducción de EE. UU. se reunió un fondo financiero interna- cional, con cuotas de las naciones participantes, de 8.8,0 mi- llones de dólares. El mayor aporte a esta "empresa con alma" correspondió, como era de esperar, a los EE. UU. y el segundo a Inglaterra (2.75 y 1.3 respectivamente). Por expresas disposi- ciones del Fondo, el valor de las monedas sólo puede ser mo- dificado con su aprobación, que es el que en definitiva decide, por ejemplo, una devaluación monetaria determinada. El Fondo no es otra cosa que un Banco Internacional que gobierna los cambios mediante el equilibrio forzado de las diversas monedas regidas por el dólar. Un país, verbigracia, que solicite una cuota de ayuda, fijada estrictamente por el Fondo, es conducido, a tra- vés de un sistema progresivo de tasas de intereses, en los ca- sos que el país deudor sobrepase la asignación previamente acordada. Una forma más técnica del empréstito y la usura inter- nacionales. El Fondo tiene especial interés en mantener a los países solici- tantes en esta situación. Mediante el otorgamiento de tales cré- UNTREF VIRTUAL | 7 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui 1 El Fondo Monetario Internacional, no es más que una pieza de un comple- jo financiero mayor, integrado por diversos organismos que por así decirlo, realizan en el plano financiero, la .división del trabajo" mediante tareas es- pecíficas, pero coordinadas entre sí. Pueden mencionarse el Eximbank, el Banco de Reconstrucción y Fomento, el Banco Interamericano de Desarro- llo, la Corporación Financiera Internacional, etc. Todos ellos centralizados por la banca internacioal. ditos se preserva la subordinación de los países prestatarios y el organismo internacional, se erige como el gigantesco poder político impersonal del dominio mundial de un puñado de poten- cias todas ellas conectadas a la economía de las colonias. El objetivo es, con el pretexto de paliar o nivelar el desequilibrio del país deudor, impedir en los mismos, toda política propia suplan- tada por una planificación no competitiva, que es la única que preocupa a las naciones prestamistas, las cuales, a través del Fondo, invierten las acumulaciones del capital financiero delor- ganismo y distribuyen sus beneficios. De este modo, el Fondo, interfiere de un modo real y abusivo en la economía del país deu- dor y la libre competencia en la economía internacional queda violada bajo la acción reguladora del Fondo Monetario interna- cional y organismos colaterales y afines coordinados. El Desequilibrio Llamado "Crónico" La propaganda internacionalizada sobre el estado interno de los países considerados en "desequilibrio crónico" -las zonas colo- niales deudoras- jamás hace referencia a las causas verda- deras del mismo y presenta la cuestión como un mal ordena- miento del presupuesto de tales países. En otra forma, acusa a los gobiernos nativos de ser malos administradores. Es obvio, que tal propaganda, tiende a reivindicar, en defensa de la em- presa privada y cuando ya no tiene vigencia en las metrópolis, la vieja teoría mercantilista, transportada a las colonias, del Es- tado gendarme, que debe permanecer apartado de los negocios privados del capital. En este punto, están de acuerdo, sin fisu- ras, las naciones proteccionistas inversoras. En realidad, no puede haber un presupuesto equilibrado sin una economía es- tructural equilibrada. O lo que es igual, no son los precios los que deben engendrar el equilibrio, sino el equilibrio el que debe regir los precios. Una de las técnicas utilizadas por las naciones avanzadas, a fin de contener la industrialización de los atrasa- dos, vale decir, la creación de bases económicas destinadas a configurar el equilibrio, consiste, como es sabido, en la fijación internacional del precio de las materias primas, obligando al país productor de las mismas, a vender bajo condiciones previa- mente establecidas por el mercado internacional y a comprar a los países industriales los productos necesarios a su industria al precio libre de las metrópolis. La devaluación monetaria, tan usada, y con frecuencia, ordenada por los organismos interna- cionales, es un espejismo, una celada, que con la excusa de es- timular la exportación de materias primas, en realidad deteriora los precios, no aumenta el monto de las divisas fuertes, o sólo en forma ficticia y circunstancial durante un breve lapso, asocia- do el artilugio, a la exigencia de aumentar la producción de los productos naturales para el exterior, con la subsecuente merma del mercado interno consumidor del país agro-exportador. A lo que debe sumarse, asociado a estas maniobras financieras, el aumento, frente a una moneda devaluada, del valor de las im- portaciones, de los costos, la baja de los salarios, factores todos que coadyuvan al escaso desarrollo industrial. De tal modo, el producto bruto nacional, que es la suma de los bienes y servi- cios en un país dado, o se mantiene en permanente déficit frente a las exigencias del mercado interno restringido, o no alcanza para saldar los servicios de la deuda externa, lo cual obliga a tales países a contraer nuevos empréstitos o préstamos para atender a los anteriores, o sea, a remachar aún más su depen- dencia y pobreza nacionales. Con estos procedimientos dicta- dos desde afuera, se consigue la parálisis de ramas de la indus- tria ya nacidas o a crearse; el desempleo, con su consecuencia, el aumento de la burocracia estatal para apaciguar problemas sociales internos; especulaciones en la bolsa negra ante un mercado oficial carente de reservas en divisas; a todo lo cual se agrega la liquidez de millares de empresas pequeñas y medi- anas, la ruina de los pequeños productores, el elevamiento usu- rario de los intereses fijados por capitales financieros parasita- rios, con frecuencia también de nacionalidad extranjera y verda- deros vampiros de los capitales nacionales que así son estrangu- lados, o bien absorbidos y obligados cuando se trata de empre- sas prósperas o competitivas, según los casos, a desprenderse de sus paquetes de acciones en beneficio de los inversores ex- tranjeros. Con la devaluación, las naciones fuertes, compran más y pagan menos, en tanto los países atrasados, producen más para el mercado exterior y cobran menos con una moneda nacional in- flada. Otro efecto, resultante del anterior, es que en los países UNTREF VIRTUAL | 8 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui productores de materias primas, el aumento de las exportacio- nes se efectúa a costa del bajo consumo interno. Vale decir, que buena parte del producto nacional -trabajo colectivo capitaliza- do- va a parar a las arcas metropolitanas, a las clases nativas propietarias de la tierra y a la exigua burguesía importadora y comercial que vive de su asociación con el comercio extranjero. La carga del sistema colonial se desploma sobre las clases pro- ductoras, cuyo trabajo es girado al exterior bajo la forma de divi- dendos, pagos de servicios de la deuda pública y privada, etc. Las disposiciones del FONDO MONETARIO INTERNACIONAL, respecto al facilitamiento de divisas para enjugar los llamados "déficits de presupuesto" es otra de las vías muertas que inmovi- lizan al país dependiente. El poder omnipotente de los organis- mos internacionales, convierte a los gobiernos deudores en ins- trumentos de la planificación del trabajo y en delegados políticos. El Fondo, bajo la bandera del "libre comercio internacional", pro- híbe al país sin autonomía industrial, toda política proteccionista. En 1964, un semanario de orientación nacional, denunciaba esta insultante ingerencia técnica extranjera en la conducción de un país empeñado a los organismos financieros internacionales: Luego de sostener que los capitales yanquis quieren asegurar- se la orientación de una política determinada en la Argentina, comenta: Para hacer estas afirmaciones es suficiente contem- plar el accionar del equipo asesor yanqui del CONADE que ya hemos denunciado, y lo que ocurre en el campo de la vialidad o la vivienda. Respecto al primero, están vigentes dos convenios de préstamos; uno con el Eixembank y otro del Banco de Re- construcción y Fomento por un total que ascendería a más de 80 millones de dólares. Para su firma se exigió a Guido (presi- dente que sucedió a Arturo Frondizi: J.J.H.A.) la creación de una oficina de consultores extranjeros, es decir, un cuerpo de inge- nieros yanquis que actualmente están instalados en el edificio de la Dirección de Vialidad, atendiendo mañana y tarde hasta las 18 horas, los que supervisan los planes y proyectos y esta- rían autorizados para designar contratistas y aprobar los con- tratos, formular órdenes de pago, y tienen tales sueldos y ven- tajas que una proporción elevadísima, hay quien dice casi un tercio de los 85 millones de dólares, se insumen en el pago de estos consultores, pues además de sus innumerables agrega- dos, su sueldo es de 1.700 dólares mensuales (casi $ 250.000 cada uno)". Termina el semanario: Un gobierno, un pueblo, un ejército argentino, deben sumarse en la vocación de la construc- ción del ser nacional. Es hora de uniros y fortalecer la probabi- lidad de la gran empresa por una Argentina libre y soberana". (VIENTO NORTE dirigido por Enrique Blanco: 1964). Cuando, como en el caso de Perón, la Argentina había llegado, gracias al proteccionismo económico, a un notable nivel de indus- trialización, el FONDO MONETARIO INTERNACIONAL, a fin de contrarrestar la reacción de la opinión pública, apela a otros me- dios. Ejerce su acción secreta sobre los círculos influyentes del país y las llamadas "fuerzas vivas". O bien, se apropian de tales empresas nacionales en funcionamiento y progreso, capitales ex- tranjeros que las manejan de acuerdo a las conveniencias indus- triales de las metrópolis. Esto es lo acontecido en la Argentina, por ejemplo, con la industria automotriz, que en tiempos de Pe- rón fuera propia y hoy pertenece a los monopolios del tipo de la Ford, General Motors, etc. AL FONDO MONETARIO INTERNA- CIONAL, no le seduce el desarrollo del país. Por eso prohíbe toda estatización de la economía, o la comercialización, por el Estado de las exportaciones, en tanto exige medidas favorables a la importación de productos inesenciales,generalmente sun- tuarios en detrimento de los necesarios. Además queda anula- da toda política crediticia en apoyo de la industria nativa. Así queda restringido el mercado interno, con su efecto, el bajo con- sumo de las masas trabajadoras y rurales. Otro de los sofismas creados por la propaganda imperialista es el de la eficacia de las inversiones de capitales privados extran- jeros. Aparentemente, un país que quiere el desarrollo, necesita capitales. En los países coloniales, el ahorro nacional dada la poca capacidad salarial y adquisitiva de la gran masa de la po- blación, es bajo. Y las oligarquías de la tierra no tienen interés en la industrialización, pues prefieren vegetar, en su alto "standard" de vida, junto a sus rentas improductivas, mero lucro, derivadas de la exportación de las riquezas naturales. Se comprende así - y parece lógico-, que un país con cierto nivel de industrialización se vea urgido a recibir capitales extranjeros de inversión destina- UNTREF VIRTUAL | 9 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui dos a la creación de industrias, por lo general, vinculadas a la alimentación y a ciertas ramas secundarias de la industria livia- na. Aquí también se mueve, alrededor de tales necesidades, la colosal propaganda sobre los beneficios del capital extranjero. Se montan mitos seductores en los cuales el país en desarrollo cree como en el maná del cielo. Ya se verá sobre qué condicio- nes el capital extranjero puede reportar algunos beneficios. En su forma usual, el capital extranjero, no es beneficioso al país. Los capitales extranjeros tienden a inmovilizar en unos casos, a apropiarse en otros, el ahorro nacional, mediante créditos privile- giados otorgados por los propios bancos del país de adopción, aparte de los favoritismos legales que previamente los inversores exigen como garantía de sus capitales. Al congelar el ahorro na- cional, o al traspasarlo a su favor, el capital extranjero remite las ganancias a la nación de origen con la consecuente disminución de la reserva de divisas. Las ganancias, ya se sabe, no quedan como reinversiones para el país en crecimiento. Hay una solución parcial: la intervención del Estado mediante la fijación de prioridades y una legislación adecuada, tanto con relación al régimen cambiario como a la cuota de intereses razonables destinada a girarse al exterior. Los capitales extranjeros difícilmente aceptan tales reclamos del país nativo. Y esto es aún más notorio con referencia al FONDO MONETARIO INTERNACIONAL. A todas estas medidas pro- puestas por el país necesitado de capitales, el Fondo opone sus propios criterios "industrializadores". La planificación, pues, la determina el Fondo. De ahí el interés en la no integración, más allá de ciertos límites, de capitales na- cionales, que en suma, como se ha dicho, no son más que el producto interno del ahorro nacional. El mismo crédito interno, es orientado por el Fondo, que así desalienta determinadas inver- siones. Estos organismos, de hecho, pueden rechazar o aceptar, las solicitudes de créditos de las empresas nacionales y favore- cer a las de signo extranjero, o sea, aquellas radicadas en el país receptor, generalmente subsidiarias de empresas madres metro- politanas. Los Organismos Internacionales Políticos La economía del imperialismo está resguardada por otros orga- nismos, que tras la pantalla del derecho internacional paname- ricano, sirven a los fines del dominio material extranjero. Tal el caso de la Conferencia Interamericana realizada en Bogotá en 1948, bajo los auspicios directos de los EE.UU. y que terminó en la constitución de la O.E.A. (Organización de los Estados Ame- ricanos) mera versión resucitada de la Unión Panamericana, de triste memoria en la América latina. La idea de Bolívar, lanzada en 1826, sobre la unión de Hispano- america, acabó en su caricatura, o sea en el "panamericanismo" al servicio de los EE. UU. El hecho que la O.E. A. carezca de fa- cultades ejecutivas devela su inocua importancia internacional pero es el telón jurídico que embellece la explotación real de Latinoamérica. La presencia de los EE.UU. en la O. E. A. es la negación misma de una organización positiva de los países ibe- roamericanos, cuyo principal enemigo es el imperialismo yanqui que, disimula su opresión tras los principios siempre conculca- dos de la ayuda recíproca, de la autodeterminación de los pue- blos y la defensa y seguridad del continente. Esta contradicción saltará tarde o temprano hecha trizas. No hay una América. Hay dos Américas. La anglosajona y la iberoamericana. Sus intere- ses son antagónicos. No afines. La O. E. A. es una ficción jurídi- ca internacional. Esta certidumbre de las dos Américas viene madurando desde el siglo pasado con la trágica experiencia de la América latina bajo la "política del garrote" inaugurada por Th. Roosevelt. No es casual que le haya correspondido a México, en 1945, el país que más ha sufrido la vecindad de los EE.UU., encabezar la re- sistencia a la expansión norteamericana, que es lo mismo que decir, al Departamento de Estado, cuyo secretario ejercía la pre- sidencia del organismo interamericano con carácter permanente. La Carta de la O. E. A. es un conjunto de declaraciones formales que EE. UU. ha vulnerado cuantas veces le ha parecido opor- tuno a su interés nacional Esta Carta asegura el derecho de los UNTREF VIRTUAL | 10 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui países signatarios a organizarse económica y políticamente de acuerdo a la voluntad de sus pueblos. Tal principio ha sido lega- lizado en el Tratado de Río de Janeiro en su Art. 9º: "En todo caso se considerará como un acto de agresión la invasión por fuerzas de un Estado al territorio de otro, traspasando las fron- teras establecidas por tratados y demarcados de conformidad con ellos". Puro palabrerío. No siempre EE.UU. muestra el ros- tro. Pero nadie se engaña sobre su política internacional. La invasión de Cuba por Playa Girón se consumó bajo la presiden- cia de Kennedy. Un mandatario que llegó a atontar a tantos lati- noamericanos con la posibilidad de un cambio de la política de los EE.UU. sobre la América latina. EE.UU. había instigado la rebelión de Fidel Castro. Y fue el primer Estado que reconoció al régimen. Visado "democrático" que pronto habría de anularse cuando la Revolución Cubana tomó otro rumbo. Lo que preten- día EE.UU. era un régimen de Batista sin Batista. La política nor- teamericana, siguiendo una ya clásica tradición diplomática y militar, se transformó en el más atrevido intervencionismo. Lo mismo pasó en Guatemala en 1954 que, con la abierta participa- ción yanqui, terminó con un gobierno constitucional. Las sancio- nes económicas contra Cuba, la ruptura de relaciones de otros países latinoamericanos ordenada por EE.UU. con el pretexto de la "doctrina Betancourt", también de factura norteamericana, más que en el peligro de Rusia, se fundó en la política de nacionaliza- ciones que decretó Cuba al declararse soberana. El bloqueo eco- nómico al régimen de Perón, algo más de una década antes, obedeció a las mismas causas. Cuba, innecesario es repetirlo, sólo sirvió para demostrar no la solidaridad, sino la desunión de la América latina bajo gobiernos asteroides dirigidos por las oli- garquías vernáculas. La Unidad Nacional De Iberoamérica En los países liberados del yugo colonial, sólo el Estado puede planear la economía industrial dándole prioridad a aquellas ra- mas de la producción que, por su rendimiento a largo plazo, no atraen el interés inmediato de la iniciativa privada. El peligro de crisis de la economía mundial, es de tal magnitud, que EE.UU. junto con el fracaso de la Alianza para el Progreso, y ante la convulsionada situación latinoamericana, refuerza por todos los medios a los gobiernos adictos.1 Pero estos gobiernos son movibles. La última variante de la po- lítica yanqui ha sido el mercado común latinoamericano. Tal en- sayo es un timo, una nueva versión de su usurpación económi- ca total de la América latina. Las más trivialesdemandas de los delegados latinoamericanos han encontrado la sistemática opo- sición de los EE.UU. en defensa de su propia estabilidad políti- ca. No hay solución. Más ciertas ideas, como el mercado común latinoamericano, a pesar de EE. UU., son semillas de la futura unidad de la América latina. Es la "astucia de la razón" que dijera Hegel, que por vías complejas, va preparando una nueva realidad histórica. La uni- dad de Iberoamérica al margen de los EE.UU. es una idea en crecimiento. Y su efectuación será más fácil que el panafrica- nismo o la unificación de los pueblos árabes. El gran ideario de la confederación iberoamericana no ha muerto. A principios de este siglo, un presidente argentino -es verdad que al servicio de Inglaterra- hablaba del peligro yanqui. En Sáenz Pena, a pesar de todo, aún pernocta la tradición hispanoamericana. Usa, in- cluso, la palabra `'imperialismo" al referirse a EE.UU. Aunque no con relación a Gran Bretaña. Que siempre ha sabido avivar UNTREF VIRTUAL | 11 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui 1 Recientemente, el presidente electo de los EE. UU., ha vuelto a insistir sobre la mentira de "una nueva política entre los EE. UU. y la América lati- na basada en un mayor grado de cooperación, consultas y esfuerzos en favor del progreso continental y que deje de lado la retórica intrascendente. ( ...) El presidente criticó el lento avance de la Alianza para el Progreso durante sus ocho años de vida" ( ... ). Dijo Nixon: "La Alianza para el Progreso es un gran programa y hay muchos ámbitos en los que logró bastante, pero el resultado general de esa empresa es descon- certante si se lo compara con el ritmo de crecimiento en otras zonas del mundo. La tasa general de crecimiento de la Alianza es inferior a la registra- da en el Asia no comunista e incluso menor que en los países comunistas de Europa Oriental", señaló. El presidente indicó que si continúa la tendencia actual el crecimiento de la tasa per cápita en los Estados Unidos será quince veces mayor que en el resto del hemisferio cuando se aproxime el fin de la centuria. 'Eso es algo que no podemos permitir que suceda", expresó con evangélica moral de pastor de almas. (La Nación: 15-4-69). el odio antiyanqui, sobre todo en la Argentina, su colonia dilec- ta. A pesar de esta connivencia, Sáenz Pena escribía: "la raza es un vínculo más poderoso y fuerte que la geografía, que es un mero accidente de su naturaleza; busquemos pues la soli- daridad de los estados hispanoamericanos, constituyendo el vínculo político e internacional contra las nuevas doctrinas inter- ventoras". Son meras palabras de un político de la oligarquía. Pero detrás de ellas, laten causas subyacentes hispanoameri- canas más que argentinas y probritánicas. La tesis predominante, durante más de un siglo de la superiori- dad anglosajona, ha sufrido un desgaste en las últimas décadas del cual EE.UU. no se expiará jamás. La historia no ha transcu- rrido en vano. Hasta intelectuales como José Enrique Rodó, a quien no se le puede negar conciencia hispanoamericana, su- cumbió a este complejo de la superioridad de los EE.UU., sin comprender que tal titanismo era un reflejo temporal de su po- derío histórico mundial. Hoy, este sentimiento, en medio de la crisis del sistema, ha cedido a la conciencia de la inmoralidad, bobería cultural y barbarie histórica de una potencia, aún alta- nera, pero que asiste a la vertiginosa desintegración de su con- torno colonial. El nacionalismo iberoamericano, crecerá con pre- sión histórica irresistible. Un nacionalismo abierto dentro de sus fronteras internas pero cerrado en sus fronteras geográficas ex- ternas. Las pretendidas diferencias regionales de Iberoamérica son secundarias y la planificación e integración de sus zonas geoeconómicas acabará con ellas. Vale decir, con el aislamien- to económico y cultural. Tales diferencias no son congénitas, si- no impuestas por la división internacional del trabajo dictada por la metrópolis. El mercado común latinoamericano, con acento totalmente inverso al que intenta imprimirle el imperialismo yan- qui, es el germen de la nacionalidad iberomericana. No serán éstas jamás naciones independientes separadas de las otras. Serán en cambio una nación, si unifican sus recursos materia- les, sus medios de comunicación, sus aduanas y regímenes arancelarios, sus ríos navegables en un vasto sistema interno de cabotaje, etc., hasta el logro de un sistema común de inter- cambio, un mismo ordenamiento monetario y una producción planeada y complementada en sus diversas regiones, que con un gran mercado interno, serán las bases, de una poderosa nación asentada, sobre el potencial productivo, alimentario, mi- neral, la unidad de lengua e historia, la densidad demográfica y la centralización militar. Las Dificultades A Afrontar Un gran ideal puede ser históricamente correcto -por ejemplo la unidad de Iberoamérica- y a pesar de ello carecer de posibilida- des inmediatas, si las condiciones generales, particularmente la conciencia política de las masas, no están todavía a su altura. Tal ideal no por eso es equivocado. Al contrario, es un aflora- miento teórico que empujado por la práctica tiende a convergir en historia real. Federico Engels, ahondando en un célebre pen- samiento de Hegel, ha escrito al respecto: "todo lo que es real llega a ser con el tiempo irracional y por esto está ya anticipada- mente convicto de irrealidad; y todo lo que es racional está des- tinado a llegar a ser real, por más que pueda repugnar a la reali- dad existente". Toda anticipación compartida racional o irracionalmente por mil- lones de hombres, no es profecía sino historia en desenvolvi- miento. De ahí la urgencia de vigorizar la conciencia hispanoa- mericana y desterrar las valoraciones coloniales. Esta concien- cia prestada, desde México a la Argentina, le dice al nativo que nuestros países tienen porvenir pero que no sabemos forjarlo. La opinión extranjera vale más que la propia. O sea, que un so- ciólogo norteamericano, por ejemplo, sabe sobre nosotros más que los escritores y técnicos nacionales. La mente colonizada se pregunta: ¿Qué piensan de nosotros argentinos? Cuando en realidad, el interrogante debería ser: ¿Qué saben tales extranje- ros de nosotros? El inusitado interés que en EE. UU. existe por el idioma español no responde a amores culturales sino económi- cos. Viajeros inofensivos, generalmente profesores, con el pretex- to de la cultura, vienen, en realidad a informarse sobre el estado de la opinión pública latinoamericana frente a EE.UU. y cuando justifican su visita con un libro nos devuelven lo que la intelectua- lidad colonizada les ha remitido en español. Entre decenas de ca- sos, en 1965, llegó al país, con gran resonancia de prensa, un anodino "hispanista norteamericano", Ernst Lewald. Manifestó UNTREF VIRTUAL | 12 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui que hacía años había estado en Buenos Aires y conocido a las "victroleras", en un momento que nuestra ciudad "lloraba la muer- te de Gardel". Buenos Aires, como siempre, es el país. Pero el "hispanista yanqui" viene a descubrir nuestra cultura nacional. ¿De dónde saca los datos de esa cultura nacional? No de los es- critores nacionales. De la intelectualidad colonizada: "Dentro de este espíritu -dice LA NACION- y con el ánimo de proceder a ese acercamiento real trabaja el profesor Lewald. Sus funciones lo han puesto en contacto -desde hace años, con nuestra literatura, a cuya difusión contribuye actualmente. Se ocupa ahora de Eduardo Mallea y su obra." Es la cultura colonial escrita en español y pensada en inglés. Clases Sociales E Industrialización Nacional Hay una secreta sinonimia entre pueblo y nación. Si en los paí- ses coloniales, las clases altas y medias están desnacionaliza- das, es necesario encontrar al país desdibujado por ellas, en otro lado, en su cantera real. Ese país está en las masas traba- jadoras. Sólo ellas, que nada tienen que perder con la erradica- ción del colonialismo en tanto lo sufren directamente,pueden devolverle al país su silueta perdida, rescatando así la nación toda. Al romper las masas su opresión, quiebran el blindaje ob- jetivo del colonialismo como sistema inerte, como conciencia histórica muerta. El proletariado es la única clase social congé- nitamente anticolonialista. A las masas nativas, les corresponde además, colocar el andamiaje de la industria en oposición a las clases altas y por supuesto al imperialismo. De ahí el miedo a las masas. El caso argentino es incontestable. Dentro del uni- verso colonial al que pertenece, su desarrollo industrial, a pesar de la expropiación cumplida después de 1955, le permite abas- tecerse industrialmente. Esta autosuficiencia industrial se ha alcanzado gracias a la existencia de una clase obrera argentina organizada y competente. Si no se ha conseguido reverter a la Argentina en el caduco esquema agropecuario, es porque ese proletariado industrial ha transformado al país colocándolo en los umbrales de la independencia económica. Esto conduce a la Argentina, y a todos los países iberoameri- canos con algún grado de desarrollo industrial, y sobre la expe- riencia de la II Guerra Mundial, a revisar totalmente el concepto de industrialización, tergiversado ex profeso por las grandes metrópolis. En un error pensar que un país está industrializado -el caso de la Argentina- o semi-industrializado, por el simple recuento de sus establecimientos fabriles. Este criterio, o teoría aditiva de la industrialización, carece de valor, pues prescinde del análisis de las condiciones geográficas del país entero, para reducirse a una o más zonas industrializadas; no alude tampoco, tal criterio a la composición del capital empresario y su nacionalidad, en el caso argentino fundamentalmente norteamericano aunque las empresas funcionen con siglas argentinas, y a la naturaleza, por tanto, de tales empresas supeditadas a monopolios mundiales o a organismos financieros internacionales. La Argentina es tam- bién un buen ejemplo, de esta industrialización no estructural. En 1963, el Departamento de Comercio de los EE.UU., en un trabajo titulado "Datos Básicos Sobre la Economía de la Argen- tina", destacó que en este país, "existe un alto grado de concen- tración económica y de pobladores en una zona relativamente pequena". El hecho es real y su explicación debe recurrir a la historia misma del país, es decir, a la deformación del cuerpo nacional operado por Buenos Aires. Las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, ocupan sólo el 15% del área nacio- nal, pero contienen dos tercios de la producción ganadera y pro- ducen más del 85 % de los cereales. Además, la mayor parte de la producción manufacturera se encuentra concentrada entre la zona del Plata y Santa Fe, en la orilla oeste del río Paraná. Agre- ga el informe que "la Argentina tiene diez grandes plantas pro- ductoras de acero. De ellas, la más importante es Somisa, cu- yos altos hornos de San Nicolás tienen una capacidad de pro- ducción de 500 mil toneladas, la que podría llegar a 600.000. La producción argentina de hierro y acero habría subido de 1.254.000 toneladas métricas en 1960 a 1.776.00 en 1961". Conviene aclarar que esas plantas vienen de la época de Perón. Continúa el informe destacando el gran impulso alcanzado por la industria automotriz -también inaugurada en la época de Pe- rón- que está en condiciones de producir máquinas herramien- UNTREF VIRTUAL | 13 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui tas, a más del notable progreso de las industrias plásticas y tex- tiles. Con respecto a la producción de energía eléctrica, indis- pensable para la industria, afirma que la misma se ha demora- do: "La escasez de energía eléctrica está siendo resuelta con la construcción de la usina de Dock Sur" y con el incremento de la Cía. Italo Argentina de Electricidad. Añade que los ferrocarriles están deteriorados y que es intención del gobierno dotarlos de nuevos motores y vagones Diesel: "Los ferrocarriles transpor- taron en 1946 35.400.000 toneladas de carga y 282.000 de pa- sajeros. En 1960 estas cifras llegaron a 25 millones de tonela- das de carga (es decir que disminuyeron con relación al primer ano del gobierno de Perón y mucho más con referencia a los siguientes: J.J.H.A.) y 604 millones de pasajes". El informe in- teresa por ser norteamericano, y probar, que efectivamente, en la Argentina, se trata de un proceso industrializador incompleto. Pero lo que oculta la reseña, ateniéndose a cifras índices de 1946, es que ese salto, pese a todo gigante, lo realizó un go- bierno nacional; que la usina de San Nicolás fue obra de ese gobierno; que a su calda el complejo hidroeléctrico pasó a SEG- BA filial de la SOFINA; que los pésimos servicios eléctricos pos- teriores han sido deliberados de parte de las compañías extran- jeras a fin de elevar las tarifas de la ciudad monstruo, Buenos Aires, y que en la política de SEGBA interviene el FONDO MO- NETARIO INTERNACIONAL. Olvida también el informe que el afianzamiento de la industria automotriz, naviera y aérea -tam- bién ferroviaria- se inicia con Perón y que tal industria, además, producía tractores, etc., tarea en la cual se estaba -la creación de la industria pesada- cuando se produjo el golpe imperialista. Nada dice, asimismo, el informe, que en la modernización de los ferrocarriles están directamente interesadas empresas extran- jeras. Que el petróleo no pertenece a los argentinos. Que la pro- ducción de aceros y minerales estratégicos está fiscalizada, o reservada, por los organismos internacionales. Y algunas cosas más. De cualquier modo, este esbozo, demuestra que no es lo mismo "industrialización" que industrialización nacional. Mucho debió ser improvisado, en materia industrializadora, en el perío- do 1946-1955. Era el precio que había que pagar para superar al país agroexportador. A pesar de ensayos y errores, el país se industrializó y perte- neció a los argentinos. Desde entonces, solo algunas ramas de la producción han asistido a algún avance, y en su conjunto, el patrimonio industrial no es de los argentinos. Pero esta expe- riencia -la comparación de ambos períodos-será útil al país en un futuro cercano. Los argentinos han aprendido mucho. Una industrialización no es nacional si su planificación no res- ponde a las necesidades totales del país como unidad geográfi- ca y demográfica. Si la Argentina, tiene sus mayores concentra- ciones industriales en Buenos Aires y, en cambio, inmensas zo- nas ayer prósperas como Santiago del Estero -en 1810 tenía la misma población de Buenos Aires, 60.000 habitantes- yacen en un nivel económico de miseria, no puede hablarse de un país in- dustrializado, sino de dos Argentinas. Tampoco en un sentido nacional, es industrializado un país, aunque se abastezca de todos o casi todos los artículos llamados no durables -industria liviana- si depende de ciertas importaciones extranjeras, por ejemplo, combustibles, para asegurar el funcionamiento de sus establecimientos. No es industrializado un país cuyo potencial energético es controlado en su explotación y rendimiento por compañías foráneas, verdaderos oligopolios, en condiciones, como se ha visto, de supervisar o destruir las empresas nacio- nales existentes, y que por ese mismo poder financiero, ejercen una influencia extorsiva sobre los gobiernos. Las industrias de tal país, no son autónomas. En determinadas coyunturas, como las creadas en la Argentina después de 1955, el capital financiero exterior puede apropiarse del capital origina- riamente nacional de las mismas. La Argentina posee excelentes industrias, agropecuarias, alimentarias, mineras, petroquímicas, etc. Pero en su casi totalidad, tras el tramado compacto de las fi- nanzas internacionales, dependen de las metrópolis. Las agrope- cuarias de Gran Bretaña. Las mineras y petroquímicas de EE.UU. Sobre esta cuestión del traspaso de las compañías argentinas a capitales extranjeros puede consultarse un informe del 3 de di- ciembre de 1967 en LA NACION bajo el título "LAS INVERSIO- NES DE CAPITALEXTRANJERO DESDE FEBRERO DE 1965". Más recientemente, con la firma de Julián Delgado, "INDUSTRIA: desafío Argentino" en PRIMERA PLANA. Transcribimos dos cua- dros de este estudio -reproducidos por el semanario Azul y Blanco en su número 106 de abril de 1969-. Debe agregarse, UNTREF VIRTUAL | 14 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui que el evidente predominio de la penetración norteamericana, aparece en los mencionados cuadros disminuido pues no se investiga la composición de otros capitales -italianos, holande- ses, alemanes, etc.- en los que la participación norteamericana es grande, aunque las compañías aparezcan como europeas. Casos Principales De Transferencias De Empresas Argentinas (Periodo: De 1962 A 1968) Empresa transferida Ramo Emp. compradora País Banco Arg. del Atlántico Banco City Bank of N. Y. U.S.A. Banco de Bahía Blanca " City Bank of N. Y. " Banco Popular Argentino " Bco. Central Madrid España Bco. Fran. y R. de Ia Plata " M. Guaranty Trust U.S.A. Bco. Com. Ind. Córdoba " Banco de Santander España Banco Mercantil Rosario " Banco de Santander " Banco Continental " Banco de Urquijo “ Banco del Centro Mercedes " Banque Armenienne Francia Banco Hogar Argentino " Banco de Santander España Massalin y Celasco CigarrillosPhilip Morris Int. U.S.A. Imparciales " Reemtsma Fabriken Aleman. Particulares " Reemtsma Fabriken " Piccardo " Ligget & Myers U.S.A Thompson Ranco Autopiezas Thompson Products " Indeco S.A. " Federal Mogul " Suavegom " Dow Chemical " Transax S. A. " Ford Motor " Acinfer S. A. " Ford Motor " Argelite S. A. " Holley " Beciu S. A. “ Eaton S. A. " Armetal S. A. " Budd " Resortes Argentina S. A. “ Associated Spring " Resortes Sachs S. A. " Isringhausen GBM Aleman. Agrometal Ingersol “ Borg Warner U.S.A. Byron Jackson S. A. " Borg Warner " Bendix S. A. " Bendix " Proyectores Arg. “ Cibie Francia Salvo Art. HogarPhilips Holand. Gigler " Philips " I. K. A. Autos Renault Francia Química-Hoechst “ Química Iloechst Aleman. Duranor " Hooker Chemical U.S.A. Lepetit " Dow Chemical. “ Talleres Coghlan MaquinariaSulzer Suiza Papelera Hurlinghan Papel Kimberly Clark U.S.A. Fuerte Sancti Spiritu Prod. Veter. Philips Holand. Argafer Cerámica Philips " Hudson Ciovini Distribue. Seagram U.S.A. Hisisa Text. Sint.Ducilo " Origen Del Capital Mayoritario En 50 Grandes Empresas (Fac- turación Superior A Los 7.000 Millones Anuales)1 Empresa Facturación Origen del Capital mayoritario (en miles de m$n. millones) Y. P. F. 181 Argentina Estatal Ferrocarriles Arg. 75 Argentina Estatal Fiat 66 Italiana SEGBA 58 Argentina Estatal Shell 53 Anglo Holandesa Gas 44 Argentina Estatal IKA-Renault 4,1 Francesa Esso 37 Norteamericana Ford 36 Norteamericana Somisa 35 Argentina Estatal Swift 30 Norteamericana General Motors 25 Norteamericana Nobleza 25 Inglesa Molinos 19 Argentina Privada CAP 17 Argentina Privada Chrysler 16 Norteamericana Ducilo Hisisa 40 Norteamericana Alpargatas 39 Argentina Privada Pirelli 38 Italiana UNTREF VIRTUAL | 15 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui 1 Se han tomado, por lo general, ejercicios terminados en 1967. En algunos casos, ente la negativa o la demora de la información, se han estimado las cifras. Acindar 15 Argentina Privada Duperial 15 Inglesa Celulosa 14 Argentina Privada Good Year 13 Norteamericana Dafmine Siderca 13 Italiana CIADE 12 Italo-Suiza Safrar Peugeot 12 Francesa Philips Salvo 12 Holandesa Nestlé 12 Suiza Particulares 12 Alemana Siam Di Tella 11 Argentina Ledesma 10 Argentina Privada Ex-Wilson 10 Argentina Privada Piccardo 10 Norteamericana Imparciales 10 Alemana Firestone 9 Norteamericana Mass. y Celasco 9 Norteamericana Mercedes Benz 9 Alemana Santa Rosa 9 Francesa Anglo 9 Inglesa Gurmendi 8 Argentina Privada Grafa 8 Argentina Privada Cía. Química 8 Argentina Privada Alba 8 Argentina Privada Giol 8 Argentina Privada Coca Cola 8 Norteamericana Sudamtex 8 Norteamericana Olivetti 8 Italiana Fate 7 Argentina Privada Sasetru 7 Argentina Privada Refin. maiz 7 Norteamericana La existencia de complejos industriales de capital extranjero impide la racional industrialización de un país, pues tales plan- tas son subsidiarias de las similares de la nación inversora. Complejos económicos internacionales, desde el punto de vista del país en desarrollo, que asiste a la deformación de su eco- nomía en un doble sentido: 1. La mayoría de esas industrias no responden a las necesi- dades de una verdadera industrialización nacional, o sea, se dejan de lado las prioridades y se trabucan a las empresas na- cionales que pueden realizarlas, o se presiona a los gobiernos para que el Estado no se haga cargo de las mismas. 2. Tales industrias extranjeras no rinden lo que deberían redi- tuar al país por las remesas de divisas al exterior no reinvertidas en el país, o lo que es lo mismo, por la explotación a mansalva del trabajo nacional. La industrialización nacional demanda una previa complemen- tación. No sólo con vistas a la Argentina, sino a los países lati- noamericanos. Los bienes de producción deben estar subordi- nados a las necesidades del consumo. O sea, de un mercado interno, que es justamente el soporte de una gran industria nacional, tal cual en Rusia o EE.UU. Y en la actualidad China. La exportación de materias primas debe convertirse en produc- ción interna para alimentar a las masas industriales y rurales. Es decir, volcarse en el mercado local. El proceso industrial, por tanto, orientado con criterios nacionales, debe desarrollarse pa- ralelo a las necesidades reales del país y conectado a las de- más actividades productivas, agro-pecuarias, mineras, etc., y a un tiempo, junto a los grandes cambios cualitativos que la indus- trialización promueve, la primera meta debe ser la preservación patriótica de las masas productoras. Un país industrializado, contra otra de las distorsiones de la pro- paganda colonialista, exporta pocas materias primas pues las necesita para su mercado interno de consumo. AI mismo tiem- po, la industrialización nacional, debe fijarse otro objetivo bási- co, el elevamiento técnico y social de los trabajadores urbanos y rurales. Todo esto impone una reestructuración, el entrelaza- miento de las diversas regiones del país, cuya dispersión geo- gráfica y económica, en los países coloniales ha sido lograda, a través de los ferrocarriles y caminos delineados no para el mer- cado interno sino para el mercado externo. Las comunicaciones deben invertir su trazado y dirección. No serán solamente de adentro hacia afuera. Sino, en lo fundamental, para adentro. Esta transmutación del país, al interdependizar regiones aisla- das, entre sí, abaratará los costos generales de la industria- lización y creará un sistema coordinado de comercialización en estrecha conexión con la integración de vastas zonas producti- vas diversificadas y a un tiempo unificadas con criterio nacional. UNTREF VIRTUAL | 16 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui El crédito, a cargo del Estado, debe estimular las industrias re- conocidas de interés nacional por organismos técnicos del Es- tado, no por organismos internacionales, sobre el supuesto pre- vio del control de las fuentes energéticas, que deben naciona- lizarse en forma total. El caso del petróleo, dada la experiencia argentina, merece unos párrafos. Ya nadie duda de la fabulosa estafa que ha significado la explo- tación del petróleo argentino. Técnicos nacionales honrados han investigado a fondo la cuestión. En 1963 el clamor de la opi- nión pública frente a los contratos de petróleo, alcanzó un grado tal de indignación, que la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas, a raíz de una denuncia de Jorge del Río y otros ciudadanos, debió expedirse sobre los contratos: "La política petrolera que se analiza -expresa la Fiscalía- reconoce como conductor personal y exclusivo al ex-presidente de la nación, doctor Arturo Frondizi, que asumió desde la primera hora de su gobierno, la Direcciónde Yacimientos Petrolíferos Fiscales". En 1955, recapitula el dictamen, Arturo Frondizi acusó al gobierno de Perón enfáticamente de que Y.P.F. estaba en condiciones de abastecer a las necesidades del país, y a su vez, denunciaba al oficialismo de intentar la entrega de la explotación petrolífera a consorcios internacionales. Lo mismo sostenía, por esa época, otro personaje arlequinesco, testaferro de los intereses extrana- cionales, Alvaro Alsogaray. Destaca el informe de la Fiscalía la dificultad de "descubrir la intimidad de la tramitación de los con- tratos" subscriptos por el gobierno de Frondizi, y señala la abso- luta incompatibilidad de esos contratos con la posición que el ex presidente había sostenido anteriormente. Sobre todo, en su libro "PETROLEO Y POLITICA", lo mismo que en sus discursos durante la campana electoral, que con la exclusión de la mayo- ría nacional peronista, lo llevó al poder, y que, de acuerdo a la Fiscalía, lo hacía aparecer en "el rango de una postura filosófi- ca de nacionalismo económico". Se hace referencia, luego, al cambio de posición de Frondizi, en asociación con su grupo de asesores comandados por Rogelio Frigerio. Diversos testimo- nios, recogidos en el informe de la Fiscalía, coinciden en que los declarantes, figuras importantes del gobierno, no fueron consul- tados por el presidente. Angel Mariano Hurtado declaró textual- mente que "Frondizi, en una entrevista, le mostró unas carpetas expresándole que el país no tenía salida, que tenía que entrar en un acuerdo con la Shell y la Esso". A otro testigo, Gregorio Adolfo Meira, le manifestó, luego de ofrecerle un alto cargo pú- blico: "yo entro al gobierno dispuesto a hacer todo lo contrario a lo que he dicho en estos años y lo que he escrito en PETROLEO Y POLITICA". Depusieron, en parecido sentido diversas personas, y el mismo Meira aparece preguntándole a uno de los deponentes, Alejan- dro Gómez, sobre la naturaleza de los contratos. Inquirido sobre si tales tratativas serían similares al contrato de la California -que el gobierno de Perón tenía a estudio y no aprobado antes de su caída-, Meira contestó acalorado: "¡Ojalá fueran como los de la California!... Ahora es la entrega de todo, de zonas ya exploradas con mineral cubicado...". -Aclara el organismo investigador que ningún órgano técnico del Estado conoció el contenido de los contratos, y que los mismos, de acuerdo a declaraciones que figuran en el dictamen, eran sólo conocidos por Frigerio "y dos o tres amigos suyos". Luego de recordar que no hubo licitacio- nes previas, en flagrante violación con la ley y las constituciones provinciales, y otras irregularidades favorables a la Banca Loeb, la Fiscalía opone reparos jurídicos por estar las tramitaciones en abierta contradicción con el Código de Minería. La Fiscalía, más adelante, echa luz sobre los gravámenes que pesan sobre los costos del producto proveniente de Venezuela, del 67.1%; de Kuwait, del 49%; del Irak, el 43.3% de Arabia Saudita del 42.5%; y del Irán 75.7% que se discriminan: 50.7 por ciento para el Es- tado y 25 por ciento para la empresa Iranian Oil Cía.". Con res- pecto a la gravitación de los contratos en la empresa estatal, subraya la Fiscalía, que Y.P.F. ha tenido que restringir la produc- ción de sus propios pozos. Bajo la presión, es sabido, de las em- presas extranjeras. Es sin duda esta "una página negra de la Historia Argentina". El 13-8-65, una agencia noticiosa extranjera resumió la magna defraudación: PARADOJICO: TENEMOS BUENA COSECHA, LA EXPORTA- MOS, PERO GASTAMOS LAS DIVISAS PARA IMPORTAR PETROLEO "PARIS, 13 (France Presse). - Bajo el título "El gobierno de Illia tiene que admitir el fracaso de su política petrolera, el influyente vespertino parisiense Le Monde, publica hoy un artículo de su UNTREF VIRTUAL | 17 Nacionalismo y Liberación Hernandez Arregui corresponsal en Buenos Aires cuya conclusión es la siguiente: Lo paradójico es que la Argentina dedica ahora la mayor parte de sus divisas procedentes de la exportación de trigo a la com- pra de un petróleo que aquella misma posee. "El corresponsal de Le Monde, tras señalar que el problema de la explotación del oro negro fue siempre un tema de preocu- pación y de propaganda para los gobiernos argentinos, evoca lo que fue la rama política de Juan Domingo Perón y de Arturo Frondizi. "Perón, dice 'Le Monde' persistió al comienzo de su reinado en limitarse a una explotación que los escasos recursos de la empresa estatal 'Yacimientos Petrolíferos Fiscales' (Y.P.F.) hacían precaria y dejando a la importación el cuidado de colmar el déficit." "Frondizi, por su parte, entabló la "Batalla del Petróleo, recu- rriendo a compañías extranjeras, en general norteamericanas, al objeto de lograr, mediante numerosas perforaciones y una explotación intensa el autoabastecimiento del país. En marzo de 1962, indicó el corresponsal de Le Monde, Frondizi había logra- do su propósito, pero según sus más acérrimos adversarios, su victoria resultaba tan costosa que comprometió la soberanía na- cional. El presidente Illia, agrega el corresponsal del vespertino parisiense, anuló los contratos petroleros, pero la liquidación de la situación jurídica creada por la anulación unilateral no está ventilada todavía." "El corresponsal de Le Monde opina que la liquidación interven- drá sin duda durante las semanas venideras. "Bajo la presión conjugada de los organismos financieros internacionales, de los bancos norteamericanos y de las naciones miembros del Club de París. En los arreglos amistosos que se están tramitando, "indica el periódico parisiense, la realidad se ha impuesto a la retórica." "Y la realidad es que: La producción nacional ha menguado y que las importaciones se han incrementado del 243 por ciento en el primer semestre de 1965, con relación al período corres- pondiente del año anterior, Argentina vende trigo a Irán pero le compra 350.000 metros cúbicos de petróleo. "Y como la Argentina "Dedicará este año 120 millones de dóla- res a la compra de hidrocarburos, concluye el corresponsal de Le Monde, el gobierno no podía renunciar a la solución amistosa con las sociedades petroleras." El peculado del petróleo, corrobora que las inversiones extran- jeras tienden al monopolio y a la acción corruptora en todos los órdenes de la vida nacional. La potencialidad de tales empre- sas, que son oligopolios mundiales, las libra de toda competen- cia de parte de los países dependientes, sin industria pesada, y por tanto, sin máquinas herramientas. Tales carteles, sólo permi- tirán empresas nacionales subsidiarias menores sometidas a las reglas imperativas de los capitales extranjeros. Estos capitales extienden su poder tentacular a todos los sectores vitales de la economía del país atrasado, y su inigual capacidad competitiva los torna invulnerables, permitiéndoles desplazar, arruinar o in- corporar las empresas nacionales más débiles al complejo fi- nanciero metropolitano. El "affaire" del petróleo, en la Argentina, tuvo otra manifestación en la cuestión de la electricidad, bajo el llamado Plan Pinedo. Federico Pinedo, prócer de la "década infame", a través del plan de su nombre, entregó a la SOFINA el potencial hidroeléctrico del país, sus instalaciones, etc., incluso la superusina de Dock Sur. Los argumentos fueron los de siem- pre: el Estado no podía financiar la empresa y mediante fraudes contables, etc., quedó constituida SEGBA. Se prolongaba así la subsistencia de la CADE, empresa extranjera cuyo contrato originario de 1907 vencía en 1957. Organismos técnicos han calculado que el Plan Pinedo significó no sólo la cesión venal de parte del Estado de empresas que le pertenecían sino una ero- gación aproximada de 30.000 millones de pesos. La financia- ción de las presuntas obras de SEGBA está a cargo del Banco Mundial, cuyo vicepresidente Burke Knap, es presidente de la SOFINA, y tal funcionario internacional, tiene además, la atribu- ción de nombrar el directorio de la empresa. Hacia Una Política Propia A través de estas escuetas referencias
Compartir