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UNIVERSIDAD ESTATAL PENÍNSULA DE SANTA ELENA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y DE LA SALUD CARRERA GESTIÓN SOCIAL Y DESARROLLO INFORME: LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA DESIGUALDAD Y LA CULTURA DEL PRIVILEGIO MATERIA: INDICADORES SOCIALES PARALELO: GESTIÓN SOCIAL Y DESARROLLO INTEGRANTES: ANCHUNDIA SALAZAR ÁNGEL RAMÓN RAMÍREZ EUGENIO JONATHAN IVAN SARAGURO ZUÑIGA MELISSA CRISTINA TUMBACO POZO NOELIA SOLANGE DOCENTE: Econ. RENÉ FARUK GARZOZI PINCAY, MBA, Ph. D (c) PERIODO: 2020-2 INSTITUCIONES IGUALITARIAS E INSTITUCIONES EXCLUYENTES Las instituciones económicas inclusivas son las que permiten y fomentan la participación por parte de los sectores mayoritarios de la población en actividades económicas que hacen el mejor uso de sus talentos y habilidades; que ofrecen incentivos; que habilitan a los individuos para realizar las decisiones que desean. Asimismo, abren el camino para otros dos motores de prosperidad: la tecnología y la educación. Para ser inclusivas, las instituciones económicas deben incluir: la certeza y seguridad de la propiedad privada; un sistema de derecho imparcial; y un suministro suficiente y eficaz de servicios públicos que provea la igualdad de condiciones, gracias a la cual las personas puedan interactuar y contratar; asimismo, deben permitir la incorporación de nuevos negocios y admitir que la gente escoja sus carreras La seguridad de los derechos de propiedad, la ley, los servicios públicos y la libertad para contratar e intercambiar, todos dependen del Estado, que es la institución con la capacidad coercitiva para imponer el orden, prevenir el robo y el fraude y hacer respetar los contratos entre grupos privados. Para funcionar bien, la sociedad también necesita otros servicios públicos: caminos y una red de transporte para que los bienes y productos puedan trasladarse de un lugar a otro; una infraestructura pública a través de la cual la actividad económica pueda prosperar; y algún tipo de regulación básica para prevenir el fraude y la malversación. Aunque algunos de estos servicios públicos pueden ser proveídos por los mercados y por ciudadanos privados, el grado de coordinación necesario para hacerlo en gran escala a menudo elude a otros actores, excepto a una autoridad central. De esta manera, el Estado se encuentra inexorablemente entrelazado con las instituciones económicas, en su papel de hacer cumplir las reglas, la ley y el orden, otorgar protección a la propiedad privada y a los contratos, y a menudo como proveedor de servicios públicos. Las instituciones económicas necesitan y utilizan al Estado. La Unesco (2005,p.3) tuvo un papel importante en la definición de los principios universales basados en valores éticos comunes que orientan los adelantos científicos y desarrollo tecnológicos. Tiene en cuenta la responsabilidad de las generaciones actuales con las futuras, con las cuales la bioética tiene una responsabilidad fundamental. Estableció principios en la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, y consideró que era conveniente elaborar nuevos enfoques de responsabilidad social para garantizar que el progreso de la ciencia y la tecnología contribuya a la justicia y la equidad y sirva de interés a la humanidad. La sinonimia en ambos términos lleva a pensar directamente en la cuestión de justicia o injusticia social, se les invoca de manera idéntica y casi siempre implicadas en reclamos por la paridad. Según Valcarcel (véase Tunnermann & Bernheim, 2002, p. 142) la concepción de igualdad propuesta en un plano macro-social aporta desde la ética una mirada particular, entender la igualdad desde una situación de interrelación, circunscrita en la convivencia. Lo anterior reclama desde un marco de los derechos humanos las diferentes constituciones políticas donde objeta que todos los seres https://www.redalyc.org/jatsRepo/1892/189246655008/html/index.html#redalyc_189246655008_ref23 https://www.redalyc.org/jatsRepo/1892/189246655008/html/index.html#redalyc_189246655008_ref23 humanos nacen iguales. Se asume que los seres humanos deben ser reconocidos como iguales sin importar la edad, las diferencias sexuales, económicas, políticas, ideológicas, religiosas, raciales, entre otras. Es allí donde la atención educativa de las poblaciones con discapacidad en Colombia no puede ser excluyente, ya que la educación es un derecho que cabe perfectamente en el término de igualdad. La igualdad entendida como interrelación busca más un sentido de justicia, reclama desarrollar una moral de la diferencia, concebida como un avalúo de las diversidades instaurado en el reconocimiento de la existencia de diferencias individuales, entendida bajo un trato igual hacia todos los hombres. Desde esta perspectiva la igualdad obtiene una valoración relevante en el plano de las relaciones interpersonales, ya que determina una igualdad de respeto hacia la diferencia que va desde lo singular hasta lo colectivo. ¿Cómo entender entonces que unas instituciones políticas excluyentes y extractivas hubieran podido propiciar durante varias décadas el crecimiento económico? Es aquí donde interviene la cuestión de la naturaleza del crecimiento y donde aparecen, deus ex machina(se remonta al teatro de la Grecia Clásica cuando, al final de la obra, aparecía colgado de una grúa o el dios [que baja] de la máquina), las nociones de crecimiento innovador y destrucción creativa del gran Schumpeter, las cuales también resultan especialmente útiles para explicar por qué algunos países se "obstinan" en mantener instituciones políticas y económicas que les impiden desarrollarse. Esto explicaría la historia inglesa desde los comienzos de la Revolución Industrial. Si, por el contrario, la nación en cuestión tiene la desgracia de padecer al mismo tiempo de instituciones políticas y económicas extractivas, ello da lugar al círculo vicioso de la pobreza, el estancamiento y la miseria en el marco de unas instituciones que, por un similar proceso de retroalimentación, se hacen cada vez más extractivas y ominosas. Corea del Norte sería el ejemplo. La combinación de instituciones políticas incluyentes y económicas extractivas, o viceversa, da lugar a equilibrios inestables que pueden alterarse por choques exógenos o circunstancias críticas, en la expresión de los autores, que llevan a grandes conflictos sociales de los que puede resultar una combinación virtuosa o viciosa de instituciones, dependiendo del resultado impredecible de los dados de la historia. China es el caso actual de esta combinación inestable. procesos como la Revolución Industrial: ¿por qué en Inglaterra?, cuyas respuestas son en muchos aspectos más completas que las de nuestros autores. También es útil para entender la situación de los países del club de la miseria y de la guerra y los procesos políticos y económicos de algunos países latinoamericanos, que se debaten entre instituciones incluyentes y excluyentes en el complicado proceso de construcción del Estado-nación. Curiosamente, al evaluar esos procesos, Organizar elecciones periódicas competitivas y entregar el poder al ganador se llama democracia, y ese es el rasgo esencial de las instituciones políticas inclusivas. Ejemplo de instituciones excluyentes: Instituciones políticas y económicas excluyentes, reflejadas en una seria crisis política, están afectando a la economía guatemalteca. Ha sido ampliamente divulgado el agudo retroceso del índice de confianza de la actividad económica que acaba de publicar el Banco de Guatemala. Las expectativas de inversión privada son negativas y la inversión pública no despega. Las exportaciones todavía crecen, con dificultad y casi por inercia, pero sólo las remesas aumentan de manera sostenida. Coloquemos esto en perspectiva. Los principales políticos guatemaltecos han creado instituciones políticas profundamente excluyentes. El Congresoestá bajo el control de diputados acusados de corrupción que buscan colocarse por encima de la ley. Ahora proponen reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos, sin credibilidad. Y la solicitud de quitarle el antejuicio a Arzú sugiere que se utilizaron prácticas ilícitas para que se eternizara en el poder. Refuerza la percepción de la política “sucia”: disminuye aún más el atractivo que para la mayor parte de la población tiene la participación política. La exclusión política impera. A ello se agregan instituciones económicas excluyentes. Lo reflejan las agudas disputas sobre la propiedad del agua y la gestión de los recursos naturales, grandes barreras que impiden que empresas nuevas ingresen a mercados internos o externos prometedores, la ausencia de una ley de competencia, contratos laborales inexistentes o que no se respetan, y un acceso limitado a la educación. LA ECONOMÍA POLÍTICA DEL DESARROLLO La Economía Política Global o Nueva Economía Política Internacional es una disciplina científica multidisciplinar dedicada al estudio de las tendencias políticas y económicas globales, por medio de la combinación de diferentes variables (económicas, políticas, culturales, geográficas, jurídicas, sociales…). En ella participan politólogos (especializados en Relaciones Internacionales) y economistas (especializados en Economía Internacional), pero también juristas, antropólogos, geógrafos, sociólogos y otros intelectuales, y sus trabajos suelen atender a la multidimensionalidad de los fenómenos objeto de estudio (Martínez González-Tablas, 2000; Woods, 2001; Bustelo, 2003; Hidalgo-Capitán, 2007). Como rama de la Economía Política Global dedicada al estudio del tópico del desarrollo se encontraría la Economía Política del Desarrollo, que analiza dicho fenómeno como algo más que un mero fenómeno económico (desarrollo económico), es decir, como un fenómeno multidimensional (aumento del bienestar de la población) que requiere de la utilización de variables económicas, pero también políticas, sociales, culturales, geográficas… (Nef, 1995; Bates, 2001; Oya y Santamaría, 2007). Hablamos, por tanto, de Economía Política del Desarrollo y no simplemente de Economía del Desarrollo, asumiendo que lo que se ha venido en denominar Economía del Desarrollo no es más que una visión parcial y excluyente de una realidad académica mucho más rica y compleja. Puede afirmarse que el nacimiento de lo que hemos denominado Economía Política del Desarrollo se produjo en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, cuando autores keynesianos, neoclásicos, estructuralistas, neomarxistas, neoinstitucionalistas, islamistas y alternativos comenzaron a teorizar y a hacer propuestas sobre el desarrollo de los países pobres; fueron los llamados “pioneros del desarrollo” (Hidalgo-Capitán, 2011). ESCUELAS DE LA ECONOMÍA POLÍTICA DEL DESARROLLO. Teoría de la modernización Podría sintetizarse de la siguiente manera. El fenómeno del subdesarrollo es realmente un problema de atraso económico, debido a que los países subdesarrollados no pueden alcanzar la fase de despegue. Las causas de ese atraso son los obstáculos al desarrollo que se perpetúan en forma de círculos viciosos; por tanto, la mejor manera de sacar a un país del subdesarrollo es rompiendo el círculo vicioso de la pobreza por el eslabón ahorro-inversión. Sin embargo, al no ser posible un aumento significativo del ahorro interno es necesario acudir al endeudamiento, la ayuda o las inversiones extranjeras; éstos permitirán por medio de la planificación, poner en marcha los planes de industrialización para la transformación de una economía tradicional y agrícola en una economía moderna e industrial, base de un crecimiento económico autosostenido que se irá difundiendo por toda la economía. Teoría estructuralista Podría sintetizarse de la siguiente manera. El fenómeno del subdesarrollo es un problema estructural que impide la expansión de los sectores que utilizan tecnología avanzada y, por tanto, la transformación de la composición de la producción, condenando a estos países a ser exportadores de productos primarios, cuyos precios reales se reducen a lo largo del tiempo con el consiguiente efecto de una reducida acumulación de capital. La causa de dicho estancamiento se encuentra en la histórica inserción internacional de las economías subdesarrolladas como fuente de materias primas y como mercados de destino de manufacturas para los países desarrollados; por tanto, la mejor manera de sacar a estos países del subdesarrollo es por medio de un proceso de industrialización por sustitución de importaciones, basado en la protección de la producción manufacturera nacional de la competencia de las importaciones industriales. Dicho proceso de industrialización sería planificado por el Estado, canalizando los ingresos de los impuestos sobre el comercio exterior hacia los sectores manufactureros de bienes de consumo no duradero, primero, y duradero y de capital después, permitiendo así la expansión de los sectores que utilizan tecnología avanzada y la mejora paulatina del nivel de vida de la población. Teoría neomarxista Podría sintetizarse de la siguiente manera. El fenómeno del subdesarrollo es una situación de estancamiento económico derivado de la explotación de los países subdesarrollados por parte de los desarrollados, consistente en la extracción del excedente económico generado en aquéllos que no puede ser utilizado, por tanto, para una acumulación de capital en los mismos. Dado que las élites económicas de los países subdesarrollados son cómplices del proceso de explotación de sus países, el desarrollo no es posible bajo el capitalismo, por lo que la solución del mismo pasa por revoluciones populares que aparten a dichas élites del poder y permitan la instauración del socialismo nacional, para lo cual los países subdesarrollados habrían de desconectarse del sistema económico mundial, a menos que dicho sistema dejase de ser capitalista y caminase hacia el socialismo global. Teoría neoliberal Podría sintetizarse de la siguiente manera. El fenómeno del subdesarrollo es una situación de estancamiento económico derivado de un inadecuado funcionamiento del mercado debido a las distorsiones que genera la intervención del Estado en la economía. Por tanto, la mejor manera de combatir el subdesarrollo es reducir la intervención del Estado en la economía por medio de políticas de liberalización económica interna, que permitan al mercado nacional funcionar en condiciones de libre competencia, y de liberalización económica externa, que permitan aprovechar las ventajas comparativas derivadas del comercio internacional y de las inversiones extranjeras. De esta forma se generaría un proceso de crecimiento económico sostenido cuyos beneficios se repartirían por la sociedad por medio de la distribución de la renta emanada del mercado. Teoría neoinstitucionalista Podría sintetizarse de la siguiente manera. El fenómeno del subdesarrollo es una situación de estancamiento económico derivado de un inadecuado marco institucional que impide que las innovaciones puedan impulsar un mayor crecimiento económico. Por tanto, la mejor manera de salir del subdesarrollo consiste en una reforma institucional que dote a dichos países de las instituciones adecuadas para que el mercado regulado pueda asignar eficientemente los recursos y generar un aumento del bienestar colectivo. Teoría islamista Podría sintetizarse de la siguiente manera. El fenómeno de subdesarrollo es un proceso de decadencia de la sociedad islámica por su alejamiento del Corán, debido al colonialismo y neocolonialismo de los países occidentales. Por tanto, la mejor manera de salir del subdesarrollo es propiciar un renacimiento de la sociedad islámica por medio de la islamización del Estado y la reagrupación de la comunidad musulmanabajo un moderno califato, para lo cual es necesario el control de los gobiernos nacionales de los países islámicos por parte de auténticos musulmanes, ya sea por vías pacíficas (como defienden los Hermanos Musulmanes) o violentas (como la yihad defendida por Al-Qaeda). Teoría alternativa Podría sintetizarse de la siguiente manera. El fenómeno de subdesarrollo es una situación de privación de la satisfacción efectiva de las necesidades básicas de los individuos, debido a la escasez de provisión de bienes y servicios necesarios para satisfacer dichas necesidades o la falta de capacidad de los individuos para hacer un uso efectivo de ellos. Por tanto, la mejor manera de salir del subdesarrollo es aumentar las capacidades de los individuos para que puedan satisfacer de forma efectiva sus necesidades básicas. La gran aportación de esta escuela es que su concepción del desarrollo se basa no tanto en el aumento de la riqueza, implícito en las concepciones del desarrollo del resto de las escuelas, sino en la reducción de la pobreza. DESIGUALDAD Y FRAGMENTACION EN LAS RELACIONES SOCIALES DESIGUALDAD Llamamos desigualdad a la calidad de una cosa diferente de otra, o la cualidad que la distingue de otra por tener características, valores o cualidades que la hacen diferente. “La desigualdad es un fenómeno no tan difícil de imaginar para los latinoamericanos. Es la diferencia en ingresos y capital que tienen las personas en comparación con otras” (Guzmán, 2020). Esto es lo opuesto a la igualdad. La desigualdad también puede referirse a la falta de equidad, equilibrio o igualdad entre dos o mas personas, cosas, eventos o realidad. En este sentido, puede estar relacionado con cuestiones sociales (sociedad, economía, educación, desigualdad de género) esto se encuentran involucradas con la sociología. La desigualdad no es solo riqueza, patrimonio neto o ingresos, salario total. También puede cubrir la esperanza de vida, afectando la facilidad de las personas para acceder a los servicios de salud, educación, de calidad o servicios públicos. Existen desigualdades entre géneros y grupos sociales. Además, la desigualdad ha aumentado y persistido porque determinados grupos tienen mayor influencia en el proceso legislativo, lo que impide que otros grupos hagan que el sistema responda a sus necesidades. Esto conduce a distorsiones políticas y además socava el proceso democrático. Los diversos aspectos de la desigualdad obstaculizan en gran medida nuestra capacidad para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). DESIGUALDAD Y FRAGMENTACION EN LAS RELACIONES SOCIALES La desigualdad no solo tiene consecuencias económicas, sino también políticas, sociales y culturales. Tiende a reproducir sociedades fragmentadas, con baja interacción social, limitada confianza, débil sentido de pertenencia, acotada percepción de proyectos comunes y poca propensión a la colaboración y a la valoración y defensa de los bienes públicos. Esto se manifiesta en diversos ámbitos de las relaciones sociales. En el campo de la investigación urbana, las últimas décadas se ha prestado especial atención al proceso de aislamiento y división del espacio social, porque se trata de un intento de analizar la relación entre la desigualdad social que genera este neoliberalismo global.” Estos fenómenos aluden en concreto la distribución desigual de grupos sociales diferentes en el interior del espacio urbano y generalmente su análisis se centran en sus efectos negativos, especialmente cuando afecta la interacción entre los grupos sociales y las posibilidades de movilidad social” (Migual Angel Barreto, 2015). Diferentes autores coinciden en que la separación espacial y la distancia entre clases promueven la desintegración social, que afecta especialmente a los pobres. La noción de fragmentación es utilizada entonces, para describir y explicar las transformaciones del espacio urbano por las diferencias establecidas, ya sean sociales, económicas o culturales, pero su uso comienza a extenderse al interpretar el comportamiento social de los ciudadanos y sus percepciones del espacio urbano (Danilo Veiga, 2003), ya que “ al fragmentarse los espacios, son fragmentadas también las nociones del espacio social y todas aquellas variables que estructuran la experiencia urbana del individuo” (Sarlingo, 1998). LA DIFERENCIA SOCIAL Podemos pensar que la diferenciación social siempre ha existido a lo largo de la historia, y solo radica en el posicionamiento o identificación de un grupo o individuo en la estructura social establecida. Asimismo, estos grupos se identifican entre si a través de métodos económicos, culturales y educativos; cada grupo desarrolla características únicas en su propio espacio. La polarización social de esta manera nos lleva a la tensión social, esta tensión utiliza el espacio como herramienta en el proceso de identificación social y es el inicio del proceso de división o fragmentación. INSUFICIENTE RESPALDO A LA DEMOCRACIA Uno de los avances mas importantes de la región es haber terminado con los regímenes y dictaduras militares frecuentes en el siglo pasado, que perpetraron graves violaciones a los derechos humanos. Hoy se realizan elecciones con regularidad y se ha consolidado la democracia política, aunque en un cuarto de gran heterogeneidad. Estos logros no están libres de riesgos y retrocesos. El respeto formal a la legalidad puede convivir con el debilitamiento de la democracia como orden político de plena vigencia de derechos y separación efectiva de poderes. A pesar de sus limitaciones, el retorno a la democracia y su normalización ha sido un proceso civilizatorio de enorme importancia. Sin embargo, no ha ido acompañado de una expansión equivalente de la plena igualdad de derechos económicos y sociales. El efecto redistributivo de los regímenes democráticos ha sido limitado. Conocemos que existen grandes segmentos de la población que están insatisfechos con los resultados de una democracia poco efectiva a la hora de reducir las desigualdades, deficiente en el desarrollo de los órganos del estado, poco confiable en materia de probidad de servidores públicos y con alto riesgo de captura de las instituciones publicas por parte de los grupos de poder e interés. El insuficiente respaldo a la democracia como régimen y bien publico no puede atribuirse mecánicamente a la persistencia de las desigualdades en la región, ya que tambien hay factores políticos, sociales y culturales en juego. No obstante, puede conjeturarse que la profundidad de las desigualdades, su persistencia y su resciliación frente a la política orientadas a reducirla juegan un papel en la indiferencia, el desapego y la limitada vida cívica y política en la región. La desigualdad y las privaciones asociadas a la pobreza tienen implicaciones en la participación de los sectores con menores ingresos y mayores carencias en los asuntos públicos. En los países en donde el voto no es obligatorio, la tasa de participación electoral de esos sectores es menor en algunos casos notablemente menor que la de los sectores de ingresos medios y altos, lo que debilita su capacidad de incidencia en los asuntos públicos. Además, es frecuente que entre los más pobres operen redes de clientela y mecanismos ilegítimos de inducción del voto. Se reproduce así una democracia insuficiente en calidad y capacidad redistributiva, que se alimenta de una ciudadanía con márgenes limitados de autonomía y capacidad efectiva de incidencia en las decisiones públicas. CULTURA DEL PRIVILEGIO, RENTISMO Y DESIGUALDAD Bielschowsky & Torres (2018) manifiestan que la cultura del privilegio opera como un sustrato profundo en que se cimienta y reproduce la desigualdad en América Latina y el Caribe. En la perspectiva del desarrollo con igualdad, la cultura del privilegio es clave por cuantonaturaliza la relación entre el lugar que se ocupa en la escala social y el mayor o menor acceso a educación, salud, trabajo, seguridad y habitabilidad del lugar en que se vive. Esta dinámica se disemina en múltiples ámbitos en los que factores estructurales e institucionales concurren para perpetuar o recrear un orden de desiguales: la fiscalidad, la apropiación de rentas de los recursos naturales o la financierización, el bloqueo de poderes fácticos a regulaciones políticas y de política, la segregación territorial y la dotación de infraestructura, la segmentación de la calidad de la vida urbana, los costos que las poblaciones pagan por la degradación ambiental y el cambio climático, las rigideces de la movilidad social intergeneracional, o la segregación de capacidades y acceso al bienestar según factores adscriptivos o de origen. América Latina y el Caribe vive hoy una inflexión crucial en las tensiones entre dos matrices opuestas de la cultura del desarrollo: La cultura del privilegio, que ha predominado históricamente La cultura de la igualdad, que emerge en el horizonte de la igualdad de derechos, como valor fundamental de las democracias del siglo XXI, a la luz de crecientes demandas ciudadanas en el ámbito social y del reconocimiento recíproco. La cultura del privilegio es un sistema de valores que ordena prácticas establecidas, en el que se considera aceptable que un grupo de la población, caracterizado jerárquicamente por su adscripción étnica o racial o de género, por su posición socioeconómica, por su pertenencia a élites políticas o culturales, por su estatus de clase o por su filiación sanguínea o de herencia, tenga ventajas sobre el resto de la sociedad. Estas ventajas se dan con referencia a las condiciones para el desarrollo de capacidades y la formación de capital cultural; el uso de redes de relaciones para obtener contratos y hacer negocios, y acceder a mejores puestos de trabajo y a mayores remuneraciones y facilidades de financiamiento; el poder en instancias de deliberación o decisión; la voz en los circuitos comunicacionales donde se imponen ideas, ideologías y agendas políticas; el acceso a recursos públicos para beneficio privado; la impunidad o facilidades especiales frente a la justicia ante hechos relacionados con delitos económicos, daños a terceros, formas ilícitas de poder sobre otros y discriminación; y la capacidad de presión, negociación, manipulación y veto frente a políticas y estamentos del gobierno o del Estado. La cultura del privilegio denota la naturalización del privilegio en la sociedad, o al menos en el imaginario colectivo de algunos grupos sociales. Esto implica, por una parte, que quienes detentan privilegios lo asumen como dado y deseable. La cultura del privilegio supone, pues, la normalización de una asimetría en los derechos y deberes de ciudadanía que consagra y reproduce un orden desigual en términos de titularidad efectiva de derechos, participación en la deliberación política, distribución de capacidades y beneficios del progreso económico y social. Esta cultura del privilegio en la región tiene una raigambre histórica que se remonta a los patrones de colonización, caracterizados por la apropiación de recursos naturales por parte de élites políticas y económicas, la explotación forzada de fuerza de trabajo, la privación de plena ciudadanía para gran parte de la sociedad y la concentración del poder sobre bases adscriptivas y estamentales. La cultura del privilegio también se manifestó en el racismo y la deshumanización que fundamentó la trata transatlántica de africanos y la práctica de la esclavitud, que, en algunos países, sobrevivió como forma de subyugación y explotación económica hasta fines del siglo XIX. 1. Los campos de la cultura del privilegio La igualdad de derechos tiene un largo camino por recorrer. La cultura del privilegio implica la negación del vínculo social de reciprocidad. A la inversa, la ausencia de este vínculo es lo que alimenta la cultura del privilegio, que se funda en una relación asimétrica en distintos aspectos: posibilidad de actuar, poder, retribuciones, reconocimientos, accesos, vínculos.(CEPAL, 2018) -La segmentación en la educación hace de esta un espacio de diferenciación para la preservación de privilegios. Los colegios de élite de alto costo, cuyas barreras de entrada se asocian a redes de relaciones, pertenencia a grupos específicos y capital cultural de origen, reproducen estas diferencias entre generaciones. La vida en la escuela fecunda, a su vez, redes de relaciones para la generación siguiente. El efecto de pares con mayor capital cultural y el apoyo familiar para el desarrollo de capacidades producen un efecto de blindaje, una homogeneidad positiva que marca una diferencia y un privilegio respecto de quienes no acceden a esas escuelas. -La atención sanitaria es otro campo de la cultura del privilegio. El contraste en el trato entre la atención pública y la privada exacerba la percepción del privilegio. Quienes se atienden en el sistema público se sienten discriminados por tener que soportar largas esperas para recibir atención, por los meses de demora para acceder a consultas por patologías cuya atención oportuna significa una diferencia en el bienestar y la calidad de vida, por el trato que reciben del personal profesional, para profesional y administrativo en los centros de atención y por las condiciones inhóspitas que enfrentan cuando deben internarse o aguardar en salas de espera atiborradas. El derecho a la salud se vive como jerarquía de ciudadanos de primera y segunda categoría. -El acceso desigual a la justicia se da según el nivel socioeconómico, la localización geográfica e incluso la condición étnico-racial y el género. La cultura del privilegio se fortalece cada vez que el dinero o los contactos marcan la diferencia entre ser o no ser sancionado por un delito. También hay privilegios en que la diferencia está marcada por prejuicios y discriminaciones que sedimentan sesgos en la justicia respecto de las mujeres, los indígenas, los jóvenes de sectores urbanos populares, las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) y los afrodescendientes. 2. Fortalecer la cultura de la igualdad erosiona la cultura del privilegio La cultura democrática debe confrontar la cultura del privilegio y lo hace en los aspectos que se detallan a continuación. -En primer lugar, en la defensa de grupos o sectores de la población discriminados, negados o excluidos de los beneficios del progreso y de reciprocidad en el trato. -En segundo término, la cultura democrática, cuando se refuerza y activa con la institucionalidad democrática, se traduce en menor tolerancia al ejercicio de privilegios y mayor empoderamiento para impugnarlos. Denunciar, interrumpir y sancionar un privilegio es interpelarlo como cultura. -En tercer lugar, la primera década del siglo XXI registra en los regímenes democráticos de la región un amplio abanico de reformas constitucionales, sociales, fiscales y judiciales surgidas al calor de mayores demandas de bienestar, igualdad efectiva de derechos, presencia del Estado y no discriminación. La trampa del rentismo Laserna et al. (2011) manifiestan que en el principio, el rentismo, sea como mentalidad o como comportamiento, no tiene por qué ser problemático pues, en los hechos, permite que algunos recursos sean puestos a disposición de quien pueda, quiera o necesite utilizarlos. Se hace problemático cuando orienta todos los esfuerzos hacia el control de una riqueza ya existente o cuando busca obtener réditos de la riqueza ajena, porque en este caso implica apropiación indebida de valor y desalienta a quienes son capaces de crearlo, dañando a la sociedad en su conjunto. El rentismo es motivado por la posibilidad de obtener valor mediante una decisiónpolítica antes que, por una transacción económica, por lo que habitualmente involucra al Estado y afecta los recursos públicos traduciéndose en una asignación presupuestaria específica, en subsidios, en ventajas particulares, en aranceles o incluso en la provisión excluyente de servicios públicos. La mayor parte de ella parece concentrarse ya sea en las relaciones entre las empresas y el gobierno --por lo que suele definirse como la manipulación del entorno económico a través del gobierno y de las políticas públicas para obtener ganancias ventajosas (rentas monopólicas) -- o en el comportamiento individual --lo que asocia estos estudios a las opciones laborales y a la teoría del aprovechador (free-lancer). Como el objeto de la disputa es un recurso políticamente controlable, también se asocian a este concepto temas como la corrupción, la captura de excedentes, la política burocrática, el proteccionismo y los subsidios. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Blanco, R. (2010). El derecho a la Educación. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 4(2), 11-198. Recuperado de: http://www.rinace.net/rlei/numeros/vol4- num2/art4_htm.html. Bielschowsky, R., & Torres, M. (2018). Desarrollo e Igualdad: El Pensamiento de la CEPAL en su Séptimo Decenio - Textos Seleccionados del Período 2008- 2018. UN. https://doi.org/10.18356/7a7b820c-es Caribe (CEPAL), C. E. para A. L. y el. (2018). La ineficiencia de la desigualdad. https://bibliotecadigital.ccb.org.co/handle/11520/23424 Danilo Veiga, A. R. (2003). Fragmentacion socieconomica y desigualdaes en uruguay. Uruguay : Red Academica Uruguaya . Guzmán, W. (30 de Septiembre de 2020). La desigualdad: ¿Como y porque debemos reducirla? Obtenido de Primicias : https://www.primicias.ec/noticias/firmas/desigualdad-como-reducirla-ecuador- oportunidades/ Hidalgo-Capitán, A. L. (2011). ECONOMÍA POLÍTICA DEL DESARROLLO. LA CONSTRUCCIÓN RETROSPECTIVA DE UNA ESPECIALIDAD ACADÉMICA. Revista de Economía Mundial, 28, 279-320. Laserna, R., Gordillo, J. M., & Komadina, J. (2011). LA TRAMPA DEL RENTISMO … y cómo salir de ella. Tercera edición, 183. Migual Angel Barreto, M. A. (15 de Mayo de 2015). Desigualdad y fragmentacion durante una decadad contradictoria. Trayectorias sociales y localizaciones residenciales posneoliberales. Obtenido de Memoria Academica: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.9359/ev.9359.pdf Sarlingo, M. (1998). Ciudades intermedias: Produccion del espacio y fragmentamiento. Buenos Aires: Instituo Gino Germani . UNESCO. (2005). Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos 19 de octubre de 2005 [En Línea]. Recuperado de: http://www.bioeticas.org/index.php/ricp/article/view/bio.php?articulo65 Tunnermann, C. & Bernheim, S. (2002). Seguridad, género, derechos humanos y Estado de derecho. Texas: Instituto Martín Luther King. http://www.bioeticas.org/index.php/ricp/article/view/bio.php?articulo65
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