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Seminario de Historia Social y Política I
Unidad 11 - La influencia de la revolución cubana: John W. Cooke y el debate
FAR-PRT
 
 
La influencia de la revolución cubana: John W. Cooke y el
debate FAR-PRT
La Revolución Cubana provocó una crisis en el marxismo latinoamericano. Esa crisis derivaba de las
lecciones que de ella extrajo su principal teórico, Ernesto Guevara, el Che.
Su teorización sobre la revolución no buceó en las profundidades del marxismo, aun cuando su mensaje
se entroncaba con una de las corrientes del mismo. En su libro sobre la guerra de guerrillas, sintetizó lo
que llamó “las tres lecciones de la revolución”:
1) el pueblo podía derrotar al ejército;
2) no es necesario esperar que todas las condiciones para la revolución estén dadas porque
la insurrección puede crearlas; y
3) en la América subdesarrollada, el campo era el principal escenario de la lucha armada.
Queriéndolo o no, con esas tres lecciones el Che apuntaba al corazón de la estrategia comunista en
América Latina: la primera lección no se refería a la clase obrera, el sujeto de la historia para los
comunistas, sino al pueblo; la segunda lección implicaba que no había que trabajar en la organización
de la clase obrera, sino tomar las armas; y la tercera lección daba implícitamente mayor significación al
campesinado que a la clase obrera.
En este punto es necesario detenerse a considerar dos aspectos:
en primer lugar, por qué el Che extrajo esas lecciones y si ellas eran las únicas que
podían extraerse;
en segundo lugar, si tenía el propósito de atacar la estrategia comunista y cómo se
proponía reemplazarla.
El Che extrajo semejantes conclusiones por su condición de extranjero, ignorante de las circunstancias
cubanas más allá de las que observaba en la Sierra Maestra. Por esa misma condición, no participaba de
las reuniones políticas el Movimiento 26 de Julio, la organización política liderada por Castro, que lejos
de limitarse a los combatientes de la sierra tenía una muy extensa red de activistas en las ciudades,
que permitió la supervivencia de los guerrilleros tras su desembarco (los campesinos que los apoyaron
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habían sido organizados políticamente antes del desembarco y tras éste la resistencia urbana envió
hombres y armas a la sierra).
La primera lección era cierta, pero de un modo insospechado por el Che: el pueblo cubano había
lanzado una insurrección contra Batista, que era la que había producido la caída de su régimen. Pero la
otras dos no lo eran: la revolución fue consecuencia del trabajo político realizado por Castro, que en
medio de la lucha contra Batista había sabido prevalecer entre los muchos grupos revolucionarios y
quebrar la voluntad de resistencia de Batista; y el principal escenario de la lucha no fue el campo, sino
las ciudades, donde se produjo la lucha más intensa contra Batista, tanto desde el comienzo en
Santiago, como en el final que se produjo con la caída de Santa Clara.
Estas consideraciones acerca de los escritos del Che pueden parecer una cuestión de
detalle, referida exclusivamente al Che, pero como sus “lecciones” fueron por muchos años
el único texto teórico de la Revolución Cubana, ellas en realidad resumen todo lo que los
cubanos querían transmitir: la “teoría del foco”, que no era otra cosa que un poderoso
llamado a la acción directa inmediata.
Este es el contexto en que deben leerse el texto de Cooke y el debate entre dos
organizaciones armadas argentinas, FAR y PRT-ERP. Pero para entender cómo
respondieron al llamado del Che, es necesario prestar atención a la historia de Cooke y a
la de esas organizaciones.
Cooke había sido un político tradicional, cuya experiencia tras la caída de Perón lo fue
radicalizando. Hijo de Juan Isaac Cooke, una de la figuras más prominentes del sector del
radicalismo que apoyó a Perón en 1945, John William había nacido en 1920 y fue
diputado nacional entre 1946 y 1952. Alejado del Congreso por su independencia, fue
llamado nuevamente por Perón cuando, tras el levantamiento del 16 de junio de 1955,
intentó abrir los canales de comunicación con la oposición. Aunque ese intento duró poco,
fue por ese motivo, que al producirse la Revolución Libertadora aún era el interventor del
Partido Peronista en la Capital Federal. A poco de la caída de Perón cayó preso y en
marzo de 1957 se escapó de la cárcel de Río Gallegos, junto a Jorge Antonio, Cámpora,
Gómiz y Kelly. En noviembre de 1956, cuando aún estaba preso, Perón lo había
designado como representante personal y heredero al frente del movimiento peronista. Ya
libre, desde Santiago de Chile, Cooke trató de hacer valer esas condiciones, pero sin
encontrar demasiado eco entre las muchas facciones en que se había dividido el
peronismo.
Perón mismo contribuía a sus dificultades al apoyar a todos los grupos y, por su
incapacidad para dar órdenes terminantes, seguirles la corriente a todos ellos. Los
contactos que llevarían al pacto con Frondizi se iniciaron a través de Cooke, pero tanto
por su decisión personal cuanto por el designio de Perón, Cooke se transformó en la
cabeza de la línea dura del peronismo, es decir la que enfrentaba con mayor virulencia la
legalidad vigente. La necesidad política de Perón de cobijar bajo su liderazgo a todos
quienes quisieran seguirlo, inclusive los dirigentes de la línea blanda, que buscaban
acomodarse a la nueva legalidad, hizo perder autoridad a Cooke.
La incipiente institucionalización del peronismo durante la presidencia de Frondizi, con la
creación del multitudinario Consejo Coordinador y Supervisor terminó por marginar
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completamente a Cooke, que empeñado en la confrontación con el gobierno a través de
acciones de fuerza fue desplazado definitivamente tras la derrota de la huelga general
revolucionaria que promovió en enero de 1959. Tras algunos meses en la clandestinidad,
decidió refugiarse en Cuba, atraído por la revolución que allí se había producido en el
mismo momento en que sus esfuerzos fracasaban en la Argentina.
Estuvo en Cuba por lo menos desde mayo de 1960 y no regresó a la Argentina hasta fines de 1963, ya
durante la presidencia de Illia. Si lo que le había atraído de Cuba era que se trataba de una revolución
nacionalista, durante los años que pasó en ella la revolución se transformó en socialista. Su admiración,
lejos de aminorar, se profundizó, hasta el punto de convencerse de que la Argentina necesitaba una
revolución similar, que debía llevarse a cabo por los mismos métodos. O, es mejor aclarar, por lo que el
Che había dicho que eran esos métodos.
Cuando Cooke regresó a la Argentina trajo consigo el lenguaje y las ideas de los cubanos, y la decisión
de ponerlos en práctica. Aislado del peronismo por los años de ausencia y por la radicalización de sus
ideas, encontró que ellas eran muy poco compatibles con el tipo de acción política a que se hallaban
lanzados Perón y el sindicalismo peronista, aun cuando se encontraran en un tira y afloje que duraría
hasta principios de 1966. Por ese motivo fundó un grupo, Acción Revolucionaria Peronista, que
pretendía atraer a la masa peronista hacia las ideas foquistas. Su grupo permaneció aislado del
peronismo, pero no de los otros grupos que, todavía de origen izquierdista pero pronto de origen
católico, estaban dispuestos a realizar una revolución inspirada en el ejemplo cubano. Ni siquiera tuvo
influencia directa sobre las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), el grupo que en 1968 intentó llevar a la
práctica el foquismo mediante el establecimiento de una guerrilla rural en Tucumán, pero apelando,
desde su nombre, a una identidad política que se entroncaba en la experiencia histórica reciente de la
Argentina. Cuando ese grupo cayó en Taco Ralo, en septiembre de ese año, uno de sus integrantes
escuchó por radio enel lugar donde estaba detenido la noticia de la muerte de Cooke. No tenía con él
ningún vínculo político.
Tras su muerte, la influencia de Cooke fue, sin embargo, muy grande. Los jóvenes marxistas y católicos
que estaban creando las organizaciones armadas encontraron en él un símbolo. Cooke había sido un
pionero en la adopción de la divisa que habían hecho propia: el peronismo como identidad, la lucha
armada como metodología y el socialismo como objetivo.
Él no había podido avanzar demasiado en esa dirección (por su edad, su estado físico, sus
escasas habilidades organizativas), pero Montoneros (Perdía, uno de sus principales
dirigentes, es quien define esa divisa en sus memorias) y FAR (Fuerzas Armadas
Revolucionarias) reclamarían su legado, que había quedado expresado en oscuros folletos
y opúsculos, que su viuda, Alicia Eguren, reeditó y difundió.
 
 
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La influencia de la revolución cubana: John W. Cooke y
el debate FAR-PRT - 2
Uno de esos folletos, publicado pocos meses antes de su muerte, es:
“La revolución y el peronismo” , una de las lecturas asignadas para esta
clase.
¿Qué relación ve Cooke entre el peronismo y una revolución al estilo cubano?
¿Qué papel tiene para Cooke el peronismo en esa revolución? ¿Qué papel le
asigna a Perón?
De una manera más general, ¿cuál es el camino de la revolución en la Argentina?
Entre los lectores de Cooke se encontraba Carlos Olmedo, fundador de las FAR. A fines de
1970, cuando esa organización llevaba pocos meses en operaciones abiertas, al igual que
Montoneros y PRT-ERP, las otras grandes organizaciones armadas que habían surgido a la luz
pública durante ese año, Olmedo y Francisco Urondo redactaron un documento en la forma
de reportaje. En él explicaban cuál era el origen de la organización y cuáles eran sus
objetivos y metodología.
También explicaban cuál era su relación con el peronismo y con Perón. Este
punto fue en centro de la crítica efectuada al documento por militantes del PRT-
ERP y de la contestación a esa crítica por Carlos Olmedo.
En este debate puede advertirse una completa nacionalización de la
revolución: si había alguna idea de la revolución mundial, ella sería más el
producto de la lucha de cada pueblo por separado que fruto del esfuerzo de
un partido, el partido comunista, coordinado mundialmente por el PC de la
Unión Soviética.
¿Por qué dice Olmedo que el marxismo no es una bandera política universal?
¿Por qué no considera al peronismo una ideología?
¿Por qué creía que la revolución socialista en la Argentina pasaba por el
peronismo?
Cuáles son los puntos en común entre Olmedo y Cooke y cuáles son sus
diferencias?
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Cooke ; Baschetti , pp. 145-214.
Objetivo: analizar esos textos para responder a las preguntas planteadas.
Tarea: escribir un informe de trescientas palabras sobre esas lecturas,
contestando las preguntas aquí formuladas.
 
 
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