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Fernández, V. H. FISIOLOGÍA DE SISTEMAS CAPÍTULO XXII REGULACIÓN DE LA VENTILACIÓN PULMONAR ESQUEMA DEL CAPÍTULO ✓ Introducción ✓ CONTROL NEURAL DE LA VENTILACIÓN • Vías eferentes del centro respiratorio • Aferencias al centro respiratorio ✓ CONTROL QUIMICO DE LA VENTILACIÓN • Quimiorreceptores periféricos • Quimiorreceptores centrales ✓ INFLUENCIA DE LOS CENTROS SUPERIORES • Otros reflejos relacionados con la respiración • Efectos del sueño sobre la ventilación • Efectos de la altitud elevada sobre la ventilación • Efectos del ejercicio sobre la ventilación ✓ APLICACIONES CLÍNICO-FISIOLÓGICAS ✓ Bibliografía OBJETIVOS DEL CAPÍTULO 1. Esquematizar el proceso general de la regulación de la ventilación. 2. Citar la localización de los centros respiratorios del bulbo, la protuberancia y el efecto sobre la ventilación de las secciones del tronco encefálico a estos niveles 3. Describir cómo se origina el ritmo respiratorio y el papel central de los núcleos respiratorios ventral y dorsal del bulbo raquídeo. 4. Exponer el papel de la corteza cerebral en el control voluntario de la ventilación. 5. Describir la inervación y el patrón de activación de los músculos respiratorios. 6. Citar los tipos de receptores periféricos que intervienen en el control de la ventilación. 7. Describir las respuestas a la insuflación de los mecanorreceptores del pulmón y vías respiratorias. 8. Describir los reflejos inducidos por efectos mecánicos e irritantes de las vías respiratorias. 9. Describir los reflejos originados a partir de receptores propioceptivos. 10. Exponer cuáles son las variables sanguíneas que modifican la ventilación. 11. Describir la localización, estructura e inervación de los quimiorreceptores periféricos y citar los factores que los activan. Fernández, V. H. 12. Describir las respuestas de los quimiorreceptores arteriales a los cambios de PO2, PCO2 y pH de la sangre. 13. Señalar en qué condiciones los quimiorreceptores periféricos adquieren mayor importancia funcional en la regulación de la ventilación. 14. Describir la localización de los quimiorreceptores centrales y su mecanismo de activación. 15. Representar mediante un esquema los distintos centros nerviosos y factores que intervienen en el control de la ventilación y sus relaciones principales. 16. Describir la respuesta ventilatoria al aumento de la PCO2 a través de los quimiorreceptores centrales durante el sueño. 17. Señalar las circunstancias en que los quimiorreceptores centrales adquieren mayor importancia funcional en la regulación de la ventilación. 18. Citar los cambios respiratorios que ocurren durante la ascensión a gran altura y descenso en el mar. 19. Describir los principales cambios respiratorios que ocurren durante el ejercicio físico. Fernández, V. H. 633 REGULACIÓN DE LA VENTILACIÓN PULMONAR Introducción Sabemos, por la mera experiencia, que es posible aguantar la respiración de forma voluntaria, ya sea jugando a quien aguanta más la respiración debajo del agua o cuando entrenamos físicamente. En condiciones normales, luego de una inspiración máxima, muchas personas pueden aguantar la respiración durante aproximadamente 1 min, pero, siguiendo un entrenamiento, algunas pueden llegar a aguantar más de 6 min. Antes de la llegada del buceo con escafandras, los buceadores a pulmón libre (freediving) eran quienes recogían perlas y esponjas, ya que se sumergían bajo el agua sin ningún tipo de ayuda ni de suministro de aire. Para poder permanecer bajo el agua, los buceadores suelen disminuir la cantidad de CO2 de su sangre mediante la hiperventilación. Sin embargo, la hiperventilación para aguantar la respiración bajo el agua es una práctica muy peligrosa y mucha gente se ahoga por los mareos y la confusión que provoca la hiperventilación. Esto le sucedió al estadounidense Nicholas Mevoli, de 32 años, quien falleció mientras intentaba establecer un nuevo récord de freediving en aguas de las Bahamas. Quería llegar hasta los 72 metros, pero cuando alcanzó los 68 dio media vuelta. Al regresar a la superficie tras 3 min y 38 s sin respirar (lo que los “freedivers” conocen como “blackout”, la narcosis letal que provoca el nitrógeno disuelto en la sangre sometido a elevadas presiones, le afectó sin remisión. Se desvaneció y falleció 15 minutos más tarde. En este sentido, la función principal y reguladora del sistema respiratorio es mantener las presiones normales de O2 y CO2, así como la concentración de H +, lo cual se consigue adecuando la ventilación pulmonar a las necesidades metabólicas de consumo y producción de ambos gases, respectivamente. Sin embargo, a pesar de las amplias variaciones en los requerimientos de captación de O2 y eliminación de CO2, las presiones arteriales de ambos elementos se mantienen dentro de márgenes muy estrechos por una compleja regulación de la ventilación de los pulmones mediante determinados sistemas de control. La respiración está controlada por las siguientes partes: ✓ Centros de control de la respiración en el tronco encefálico (bulbo raquídeo y protuberancia). ✓ Quimiorreceptores de O2 y de CO2. ✓ Mecanorreceptores en los pulmones y en las articulaciones. ✓ Control voluntario a partir de órdenes procedentes de la corteza cerebral que pueden anular temporalmente al tronco encefálico. Los efectores de este sistema homeostático son los músculos ventilatorios principales y accesorios. CONTROL NEURAL DE LA VENTILACIÓN Los latidos y la respiración son los dos procesos rítmicos más evidentes del cuerpo; sin embargo, aunque el corazón tiene un marcapasos intrínseco, los pulmones no lo tienen. Fernández, V. H. 634 Las funciones homeostáticas y conductuales del sistema respiratorio están reguladas por el SNC, donde se origina el ritmo respiratorio básico (RRB). Hace más de 70 años se observó que este se mantiene tras la eliminación del cerebro por encima del tronco encefálico y que la respiración automática cesa después de seccionar el tronco del encéfalo en la unión del bulbo raquídeo con la médula espinal. Sin embargo, todavía en la actualidad, la localización histológica precisa de los centros en el bulbo y la protuberancia está poco caracterizada, debido a que los llamados “centros respiratorios” no constituyen núcleos separados, sino que están formados por grupos de neuronas poco individualizadas. Por ello, la creencia inicial de que determinadas funciones respiratorias residían en los centros respiratorios se ha modificado y, en la actualidad, se utiliza el término generador central del ritmo o generador central del patrón respiratorio (GCPR), el cual está constituido por una serie de redes neuronales organizadas como oscilador acoplador, capaces de elaborar un patrón de descargas que se mantiene espontáneamente activo durante toda la vida y que subyace al ciclo periódico de inspiración y espiración. El GCPR presenta un alto grado de redundancia funcional; este hecho, junto con su distribución relativamente diseminada en el tronco del encéfalo, representa un mecanismo para asegurar su funcionamiento de forma continua y segura, ya que la respiración es la única función que exige que los músculos esqueléticos se contraigan continuamente en un ciclo de inspiración seguido de espiración, desde el nacimiento hasta la muerte. Los experimentos de transección a distintos niveles del SNC permitieron concluir que los supuestos “centros” encargados del control automático del ritmo respiratorio se localizaban en el tronco encefálico. En función de estos resultados se hablaba de: 1. Centro neumotáxico: está compuesto por neuronas que se agrupan en dos núcleos, situados en la parte rostral de la protuberancia denominados núcleo parabraquial medial (NPBM) y núcleo de Kölliker-Fuse. Se considera que su función es la de modular los centros respiratorios bulbares,pues la estimulación de las neuronas del neumotáxico desactiva la inspiración, regula el volumen inspiratorio y, en consecuencia, la frecuencia respiratoria, lo cual apunta hacia el hecho de que no parece participar en la génesis del RRB, ya que puede existir un patrón normal en su ausencia. 2. Centro apnéustico: el término “apneusis” significa inspiración sostenida; sin embargo, la respiración apnéustica hace referencia a periodos de apneusis que se interrumpen por espiraciones breves. Su localización hística aún no ha sido precisada, pero parece estar formado por una red neuronal difusa, ubicada en la formación reticular de la protuberancia en el límite con el bulbo raquídeo. Se considera que es el lugar de proyección e integración de diferentes tipos de información aferente, que pueden finalizar la inspiración (neuronas con actividad interruptora inspiratorio). Tanto la estimulación vagal, por el aumento del volumen pulmonar, como la del centro neumotáxico, activan estas neuronas y hacen que acabe la fase de inspiración. Cuando este mecanismo se inactiva mediante la supresión de las aferencias vagales y de los centros superiores aparece la apneusis. Estas neuronas también se estimulan por el aumento de la temperatura corporal y ocasionan la taquipnea. Por su parte, estas neuronas no parecen desempeñar una función crucial en la génesis del RRB. 3. Centros bulbares inspiratorios y espiratorios: representados por varios grupos neuronales en distintos núcleos bulbares, capaces de aumentar su actividad (frecuencia de disparo de potenciales de acción) durante la inspiración. Sin embargo, no parece que haya un grupo único de células marcapasos en el bulbo donde se origina el RRB; por el contrario, el patrón de inspiración-espiración es generado por neuronas interconectadas, las cuales forman redes que actúan como circuitos oscilantes. Durante la inspiración, entre dichas redes, la frecuencia de disparo aumenta en varias células (en distintos puntos), mientras que en la espiración se activan otros grupos neuronales. Las neuronas Fernández, V. H. 635 que constituyen el GCPR, se localizan de forma más o menos difusa bilateralmente en el bulbo y forman dos grupos denominados respiratorio dorsal y respiratorio ventral. I. Grupo respiratorio dorsal (GRD): formado por neuronas localizadas en la región dorso medial del bulbo y forma parte del núcleo del tracto solitario (NTS). Contiene fundamentalmente neuronas inspiratorias de distintos tipos, las cuales envían proyecciones a las motoneuronas de los nervios frénicos e intercostales y son, por tanto, las responsables de la actividad mantenida del diafragma durante la inspiración. También establecen conexiones con el grupo respiratorio ventral. El NTS constituye la principal proyección de vías aferentes viscerales de los nervios glosofaríngeo (IX par) y vago (X par), que llevan informaciones de los quimiorreceptores acerca de la PaO2, PaCO2 y el pH, además de la PAM (desde los barorreceptores aórticos). Si bien el GRD es necesario para la inspiración, no es suficiente ya que la lesión de este grupo no impide la inspiración, solo altera a amplitud de a descarga de los nervios frénicos. II. Grupo respiratorio ventral (GRV): constituido por neuronas de distribución anatómica más difusa que la del dorsal, constituido por agregados de células que se extienden longitudinalmente por el bulbo, desde su zona caudal hasta la más rostral. a) Zona caudal que corresponde al núcleo retroambiguo (GRV caudal o NRA) y contiene fundamentalmente neuronas espiratorias. Las zonas de muchas de estas neuronas establecen sinapsis con las motoneuronas que controlan los músculos espiratorios intercostales y abdominales (espiración forzada). b) Zona intermedia que corresponde al núcleo paraambiguo (GRV intermedio o NPA). Por su distribución paralela al núcleo ambiguo contiene fundamentalmente neuronas inspiratorias. En 1991, se describió un complejo neuronal denominado complejo pre-Bötzinger (CpreBöt), un grupo de 150-200 neuronas, en una región del bulbo raquídeo ventral que contiene la red neuronal necesaria y suficiente para generar el RRB. El CpreBöt es una región limitada, bilateral y simétrica del GRV. En el humano, el CpreBöt se encuentra ventral a la división semicompacta y caudal a la división compacta del núcleo ambiguo. Estas neuronas tienen receptores específicos para distintos neurotransmisores, los cuales pueden estimular, inhibir o modificar su actividad; dichos receptores comprenden los de la sustancia P (neurocinina), la acetilcolina (nicotínicos), el glutamato (NMDA o N-metil D-aspartato, AMPA o receptor del ácido α-amino-3-hidroxi-5-metilo-4-isoxazolpropiónico y los receptores de kainatos) y los receptores de opioides µ. Contiene hasta 6 tipos de neuronas respiratorias, que debido a sus propiedades intrínsecas y a las interacciones sinápticas que establecen, permiten generar y mantener una actividad cíclica espontánea en forma de salvas de disparos de potenciales de acción. Cada CpreBöt muestra actividad rítmica independiente, sin embargo, se comunican bidireccionalmente con conexiones sinápticas que sincronizan la actividad de ambos lados. En estudios in vivo se ha mostrado que las neuronas del CpreBöt envían proyecciones contralaterales al CpreBöt, ipsilaterales y contralaterales al CBöt, al GRV caudal, al grupo respiratorio parafacial/núcleo retro trapezoide (GRpF/NRT), al núcleo parahipogloso, al NTS, al NPBM/núcleo de Kölliker-Fuse y a la sustancia gris periacueductal. Se han identificado subpoblaciones neuronales que secretan glutamato (principal neurotransmisor), somatostatina, glicina, GABA y con coexpresión de glicina-GABA. Como resultado de las interacciones sinápticas entre las Fernández, V. H. 636 neuronas del CpreBöt, cada neurona produce actividad rítmica inspiratoria en forma de una despolarización sincrónica de 10-20 mV, con duración de 0,3 a 0,8 s y con potenciales de acción, llamada potencial inspiratorio en fase con toda la red. Aunque rítmicas, no se considera a la mayoría de las neuronas del CpreBöt como neuronas marcapasos, ya que en ausencia de conexiones sinápticas la actividad rítmica cesa. Asimismo, el CpreBöt contiene neuronas silenciosas, que no disparan potenciales de acción aun cuando se encuentran en la misma área neuroanatómica. El CpreBöt no contiene neuronas espiratorias. Durante la ventilación pulmonar, la fase inspiratoria es la fase activa que involucra la contracción de músculos, mientras que la fase espiratoria es pasiva. La espiración se vuelve activa en procesos como toser, estornudar o durante el ejercicio. Se ha propuesto que la espiración activa está controlada por el GRpF/NRT. c) Zona rostral (GVR rostral) que se localiza en la cercanía del núcleo retrofacial (NRF) e incluye una densa población de neuronas que se agrupan y forman el llamado complejo de Bötzinger, el cual está formado por diversos tipos funcionales de neuronas espiratorias, algunas motoneuronas que inervan la laringe y la faringe, otras son interneuronas. Durante la eupnea, la actividad neural que sale hacia los músculos respiratorios es muy regular, con ráfagas rítmicas de actividad durante la inspiración solamente hacia el diafragma y algunos músculos intercostales. La espiración se produce exclusivamente por la finalización de la inspiración y por el retroceso elástico pasivo de la pared torácica y los pulmones. Durante el ejercicio más intenso aumenta la amplitud y la frecuencia de la actividad del nervio frénico y aparece actividad adicional en los nervios que inervan músculos accesorios de la inspiración. Con este aumento del esfuerzo también se tornan activos los músculos accesorios de la espiración, lo que produce una espiración más rápida y permite que la inspiración siguiente comience más temprano; es decir, aumenta la frecuenciarespiratoria. Fernández, V. H. 637 Según el modelo de propiedad emergente, el ritmo respiratorio se genera por la actividad coordinada de tres tipos de neuronas medulares: a) Neuronas con actividad inspiratoria central (NAIC) b) Neuronas con actividad de interruptor inspiratorio (NAII) c) Neuronas que actúan a manera de integrador (NI). Las NAIC disparan con una frecuencia en incremento constante, un patrón de descarga que se denomina rampa inspiratoria, las cuales dirigen a la reserva de neuronas motoras responsable de los movimientos para la inspiración, aumentando la frecuencia de disparo y también el volumen corriente. Al mismo tiempo despolarizan a las NI. Las NAII son responsables de poner fin a la rampa inspiratoria ya que descargan cuando las neuronas integradoras se despolarizan hasta un nivel umbral. De acuerdo con esto, las NAIC inducen el disparo de las NAII en forma indirecta, por mediación del integrador, con lo que limitan a sus propias descargas. Esto constituye un circuito básico para la generación del ritmo respiratorio. Diversos núcleos no respiratorios del tronco encefálico y centros superiores del SNC también interactúan con los centros del control de la respiración, lo que permite que el sistema ventilatorio se adapte a actividades como hablar, tocar un instrumento musical de viento, deglutir y vomitar. Estas interconexiones también permiten que el control respiratorio esté muy integrado con el sistema nervioso autónomo, el ciclo de sueño-vigilia, las emociones y otros aspectos del funcionamiento del encéfalo. En este sentido, el integrador recibe impulsos adicionales de excitación e inhibición, siendo las tres fuentes principales de impulsos excitatorios hacia el integrador la corteza encefálica, el NPBM en la región rostral del puente de Varolio (centro neumotáxico) y las aferentes vagales que derivan de los receptores de estiramiento de los pulmones. Las fuentes de impulsos inhibitorios incluyen un grupo de células del bulbo (centro apnéustico). En presencia de impulsos excitatorios, el integrador se despolariza con rapidez hasta el nivel umbral e induce el disparo de las NAII, lo cual resulta en la terminación temprana de la rampa inspiratoria. De ahí que la inspiración se acorte y el volumen corriente disminuya. En contraste, en ausencia de estos impulsos excitatorios, y presencia de impulsos inhibitorios o cuando coinciden ambas situaciones, el integrador requiere más tiempo para despolarizarse hasta el nivel umbral y la rampa inspiratoria persiste durante ese periodo. Así, la inspiración se prolonga y el volumen corriente aumenta. Es importante destacar que Lumsden (1923) encontró que, al seccionar en la porción media de la protuberancia, se produce un efecto pequeño de aumento del volumen corriente y una ligera disminución de la frecuencia respiratoria. Una vagotomía bilateral, que interrumpe los dos nervios vagos que transportan información sensorial procedente de los receptores de estiramiento pulmonares, tiene un efecto similar, pero de menor importancia. La estimulación del centro apnéustico genera respiración apnéustica, aunque puede presentarse incluso sin la estimulación del centro apnéustico. Asimismo, las aferentes vagales que derivan de los receptores de estiramiento de los pulmones no disparan durante la respiración lenta y comienzan a hacerlo sólo una vez que el volumen corriente supera 800 ml. Así, en este modelo simplificado, sólo existen dos impulsos excitatorios que se dirigen al integrador, además de los que derivan de las NAIC. Sin embargo, si falta uno de los dos impulsos excitatorios, el volumen corriente aumenta y las aferentes del vago comienzan a disparar, lo que provee un impulso excitatorio adicional. El número total de impulsos excitatorios sigue siendo dos y la respiración no se modifica en grado significativo. Esto se observa en sujetos normales durante la anestesia, Fernández, V. H. 638 cuando se inhibe el impulso excitatorio cortical. Sin embargo, si se inhiben dos de los impulsos excitatorios, la respiración se vuelve profunda y lenta. Esto ocurre cuando el nervio vago se secciona en un perro anestesiado ya que, este último, reduce al mínimo el impulso excitatorio cortical, en tanto la vagotomía elimina los impulsos excitatorios que derivan de los receptores de estiramiento pulmonar. Otro ejemplo corresponde a la sección experimental de la región media del puente en el perro. El corte elimina los impulsos excitatorios que descienden a partir del NPBM y también de la corteza. En esta fase, el volumen corriente excede 800 ml, y las aferentes vagales comienzan a disparar, lo que genera impulsos excitatorios adicionales hacia el integrador. Si también se secciona el vago, con lo que se eliminan todos los impulsos excitatorios que provienen del integrador, la respiración se vuelve apnéustica. Vías eferentes del centro respiratorio Las neuronas motoras en el tronco cerebral están agrupadas en dos áreas diferentes una para los músculos de la inspiración y otra para los músculos de la espiración. Los complejos de integración de los centros respiratorios con los GPR se encuentran en el sitio de unión entre la motoneurona superior, a las células del asta anterior de la motoneurona inferior. Hay tres grupos de motoneuronas que convergen en las células del asta anterior supliendo los músculos respiratorios. El primer grupo de motoneuronas superiores son los de los grupos dorsales y ventrales de la médula, que estimulan la inspiración y espiración por medio de GPR. El segundo grupo hace referencia al control voluntario de la respiración, como cuando se habla o se realiza deporte. El tercer grupo es el de control respiratorio no rítmico involuntario que se presenta cuando se tose o se tiene hipo. Cada grupo de motoneuronas superiores ocupa un sitio anatómico específico en el cordón espinal. Los músculos respiratorios son músculos esqueléticos estriados que reciben inervación de motoneuronas que salen de la médula espinal en los niveles cervical y torácico. El diafragma recibe inervación del nervio frénico que sale de la médula espinal en los niveles C3 a C5. Los músculos intercostales externos reciben inervación de ramas que dejan la médula espinal en el nivel torácico. La frecuencia respiratoria depende de la velocidad a la cual viajan en sentido distal los potenciales de acción por los nervios motores hacia los músculos; a mayor número de potenciales por minuto, más alta es la frecuencia respiratoria. Por su parte, el volumen corriente (profundidad de la respiración) depende del patrón temporal de los potenciales de acción que constituyen cada potencial. Mientras mayor sea la velocidad de disparo, más intensa será la fuerza de contracción de las fibras musculares inervadas. Además, el reclutamiento de unidades motoras, la activación de neuronas motoras adicionales, incrementa el volumen corriente. Aferencias al centro respiratorio Los receptores pulmonares de estiramiento (mecanorreceptores) se encuentran ubicados en el músculo liso de la pared bronquial, en especial en los puntos de ramificación de estas estructuras. Estos receptores poseen una adaptación lenta y son responsables del reflejo de insuflación de Hering-Breuer, en la cual la insuflación del pulmón hasta un volumen mayor de 800 ml da inicio a una espiración refleja, lo cual limita el volumen corriente y aumenta la frecuencia respiratoria, además de que genera broncodilatación. Fernández, V. H. 639 Se considera que el reflejo de Hering-Breuer tiene la función de ajustar el volumen corriente y la frecuencia respiratoria bajo distintas condiciones de distensibilidad pulmonar y resistencia de la vía aérea. Por su parte, los receptores de irritación de los pulmones se ubican bajo el epitelio mucoso en las regiones intrapulmonares de los bronquios y bronquiolos.Producen hiperpnea refleja y se activan por diversos estímulos como inhalación de gases irritantes (amoniaco o el humo), insuflación importante de los pulmones, al igual que la deflación intensa del pulmón que distorsiona el epitelio bronquial. La hiperpnea refleja, en respuesta a la deflación, también forma parte del reflejo de deflación de Hering-Breuer y se observa en caso de neumotórax y atelectasia. También el reflejo podría ser responsable de dar inicio a los suspiros (respiraciones profundas) o a los bostezos, en respuesta a la disminución de la distensibilidad que se presenta en forma periódica por efecto del colapso de los alveolos más pequeños para ayuda a reabrir los alveolos colapsados. Asimismo, los receptores de la tos en la tráquea y laringe tienen estructura y función similares a los receptores de irritación de los pulmones. Además de los receptores anteriores, existen otros denominados receptores J o yuxtapulmonares (también llamados receptores de fibras C) se ubican en el intersticio alveolar en adyacencia a los capilares pulmonares, o en las paredes de los capilares, y reciben inervación de las fibras vagales. Se estimulan a partir del incremento del volumen del líquido en el intersticio alveolar y los gases irritantes e indirectamente por la irritación al producir exudado del líquido intersticial alveolar. Los receptores J también reciben estimulación de la presencia de émbolos múltiples en los vasos pulmonares pequeños. La estimulación de los receptores J produce de forma refleja taquipnea intensa, broncoconstricción, hipotensión, bradicardia y también produce debilidad muscular refleja, denominado reflejo J, e impide la sobre ejercitación inadvertida cuando el ejercicio intenso provoca edema intersticial pulmonar. Como consecuencia, también desencadena una disminución refleja del tono muscular y con ello obliga a suspender el ejercicio. También existen aferentes del sistema músculo-esquelético que son mecanorreceptores que responden a variaciones de tensión longitud y movimiento. No participan de manera activa en la ventilación en reposo, pero sí tienen un papel importante en la hiperventilación durante el ejercicio. CONTROL QUIMICO DE LA VENTILACIÓN Los mecanismos químicos ajustan la ventilación para mantener la PACO2 se mantiene constante, se regulan los efectos del exceso de H+ en sangre y la PaO2 se eleva cuando éste disminuye a un nivel que pudiera ser peligroso para la vida. La V̇P total es proporcional a la tasa metabólica, pero el vínculo entre el metabolismo y la ventilación es principalmente el CO2 y no el O2. En este sentido, los quimiorreceptores son sensores que responden a cambios en la composición química de la sangre o del medio que los rodea como en el líquido cefalorraquídeo (LCR). Por ello, existen grupos de quimiorreceptores periféricos que sensan los cambios químicos en la sangre arterial y en el SNC, que corresponde a los quimiorreceptores centrales, que sensan dichos cambios en el LCR. Fernández, V. H. 640 Quimiorreceptores periféricos Los quimiorreceptores periféricos se localizan en los cuerpos carotídeos inmediatamente encima de la bifurcación de las arterias carótidas comunes, y en los cuerpos aórticos por encima y por debajo del cayado aórtico; los cuerpos carotídeos son los más importantes en el ser humano. El cuerpo (glomo) carotídeo es un pequeño órgano par, con un tamaño de 1,7 × 2,2 × 3,3 mm en adultos, al que se le atribuye la función de ser el principal quimiorreceptor periférico arterial, capaz de traducir los cambios en los niveles de PaO2, PaCO2 y de pH en señales nerviosas reguladoras de respuestas ventilatorias y circulatorias que permiten una adaptación a la hipoxemia, la acidosis y la hipercapnia. Se ubica en la adventicia de la arteria carótida primitiva, a la altura de su bifurcación muy próximo al seno carotídeo (dilatación de la arteria carótida interna que presenta terminaciones nerviosas con función barorreceptora) y ambas estructuras reciben terminaciones nerviosas del mismo origen correspondiente al nervio del seno carotídeo (NSC) o nervio de Hering que se conecta con el IX par craneal. Microscópicamente, está formado por 11 a 14 lobulillos, compuestos de islotes celulares rodeados por estroma de tejido conectivo con abundantes vasos sanguíneos y fibras nerviosas. Los islotes están formados por dos tipos de células que son las células tipo I (quimiorreceptoras o glómicas), rodeadas por células tipo II (de sostén parecidas a las células gliales), delgados tabiques de tejido conectivo, capilares y por terminaciones nerviosas. La característica más sobresaliente es la densa red de capilares tortuosos que recibe un alto flujo sanguíneos del organismo 1,4 a 2 l/100 g de tejido/min (6 veces mayor que el flujo cerebral medio) Las células glómicas detectan cambios en la composición de la sangre y liberan neurotransmisores que dirigen la frecuencia de descarga de los potenciales de acción de las fibras nerviosas. Los somas de dichas fibras nerviosas envían, a su vez, proyecciones al NTS, donde se produce la integración de la información sensorial con el sistema de control respiratorio. Se genera una respuesta refleja que involucra cambios a nivel ventilatorio, cardiocirculatorio y hormonal (hiperventilación, bradicardia, efecto inotrópico negativo y vasoconstricción en la mayoría de los lechos vasculares y aumento de la secreción de catecolaminas por la médula suprarrenal). Recordemos que esta interacción con el sistema de regulación de la PAM se lleva a cabo mediante la RPT. Las células del glomus se parecen a las células cromafines suprarrenales, presentan gránulos centrales que contienen catecolaminas y los liberan por la exposición a hipoxia y cianuro. Algunos estudios mostraron que las células se estimulan por la hipoxia y liberaban dopamina, la cual estimulaba las terminaciones nerviosas mediante los receptores D2. Sin embargo, estudios más recientes han mostrado la posibilidad de que el neurotransmisor más importante parece ser el ATP. Fuera de la cápsula de cada cuerpo, las fibras nerviosas adquieren una vaina de mielina, pero sólo miden 2 a 5 μm de diámetro y conducen a una velocidad relativamente lenta de 7 a 12 m/s. Las aferentes de los cuerpos carotídeos ascienden al bulbo raquídeo por el NSC y los nervios Fernández, V. H. 641 glosofaríngeos, mientras que las de las células de los cuerpos aórticos, ascienden por los nervios vagos. Las células del glomo tipo I tienen canales de K+ sensibles al O2 (KO2), cuya conductancia se reduce en proporción al grado de hipoxia al que se exponen, lo cual genera una disminución en la salida de K+, despolarizando la célula e induciendo entrada de Ca2+ por la apertura de canales regulados por voltaje (canales de Ca2+ Tipo L). Esta entrada de Ca2+ inicia la fusión de las vesículas con la membrana y la liberación de neurotransmisor mediante exocitosis, excitando a su vez, las terminaciones nerviosas aferentes. Se ha visto que la hiperpotasemia fisiológica que aparece en el ejercicio estimula también los receptores y constituye uno de los mecanismos responsables de la hiperventilación en el ejercicio. En diversos estudios se ha observado que la pérdida de la función de los cuerpos aórticos no afecta en gran medida a la ventilación por lo cual se piensa que, en el ser humano, el quimiorreceptor de los cuerpos carotídeos son los fisiológicamente más importantes. Estos quimiorreceptores presentan sensibilidad, en orden de importancia, a la disminución de la PaO2, el aumento de la PaCO2 y el incremento de la concentración de H +. Como se observa en la figura, la frecuencia de descarga y la PaO2 no son lineales; es decir, cerca de los 100 mmHg de PaO2 se producen escasos estímulos para la actividad de estos quimiorreceptores, pero se incrementan a medida quedesciende por debajo de los 100 mmHg, siendo mayor a valores por debajo de los 50 mmHg de PaO2. En este caso, los quimiorreceptores periféricos son los únicos responsables de la respuesta hiperventilatoria en condiciones de una disminución de la PaO2 (hipoxia hipóxica), especialmente si es intensa. Para el caso de la PaCO2, la respuesta requiere un cambio relativamente importante de éste y produce un aumento más pequeño de la ventilación que el efecto de la CO2 sobre los quimiorreceptores centrales. Sin embargo, los quimiorreceptores periféricos responden mucho más rápidamente (1 s), mientras que los quimiorreceptores centrales pueden tardar varios minutos en responder. Por tanto, los quimiorreceptores periféricos son importantes en el aumento inmediato en la ventilación en respuesta a un incremento importante y brusco de la PaCO2. La disminución del pH también estimula los quimiorreceptores periféricos, dentro del rango de 20 a 60 nEq/L de la concentración de H+, y el efecto es independiente de que la acidosis se deba a causas respiratorias o metabólicas. La disminución de la PaO2, el aumento de la PaCO2 y la reducción del pH actúan de forma sinérgica sobre los cuerpos carotídeos. En última instancia, estos ajustes conducen a un aumento de la PaO2 y a una disminución de la PaCO2 y de la concentración de H + para llevar a estos parámetros a sus valores normales, con lo cual cesa la estimulación de los quimiorreceptores. Es importante recalcar que el estímulo del cuerpo carotídeo es el descenso de la PaO2 y no la disminución del CaO2, por lo cual la anemia, la intoxicación con CO y la metahemoglobinemia Fernández, V. H. 642 no estimulan los quimiorreceptores carotídeos, dado que la PaO2 en estos casos suele ser normal. Además, a diferencia de los quimiorreceptores centrales, los quimiorreceptores periféricos no se deprimen fácilmente, como por la anestesia o los opiáceos. Tampoco se adaptan fácilmente a un estímulo persistente como la hipoxia, como los quimiorreceptores centrales con la hipercapnia. También la elevación de la temperatura sanguínea en 1,4°C, genera una respuesta ventilatoria que se ve potenciada por la hipoxia y el aumento de CO2. Quimiorreceptores centrales Los quimiorreceptores centrales se denominan así debido a su localización en el SNC y se localizan en la superficie ventral del bulbo raquídeo, en la vecindad de salida de los pares craneales IX y XII. Se conocen varias áreas, llamadas M, S y L (Mitchell, Scholofke, Loeschcke), cuya activación es capaz de modular el ciclo ventilatorio. Estos receptores se encuentran en la región del núcleo retrotrapezoide (NRT), que está compuesto por neuronas glutaminérgicas y se comunican con las células GPR. Existen otras áreas que se estimulan con el CO2 como el puente medial, y pequeñas áreas del cerebelo y del sistema límbico, aunque todavía no se ha esclarecido su función. Estos quimiorreceptores están bañados por el líquido extracelular, representado por el LCR del encéfalo, y responden a cambios de la concentración de H+. Sin embargo, el LCR está separado de la sangre por la barrera hematoencefálica, que es relativamente impermeable a los iones como el H+ y HCO3 -, pero muy permeable al CO2. Por ello, un aumento de la PaCO2 se refleja rápidamente en un aumento en el LCR y la consiguiente disminución del pH del LCR es detectada por los quimiorreceptores centrales, lo cual produce estimulación del controlador y aumento de la ventilación. El pH del LCR normales es de aproximadamente 7,32 porque tiene una capacidad de amortiguación del CO2, mucho menor que la sangre debido a que posee una concentración de proteínas mucho menor. Como consecuencia, el cambio del pH del LCR es más pronunciado que el de la sangre para un mismo cambio de la PaCO2. En caso de elevación persistente de la PaCO2, el pH del LCR finalmente tiende a normalizarse a medida que se equilibra el HCO3 - a través de la barrera hematoencefálica. Los pacientes con EPOC, por tanto, tienen un pH del LCR relativamente normal y no muestran la respuesta ventilatoria que se observa con un aumento agudo de la PaCO2. No se sabe con exactitud cuál es el mecanismo por el cual, el H+, estimula a los quimiorreceptores centrales, pero se cree que, en el núcleo retrotrapezoide, existen canales de Na+ sensibles a los protones denominados ASIC (acid sensing ion channel) que desencadenan el estímulo ventilatorio. La hipoxia puede producir depresión generalizada del funcionamiento del SNC; sin embargo, múltiples regiones del encéfalo tienen una respuesta excitadora a la hipoxia, lo cual contribuye al aumento de la ventilación. Esto es porque los quimiorreceptores centrales en los pacientes hipóxicos son relativamente menos sensibles al CO2 en un momento en el que las respiraciones están estimuladas de forma predominante por los efectos de la hipoxia sobre los quimiorreceptores periféricos. Fernández, V. H. 643 INFLUENCIA DE LOS CENTROS SUPERIORES El dolor y los estímulos emocionales afectan la respiración, por lo cual también debe haber aferentes del sistema límbico y el hipotálamo a las neuronas respiratorias en el tronco del encéfalo. Asimismo, aunque la respiración no suele ser un fenómeno consciente, tanto la inspiración como la espiración están bajo el control voluntario. Las vías para el control voluntario pasan de la neocorteza a las neuronas motoras que inervan los músculos respiratorios, pero activan a las neuronas integradoras del centro respiratorio. Como el control voluntario y automático de la respiración se encuentran separados, la regulación automática a veces se interrumpe sin perder el control voluntario. La situación clínica resultante se llama “maldición de Ondina” que proviene de una leyenda alemana, en la cual Ondina era una ninfa acuática que tenía un amante mortal infiel. El rey de las ninfas del agua castigó al amante con una maldición que le arrebató su respiración automática. En este estado, sólo podía sobrevivir si permanecía despierto y recordaba respirar. Al final, se quedó dormido por agotamiento y su respiración se detuvo. Los pacientes con este intrigante trastorno casi siempre han padecido de poliomielitis bulbar o procesos patológicos que comprimen el bulbo raquídeo. Asimismo, el sistema límbico puede iniciar la contracción muscular respiratoria a través de una vía aparte de la corteza motora. Otros reflejos relacionados con la respiración El reflejo de deglución impide durante un periodo breve la respiración, de manera independiente al ciclo respiratorio. Las fibras aferentes del reflejo se distribuyen en los nervios laríngeo superior y trigémino. Las aferentes que derivan de los barorreceptores y quimiorreceptores también modifican la respiración al igual que las aferentes nociceptivas. Por su parte, las aferentes articulares desempeñan un papel importante en la hiperventilación que tiene lugar durante el ejercicio, así como otras aferentes de los nervios trigémino y olfatorio modulan el patrón de respiración durante el reflejo del estornudo. Asimismo, la tos es un mecanismo importante para la movilización de las secreciones, cuerpos extraños y factores irritantes para el tracto respiratorio. Se presenta sólo en el 25% de los recién nacidos, aunque al mes de vida pueden ya toser el 90% de los niños. La vía aferente del reflejo de la tos (reflejo tusígeno) consiste en unos receptores de la tos y neuronas aferentes modulados por el SNC. Los receptores de la tos se estimulan por irritación química, estimulación táctil y fuerzas mecánicas. Están localizados a lo largo de las vías respiratorias, sobre todo en carina y bifurcaciones. La excitación nerviosa a partir de los receptores se transmite por ramas de los nervios vago y laríngeo hacia el tallo cerebral, donde se coordina el proceso complejo de la tos.La tos tiene 4 fases: 1. Fase inspiratoria (inspiración y cierre glótico). 2. Fase de contracción (de los músculos respiratorios contra la glotis cerrada). 3. Fase de compresión (la contracción muscular eleva las presiones alveolares y bronquiolares). 4. Fase expulsiva (súbita expulsión de aire y secreciones) lo cual da lugar a la salida explosiva de aire a velocidades de hasta 965 km/h. Fernández, V. H. 644 El reflejo del estornudo es muy similar al reflejo tusígeno, excepto que se aplica a las vías aéreas nasales en lugar de a las vías aéreas inferiores. El estímulo desencadenante del reflejo del estornudo es la irritación de las vías aéreas nasales; los impulsos eferentes pasan a través del V par craneal hacia el bulbo, donde se desencadena el reflejo. Se produce una serie de reacciones similar a la que ocurre en el reflejo tusígeno, pero la úvula desciende, de modo que grandes cantidades de aire pasan rápidamente a través de la nariz, contribuyendo de esta manera a limpiar las vías aéreas nasales de sustancias extrañas. Los reflejos barorreceptores relacionados con los quimiorreceptores, están en el seno carotideo y el arco aórtico. Regulan la circulación por la vasoconstricción, lo cual aumenta la PAM y aumentan la frecuencia respiratoria. El cambio direccional en la frecuencia cardíaca, evocado por la estimulación de los quimiorreceptores periféricos, es proporcional al cambio en la frecuencia respiratoria; es decir, al aumentar la V̇P, la frecuencia cardíaca aumenta y viceversa. El hipo constituye una contracción espasmódica del diafragma y otros músculos inspiratorios; esto origina una inspiración durante la cual la glotis se cierra de forma súbita y es el causante de la sensación y el sonido característicos. El hipo ocurre en el feto dentro del útero y durante toda la vida extrauterina, pero su función se desconoce. La mayoría de los episodios de hipo es de corta duración y a menudo responde a la pausa respiratoria u otras medidas que aumentan la PCO2 arterial. El hipo intratable, que puede ser debilitante, a veces reacciona a los antagonistas de la dopamina y a compuestos analgésicos de acción central. Efectos del sueño sobre la ventilación La respiración se controla de modo menos riguroso durante el sueño en comparación con la vigilia, los adultos normales tienen breves periodos de apnea durante el sueño. Los cambios en la respuesta ventilatoria a la hipoxia varían. Si la PaCO2 cae durante la vigilia, varios estímulos de los propioceptores y el ambiente mantienen la respiración, pero en el curso del sueño estos estímulos se encuentran disminuidos y el descenso de la PaCO2 puede causar apnea. Durante el sueño con movimientos oculares rápidos (sueño REM), la respiración es irregular y la respuesta al CO2 es muy variable. Los episodios de apnea durante el sueño pueden ser de origen central; es decir, consecutivos a la falta de descarga de los nervios que producen la respiración, o quizá sean consecuencia de obstrucción de la vía respiratoria (apnea obstructiva del sueño). Esto puede ocurrir a cualquier edad y se genera cuando los músculos faríngeos se relajan durante el sueño. En algunos casos, la falta de contracción de los músculos genioglosos en el curso de la inspiración contribuye al bloqueo. Los músculos genioglosos llevan la lengua hacia adelante, y si no se contraen o son débiles la lengua obstruirá las vías respiratorias. Después de esfuerzos respiratorios cada vez más fuertes, el paciente despierta, realiza unas cuantas respiraciones normales y se duerme de nuevo. Los episodios apneicos son más frecuentes durante el sueño de movimientos oculares rápidos, cuando los músculos se encuentran más hipotónicos. Los síntomas incluyen ronquidos sonoros, cefaleas matutinas, fatiga y somnolencia diurna. El trastorno, si es intenso y duradero, puede ocasionar hipertensión y sus complicaciones. Las apneas frecuentes pueden originar que el sujeto se despierte brevemente y por muchas veces durante el sueño y que esté somnoliento en las horas diurnas. Con tal situación no cabe la sorpresa de detectar que la incidencia de accidentes en vehículos motorizados en casos de apnea hípnica sea siete veces mayor de lo que es en la población general de personas que conducen vehículos. Fernández, V. H. 645 Efectos de la altitud elevada sobre la ventilación El ascenso a grandes alturas, en un tiempo relativamente corto, desencadena hipoxemia, cuya respuesta respiratoria incluye ajustes adaptativos que el organismo debe realizar frente a la PAO2 disminuida, aunque la FiO2 no cambia. Recordando, la Patm a nivel del mar es de 760 mmHg, pero a 5.100 m de altura la Patm es de unos 400 mmHg, lo cual genera una caída de la PAO2 y, por ende, también de la PaO2 a niveles extremos para la vida. Sin embargo, La Rinconada en los Andes peruanos es uno de los asentamientos humanos más altos del planeta donde habitan unas 72.000 personas cerca de una mina de oro. Aquí, la PO2 ambiental es de unos 84 mmHg, la PAO2 es de 40 mmHg y PACO2 de 31 mmHg. Esta disminución de la PO2 en el aire genera hipoxia hipóxica, la cual puede impedir el desempeño físico o amenazar la supervivencia. Al generarse estos cambios, los tejidos no reciben las cantidades de O2 requeridas para los procesos del metabolismo, por lo cual, el organismo genera estrategias de compensación de manera aguda y si la hipoxia es mantenida en el tiempo (semanas, meses, años o generaciones), se producen adaptaciones crónicas. Uno de los efectos a corto plazo incluye la hiperventilación debido a que la PaO2 es muy baja y activa la respuesta ventilatoria mediante los quimiorreceptores periféricos. A su vez, la hiperventilación disminuye los niveles de PaCO2 lo cual genera una alcalosis ventilatoria y desplaza la curva de disociación de la Hb a la izquierda, pero un aumento concomitante en el 2,3-DPG eritrocítico tiende a disminuir la afinidad de la Hb por el O2 por lo cual aumenta levemente la P50 y hace que el O2 éste más disponible para los tejidos. Sin embargo, el valor del aumento en la P50 es limitado porque cuando la PaO2 se reduce mucho, la disminución de la afinidad por el O2 también interfiere con la captación de éste por la Hb en los pulmones. Asimismo, la respuesta ventilatoria inicial al aumento de altitud es relativamente pequeña, ya que la alcalosis tiende a contrarrestar el efecto estimulante de la hipoxia. Sin embargo, la ventilación aumenta de forma constante en los días siguientes porque el transporte activo de H+ al LCR o la aparición de acidosis láctica en el cerebro inducen un descenso en el pH del LCR que aumenta la respuesta a la hipoxia. Después de cuatro días, la reacción ventilatoria empieza a disminuir despacio, pero se requieren años de residencia a grandes altitudes para que se reduzca hasta el valor inicial. Durante la exposición a la hipoxia aguda, la disminución en la PaO2 en el riñón es registrada por las células intersticiales, lo que contribuye a la estimulación de la producción de EPO. Los niveles de esta hormona aumentan significativamente dentro de las primeras 6 horas y continúan su incremento hasta las 24 horas, en alturas superiores a los 2.000 m sobre el nivel del mar. Después de un periodo de 24 a 48 h de exposición a la altitud, los niveles de EPO regresan a niveles cercanos a los presentes antes del estímulo hipóxico. Como resultado del incremento en los niveles de EPO, dos o tres días después del estímulo, se observa un incremento en el recuento de los reticulocitos en sangre; pero en el hematocrito se pueden apreciar aumentos solo después de 7 a 10 días del estímulo de la EPO. También se observan cambios compensadores en los tejidos con aumentos en la cantidad de mitocondrias, las cuales constituyen el sitio de las reacciones oxidativas; la Hb se incrementa, lo cual facilita el desplazamiento de O2 a los tejidosy el contenido hístico de citocromo oxidasa también se eleva. La eficacia del proceso de aclimatación se comprueba por la presencia de asentamientos humanos permanentes como vimos anteriormente donde los nativos de esos asentamientos tienen tórax en tonel y policitemia marcada. Sus valores de PAO2 son bajos, pero en casi todos los demás aspectos, son notablemente normales. Fernández, V. H. 646 Si una persona llega a un sitio a gran altitud, puede presentar “mal de montaña” transitorio (apunamiento en nuestro caso) que no ocurre en todas las personas. Este síndrome aparece 8 a 24 h después del arribo y dura cuatro a ocho días y se caracteriza por cefalea, irritabilidad, insomnio, disnea, náusea y vómito. Se desconoce su causa, pero parece vincularse con edema cerebral. La hipoxia de las grandes alturas causa dilatación arteriolar y si la autorregulación cerebral no se compensa, hay un aumento en la presión capilar que favorece la elevación de la trasudación de líquido hacia el tejido cerebral. Por ello, las consecuencias más graves que acompañan a las enfermedades de grandes altitudes son el edema cerebral de grandes alturas y el edema pulmonar de grandes alturas. En el primero, la fuga capilar del mal de montaña progresa a edema cerebral evidente con ataxia, desorientación y, en algunos casos, con coma y muerte por hernia encefálica a través de la tienda del cerebelo. El edema pulmonar de gran altitud es el edema “en parches” en los pulmones, el cual se acompaña de hipertensión pulmonar marcada que aparece a grandes altitudes. Se cree que ocurre porque no todas las arterias pulmonares tienen músculo liso suficiente para constreñirse en respuesta a la hipoxia, y en los capilares perfundidos por esas arterias el aumento general en la presión arterial pulmonar induce elevación de la presión capilar que rompe las paredes de aquéllos (falla de tensión). Efectos del ejercicio sobre la ventilación Las adaptaciones al ejercicio a nivel respiratorio tienen como objetivo sostener la actividad metabólica a nivel celular. El entrenamiento produce adaptaciones celulares, como un aumento del tamaño y número de mitocondrias y, por lo tanto, de enzimas oxidativas que demandarán una provisión creciente de O2 en trabajos físicos sostenidos. El efecto del incremento del trabajo de resistencia es el desarrollo de la capacidad de las células musculares de extraer una mayor cantidad de O2 de la sangre arterial. Durante el ejercicio, el organismo produce energía de manera más rápida, aunque menos eficiente a través de la vía glucolítica con producción de ácido láctico. El ejercicio incrementa la frecuencia y amplitud de respiración (polipnea e hiperpnea), a veces incluso, antes de iniciar el movimiento en sí, como respuesta a estímulos centrales que desencadenan una hiperventilación. Se intenta suplir la demanda aumentada de O2 durante la actividad física y para ello, el entrenamiento produce adaptaciones en el sistema respiratorio aumentando el volumen pulmonar, la capacidad inspiratoria y reduciendo el volumen pulmonar residual. Una mayor ventilación se debe tanto a los aumentos del volumen corriente como de la frecuencia respiratoria. Como consecuencia se produce una economía ventilatoria, la persona entrenada respira de manera más eficaz que una persona sedentaria. La frecuencia respiratoria en reposo es de 12 a 20 rpm, pero durante el ejercicio intenso puede alcanzar 35 a 45 rpm, llegando hasta 60 a 70 rpm en deportistas de alto rendimiento. En un atleta entrenado, el VMR aumenta extraordinariamente durante las actividades intensas porque aumenta tanto la frecuencia como el volumen corriente. Hay taquipnea e hiperpnea. La realización de trabajos que exijan sostener un alto porcentaje del VO2 máx., traen aparejados un aumento de la ventilación y un aumento de los volúmenes respiratorios para mantener las concentraciones apropiadas de O2 y CO2, ya que aumentan los requerimientos de O2 y se necesita eliminar la producción excesiva de CO2 mediante la ventilación alveolar. Por su parte, los aumentos de H+ libres en los líquidos extracelulares y en el plasma, producen un aumento de la ventilación alveolar, generando una reducción rápida de la PACO2 y causa la salida del CO2 de la sangre. En el ejercicio, la producción de H + puede ser muy elevada y los Fernández, V. H. 647 sistemas de amortiguación son llevados al límite, presentándose una disminución del pH. El ácido láctico proviene de los músculos en los cuales la síntesis aeróbica de las reservas energéticas no puede conservarse al ritmo de su utilización; por ello se incurre en una deuda de oxígeno. Durante el ejercicio podemos distinguir tres fases de la ventilación pulmonar: ✓ Fase I: la ventilación aumenta en forma brusca, incluso antes de iniciado el movimiento, puede durar de 30 a 50 segundos. En algunos casos, una competencia deportiva se realiza dentro de este período. ✓ Fase II: el aumento se hace más gradual, y dura aproximadamente unos 3 a 4 minutos. ✓ Fase III: si el ejercicio es continuo y de intensidad leve o moderada, tiende a estabilizarse. Durante el ejercicio leve o moderado la V̇P total aumenta en forma lineal con respecto al V̇O2 y a la V̇CO2. En estos casos el cociente V̇P/VO2 es de 20 a 25. El aumento de la ventilación surge por la necesidad de eliminar el CO2 producido, para lo cual el incremento será mayor en el VC que en la FR. Cuando el ejercicio es muy intenso y se instala una acidosis metabólica, la relación V̇P/V̇O2 se hace curvilínea y el aumento de la V̇P es a expensas de la FR. Al no alcanzarse la fase III se produce un aumento desproporcionado de a V̇P en relación al V̇O2, el cociente V̇P/V̇O2 puede llegar a 35 o 40. El punto en el cual se produce esa respuesta desproporcionada es el umbral ventilatorio y corresponde aproximadamente entre el 55 al 65% de la V̇O2máx. Durante la recuperación post ejercicio se produce una primera fase de disminución brusca de la V̇P y otra fase de disminución gradual. Con respecto a la relación V̇/Q̇, podemos decir que en el ejercicio ligero se mantiene semejante al del reposo (0,8). En el ejercicio moderado, tanto la V̇ como la Q̇ se hacen mucho más uniformes en todo el pulmón, hay un reclutamiento de los capilares pulmonares y un aumento del diámetro de los mismos. En el ejercicio intenso hay un aumento desproporcionado de la V̇P, con lo cual, la relación V̇/Q̇, llega a veces a 5. De todos modos, la capacidad respiratoria máxima es cerca del 50% mayor que la ventilación pulmonar alcanzada durante el ejercicio máximo, aportando un elemento de seguridad para los deportistas. Significa que hay todavía margen para una ventilación adicional en caso de ejercicios en situaciones críticas como el entrenamiento en altura. Por su parte, el V̇O2 y la V̇P total sufren modificaciones antes, durante y después del ejercicio. El V̇O2 para un adulto joven en reposo es de 250 ml/min, pero en un atleta puede aumentar a 4.000 o 5.000 ml/min. El V̇O2 máx., aumenta en un 15 a 30% en los primeros 3 meses de entrenamiento intensivo y se puede llegar a un incremento del 50% en un periodo de 2 años. Los corredores de maratón presentan un V̇O2 máx un 45% superior al de las personas sin entrenamiento. Sin embargo, se debe recordar que existe una determinación genética en estos atletas. Tienen mayor tamaño torácico en relación al tamaño corporal con fuertes músculos respiratorios. La capacidad de difusión del O2 (23 ml/min) casi se triplica en el ejercicio máximo (64 ml/min) por al aumento de la superficie de intercambio. Esto se debe principalmente a que se incrementa el flujo sanguíneo a través de los capilares pulmonares aumentando las zonas perfundidas y, por lo tanto, brindando mayor superficie de difusión. En estado de reposo la duración del tránsito del eritrocito en contacto con la membrana alveolar es de 0,75segundos y la PO2 del capilar y del alvéolo se igualan en los primeros 0,25 segundos. En el ejercicio, al aumentar el flujo sanguíneo, el tiempo de tránsito disminuye de 0,75 segundos a 0,30 manteniéndose la capacidad de difusión. Fernández, V. H. 648 Tanto la PO2 como la PCO2 se mantienen casi normales, lo que indica gran capacidad del sistema respiratorio para oxigenar la sangre y lavar el dióxido de carbono incluso durante el ejercicio máximo. En el ejercicio la respiración se estimula principalmente por mecanismos en el SNC, desde el centro respiratorio, estimulado por las mismas señales que se transmiten desde el cerebro a los músculos para producir movimientos, y por señales sensoriales propias hacia el centro respiratorio generadas en los músculos en contracción y las articulaciones en movimiento. Durante el ejercicio, la Hb aumenta 5-10% debido a la pérdida de líquidos y al pasaje de los mismos desde el compartimiento vascular al muscular que produce hemoconcentración. La diferencia arteriovenosa está aumentada debido a la mayor extracción de O2 por parte de las células musculares activas. El aumento de H+, del CO2, de la temperatura y del 2,3-DPG, desplazan la curva de disociación de la Hb hacia la derecha (efecto Bohr). La mioglobina que facilita el “transporte” de O2 en el interior de la célula muscular hasta la mitocondria parece aumentar sus concentraciones gracias al entrenamiento de resistencia. El transporte de CO2 desde la célula hasta los pulmones se realiza principalmente por el sistema del HCO2 -, aunque algo va disuelto en plasma y, por otro lado, los glóbulos rojos también actúan en su remoción. Una cuestión importante es la tolerancia al ejercicio que tiene una dimensión de tiempo y una de intensidad. Por ejemplo, un varón joven con buena condición física puede generar una potencia cercana de 700 watts/min en una bicicleta, 300 watts/5 min y 200 watts/40 min. Se creía que los factores limitantes en el desempeño de ejercicio eran la velocidad a la cual podía aportarse O2 a los tejidos o la velocidad a la que el O2 era capaz de entrar en el organismo y en los pulmones. Estos factores participan, pero existen otros elementos que también contribuyen a que el ejercicio, siendo uno de los más importantes la sensación incómoda producida por la activación de los receptores J en los pulmones. APLICACIONES CLÍNICO-FISIOLÓGICAS Motivo de consulta: Juana G, de 13 años de edad, ingresa a emergencias por cefalea, náuseas y mareos. Padecimiento actual: la paciente es traída a la guardia por su madre porque, al llegar a su casa, su hija se encontraba en el piso consciente, pero mareada y no podía pararse. La adolescente se encontraba cocinando en un calentador a querosén y remite haberse sentido mal y se sentó en el piso porque perdió la fuerza, pero no recuerda si se desmayó, habiendo pasado 4 horas entre el suceso y la consulta. Antecedentes médicos: presentó enfermedades típicas de la niñez. Exploración física: Al examen se presentó lúcida, eupneica, Glasgow de 15, ritmo cardíaco regular con 80 lpm, FR de 18 rpm. Estudios complementarios: Laboratorio: COHb: 6,3% (0 a 0,8%), CPK: 116 (24 a 190 U/l), CK-MB: 28 (0 a 20 U/l). TAC cráneo: normal. Internación: en emergencia. Diagnóstico: Intoxicación con monóxido de carbono. Tratamiento: Se realizó tratamiento con oxígeno en cámara hiperbárica (100% a 2 atmósferas por 30 minutos) a las 10 horas de la exposición. La dosificación de COHb luego del tratamiento mostró un valor de 0,2%. Se otorgó el alta a las 48 horas en buenas condiciones. Fernández, V. H. 649 Puntos de reflexión 1. ¿Cuáles son los efectos de la intoxicación con CO? 2. ¿Se afectará la PaO2 y PaCO2 por la presencia de CO? 3. ¿Cómo se afecta la saturación de la Hb? ¿Serviría para el diagnóstico? 4. ¿Es esperable una respuesta ventilatoria aumentada por interacción con los quimiorreceptores centrales o periféricos? ¿Por qué? Libros sugeridos ✓ Ali, J. Summer, W. R. Levitzky, M. G. (2010). Pulmonary Pathophysiology. A clinical approach. 3rd Edition. New York: The McGraw-Hill Companies, Inc. ✓ Constanzo, L. S. (2018). Physiology. Sixth edition. Philadelphia, PA: Elsevier. ✓ Cristancho Gómez, W. (2007). Fisiología Respiratoria: lo esencial en la práctica clínica. México: Manual Moderno. ✓ Dvorkin, M. A. Cardinali, D. P. (2010). Best & Taylor. Bases Fisiológicas de la Práctica Médica.14ª Edición. Bs As: Editorial Médica Panamericana. ✓ Feldman, J. L. Mitchell, G. S. Nattie, E. E. (2003). Breathing: Rhythmicity, Plasticity, Chemosensitivity. Annual Review of Neuroscience, 26, 239–266. ✓ Fox, S. I. (2014). Fisiología humana. Decimotercera edición. Bs As: McGraw-Hill. Interamericana. ✓ García, S. I. (2011). Guía de prevención, diagnóstico, tratamiento y vigilancia epidemiológica de las intoxicaciones por monóxido de carbono. 1ª ed. Buenos Aires: Ministerio de Salud de la Nación. Programa Nacional de Prevención y Control de las Intoxicaciones. ✓ González Bernaldo de Quiros, I. (1985). Fisiología respiratoria. 3ª edición. Bs. As: CTM Servicios bibliográficos S. A. ✓ Hall, J. E. Guyton, A. C. (2016). Guyton y Hall. Tratado de fisiología médica. 13ª edición. España: Elsevier. ✓ Michael, J. Sircar, S. (2012). Fisiología Humana. México: Editorial El Manual Moderno. ✓ Patiño Restrepo; J. F. Rodríguez, E. C. Díaz Cortés, J. C. (2005). Gases Sanguíneos. Fisiología de la Respiración e Insuficiencia Respiratoria Aguda. Séptima edición. Bs As: Editorial Médica Panamericana. ✓ West, J. B. (2008). Fisiología y Fisiopatología pulmonar. Estudios de casos. 2ª edición. Barcelona: Wolters Kluwer. Lippincott, Williams & Wilkins. ✓ West, J. B. (2009). Fisiología respiratoria. 8ª edición. Bs As: Editorial Médica Panamericana. Trabajos originales ✓ Bartolomé Navarro, M. T. Amores Valenciano, P. Cuesta Vizcaíno, E. Gallego Giménez, N. (2010). Intoxicación por Monóxido de Carbono: una patología poco valorada en Urgencias. Revista Clínica de Medicina de Familia, 3(3), 220-222. ✓ Carrero, C. Guerri Guttenberg, R. Grana, D. Milei, J. (2007). Los baroquimiorreceptores carotídeos: órganos blanco de la hipertensión arterial. Revista argentina de cardiología, 75(3), 202-206. ✓ Feldman, J. L. Mitchell, G. S. Nattie, E. E. (2003). 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