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ACTO – Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra Señor director, señores profesores, Sr Luis Cisneros, a todo el personal institucional y alumnos. Estamos hoy reunidos para conmemorar el día del veterano de guerra y los caídos en la gesta del Atlántico Sur, y rendirles homenaje en este acto. Damos paso a la bandera de ceremonias. Porta la bandera argentina ______________________, escoltas ________________________________________; porta la bandera bonaerense _______________________________________, escoltas ________________________________________________________________; porta la bandera papal ___________________________________________________, escoltas _____________________________________________________________________. A continuación, entonaremos las estrofas del Himno Nacional Argentino. ____________________________________________________________________ El 2 de Abril del año 1982 se produce el desembarco de las tropas argentinas en las Islas Malvinas. Operación diagramada con varios meses de anticipación y no una improvisación para desviar la atención de las masas en medio de las huelgas de esos días. El objetivo fue ante todo el de reclamar la soberanía de las islas, ya que las Naciones Unidas las declararon como territorio de litigio entre Argentina y Gran Bretaña. Habiendo reclamado diplomáticamente en repetidas instancias a lo largo de muchos años la devolución de nuestro territorio, la operación era necesaria para continuar estos reclamos y no dejar caer el plazo de tiempo del litigio pronto a vencer. Lamentablemente la operación se vio malograda desde el inicio, debido a los servicios de espionaje norteamericanos que contaban con la visión de sus satélites espaciales y, tristemente, a la complicidad de países vecinos que ponían al tanto a Inglaterra de los movimientos en el continente. No podemos dudar del valor de los soldados que combatieron en las islas, como signo de un inquebrantable amor por la Patria, que no es sólo un territorio mas o menos extenso en el cual desarrolla sus actividades económicas una nación, sino una manera de vivir, una manera de mirar a Dios, al mundo y al hombre en la historia concreta de nuestro ser nacional, y eso es lo que los heroicos soldados de Malvinas defendieron. Nos da esperanza, porque dicha gesta nos ganó la voluntad de defender lo que es nuestro, de mostrar que nuestros brazos no se han extenuado y están prontos para defender al débil, refrenar la osadía del usurpador y para dar ejemplo de perseverancia en el bien. Una guerra es siempre un suceso no deseado, no es una exaltación de la violencia por la violencia misma. Parafraseando la grandiosa trilogía del “Señor de los anillos”, escrita curiosamente por un inglés converso, Tolkien, el personaje de Faramir dice: “Yo no amo la flecha porque vuela, o a la espada porque tiene filo, o al soldado porque ha alcanzado la gloria. Amo lo que ellos defienden, la ciudad de los hombres de Númenor, sus mujeres y sus niños, sus ancianos y sus tradiciones…” Este es el ideal de caballería cristiana que imperó en la gesta de Malvinas. Así lo deja ver el p. Martínez Torrens, capellán en las trincheras de las islas, cuando narra los hechos en los que Dios intervino en favor de los soldados indefensos, que se pasaban largas noches rezando el Rosario al que llamaban “La ametralladora de cincuenta tiros”. El desembarco se llamó “Operación Rosario”, en alusión y memoria de la derrota del invasor inglés en 1806, cuando don Santiago de Liniers encomendó a la Virgen del Rosario la batalla para expulsar a los piratas de Buenos Aires, y al lado de cuyo altar se encuentran las banderas capturadas al regimiento N° 71 Highlanders y las banderas capturadas a la marina británica, los Royal Blues. El mismo espíritu impulsó a los argentinos a entrar en batalla contra los centenarios enemigos de la Patria. No hubo temeridad, sino valor. Aún con toda la campaña de desmalvinización en contra, debemos defender con firmeza el honor de los veteranos de Malvinas, y el honor debido a los caídos en combate. No podemos llamar a nuestros héroes “los chicos de Malvinas” por su juventud, de hecho demostraron su madurez con el valor. Hasta los mismos británicos se asombraron de la valentía y la destreza de los soldados argentinos, aún de los conscriptos con poco tiempo de preparación, sin mencionar el desempeño de los pilotos, que en el bautismo de fuego de las fuerzas aéreas, dieron lo mejor de sí, dieron todo de sí por la Patria, por nosotros. Pedir que en una guerra no haya yerros es un sinrazón, pues el sentido mismo de toda guerra hunde su raíz en el error, pero no por ello se hace injusta la causa noble, ni se degrada necesariamente el soldado que además es un caballero. Dios Bendiga a los que combatieron por nosotros, y nos conceda el tomar ejemplo de sus virtudes y recordarnos que el heroísmo es un esfuerzo de la voluntad. Muchas gracias 2023-09-14T12:17:00-0300 La Plata Casia Victoria MONETA STANGANELLI Soy el autor de este documento
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