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LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA DESIGUALDAD Y LA CULTURA DEL PRIVILEGIO

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UNIVERSIDAD ESTATAL PENÍNSULA DE SANTA ELENA 
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y DE LA SALUD 
CARRERA GESTIÓN SOCIAL Y DESARROLLO 
 
INFORME: 
LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA DESIGUALDAD Y LA CULTURA DEL 
PRIVILEGIO 
 
MATERIA: 
INDICADORES SOCIALES 
 
PARALELO: 
GESTIÓN SOCIAL Y DESARROLLO 
 
INTEGRANTES: 
 ANCHUNDIA SALAZAR ÁNGEL RAMÓN 
 RAMÍREZ EUGENIO JONATHAN IVAN 
 SARAGURO ZUÑIGA MELISSA CRISTINA 
 TUMBACO POZO NOELIA SOLANGE 
 
 
 DOCENTE: 
Econ. RENÉ FARUK GARZOZI PINCAY, MBA, Ph. D (c) 
 
PERIODO: 
2020-2 
 
 
INSTITUCIONES IGUALITARIAS E INSTITUCIONES EXCLUYENTES 
Las instituciones económicas inclusivas son las que permiten y fomentan la 
participación por parte de los sectores mayoritarios de la población en actividades 
económicas que hacen el mejor uso de sus talentos y habilidades; que ofrecen 
incentivos; que habilitan a los individuos para realizar las decisiones que 
desean. Asimismo, abren el camino para otros dos motores de prosperidad: la 
tecnología y la educación. 
Para ser inclusivas, las instituciones económicas deben incluir: la certeza y seguridad 
de la propiedad privada; un sistema de derecho imparcial; y un suministro suficiente y 
eficaz de servicios públicos que provea la igualdad de condiciones, gracias a la cual 
las personas puedan interactuar y contratar; asimismo, deben permitir la incorporación 
de nuevos negocios y admitir que la gente escoja sus carreras 
La seguridad de los derechos de propiedad, la ley, los servicios públicos y la libertad 
para contratar e intercambiar, todos dependen del Estado, que es la institución con la 
capacidad coercitiva para imponer el orden, prevenir el robo y el fraude y hacer 
respetar los contratos entre grupos privados. Para funcionar bien, la sociedad también 
necesita otros servicios públicos: caminos y una red de transporte para que los bienes 
y productos puedan trasladarse de un lugar a otro; una infraestructura pública a través 
de la cual la actividad económica pueda prosperar; y algún tipo de regulación básica 
para prevenir el fraude y la malversación. 
Aunque algunos de estos servicios públicos pueden ser proveídos por los mercados 
y por ciudadanos privados, el grado de coordinación necesario para hacerlo en gran 
escala a menudo elude a otros actores, excepto a una autoridad central. De esta 
manera, el Estado se encuentra inexorablemente entrelazado con las instituciones 
económicas, en su papel de hacer cumplir las reglas, la ley y el orden, otorgar 
protección a la propiedad privada y a los contratos, y a menudo como proveedor de 
servicios públicos. Las instituciones económicas necesitan y utilizan al Estado. 
La Unesco (2005,p.3) tuvo un papel importante en la definición de los principios 
universales basados en valores éticos comunes que orientan los adelantos científicos 
y desarrollo tecnológicos. Tiene en cuenta la responsabilidad de las generaciones 
actuales con las futuras, con las cuales la bioética tiene una responsabilidad 
fundamental. Estableció principios en la Declaración Universal sobre el Genoma 
Humano y los Derechos Humanos, y consideró que era conveniente elaborar nuevos 
enfoques de responsabilidad social para garantizar que el progreso de la ciencia y la 
tecnología contribuya a la justicia y la equidad y sirva de interés a la humanidad. 
La sinonimia en ambos términos lleva a pensar directamente en la cuestión de justicia 
o injusticia social, se les invoca de manera idéntica y casi siempre implicadas en 
reclamos por la paridad. Según Valcarcel (véase Tunnermann & Bernheim, 2002, p. 
142) la concepción de igualdad propuesta en un plano macro-social aporta desde la 
ética una mirada particular, entender la igualdad desde una situación de interrelación, 
circunscrita en la convivencia. Lo anterior reclama desde un marco de los derechos 
humanos las diferentes constituciones políticas donde objeta que todos los seres 
https://www.redalyc.org/jatsRepo/1892/189246655008/html/index.html#redalyc_189246655008_ref23
https://www.redalyc.org/jatsRepo/1892/189246655008/html/index.html#redalyc_189246655008_ref23
 
humanos nacen iguales. Se asume que los seres humanos deben ser reconocidos 
como iguales sin importar la edad, las diferencias sexuales, económicas, políticas, 
ideológicas, religiosas, raciales, entre otras. Es allí donde la atención educativa de las 
poblaciones con discapacidad en Colombia no puede ser excluyente, ya que la 
educación es un derecho que cabe perfectamente en el término de igualdad. 
La igualdad entendida como interrelación busca más un sentido de justicia, reclama 
desarrollar una moral de la diferencia, concebida como un avalúo de las diversidades 
instaurado en el reconocimiento de la existencia de diferencias individuales, entendida 
bajo un trato igual hacia todos los hombres. Desde esta perspectiva la igualdad 
obtiene una valoración relevante en el plano de las relaciones interpersonales, ya que 
determina una igualdad de respeto hacia la diferencia que va desde lo singular hasta 
lo colectivo. 
¿Cómo entender entonces que unas instituciones políticas excluyentes y extractivas 
hubieran podido propiciar durante varias décadas el crecimiento económico? Es aquí 
donde interviene la cuestión de la naturaleza del crecimiento y donde aparecen, deus 
ex machina(se remonta al teatro de la Grecia Clásica cuando, al final de la obra, 
aparecía colgado de una grúa o el dios [que baja] de la máquina), las nociones de 
crecimiento innovador y destrucción creativa del gran Schumpeter, las cuales también 
resultan especialmente útiles para explicar por qué algunos países se "obstinan" en 
mantener instituciones políticas y económicas que les impiden desarrollarse. 
Esto explicaría la historia inglesa desde los comienzos de la Revolución Industrial. Si, 
por el contrario, la nación en cuestión tiene la desgracia de padecer al mismo tiempo 
de instituciones políticas y económicas extractivas, ello da lugar al círculo vicioso de 
la pobreza, el estancamiento y la miseria en el marco de unas instituciones que, por 
un similar proceso de retroalimentación, se hacen cada vez más extractivas y 
ominosas. Corea del Norte sería el ejemplo. La combinación de instituciones políticas 
incluyentes y económicas extractivas, o viceversa, da lugar a equilibrios inestables 
que pueden alterarse por choques exógenos o circunstancias críticas, en la expresión 
de los autores, que llevan a grandes conflictos sociales de los que puede resultar una 
combinación virtuosa o viciosa de instituciones, dependiendo del resultado 
impredecible de los dados de la historia. China es el caso actual de esta combinación 
inestable. 
procesos como la Revolución Industrial: ¿por qué en Inglaterra?, cuyas respuestas 
son en muchos aspectos más completas que las de nuestros autores. También es útil 
para entender la situación de los países del club de la miseria y de la guerra y los 
procesos políticos y económicos de algunos países latinoamericanos, que se debaten 
entre instituciones incluyentes y excluyentes en el complicado proceso de 
construcción del Estado-nación. Curiosamente, al evaluar esos procesos, Organizar 
elecciones periódicas competitivas y entregar el poder al ganador se 
llama democracia, y ese es el rasgo esencial de las instituciones políticas inclusivas. 
Ejemplo de instituciones excluyentes: 
Instituciones políticas y económicas excluyentes, reflejadas en una seria crisis política, 
están afectando a la economía guatemalteca. Ha sido ampliamente divulgado el 
agudo retroceso del índice de confianza de la actividad económica que acaba de 
publicar el Banco de Guatemala. Las expectativas de inversión privada son negativas 
 
y la inversión pública no despega. Las exportaciones todavía crecen, con dificultad y 
casi por inercia, pero sólo las remesas aumentan de manera sostenida. 
Coloquemos esto en perspectiva. Los principales políticos guatemaltecos han creado 
instituciones políticas profundamente excluyentes. El Congresoestá bajo el control de 
diputados acusados de corrupción que buscan colocarse por encima de la ley. Ahora 
proponen reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos, sin credibilidad. Y la 
solicitud de quitarle el antejuicio a Arzú sugiere que se utilizaron prácticas ilícitas para 
que se eternizara en el poder. Refuerza la percepción de la política “sucia”: disminuye 
aún más el atractivo que para la mayor parte de la población tiene la participación 
política. La exclusión política impera. 
A ello se agregan instituciones económicas excluyentes. Lo reflejan las agudas 
disputas sobre la propiedad del agua y la gestión de los recursos naturales, grandes 
barreras que impiden que empresas nuevas ingresen a mercados internos o externos 
prometedores, la ausencia de una ley de competencia, contratos laborales 
inexistentes o que no se respetan, y un acceso limitado a la educación. 
LA ECONOMÍA POLÍTICA DEL DESARROLLO 
La Economía Política Global o Nueva Economía Política Internacional es una 
disciplina científica multidisciplinar dedicada al estudio de las tendencias políticas y 
económicas globales, por medio de la combinación de diferentes variables 
(económicas, políticas, culturales, geográficas, jurídicas, sociales…). En ella 
participan politólogos (especializados en Relaciones Internacionales) y economistas 
(especializados en Economía Internacional), pero también juristas, antropólogos, 
geógrafos, sociólogos y otros intelectuales, y sus trabajos suelen atender a la 
multidimensionalidad de los fenómenos objeto de estudio (Martínez González-Tablas, 
2000; Woods, 2001; Bustelo, 2003; Hidalgo-Capitán, 2007). 
Como rama de la Economía Política Global dedicada al estudio del tópico del 
desarrollo se encontraría la Economía Política del Desarrollo, que analiza dicho 
fenómeno como algo más que un mero fenómeno económico (desarrollo económico), 
es decir, como un fenómeno multidimensional (aumento del bienestar de la población) 
que requiere de la utilización de variables económicas, pero también políticas, 
sociales, culturales, geográficas… (Nef, 1995; Bates, 2001; Oya y Santamaría, 2007). 
Hablamos, por tanto, de Economía Política del Desarrollo y no simplemente de 
Economía del Desarrollo, asumiendo que lo que se ha venido en denominar Economía 
del Desarrollo no es más que una visión parcial y excluyente de una realidad 
académica mucho más rica y compleja. 
Puede afirmarse que el nacimiento de lo que hemos denominado Economía Política 
del Desarrollo se produjo en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, cuando 
autores keynesianos, neoclásicos, estructuralistas, neomarxistas, 
neoinstitucionalistas, islamistas y alternativos comenzaron a teorizar y a hacer 
propuestas sobre el desarrollo de los países pobres; fueron los llamados “pioneros del 
desarrollo” (Hidalgo-Capitán, 2011). 
 
 
ESCUELAS DE LA ECONOMÍA POLÍTICA DEL DESARROLLO. 
Teoría de la modernización 
Podría sintetizarse de la siguiente manera. El fenómeno del subdesarrollo es 
realmente un problema de atraso económico, debido a que los países 
subdesarrollados no pueden alcanzar la fase de despegue. Las causas de ese atraso 
son los obstáculos al desarrollo que se perpetúan en forma de círculos viciosos; por 
tanto, la mejor manera de sacar a un país del subdesarrollo es rompiendo el círculo 
vicioso de la pobreza por el eslabón ahorro-inversión. Sin embargo, al no ser posible 
un aumento significativo del ahorro interno es necesario acudir al endeudamiento, la 
ayuda o las inversiones extranjeras; éstos permitirán por medio de la planificación, 
poner en marcha los planes de industrialización para la transformación de una 
economía tradicional y agrícola en una economía moderna e industrial, base de un 
crecimiento económico autosostenido que se irá difundiendo por toda la economía. 
Teoría estructuralista 
Podría sintetizarse de la siguiente manera. El fenómeno del subdesarrollo es un 
problema estructural que impide la expansión de los sectores que utilizan tecnología 
avanzada y, por tanto, la transformación de la composición de la producción, 
condenando a estos países a ser exportadores de productos primarios, cuyos precios 
reales se reducen a lo largo del tiempo con el consiguiente efecto de una reducida 
acumulación de capital. La causa de dicho estancamiento se encuentra en la histórica 
inserción internacional de las economías subdesarrolladas como fuente de materias 
primas y como mercados de destino de manufacturas para los países desarrollados; 
por tanto, la mejor manera de sacar a estos países del subdesarrollo es por medio de 
un proceso de industrialización por sustitución de importaciones, basado en la 
protección de la producción manufacturera nacional de la competencia de las 
importaciones industriales. Dicho proceso de industrialización sería planificado por el 
Estado, canalizando los ingresos de los impuestos sobre el comercio exterior hacia 
los sectores manufactureros de bienes de consumo no duradero, primero, y duradero 
y de capital después, permitiendo así la expansión de los sectores que utilizan 
tecnología avanzada y la mejora paulatina del nivel de vida de la población. 
Teoría neomarxista 
Podría sintetizarse de la siguiente manera. El fenómeno del subdesarrollo es una 
situación de estancamiento económico derivado de la explotación de los países 
subdesarrollados por parte de los desarrollados, consistente en la extracción del 
excedente económico generado en aquéllos que no puede ser utilizado, por tanto, 
para una acumulación de capital en los mismos. Dado que las élites económicas de 
los países subdesarrollados son cómplices del proceso de explotación de sus países, 
el desarrollo no es posible bajo el capitalismo, por lo que la solución del mismo pasa 
por revoluciones populares que aparten a dichas élites del poder y permitan la 
instauración del socialismo nacional, para lo cual los países subdesarrollados habrían 
de desconectarse del sistema económico mundial, a menos que dicho sistema dejase 
de ser capitalista y caminase hacia el socialismo global. 
 
 
Teoría neoliberal 
Podría sintetizarse de la siguiente manera. El fenómeno del subdesarrollo es una 
situación de estancamiento económico derivado de un inadecuado funcionamiento del 
mercado debido a las distorsiones que genera la intervención del Estado en la 
economía. Por tanto, la mejor manera de combatir el subdesarrollo es reducir la 
intervención del Estado en la economía por medio de políticas de liberalización 
económica interna, que permitan al mercado nacional funcionar en condiciones de 
libre competencia, y de liberalización económica externa, que permitan aprovechar las 
ventajas comparativas derivadas del comercio internacional y de las inversiones 
extranjeras. De esta forma se generaría un proceso de crecimiento económico 
sostenido cuyos beneficios se repartirían por la sociedad por medio de la distribución 
de la renta emanada del mercado. 
Teoría neoinstitucionalista 
Podría sintetizarse de la siguiente manera. El fenómeno del subdesarrollo es una 
situación de estancamiento económico derivado de un inadecuado marco institucional 
que impide que las innovaciones puedan impulsar un mayor crecimiento económico. 
Por tanto, la mejor manera de salir del subdesarrollo consiste en una reforma 
institucional que dote a dichos países de las instituciones adecuadas para que el 
mercado regulado pueda asignar eficientemente los recursos y generar un aumento 
del bienestar colectivo. 
Teoría islamista 
Podría sintetizarse de la siguiente manera. El fenómeno de subdesarrollo es un 
proceso de decadencia de la sociedad islámica por su alejamiento del Corán, debido 
al colonialismo y neocolonialismo de los países occidentales. Por tanto, la mejor 
manera de salir del subdesarrollo es propiciar un renacimiento de la sociedad islámica 
por medio de la islamización del Estado y la reagrupación de la comunidad musulmanabajo un moderno califato, para lo cual es necesario el control de los gobiernos 
nacionales de los países islámicos por parte de auténticos musulmanes, ya sea por 
vías pacíficas (como defienden los Hermanos Musulmanes) o violentas (como la yihad 
defendida por Al-Qaeda). 
Teoría alternativa 
Podría sintetizarse de la siguiente manera. El fenómeno de subdesarrollo es una 
situación de privación de la satisfacción efectiva de las necesidades básicas de los 
individuos, debido a la escasez de provisión de bienes y servicios necesarios para 
satisfacer dichas necesidades o la falta de capacidad de los individuos para hacer un 
uso efectivo de ellos. Por tanto, la mejor manera de salir del subdesarrollo es aumentar 
las capacidades de los individuos para que puedan satisfacer de forma efectiva sus 
necesidades básicas. La gran aportación de esta escuela es que su concepción del 
desarrollo se basa no tanto en el aumento de la riqueza, implícito en las concepciones 
del desarrollo del resto de las escuelas, sino en la reducción de la pobreza. 
 
 
 
DESIGUALDAD Y FRAGMENTACION EN LAS RELACIONES SOCIALES 
DESIGUALDAD 
Llamamos desigualdad a la calidad de una cosa diferente de otra, o la cualidad que la 
distingue de otra por tener características, valores o cualidades que la hacen diferente. 
“La desigualdad es un fenómeno no tan difícil de imaginar para los latinoamericanos. 
Es la diferencia en ingresos y capital que tienen las personas en comparación con 
otras” (Guzmán, 2020). Esto es lo opuesto a la igualdad. La desigualdad también 
puede referirse a la falta de equidad, equilibrio o igualdad entre dos o mas personas, 
cosas, eventos o realidad. En este sentido, puede estar relacionado con cuestiones 
sociales (sociedad, economía, educación, desigualdad de género) esto se encuentran 
involucradas con la sociología. 
La desigualdad no es solo riqueza, patrimonio neto o ingresos, salario total. También 
puede cubrir la esperanza de vida, afectando la facilidad de las personas para acceder 
a los servicios de salud, educación, de calidad o servicios públicos. Existen 
desigualdades entre géneros y grupos sociales. Además, la desigualdad ha 
aumentado y persistido porque determinados grupos tienen mayor influencia en el 
proceso legislativo, lo que impide que otros grupos hagan que el sistema responda a 
sus necesidades. Esto conduce a distorsiones políticas y además socava el proceso 
democrático. Los diversos aspectos de la desigualdad obstaculizan en gran medida 
nuestra capacidad para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). 
DESIGUALDAD Y FRAGMENTACION EN LAS RELACIONES SOCIALES 
La desigualdad no solo tiene consecuencias económicas, sino también políticas, 
sociales y culturales. Tiende a reproducir sociedades fragmentadas, con baja 
interacción social, limitada confianza, débil sentido de pertenencia, acotada 
percepción de proyectos comunes y poca propensión a la colaboración y a la 
valoración y defensa de los bienes públicos. Esto se manifiesta en diversos ámbitos 
de las relaciones sociales. 
En el campo de la investigación urbana, las últimas décadas se ha prestado especial 
atención al proceso de aislamiento y división del espacio social, porque se trata de un 
intento de analizar la relación entre la desigualdad social que genera este 
neoliberalismo global.” Estos fenómenos aluden en concreto la distribución desigual 
de grupos sociales diferentes en el interior del espacio urbano y generalmente su 
análisis se centran en sus efectos negativos, especialmente cuando afecta la 
interacción entre los grupos sociales y las posibilidades de movilidad social” (Migual 
Angel Barreto, 2015). Diferentes autores coinciden en que la separación espacial y la 
distancia entre clases promueven la desintegración social, que afecta especialmente 
a los pobres. 
La noción de fragmentación es utilizada entonces, para describir y explicar las 
transformaciones del espacio urbano por las diferencias establecidas, ya sean 
sociales, económicas o culturales, pero su uso comienza a extenderse al 
interpretar el comportamiento social de los ciudadanos y sus percepciones del 
espacio urbano (Danilo Veiga, 2003), ya que “ al fragmentarse los espacios, 
son fragmentadas también las nociones del espacio social y todas aquellas 
 
variables que estructuran la experiencia urbana del individuo” (Sarlingo, 
1998). 
LA DIFERENCIA SOCIAL 
Podemos pensar que la diferenciación social siempre ha existido a lo largo de la 
historia, y solo radica en el posicionamiento o identificación de un grupo o individuo 
en la estructura social establecida. Asimismo, estos grupos se identifican entre si a 
través de métodos económicos, culturales y educativos; cada grupo desarrolla 
características únicas en su propio espacio. 
La polarización social de esta manera nos lleva a la tensión social, esta tensión utiliza 
el espacio como herramienta en el proceso de identificación social y es el inicio del 
proceso de división o fragmentación. 
INSUFICIENTE RESPALDO A LA DEMOCRACIA 
Uno de los avances mas importantes de la región es haber terminado con los 
regímenes y dictaduras militares frecuentes en el siglo pasado, que perpetraron 
graves violaciones a los derechos humanos. Hoy se realizan elecciones con 
regularidad y se ha consolidado la democracia política, aunque en un cuarto de gran 
heterogeneidad. Estos logros no están libres de riesgos y retrocesos. El respeto formal 
a la legalidad puede convivir con el debilitamiento de la democracia como orden 
político de plena vigencia de derechos y separación efectiva de poderes. A pesar de 
sus limitaciones, el retorno a la democracia y su normalización ha sido un proceso 
civilizatorio de enorme importancia. Sin embargo, no ha ido acompañado de una 
expansión equivalente de la plena igualdad de derechos económicos y sociales. El 
efecto redistributivo de los regímenes democráticos ha sido limitado. Conocemos que 
existen grandes segmentos de la población que están insatisfechos con los resultados 
de una democracia poco efectiva a la hora de reducir las desigualdades, deficiente en 
el desarrollo de los órganos del estado, poco confiable en materia de probidad de 
servidores públicos y con alto riesgo de captura de las instituciones publicas por parte 
de los grupos de poder e interés. El insuficiente respaldo a la democracia como 
régimen y bien publico no puede atribuirse mecánicamente a la persistencia de las 
desigualdades en la región, ya que tambien hay factores políticos, sociales y culturales 
en juego. No obstante, puede conjeturarse que la profundidad de las desigualdades, 
su persistencia y su resciliación frente a la política orientadas a reducirla juegan un 
papel en la indiferencia, el desapego y la limitada vida cívica y política en la región. La 
desigualdad y las privaciones asociadas a la pobreza tienen implicaciones en la 
participación de los sectores con menores ingresos y mayores carencias en los 
asuntos públicos. En los países en donde el voto no es obligatorio, la tasa de 
participación electoral de esos sectores es menor en algunos casos notablemente 
menor que la de los sectores de ingresos medios y altos, lo que debilita su capacidad 
de incidencia en los asuntos públicos. Además, es frecuente que entre los más pobres 
operen redes de clientela y mecanismos ilegítimos de inducción del voto. Se 
reproduce así una democracia insuficiente en calidad y capacidad redistributiva, que 
se alimenta de una ciudadanía con márgenes limitados de autonomía y capacidad 
efectiva de incidencia en las decisiones públicas. 
 
 
CULTURA DEL PRIVILEGIO, RENTISMO Y DESIGUALDAD 
Bielschowsky & Torres (2018) manifiestan que la cultura del privilegio opera como un 
sustrato profundo en que se cimienta y reproduce la desigualdad en América Latina y 
el Caribe. 
En la perspectiva del desarrollo con igualdad, la cultura del privilegio es clave por 
cuantonaturaliza la relación entre el lugar que se ocupa en la escala social y el mayor 
o menor acceso a educación, salud, trabajo, seguridad y habitabilidad del lugar en que 
se vive. Esta dinámica se disemina en múltiples ámbitos en los que factores 
estructurales e institucionales concurren para perpetuar o recrear un orden de 
desiguales: la fiscalidad, la apropiación de rentas de los recursos naturales o la 
financierización, el bloqueo de poderes fácticos a regulaciones políticas y de política, 
la segregación territorial y la dotación de infraestructura, la segmentación de la calidad 
de la vida urbana, los costos que las poblaciones pagan por la degradación ambiental 
y el cambio climático, las rigideces de la movilidad social intergeneracional, o la 
segregación de capacidades y acceso al bienestar según factores adscriptivos o de 
origen. 
América Latina y el Caribe vive hoy una inflexión crucial en las tensiones entre dos 
matrices opuestas de la cultura del desarrollo: 
 La cultura del privilegio, que ha predominado históricamente 
 La cultura de la igualdad, que emerge en el horizonte de la igualdad de 
derechos, como valor fundamental de las democracias del siglo XXI, a la luz 
de crecientes demandas ciudadanas en el ámbito social y del reconocimiento 
recíproco. 
La cultura del privilegio es un sistema de valores que ordena prácticas establecidas, 
en el que se considera aceptable que un grupo de la población, caracterizado 
jerárquicamente por su adscripción étnica o racial o de género, por su posición 
socioeconómica, por su pertenencia a élites políticas o culturales, por su estatus de 
clase o por su filiación sanguínea o de herencia, tenga ventajas sobre el resto de la 
sociedad. Estas ventajas se dan con referencia a las condiciones para el desarrollo 
de capacidades y la formación de capital cultural; el uso de redes de relaciones para 
obtener contratos y hacer negocios, y acceder a mejores puestos de trabajo y a 
mayores remuneraciones y facilidades de financiamiento; el poder en instancias de 
deliberación o decisión; la voz en los circuitos comunicacionales donde se imponen 
ideas, ideologías y agendas políticas; el acceso a recursos públicos para beneficio 
privado; la impunidad o facilidades especiales frente a la justicia ante hechos 
relacionados con delitos económicos, daños a terceros, formas ilícitas de poder sobre 
otros y discriminación; y la capacidad de presión, negociación, manipulación y veto 
frente a políticas y estamentos del gobierno o del Estado. La cultura del privilegio 
denota la naturalización del privilegio en la sociedad, o al menos en el imaginario 
colectivo de algunos grupos sociales. Esto implica, por una parte, que quienes 
detentan privilegios lo asumen como dado y deseable. La cultura del privilegio 
supone, pues, la normalización de una asimetría en los derechos y deberes de 
 
ciudadanía que consagra y reproduce un orden desigual en términos de titularidad 
efectiva de derechos, participación en la deliberación política, distribución de 
capacidades y beneficios del progreso económico y social. Esta cultura del privilegio 
en la región tiene una raigambre histórica que se remonta a los patrones de 
colonización, caracterizados por la apropiación de recursos naturales por parte de 
élites políticas y económicas, la explotación forzada de fuerza de trabajo, la privación 
de plena ciudadanía para gran parte de la sociedad y la concentración del poder sobre 
bases adscriptivas y estamentales. La cultura del privilegio también se manifestó en 
el racismo y la deshumanización que fundamentó la trata transatlántica de africanos 
y la práctica de la esclavitud, que, en algunos países, sobrevivió como forma de 
subyugación y explotación económica hasta fines del siglo XIX. 
1. Los campos de la cultura del privilegio 
La igualdad de derechos tiene un largo camino por recorrer. La cultura del privilegio 
implica la negación del vínculo social de reciprocidad. A la inversa, la ausencia de 
este vínculo es lo que alimenta la cultura del privilegio, que se funda en una relación 
asimétrica en distintos aspectos: posibilidad de actuar, poder, retribuciones, 
reconocimientos, accesos, vínculos.(CEPAL, 2018) 
-La segmentación en la educación hace de esta un espacio de diferenciación para la 
preservación de privilegios. Los colegios de élite de alto costo, cuyas barreras de 
entrada se asocian a redes de relaciones, pertenencia a grupos específicos y capital 
cultural de origen, reproducen estas diferencias entre generaciones. La vida en la 
escuela fecunda, a su vez, redes de relaciones para la generación siguiente. El efecto 
de pares con mayor capital cultural y el apoyo familiar para el desarrollo de 
capacidades producen un efecto de blindaje, una homogeneidad positiva que marca 
una diferencia y un privilegio respecto de quienes no acceden a esas escuelas. 
-La atención sanitaria es otro campo de la cultura del privilegio. El contraste en el trato 
entre la atención pública y la privada exacerba la percepción del privilegio. Quienes 
se atienden en el sistema público se sienten discriminados por tener que soportar 
largas esperas para recibir atención, por los meses de demora para acceder a 
consultas por patologías cuya atención oportuna significa una diferencia en el 
bienestar y la calidad de vida, por el trato que reciben del personal profesional, para 
profesional y administrativo en los centros de atención y por las condiciones inhóspitas 
que enfrentan cuando deben internarse o aguardar en salas de espera atiborradas. El 
derecho a la salud se vive como jerarquía de ciudadanos de primera y segunda 
categoría. 
-El acceso desigual a la justicia se da según el nivel socioeconómico, la localización 
geográfica e incluso la condición étnico-racial y el género. La cultura del privilegio se 
fortalece cada vez que el dinero o los contactos marcan la diferencia entre ser o no 
ser sancionado por un delito. También hay privilegios en que la diferencia está 
marcada por prejuicios y discriminaciones que sedimentan sesgos en la justicia 
respecto de las mujeres, los indígenas, los jóvenes de sectores urbanos populares, 
las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) y los 
afrodescendientes. 
 
 
2. Fortalecer la cultura de la igualdad erosiona la cultura del privilegio 
La cultura democrática debe confrontar la cultura del privilegio y lo hace en los 
aspectos que se detallan a continuación. 
-En primer lugar, en la defensa de grupos o sectores de la población discriminados, 
negados o excluidos de los beneficios del progreso y de reciprocidad en el trato. 
-En segundo término, la cultura democrática, cuando se refuerza y activa con la 
institucionalidad democrática, se traduce en menor tolerancia al ejercicio de privilegios 
y mayor empoderamiento para impugnarlos. Denunciar, interrumpir y sancionar un 
privilegio es interpelarlo como cultura. 
-En tercer lugar, la primera década del siglo XXI registra en los regímenes 
democráticos de la región un amplio abanico de reformas constitucionales, sociales, 
fiscales y judiciales surgidas al calor de mayores demandas de bienestar, igualdad 
efectiva de derechos, presencia del Estado y no discriminación. 
La trampa del rentismo 
Laserna et al. (2011) manifiestan que en el principio, el rentismo, sea como mentalidad 
o como comportamiento, no tiene por qué ser problemático pues, en los hechos, 
permite que algunos recursos sean puestos a disposición de quien pueda, quiera o 
necesite utilizarlos. Se hace problemático cuando orienta todos los esfuerzos hacia el 
control de una riqueza ya existente o cuando busca obtener réditos de la riqueza 
ajena, porque en este caso implica apropiación indebida de valor y desalienta a 
quienes son capaces de crearlo, dañando a la sociedad en su conjunto. 
El rentismo es motivado por la posibilidad de obtener valor mediante una decisiónpolítica antes que, por una transacción económica, por lo que habitualmente involucra 
al Estado y afecta los recursos públicos traduciéndose en una asignación 
presupuestaria específica, en subsidios, en ventajas particulares, en aranceles o 
incluso en la provisión excluyente de servicios públicos. 
La mayor parte de ella parece concentrarse ya sea en las relaciones entre las 
empresas y el gobierno --por lo que suele definirse como la manipulación del entorno 
económico a través del gobierno y de las políticas públicas para obtener ganancias 
ventajosas (rentas monopólicas) -- o en el comportamiento individual --lo que asocia 
estos estudios a las opciones laborales y a la teoría del aprovechador (free-lancer). 
Como el objeto de la disputa es un recurso políticamente controlable, también se 
asocian a este concepto temas como la corrupción, la captura de excedentes, la 
política burocrática, el proteccionismo y los subsidios. 
 
 
 
 
 
 
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 
Blanco, R. (2010). El derecho a la Educación. Revista Latinoamericana de Educación 
Inclusiva, 4(2), 11-198. Recuperado de: http://www.rinace.net/rlei/numeros/vol4-
num2/art4_htm.html. 
Bielschowsky, R., & Torres, M. (2018). Desarrollo e Igualdad: El Pensamiento de la 
CEPAL en su Séptimo Decenio - Textos Seleccionados del Período 2008-
2018. UN. https://doi.org/10.18356/7a7b820c-es 
Caribe (CEPAL), C. E. para A. L. y el. (2018). La ineficiencia de la desigualdad. 
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